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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DEL MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES

Asignatura de Economía Ambiental

Septiembre 4 de 2010

DIEGO FELIPE RÍOS CUBILLOS 20062180056

Es loable el gran esfuerzo que ha realizado la Red Colombiana de Formación


Ambiental (RCFA) ante la preocupación de esta entidad por procurar que las
llamadas ciencias ambientales, dentro de las cuales por supuesto la Ingeniería
Ambiental figura se reconozcan como una rama temática del conocimiento con
una estructura científica y académica independiente de las otras ramas del saber
que han sido categorizadas y formalmente establecidas en conjunto por el ICFES
y el Ministerio de Educación.

El reconocer esta rama garantiza el fomento de la identidad y la independencia de


esta, pues en la mayoría de casos quienes trabajan en este campo se reconocen
de manera escueta con el área de conocimiento multidisciplinar o arquitectura,
ingeniería, urbanismo y afines. En todo caso es acertado pensar en la Ingeniería
Ambiental como soporte de las ciencias ambientales pues este núcleo básico de
conocimiento ha venido en aumento de oferta como respuesta a la creación SINA
en 1993 pues con la formulación de este sistema se ha puesto al descubierto la
necesidad de contar con mayor número de profesionales en el campo ambiental
para que las instituciones y empresas oficiales y privadas puedan afrontar los
retos ambientales que la nueva legislación les impone. Este argumento sirve de
base para refutar la rígida formulación de áreas del conocimiento en el país por
parte del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), lo
que de forma implícita atomiza y obvia la importancia de las ciencias ambientales,
al parecer se desconoce por completo la producción científica que este campo ha
generado.

Creemos que la razón principal para objetar a las llamadas ciencias ambientales
como una categoría de conocimiento en particular por parte de las entidades
estales encargadas es el hecho del que por estar fundamentadas de manera
estricta en la relación hombre -ambiente o de otra forma, sociedad – naturaleza,
que desarrollan en conjunto procesos de interacción entre ecosistemas y culturas,
ésta complejidad fue resuelta tomando una decisión facilista. Aquello puede ser
apenas entendible, pero de ninguna forma admisible; debido a que los conceptos
mencionados en el párrafo anterior están sujetos a múltiples definiciones, la
disyuntiva por categorizar a las ciencias ambientales como un cuerpo colegiado
independiente fue literalmente obviada, lo que puede atribuirse al hecho de no
complicarse ni generar susceptibilidades, yéndose así por una solución facilista…
el contemplarlas dentro del campo de la arquitectura, ingenierías, urbanismo y
afines.

Ante este panorama, para suerte nuestra y para desdicha de otras carreras afines,
poseemos una ligera ventaja, la cual se traduce en que de los programas sujetos
tentativamente a encasillarse bajo la categoría de ciencias ambientales tan solo
dos han sido convocados a presentar el examen de ECAES; Ingeniería y
Administración Ambiental, pero de estas dos carreras, la más beneficiada es la
Ingeniería Ambiental debido a que por tener una denominación distintiva de otras
ingenierías se han diseñado campos y áreas de evaluación específicos propios de
esta carrera. Aún se debe fortalecer la formación académica de esta Ingeniería
debido a que los resultados en la pruebas del ECAES arrojan resultados más
bajos en comparación con otras Ingenierías, este fenómeno podría ser explicado
por diversas causas; la primera se debe a que este campo de conocimiento es
relativamente reciente, pues apenas hace cuarenta años se fundó esta carrera en
el país cuando por iniciativa de los ingenieros Germán García Durán y Eduardo
Aldana Valdés decidieron implementarla en la Universidad de Los Andes en el año
de 1970, como segunda causa y aunado a la anterior, la difusión de esta
ingeniería producto del auge del tema ambiental se dio aproximadamente a partir
del año 1989 , cuando varias universidades solicitan formalmente la aprobación de
registro calificado ante el Ministerio de Educación, vale la pena resaltar a la
Fundación Universitaria de Boyacá, la Universidad de la Salle, la Escuela de
Ingeniería de Antioquia, la Universidad de Medellín , la Pontificia Universidad
Bolivariana de Bucaramanga y la Universidad Francisco de Paula Santander,
como tercer factor puede atribuirse a que la multitud de enfoques académicos,
(representado en la diversidad de contenidos y temas propuestos en las mallas de
asignaturas previstas por parte de las universidades oferentes del programa) hace
que no haya un consenso al momento de establecer el contenido programático
que la prueba de estado ECAES debería tener, es más, algunos afirman que este
contenido está actualmente formulado exclusivamente conforme a la formación
específica que imparten cierto grupo de universidades, la polémica está abierta…

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