Les extiendo una gran bievenida a la decimoquinta entrega del Premio Nobel de la Fisiología. Es un gran privilegio presentar y entregar un gran premio de esta categoría. No todos son capaces de llegar a éste lugar y mucho más de recibir tan afamado galardón. Este premio no sólo simboliza sacrificio, trabajo, esfuerzo y dedicación, sino que representa la sabiduría y el conocimiento excepcional de individuos que son prodigios y maestros del saber. Antes de mencionar su nombre quisiera destacar su ardua labor y reconocer a quien bien merece ser elogiado durante esta noche. Para ello iniciaré una breve historia sobre la naturaleza de este afamado galardonado.
En tiempos pasados nunca hubieramos imaginado que la ciencia ocuparía un
papel tan significativo y mucho menos que pudieramos tener la existencia de una teoría celular la cual ocupa una parte fundamental de la biología que explica la constitución de la materia viva, la base de célular y el papel que éstas tienen en la constitución de la vida. Para introducir acerca de quién estaremos reconociendo y homenajeando durante esta noche sería pertinente destacar parte del legado que ha dejado en la ciencia éste afamado científico, por ejemplo, la Ley de Hooke la cual describe cómo un cuerpo elástico se estira de forma proporcional a la fuerza que se ejerce sobre él, lo que dio lugar a la invención del resorte helicoidal o muelle. A parte de esos tantos legados dejados por este hombre, esta noche nos place destacarlo como el nobel de la fisiología gracias a su gran aportación por medio del descubrimiento de la célula. Ahora que tienen idea de quién se estará homenajeando destacaré parte de su vida para así llegar hacia su obra más grande e importante en el campo de la ciencia. Robert Hooke nació en Freshwater, Inglaterra en 1635, es un físico y astrónomo que 1655 colaboró con Robert Boyle en la construcción de una bomba de aire. Durante ese mismo año publicó el libro Micrographía, el relato de 50 observaciones microscópicas y telescópicas con detallados dibujos. Este libro contiene por primera vez la palabra célula y en él se apunta una explicación acerca de los fósiles. Fue en ese momento que Hooke descubrió las células observando en el microscopio una laminilla de corcho, dándose cuenta que estaba formada por pequeñas cavidades poliédricas que recordaban a las celdillas de un panal. Por ello cada cavidad se llamó célula. No supo demostrar lo que estas celdillas significaban como constituyentes de los seres vivos. Pero definitivamente fue un gran paso en el decrubrimiento fisiológico, ya que lo que estaba observando eran células vegetales muertas con su característica forma poligonal. Este gran científico dio origen a lo que hoy conocemos en la ciencia como el concepto de célula que es la unidad morfológica y funcional de todo ser vivo. De hecho, la célula es el elemento de menor tamaño que puede considerarse vivo. De este modo, puede clasificarse a los organismos vivos según el número que posean: si sólo tienen una, se les denomina unicelulares (como pueden ser los protozoos o las bacterias, organismos microscópicos); si poseen más, se les llama pluricelulares. Sin más preámbulos, entreguemos el premio nobel de la fisiología al científico Robert Hooke.