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Poliginia
La poliginia (aparearse con varias hembras) es un tipo de sistema de apareamiento
polígamo (múltiples compañeros sexuales) que se caracteriza porque un macho se
aparea con varias hembras, mientras que las hembras lo hacen solamente con un macho
o un número muy reducido de machos.
Existen notables diferencias en el grado de poliginia que presentan las distintas especies
animales, estas pueden ser moderadas o muy extremas. La poliginia puede adoptar
distintas formas.
Poliandria
Es lo contrario de la poliginia: una hembra poliándrica se aparea con varios compañeros
sexuales, mientras que los machos se aparean solo con una hembra (o bien con una
cantidad menor de individuos que las hembras).
Poliginandria
Los animales poliginándricos viven en grupos, en los que tanto las hembras como los
machos se aparean con varios compañeros sexuales. Este sistema de apareamiento es
poco frecuente, pero se ha descrito en algunos mamíferos. Por ejemplo en algunos
grupos de leones africanos, dos o tres machos pueden aparearse con todas las hembras
del grupo, el macho más dominante es el que realizara la mayoría de las cópulas. Puesto
que los machos suelen estar emparentados, hasta los que tienen escasa descendencia
obtienen ciertas ventajas en términos de eficacia biológica inclusiva.
Monogamia
Una relación monógama puede ser beneficiosa, puesto que el macho puede colaborar en
el cuidado de la progenie y proteger a la hembra y a las crías de los depredadores y las
agresiones de otros machos coespecificos. Estas conductas pueden aumentar
significativamente las probabilidades de supervivencia de la progenie. El macho obtiene
otro beneficio importante: la posibilidad de acceder sexualmente a una hembra cuando
sea fértil, lo que aumentará notablemente sus probabilidades de tener descendencia. Los
machos monógamos suelen implicarse en actividades de vigilancia o control de la pareja
que reducen las probabilidades de que las hembras les engañen con otros machos, y, por
lo tanto, tengan que invertir en unos hijos que no son suyos.
♦ ADAPTACIONES INSOLITAS
Monogamia en un pez
La monogamia es rara en peces, sobre todo en las especies que viven en las praderas
marinas. De todos modos, el caballito de mar practica una forma insólita de monogamia.
La hembra deposita los huevos dentro de la bolsa de incubación del macho. Después de
fecundar los huevos, el macho continúa llevándolos dentro de la bolsa hasta el momento
del parto. Durante el embarazo, el macho se encarga de proteger a los huevos. Cada
mañana la pareja realiza una ceremonia de saludo en la que bailan juntos durante varios
minutos. Esta ceremonia, aparte de consolidar el vínculo de pareja, permite que la hembra
evalúe como progresa el embarazo del macho.
Cópulas fuera de la pareja monógama
En una pareja monógama, la infidelidad o las cópulas fuera de la pareja por parte de uno
de los miembros, representan una amenaza para la eficacia biológica del otro. Si una
hembra copula con un macho que no es un compañero sexual habitual, este último
puede invertir tiempo y energía cuidando de unos hijos que no son suyos.
Estrategias condicionales
A un animal puede resultarle ventajoso cambiar de sistema de apareamiento, adoptando
el que proporcione la mejor relación entre coste-beneficio en cada circunstancia. Puesto
que la solución que permite obtener el mejor balance no tiene porque coincidir en
ambos sexos, es posible que surjan conflictos.
COMPETENCIA POSTCOPULATORIA
La competencia que se establece entre los machos por fecundar un gran porcentaje de
los ovocitos de una hembra no acaba con la cópula. Un macho se expone a que otro
macho copule con la misma hembra y que el esperma del rival fecunde sus ovocitos.
También existe la posibilidad de que la hembra ya haya copulado previamente con otro
macho y que los esfuerzos de este sean infructuosos.
Vigilancia de la pareja
Una de las formas más directas de garantizar la paternidad es el enfoque
comportamental: vigilar la hembra o no permitir que se le acerquen otros machos
mientras esté receptiva. Tanto en las aves como en los insectos, la hembra puede
conservar el esperma dentro del tracto reproductor durante varias semanas después de la
cópula, hasta que los ovocitos estén listos para ser fecundados.
Efectos de primacía y de recencia sobre la fecundación.
Prolongar la cópula
Otra forma que tienen los machos de vigilar a la pareja consiste en permanecer unidos a
al hembra en una larga cópula. Las moscas damisela a veces permanecen unidas por el
abdomen hasta seis o siete horas, sobre todo cuando la competencia entre machos por
acceder a las hembras es muy intensa.
Competencia espermática
Otro tipo de estrategias para reducir las probabilidades de que un macho rival fecunde
los ovocitos de una hembra son las adaptaciones fisiológicas que permiten que el
esperma del macho compita eficazmente con el esperma de los machos rivales.
Eyaculaciones frecuentes
Algunos machos que tienen que hacer frente a la competencia de otros machos eyaculen
varias veces en un periodo de tiempo breve mientras copulan con una hembra. Conviene
tener en cuenta que no está claro por qué una mayor frecuencia de eyaculación se asocia
a una mayor cantidad de esperma en el cuerpo de la hembra que los eyaculadores menos
frecuentes. Otra posibilidad es que, al aumentar la frecuencia de eyaculaciones, se
incrementen las probabilidades de que una de las eyaculaciones coincida con el
momento óptimo para que se produzca la fecundación de los ovocitos.
Introducción de antiafrodisiacos
Otra adaptación fisiológica relacionada con la competencia espermática consiste en
depositar un antiafrodisiaco –una sustancia que disminuye el atractivo de la hembra-.
Inmediatamente después de inseminarla. Generalmente son los machos los que
producen estas sustancias.
EVOLUCIÓN HUMANA
Como ocurre con muchas especies de animales, los humanos practicamos lo que podríamos
denominar una mezcla de estrategias de apareamiento. De forma similar, algunas de las formas
de competencia espermática que acabamos de describir también se encuentran en los humanos.
SISTEMA DE APAREAMIENTO
Los primero homínidos probablemente vivían en grupos que sólo contenían un macho
sexualmente activo. Más adelante, la atenuación del dimorfismo sexual sugiere que los
primeros humanos probablemente eran menos poligínicos y tal vez presentaban ciertos grados
de monogamia.
Como nuestros ancestros, los humanos modernos tendemos a practicar ambos sistemas de
apareamiento: la poliginia y la monoginia.
Como ocurre en muchos animales no humanos, el tipo de sistema de apareamiento adoptado
por una sociedad humana, hasta cierto punto, con la disponibilidad de hembras. Aparentemente
la disponibilidad relativa de compañeros sexuales influye sobre el tipo de sistema de
apareamiento adoptado tanto por los animales no humanos como por los humanos.
David Buss y David Schmitt clasificaron las tendencias poligámicas individuales (como
opuestas a los matrimonios poligámicos culturalmente aceptados) como estrategias de
apareamiento a corto plazo (implican aparearse sin ningún compromiso de cara al futuro) y las
tendencias monógamas como estrategias de apareamiento a largo plazo (reflejan una visión de
futuro y un compromiso con una persona y con sus hijos).
Las ventajas e inconvenientes asociadas a cada una de estas estrategias difieren entre ambos
sexos. Para el hombre en el caso de la estrategia de corto plazo es mucho más beneficiosa ya
que pueden tener muchos hijos sin ninguna inversión parental en términos de tiempo y
recursos. Pero en el caso de que adopten la estrategia de a largo plazo hasta para los hombres es
más conveniente ya que pueden atraer más a las buenas madres, formen alianzas mutuamente
beneficiosas con su pareja, contribuyan activamente a la eficacia biológica de sus hijos
proporcionándole cuidados parentales.
Para las mujeres, la estrategia a largo plazo generalmente es más beneficiosa que las estrategias
a corto plazo.
COMPETENCIA ESPERMATICA
Robin Baker (1996) detectó una correlación positiva y significativa entre la cantidad de
espermatozoides eyaculados y la cantidad de tiempo que la pareja había permanecido separada
antes de mantener relaciones sexuales. En otras palabras, los hombres eyaculan una mayor
cantidad de esperma cuando habían permanecido separados de sus parejas durante cierto tiempo
que cuando habían permanecido juntos a sus parejas. Baker también llego a la conclusión que si
una mujer mantiene relaciones sexuales con varios hombres en poco tiempo, el esperma del
hombre cuya eyaculación se asocie a orgasmos en la mujer tendrá una ventaja competitiva
sobre el esperma de los hombres con quienes la mujer no experimentó orgasmos.
Conclusión