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JUSTIFICACIÓN
La idea de realizar esta actuación, surge por la necesidad de diseñar una actividad
que impacte, que llame la atención y que su recuerdo perdure en el tiempo. Algo que se
salga de los típicos carteles y murales pegados en la pared y que, quizás por formar parte
de la decoración habitual del Instituto, pasan desapercibidos y no cumplen la función de
sensibilización y de denuncia que se pretendía al exponerlos en el Centro.
FASE PRELIMINAR
La actividad comienza diez días antes del día 25 de noviembre con la distribución
anónima por pasillos y alrededores del Instituto, de octavillas en color blanco con el
mensaje "Os vais a enterar..."
Dos días después se distribuye otro modelo de octavilla en color lila claro con el
texto "Pronto ajustaremos cuentas..."
Se confeccionó con papel celofán en tonos rosa, azules y morados una vidriera sobre
la cristalera del vestíbulo del Instituto para quitar la visión del espacio donde se guarda
mobiliario y enseres del centro y al mismo tiempo para que los colores malvas y violetas
impregnaran el espacio y filtraran la luz que entra a través de los cristales, creando una
atmósfera intimista.
Además de las camisetas, los tintes y las pinturas para su realización, se compraron
cuarenta metros de tela violeta, treinta metros de lazo morado, alfileres y otros materiales
necesarios para el desarrollo de la actividad como: cuerdas, pinzas de la ropa, papeles de
celofán, bridas, pintura, velas aromáticas...
La víspera del día 25 de noviembre, por la tarde se procedió al montaje de todos los
elementos en el vestíbulo del Instituto y en la escalera principal para que a la mañana
siguiente al llegar a clase, ("os vais a enterar") tanto profesores como alumnos y demás
personal del Centro se encontraran con el impacto visual que supone ver 65 camisetas
("vamos a ajustar cuentas") personalizadas con los nombres y siluetas de las victimas
("nos vamos a ver las caras), colgadas en cuerdas a modo de tendedero ("vamos a lavar
los trapos sucios"). Todo esto acompañado por el fondo musical y por 65 velas encendidas
que desprendían aroma a lavanda. para recordar a cada una de las victimas.
Todos los profesores lucimos ese día alguna prenda en tonos violeta, contribuyendo
así a que los alumnos se percataran del detalle y reflexionaran sobre el significado de este
símbolo.
Un momento especialmente emotivo fue la hora del recreo, cuando de manera casi
espontánea los alumnos se concentraron en el vestíbulo del Centro para cantar las
canciones que estaban sonando, formando un coro improvisado dónde se clamaba al
unísono ¡¡BASTA YA!! ¡¡NI UNA MÁS!!