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La Literaturidad
Jonathan Culler, ed Arigenot, Marc et al: Teoría Literaria (1989)
México; Siglo XXI, 1993. 36-50
¿Qué es la teoría?
Jonathan Culler, en Breve Introducción a la teoría literaria, Jonathan Culler
Barcelona; Crítica, 2000. 11-28
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
¿Qué es la literatura?
Pregunta que puede ser abordada de varias formas, puede tratarse no de definición sino de
caracterización (cual es su papel)… Pero también puede tratarse de qué es aquello que la distingue de
otras cosas: esa es la pregunta de la literaturidad, ¿Cuál es o cuáles son los criterios que hacen que algo
sea literatura?
Northop Frye: “no disponemos de verdaderos criterios APRA distinguir una estructura verbal
literaria de una que no lo es”.
Un primer problema consistiría en saber si existen propiedades interesantes que posean todas las
obras que denominamos literarias y que las distinguen de objetos no literarios a los cuales se parecen.
Pero siguiendo esta línea, considerando lo ecléctico de la producción literaria, llegaríamos a la
conclusión de que la literatura no es otra cosa más que aquello que una sociedad determinada trata como
literario. Se trata de una situación análoga a la clasificación de los “yuyos” en un jardín, no hay ningún
criterio de delimitación más allá de que plantas quiere el jardinero que no crezca allí.
Si la literatura fuera una categoría de este tipo, la literaturidad no sería objeto de un análisis
teórico, sino únicamente de una investigación histórica que pretendería hacer explícitos los criterios
utilizados por diferentes grupos.
Pero no es este el abordaje que se le da, las propias dificultades invitan a la reflexión acerca de la
naturaleza de la literatura no para excluir o incluir obras como “literarias”, sino como instrumentos de
orientación teórica y metodológica que sacan a luz los aspectos fundamentales de la literatura.
Dos criterios ofrecen las discusiones más productivas: la relación con una realidad supuesta y,
determinadas propiedades del lenguaje.
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Interludio histórico:
Hasta el siglo XIX, la “literatura” y términos análogos en otras lenguas europeas significaban de
manera global “los escritos” y hasta “el saber libresco”.
Con la institución de la crítica literaria y el estudio profesional de la literatura, recién a fines del
XIX se pudo plantear la pregunta sobre la especificidad de la literatura (ergo, de la literaturidad). Y
entonces se quiso promover, mediante la separación de lo “propio” de la literatura, métodos de análisis
que permitieran hacer avanzar la comprensión de este objeto y dejar de lado métodos impropios que no
tomaban en consideración la naturaleza de este objeto.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
Poner de manifiesto los signos lingüísticos y medios de representación puede hacer de la literatura
una crítica de los modelos semióticos mediante los cuales tenemos la costumbre de hacer el mundo
inteligible.
Pero nos exponemos a un obstáculo cuando tratamos de limitar la literaturidad a un repertorio de
procedimientos lingüísticos: todos estos procedimientos pueden encontrarse en otra parte, en textos no
literarios; el propio Jakobson lo reconoce.
El discurso publicitario, los juegos de palabras, los errores de expresión, nos hacen reaccionar al
lenguaje sin que por ello creen literatura.
Jakobson acerca de la función poética del lenguaje: “una focalización en el mensaje en cuanto tal”.
Esta definición retoma en parte la noción tradicional de que el objeto estético tiene un valor en si. Libre
de las limitaciones de los discursos cotidianos –de la responsabilidad que a estos se adhiere, por ejemplo-,
vemos la obra literaria capaz de reflejar algunas de las ideas rectoras de la literaturidad: el discurso
polivalente, o el discurso portador de sentido oculto, indirecto y suplementario (que sería el sentido más
importante).
Shklovsky: “camino en el que el pie siente la piedra, camino que regresa sobre sí mismo”.
La puesta en manifiesto del lenguaje es una manera de desprenderlo de otros contextos, y de hacer
del acto de lenguaje que el texto pretende cumplir, un procedimiento literario, en un contexto de textos y
procedimientos literarios.
La puesta en manifiesto del lenguaje apenas puede llegar a ser un criterio suficiente de lo literario,
es más bien el modo de integración de estas estructuras, el establecimiento de una interdependencia
funcional y unificadora, de acuerdo con las normas de la tradición y el contexto literario.
Son tres los niveles a contemplar:
La integración de las estructuras/relaciones que en otros discursos no tienen función alguna:
En un poema, cualquier paralelismo plantea la cuestión de las relaciones semánticas entre sus
componentes, allí donde domina la función poética del lenguaje “la similaridad se convierte en
procedimiento constitutivo de la secuencia” (en virtud de similitud cualquiera).
La integración a segundo nivel: la obra de arte completa/un todo orgánico:
Los formalistas rusos hablan de “la dominante” que se presenta en forma de un elemento o de una
estructura unificadora localizable en todos los niveles. Lo esencial es que se suponga esa unidad y
un momento/elemento del texto pueda relacionarse con otros, transformarlos, e incluso oponerlos,
y crear una estructura de conjunto.
No es que siempre se encuentre la unidad que se busca, pero la suposición de la unidad hace que
aparezcan tensiones y hasta contradicciones entre los elementos o entre las estructuras a diferentes
niveles. “el lenguaje de la poesía es el lenguaje de la paradoja”
Esto se ve también a nivel de las dimensiones constatativas (lo que dice) y preformativas (lo que
hace) del texto. Ej: Un poema no debe significar sino ser inevitablemente significa
Esta misma presunción de unidad hace que surjan y se produzcan muchos efectos literarios.
En un tercer nivel vemos la obra contra su contexto literario:
El texto literario ofrece siempre un comentario sobre la lectura implícita, o puede ser interpretado
como una alegoría de la lectura, una reflexión sobre las dificultades de la interpretación. Esto hace
de la literatura un discurso autorreflexivo (no quiere decir que se explique o se domine
plenamente).
Siempre hay aspectos del texto que escapan a la reflexión y la definición, lo cual hace de la
búsqueda del absoluto literario un fracaso: el tema profundo de la literatura vendría a ser la imposibilidad
de la literatura.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
El actual debate sobre la literaturidad oscila entre una definición de las propiedades/organización
de los textos y una definición de las convenciones y presupuestos con los que se aborda el texto llamado
literario.
Por una parte, está claro que la noción de literaturidad es una función de las relaciones
diferenciales del discurso literario y de otros discursos, más que una cualidad intrínseca. Si se toma un
fragmento de prosa periodística y se dispone en una página en forma de poema, vemos surgir algunas
cualidades que están en el texto, pero que son una función de las nuevas convenciones que se aplican a él.
Lo cual no quita que estas relaciones se den en el discurso no literario también “I like Ike”
Otra concepción de literaturidad pone el acento en una relación particular del discurso literario con
la realidad: refiere más a eventos y personas imaginarios que a históricos.
Pero la ficcionalidad no se limita a personajes, situaciones y acontecimientos imaginarios. No es
únicamente que Anna Karenina y don Quijote no existan; el “yo” poético tampoco designa a un individuo
empírico en un momento dado sino un sujeto creado en y por el poema.
La obra literaria es un acontecimiento semántico: proyecta un mundo imaginario, que abarca a los
narradores y a los lectores implícitos. Podemos decir que la obra se refiere a un mundo posible entre otros
mundos posibles, más que a un mundo imaginario.
Algunos teóricos:
Como acto de lenguaje, la obra literaria es una imitación de un acto de lenguaje
“serio”, en el que el locutor es responsable de las promesas que ha hecho, etc. Desde
esta perspectiva, la ficción se entiende en relación con el discurso “natural”/no-
ficticio al que imita. La ficcionalidad de la obra nos e ah de descubrir en la realidad
de los personajes, objetos y acontecimientos, sino en la no realidad del propio acto de
referencia.
Pero:
En el caso de la mayor parte de los textos literarios, la ficcionalidad no es en modo
alguno la cualidad esencial que distingue a una novela de una biografía, o una
colección de cartas. Hay muchísimos autores que no disimulan para nada el formato
novelesco: ergo, no se trata de una imitación ficticia de los actos de lenguaje, sino de
un acto de lenguaje específico, por ejemplo, el de contar una historia.
El discurso literario, para poseer condiciones de enunciación diferentes a las de otros actos lingüísticos, se
relaciona con condiciones específicas. ¿Cuales?
Mary Louise Pratt:
Se opone a la idea de un lenguaje literario distinto, insiste en la importancia que tendría contemplar
las narraciones literarias como miembros de una clase de “textos narrativos de exhibición”, en los que se
consideraría que el destinatario reconoce que la pertinencia del relato no está en las informaciones que
éste propone, sino en el hecho de que sea contable.
Aquí se benefician de los mecanismos de selección, que crean, frente a estos relatos, un “principio
de cooperatividad hiperprotegida” y permiten al lector imaginar que puede resultar de ello una
comunicación interesante. Se presupone que nuestro interlocutor se coloca en una actitud de cooperación
y que su respuesta será pertinente con respecto a la cuestión planteada (el principio de cooperatividad nos
autoriza a encontrar la respuesta a una pregunta en cualquier reacción que sea ofrecida). En literatura este
principio está “hiperprotegido”, en el sentido que suponemos la pertinencia y el valor de los momentos
oscuros, aberrantes, y digresivos (habría que acumular una inmensa suma de incomprensiones y
frustraciones frente a un texto para hacernos decidir que no hay gestión de comunicación cooperativa).
Una discusión sobre ficcionalidad y actos de lenguaje nos lleva a las presuposiciones de la literaturidad,
que nos hacen buscar y encontrar en una obra una organización compleja e intensa del lenguaje.
Simplemente, todas las búsquedas que apuntan a aislar los elementos y convenciones determinantes para
producir literaturas coinciden y proponen vías importantes para el estudio literario.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
El término “teoría”
Cuando se escuchan quejas sobre el exceso de teoría, lo que preocupa es no que se esté reflexionando
demasiado sobre la literatura, sino que haya demasiada polémica sobre cuestiones ajenas a la literatura,
sobre cuestiones generales cuya relación con la literatura es apenas manifiesta.
Una teoría es una forma de especulación que no puede depender de la opinión de alguien, es una
explicación cuya verdad o falsedad posiblemente será difícil verificar. Normalmente, para que una
hipótesis se considere teoría debe caracterizarse por una cierta complejidad (implicando relaciones de tipo
sistémico entre diversos factores), además de no ser evidente.
Ejemplos de teoría:
Foucault y el Sexo:
Foucault plantea que lejos de ser algo natural que hubiera sido reprimido, el
“sexo” es una idea compleja creada por la confluencia en el XIX de un conglomerado
de prácticas sociales/investigaciones/conversación/escritura, es decir, por “discursos”.
Los mensajes que relacionamos con la idea de represión de la sexualidad
fueron, de hecho, maneras de provocar el nacimiento de ese algo que llamamos
“sexo”. El XIX encontró nuevas maneras de agrupar bajo una categoría única una
serie de cosas que en potencia son bastante diferentes (psicología/biología/sociología)
Lo interesante: esa cosa llamada “sexo” fue considerada la causa de la
diversidad de fenómenos que anteriormente se había reunido para originar la idea.
Dejó de ser una cuestión de actuación para convertirse en una cuestión de identidad
natural.
El “sexo” –como secreto de la naturaleza humana– es construido por discursos
que, sin embargo, representan al sexo como si fuera previo a ellos. El proceso es
invertido por Foucault, considerando el objeto como producto de los discursos que
pretenden analizar, describir, y regular las actividades humanas. La tentativa de
conocer “la verdad” sobre los seres humanos.
Derrida y la Escritura:
La filosofía occidental ha diferenciado la “realidad” de “apariencia”, las
“cosas” de “representaciones”, y el “pensamiento” de los “signos” que lo expresan.
Pero se advierte que la presencia de las cosas (que instintivamente llamaríamos
total) no es un momento de completa aprehensión, de acceso inmediato a la cosa
misma; tiene suplementos e intermedios.
Derrida dice que aparece “una serie vinculada infinitamente, que multiplica
ineludiblemente las mediaciones suplementarias que producen la sensación de la
misma cosa que postergan: la impresión de la cosa en sí”.
La idea del original al crean las copias, y el original siempre resulta diferido, y
no podemos alcanzarlo nunca. El “original” es generado como efecto de los signos.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
Para Foucault el poder está en todas partes, y no es algo que se ejerce; se ejerce la dualidad poder/saber
(uno en la forma de otro).
La influencia de Foucault reside particularmente en al creación de objetos históricos como “sexo”,
“castigo”, “locura”… o mejor dicho, su reconocimiento como objetos históricos antes que naturales.
Rasgos principales:
La teoría es interdisciplinaria
Es analítica y especulativa, intenta averiguar qué se implica
Critica las nociones de sentido común y de conceptos naturales
Es reflexión, pensamiento sobre el pensamiento, un análisis de categorías
No tiene fin, no es un grupo cerrado de textos, se actualiza constantemente (no supone respiro alguno sino
nuevas asignaturas pendientes en cada estadio alcanzado).
Compromete sin término límite a quedar en una posición en la que siempre habrá cosas importantes que
no sepamos. “Pero eso es señal de que estamos vivos”
La teoría invita a desear la excelencia.
1
Lo realmente importante es le diferencial de distancia a la cosa en sí, no la cercanía a esta
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Foucault llamó a esta operación “crítica genealógica”: como una categoría supuestamente fundamental,
en realidad deriva de prácticas discursivas.
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Dani-El dice: la teoria de foucault sobre el sexo me pareció mucho mas interesante que el mega
descubrimiento de derrida de que nos manejamos enteramente con copias y representaciones todo el tiempo
aunque no se trata de compararlos obviamente… pero bue; debe ser que una habla del sexo y el otro no.
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: Sep; 100% de acuerdo con vos; aparte, la de Foucault es muy
extrapolable a otras áreas de conocimiento
Dani-El dice: Totalmente; cada disciplina
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: mientras que la de Derrida depende de la definición de "cosa en sí"
como cosa "absoluta/total/infinita/unica" ergo inaprensible (me atrevo a decir que derrida acá es tautológico)
Dani-El dice: puede tomar su objeto de estudio y preguntarse si es una creación socio-cultural o si realmente
existe o precede a la sociedad
Felipe - y el mundo vuelve a ser nuevo... dice: correcto, aunque sea como un simple ejercicio de reflexión
Dani-El dice: totalmente, es hasta interesante y todo.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
Perspectiva histórica
“Literatura” y términos afines en otras lenguas europeas significaban “escritos” o “conocimiento
erudito”; las obras que hoy se estudian eran consideradas muestras de una categoría mayor de prácticas
ejemplares de la escritura y el pensamiento, que incluía el discurso retórico, los sermones, la historia y la
filosofía.
Se les daba un trato muy diferente a las obras literarias (en el sentido moderno), que no pasaba por
explicar “de que tratan en realidad”.
En el sentido moderno, en Occidente, la literatura fue entendida como un escrito de imaginación,
tiene su origen en los teóricos del Romanticismo alemán de la transición de los XVIII y XIX.
Mientras que se siente la tentación de declarar “es literatura lo que una determinada sociedad
considera literatura”, pero esto no resuelve la cuestión, solo la desplaza: en lugar de preguntarnos que
califica de literatura, ahora la pregunta es ¿Qué impulsa a una sociedad dada a tratar algo como literatura?
Si la literatura es lenguaje descontextualizado, apartado de otras funciones o propósitos, es también
en sí misma un contexto, que suscita formas especiales de atención: la complejidad potencial del texto,
significados implícitos. Describir la literatura termina siendo determinar que conjunto de supuestos y
operaciones interpretativas aplica el lector en su acercamiento a esos textos.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
La naturaleza de la literatura
La literatura trae a primer plano el lenguaje: Cuando el texto que tenemos delante se etiqueta como
literario, estamos dispuestos a prestar atención a cómo se organizan los sonidos y otros elementos del
lenguaje que generalmente nos pasan inadvertidos. De todas formas, no todos los textos que traen a
primer plano el lenguaje son literatura, los trabalenguas por ejemplo.
La literatura integra el lenguaje: hay relaciones entre los diferentes niveles lingüísticos, sonido y
sentido, organización gramatical y estructura temática. Pero no se trata de que estas relaciones sean
relevantes solo en literatura, sino que al intentar entender en qué contribuye cada elemento al efecto
global, sea más probable encontrar en textos literarios integración, armonía, tensión, o disonancia. [Leer
un texto como literatura es mirar ante todo la organización del lenguaje; no es leerlo como expresión de la
psique del autor o como reflejo de la sociedad que lo ha producido].
La literatura es ficción: la ficcionalidad no se limita a los personajes y los acontecimientos, los
deícticos, los adverbios de tiempo y lugar, también funcionan de un modo particular, señalando hacia el
propio mundo ficcional narrado y a su tiempo interno. La ficcionalidad de la literatura separa el lenguaje
de otros contextos en los que recurrimos al lenguaje, y deja abierta a interpretación la relación de la obra
con el mundo.
La literatura es un objeto estético: los niveles suplementarios de la organización lingüística, la
separación de los contextos prácticos de enunciación y la relación ficcional con el mundo, se pueden
agrupar bajo el encabezamiento de “función estética del lenguaje” (estética es el nombre tradicional de la
teoría del arte). Para Immanuel Kant, el teórico principal de estética moderna en Occidente, recibe el
nombre de “estético” el intento de salvar la distancia entre la materia y el espíritu, entre el mundo de las
magnitudes y el de los conceptos. Una obra literaria conduce al lector a considerar la interrelación de
forma y contenido.
Para Kant y otros teóricos los objetos estéticos tienen una finalidad sin finalidad, una finalidad en
sí mismos, su construcción busca que todas las partes cooperen para formar una obra de arte: el placer de
la creación o el ocasionado por la obra. Considerar un texto literario es considerar como contribuyen
todas las partes al efecto global, pero en ningún caso creer que la intención última de la obra es cumplir
un objetivo como informar o convencer.
La literatura es una construcción intertextual/autorreflexiva: Una obra existe entre otros textos, a
través de las relaciones con ellos. Los ejemplos más claros son cuando se recogen aspectos de la tradición
previa para negarlos; la obra en ese caso tiene sentido en relación con la tradición que lo hace posible.
Resulta posible, por tanto, leerla como si en cierta medida tratara sobre la propia poesía.
¿Propiedades o consecuencias?
Lo que han emprendido los teóricos es una reflexión sobre la literatura como categoría social e
ideológica, sobre las funciones políticas y sociales que se creí que realizaba ese algo llamado “literatura”.
En ocasiones la literatura surgió encargada de funciones diversas, que en última instancia iban
hacia sustitutos de la religión, que ya no parecía capaz de mantener unida a la sociedad.
¿Qué hay en la literatura para que se pueda pensar que hace eso? La ejemplaridad. El personaje se
presenta en cierta forma como ejemplar, ¿sino por qué lo leeríamos? La estructura de la obra literaria es
tal que resulta más sencillo tomar el texto como si refiriera a la “condición humana” en general
(categorías más específicas nunca queda claro si son demasiado o muy poco específicas, la universalidad
es la salida mas asequible).
Ambas afirmaciones son perfectamente plausibles: que la literatura es vehículo de la ideología o
que es un instrumento para desarmarla. Algunos teóricos han destacado que en el mejor de los casos
promueve una objetividad y una apreciación positiva de la diversidad, en el peor genera pasividad y
aceptación de lo existente.
Es de destacar que la literatura se ha considerado peligrosa históricamente: Platón expulsó a los
poetas de su república ideal porque solo podían causar daño, y las novelas han tenido fama durante
mucho tiempo de crear insatisfacción en los lectores para con al vida que han heredado y despertarles el
anhelo de algo nuevo amor/ambición/revolución.
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Felipe Correa Resúmenes de fotocopias de Teoría Literaria I
La paradoja de la literatura
La pregunta de qué es literatura no surge porque se tema confundir una novela con un estudio
histórico o el horóscopo semanal con un poema. Pensar la literaturidad es mantener ante nosotros, como
recursos para el análisis de esos discursos, ciertas prácticas que la literatura suscita: la suspensión de la
exigencia de inteligibilidad inmediata, la reflexión sobre qué implican nuestros medios de expresión y la
atención a como se produce el significado y el placer.
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