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Fredy Amilcar Roncalla BAR: R202 8 -Dil 7 -OsRaA LP Res SON FWY O'R K ESCRITOS MITIMAES Primera Edicién 1998 Disefo grafico: Cristian Martinic Dibujo de la portada: Fredy Amilcar Roncalla Foto: Keith Getter Asistencia técnica: Cesar Ayala, Juan Alejandro Ramirez Correcci6n de texto: Alex Julca, Theo Arroyo Fondo editorial: Steve Brock Copyright 1998, Fredy Amilcar Roncalla Copyright 1998, Barro Editorial Press Barro Editorial Press 9 Innis Ave New Paltz, NY 12561 INDICE INGtanE ren Mia Pec a ce tat deeeh vcredhate ia Beet Sos + vs aa a XI Traducciones Libres. Descubriendo el Descubrimiento : 25:3 <5. -Se.-.aecie~. 222m 9 La Cabeza de Vaca y el Corazén Fuera del Centro .................. RE Mayiirkia =: 2222s ance a Bae eee ee 15 Sobre La Coca y el Simbolismo de lo Blanco ..................-...- 21 Irak y la Estética del horror La Camara Cruel y el Linchamiento. La Emergencia de la Barbarie Despedida Sobre la Enfermedad y la Curaci6n en Perti..........seeceeeeeuseues 39 Dizzy, Gage'y el Silenclo «site cvisistes oom y 40's hiainn's «'v'cus's on ors 41 Bryce y la Liturgla del Lengquajes.c< ect ceca cas esc veaty ca sve wae 45 Catedra sc cic. ss cscs, ances pee emanate mesa sin sis + 09 ainels a's marae 47 Ua'Rara Paz dé Paz: .cc5 <<<. cee sees eae mseatnnes os50.5 eee area Sobre la Otredad Misma. . . Alterando la Alteridad: Hacia una poética andina post-moderna ...... 59 Sobre el Escribidor a la Sombra de Don Felipe .....- ior =e 65 RIMAPUWASQANKU A RIMAPUWASQANKU (Presentacidn) Da gusto cuando un compa como el Fredy se toma la libertad de explayarse en toda la frondosa extension de su generosisima creatividad. Da gusto, digo, y no solo; nos abre cancha para despegar a todos los que con él hemos ansiado semejante vuelo. Andino postmoderno se muestra ahora como andino postmoderno se me antojé desde que primero lo conoci: febril bisutero del mercado de pulgas neoyorquino, ahondando siempre (y, dicho sea de paso, por necesi- dad) en los modos de ser vitalmente contempordneo y audazmente leal al amor de origen. No resulta facil definirnos, descubrirnos, sobrellevar nuestras mas tenaces contradicciones, tan lejos del calor de las tierras que antafio nos arrullaran, y tan exquisita, tan obstinadamente apegados al picudo hacico de este susodicho “occidente”, esta capital del gran capital. Por lo mismo agradezco la vigorosa templanza, la sutileza, la agudeza de estos escritos que hace tiempo pedian a gritos verse recopilados en tan feliz obra. Elizabeth Cordoba New York, a 2 de enero de 1998 En los ultimos afios he presenciado la emergencia de una nueva generacién de hijos del Ande: unos pocos blancos, un buen numero de mestizos e indios y hasta unos pocos chino-indios y negro-indios. Una ge- neracién que ha presenciado la ebullicién de la izquierda ideoldgica y activista en nuestros paises y también contemplado su aparente caida por ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andina postmoderna intromisién externa y por sus propias limitaciones. Por ello estos jévenes vuelven reflexivamente a las fuentes indias de identidad personal y colecti- va. La exploracién para reconstruir ambas tareas es azarosa, compleja, con- tradictoria. Fredy Roncalla pertenece a esa generacién, pudiendo ser con- siderado ademas de la muy rara estirpe de José Maria Arguedas. Sus man- tas de infancia fueron las de los runas, lo mismo que su temprano alimento fisico y espiritual. Rumores de manantiales, susurros de eucaliptos, cerros, paqarinas, condores, vicufias constituyeron el marco de sus juegos infan- tiles. Junto a ellos presencié la infinidad hacia arriba en cumbre de mon- tafas desde donde el firmamento esta a un paso, y hacia abajo, en abismo y quebradas, el vientre htimedo y misterioso de la madre tierra en los cahones profundos de los rios serranos. Privilegiado en relacién a otros mestizos a quienes temprano “se les arrancé la lengua por la fuerza”, Fredicha llegé a ser bilingiie, en Quechua y Castellano. Por eso cuando nuestra patria se convierte en “centro de estu- dio y trabajo” de sofisticados investigadores extranjeros de cultura andina es prontamente contratado, muy joven, como asistente de investigacién en diversos proyectos. Esto le da la oportunidad de observar a su propio mundo y a si mismo por la lupa analitica de observacién foranea, y lo mas importante, adquirir elementos para responder a ella. Puede asi mismo hacer migas con estudiantes extranieros, altamente entrenados en investi- gaci6n sobre cultura andina. Su dialogo horizontal con ellos le permite cap- tar desde dentro la inquietud y malestar por un mundo demasiado comodo como para ser verdad, que puede o no explicitarse en ellos en critica al mundo occidental. En su compania —y la de otros ubicados en las mar- genes creativas de Estados Unidos, en Nueva York, junto a aquellos que se esfuerzan por redimir, reencauzar la extraviada travesia de esta cultura—, completa la visién de los horrores del capitalismo global y la necesidad de buscar alternativas. Se refuerza su certeza de opciones viables en las fuentes culturales andinas, que conoce bien, que lo han nutrido. Tal vez, si no las hubiera visto desde fuera las hubiera desdefiado y malgastado como tantos otros jovenes que por la alienacién instituida en nuestros paises no se dan cuenta de lo que tienen. Su presente produccién es resultado de su bisqueda de una histo- ria nacional que haga justicia a sus inquietudes y experiencias. Empieza como necesidad de corregir interpretaciones grotescas y tendenciosas de la cultura andina. Le interesa el Peru, el re-hacer de su historia, el volver al cauce, el re-poner la cabeza al centro, desde donde se debe re-articular la nacién contemporanea del Tawantinsuyo. Para ello tiene una gran ventaja: maneja categorias conceptuales andinas. En su pensar categorias como pachacuti, hanan, urin, tinku y otros cobran vigencia analitica explicativa. RIMAPUWASQANKU. Entonces no sdlo puede responder a interpretaciones erréneas, antojadizas, intencionalmente o no deformantes de nuestra cultura, sino que también estan a su alcance las sutilezas de todo un sistema conceptual por su conocimiento interior de la lengua y cultura andina. Su temprano dominio del Inglés, al lado del Castellano, le permite esta movilidad cultural que pocos mestizos y menos aun jévenes indios pueden tener. Fredy es un migrante transnacional temprano que puede reaccionar a la cultura post-moderna del capitalismo global conociéndola internamente con una perspectiva andina. Un mitimae contempordneo se llama él, de esos transportados por condiciones imperativas del sistema social peruano, que también se puede interpretar como oportunidad de extender civilidad a lugares distantes. Su radio de desplazamiento multiter- ritorial, reproduciendo el control de los pisos ecolégicos ancestrales, le per- mite aldabar lo profundo de los andes con los vaivenes de la republica criol- lo-mestiza y la envolvente cultura del sistema capitalista global. La tarea es establecer la presencia de la perspectiva andina india y de paso, tal vez, bus- car la redenci6n, el re-encauzamiento creativo de la extraviada travesia de occidente. Su trabajo se hace al margen del establecimiento académico pero en dialogo con él, por ello sus crénicas postmodernas no se ajustan a las camisa de fuerza que frecuentemente tullen y esterilizan la produccién natural de ideas y pensamientos. Asi, |o que los estudiosos convencionales, con intenciones no enteramente transparentes, hacen con pies de plomo, Roncalla lo hace abierta, libremente, y lo mas importante, como re- planteamiento de la cultura: redescubrir raices y articular explicaciones usando categorias andinas de pensamiento. Entonces reacciona hacia temas vigentes con un dinamismo poético: el cine, la literatura, la musica, la guerra, el comercio, las producciones culturales, los eventos significativos. Algo asi como una presencia muy contemporanea de anilisis cultural andi- no, desde y para una audiencia andina. Por ello su critica a la cultura con- temporanea esta llena de fuertes efectos poéticos. Muestra empatia con el lado humano de la visién de arist6crata peregrino de Bryce Echenique, igualmente con el jazz neoyorquino de Gillespie. En su reaccién a “Irak y la estética del horror” manifiesta perceptivamente como este horror se mani- fiesta en los juegos de video en donde la destruccion y cosificacion del otro es parte del juego; en la erotizacin de la muerte en el MTV; en el vacio exis- tencial yuppie y los tonos suaves y distantes de su moda... “al momento que vastas zonas del planeta son asediadas por hambre mientras la maquinaria industrial lo devora todo”. Dos ensayos largos muestran el aspecto poético y de critica cultur- al sobre fundamentos andinos. El primero es sobre Mama Coca donde el “verde profundo de la coca —espeso y lleno de sugerencias, como si se ESCRITOS MITIMAES Hocia una poética andine postmoderne tratara de un animal sagrado— es transformado en lo blanco, que consti- tuye sus dulzuras y sus horrores mediante una oposicién obsesiva y muti- lante con lo oscuro...”. Asi, siguiendo y citando a ese brillante y profético psicdlogo social Baldomero Caceres, “si la totalidad de la hoja de coca puede ser tomada como base de su representatividad comunal, la sepa- racién y magnificacién occidental de un solo alcaloide puede ser tomada como adecuada para una cultura que se base en Ia individualidad atomiza- da”, anota la existencia una economia politica malsana que implica la muerte en los Andes... y un desangre de baja intensidad en perpetuo equi- librio precario. La nueva definicién de espacios y conceptos se nota en la conclusion de este articulo, donde su alusién a la Mama Coca en los Andes es tierna y venerante, esos andes que “incluyen —dice el autor— la costa y la selva". El segundo articulo sustantivo del libro es sobre el rol de la escritu- ra en la historia nacional como reaccién al famoso “escribidor” Mario Vargas Llosa, sobre la base de Guaman Poma de Ayala. Hay muchas personas para las cuales, como para Roncalla, es clara la apostasia a la naci6n india efec- tuada por Vargas Llosa. De otra manera no se podrian ihterpretar los resul- tados de la famosa eleccién presidencial. Pero la mayoria no tiene tiempo, urgencia, ni elementos para articular una critica sistematica desde el punto de vista andino al escribidor, al significado social y cultural de su ejercicio. Fredy lo intenta hacer con resultados riquisimos en sugerencias, que van felizmente mucho mas alla de escribidor por el lado de la literatura, por el lado del rol politico, por el lado de la epistemologia del conocimiento. Ultimamente, el horror de la matanza de Indios de Chiapas reiteré dramati- camente la pesadilla de Uchuraqay en el Pert, donde le cupo al famoso, como digno hijo de occidente en nuestra tierra, y a sus complices antropo- logos y cientistas sociales, el ignominioso rol de afrentar a la nacién india con observaciones, conclusiones y determinaciones incubribles a largo plazo. Al hacer sus observaciones sobre el escribidor Fredy reflexiona acer- ca de un tema que bordea lo filos6fico cultural: cual es el rol de la escritu- ra en las diversas formaciones econdémico-sociales?. Su breve mirada a una problematica gigantesca conlleva multiples y fascinantes preguntas sobre la naturaleza de los sistemas socioculturales en relacién a la escritura, 0 mejor, sobre el rol de la escritura en la sociedad contempordnea occidental, algo que si se puede determinar. Su relativa ausencia antes de la llegada europea y la imposicién de la escritura como ejercicio de dominacién en los Andes son conocidas, pero aun no se ha dilucidado analiticamente sus implicancias como totalidad social y por sectores de clase y género, asi comoa quiénes privilegié y lo que implica en el momento presente. Apunta WV ee RIMAPUWASQANKU Fredy certeramente a la “dindmica mutilante, peligrosa y espiritualmente desbalanceada de la alienacién de lo abstracto sobre lo real y fenoménico”. Pero la preocupacién de Fredy con la escritura es también personal: él es artesano de la palabra, en el mejor sentido del término, y del objeto fisico. Quiere que su ejercicio de la palabra escrita, de la cual él seria un pio- nero a nivel internacional en el Quechua, sirva y no deforme, sea un instru- mento de liberacién y no de cosificacién de la vida y lo fenoménico. Por ello su poesia, especialmente sus “traducciones”, un hermoso juego de sign cantes en tres idiomas, sdlo se puede entender a plenitud partiendo, para nosotros los andinos, desde el Quechua... !Como facilita la lectura el escoger “Coca Quintucha” como cartilago esencial de un poema, cuando este es la batuta para interpretar el juego de otros significantesj... Finalmente, el autor también alerta hacia un peligro vital: la voraci- dad del mercado comercia el alma misma de nuestro pueblo con la colabo- racion de locales mercachifles amafiados de recursos naturales, cultura, lo que sea... Hay que poner un freno “antes de que todo esto se convierta en un Potosi espiritual que alimente los cofres de un imperio cognitivo cani- balistico”, dice el autor. Por eso, Fredicha... !Continua hablando, traducien- do sintiendo y pensando. Al hacerlo estaras aportando al campo de reunion de los que hasta ahora, después de nuestro Arguedas, andabamos muy solos... Nuestro espacio comunal se llenara, hasta de voces femeninas, para las cuales ya te anticipas en tu vision de complementaridad binaria natural del Tawantinsuyuj Nina Herencia | Austin, 6 de enero de 1998 } i | G i 5 En un café universitario de la Universidad Auténoma de México una t amiga sanmarquina y yo reflexionabamos en qué es lo que une 0 identifica a todos los peruanos. Ella dijo, “la chupadera’, yo dije, “la crisis”. Nos dimos cuenta que nuestras respuestas no nos convencian (por lo menos a mi), y que nuestra impotencia para diagnosticar el Pert llegaba la terreno per- sonal, porque nuestra propia identidad estaba en tela de juicio. Con la per- sistencia de encontrar una mejor respuesta, pienso ahora que a los peru- anos nos identifica el terco optimismo por el futuro, a pesar de tantos inten- tos fallidos por construirlo. Las batallas han sido perdidas, pero la guerra Vv andine postmoderna sera ganada. Es esta contradictoria union de dos fuerzas que nutre los suefos, preguntas y respuestas de Escritos Mitimaes. Sin embargo, en este libro fruto de la poética interpretativa y analiti- ca de Fredy Roncalla, la contradiccién es reveladora de un pasado no con- cluido, mal imaginado por sus gobernantes, y por eso “hay hermanos muchisimo que hacer”. Escritos Mitimaes canta el pasado, el presente y las posibilidades futuras; y es por eso que los mitimaes incaicos trascienden las fronteras hist6ricas, y a través de ellos, el resto de todos los oprimidos. Cosa extrana, los incas movilizaban con la fuerza de su hegemonia a los mitimaes, en andloga relacién a cémo el mercado capitalista —por las desigualdades de desarrollo creadas— promueve la partida de muchos de sus tierras hacia otros mundos lejanos, sin saber cuando podran cantar “Todos Vuelven”. El misterio de cémo revelar o pensar el pasado peruano es tan dificil como descifrar los quipus, y es entonces cuando Fredy no esconde sus dudas, respuestas, preocupaciones, cdleras y poesia. El las pone sobre la mesa e invita a todos a masticarlas, saborearlas, y a beber del manantial de su esperanza. En mas de quinientos ahos de opresion colonial, europea y norteamericana, lo andino indigena ha persistido con una extraordinaria capacidad de adaptacién. Y aunque los andinos vienen de varias vertientes y han pasado diversas experiencias historicas, Fredy insiste en lo que los une y hace comun: las montanas andinas como geografia y como mito. Los andes han sido el espfritu dominante y la materialidad sobre la que se ha forjado esta cultura, y pareciera que lo que vino después, en e| siglo XVI, no ha sido tan apabullante como para anular lo ganado en la experiencia del binomio humano-naturaleza. Para quienes tratamos de entender el Pert, sabemos que el tronco andino de conocimientos, pasados y presentes, es lo que forma su espina dorsal. Aunque no siempre concuerdo con Fredy en la evaluacién del pre- sente “moderno” o postmoderno, o en su desdén por la escolarizacién del conocimiento, de su pluma fluye una imagen milenaria y a la vez fresca del Peru en su condicién de pregunta e ironfa, en sus dramas y Sus suefios, en sus miedos y sus limites. Cabe destacar que el postmodernismo del autor tiene un significado mas de trans-modernidad, que el de ser la versién apendicitica de la teoria foucaultiana del norte. Escritos Mitimaes no es sdlo un intento mas de entender el Pert-problema desde la optica de un immi- grante virtuoso de Nueva York, sino la exposicién abierta de sus heridas de largo plazo, del pasado y del futuro. Este libro representa también la nostal- gia del pasado y del presente de la patria alejada. Fredy escribe historia, Politica, y poesia con la misma intensidad y rigor de quien también saber como crear, moldear y vender artesanias con temas indigenas, 0 de quien vi |APUWASQANKU canta y toca la musica andina en el idioma nativo del Quechua. Por Ultimo, su poesia, que mezcla el Quechua, Espanol e Inglés, funda una nueva lengua: el Quech-Spanglish. Y claro, cuesta creer que todo esto cabe en una sola persona, y es que se trata de veras de alguien muy especial como Fredy Roncalla; aunque quizas para él todo no son sino man- ifestaciones distintas de un solo espiritu: el arte del hombre andino. El pensamiento y letra de Fredy Roncalla se graban en el papel pero se sostienen en el espacio cdsmico de su visién panteista de la vida y de la muerte: venimos de la naturaleza, nos debemos a ella, y finalizaremos en ella. Sus palabras tienen un eco histérico, y aunque discrepemos de su visién post-moderna, sus escritos nos revelan no pedazos de historia dis- continuados, sino un conjunto de hechos; no la inmaterialidad de las expe- riencias mitimaes en Nueva York, sino lo “real-maravilloso” de ellas. Detras de las opiniones abigarradas de mUsica, poesia e ideas del autor, Escritos Mitimaes encaja lo diverso burilado y entretejido, representando con fig- uras y tematicas fuertes, y sin embargo artisticas, el Perd-problema: sus cri- sis econémicas, sus desencuentros y dependencias culturales; sus desgo- biernos politicos y sus racismos. En este sentido, “la cultura occidental”, “Don Felipe’, “el militarismo”, “el imperialismo”, “Bryce”, “la conquista” y “Gillespie”, forman parte de esa variedad de temas e invitados que Fredy convoca a charlar y discutir. Alex Julca Brooklyn, enero de 1988 Nota Preliminas NOTA PRELIMINAR Compuesto de palabras que en algun momento tuvieron un peso profundo en su intencién de acortar la distancia de vivir fuera del pais, esta serie de ensayos y poemas titulado “Escritos Mitimaes”, vienen como un tes- timonio personal de alguien que ha tratado de pensar unas cuantas cosas a partir de los andes. Teniendo como trasfondo unos cuantos poemas como el otro punto de tensién de la dialéctica creativa, la composicion de los ensayos es, en cierta forma, un halo racional que ha ido acompanando a un intento de escribir una pelicula sobre la vida de Guaman Poma de Ayala —el primer escritor marginal andino que trastoca el orden escritural europeo en su momento de insercién colonial—, y a la vez responder de algtin modo a lo que en las dos Ultimas décadas se presentaba como una desgarradora poética de la violencia y la muerte, que aun continuan arrastrando secuelas coloniales bajo matices de aparente tranquilidad. Pero la intencidn de esta nota de apertura no es incidir en el con- tenido de estos escritos. Su caracter testimonial significa que estos no son textos cerrados y requieren del lector la mente abierta a los acuerdos y los desacuerdos. Sobre todo los desacuerdos dialogales. Lo que mas bien me interesa es ilustrar una serie de ‘margenes epistémicas’ que bordean las ideas y las contextualizan dentro de un busqueda personal, postica, cultur- al, filosofica y politica, donde soy el ultimo en saber cual es la respuesta definitiva. Creo que el titulo del libro sefiala bien esas margenes. Escritos Mitimaes: hacia una poética andina postmoderna. La alusion al habil méto- do de control sociakde los Incas es evidente, y habra algunos que diran que las experiencias de exilio, autoelixio y migracién del Perd contemporaneo no se ajustan a la definicién de los mitimaes de entonces. Esto es cierto solo yw OL dina postmoderna ESCRITOS MITIMAES Hacia ung poética en la medida en que el plano denotativo aprisiona el concepto, y no lo es en la medida en que el plano metaférico lo libera, dandole un quiebre cogniti- vo que ayuda a pensar. Y lo que en estos dias hay que pensar, o repensar, es hasta dénde se extiende el ambito cultural de los andes. Pese al fetichismo de la modernidad de quienes quieren ver en los andes reductos cerrados de tradicién y “atraso”, o esencias fantasiosas de una miope arqueologia de la cultura, la extension cultural de los andes sigue, desde hace cientos de afios, patrones de multiterritorialidad que hacen que sus seres sean adaptables a las mas diversas situaciones. En la larga historia de los pueblos andinos, el intento toledano de las reducciones y el aprisionamiento de comunidades satélites por parte de las haciendas, tal vez sean la excepcién a la regla de los patrones de asentamiento del archipiélago andino, para usar una feliz frase de Murra, puesta en el contexto actual por Alex Julca en sus estudios sobre la migracién andina. En el momento postmoderno de la “aldea global” del capitalismo de estos dias, esta cada vez mas claro que la migracién de las periferias a los centros —debido a una creciente desigualdad econdmica de los hemisfe- rios norte y sur— es una realidad innegable, cuya tremenda fuerza ha lleva- doa muchos a cuestionar los limites territoriales de la nacion para hablar de postnacionalidad 0 trasnacionalidad. Todo esto para decir que es posible pensar como andino en Nueva York o cualquiera de estos extramuros, donde se han producido la mayor parte de los textos, y donde los paisanos reproducen y adaptan la cultura a través de la musica, las fiestas, las instituciones deportivas y religiosas, el tejido verbal de la memoria personal y colectiva, las mas diversas formas de solidaridad y desconfianza, la nostalgia, y el apuntalamiento de la habilidad de sobrevivir gracias a los recursos del criollismo que a veces rayan en la pendejada. Que la nacién peruana en general, y los andes en particular, hayan extendido su archipiélago se hace aun mas notorio por el peso econdmico de las remesas de los migrantes a sus familiares y pueblos, de los viajes aére- os, y de las comunicaciones telefénicas. Visto desde el punto de vista de los migrantes econdémicos, esto pareciera ser un transito simplemente utili- tario. Pero en el trasfondo de esta asociacion cémoda existe otro sentido que presenta a las poblaciones andinas expulsadas de sus lugares de ori- gen, no sdlo por la violencia sino también por el equivoco de la politica estatal que arrebata a las poblaciones pobres y medias la posibilidad de subsistencia econdmica en la Ilaqta. Arrojados violentamente, somos los Mitimaes de la actualidad. ae Nota Preliminar Los migrantes tocamos necesariamente situaciones limites. La adaptacién econdémica y espacial, personal y cultural conlleva también una serie de replanteamientos cognitivos que son los que me interesan en cuanto inciden en los procesos de identidad. He ahi que ante la realidad cambiante gran parte de los paisanos es identificada como peruana, latina, latinoamericana, e hispana, dejando como discurso urin la identificacién con un pueblo o regién especificos que suelen ser partes de los andes. Que haya una fisura de este tipo es parte de una larga herencia colonial que ha presentado a las naciones peruanas el brillo de lo eurocéntrico como espe- jo deseado. Pero a contracorriente de este proceso no pocas de las veces el enfrentamiento con las crudas realidades que se esconden tras los mitos de “occidente” y la “modernidad”, ha llevado a muchos a redescubrir su tradi- cién y tomar contacto con aspectos que habian estado reprimidos por los Ambitos urbanos y criollos de los primeros recipientes migratorios del ande: las grandes ciudades. En este contexto, la postura de quien escribe estas paginas ha dejado desde hace mucho tiempo de ser latina o hispana para reclamar una voz andina abierta, flexible, y capaz de compartir aspectos comunes con las identidades aludidas y con su paqarina mayor: occidente. Se trata de una voz andina postmoderna. En este punto debo adelantarme un poco al agradecimiento de todos aquellos que hicieron posible la plasmacién de estas palabras con su aporte dialogal para reconocer que fue Elizabeth Cordoba, cuyo interés es la cuestion indigena en México, quien acuné el término andino postmoder- no refiriéndose a mi produccién artesanal, con la cual me gano la vida. Desde entonces me ha quedado claro que la oposici6n excluyente entre tradicional y moderno, o andino y occidental, sdlo existe cuando se da por sentado la primacia cultural y cognitiva de los grandes espacios urbanos del pais. En ese sentido, esta voz del ande no respeta la exclusividad eurocén- trica de la definicién de los conceptos vigentes de la actualidad, y reclama para si el sentido de lo andino postmoderno como un trastocamiento de las redes de poder cognitivo y cultural que emanan de las modernidades per- iféricas y nacionales de paises como el nuestro. Ademas, este punto de vista es parte de una condicién global que llamo postmoderna, en cuanto los cir- cuitos de circulacién de los capitales, las ideas, la informatica, los viajes y los grandes flujos humanos trastocan fronteras y limites, que podrian ser fijos en una situacién moderna ideal. Los dos sentidos especificos dados a lo postmoderno en el parrafo anterior —que deben tener primacia sobre las acepciones mds usuales— tienen una afinidad cognitiva con la oficialmente conocida como critica aa OK ____ESCRITOS MITIMAES Hacia une pottice andina postmoderna postmoderna, aquella modalidad de conocimiento que crea un rechazo vis- ceral en unos y una atraccién complaciente en otros. Esto quiere decir que muchos de los supuestos de los Escritos Mitimaes son corrientes andlogas de algunos flujos del torrente multivoco, paraddjico, transitorio e irrever- ente de la critica y la creacién postmoderna. Mas que mi propia pre- sentacion, serd la lectura de los textos mismos la que de una idea de cuan- to de postmoderno hay en ellos. Pero creo que no esta demas decir que ellos se nutren de la critica al eurocentrismo, a la linealidad historica del proyecto del progreso occidental, a los meta-discursos basados en ideas unicas y excluyentes y, a la institucionalizacién del poder, la jerarquia, el racismo y el sexismo a través del lenguaje y el comportamiento. Estas ver- siones del postmodernismo critico son las que se encuentran en las dreas de los estudios literarios, culturales, subalternos, y postcoloniales. Pero al centro de este universo me parece que hay un espacio ofi- cial en la critica postmoderna, aquella ligada a los mercados de pensamien- to contestatarios europeos, y que en muchos casos acusa una alucinante complascencia de neologismos. Asentada en instityciones académicas europeas y norteamericanas, ésta critica parece estar llegando a ser una practica insular que tiene dificultades en reparar que, por el momento, es el capital global el que maneja las cuerdas de la condicién postmoderna, aquella de la diversificacién del capital, la reduccién de los salarios y del tra- bajo, el acercamiento de las fronteras informaticas, el comercio de la gue- tra, y el aprovechamiento masivo del deseo con técnicas que hace unas décadas hubiesen sido consideradas surrealistas. Entendida asi la postura postmoderna, su presencia en estos trabajos es minima. Ahora bien, si la multitud de fuentes que toman parte en la formacién de una estrategia cognitivo-creativa no son siempre explicitas, vale la pena mencionar algu- nas de las paqarinas que nutren estas ideas. En principio, ellas son herederas de la busqueda setentista del arte y la poesia de vanguardia, que trataba de entroncar los procesos estéticos con las dimensiones populares tanto citadinas como del ande. Si bien es cierto que en esos momentos no podiamos percibir que la idea misma del arte de vanguardia estaba demasiado ligada a una concepci6n lineal y eli- tista del tiempo histérico y, que una década mas tarde, el terror politico le pondria sus limites al fetiche de la ecuacién arte = ruptura, hubo entre quienes empezamos a crear en esos afios, una intensa necesidad de trascender el arte burgués y sus soportes ideoldgicos, manifiestos en la escritura. Y pese a que el riquisimo campo del tratamiento literario, cine- matografico y testimonial de aquella época esta aun por hacerse, sobre todo en lo referente a los grandes espacios de conjuncién como el Palermo ar XI Nota Preliminor y el Wony, no esta demas decir que aquellos momentos fueron seminales para muchos de nosotros. No importa que unos pocos se hayan convertido en poetas cortesanos, anadiéndole un elemento mas a la teatralidad grotesca y apasionadamente huachafa del poder. A esta época le debo mi acercamiento a la marginalidad, a la calle, al pensamiento politico, a los destellos del amor, a la musica chicha y el huayno, al surrealismo, y al arte popular, que en el Perti tiene una gran presencia del ande. Debo también a esos tiempos la conviccién que el saber se construye dialogalmente y que al fondo de una escritura personal subyacen las palabras de mucha gente, porque nuestras voces son apenas cajas de resonancia. En lo que concierne directamente a este libro, la huella de esta época esta registrada en el tratamiento poético de los ensayos, que suelen ubicar al pensamiento analitico en torno a algunas metéforas centrales, que muchas veces vienen de la musica popular del ande. Por otro lado, estas ideas le deben mucho a las ensefanzas de Masao Yamaguchi, un tedrico del caos, la entropia, la carcajada y el poder creativo de la marginalidad que se aparecié en la Catélica un par de afios antes que me retirara. Tuve la oportunidad de trabajar con él, bajo su dicta- do en inglés y mi escritura en castellano, un manuscrito sobre la corporali- dad, el carnaval, el chivo expiatorio, el mundo invertido, la tradicion y la vanguardia, el rito y el teatro, el mito y el sentimiento poético en los proce- sos culturales de diversas culturas del planeta. Muchas de las referencias y supuestos de estas paginas se nutren de sus ensefanzas, sobre todo en lo referente al lenguaje superficial y el profundo, a la marginalidad y centrali- dad en la cultura, al espacio creativo de la fiesta, a la otrificacién y el chivo expiatorio, a la ritualizacién retorica de la violencia, y a la poética de la cul- tura. Y lo ideal seria saber si el viejo Masao, que hablaba de la carnava- lizacién del mundo mucho antes que Bathkin estuviera de moda, anda por ahi riéndose del mundo como un burlador del conocimiento, porque la tilti- ma vez que lo vi fue sdlo unos minutos y, no pude preguntarle si al salir rapi- do de Lima, encojonado con alguien, se llevé la copia de su manuscrito. Finalmente, la paqarina principal que nutre estos escritos es su ini- cio como una serie de comentarios al tratamiento cinematografico de la vida de Don Felipe Guaman Poma y Ayala. Este proyecto, que se inicié a mediados de los 80 y sera terminado algun dia, requeria conocer no sélo los escritos del gellqaq machu, sino también los procesos sociales, culturales y politicos que se habian movido en la temprana colonia, lugar histérico donde se empiezan,a plantar y crecen rapidamente muchas de nuestras alienaciones colectivas, como lo son nuestro eurocentrismo, nuestro racis- mo y la otrificacidn de las poblaciones andinas, amazonicas, africanas e indi- x 30 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poético andina postmoder genas. Aparte de repetidas referencias a la conquista, uno de los capitulos mas largos del libro esta dedicado a Guaman Poma, y si bien ya no defen- deria muchos de los supuestos que funcionaron en su elaboracion, aspec- tos como el rol de la escritura y el poder siguen siendo Utiles. Como lo saben la poesia y la oralidad, ciertos actos de lenguaje son conjunciones rituales, donde las grafias son simples registros inmoviles, porque como la vida, los pensamientos y las visiones son dinamicos. Al margen de su incidencia en los procesos culturales de los andes, la larga reflexion que acompaiiaa este trabajo recae sobre la identidad o las identidades. Los ultimos anos han sido testigos de una efervescencia de lo andino, que acomparia su llegada al escenario nacional manchado de san- gre e injusticias. En este escenario, hay coros que incluso llegan a negar nuestra existencia, porque supuestamente fallamos en probar nuestra esencia especifica. Pero la identidad no es un silogismo, y el esencialismo parece ser un requerimiento de la razon analitica, que necesita de él para atacarlo y justificarse, evitando asi confrontar su propia base mitica. Esta serie de negaciones es cuestionada a diario por los progesos de adaptacién de las poblaciones populares y andinas que van actuando con un dinamis- mo que llamo poético. Tal vez una tarea posterior a estos ensayos deba reflexionar acerca del espacio de la cultura criolla y su dinamica de atraccién-repulsién con las otras culturas del pais. En ese sentido sera bueno preguntarse hasta qué punto no es fantasiosa la identificacion con occidente de la cultura nacional y criolla, como también sera bueno pre- guntarse si el discurso sobre la identidad es suficiente para contrarrestar el embate brutal del neoliberalismo en el Pert y el resto del planeta. Las ta- reas, como siempre, estan pendientes... Por mi parte, si algo he aprendido con estas reflexiones es que el identificarme como andino me permite li- berarme de mis supuestos privilegios y restricciones de mestizo chalhuan- quino, para ver al prdjimo de la comunidad como mi semejante, sin tener que canibalizar su identidad indigena. Como habia mencionado hace poco, nuestras palabras son cajas de resonancia. Los largos afios pasados en la diaspora no hubiesen sido lle- vaderos sin la hospitalidad de mucha gente, a la cual agradezco a través de quienes voy a mencionar por su relacion directa a éste proyecto, Si estos ensayos acusan una postura critica frente a occidente en los planos con- ceptuales y filoséficos, ello no significa que desconozca la hospitalidad y la amistad sincera y fuera del espacio de la envidia de muchos americanos a los que Illegué a conocer en situaciones diversas, para ellos va mi reconocimiento primero, en nombre de Barbara Boyd, mi ex. Entre los in- telectuales peruanos que han llegado en los ultimos quince afos hay oe Xu ; I f 5 Nota Preliminar muchos con los cuales compartimos la preocupacién sobre los andes, el racismo, los derechos humanos y los derechos civiles en el Per. En este grupo agradezco a Alex Julca, Jorge Gonzales Lara, y Silvio Rendén, con los cuales formé, por los Ultimos 5 afios, un grupo de estudios donde se dis- cutieron, democraticamente, nuestras ideas acerca del pais. También, en este grupo, estan Miriam Yataco, Juan Alejandro Ramirez, Magda Miranda y Ramiro Pérez, quienes dieron un apoyo critico a estas ideas. Por su parte, otros intelectuales peruanos recibieron de buena gana estas opiniones poco ortodoxas y las enriquecieron con sus comentarios: mi compadre Wilton Martinez, Blas Puente, Cady Abarca, Arturo Aguirre, Susan Oboler, Juan Zevallos, Nina Herencia y Cesar Francis. De parte de los intelectuales mexicanos recibi una gran calidez de Elizabeth Cordoba, Estela Lucio y Salvador Ortega. Ellos me ensefiaron un profundo placer por el lenguaje y el conocimiento, ligado con la impecabilidad de la vida. Con Cesar Ayala, aprendi lo que es la generosidad y la tolerancia, pese a que hace casi quince afhos no estamos de acuerdo. Del Ecuador, Carla Barragan, Gina Pena, Paulina Fernandez y Diego Luzuriaga me mostraron que ciertas fronteras no existen. En esta ribera, Ann Peters, Liz Edelstein, Keith Getter, Carol Amorouso, Mayra Kooy, Santa, Ramén Nifo, Agustin Lao, Kishoo Baqi, Paul Dillon, Ellen Alexander, Kenny Bruno, Sarah Hovde, Fernando Alarcon y Elaine Zorn ofrecieron su apoyo. En el universo de los escritores Nativo Americanos, Geary Hobson, Lee Francis, Patricia Penn Hilden, y Joseph Brushak me dieron su solidaridad. En Ithaca, hace tiempo, Billie Jean Isbell me did mi primera copia de Guaman Poma. Al otro lado de! Atlantico, William Rowe me apoyo la publicacién de un poema trilingle de corte experimental y postmoderno y ha leido pacientemente mis envios. En Republica Dominicana, Cecilia Casamajor dié su apoyo moral. En La Paz, Jossy Mirtembaum compartié algunas ideas concernientes al poder y el conocimiento. El, y Aaron Pichel, en Ithaca, trabajaron en los momentos ini- ciales del proyecto de Guaman Poma, a mediados de los ochenta. En Lima mis agradecimientos van a Juan Ramirez Ruiz, Theo Arroyo, Marita Menacho, Laura Elias, Meche Bracco, Emma Zevallos, Armando Arteaga, José Oviedo Palomino, Hubert Mendoza y Beni Nufiez por su lectura y apoyo. En el Cuzco a Dario Espinosa y Marco Flores. En Lima, a Tarcila Rivera y el equipo de Chirapagq. En la zona donde la musica es el cordén privilegia- do de la identidad, mi agradecimiento va a los waykis, con quienes tocamos tantas veces no sdlo los acordes sino los sentimientos profundos: al galacti- co Lino Pareja, a Sebastian Huamani, Edgar Zarate, Jorge Pérez, el compadre Juan Cutipa, Faustino Cutipa, Philip Hamilton, Carlos Ambia (que en paz descance), y Luchito Vilcherrez; que son apenas unos cuantos de los que puedo mencionar. Debo también agradecer la generosidad de quienes, en = oe Ge los ultimos meses —que me he vuelto un verdadero yanga purikuq— han sido excelentes anfitriones: John Stack en Harlem, José Paternoster en Brooklyn, Nan Brown en Nuevo México, Salvador Ortega en el Bronx, Keith Getter en Brooklyn, Maria Cangiano en Brooklyn, y Elyne Baranoff en New Paltz. Finalmente, debo agradecer la generosidad de Cristian Martinic por el diseno grafico; Cesar Ayala y Juan Alejandro Ramirez por el apoyo con la compu; y el apoyo amical y econdmico de Steve Brock, en California, con quien empezamos a formar el Barro Editorial Press, que sera una empresa dedicada a dar cabida a las voces emergentes no sélo del Perti sino de otros espacios. Esta entrega es la primera plasmacion de ese proyecto. Fredy Amilcar Roncalla Santa Fe, Nuevo México, Agosto de 1997 New Paltz, New York, Diciembre de 1997 is Tradiciones Libres Traducciones TRADICIONES LIBRES TRADUCCIONES “ "troduccis=) CINCO urpillay arwi chuqcha FLORES tika NECESITO Tikaylla tika after the golden flight your silence floats on the wells of sound the nameless my love PARA PRONUNCIAR maskaq simiymanta is ilariq yupiykiman some TU floqaq : takisqay voice NOMBRE FSCRITOS MITIMAES Hocia una postica andina postmoderna at the begining of time at the end wayra wasiykiman chayarimun —_ way! way! ima nisparaq ima niptinraq you are the center we are AZUCENA pu . MARGARITA rn ROSAS cha kuch CLAVEL kap Y JAZMINES. tiy imaynallaraq — singing WAYNALLAY caricia de viento sobre el pasto the wind around the leaves quyachakusqaypequeno amor tan pequeno: Tradiciones Libres Traducciones ave de impulsos the primodial flute de 1 t a. Meacd- 0. s en 6! firmamento grows in the heart QUYA amor CHA pequefio pequefito dulce anillo concéntrico de la emocién ciega like a quiet mountain of light KU que cae en mi frente y pisa una estrella en el pecho SQA __ olvidado y presente Y: mio You KUKA planta elemental KINTUCHA perfecta ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética anaina postmoderna miniatura dulce y sagrada are the dance of dreams ante la inmensidad azul y marron/ lanoche y el dia HOJAREDONDA _ (evidente en tu silencio masticado con paciencia) the circle QANSI dicen YACHANKI — que sabes sola y companera eterna that some follow step by step NOQA de VIDAYTA = mivida ima nisparaq Sf: estoy KAY aqui en el principio sin casa ni tiempo al final Tradiciones Libres Traducciones RUNA WASIMPI lejos around the boundless wings of time your body de los demas WAQANALLAYPAQ con la cascada en el pecho para tocar fa huella de tu cercano cuerpo distante is always present CANTANDO tarukita REGRESO _hanaq fianinta SOLO puka punchuywan CON MI GUITARRA traguta waqtaspa maatallaha when the day dreams ALLORAR mana roqoyoq MIS PENAS, hamuni JUNTO ATU VENTANA wayllullasqayta yachanaykipaq and the night is another shape of your body ima nisparaq ESCRITOS MITIMAES Hacia uno postica anding postmodesna TANKAR espesura de espinas KICHKACHA mojada por la lluvia lluviecita RURUSAPACHA seminal YMAYNALLARAQ por qué sera? QUYAWANKICHU por qué serds ima nisparaq and the rivers of our bodies are another shape of music Ithaca, febrero de 1983 Harlem, agosto de 1993 Harlem, enero de 1995 Tradiciones Libres Traducciones AGNTRODUCAON) Luego de cantar y recorrer vastas zonas intimas limita saber que alguien te pide traducir las canciones quechuas: empobrece hacerlo literalmente. Mucho de la fuerza pottica del quechua se da al interior de la formacién aglutinante de la palabra. Podemos ver, por ejem- plo, que la cantidad de asociaciones que da el verbo “kay” (ser/estar) en conbinacién con sus derivativos es de una riqueza y movilidad mayores que la pesada connotacién estatica del ser indoeuropeo, base de las mas alucinantes ontologias. Una riqueza semantica parecida resulta de la utilizacion del diminutivo —cha— en los verbos amatorios y no amatorios, en donde parece ser que la miniaturizacién del afecto es un valor que apunta, tras una extrahia unién de contrarios, a un nivel césmico y expansivo. £1 Huayno amalgama al quechua y al castellano con una retérica que va en funcién a un ritual y una tradicién que nunca han deja- do de ser vitales, dindmicas, y sugerentes. Los ejercicios poéticos que siguen registran el sen- tido de un texto en una lengua por medio de imagenes afines asociadas en la otra. La tradi cién no es sélo un esquema repetitivo. Tanto en su espacio ritual como fuera de él puede también ser una forma de libertad. Esta libre tradicién recoge sus flores en los campos hume- dos del sentido que bordea la armazén estatica del concepto... Y se expande. A la version original escrita en quechua y castellano se le afiade ahora, a cinco afios del milenio, una ver- sion en inglés sugerida con entusiasmo por William Rowe. Quizas este evento sea ya una muestra de una estética andina postmodema, cuya dindmica sorprendente esta aun por articularse . Este poema fue publicado en Travesia: Journal of Latin American Cultural Studies, Vol. 5, No. 1, 1996. Agradezco a William Rowe la traduccién de la introduccién. Descubriendo el descubrimiento DESCUBRIENDO EL DESCUBRIMIENTO En lo que respecta a la llamada “América” o el “Nuevo Mundo’, la nocién misma de descubrimiento implica una serie de falacias que, mas perniciosas que los tiros, los quetes y los fumeques, forman parte de nues- tras adiciones vitales de seres colonizados. Si mis calculos no andan mal, segun el calendario Nahuatl’, el lapso del 1 al 20 de octubre corresponde al mes Tepeilhuitl, mientras que los dias 11 y 12 corresponden al afio 5 cone- jo. Cada una de estas fechas tiene un simbolismo de vastas posibilidades interpretativas, pero mi ignorancia de hombre “americano” no me permite dar cuenta de ellas. Esta incomprensién no mejora cuando paso a referirme a la naturaleza del tiempo en los andes pre- y post- atahudlpicos. Aqui, no me queda otro remedio que recurrir a Guaman Poma’. Uma Raimi Quilla, es el nombre que le corresponde a Octubre seguin el principe autor. En la época pre-atahualpica, el Uma Raimi Quilla o mes de la fiesta principal, con- sistia en una serie de ritos de penitencia donde los hombres hacian sus ofrendas a las wakas para pedirles Iluvias, y hacian invocaciones a Runakamagq y Wari Wira Cocha, ambas manifestaciones creadoras y genera- trices. Si en la época pre-atahudlpica Wiracocha era un dios creador impor- tante, sintesis entre los principios masculinos y femeninos, luego de la con- quista el wiracocha pasa a ser el hombre conquistador: el generador del orden colonial. Actualmente vivimos en el tiempo de los wiracochas: el “tiempo real" del calendario occidental. De acuerdo a ese tiempo se nos dice que el doce de Octubre se celebra el descubrimiento de “América”, porcién del planeta nombrada por los europeos en alusién a un oscuro dibujante de mapas. Se nos dice también que en 1992 vamos a recordar los 500 aos de uno de los mas grandes genocidios de la historia de la "Ver: Laurette Séjourné: El pensamiento Nahuatl cifrado por los Calendarios. Siglo XX, México, 1981. La portada del libro tiene un texto muy sugerente sacado de los antiquos cédices mexicanos: “luego ‘como empez6 el tiempo empez6 el pecado i las cosas” * Guaman Poma de Ayala, Felipe: Nueva Cronica y Buen Gobierno. Siglo XXI, IEP. México, Lima. 1980. 9 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andine posimoderna humanidad. No sabemos cémo podrian ser interpretados estos eventos desde la perspectiva del calendario Nahuatl o del Incaico', pero a unos cuantos dias de 12 de octubre de 1991, es por lo menos necesaria una reflexion acerca del “descubrimiento”. De entrada, este concepto tiene una base racista. El descubrimiento de América, por parte de un agente europeo afirma la humanidad de éste y niega la de los antiguos pobladores de estas tierras. Asi, cuenta mas la megalomania, la ansiedad de fama y riqueza, la neurosis catdlica y el desarraigo de Colén y sus navegantes, que el conocimiento vivido de los caribefios de sus tierras. Las cegueras mentales de este personaje le hacen ver en las islas del Caribe no a seres humanos sino a posibles buscadores de oro, esclavos, concubinas y alimento de los perros en casos de insumision. Si toda aventura de colonizacion es, en ulti- ma instancia, una negacién de la humanidad del colonizado, no es casual que dentro del mismo término colonizacién esté inmerso el nombre de un personaje que para Europa fue el Almirante del descubrimiento, y para nuestros abuelos el Almirante del terror. Si la humanidad de los abuelos fue negada por la invasién, esto no constituyé sélo un momento, pues, como bien sabemos, la iglesia se did el derecho de discutir si los ‘indios’, eran o no humanos, mientras que nuestro numero decrecia a causa de una explotacién y genocidio sin precedentes en la historia de la humanidad. Desde el punto de vista del europeo esto sigue la Idgica de la invasién: el que invade es el que acufia los términos coloniales?. Al cabo de los siglos no es casual ni extrafio, entonces, que intente reforzar su fantasia de ser el agente unico y central de la historia universal, celebrando el llamado des- cubrimiento. Es, pues, una movida ideolégica de gran coherencia interna Lo que si resulta extrafio es que entre nosotros, indios, e hijos de indios, herederos de la violencia colonial, el nivel de alienacién sea tan profundo que nos permita aun contemplar la celebracién del evento. Si a los judios, —como lo hace notar un paisano aymara del Perti en una declaracién pe- riodistica— la simple posibilidad de celebrar la llegada de Hitler al poder les causaria espanto, tanto o mas espanto debe causarnos aceptar el hecho y las consecuencias de haber sido “descubiertos”. ;Quiere decir eso que nuestros abuelos no tenian conciencia y no eran humanos? jque su modo de vivir no era valido? ¢que su conocimiento, al no coincidir con la textua- lidad de los mitos cristianos era obra del demonio y debio ser eliminada? éque nuestros aportes en astronomia, arquitectura, hidrdulica, musica, filosofia, agronomia y matemiaticas no eran lo suficiente para producir las “Tienen una base matemstica y astronémica tan solida y sofisticada como la del “tempo real” occ- dental. * Como, por ejemplo lo hacian los incas al imponer al dios sol junto a las wakas locales de las diferentes etnias conquistadas por el Tahuantinsuyo. i f I t Descubriendo el descubrimiento mas diversas formas de vivir humanamente?. Una reflexién profunda nos debe hacer evaluar y descubrir qué es lo que hay de encubierto y descu- bierto cuando se habla del descubrimiento. Hay que recuperar la capacidad de ser sujetos de nuestros propios enunciados. Tal vez, al momento de la llegada de las carabelas a las islas de los arahuacos, tainos y siboneyes, los abuelos hayan sido los primeros en descubrir objetos extrafios acercandose a las playas. De la misma forma, es muy probable que un campesino de Urubamba haya sido el primero en ver a Hiram Bingham, un arquedlogo egolatra y desvariado con un gran futuro de huaquero o saqueador de pa- trimonios culturales que, supuestamente estaria subiendo una ladera para “descubrir” Machupiqchu, uno de nuestros lugares mas queridos. Muchos de nosotros empezamos esa tarea, pero es de esperar que la alienacién generalizada sea pasto para otra bacanal ideoldgica a celebrarse el ano entrante, porque “en octubre no hay milagros” como dijo hace tiempo el novelista Oswaldo Reinoso, haciendo referencia al Senor de Los Milagros, 0 Cristo de Pachacamilla, dios de los negros y demas desposeidos, que en este tiempo de wiracochas y eurocentrismos es otra forma de referirse al dios Pachakamaq que, ubicada al occidente del Tahuantinsuyo, y balan- ceando el poder generador del lago Titiqaga, era una de las wakas mas importantes de aquel entonces. Brooklyn, 1 de octubre de 1991 La cabeza de vaca y ei corazén fuera del centro LA CABEZA DE VACA Y EL CORAZON FUERA DEL CENTRO En una reciente entrevista concedida al Diario/La Prensa (Mayo 22, 1992), el realizador mexicano Nicolas Echevarria, sostiene que el personaje central de la pelicula Cabeza de Vaca, un conquistador de! mismo nombre, seria un solitario prototipo del hombre latinoamericano: a mitad de camino entre lo indio y lo espanol. Para él, Cabeza de Vaca entra con una actitud abierta a una tierra virgen, de un modo parecido a los curas que, al estudiar las religiosidad nativa para destruirla la habrian rescatado. Lo cual lo haria especialmente abierto a lo desconocido. Todo eso desde el punto de vista de un latinoamericano, cuyo centro esta mas en las europas que en el aporte indio. De ahi que se deje de tomar en consideracién que para nues- tra parte nativa la fecundidad de la tierra no supone su virginidad sexual, que la relacién de los humanos con los dioses tiene plena validez religiosa, y que el habitat ancestral no es desconocido. Porque los mohos retéricos de lo latinoamericano se alimentan de una complicidad epistémica y espiri- tual con occidente en desmedro de la mérbida “otredad” de los indios. El afiche de la pelicula muestra una inmensa cruz blanca cargada por decenas de indios, que cruzan una tierra baldia acompanados por un conquistador que toca tambor. Es el mejor logro de Echevarria: darnos una imagen visual que nos mueve profundamente. Pero si el significado de esta metafora es obvio en lo referente a la presencia del cristianismo y occidente en Abya- yala/América, lo es mucho menos en lo referente a la identidad y la con- ciencia artistica del realizador: lo obliga a desconocer la parte india del yo y a proyectarla como un objeto. La cabeza de vaca del artista esta fuera del centro. Por eso es que en la pelicula el conquistador, Alvar Nunez, pasa de ser naufrago a prisionero, sirviente de unos indios monosilabicos, aprendiz de brujo, curandero, revividor de muertos, guia de una tribu de indios errantes y, por ultimo a un solitario que vuelve a juntarse con su tribu de busca-oros, En todo este proceso los tinicos que hablan algo inteligible son los espafioles, mientras que los indios no tienen derecho a una humanidad 13 ESCRITOS MITIMAES Hacio postmoderna con lenguaje claro. Estan obligados a lo exdtico, y si es cierto que el curan- dero tiene un gran poder es, de acuerdo a la fantasia de Echevarria, al hom- bre blanco al que le toca la purificacién final: revivir a una muerta dentro del espacio sagrado de la pirdmide. Si esta pelicula viniera de Hollywood, hubiese seguido siendo inaceptable aunque comprensible dentro de la lég- ica del imperio. El problema se presenta cuando nosotros, los supuestos creadores “latinoamericanos” no solo otrificamos la indianidad del que esta en los contornos si no también la que esta muy al interior nuestro. Esta patologia colectiva tiene funestas consecuencias en tiempos de crisis, en donde el otro se deshumaniza y debe ser convertido en un chivo expiatorio: un objeto que debe ser eliminado. Si algo le toca al arte y a los amplios espacios que ha explorado en tiempos recientes, es trascender estas retéri- cas y alcanzar un nivel visionario que nos permita reconciliar nuestras con- tradicciones, creativa y libertariamente, para no seguir viviendo con una inmensa cruz blanca bien clavada en los centros vitales. Harlem, 10 de junio de 1992 Muyurina MUYURINA Muyurina ojo de agua y musica circular hondo torrente que corre mas adentro que los suefios mas adentro que la lejana poesia de lo indecible the origin is not the word chaynata purispari iremos de vuelta al origen. Un chorro de luz cruza la grama. Alguien escarba al pie del arbol. Chisi tuta musqusqaypi. I don't believe, Duchamp said, in the verb, to be, “Ido not believe that | am.” Commune problem: communes’re filled with gurus, needing (not having) others, “to guru.” (Cage) En México de Maria qtie amé la botella de leche de Eielson lo actual es la época Postcuauthemoc 15 ESCRITOS MITIMAES Hacia uno poética andina post fioganchikpaqri la edad post Atahudlpica Para Guamédn Poma la edad de cristianos pero hasta dénde camina el Expreso Puquio Pérez Albela en manos de Manuelcha? Prado de Retamas y Tayas cargando el fuego ritual de los espacios perdidos? Y hasta dénde se esconde el lenguaje intimo que se esconde en la grama de la llaqta cuando es tiempo de arar las palabras y no pasa la yunta por las piedras?: jPero el huayno de los arrieros canta alegremente! Even in the museum of natural History el espiritu de las cosas trasciende el tiempo: no tienen limites los antiguos. Hemos abierto compuertas para las que no estamos preparados: Keith Haring the urban primitive —aestetic freedon or cannibalism vende bien Lo dicen mi camisa comprada en el village y los tejidos de Guatemala en Guerra los aretes del Peru en Guerra el lapis lazuli de Afganistan en Guerra el algodén de China en Guerra con el raro resplandor de la sangre sobre la moneda. 1A Muyuring Y la castrada otredad es un lugar comtin como una trenza o una spiritual quena in the subway y los musicos en ego y guerra constante como victimas privilegiadas més alla de las victimas reales de los andes. Sequia, Ausencia de ego silente para trascender el ego mientras la ballena blanca baila su propio horror en el desierto y en las margenes. Porque el sacrificio es continuidad. GES? (Bataille) jo mas bien la mascara colectiva preparandose a caminar around Wall Street where Lady Liberty waits to be married to Colombus? We do not believe in what we are no estamos preparados para los Quinientos Afios: la queja no es suficiente : |a propuesta tampoco: el silencio antecede a la musica y el baile. En el principio no estan la palabra ni las inméviles escrituras avanzando desesperadas hasta el final del tiempo. La insistencia en el pozo ola serpiente mordiéndose la cola that and the full circle are not the same thing. El silencio de la escritura no es el silencio del lenguaje. El Silencio nacesario es el Silencio Nahual Tonal (Estela) El silencio sustenta la musica a ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética ai moderna y oigo las tarkas sonar en Saint Marks: un lugar del mundo donde la locura esta contenta y bien la pulsacion del instante, pero la ausencia de cosmos casi enloquece al galactico: se lo veia con los ojos tristes al retornar del Cuzco y al retornar del Cuzco més triste aun: asi arden las margenes del circulo en setiembre entrado el otono unseasonal 90 degrees: that’s the new world order a la caida de los Soviets los suefos transitan entre la intransigencia y un silencio reciente los suefios the new world order los suefios rotos muyurinapi muyuykullaptiy sonqullay pensankiraqchu songollay kutimunayta the new world order: nieva en abril\inka raymi templado en febrero\pawkar waray y la Corriente del Nifto seca e inunda los campos de horror de la llaqta: han cambiado las estaciones pero entre los angulos candentes de la pesadilla estupida de Descartes sdlo la calma y el resplandor usurpan el centro quedamos: al otro lado de las hogueras 18 Muyuring. con ciertas plantas y ciertos cantos. Tutas purini linternachayoq manayki manayki — yachanayrayku. Richard West [Cheyenne] “We will always remember who we are as long as we keep dancing”. Un Taki Onqgoy no del conocimiento mas bien/mas mejor del espiritu: del cuerpo. Los que no semos: somos. Yanallay pensankiraqchu. Sonqullay kutimunayta de vuelta al centro que va girando por todas partes. Brooklyn y Harlem, 1990 y 1992 Brooklyn, 1997 19 Sobre 1a coca y el simbolismo de lo blanco SOBRE LA COCA Y EL SIMBOLISMO DE LO BLANCO ' “El mundo moderno, occidental y cristiano ha reemplazado la busqueda de la salvacion por la busqueda de la salud, a los sacerdotes por los médicos y psiquiatras y tiende, en general, a medicalizar las vida entera. No resulta extrario, por ello, que justamente entre médicos y psiquiatras hayan surgido inquisidores, exorcistas y extirpadores de idolatrias”. Para nosotros, los andinos, es necesario tener bien claro cuales son nuestras metaforas centrales cada vez que los discursos oficiales nos alu- den. Una desvirtuacién paranoide, en principio, y etnocida a largo alcance, en el discurso oficial de las drogas hace que la posicién central, comunal, ri- tual, cultural y religiosa de la coca sea desplazada por la fascinacion occi- dental por los discursos y la dinamica de la polucién. Si la economia, la poética, el erotismo, las aperturas y cerrazones existenciales, y la violencia que acompafan a la cocaina confluyen a una gran polucién del espiritu y el cuerpo occidental y sus allegados, el origen de esta polucién tiende a ser percibido no como autogenerado, sino como hechura de alguien a quien los antiguos inquisidores se deleitaban mandandolo a la hoguera: el otro. En este caso, el indio. Pero dentro de nuestra tradici6n comunal andina se sostiene que la Mama Coca tiene un caracter sagrado’. Esto es importante. Parte de su sacralidad se debe a su caracter eminentemente cohesivo y mediador. En el ritual, la comunicacién entre humanos y dioses no es posible sin la presen- ienen una base matemafica y astronémica tan sélida y sofisticada como la del “tiempo real” occ dental. * Cuando hablamos de este caracter sagrado debemos tener cuidado en senalar que distamos aun de un conocimiento cabal de la espiritualidad expresada por el simbolo de la Mama Coca. Muchas veces e! desmembramiento critico merma la totalidad evocadora. 2 RITOS MITIMAES Hacio una postica andina postmoderno cia de la coca tanto en el pago y la ofrenda, como en su chaqchado, uno de cuyos efectos es el de darnos una actitud meditativa y reverencial. La buena conducci6n del ritual! abre la posibilidad de la abundancia cosmica. La hoja de coca es también uno de los medios por los cuales el adivino puede resolver ciertos enigmas del tiempo y los afectos. Ella acompafia a la comu- nicacién entre los humanos en reuniones comunales, en descansos en la jornada de trabajo, y en la soledad misma. Media también en la relacion vio- lenta de ciertas enfermedades con el cuerpo y, en condiciones normales, sirve como un importante suplemento alimentario. El cultivo de la coca en la amazonia y su consumo tradicional en los andes ilustra también un aspecto de la integracion y complementaridad de los pisos ecoldgicos. Al igual que la papa, el camote, los frijoles, la quinina, el caucho, la yuca, el tomate y el algodén, la hoja de coca es parte de una larga tradicién de productos andinos, amazénicos, mesoamericanos, indios, que terminan ya sea en su forma original o en sus derivados, teniendo un rol central den- tro de la economia del mundo’. Esto sucede de manera mas visible con los minerales. En ambos casos, los productos originales no solo de los andes sino de otros territorios indios, sirven para Ilenar ciertos vacios sistémicos del imperio, pero siendo transformados y banalizados en el proceso. Asi, fuera de su contexto y su coherencia original, el verde profundo de la coca —espeso y lleno de sugerencias, como si se tratara de la piel de un animal sagrado— ha sido reemplazado por una necesidad profunda y contradicto- ria del espiritu occidental: el simbolismo de lo blanco que construye sus dulzuras y sus horrores, mediante una oposicion obsesiva y mutilante con lo oscuro. Si en occidente el simbolismo de lo blanco cubre lo divino, lo racial, estético y racional, no parece casual que, en el momento postmoderno, la droga’ que marca la polucién necesaria sea el oro blanco: la cocaina. En la década de los sesenta y la primera mitad de los afios setenta, las formas de vida contraculturales de occidente habian encontrado ciertas drogas que ayudaban al caracter expansivo de su busqueda existencial. La marihuana, el acido, la mescalina, el San Pedro, el Peyote, los hongos, la Ayahuasca y el hachis, eran los vehiculos, por los cuales toda una generacién se lanz6 a recuperar y expresar una parte reprimida y escondida de la cultura oc ' Sabido es, por ejemplo, que la papa resuelve los problemas alimentarios de un pueblo europeo que a su llegada no podia alimentarse adecuadamente, pero que sin embargo habia adoptado el desarrollo de las armas y el monoteismo como marcas de civilizacion. Ver: Jack Weatherford Indian Givers Crown Publishers, Inc, NY 1988. *Tenemos que repetir otro lugar comin. Fuera de ciertas realidades bioquimicas, las drogas son mas una construcién cultural que una realidad autoevidente. Por ejemplo, el alcohol, el tabaco y los antibidticos, pesea tener un efecto bien fuerte en el organismo, no son consideradas como drogas. 2? Batzailoicoce! ys sim bollsmio Ce 1 ama zt dental: el caos y la irracionalidad. Los momentos més visionarios de esta contracultura produjeron un rico bagaje espiritual y corporal y hacian suponer que la revolucién y el gran cambio estaban a la vuelta de la esquina. Pero a la vuelta de la esquina hay un reflujo conservador que se da a partir de la crisis del petrdleo y hace que la metéfora de la paz hippie vaya siendo paulatinamente reemplazada por los mil rostros de la violencia y la muerte que acompanan a los periodos de profunda cerrazon. Es entonces, que el oro blanco de la cocaina, un producto que ya habia asistido al nacimiento del psicoanilisis, a la adiccin de las bebidas gaseosas y tal vez a las bifurcaciones existenciales de las vanguardias artisticas, deja su puesto modesto en el escenario de la polucion y toma un resplandor central. Si la totalidad de la hoja de coca puede ser tomada como base de su representatividad comunal, la separacion y la magnificacién occidental de un solo alcaloide como materia prima de la cocaina puede, a su vez, ser tomada como adecuada para una cultura cuya poética se basa en la indi- vidualidad atomizada'. En estados de alteridad de la conciencia, la individ- ualidad atomizada se revela contra su condicién cotidiana. Una minima familiaridad con la cocaina nos hace ver que un aspecto central de su poéti- ca es el de la exaltacidn de la comunicacion, cosa que vamos haciendo con una intensidad agotadora, como si ya estuviéramos al punto de alcanzar la unidad perdida. El espacio de éxtasis —embriaguez de falsa conciencia y erotismo abismal— propiciado por la cocaina se aparta del orden cotidiano para crear una ambigtiedad deslumbrante, movida por la ansiedad y la angustia. La huidiza plenitud siempre parece estar detras de la proxima dosis, y las palabras que habian tratado de comunicarlo todo, sobrevuelan los vientos confusos de las resacas. La Ilegada es siempre imposible. En determinado momento la profunda y fascinante poética de lo blanco revela también, que lo blanco, como ausencia de color, esconde un profundo vacio. Aqui, lo que hace la Mama Coca por intermedio de una de sus crias, es solamente revelar una contradiccién profunda del espiritu: esa necesidad humana de que el éxtasis y la muerte se toquen a cada paso’. Si la compul- sividad de la cocaina nos da una falsa ilusi6n de poder y megalomania en el * Baldomero Caceres ( op. cit. pp 19) ilustra que “...l0s cientificos occidentales..con su habitual método desintegrador, separarian uno de los elementos contenides en la hoja (el erythroxion de Gardeke..ll>- mado més tarde cocaina por Nieman...), al cual, arbitrariamente, se redujo todos sus efectos”. Sila coca €5 un producto andino, la cocaina es un producto occidental. * Las contradicciones y paradojas acompafian siempre al ser humano. El problema no es la existencia de paradojas sino la forma en,que brega con ellas. Esta dinamica, bien entendida en el calendario ritual de las sociedades primales en donde el rito reconcilia con la otredad reprimida por el orden cotidiano, es muy peligrosa en una sociedad unidimensional en donde las religiones oficiales han creado un circulo del terror que defiende a lo blanco de lo blanco sin que el espiritu tenga la quia suficiente para enfrentar y teconciliarse con el caos. 23 ESCRITOS MITIMAES Hacio un poétice ending posimoderna flujo y, una sensacién abismal y paranoica en el reflujo, su caracter adictivo y la gran cantidad de capitales que genera ponen a su poética y economia, a su simbolismo blanco, casi como una necesidad sistémica. Todo lo cual es decir que los billones de délares de la economia de la cocaina tienen su ori- gen fundamental en ciertas contradicciones existenciales y sistémicas de los paises consumidores, y que solo mas tarde pasan a ser un pilar de la economia de los traficantes y campesinos cultivadores, y también de los paises productores. Ahora bien, la violencia es un elemento central tanto de la economia como de la postica de la cocaina. Hablar de la economia de la cocaina desde un punto de vista delin- cuencial, en donde se mezclan indistintamente la exuberancia de los capos colombianos, los dobles estandares de los policias y gobernantes corruptos, la participacién de las guerrillas a favor y en contra de la economia capita- lista mundial, los grandes mercados de carros de lujo de los jovenes de ba- rrios pobres de las grandes metrépolis, el auge econémico de los traficantes de armas, la proliferacin de callejones sin salida de los adictos pobres, los estragos corporales de una generacién de jévenes paqueteros perdidos historicamente, y la agresividad econdmica de los corredores de Wall Street, es ya parte de toda una ret6rica represiva e informativa oficial. Las retoricas no andan ahi por gusto. Aqui, en primera instancia, ponen a la sociedad ofi- cial a la defensiva para que esta pueda defenderse moral, policial o militar- mente, contra la “oscura” amenaza a su valores. Pero también, como cualquier otro acto ideolégico 0 como todo enunciado categérico, escon- den algo. El espacio del éxtasis producido en el lado del consumidor parece olvidar el trabajo y los trabajadores que generan todo esto: esta riqueza ha sido producida por miles de campesinos andinos y amazonicos que, atrai- dos por la posibilidad de ingresos inimaginables de otra manera, operan en un espacio de violencia, corrupcion y terror.jEs por eso que hay una angus- tia inexplicable que acomparia al consumo de la cocaina? La transformacion del trabajo, la explotacién y la violencia de los espacios productores nativos en elementos centrales, deslumbrantes, cargados de simbolismo blanco, de la economia politica y simbolica del imperio es algo que ya se ve en la tem- prana economia de la plata, cuando miles de seres humanos mueren en las entranas de los andes, obligados a transgedir el equilibrio interno de los Apus, para activar la economia de los reyes, banqueros y piratas de Europa. Hay pues, en ciertas zonas del simbolismo blanco, una imagen refleja de un profundo espacio del terror. Objetivamente, este espacio del terror esta generado por la centralidad del simbolismo de lo blanco y no a la inversa. 24 sobre I ca y el simbolismo ae Io blanco Pero ideolégicamente son los otros, los oscuros, a los que se le da la respon- sabilidad de generar la polucién que amenaza a una sociedad paranoica. Lo Unico que hace este trasfondo histdrico es darle mas dramatismo aun espacio de violencia muy real en el cual, sin embargo, se mantiene un equilibrio muy precario entre una serie de elementos: la necesidades de los campesinos productores, la actuacién ambigua de las guerrillas, el aparato represor-corruptor del estado y la intervencién erradicadora-comsumidora del imperio. Que éste equilibrio precario, cuya valvula de escape es un desangre de baja intensidad en algunos de los actores, pueda romperse en cualquier momento, no seria nada sorpresivo, con consecuencias desas- trosas para miles de seres humanos. k f { ; k El necesario cuestionamiento de los intentos represivos imperiales, no debe dejar de reconocer que el eje central de este espacio violento es la actitud paraddjica del imperio que por un lado crea la necesidad espiritual de la polucién y por otro, transforma a los productores en chivos expiato- rios. Asi, el imperio y el campesino andino y amazénico parecerian estar en una contradiccién irreconciliable, que sin embargo alimenta una millonaria economia. Todos los demas elementos son apenas mediadores y, parten de una economia simbdlica en donde el imperio, incapaz de reconocer la pro- funda contradiccién espiritual de su simbolismo blanco, proyecta la resolu- cidn violenta de esa contradiccién en el cuerpo y el trabajo de los campesinos. Una vez extraido el trabajo del campesino y del indio, hay que eliminar su otredad utilizando también a elementos “nacionales” como parte instrumental y periférica del amenazado “yo” o “sujeto” occidental. El imperio necesita de esa violencia para expiarse a través del otro, y no sabe- mos qué pasaria si de pronto la amazonia andina deja de producir por com- pleto, o silos requerimientos industriales de la transformacién de la coca en cocaina dejaran de ser una seria amenaza al balance ecolégico de las selvas altas. Si el simbolismo de lo blanco habia producido su imagen inversa al intentar, en ultima instancia, cortar de raiz nuestra continuidad cultural, tal _ parece que la Mama Coca, planta sagrada y poderosa, habia creado su ima- gen inversa al resaltar los lados violentos y desbalances espirituales de ese simbolismo. Brooklyn, 1990 2 leak y la estética del horror IRAK Y LA ESTETICA DEL HORROR El horror tiene muchos matices en estos dias que abunda como una mercancia de consumo masivo. No sdlo deshumaniza a los que lo con- sumen en las pantallas de television y las paginas de los diarios, sino que rel- ega al otro, al destinatario principal de su agresi6n, a un plano en que éste ya no existe como ser humano, sino como un objeto odiado, un chivo ex- piatorio que debe ser destruido viciosamente, para expiar la propia polu- cién de una sociedad enferma. Asi, Irak es poco més que una pieza de infor- maci6n en toda una estética de la muerte, en donde la precision informati- ca de los misiles y las computadoras vale mas que la vida sin vida de los iraquies y las minorias pobres del frente de batalla. Ahora comprendo bien el horror que senti hace diez afios, cuando en un pueblo de New England, tierra fértil del Moby Dick puritano y de los misiles Patriot, pude escuchar una sesién de musica electronica de vanguardia, cuya intencién era sacar de quicio y asustar a los oyentes, quienes, producto de una cultura en donde ya Nietzche dijo que Dios habia muerto, escuchaban esos acordes con sumo respeto religioso. Esa vez fue sdlo reconocer al humano postrado frente a la maquina, inmerso en un mundo el revés, segtin las palabras de Guaman Poma. Pero en estos diez afios de Reaganomics y de contraccién espiritual hemos sido crecientes participes de una estética del horror. Se manifiesta desde la “inocencia” de los juegos en video —un ensayo sicopolitico de la destruccién cosificada del otro—, la erotizacién de la muerte del MTV, el vacfo existencial yuppie y los tonos suaves y distantes de su moda, la mo- ralizacién reaccionaria y castrante de la crisis del SIDA, la reduccién de la teciprocidad sicopolitica de las personas a la esfera de un yo aislado y autoacusatorio, el olvido de vastas zonas del planeta asediadas por el ham- bre mientras la maquina industrial lo devora todo, el cinturén de castidad de las ideologias fo3ilizadas y poluidas, hasta la ritualizacién regresiva de la violencia en varias partes del planeta. Y la verdadera extensidn de esta estética se ve en la primera noche del ataque a Badgad, cuando un peri- 27, ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andine postmoderna odista de CNN habla de la belleza de las luces que el bombardeo produce, como si se tratara de una celebracién del Cuatro de Julio. Luego todo lo demas cae en su lugar: aquella noche, reducidos los iraquies a chivos expi- atorios y laboratorios vivos de prueba de armamentos, hay una euforia gen- eralizada por las precision y el triunfo de la tecnologia occidental en el campo de batalla. Asi, la belleza de la precisién cientifica occidental vale mas que todo: los seres humanos, la estabilidad ecolégica del planeta, el dia, la noche y la amplitud de los cielos desgarrados por una gran polucion fisica y espiritual. Nos preguntamos si Platén y Sécrates, para quienes —en la alborada de la filosofia occidental— la belleza era buena y lo demas descartable, estarian de acuerdo con estos actos. Nos preguntamos tam- bién cuan contentos, envidiosos y atragantados de residuos humanos deben estar los terribles dioses castigadores y excluyentes de las tradi- ciones judia, cristiana e islamica, simientes paralelas del capitalismo occi- dental. Y en un plano mas actual nos preguntamos {cual sera el limite historico de todo esto? jHasta qué punto occidente esta tragandose su propia cola de escorpién, al tratar de destruir el origen de su propia c lizacién que viene de las cuencas del Tigris y el Eufrates? ;Cual es el precio que tienen que pagar los “otros” para acompanar a occidente en la caida violenta en su propio abismo? ;Qué nuevas respuestas urgentes dardn los nuevos y no tan antiguos espiritus criticos, creativos y rebeldes que cami- nan éstas y esas calles y campos?. Y, sobre todo: gcomo lograran sobrevivir los habitantes de Irak, cuyas mil y una noches de imaginacion y erotismo han sido reducidas a noches sin noche?. Son preguntas que la necesaria vol- untad de trascender la estética oficial del horror debe plantear e intentar responder. Brooklyn, enero de 1991 28 La camara cruel y el linchomiento LA CAMARA CRUEL Y EL LINCHAMIENTO Que los programas de Cristina exploren zonas de vida y actuacion marginales no para comprenderlos en su dinamica profunda sino para reforzar los valores de un centro cultural difuso, es algo que se tiene que senalar de entrada. Pero la intencién de esta nota no es la de detenerse en la banalizaci6n televisiva, sino la de hacer un comentario a unas escenas de linchamiento, sacadas fuera de contexto de un pais en guerra, que de hecho vive una intensa busqueda de chivos expiatorios, o victimas sacrificales de una compleja ritualizaci6n retérica de la violencia. Se trata del PerU. Los que vieron el programa de Cristina el lunes 30 de agosto de 1993, pueden co- rroborar los lineamientos generales de la historia. Hace un par de meses un técnico electricista fue a buscar una pieza a un barrio popular que no era el suyo. Esto coincidié con la violacién de una nifa de diez afos, en un lugar en que este tipo de agresién contra la mujer y la delincuencia comin son frecuentes. Los pobladores del lugar, cansados de este tipo de actos, y sa- biendo que el aparato policial del estado no era eficiente, habian acordado un mes antes ajusticiar a la primera persona que cometiera un delito. Ante las quejas de la nifia, la poblacidn identifica al electricista como culpable y lo empieza a golpear despiadadamente. Hay un creciente proceso de degradacién fisica del hombre que poco a poco va siendo desnudado: la violencia trasciende el pudor que supuestamente debié evitar la violacién. _ Para suerte de Juan Zavala, una periodista televisiva pasaba por ahi y, al ver un barullo descubre el evento y se pone a filmar por largo rato, dejando que la camara se deje capturar por ese elemento fascinante de la violencia, por la irresistible estética del horror. Ya cuando la poblacién ha tirado a Juan Zavala a un hoyo, lo ha cubierto de lefia y no ha encontrado fuego para prenderle, es que Isabel Rengifo, la periodista en cuestion, recobra su _ humanidad y los valores de respeto a la vida que sustentan su nivel coti- diano, trasciende el circulo de la violencia, vence el miedo a enfrentarse a una multitud enardecida, y apoyandose en el poder y prestigio de la camara 29 ESCRITOS MITIMAES Hocio una poética andina pastmoderna y el status periodistico, decide oponerse a la ejecucién de Juan Zavala. Siguen momentos tensos en que aparece un policia de civil que apoya a |sabel Rengifo y luego un grupo de policias de guardia se llevan a Juan Zavala a la comisaria y lo mantienen preso, suponiendo (sin prueba con- tundente), que el hombre es, en efecto, el violador. Una posterior declaracidn de la nifa parece indicar como autor de la violacion a otro chivo expiatorio por excelencia: un negro. Lo que sigue es ya tipico de la absurda violencia que se vive en el pais. Una vez mas se enfrentan dos familias pobres —la de Zavala y la de la Nina— bajo la mediaci6n de un estado débil y de una burocracia ineficiente, que en todo caso se convierte en un peso mas para ellos. Ya disipado el fragor ritual del momento, los que participan en la paliza se niegan a declarar. En cierta forma todos pierden. {Pero es asi realmente? Mas alla del estado de perplejidad ante lo supuestamente “sal- vaje” o “irracional” sobre el cual se ha levantado el andamiaje del programa televisivo, es necesario reflexionar sobre el asunto por lo menos en tres niveles: a) el de la dinamica del sacrificio; b) el de los encuentros y desen- cuentros entre la justicia popular y la justicia formal en el Peru y; c) el del voyerismo no sélo de la cémara sino del espectador general. Solo asi podremos llegar a entender lenta y paulatinamente que el sacrificio, ese grado Ultimo de violencia que trasciende nuestros valores cotidianos y nor- males, parece ser una presencia recurrente de la condicién humana. Mediante este el orden se refuerza al transgredirse. Lo que la poblacién enardecida quiere es orden y paz, pero para ello tiene que llegar a un des- orden limite: el linchamiento. El lenguaje de la civilidad del grupo requiere de su transgresi6n sacrifical, del caos. Es necesario un castigo, un escarmiento. El escarmiento requiere del chivo expiatorio. El chivo expiato- rio permite proyectar las tensiones y agresiones del grupo que se va purifi- cando mediante este acto de agresién, de la deshumanizacién de Juan Zavala a través de su desnudez y la deformaci6n de su cuerpo. Por eso no es extrafho que Juan Zavala no sea del lugar, como tampoco es extraio que nadie quiera testificar. Ya el escarmiento ha sido planteado claramente. Y la camara ha sido aceptada como un recurso aleccionador del castigo. Ademés, hay una comunicacion extraha entre Juan Zavala y sus victimarios: en medio de los golpes dice ser culpable, pero luego cambia de testimonio en la carcel. Es el resultado de la tortura: la victima es forzada a estar de acuerdo con la racionalidad del victimario. Este ya esta exento de toda culpa, su causa es justa, viene de un orden que se magnifica. Le toca entonces a una persona extrana al lugar romper la fascinacion y salvar no s6lo a Juan Zavala sino a todos los demas. Este tipo de actos se han sucedi- do a lo largo y ancho del mundo y en el Perti su recurrencia en los ultimos afios es cabalgante. Solo basta recordar que estamos en un pais de un nivel 20 La camara cruel y el linchamiento de crisis y violencia muy agudos. Al margen del tradicional andlisis pura- mente politico de hechos como éste, es conveniente revisar los trabajos de Gonzalo Portocarrero y de Georges Bataille —sobre las mentalidades po- pulares y la relacién entre el erotismo y la muerte respectivamente'— para entender mejor nuestro rechazo y a la vez necesidad de la violencia. La cri- sis estructural, las pobreza, las privaciones de la vida cotidiana, han conver- tido al Pert en caldo de cultivo de este tipo de actos. Pero suponer que ellos suceden simplemente como consecuencia de los juicios populares, del vi- gilantismo de los ronderos, del aumento de la delincuencia y una general degradacién de la mujer y de la sexualidad, seria un error de enfoque. Los linchamientos y las hogueras tienen precedentes en todas partes. No son zonas de comportamiento “socialmente desviado", exclusivas del Pert o de un pais en “desarrollo”. Para darse cuenta de esto basta recordar cémo el orden sacrifica al antiorden mediante el fuego en Waco, Texas. No estan muy lejos las épocas en que se quemaba a la gente por tener conocimien- to, por ser mujer, 0 por no seguir una que otra ortodoxia. La historia esta llena de ordenes religiosos, politicos y culturales, que se han erigido a través del sacrificio del “otro”, para luego ser trascendidos por el tiempo, porque los pistacos no duran siempre, asi se vistan de hadas madrinas. Pero no sdlo vemos el sacrificio en los ordenes mundanos: los niveles religiosos también requieren de sacrificios y ofrendas. Podriamos decir que la ofrenda repre- senta el lado didfano de lo que le toca a los humanos en su juego de reci- procidades con los dioses. Lo poco que sabemos de las tradiciones de la llaqta es que una serie bien estructurada —por medio de mitos y ritos— de ofrendas permitia que los dioses aseguraran el equilibrio social, césmico, espiritual y corporal de los humanos. El orden y la armonia eran una preocupacién suprema. Pero ese orden requeria que en ciertas ocasiones las ofrendas se tornaran en sacrificios y apelaba ademas a los castigos mas crueles en situaciones de adulterio o delincuencia. Es posible, entonces, que dentro de la comunidad, el ajusticiamiento popular sea una larga tradici6n. En la misma tradicion cristiana, hay un hilo de continuidad entre la ofrenda y los sacrificios; pues estos estan presentes ya sea en la liturgia, en la negacién del cuerpo por parte de los santos, en la negacién de la sexuali- dad, en el sacerdocio o, en la eliminacién o reduccién del cuerpo del otro en * Pese a su origen francés, algunas de las ideas de George Bataille son titles para entender la ritualizacién Yestetizacién de la violencia y el sacrificio en el Peri. Reitero el cuidado que debe tenerse con las com- placencias mentales de los franceses. A partir de la mutilacién cartesiana, una serie de aparentes “rup- turas” con los érdenes oficiajes aseguran 2 los franceses un lugar privilegiado en la dindmica colonial de las ideas y las estéticas. Para los intelectuales colonizados este fascinamiento se convierte en una adiccién que, precisamente por ubicar el centro de uno mismo, fuera de uno, en la metrépoli colonial, no permite sopesar cabalmente sus aportes. Dems est decir que este sopesamiento se plasma cuan- ~ do uno supera la sujecién cognitiva a las supuestas vanguardias metropolitanas. 31 IMAES Hacia une poética andina postmoderna casos en que los seres humanos cayeran en los confines de la metafora del diablo. No hemos inventado los linchamientos. Pero lo que no me queda claro es, ga qué tipo de orden sirven esas ritualizaciones periddicas de la vio- lencia en el pais? ¢Es que hay una serie de ordenes paralelos que requieren de sus victimas sacrificales para perpetuarse: el del partido, el del barrio, el de la ronda, el del aparato militar, el de la regi6n, etc.? Y si es asi, ¢cual es el elemento cohesivo de todos estos niveles?, {se trata del estado?. Me atrevo a pensar que cuando la “normalidad” que debe ser reforzada contiene demasiados elementos de desorden y poluci6n, éstos le quitan la capacidad regeneradora a la violencia —y al caos— y la convierten en retérica. La ri- tualizan inutilmente. Y no importa la deshumanizaci6n de cientos o miles de personas. Tal vez ésta sea una de las mas grandes tragedias del pais: no saber a dénde nos llevan los sacrificios de estos anos, e insistir en ellos. Pero volviendo a un plano menos vago; existe un claro desfase entre el castigo de la llamada justicia popular y el aparato judicial del estado. Son dos 6rdenes de legalidad y justicia yuxtapuestos y el primero se sujeta al segun- do sélo por una cuestién de magnitud de poder, y no por una clara interna- cionalizacion de los valores legales del estado o de la constitucién, valores que dicho sea de paso, son negados a cada rato: “para los pobres no hay jus- ticia” dice la madre de la nina. Entonces, la pregunta central recae sobre los limites de esta justicia popular y sobre la forma en que el aparato estatal la subsume". Es decir, si Juan Zavala es culpable, jera justo que lo quemaran vivo? Y, ;qué diferencia hay entre un barrio que aplica la pena capital y el estado o el partido que hacen lo mismo?. La opinién superficial del aboga- do de Juan Zavala en el programa de Cristina sostiene que la razén que mueve a los pobladores al ajusticiamiento es su “ignorancia” y su frus- traci6n con el aparato estatal. Sostiene ademas, que estas cosas deben ser juzgadas por los canales pertinentes. ;Quiere decir que la tradicién legal Peruana, heredera colonial del iluminismo europeo, es incuestionable- mente superior al derecho consuetudinario popular?. Una violencia de negaciones media el desfase entre lo popular y lo estatal, entre sus raciona- lidades. Personalmente no estoy de acuerdo con ningun tipo de pena de muerte, y me preocupa este tipo de aseveracion, habida cuenta que como van las cosas, no veo como la sociedad puede sentirse horrorizada por los ajusticiamientos y las masacres, y apoyar al mismo tiempo la pena de muerte. Tal vez en el fondo todos somos mas violentos de lo que queremos aceptar, y mas pacificos que lo que la violencia permite. Pero toda esta com- Plejidad apenas aludida en estas paginas, ha sido reducida al nivel del espectaculo en el programa televisivo. {Que sentido tiene para los fami- " Recae también en la forma de superar la estética y la dialéctica del sacrificio en momentos en que su Practica lo convierte en una metafora central y alienante. 32 Lo comaro cruel y el linchamiento 22 liares de las victimas —la familia de la nifia y la de Juan Zavala— venir hasta Miami para ser entrevistadas superficialmente por Cristina?. No creo que su situacion haya mejorado al regresar, y en todo caso el suyo es un precio muy alto para estar presente en un programa famoso. Aqui se hace evi- dente el canibalismo de cierto tipo de periodismo, aquel que se nutre de las desgracias de la condicién humana para venderlos unidimensionalmente a un pUblico que se quiere unidimensional. Vemos entonces, a través de una serie de repeticiones, que el cuerpo es el objeto del deseo en la estética de la violencia. La degradacién va en aumento a medida que se viola la nia, se intenta linchar a un hombre, y se empaca el linchamiento como una mer- cancia en el mercado del pasatiempo. Esta unidimensionalidad mercantil es terrible. Ahi los espectadores pueden ver el horror sin que los afecte direc- tamente, con una distancia que no deja de ser cruel ya no por su presencia corporal sino precisamente por su ausencia, por su abstraccién. La presen- cia corporal del integrante de la turba resulta ser mas honesta que la del voyerista televisivo. Para este los humanos son datos, sus dramas son sim- ples episodios de un programa que muy pronto pasara a tocar, como este viernes en la tarde, el tema del strip tease masculino, o la brujeria, o cualquiera de los comportamientos marginales que bordean la “normali- dad" transnacional de una cadena de televisién. El espectador ve el espec- taculo banalizado de lo marginal, y en casos como éste, participa de una crueldad intrinseca, al igual que esta escritura cuya practica reduce el drama humano a una simple linealidad, a una sintaxis limpia basada en la gramati- ca de la civilidad, sin saber qué sera de Juan Zavala, de la nifia, de sus fami- liares, de los pobladores de aquel barrio divisado a lo lejos. Harlem, 3 de septiembre de 1993 33 LA EMERGENCIA DE LA BARBARIE “La luz del publico lo oscurece todo” (Hannah Arent) El aire festivo que un sector de los peruanos despliega luego de la resolucién violenta de crisis de los rehenes, demuestra que nuestra sed de sangre se ha hecho visible a niveles inusitados. Tras cada fiesta viene una resaca. En este instante algunos matizaran su borrachera de muerte con lagrimas que vienen del lado oscuro y sensiblero del machismo, la pendeja- da, la arrogancia y la astucia criolla, mientras que otros echaran al fuego las delgadas ramas de las acusaciones y los reproches. Porque en este ritual colectivo, postmoderno, internacional, y mediado por la televisién y el internet, a todos nos ha tocado un lugar en la danza macabra. Y una vez pasada la fiesta y la resaca entenderemos acaso que hemos sido confronta- dos crudamente con nuestro lado oscuro y tanatico, aquel que dice recha- zar la violencia y la muerte, pero que a la vez se siente profundamente atra- ido por ella, o por su mérbida imagen, que es transmitida masivamente al momento que se ejecuta no sélo a los contrarios, sino a los deseos de una solucién pacifica de gran parte de la poblacidn. Dicen por ahi que la utopia de la modernidad y la democracia significan paz y estabilidad, control y ausencia de barbarie, pero lo que se ve con este terrible evento es que hemos vuelto al momento en que los linchamientos y ejecuciones oficiales se hacian en las plazas publicas y eran un espectaculo irresistible. Es decir: hemos vuelto al sacrificio, 0 no lo hemos dejado nunca. La relativa “tran- quilidad” de tiempos recientes en una poblacién desgastada por los estra- gos del terror explica parcialmente las cosas. Pero ciertos miedos distorsio- nan la percepcién y se acercan a su contrario. Hace un par de afios, cuando los arquedlogos Ilarharon la atencién sobre el sacrificio de la doncella de Ampato, tal vez muchos se horrorizaron por la forma en que el otro podia hacer estos actos. Ahora vemos claramente que ese otro somos nosotros. 35 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andina postmoderna Somos los cholos e indios urbanos matando a los cholos e indios del campo, desmembrandonos, repitiendo la antigua mutilacién del cuerpo que ya ha pesado demasiado en la historia. Porque nuestra sed de sangre nos con- fronta con una deshumanizacién propia que puede ser manipulada facil- mente. En este momento sacrifical, el otro han sido los emerretistas, pero acaso lo ha sido también la misma poblacién que se dice cristiana, democratica y pacifica, sacrificando su propia humanidad. Suspendiendo sus valores para asegurar ildsamente una paz y una estabilidad por demas precarias. Tal vez muy pronto el gobierno, que se beneficia de todo esto, le pida al pueblo que lo celebra una serie de sacrificios econdémicos a mas de los ya hechos, entonces valdra la pena preguntarse si el fragor festivo de estos dias nos permitird también celebrar nuestro propio sacrificio neoli- beral de entonces. Harlem, Abril de 1997 36 Despedido DESPEDIDA veo la salamandra inmovil respirando sobre el germen de rastros de un alce extraviado que camina hacia el sur y atin recuerdo que el diario de Ithaca hablo de la bala furtiva y de las majestuosas astas de la libertad hundiéndose en el barro del terror humano pero el aleteo de los insectos sobre las aguas de la tarde no interrumpid ningun susurro sobre cascos y huesos desparramados entre darboles sentados al borde de la laguna de los castores sélo vimos el antiguo buceo de las salamandras entre los palos sumergidos y te quedaste con una tristeza y una huerta de repollos y girasoles 37 FAREWELL i see the motionless salamander breathing atop the fertile traces of a lost moose walking southward and i still remember when the ithaca journal spoke of the secret gunshot and the majestic antlers of freedom being sucked into the mud of human terror but the fluttering of insects over the afternoon waters did not interrupt a single whisper about hoofs and bones scattered among the trees sitting at the edge of the beaver pond we saw only the ancient glide of the salamanders among the submerged branches and you remained with a sadness and a garden of cabbages and sunflowers 38 ESCRITOS MITIMAES Hacia una postica andina posimoderna Ithaca, a fines de los ochenta, traducido por Ellen Alexander. Sobre la enfermedad y la curacidn en el Perd SOBRE LA ENFERMEDAD Y LA CURACION EN EL PERU “The physician heals, nature makes well” —Proverbio de chifa. La llegada epidémica del colera en momentos de profunda crisis estructural en el Peru, puede caer facilmente en los canones de un lengua- je apocaliptico, esa parte del discurso cristiano, cuyo énfasis en lo mérbido es parte de su recurso de captacién espiritual: si el fin del mundo esta cerca, el Unico camino posible es la salvacién divina. Sin embargo, no queda claro hasta qué punto este mismo lenguaje puede haber contribuido, a través de su rol en la destruccién del cuerpo fisico y espiritual de los andes, a la for- macion de una tediosa retérica donde la enfermedad, los remedios y la curacién se necesitan mutuamente. Si en el plano concreto la epidemia del colera llama la atencién sobre la pobreza y decadencia de nuestra inffaestructura sanitaria; sobre una incémoda circulacién de la polucién — la mierda o la basura— en todos los circuitos sociales; sobre el trasfondo histérico que hace posible la crisis que la anida y; sobre la rapida creacién de “gente sucia”, los pobres, como chivos expiatorios a los que se les puede culpar su propagaci6n; ello no quiere decir que debamos descuidar algunos aspectos psicosociales cercanos a ella. Empecemos con una simple consta- tacion axial: algo del peruano consiste en ser una farmacia y un herbolario andante que, ante la presencia de cualquier enfermedad, puede recomen- dar los mas diversos remedios, que se pueden comprar facilmente en la far- macia 0 en los mercados. Esto delata una profunda fascinacion por la enfer- medad. No sabemos de dénde viene ello. Pero sf sabemos que esta fasci- nacién puede ser expresion de un cuadro depresivo generalizado, que colo- caal cuerpo psicosomatico en una posicién ambigua: espera la enfermedad con la misma intensidad con que la rechaza. Asi, el célera, pese a lo terrible de su existencia, o precisamente por eso, podria ser la plasmacién real de una ansiedad autodestructiva muy profunda, que ya se puede ver en otras 39 3 ____ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andina po:tmoderna esferas de nuestra actividad social, politica y cultural. La intensidad con que nosotros buscamos los remedios, no solo beneficia a las brutales transna- cionales de los medicamentos, sino también los cubre con un aire de misti- ficacién. En lo referente a las hierbas, estas se mistifican solo fuera de con- texto: son parte de una tradicién de curacién milenaria, desde los her- boleros Callahuayas hasta los trepanadores Paracas. En el caso de las medi- cinas occidentales o cientificas, especialmente los antibidticos, se ha desar- rollado una profunda mistificacién: el antibidtico lo cura todo. Vender, aplicar y recibir inyecciones es un modo de vida. La inyecci6n es un liquido vital que supuestamente trasciende las enfermedades rechazadas y bus- cadas. {Pero hasta qué punto la mistificacién de las inyecciones no tiene un efecto contrario y autodestructivo? Un uso abierto y no cientificista de la ciencia médica revela que la sobresaturacion de los antibidticos en el cuer- po humano destruye la flora intestinal, las entrahas mismas, y afecta, en ulti- ma instancia, las defensas del organismo. El circulo vicioso: la pobreza, la falta de una buena infraestructura sanitaria, un cuadro depresivo en gene- ral, la fascinacién por la enfermedad y el mal uso/abuso fetichista de los antibidticos y el poder magico de la medicina occidental, crean un habitat altamente propicio no sdlo para las epidemias sino también para todo tipo de enfermedades. Pero el circulo no esta cerrado. Si todo peruano es una farmacia andante, ello quiere decir que junto al ser obsesionado por las enfermedades, vive un ser que tiende a curar. Todos estamos dispuestos a recuperar la sanidad perdida . Por eso la gravedad de la epidemia no se ha traducido en una tasa generalizada de muerte y por eso, los circuitos de re- ciprocidad se movilizan en ayuda del prdéjimo, como no pasa en paises en donde la indiferencia humana otrifica a los afectados por epidemias como el SIDA. Esta movilizacién solidaria es parte de nuestra curacién, como lo es la comprensién no mistificada, real, césmica y entranable de la medicina tradicional y la medicina occidental. Brooklyn, 21 de marzo de 1991 40 Dizzy, Cage y el silencio DIZZY, CAGE Y EL SILENCIO Con unos meses de diferencia, el silencio final ha unido a dos ma- estros de la musica: Dizzy Gillepsie y John Cage. De la historia de Dizzy conozco poco. Pero sé que su genio musical esta detras de muchas piezas que oigo a diario en la radio. La ausencia de los andes se llena facilmente con la expresién vital de quienes por mucho tiempo han estado exilados de las mas minima humanidad y sin embargo han podido, a través de una sabia mantencion del sentimiento del ritmo, expresar una musica plena y apasionante, que siempre se adelanta a darle respuesta a las luchas y pul- saciones de su pueblo. Si algo puede caracterizar al Jazz es el de ser una musica de transformaciones. Muchos cambios se deben a Dizzy. Los que mas me tocan son su encuentro con la percusién caribena, y en especial cubana, que da origen al llamado Jazz Latino; y su colaboracién con Charlie “Bird” Parker en la cual el Be Bop le da al Jazz una gran amplitud improvisa- cional. Influye también de una manera positiva a una serie de musicos a los cuales trata con humor, generosidad y continuidad. Un recuento de aque- llos contactos seria un capitulo aparte de la historia del Jazz. El par de veces que lo vi, en el Village Gate y el Central Park, se veia un anciano lleno de vitalidad y humor, que tocaba con la plenitud de alguien que habia llevado la musica de las margenes de la minoria negra al centro de la cultura. Y en el centro de esa cultura ha abierto el espacio para que se manifiesten, como en una gran caja de resonancia, los espacios misticos y rituales del aporte universal africano y de otras culturas. Cosa que sucede con claridad en las méargenes orientales de Juseff Latiff, o en las andinas del Gato Barbieri, para citar sdlo unos ejemplos cercanos. El Jazz es no solo la musica clasica afroamericana sino también una musica universal. La trayectoria de John Cage es opuesta y complementaria a la de Dizzy: parte del centro de la musica occidental y se dirige a las mar- genes. Ademas de ser musico, el hombre era medio coredgrafo y recolector de hongpos. Escribia mucho y daba entrevistas. Hay un fuerte trasfondo con- 41 ESCRITOS MITIMAES Hacio una poética andina postmoderna ceptual en su pensamiento musical y poético, que siempre daban la bien- venida a todo lo que sucediera en el proximo instante. En uno de sus tantos escritos, sostiene que la musica clasica de occidente le suena toda igual, y que su trabajo consiste en corregir esa persistente monotonia. Sostiene también que la sintaxis es un mecanismo opresor y que hay desmilitarizar el lenguaje. Por eso sera que considera su obra maestra una en que —no recuerdo el titulo— la orquesta se pasa unos cinco minutos sin hacer un ruido. Dice que le ha tomado cuatros anos escribir esta pieza. Sdlo la cabal comprension de qué es lo que significa un silencio verdadero puede libe- ramos de la aparente ridiculez de esta aseveracién. Si se dirigié al silencio muy a tono con las ensenanzas de los maestros budistas, que tanto atraen a ciertas sensibilidades contempordneas, no lo hizo con el ascetismo de oriente, pues su trayectoria del centro retérico de occidente a las margenes experimentales de la musica, la poesia y el pensamiento, dejé la huella de innumerables happenings, obras para instrumentos preparados, escrituras no convencionales, conferencias y libros. Este viejo que al conocerlo cantaba con entusiasmo que la mejor forma de gobierno era la ausencia de gobierno, y que de algtin modo te hacia saber que el aferramiento a cualquier tipo de lenguaje es una pérdida de tiempo, tenia mucho en comtin con Dizzy y muchos otros seres que nos proyectan una gran humanidad. Con el mismo espiritu creativo e irreve- rente, Dizzy habia planeado ser presidente de Estados Unidos, llamarle Blues House a la Casa Blanca, y nombrar a Miles Davis como Director de la CIA. A todos ellos los une un gran espiritu de libertad y su vida trasciende de lejos su ausencia fisica. En una muestra del carifo y agradecimiento que los neoyorquinas tienen por su artistas, el dia 12 de enero, casi diez mil personas de toda raza, edad y nacionalidad, se dieron cita en la Iglesia Saint John The Divine, como homenaje péstumo a Dizzy. Si la muerte suele producirnos un profundo dolor, ciertas vidas han trasmitido tanto y de una forma tan clara, que su energia permite transformar la ausencia en una profunda tranquilidad. La musica, el recuerdo de los amigos, las anécdotas carifosas, y varias piezas tocadas desde lo més hondo de algunos de los mejores miisicos de Jazz, hicieron esta despedida una celebracion de la vida. Supongo que si Dizzy andaba mirando por detras de una de las nubes del smok neoyorquino, se hubiese sentido contento. Y supongo tam- bién que algo asi paso con la despedida a John Cage, que también hizo lo suyo para llegar al silencio final con los ojos abiertos. Pero yo que vengo de un pais donde los mil ritos de la muerte pro- ducen gritos inconclusos, que se quedan vagando sin descanso en el centro ay Dizzy. Cage y el silencio del espiritu, solo sé que siempre me ha interesado la sensualidad concep- tual del Jazz, su afluencia. Me han interesado también esas zonas de silen- cio a las que Cage alude. Zonas que van mis alla de los fragmentos entrecortados que a uno le quedan al salir de un concierto o cuando uno va caminando por ahi. Porque el silencio sin la interferencia de los anclajes alienatorios del lenguaje es algo muy di Creemos que hasta nuestros si- labeos desafinados son preferibles a la otra margen. Entre ambas zonas siempre me ha brotado una profunda pasion por el Huayno. Para mi, en esas tres formas profundas, como en muchas otras, esta entrevista una aprehensién del silencio que sustenta a la musica que sustenta el silencio. Harlem, 13 de Enero de 1993 43 Bryce y I liturgia dei lenguaje BRYCE Y LA LITURGIA DEL LENGUAJE Después de mucho tiempo me vuelvo a reconciliar con Lima. Ha sucedido de una manera inesperada a causa de Bryce. Lo of mencionar en Ann Arbor a Don Rodrigo, un cuentista paraguayo. De vuelta a Manhattan lo primero que hice fue dirigirme a la libreria Macondo para mandarle unos libros. Veo las dos ultimas novelas de Bryce; unos ladrillos gordos que me hacen dudar un poco, y al final me decido por los cuentos completos del mismo Bryce y la ultima novela de Garcia Marquez, Del Amor y Otras Locuras. No pude aguantarme y me he leido ambos libros. Mi deuda con Don Rodrigo queda pendiente, y creo que al final sera uno de los ladrillos. De la novela de Garcia Marquez me queda la imagen clara de Sierva Maria con los pelos que le empiezan a crecer resplandecientes al momento de morir de amor. Esos pelos irian a alcanzar, unos siglos mas tarde, unos vein- tidés metros de largo en el cementerio del convento de las clarisas e inspi- rar unas hermosas paginas. Pero creo que en este momento, a la lectura de Marquez sdlo le toca el plano del placer Itidico. Otra cosa me ha sucedido con Bryce. Esos cuentos primeros, que son mas bien vinhetas de un joven adolescente, rico y desclasado que anda por las calles, bares, burdeles, par- ques, cines, tranvias, colectivos y fantasias de una Lima de hace veinte a treinta afios, me han tocado el alma. A través de ellos puedo reconocerme como un adolescente que también viajaba al centro en busca de colegialas, y que aprendia de a pocos la jerga criolla del amor, del humor, y las con- frontaciones. Es sorprendente la forma en que el lenguaje nos retrata y define. Si bien es cierto que la ciudad de entonces, al igual de la de ahora, esta trazada por profundas divisiones de clase que se reflejan en diversos registros del habla, es igualmente cierto que hay un tejido que une a todos estos registros, como si el lenguaje de la calle, de lugar publico y la irrever- encia, fFueran mas democraticos de lo que quisiéramos creer. Por eso mismo, un escritor andino puede también reconocerce en las palabras de un escritor limefo de la alta burguesia. No todo son divisiones. Al contrario del 45 ESCRITOS MITIMAES Hacio una poética andina postm espiritu critico, la literatura nos reconcilia con niveles muy profundos. Porque Bryce parece usar la reproduccién del habla cotidiana para entrar a un nivel mas profundo en la psicologia del Limeno. De esta forma es que Manolo, quizas el alter ego de Bryce, ve con ojos de rico que quiere ser pobre, un paisaje humano de seres que estan al borde de la soledad cosmi- ca, del deseo banal por la carne femenina, de la huachaferia de las aparien- cias, con un humor no solo gris y limefo, sino humano, muy humano. La Literatura reconcilia. Para mi, que en los ultimos anos he hecho un esfuerzo tedérico por definir un espacio cognitivo andino postmoderno, distinto al espacio cultural limefio, la lectura de Bryce ha sido una revelacién. Si los deslindes conceptuales son necesarios, es mas necesaria la certeza de saber que todos pertenecemos a la misma humanidad contradictoria. Tal vez los criticos tengan mucho mas que decir sobre la obra de Bryce, pero para milo importante es el nivel del reencuentro con la voz no solo de alguien con el cual estoy seguro que no comparto muchas opiniones, sino también de un treinta por ciento de la poblacién peruana. Por ultimo me toca decir que es loable la actitud de Bryce en defensa de los derechos humanos en momen- tos en que el actual “bienestar” peruano se afianza, gracias a un olvido forzado o conveniente de la muerte del projimo. Gracias wayki, gracias Don Rodrigo. Harlem, 9 de agosto de 1995 Catedra CATEDRA Historia del Peru importancia dela historia concepto/. la historia es importante Porque la historia es importaznte ;pppPPIP la istoria la his hoojolnnn ,a7ihnnbmbns,n,dn,asm, Nebrija: sujeto=sujeci6n 1993 1492 la historia es importante. Porque nos vincula con nuestro pasado fd ingi ing lish 2345678 9-s, q 47 La sara paz de Octavio LA RARA PAZ DE OCTAVIO PAZ “Tuve Miedo/ Y regresé de la locura/ Porque mis ojos/ eran un botén mas/ de mi/camisa de fuerza’. No quiero empezar esta nota sin solidarizarme con los hermanos de Chiapas, a quienes les toca ahora un doloroso destino compartido con otras naciones indias del continente. Aparecida la guerrilla, a causa de seguras condiciones de pobreza, maltrato y explotaci6n, el indio y el pobre vuelven a ser la carne de cafién necesaria cada vez que la “modernidad” los saca de las margenes del “olvido” para ponerlos en escenario central de los acon- tecimientos politicos. Las atrocidades contra la poblacién civil van perfilan- do la otra cara de la paz institucional de los ultimos 65 anos del PRI: un orden que se fundamenta en base a la represion, y que no sé si tendré cabi- da para un tratamiento “humanista” del conflicto, como lo hubiese querido el viejo poeta Octavio Paz. Ya que de poetas se trata, esta coyuntura me permite hablar sobre el derrotero del arte de vanguardia del siglo veinte. Pareceria banal tocar el tema en este contexto, pero tiene sentido en cuanto responde al Articulo “El Nudo de Chiapas", publicado por Octavio Paz en el Diario la Prensa de Nueva York, el viernes 7 de enero de 1994. Tiene sentido también para empezar a tomarle el pulso a la intelectualidad “latinoamericana”, porque de ella dependen muchas razones de poder. En el articulo mencionado la pluma fulgurante del autor de Piedra de Sol, Laberinto de la Soledad y El Arco y la Lira, ha dejado de brillar, y muestra una prosa cansada y anodina: el poeta ha perdido su capacidad de disidencia, y su vegbo fundante es parte del discurso oficial. Para Paz, la modernidad a la que los chiapanecos han llegado tarde es la de la estabili- "Carlos Oquendo y Amat. 49 ESCRITOS MITIMAES Hacio una poética andine postmoderna dad de la bolsa, la de la buena imagen internacional y la de la imple- mentaci6n del tratado del libre comercio. Seguin él, los zapatistas estan dafando todo esto irresponsablemente. Los de su dirigencia no son indios porque proceden de la ciudad’, sus ideas vienen de! gran naufragio de las ideologias revolucionarias del siglo veinte, y basicamente estan conde- nadas al fracaso. Cada una de estas aseveraciones toca una tema que deberia debatirse mas a fondo y no quedar en el tendencioso camino de las medias verdades, como sucede con el concepto “modernidad”, a la cual siempre se alude frente a la otredad del indio y no por si mismo —porque, precisamente, es un espejismo—. Pero es doloroso leer esto de manos de alguien que para los setentistas —aquellos que en su temprana madurez tienen en sus manos los espacios profesionales, politicos, culturales y artis- ticos del subcontinente—, fue parte esencial del arte de vanguardia, de aquel horizonte utépico eurocentrista que en sus mejores momentos tratd de juntar la libertad con la revolucién, y que tenia como premisa la ruptura con el orden burgués. En él, la flecha libertaria disparada por el arco del lenguaje poético ha vuelto al centro sin cuestionarlo. Paretiera decir que el nuevo lugar del poeta esta en la defensa de la modernidad transnacional y en el abandono de la imagen del poeta maldito, romantico o de vanguardia. El poeta vuelve a ser cortesano: va junto al rey o se cree el rey. Tal vez no esta mal dejar de lado las complacencias egoistas del romanticismo y las vanguardias que, dicho sea de paso, nunca estuvieron muy lejos de estéticas francamente opresivas, como en el caso del filofacista futurismo italiano y del realismo socialista. Tal vez se trata de establecer nuevas relaciones entre el intelectual y la comunidad. Pero insisto en que el proceso de Paz es doloroso, porque una mirada minima nos lleva a recono- cer que en su derrotero estan representados, no sdlo elementos franca- mente conservadores y medianamente creativos como Vargas Llosa, Padilla, o Cabrera Infante, sino que también estan incluidos quienes aun tienen alguna margen izquierda en el corazon. Confrontados con las cerra- Zones partidarias, con el colapso de muchos de nuestros modelos tedricos, con la caida del bloque soviético, con el violentismo de la otra “mo- dernidad” marxista ortodoxa, apuntamos a refugiarnos en las zonas sagradas del intelecto: en el universo del orden, de la modernidad, del con- fort y varios otros enganos de la actual democracia y nuevo orden mundial. Atras han quedado los aftos de fragor activista y creativo que parecian lle- varnos a cambios profundos, hace unos veinte anos. Todo parece apuntar " Un racismo soterrado no permite concebir lo indigena dentro del espacio urbano, como si al entrar en uno mudara automaticamente sus rasgos de identidad tanto culturales como biolégicos. El mismo ‘acismo pone al campo como lugar fijo del indigena, Se trata casi de un apartheid conceptual que en el Pert muestra a la mutacion enmascarada en el proceso de acriollamiento. cn La rasa paz de Octavio Paz al triunfo definitivo del sistema que suele alimentarse hasta de la energia de sus mayores enemigos. Sin embargo, si uno observa con mayor cautela las tormentas imprevistas, las votaciones inesperadas, la recurrencia de los nacionalismos como punto critico del estado moderno, y los subitos estallidos de las mar- genes que de pronto hacen tambalear la placidez del centro y sus bolsas de valores, veremos que esas zonas de seguridad no son tales. La aparicién de un ejército guerrillero indigena en México ha roto muchos esquemas y, mientras las intelectualidades oficiales de izquierda y derecha buscan las explicaciones, esta situacién estimula el surgimiento de un nuevo pensar indigena, que no necesariamente tiene que regirse por los patrones eurocéntricos del latinoamericanismo. Y si algo queda de los antiguos brios del compromiso fundamental del arte y la intelectualidad actual, esta en darle una respuesta a la siguiente disyuntiva: o apuntamos al centro y sus discursos oficiales, y dejamos que el aliento de la libertad se disipe y nos deje vacios 0, aun insistimos en las otras margenes, pero sabiendo que el discurso del partido, de sus jerarquias y su reproduccién del estado y la cen- sura, son la cara alterna del orden: forman parte de su identidad. Solo asi queda la posibilidad de cumplir con las necesidades populares y con el designio de mucha gente entregada, que ahora mismo, a nivel mundial, ha quedado enfrascada en la duda y la confusidn. Si es necesario protestar por la violencia contra los hermanos de Chiapas, de Colombia 0 de los andes, también es necesario contrarrestar la violencia de la duda, la confusi6n, el aislamiento, el despecho y las trampas del poder en los intelectuales. A veces sus opiniones suelen ser decisivas y necesitan claridad, porque de ellas pueden depender muchas vidas. Y en este punto pienso que hay un deslinde muy importante con Paz: solia ver con los ojos de poeta profético del romanticismo y la vanguardia, pero ahora se niega a hacerlo. Se niega a enfrentar las paradojas de la creacion y la intelectualidad luego de la crisis de los discursos totalizantes. La suya es una unin de contrarios que no es la del amor nila de la exaltacion. Ha obe- decido a las leyes y como premio lo castraron después. El mismo lo anuncidé Premonitoriamente al escribir Piedra de Sol, un memorable poema: “Déjame ser tu puta/ son las palabras de Eloisa/ mas él obedecié a las leyes/ y se cas6 con ella/ como premio lo castraron después”, ;Hay alguna relacién entre la situacién de Paz y el desarrollo actual de la vanguardia? Pese a sus disputas con el realismo socialista, la vanguardia, y en especial el surrealis- mo —del cual Paz es testigo y parte—, tiene una etapa inicial en la que el rescate del nivel onirico, espontaneo, cadtico, corporal e imaginario se muestran con una marcada distancia del orden oficial burgués. Esto le daa la vanguardia una afinidad inmediata con el programa revolucionario de las 51 ESCRITOS MITIMAES Hocia una poética ondina posimoderna izquierdas, y por ello no es extrafio que muchos artistas unan el arte con el activismo abierto. Pero esta conjuncién no habria de durar. Solo basta darle una rapi- da ojeada al mundo de la propaganda y los videos musicales para ver que los aportes visuales del surrealismo han sido asumidos por el capitalismo, que tiene una gran capacidad dinamica de absorcion. Por su parte, Paz— que siempre fue teérico y visionario—, fue uno de los primeros en ver un malestar en las estructuras organizativas y cognitivas de la izquierda: le sor- prendia su caracter estatico y mecdnico que, en tiltima instancia le parecian opresivos. Son varios sus libros y articulos que insisten sobre el tema mucho antes que, a partir del postmodernismo y la critica del discurso, gran parte de los setentistas se alejara de la ortodoxia del partido y sus sistemas cog- nitivos. Hasta aqui creo que el valor de Paz es rescatable y rebasa la medio- cridad tedrica de sus seguidores, que tratan de esconder sus limitaciones con alusiones animistas a una “modernidad” que vendria a limpiarnos del “atraso” de las “utopias arcaicas”. Sin embargo, de plantear la necesaria criti- ca a las izquierdas a dar un apoyo decidido al sistema hay mucha distancia, no sélo desde el punto de vista politico sino desde la dialéctica de la creacién: la vuelta al orden oficial requiere a su vez de una vuelta al caos, a la marginalidad, al elemento dinamico de la creacion. Requiere de una sabiduria mayor, precisamente por que en la actual modernidad todos los espacios son violentos y opresivos, y la Unica diferencia es que en el centro la violencia se llama democracia, y en las margenes se llama batallar politi- co o abandono del estado. En todos los casos quienes pagan los platos rotos son los de siempre: los indios y los pobres. Uno podria esperar que el haber recorrido todo el espectro de la creaci6n y sido testigo privilegiado del proceso del arte moderno, hubiese llevado a Paz a seguir buscando una respuesta alterna a la crisis de la mo- dernidad, pero no sabemos qué canto de sirena lo haya regresado a playas seguras. Y creo que en esto radica el fracaso, y la soterrada amargura del poeta mayor: no haber estado a la altura de su destino y haberse quedado con la complacencia del orden oficial. Muchos de nosotros participamos de su encrucijada, pero no creo que los antiguos fuegos se hayan quemado del todo. Una muestra de ello esta en la sorprendente aparicién de una guerrilla indigena cuando ya parecia sellarse el nuevo orden econdémico bajo la preeminencia del neolib- eralismo. Si sus respuestas no caen en la ritualizacién innecesaria de la vio- lencia, habré que aprender mucho de ella. La otra muestra la daran quienes, dentro del quehacer intelectual y artistico tradicional, puedan vislumbrar una realidad alterna a la violencia de las margenes izquierda y derecha de la modernidad. La realidad es dinamica, suele insistir un amigo, cada vez que 52 i TT La rara poz de Octavio Paz los medios de comunicacion quieren darnos la imagen de que las coyun- turas son espacios acabados. En este dinamismo, que a veces suele darse como caos, se gestaran las respuestas, a mediano y a largo plazo, a las vio- lentas encrucijadas de nuestro tiempo. Solo queda esperar que las soluciones planteadas sean humanistas y que no sacrifiquen nia los pobres nia los indios. De la historia prehispani- ca de México se insiste mucho en los sacrificios humanos de los Aztecas. De haber existido estos sacrificios, son de una magnitud muy pequefia com- parados con sacrificio humano que ha significado la implantacién de la modernidad eurocéntrica en América. Ello quiere decir que hay que repen- sar la modernidad sin engafos. A pocos anos del milenio, la dureza del ejército mexicano significa que la modernidad sigue sacrificando a los pobres, a los indios, a los rebeldes y a los inocentes. Los viejos poetas, el gobierno, la guerrilla y los pobladores de Chiapas empiezan a tomar posi- cién en el futuro incierto que le queda a México. Muchos de los setentistas apostaremos a tientas por el pueblo y los indios que en la mayoria de los casos somos nosotros mismos. Apostaremos a tientas, pero nos falta aun la zona de claridad que viene de los momentos de caos creativo. Harlem, 10 de enero de 1994 53 Sobre Ja otredad misma SOBRE LA OTREDAD MISMA En su reciente paso por Nueva York, Tarcila Rivera, quien tiene a cargo la direccién de Chirapaq, ha pedido una pequena nota sobre el tema de la otredad, cuya vigencia parece alcanzar las mas diversas margenes. No es casual que el tema de la otredad, o la alteridad, sea uno cuya ardua dis- cusién en los centros académicos eurocéntricos se lleve a cabo principal- mente por intelectuales africanos, arabes, sefarditas, hindues, vietnamitas, indios americanos y “latinoamericanos” pero, impulsados por los cuestio- namientos “radicales” de pensadores occidentales afines al decons- truccionismo. Ello revela no sdlo la ambigiiedad creativa del intelectual postcolonial frente a las antiguas fronteras entre las metropolis y las mar- genes, sino también que la otredad es parte esencial de la definicién de los centros culturales. Pero para no empalagarnos en reflexiones esotéricas, debemos decir que, segtin como lo entienden los intelectuales postcolo- niales, la otredad, u otrificacion, es la base por la cual occidente se define como fuente, motor y culminacién del proceso de civilizacién, en oposicién a todas las demas culturas, especialmente las “marginales”, como la indias y negras, que estarian mas cerca al atraso y el “salvajismo”. Esta distincién basica es la que sustenta filos6fica e ideoldgicamente una serie de atrope- llos € injusticias en contra de todos aquellos pueblos que no estén a tono con las bondades teleolégicas de la raz6n y el progreso occidentales, con su sentido de la historia. Se trata entonces, de muchas formas de discrimi- nacién y dominacién que van acompafiadas de una serie de discursos hegemonicos cuya elucidacion seria muy larga para esta nota. Ahora bien, la tarea de los intelectuales postcolonizantes, ha sido analizar y cuestionar principalmente los fundamentos filoséficos y epistemoldgicos de la hege- monia occidental, de tal manera que el eurocentrismo, como retérica de dominacién pueda, en Ultima instancia, ser superado'. Uno de los mas * Hay un doble peligro en esta dinamica. El primero es el de creer que los cuestionamientos filosoficos y os Prieta: ESCRITOS MITIMAES Hacia une poética ending postmodeina interesantes cuestionamientos viene de Martin Bernal, quien en su libro Black Athena’, trastoca la idea de que la cultura occidental tenga su origen en los Griegos. Segun él, el llamado pensamiento griego no hubiese podido existir sin los aportes decisivos de las culturas africanas y el llamado me- diano oriente. Su libro deja también entrever la posibilidad de que el Cristo Blanco del eurocentrismo haya en realidad sido un Cristo Negro, como en efecto lo es para los devotos del Senor de Los Milagros. Los aportes libe- radores del pensamiento postcolonizante son necesarios, pero ello no debe dejar de lado el hecho de que las hegemonias y dominaciones reales sigan existiendo. Esto nos lleva a subrayar tres problemas basicos en esta dinami- ca intelectual. 1) El hecho que el grueso de la discusi6n sea llevado en los centros académicos eurocéntricos y que los intelectuales postcolonizantes hayan tomado muy poco de sus propias fuentes culturales ya sea escritas u orales*; 2) que la complacencia conceptual, y ciertas dosis de elitismo de los intelectuales no les permita una integracién mas dinamica con los procesos sociales; 3) y que el llamado pueblo no asuma la responsabilidad de su propia descolonizacién al suponer el discurso de los intelectuales como uno demasiado “alto” u “abstracto”, que tiene que ser reledado en favor de las retéricas coloniales y de dominacién ya conocidas. En cuanto al Per, creo que una de las dinamicas més eficientes de la retorica de la otrificacion ha sido la de poner a los pueblos indios como representantes del atraso, la ignorancia, y la suciedad, para definir una cultura nacional que no pasa de ser una tenue periferia de los centros occidentales. Se trata de una prop- uesta de identidad nacional mal planteada, con un centro gris en una ciu- dad sin cielo, Lima, que vive al margen de los més vitales aportes indios, mestizos y de otras minorias de los pueblos selvaticos, andinos y costenos. Ya en el plano de la geografia del intelecto esto lleva a cosas tan tristes como la de los antropdlogos y socidlogos que, cuando se refieren a los pueblos andinos o selvaticos, lo hacen como si estos estuvieran al otro lado del planeta, o como si sus habitantes fueran meros objetos © mercancias en el mercado de las ideas, los doctorados y las becas. Pero la consecuencia més grave del proceso de otrificacién ha sido nuestra no aceptacion del lado indio del mestizaje. Nos es un trauma. Y nos odiamos por eso. Y o- diamos al que nos recuerda nuestra condicidn. De ahi las violencias y su criticos pueden de por si generar los cambios sociales necesarios. El segundo es el de pensar que es sufi ciente un activismo concretista, que la mayor de las veces esta destinado solo a jugar el rol que le asigna el teatro ideolégico del sistema. " Black Athena; The Afroasiatic Roots of Classical Civilization. Martin Bernal. Rutgers University Press, 1987 ? Falta, por ejemplo, una consideracion del mito, el ito, y el acervo oral popular, como modelos cogni- tivos alternos que permitirian salir de la infinidad de chinganas a los que suele meterse la critica eurocéntrica. 56 j Sobre la otredad misma ineficacia cuando no quieren calar mas hondo, por temor a los propios abis- mos. De ahi los racismos y los resentimientos, los mundos divididos y biva- lentes de Washington Delgado y Sebastian Salazar Bondy, de los toros y los céndores, de todos nosotros. Si en los centros culturales de la metrépoli la tarea de trascender y cuestionar la retdrica del otro es de algunos intelec- tuales, en casos como los nuestros trasciende la torpe e inutil division del trabajo entre el intelectual y el pueblo. No solo nos conviene saber de la critica de los fundamentos del eurocentrismo, sino también saber, a nivel concreto, como trascender la violenta contradiccién de la otrificacion den- tro y alrededor nuestro. Nos queda acaso asumir sin tapujos frente a nosotros mismos y frente a occidente la igualdad en la diferencia, haciendo de esta un elemento creativo. Ello supone un nivel de claridad del que sdlo tenemos atisbos, pero la labor es necesaria. Solo después de eso podremos entender que, después de todo, la alteridad es una manera de marcar la identidad y que, como ya lo sabiamos de la tradicion andina y su dualismo, la coexistencia de contrarios —arménica a veces, y otras no— constituye un principio vital basico. No esta demas recordar que Tarcila tiene razon al decir que para nosotros, los andinos, occidente es el otro. Como dice la can- cion: Kay lado chimpa wag lado chimpa manzana wertaschallay, piraq mayraq pallasunki manaraq kallachkaptiy manarag kallachkaptiy Harlem, 27 de setiembre de 1994 57 Alterando la alteridad: Hacia una poetica andina postmoderna ALTERANDO LA ALTERIDAD: HACIA UNA POETICA ANDINA POSTMODERNA' Para Elizabeth Cordoba Escribir como un pensador andino que vive en Nueva York es una situacién especial: da cuenta de que sobre las ruinas de la modernidad pe- riférica, y més alla de los bordes precisos de la nacién estado, el archi go andino se ha ido extendiendo a éste y otros “centros” econdmicos de la globalizacién mundial. Pero si como consecuencia de los fendmenos migra- torios populares, se puede notar la presencia hasta de pueblos enteros de los andes que en diferentes centros urbanos de la metrépoli reinventan su sentido de continuidad frente a la alteridad “moderna”, sobre todo en el espacio de la fiesta’, otra cosa sucede con el pensar andino. O somos sim- plemente objetos de estudio y nuestra presencia es invisible, o hemos sido transformados en pensadores “latinoamericanos” u occidentales, por el simple hecho de utilizar unas cuantas herramientas culturales que si bien vienen de la vertiente judeo cristiana, han sido formadas y dinamizadas por la alteridad —la alteridad es parte esencial de la identidad— de los pueblos que se ubican més alla de la borrosa metafora de la modernidad occidental. Al dar a entender que la realidad virtual, y la experiencia andina son incom- patibles —como si la estridencia técnica pesara igual que una continuidad cultural de miles de anos—, Walter Mignolo parece sugerir que estamos aun ubicados dentro de los paradigmas de una modernidad anterior a la actual, en la cual la exclusién del otro era tacita e incuestionable: el otro, como fuente de polucién era parte de lo salvaje. Y si bien es cierto que los intelectuales tercemundistas ubicados en las universidades metropolitanas "A propésito de la propuesta “Critica, Historia y Politica cultural: Agendas Para la Proxima Década", hecha por Walter Mignolo a la conferencia JALLA Il Tucuman 1995. * Ver, por ejemplo el video “Transnational Fiesta” de Wilton Martinez y Paul Gelles. a ESCRITOS MITIMAES Hacia una poético andina postmoderna han sido parte de la critica a la otrificacidn occidental, me parece que aun no han salido del paradigma. Prueba de ello es que en Jalla Il no se presente nadie ni como pensador ni como creador andino, y que la problematica planteada sea la de un estudio adecuado del otro por parte de estudiosos “latinoamericanos” y europeos. Pero el problema no es uno de adecuacién cognitiva y si de bases epistemoldgicas. Ha habido una pardlisis en la com- prensi6n y critica del fendmeno de la alteridad. Al detenerse demasiado en el cuestionamiento de la hegemonia occidental sin dialogar con el supuesto “otro”, la critica termina por contribuir a la permanencia de su exclusion, y tiene, por ejemplo, graves problemas en reconocer el componente Maya de la palabra de Marcos en los Altos de Chiapas, como si los indios de las selvas no fueran capaces de articular un discurso actual y pertinente para la tota- lidad de la sociedad mexicana. Para estar bien ubicada, la tarea principal de los creadores y pen- sadores andinos, y otros pueblos indios o mestizos, es la de entender y trascender esta retérica de la alteridad: Dejar de ser el otro sin dejar de serlo. Pero sobretodo, aceptar creativamente la alteridad tanto de occidente, — occidente es el otro— como de los demas pueblés del mundo, para dinamizar la identidad y no enfrascarla en discursos simplemente contes- tatarios, cuya consecuencia tiltima serian las practicas y los discursos fachis- tizantes de las “limpiezas étnicas”. Hay que alterar cierta alteridad, pero, sobre todo comprenderla. Los mismos estudios literarios, nos dan una ilustracion clara de la dindmica creativa de la alteridad, al presentar el lenguaje poético como uno que rompe con el orden cotidiano del lenguaje. De este modo el lenguaje cotidiano, u “oficial”, es visto como una carga retorica y estatica que tiene que ser dinamizada ya sea por las transgresiones del habla popular, por la fiesta, por el humor, o por el lenguaje poético. Se asume que el orden oficial del lenguaje es estatico y superficial, y que su alteracién por los usos de lenguaje ya mencionados produce un efecto de profundidad y renovacién que dinamizan la cultura. Es decir, que si el nivel cotidiano del lenguaje se puede tomar como el centro de la cultura, le cabe a la periferia y todas sus dinamicas, profundizarlo y revitalizarlo creativamente. De esta manera la cultura se renueva: tanto el centro como la periferia son partes de una misma identidad. O en otras palabras: la alteridad es parte esencial de la identidad. Es decir que occidente no puede haber construido su identidad sin apelar al recurso constante de contradiccién con el otro indio, oriental, africano o de la Oceania. A estas alturas ya no es posible pensar en la iden- tidad siguiendo los canones equivocos de la légica aristotélica o el raciona- lismo cartesiano, que supondrian que esta es un asunto no sdlo no contra- 60 Alterando la alteridad: Hacia una poeti co andina postmoderna_ dictorio, sino también claro y distinto. Pero, si es posible percibir una ten- dencia a la oficializaci6n en la “critica” cultural y “literaria” latinoamericana: al definirse como occidental, su proceso de identidad esta fuera de centro y no le permite admitir plenamente como suyos los aportes que, mas alld y més aca de la escritura, vienen de las vertientes indias del mestizaje. Lo mismo sucede con el discurso de Ia nacién, que casi siempre se ha definido en oposicién al “problema del indio”... y cosas por el estilo. Si ese descen- tramiento del discurso de la naciOn es comprensible dentro de una larga historia colonial, lo es menos comprensible en la persistencia del lati- noamericanismo en la intelectualidad de los pueblos andinos, cuyo destino ha sido el de esconder o dejar su centro, para confiar su creatividad e iden- tidad en la zona de confusion de !as modernidades periféricas. Asi como van planteadas las cosas, pareceria no haber ninguna sal- ida en el destino del intelectual andino que actua dentro del marco de! lati- noamericanismo. Pero tal vez la Salida hacia occidente —hacia el otro—, haya sido solo un momento de una dinémica mas amplia. Tal vez sea el momento del retorno creativo al centro. Si hay algo positivo en la critica postcolonial, y el “multiculturalis- mo” que acompanan al proceso de globalizacién, es el que las mo- dernidades per cas empiezan a perder su capacidad de enfrascar a sus propias otredades nacionales —los indios, los salvajes, las capas popu- lares—, en el estigma del retraso y la marginalidad. Aqui estan dadas las bases para trascender los paradigmas de las modernidades periféricas, y ensayar una vuelta creativa a los origenes. Pero creo que en esta instancia, los intelectuales, atrapados como estan en los requerimientos lineales de la légica discursiva que la escritura les impone, van andando unos cuantos pasos mas atras. Una mirada ligera a la forma en que la migracion enfrenta las aperturas, cerrazones, negocia- ciones, continuidades y olvidos de la identidad, nos hace ver que ésta, mas que como esencia, se manifiesta como una estrategia dindmica y multili- neal. Como un constante proceso Creativo: poético. Es decir que a partir de la migracion, la marginalidad de nuestros pueblos empieza a redifinirse y a encantrar su propia ubicacion en el pro- ceso global, sin contar necesariamente con la mediacién de las antiguas modernidades periféricas y su intelectualidad. Y va rebasando la ciudad letrada, a la que alude Angel Rama refiriéndose al control de las elites instru- idas sobre el resto de la sociedad latinoamericana, trastocando sus cate- gorias de por lo mertos los ultimos doscientos afios de busqueda inutil de una identidad univoca dentro de la nacion. Ello explica, entre otras cosas, la presencia metropolitana de la tendencia “primitiva moderna” en la moda, 61 ESCRITOS MITIMAES Hacio una poético andina posimoderna de los teléfonos celulares en los valles de Junin, de los vendedores Otavalefios en todos los mercados del mundo, de la musica andina en dife- rentes calles y plazas tocando lo “nuevo” en los lugares ptblicos, y volvien- do a la tradicion en los lugares intimos, del reconacimiento, gracias a la cos- tosa mediacion de la violencia politica, de la existencia de pueblos y seres que de otra forma estarian relegados al olvido. Todos estos puntos mencionados son solo algunos de los procesos que la globalizacién plantea a los pueblos andinos no sdlo como objetos de otrificacién o estudio, sino como agentes de su propio destino, que van mediando, negociando e inventando su identidad en el proceso, dando cuenta que la identidad es siempre una negociaci6n frente al otro, pero sobre la base de una tradicién que no va ligada exclusivamente a los nive- les conceptuales y practicos, sino también a la memoria historica, al in- consciente colectivo, a los colores, olores, a los suenos y pesadillas. Si hay algo que aprender en los desplazamientos de los pueblos andinos hacia las metrépolis, es precisamente la forma en que la fiesta nos vuelve al centro, no importa que ocupaci6n o “cultura” tengamos en el mundo cotidiano de la metropoli y la “Modernidad”. La fiesta define un espacio de encuentro en donde volvemos al centro acompafiados de nues- tra musica, nuestro canto, nuestro baile, nuestras broncas y dulzuras. Nos permite recargar las energias, como dirfa un wayki, y volver a la brega. Pero lo hace porque logra trascender los niveles oficiales e inmediatos de nuestro quehacer cotidiano. Y asi rompe con un paradigma obsoleto segtin el cual la separacion entre la “modernidad” y la “tradicién” era tajante. Lo cual quiere decir que uno no deja de ser andino por andar con pleno derecho por estas calles, del mismo modo que un gringo no deja de serlo por visitar o quedarse en el Cuzco, o un Shuara del Ecuador no deja de serlo por usar computadoras y abogados en sus litigios con las transna- cionales petroleras. La cosa es mas profunda. Se trata, mas bien, de un rico campo de mediacién que se le plantea al archipiélago andino como un desafio creativo. Es precisamente este campo el que le toca asumir al intelectual y al creador andino postmoder- no. Al redefinir y retomar su centro en el centro de la metrépoli debe ver su cultura como un proceso creativo: poético. Porque al asumir el aspecto dinamico de la alteridad podemos reconocer plenamente la humanidad y los aportes no sélo de nuestros sectores populares, sino también de los pueblos que no tienen la marca del grafocentrismo. Podemos saber, por ejemplo, que el peso y el poder de una palabra ritual o la narracién de un mito son més profundos que el sinsentido de suponer la existencia de una “Literatura Oral”, en donde el énfasis esta en la letra y no en la palabra A? Alterondo la alteridad: Hacio una poetica andina postmoderna hablada, que al llegar a la pagina debe ser transformada necesariamente. Y también nos permite romper con la complacencia de la marginalidad que hace que consciente o inconscientemente participemos en nuestra propia opresion, porque ha llegado el momento de dejar de ser victimas y aban- donar la retorica de la queja. Por otro lado, el contacto demistificado con occidente puede ser visto como una dindmica enriquecedora que no requiera de nosotros pruebas de autenticidad cultural. Aun més, abre el espectro para una verdadera critica cultural en donde no estén excluidas las capas populares por el sdlo hecho de serlo. Las tareas concretas, se daran solo después de romper con la otrificacidn retérica del occidentalismo lati- noamericano, y asumir los aportes de occidente como parte de un proceso mayor, repitiendo acaso una cancién de los Puquiales: Cuantas veces yo te he dicho flor de romero separate de mi lado sambita canela, corazon de almendra y no quieres separarte flor de romero porque pasas buena vida, sambita canela, corazon de almendra Harlem, 6 de Junio de 1995 Sobre ef escribidor a la sombra de Don Felipe SOBRE EL ESCRIBIDOR A LA SOMBRA DE DON FELIPE ' *Chayri sapa llagtampim qillqasqa kanka ima hina kawsasqampas paqarisqanmanta” (Dioses y Hombres de Huarochiri). “Mosgollanchiktapumin qatispaqa manam Griegutapas ni Rumanutapas qatinanchikchu” (William Blake). “But anywhere is the center of the world” (Black Elk). “Papelito rosado cuéntame tu vida/ por qué andas escrito con tintas de sangre/ y firmas mi nombre" (Juanita del Rosal). Una de las consecuencias de las elecciones peruanas de 1990 es la forma en que la comunidad termina limitando el lugar del escritor —o escribidor— como pieza clave no solo en la dindmica de la informaci6n, educacién arte y sabiduria, sino también en las realidades del poder. El uso que Mario Vargas LLosa hace del prestigio literario para buscar poder politi co muestra una conexién profunda entre el reclamo de la escritura’ por la centralidad del poder y la alienacién del egoismo. Ambos procesos son una continuaci6n de la dindmica colonial iniciada con la llegada del eurocen- trismo’ en nuestro territorio. * Escrito originalmente en Inglés y traducido por el autor. ? En este articulo me refierg a la escritura como un fenémeno cultural. En realidad no brego con su con- tenido, pero debe quedar claro que al ubicarla dentro de la dialéctica amo-esclavo la estamos sacando de un contexto més amplio y rico. * Se entiende como eurocentrismo aquella parte de la cultura occidental que se considera mejor que cualquier otra: en la. caspide de la experiencia humana. Esta concepcién mistificada no es privativa de 65 ESCRITOS MITIMAES Hacia uno poética anding postmoderna Pero esta apertura, harto abstracta, debe ser planteada en alguna forma de linealidad historica y de pensamiento'. En los andes, que incluyen la costa y la selva, la escritura aparece en la historia con el encuentro entre Atahualpa y Valverde. Este evento inaugura un espacio del terror, en el cual el sujeto eurocéntrico pasa a sostener que sus metdforas centrales —la escritura, el Dios cristiano y el tiempo lineal— son los vehiculos libertarios de las victimas en su arrasadora violencia. Cerca de cien afios antes que un tal René Descartes sintetizara la separacion eurocéntrica entre la cabeza y el cuerpo, los espafioles ya habian puesto las bases del futuro mito de Inkarrey al decapitar al Inka. Y la escritura, una efectiva arma ideoldgica, se ubic6é rap- idamente como base de la agresiGn, de la violacién sexual, territorial y espi- ritual’; de la alienacion religiosa, del poder y el control politico eurocéntri- cos. Su presencia acompafia un largo proceso colonial, donde ciertos mecanismos de la dialéctica amo-esclavo son harto reproducidos por nosotros. Queda claro que los sefores iniciales de esta practica eurocéntri- ca son los mismos europeos. Pero mas tarde se da una dolorosa paradoja dentro del espiritu colonizado: la metafora central del opresor se convierte en la metdafora central del oprimido. De tal manera que los andes terminan siendo cristianos, y bien cristianos. Y la escritura, como marca de “civi- lizacién” hace que los que no tienen acceso a ella sean considerados menos, mientras que la gente que si sabe usarla esta mejor: mas cerca del modelo eurocéntrico. Algunos ingredientes de racismo, sexismo, discriminacién cultural y lingiistica, dominio de clase y crasa brutalidad, le dan sabor a un repugnante plato cotidiano en donde olvidamos nuestros ancestros, pre- tendemos ser herederos exclusivos de la contribucién europea y termi- namos considerandonos como alguien alterno: el subdesarrollado y salvaje “indio", el otro, que todos llevamos pero que pretendemos esconder. De tal manera que cuando Mario Vargas Llosa escribe en el New York Times Magazine acerca de los sucesos de Uchuraqay’ “que estuvo sorprendido de encontrar que en el Peru las comunidades ‘indias’ tenian una realidad com- pletamente diferente”, no alcanza a sorprender a quien no lee su articulo desde el punto de vista de la metrépoli. Escribe como si el ser un sujeto capaz de comentarios categoricos, fuera un privilegio incuestionable del uso del lenguaje eurocéntrico, cuando este sujeto hace referencia al “otro”. Al Manipular la percepcién de los crimenes de Uchuraqay como actos de los occidentales pues es compartida por la gente tanto privilegiada como desposeida de otras partes del planeta " La autenticidad es uno de sus problemas, pero Jamake Highwater tiene algunos comentarios rele vantes sobre el tiempo y Ia linealidad occidentales: “la percepcién occidental del tiempo es omnipresente y se muestra en la forma en que los lenguajes se construyen y en la forma en que se requiere que la gente acomode sus pensamientos en una secuencia reconocible, no importa que esto requiera que se alteren ciertas experiencias especiales (como los sueiios) para encajarlas en un esque- 6A Sobre el escribidor a la sombsa de Don Felipe brutalidad que no se darian en los espacios urbanos “modernos”, Vargas Llosa se convierte en ejemplo de una profunda alienacién artistica y politi- ca. Y ya que Vargas LLosa es también parte nuestra, ya que salid de nosotros, tenemos la tarea de reflexionar sobre ciertas preguntas: ;Cual es el lugar de una escritura eurocéntrica y enfocada en el ego dentro de la dialéctica de opresion y liberacién? ;Hasta qué punto la escritura tiene parte activa en la creacién de una cultura de la violencia dentro de la gue- tra civil? gHasta qué punto la historia, como escritura y conceptualizacién eurocéntrica, es mas una perpetuacidn de sus propios esquemas que una verdadera exploracién de nuevos paradigmas? jEs posible pensar que el dominio de algunos sobre la escritura y la “educacién” es como una per- petuacion de su anterior status de sefiores®, mientras que para otros es una via para identificarse con los anteriores? {Y cémo es que, trascendiendo finalmente el eurocentrismo y el andecentrismo® la escritura puede con- tribuir en las variadas luchas comunales por la libertad y la justicia social?. Estas preguntas son algunas de muchas que empiezan a brotar, desde varias zonas de profundidad. Apenas empiezan a ser registradas por el lenguaje, y atin tienen dificultad de romper con la costra epistemoldgica ‘ma temporal aceptable. En occidente es imperativo falsificar nuestra conciencia para que encaje en el flujo de duracién que nos saca del pasado y no’ lleva al futuro. La modalidad es lineal y esta compues- ta en partes iguales por un pasado, un presente y un futuro a través de jos cuales una secuencia de even- tos se suceden uno a otro en una manera calculada... junto al lenguaje y las matemsticas, esta cons- truccién lineal de la experiencia temporal constituye la esencia del modo de pensamiento occidental”. Jamake Highwater, The Primal Mind, 1981 * Lallegada de la escritura —una practica esenciaimente masculina—a los andes, cuyo espacio consistia en un paralelismo sexual complementario, significa un desbalance en favor del lado desgarrado y des- garrador masculino. Esto significa que la escritura entra como violadora del espacio femenino y mas- culino de los andes. La violacién colonial y sus efectos en la psicologia profunda no han sido entendidos suficientemente, sobretodo en lo referente a la mentalidad victimizada y victimaria del “mestizo" —pro- ducto de una violacién histérica— que se identifica con occidente y odia su lado indio, interna y exter- namente. De acuerdo a Mario Vargas Llosa la responsabilidad de los asesinatos de los periodistas en Uchuraqay (1983) recae sobre los campesinos de aquella comunidad. Posteriores datos parecen indicar lo contrario. De por si, el dramatismo de estos asesinatos en la escena nacional tienen estrecha relacion con la escri- tura. Los cientos o miles de victimas andnimas en tres afios anteriores de guerra no habian sido capaces de mostrarle a la naci6n su propia y cruda realidad. El articulo de Vargas Llosa al cual hacemos referen- cia es “Inquest in The Andes", en The New York Times Magazine, Julio 31, 1983. ‘La construcci6n ideolégica de la “otredad” se convierte en una sintaxis de dominacién predeterminada donde la “identidad (sujeto) civilizada” se considera superior. La dominacién, manipulacién y des- trucci6n final del objeto es una caracteristica central del discurso cientifico occidental oficial, que corre paralelo al desarrollo del capitalismo. 5{£s posible aplicar una metéfora agraria a la élite intelectual y referirse a ella como un grupo de hacen- dados de la escritura y el corfocimiento? * El andecentrismo es una chingana que sélo conduce al fundamentalismo, Las chinganas son tuneles que supuestamente ocultan objetos dorados, pero mucha de la gente que ha entrado en ellos no ha podido regresar. Si las conexiones no son acertadas, la peligrosa busqueda de los tesoros es fatal 67 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poético andina postmoderna de la escritura y su aparato ideoldgico. Y no es tan obvio que la tarea de responder a estas preguntas deberia ser compartida por todos. Ya que la crisis actual es politico-econdmica y también de redefini- cion cultural, un poco de historia es mas que conveniente. Esto nos remite a los hechos de Don Felipe Guaman Poma de Ayala, cuyos pasos en los tem- pranos espacios coloniales y toledanos, tienen eco no sélo en esta pagina escrita, sino también en nuestra psicologia profunda, un lugar donde el trauma colonial permanece como pieza Clave. Y ya que su Corénica 0 carta al Rey es finalmente accesible a todos, hay mucho que podemos aprender al tratar de comprenderlo como un ser humano; como uno de nosotros. Pero nos ocuparemos sélo de un pequena porcion de su vasta y multilineal obra. Hace poco hablamos sobre la relacién entre la escritura y la central- idad del poder; o sobre el ego, la escritura y el poder. Varias implicaciones de esta relacién se ven claramente en los escritos y dibujos de Guaman Poma. Aunque la linealidad discursiva usada en este ensayo pueda desvir- tuar la naturaleza posicional y cosmolégica de un trabajo guiado por el modelo espacial de Tahuantinsuyo, —y el principio andino de la comple- mentaridad binaria— empezamos por analizar algunos dibujos que se pre- sentan al lector en las paginas siguientes, para asi explicar el aporte de Guaman Pomaa la comprensién del problema. En la figura 1 vemos el Mapamundi', que representa un paradigma cosmo-légico y posicional de las cuatro partes del mundo en su relacién con el Cusco, el centro cosmo-politico. Este modelo presenta las cuatro partes del Tahuantinsuyo ordenadas de acuerdo a las oposiciones jerarquicas y complementarias de arriba/abajo, y derecha/izquierda. Pese a que la comprensién cabal de este paradigma esta todavia por darse’, trataremos de presentarlo en la forma mas simple posible. Asi podremos mostrar, que despues de la instauracién del mundo al revés o el orden colo- nial, la escritura, o la ciudad letrada, seguin un feliz término de Angel Rama, reclama una posicién central dentro de un orden cultural dislocado que ‘Nuestra comprensién de la distribucién y sintaxis espacial de Guamdn Poma viene de los trabajos de Rolena Adomo y Merce Lépez-Baralt, con quien empecé a analizar el aspecto visual de Guaman Poma a mediados de los setenta ’ Mas tarde en el ensayo veremos que la posicién del Cusco como un espacio de mediacién entre las cua tro direcciones de! Cosmos nos permitiré hablar de una identidad integrada y relativa. Esto es distinto a a concepcién del individuo como una unidad separada, que es mutilada y ala vez mutilante. Una lengua no indoeuropea como el Quechua hace que sea imposible hablar del “Ser” como un concepto esencial © inmutable que debe ser matizado por veinte siglos de metafisica occidental oficial. En cierta forma, la antigua angustia occidental de estar cada ves més cerca de la sustancia esencial e inmutable - el Ser -ha Gesarrollado una intolerancia protofacista de la “otredad”. Lo mas que el Quechua se acerca al concep- to de “ser” es el proceso relativo de llegar a ser, o estar siendo. 68 ESOTR Pan ELDERECHODELARDEMOR DELASIVIS Figura 1: El Mapamundi OCEIO GRLAVALIT Uh vg AM GMIAVAUT COCA DOCOMA GL ea wongeye wecead Fey rng ne mR Figura 2: El Inka rodeado de sus Tahuantinsuyo Camachichoc Apocona. ae 7 a 2 KS SS Fan = ~PREGVUTAELAVTOR os S95 ey eal PREGV'TASVM,RESPOELAV BGO FVLCIO COLLVMNAS EIVS Figura 6: Las montafias mineras encima de las ciudades europeas ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andina postmodema apunta hacia un centro lejano: la metrépoli occidental. El modelo es el si- guiente: CHINCHAYSUYO. HANAN ANTISUYO (arriba, derecha) CUSCO (centro) CONDESUYO URIN COLLASUYO (abajo, izquierda) Todas estas posiciones se dan en relacion al Cusco y no a la forma en que vemos la pagina. Hay muchas maneras de interpretar este paradig- ma que es a la vez basico y complejo. Pero debemos tener en cuenta por lo menos tres puntos. (1) En este paradigma todas las cinco partes de Tahuantinsuyo' estan mutuamente integradas y son complementarias; (2) en la jerarquia de la complementariedad, las posiciones de arriba y derecha tienen mayor rango que las posiciones de abajo e izquierda, de tal manera que: arriba:abajo :: derecha:izquierda; (3) el Cusco se ubica al centro de esta poética espacial como la mediacién y la unidad que contiene varios niveles de complementaridad, jerarquia y oposicién. Se puede pensar al Cusco como la cabeza cosmoldgica, cos- mopolitica y cosmopsicolégica del Tahuantinsuyo. Una “cabeza” que tenia sentido sdlo en cuanto mediaba y condensaba al conjunto de sus elemen- tos constitutivos. Una ciudad y una cabeza que difieren radicalmente del disloque conceptual de la ciudad letrada y sus egos aislados que habrian de venir con el Pachacuti del colonialismo. La figura 2, muestra la expresion politica de este modelo, o la plas- macion corporal de la centralidad. Al centro vemos al Capaq Inga rodeado de sus Tahuantinsuyo Camachicog Apocona, o sefores de los cuatro suyos. El hecho que el Inka tenga la misma posicién estructural del Cusco no sélo El ntimero cinco representa las cuatro partes y la unidad. La idea de las cuatro direcciones césmicas esté expresada en diferentes culturas y el numero cinco parece tener un importante valor numerolégico, pero estos aspectos necesitan de una comprension mas profunda 76 Sobre el escribidor a Iq sombra de Don Felipe significa que él es |g expresién corporal del orden cosmoldgico y politico, pero también que es la metafora central mas condensada del conjunto de los cuatro suyos. Si es posible pensar al Inka como la cabeza 0 el ego en una posicién de poder frente al cuerpo del Tahuantinsuyo, hay que tener pre- sente que esta cabeza era, a final de cuentas, sdlo una parte del sistema espiritual, politico y simbdlico de los Andes. No habia ninguna desconexién entre la cabeza y el resto de la comunidad, 0 el cuerpo. Esto implica, en el nivel filos6fico, que estabamos lejos de la rex extensa cartesiana donde la cabeza, el ego, el logos, la escritura y el poder estan mas ligados al fetichis- mo de las mercancias que al cuerpo personal y comunal, que han sido satanizados. Si pudiéramos aplicar algunas de nuestras categorias posicionales y relacionales andinas a este discurso analitico, no dejariamos de sorprender- nos por el hecho de que antes de la aparicin de los europeos en tierras andinas, la escritura pertenecia al extramundo —ni siquiera pasaba a ser parte de la cultura—, mientras que la no-escritura' —la oralidad, los rituales, los quipus, los tejidos, la cerdmica y la astronomia— era central a la cultura. Con la llegada del Pachacuti colonial vemos un trastocamiento forzado de varios valores y categorfas centrales: el mundo al revés. Luego del proceso colonial, la escritura se ha convertido en hanan, o la centralidad del ego y la identidad, mientras que la no-escritura ha pasado a ser urin: la otredad mar- ginal de millones de “indios”, cuyo status de seres humanos fue, y aun es, discutido por los sefiores del eurocentrismo. En este contexto la “identidad” relativa del sefior parece usar el pensamiento analitico y cientifico eurocén- tricos como un escudo paranoico, para defenderse brutalmente de cierta otredad, que resulta ser parte mayoritaria de la unidad personal y nacional: nuestra indianidad. Las consecuencias de este paradigma poco arménico son obvias. Pero si luego del Pachacuti colonial la escritura pasaria a ocupar en lugar hanan o central en los circuitos cultural, religioso, politico, judicial y también educacional, las practicas no-grafocéntricas de los runas —una vez forzadas a las posiciones subterraneas o urin— pasarian a presionar con- stantemente su afloramiento a la superficie. Por eso, Ultimamente el campo simbédlico del Peru Profundo y de Inkarrey tienen una profunda resonancia. Como sabemos, cerca de treinta aflios después de la irrupcién de los " N6tese como cambian los términos marcados. ? Francisco de Toledo estuvg a cargo de organizar las instituciones basicas de la colonia. Los cronistas que trabajaban para él habian estudiado las instituciones andinas para utilizarias en la explotacién colo- nial. El caso mas notorio es el de la mita, una labor colectiva que se usaba en las minas. También estu- Vieron a cargo de convertir a los Inkas en tiranos, para que asila invasién pudiera ser justificada en esta “tierra de infieles”. aE TOS MITIMAE une poética andino postmoderna europeos y la Biblia —metafora por excelencia de la escritura y el logocen- trismo— el espacio toledano? fue el campo donde la ruptura colonial o Pachacuti irfa a institucionalizarse. Guaman Poma vivid, camino, hablé, escribio, nos defendié, se opuso al Taki Onqoy y llevé consigo un tremendo cristianismo en este espacio, buscando siempre una salida del laberinto. Este hombre, que no podia concebir un orden social y cosmoldgico sin una cabeza, iria a experimentar un cambio epistemoldgico profundo al pasar de la no-escritura a la escritura. Tal vez debido a su cristianismo y a su reconocimiento del Rey le fue facil aceptar la ubicacién de la escritura en un lugar hanan o central y obsesionarse con ella. Su deseo constante era el restablecimiento del orden, sirviendo y remplazando la cabeza mutilada del Inka. Pero incluso un conocimiento superficial de su trabajo no puede dejar de revelar que bajo su escritura corre un tremendo flujo subterraneo, o urin, que ordena su discurso de acuerdo a categorias andinas no-lineales, y que usa la poética espacial del mapamundi en la composicién de sus dibujos. Al momento que la imaginacién europea se aprestaba a dejar que Descartes cortara categéricamente la cabeza del cuerpo, el espacio toledano impri- mi6 nuevas connotaciones en la dialéctica hanan/urin.Para Guaman Poma la aceptacién de la escritura, el lenguaje y la retorica hanan (cabeza), tam- bién fue un intento de aflorar el significado andino (cuerpo). En la figura 3 vemos cOmo Guaman Poma atin estaba enmarcando toda la dinamica de la escritura y el autor (ego, cabeza) de acuerdo al mo- delo del Mapamundi. Pero esos tiempos eran toledanos y las cosas habian cambiado. Al centro vemos a Guaman Poma ocupando la misma posicién estructural que el Inka y el Cusco, mientras interroga a sus testigos de los cuatro suyos para poder escribir su Nueve Oni juen Gobier1 Servicio de Dios y su Sacra Catélica Real Majestad. Este es un excelente ejemplo que grafica la relacion entre el ego, la cabeza, la religion, el poder y la escritura’. Hay una fuerte paradoja en el Pachacuti espiritual y cognitivo con el que Guaman Poma estaba bregando. Haciendo uso de ciertas tra- ducciones verbales y visuales, traté de ser leal a la tradicién andina, mien- tras se movia hacia una situacion radicalmente diferente y desordenada. Por otra parte, rehusaba aceptar que a pesar de su misma posicidn estruc- tural el Inka y el Rey no podian ser lo mismo. Una de las traducciones mas notorias es la continuidad entre su pretendido status de principe’ y su rol como autor. Lo cual quiere decir que en ausencia del orden incaico, el poder del Inka es reemplazado por la posicién y la fantasia de poder y status del * Guamén Poma solia llamarse principe autor. Los otros cronistas andinos, Pachacuti Liamqui, Titu Cusi y Garcilazo eran también parte de la élite. Las élites fueron las primeras mediadoras del poder de la colo- nia temprana. * Heredero de Capaq Apo Guaman Chahua y Capaq Apo Martin Mallki de Ayala, ambos segundas per- sonas del Inka. 78 Sobre el escribidor o 1a sombra de Don Felipe _ eS het a autor-principe. En este punto seria facil hacer paralelismos entre la ubi- cacién de Guaman Poma como autor-principe y las ilusiones, aciertos y proyectismos de los autores modernos como Vargas Llosa. Pese a que debe- mos ir despacio, se podria senalar que mientras para el autor moderno la integracién organica de la cabeza al cuerpo comunal no es siempre clara, Guaman Poma intentaba atin ligar la posicién del autor a la totalidad del cuerpo comunal de un Tahuantinsuyo en proceso de desintegracion. Siguiendo un patron paternalista, Don Felipe buscaba un rol bien concreto para aquellos “sefores naturales” que pudieran leer y escribir. Estos debian defender a sus ayllus y buscar el “multiplicio de indios”. Pese a su aceptacién de la escritura, el catolicismo y la centralidad del orden colonial eurocéntri- co, el uso del lenguaje escrito y pictérico que hace Guaman Poma tiende a cuestionar radicalmente la linealidad discursiva, y el supuesto orden del pensamiento occidental’: la base del tiempo lineal, del progreso mecanico y acumulativo, la justificacién racional de la exclusi6n del otro, y el sabotaje sistematico de la ecologia natural. Sin embargo, la autofiguracién de Guaman Poma como heredero de la segunda persona del Inka, y su uso de la escritura para buscar el reconocimiento de ese status y a la vez defender a su gente, se irian a con- vertir en una dolorosa obsesidn que llevaria solitariamente por los andes a lo largo de unos treinta afios. Esto significa que la integracién organica que buscaba para su trabajo fue desplazada por una realidad en la cual la posi- cién central estaba ocupada por el aparato cosmopolitico europeo, y en donde la gran mayoria de nosotros no sabia hablar, mucho menos leer y escribir el lenguaje del otro: el espanol. Asi su trabajo se haya aferrado desesperadamente al pasado, o estuviera delante de su tiempo debido a su cuestionamiento del discurso europeo, este puede ser visto como un acer- camiento hacia los proyectismos y las fantasias del autor, el ego o la cabeza desligados del cuerpo comunal y césmico; debido a la abstracci6n, la alie- naci6n politica, la creencia cristiana, el egoismo, el eurocentrismo y demas. El autor integrado mostrado en la figura 3 iria a desprenderse grad- ualmente, Las huellas de este desprendimiento pueden ser tomadas como simbolizando el desarrollo de la escritura dentro del contexto de una dialéc- tica amo/esclavo de largo alcance, con lo cual quedaria como tarea paralela * Debido a su sustrato Quechua y su percepcién del espacio, el estilo de Guamdn Poma es multilineal e irreverente. Su confrontacién con la “correcién sintéctica” sucede unas cuantas centurias antes de los experimentos y la “novedad” de las vanguardias literarias del siglo veinte. Esta idea nacié entre nosotros, pero se la acreditaron cientos de afios después, en una apropiacién que recuerda la de los cubistas con el arte africano. En ese sentido la critica de su uso de lenguaje por gente como Porras —muy admirado por Vargas Llosa, pero que nunca llegaré a ser un escritor que perdure en el tiempo— 5 itrelevante. Para algunos el estilo limpio parece ser parte del diseno urbano de la ciudad letrada. No toman en cuenta la importancia de las fuerzas centrifugas en la dinémica del lenguaje. Son gente de una triste y arrogante fantasia colonial. 79 MITIMAES Hacia una poética andine postmoderna la evaluacién de las fuerzas liberadoras de la escritura de Guaman Poma, y de la escritura como tal. En la figura 4 vemos que el modelo del Tahuantinsuyo empieza a mostrar huellas del desorden colonial. En la disposicién espacial del dibujo sdlo se ven ocupadas las partes correspondientes al Chinchaysuyo (arriba- derecha) y Collasuyo (abajo-izquierda). Si bien en la vision de Guaman Poma el Rey, —simbolo del poder del otro, el espafiol—, es equivalente al Inka, no llega a ser representado en el centro. Este centro ha sido reubicado a la posicién arriba-hanan del Chinchaysuyo, mientras que la posicién de Guaméan Poma, 0 del ego como autor y principe, se presenta subordinada ocupando la posicién izquierda-urin. Esta perturbante jerarquia diagonal, en la cual el otro empieza a ocupar la posicién prevaleciente y el ego un lugar subordinado, es una de nuestras mas tempranas representaciones de Jas huellas de la experiencia colonial. El centro esta fuera del centro porque la metrdpolis siempre esta en un lugar distinto. Tal vez sea por eso que nuestros huaynos cantan profundamente sobre la experiencia de la partida y del destierro, como si el yo waqcha hubiese sido abandonado por su padre y madre primordiales. Si anteriormente el Cusco’, el Inka y el autor habian sido representados al centro del Tahuantinsuyo, ahora el Rey (Inka) esta ubicado en una remota parte del Chinchaysuyo, mas alla de las aguas de Mama Qocha, y slo puede ser imaginado como una presencia benevo- lente y comprensiva por el escritor inicial de la colonia, que también esta fuera de lugar. Desde entonces la integridad de nuestro centro politico y cultural ha sido reemplazada por un espacio vaclo, ambiguo, racista, y vio- lento. Lo cual quiere decir que para nosotros la caracteristica civilizadora de la escritura siempre ha ubicado el centro en otra parte, y que para llegar a ese lugar debemos sacrificar nuestra “otredad” indigena a cualquier costo”. En la figura 5, vemos que la posicién del ego tiene connotaciones més amplias. Este dibujo representa a la Villa Imperial de Potosi, el rico pueblo minero que junto con la plata mexicana irfa a convertirse en el cimiento del poder econédmico espafol y europeo. Aqui la disposicién espa- cial de los dibujos posibilita algunas interpretaciones interesantes. Si seguimos el eje arriba/abajo vemos de inmediato que el Tahuantinsuyo, el Inka y sus cuatro sefiores estan ubicados encima de la montaha de corazon minero, que a su vez esta encima de la Ciudad Imperial de Castilla. Esta criti- ca del mundo al revés colonial, parece ser posible a través de la mediacién de la montajia. Para Guaman Poma las riquezas de Potosi son la razon de ser de Castilla y Roma, por lo que su ubicaci6én hanan parece ser natural. Pero si ‘El ombligo, axis mundi o centro mas profundo. ? Viendo este dibujo también nos preguntamos hasta qué punto nuestro artista, intelectual, politico, educador y educador contemporéneo esté aiin inclinado en la sobrevaluada metrépolis externa. 80 Sobre el escribidor a 1a sombra de Don Felipe recordamos que estamos tratando de trazar la naturaleza y la posicién del ego en el pensamiento de Guaman Poma, veremos rapidamente que aqui su Campo seméantico se ha ampliado mas alla de lo meramente individual. El ego o sujeto colectivo, como “base” de sustento de Castilla significa la montana rica en minerales, la estructura Inka encima de ella, y tal vez el autor mismo. Para entender esto, solo tenemos que leer cuidadosamente la leyenda afiadida al dibujo CIUDAD/LA VILLA RICA EMPERIAL de Potochi. Por la dicha mina es Castilla. Roma es Roma, el papa es papa y el rrey es monarca del mundo. y la santa madre igle- sia es defendida y nuestra santa fe quardada por los cuatro reyes delas yndias y por el emperador ynga. Agora lo apodera el papa de Roma y nuestro sefior rrey don Phelipe el terzero. /PLUS /ULTRA/EGO FULCIO COLUNNA EI0S/ Chinchay Suyo/ Colla Suyo/ minas de potoci de plata/ ciudad enpereal, Castilla” La oracion clave de todo este parrafo es el texto latino EGO FULCIO COLUNNA EOIS, que significa yo fortifico sus columnas. En la figura 4, aque- lla referente a la conversacion entre Guaman Poma y el Rey, habiamos Ila- mado la atencién sobre la ausencia del centro tal como habia sido repre- sentado en las figuras anteriores. En la figura 5, la centralidad como EGO FULCIO COLUNNA EOIS se convierte en la montafa minera (Potosi), y el yo que provee la infraestructura de un otro simbdélicamente subordinado y representado por la Castilla Imperial. Pero el campo seméntico del ego atin incluye al Inka y sus cuatro Tahuantinsuyo Camachicog Apocona, asi como la escritura y el escritor. Como en el caso del Mapamundi, una comprensién més profunda de este dibujo es materia de otros estudios. Pero en lo que concierne al ego escribiente, aqui se presenta una tensién dialéctica entre el ego integrado encima del mundo, y el ego que funciona como soporte estructural de la metrépoli colonial? En los dos dibujos siguientes, el ego como EGO FULCIO COLUNNA EOIS nos muestra otros aspectos de esta partida o tensién dialéctica. En la figura 6, que en el manuscrito sigue al dibujo de la Villa Imperial de Potosi, la leyenda CIUDAD/EGO FULCIO COLUNNA EOIS encuadra un escudo de armas muy interesante. Aqui el ego escritural presenta el espacio interno del escudo dividido en cuatro partes, como en el Mapa Mundi. Las dos partes de “arriba” son las montafias que proveen minerales, y las partes de “abajo” son dos castillos europeos. Mientras que la mediacién entre arriba y * Sequimos la edicion de Murra y Adorno de la Nueva Corénica de Guaman Poma. ? Si la escritura fortifica las columnas del imperio, ;cémo es que al mismo tiempo puede buscar justicia para la gente de la provincia y, en ultima instancia, subvertir las columnas de ese imperio? Aqui hay una paradoja basica: el centro del centro, un espacio de marginalidad condensada, contiene las claves para irmés alld. También, el dinamismo del centro ayuda a superar la mentalidad provincial creada por él 81 MAES Hacio una poétice andino postmoderno abajo es una simple linea casi cartesiana, la mediacion entre la izquierda y la derecha es un caliz de pajaros (tal vez halcones) y una bandera flanquea- da por leones (pumas) sostenida por una mano mutilada en la parte de abajo. A su vez, la centralidad parece estar tenuemente representada por un simple cruce de lineas cartesianas. {0 es que, a nivel imaginario, Guaman Poma, hombre trashumante y marginal’, se habia representado a si mismo, a la escritura, y el ego escribiente como el punto generativo de mediacién? El hecho que en el nombre de Guaman Poma “waman” significa halcon y “poma’ significa puma, nos hace pensar si en efecto hay una identificacion metonimica entre él, y el resto del campo semantico de EGO FULCIO CO- LUNNA EIOS. En todo caso, el rasgo més resaltante esta en las margenes de este escudo. Aqui vemos diez cabezas espafolas mutiladas rodeando el espacio del escudo, lo que queda de la sintaxis espacial andina y el posible signifi- cado de EGO FULCIO como el marginal y trashumante principe-autor. Una linea de muerte claustrofébica rodea un espacio interno en donde las cua- tro partes de la unidad se ubican en funcién a un tentro ambiguo, o ausente. Esta es casi una premonicién de lo que iria a suceder con la divisién entre la cabeza cartesiana y el cuerpo, o lo que vendria a ser una de las bases de la ciudad letrada. Finalmente, la figura 7, que presenta otro escudo dividido en cuatro con las leyenda EGO FULCIO COLUNNA EIOS debajo de una referencia al Rey, es otra ilustracién del desprendimiento del ego integrado que, me- diante las escritura, pretende servir a la Sacra Corona Real Majestad. Este dibujo, el ultimo de la Corénica de Guaman Poma, se nos presenta como. una Ultima y solitaria ilustracién del desprendimiento de la cabeza 0 el ego escribiente, que nunca pudo dialogar con el lejano Rey, pero que hizo algu- nas distancias importantes con las practicas religiosas y linglifsticas de los ayllus. Hemos estado interpretando un pequeho ntimero de los dibujos de ‘En la primera pagina de este ensayo ya habiamos seftalado que la centralidad del poder y la cultura pueden ser de una tremenda atraccién para el elemento marginal y creativo. La manera en que lo mar- ginal puede contribuir a la centralidad del poder y Ia cultura sin caer en los efectos alienantes del egois- mo es materia de otra serie de preguntas. ? La dificultad que cuesta romper con la idea det Dios unico, sélo puede ser resultado del grado de pe- netracién psicolégica de los evangelizadores, Su dogmatismo de convencimiento violento tiene conse- cuencias funestas en la psicologia de la tirania. La aceptacién de los dioses y divinidades multiples esta mas acorde con el modelo del Tahuantinsuyo: la unidac ‘luye la oposicion y complementareidad de las partes. Si debido a un temor neurdtico a la contingencia de la corporalidad, Sécrates y Platén inau- guran el culto a la cabeza, la idea Unica y el orden en detrimento del cuerpo y su multivocidad, le toca al cristianismo institucionalizar esta mutilacion como una imposicion violenta. La postura cartesiana es el lado filoséfico y técnico de este proceso. La separacién cartesiana, en vez de buscar una dialéctica de j6n y complementareidad, busca la negacién o la total otrificacion del segundo término de las sovre ¢/ eseribidor a 19 sombra de Don Felipe _ Guaman Poma para poder comprender la distancia que va del ego o la cabeza integrada —como se ve en el Mapamundi— ai desprendimiento del ego escribiente que oscila hacia el Rey colonial y el Dios de Occidente*. Esto da el trasfondo histérico a algunas de las caracteristicas de nuestros egos escribientes contempordneos, que reclaman la centralidad del poder, como sucede en el caso de Mario Vargas Llosa, los jefes del partido y la élites int- electuales. Pero reducir todo el trabajo de Guaman Poma a éste desprendimiento, 0 enfocarse solamente en su lealtad al Rey, seria una equivocacion. Para Guaman Poma habia una diferencia radical entre el Rey y los espanoles, lo mismo que entre el Catolicismo’ y las muestras de hipocresia religiosa de los espanoles. Su ligazon con el Rey y el cristianismo también sirvid como una estrategia politica para ponerse, junto a la voz andina, al mismo nivel que el colonizador. Don Felipe habia rehusado a aceptar el argumento de la guerra justa por el cual, el colonizador adopta la fantasia de ser civilizado y vehiculo de la voz divina para, asi, eliminar 0 reducir el “otro” de color al status de nifio o de recurso casi animal de tra- bajo y servidumbre. Este desafio retorico tenia connotaciones radicales, en el momento que las crénicas Toledanas fueron usadas como una he- tramienta ideoldgica, no solo para pintar al Inka como un tirano, sino tam- bién para justificar la presencia colonial‘. Un tiempo en el que también la defensa del indio por algunas figuras religiosas no pudo apartarse de la fijacién en la idea de un Dios tinico y excluyente’, y en el que las extirpa- ciones de idolatrias trataron incansablemente de quebrar nuestra espiri- tualidad®. Pese a que se puede debatir sobre si el trabajo de Guaman Poma era revolucionario o reformista, hay una cosa que queda clara: el suyo fue un intento de usar las herramientas conceptuales del colonizador para defender su gente, denunciar el abuso, y proponer un “Buen Gobierno” en manos indigenas. El proceso de desprendimiento del ego 0 cabeza escri- siguientes oposiciones: arriba/abajo, hombre/mujer, centro/periferia,civilizacién/barbarie, cabeza/cuer- po, orden/caos, univocidad/multivocidad, derecha/izquierda, luz/oscuridad, blanco/negro, sujeto/obje- to. > Pese a que estoy haciendo una critica histérica del rol colonial y represivo del cristianismo, debo afir- ‘mar que respeto, por ser yo mismo un ser religioso, la funcién religiosa de cualquier modo que ella se exprese, dentro y fuera del cristianismo. “Las crdnicas toledanas sostenian que el régimen inka era tirdnico, por lo tanto la conquista estaba jus- tificada. > Este es atin un problema central de la teologia de la liberacién. Su intencién es buena pero no se ha apartado de la necesidad de un solo Dios 0, dicho sea de paso, de la autoridad del Papa © Para el sacerdote jesuita Manuel Marzal no hubo ninguna persecucion religiosa en los andes. La evi- dencia historica muestra lo contario. Las extirpaciones de idolatrias fueron instituidas por el cura mesti- 70 Francisco de Avila, que traté de negar su lado indio persiquiendo las mal liamadas “idolatrias”. Manuel Marzal, La Transformacién Religiosa Peruana, 1988. 83 ESCRITOS MITIMAES Hacio una poé dina postmodeina biente del trabajo de Guaman Poma corre paralelo a una lealtad episte- moldgica al modelo del Tahuantinsuyo. Todos los dibujos presentan rasgos mas 0 menos completos del modelo cosmolégico andino. Y hay huellas claras de éste modelo inclusive en el Ultimo dibujo e imagen final del tra- bajo de Guaman Poma, donde una cuatriparticidn de un escudo de armas iria a enfrentar varios cientos de afios de silencio y malentendidos eurocén- tricos. Lo cual es decir que desde el inicio del mundo al revés colonial, el ego escritural y principesco de Guaman Poma se convirtid en un punto de mediacién creativo, en una dialéctica que oponia el modelo eurocéntrico al andino. Si ese punto de mediacién creativo —tinku (convergencia), pallga (disyuncién) o chawpi (linea de equilibrio entre campos iguales)— iria a favorecer lo europeo en el nivel superficial y denotativo, de una manera casi teatral y absurda, la lealtad epistemoldgica habria de ser seguida en el nivel interno y connotativo: los principios reprimidos pero ordenadores de la visién andina'. De este modo, la misma marginaliad de su vida se convirtio en el escenario arquetipico de dos diferentes direcciones de la escritura colonial. Una direccién, la oficial o hanan, tendia hacia el senor eurocéntri- co, mientras que la otra, la corriente subterrdnea urin, trataba de mantener su ligaz6n con la comunidad, calando profundo para actualizar el sentido y el cosmos andinos. De hecho, seria importante estudiar los aspectos cre- ativos y retdricos de ambas direcciones, pero, por el momento, esto escapa a este ensayo’, Téngase en cuenta que a esta altura del proceso colonial el reclamo del ego escritural de Guaman Poma por la centralidad del poder atin tenfa cierta base, en tanto que representaba la zona de mediacién de una disyunci6n cultural de largo alcance. A diferencia del proceso de Guaman Poma, el ego escritural de la ciudad letrada tiende a basar su reclamo del poder adhiriéndose solamente al modelo eurocéntrico, como sucede en el caso de Vargas Llosa. * Al escribir esto, empezamos a notar que, como se nota en la lirica de los huaynos, el sentido de lengua- Je quechua y andino tienen en general un marcado sabor intimista. Algunos estudios lingUisticos han mostrado la importancia del uso estético def diminutivo quechua -cha- y el cualitativo -lla-. Pero eso no deja de lado Ia pregunta de hasta qué punto el endoctrinamiento o violacién espiritual cristianos nos han forzado a teducir un sentido més amplio del cosmos, la espiritualidad y el sentimiento estético a espacios muy pequefos y luminosos. La celebrada historia del sincretismo andino tal vez no deje de ser otra forma de nombrar la represion del yo. Otra pregunta pendiente se dirige a saber sila poética de! ‘espacio intimista debe ser mantenida como tal, o ampliard su rango debido a los profundos reacomo- dos sociales presentes. ? Para evitar diferenciaciones maniqueas y simplistas de tipo blanco/negro debemos anotar que ambas direcciones tienen aspectos retéricos y creativos. Un ejemplo de direccién estacionaria, y en ultima instancia colonizada, es la idealizaci6n del pasado imperial Inka por algunos indigenistas. Por otra parte, si bién sirve como soporte de la ideologia oficial, la direccién hanan eurocéntrica ha producido, en su interior, una amplia gama de ideas criticas, creativas y revolucionarias que tienden a superar la menta- lidad colonial. También da la posibilidad de transitar el circulo completo: el de demistificar el lenguaje oficial de las metropolis y establecer practicas criticas, politicas, artisticas y filoséficas, que trascendien- do lo eurocéntrico se combinan con las contribuciones de los pueblos primales o indigenas. on ipe ibidor 2 10 sombra de 0 Aqui el centro estd fuera del centro. Luego de hacer un largo paréntesis dedicado a la instauraci6n colo- nial de la escritura, nos toca dar una mirada breve a los tiempos actuales, en donde la prevalencia mundial de la escritura ha creado una civilizacion de papel que devora cada vez mas arboles. Hay muchas cosas que podriamos decir acerca del lugar y el poder de la escritura-alfabetismo-civilizaci6n-pri- macia-de-la-cabeza-simbdlica, en nuestra geografia de parcelas, haciendas, tierras baldias, invasiones, montafas y tierras fecundas culturales, pero slo senalaremos un par de niveles relevantes. Un nivel tiene que ver con la manera en que, siguiendo el camino del mundo al revés, el proceso social de la escritura, ha desplazado a la rea- lidad fenoménica, para remplazarla por el universo conceptual tiranico y estacionario de un logocentrismo basado en el ego. El otro senala el modo en que el rasgo “civilizador” de la escritura-educacién-idioma espanol ha perpetuado una dialéctica amo/esclavo, en la cual ambos actores son parte de un circuito de dominacién colonial. Debemos ir por partes. Insertada en una larga tradicion en donde la realidad dominante no esta ubicada en el plano fenoménico, y si en los conceptos vertidos por un LBRO’ u otro, el amplio campo de influencia cognitiva de la llamada civi- lizacién occidental ha puesto un tremendo énfasis en el concepto abstrac- to como el lugar de la realidad. La mayor parte del tiempo esto ha sido hecho de acuerdo a los requerimientos de la autoconvincente coherencia discursiva de los egos escriturales, y no de acuerdo a la vasta contingencia de lo fenoménico’, ni que decir de las circunstancias del “pueblo” o las “masas”. Esta supuesta practica “metafisica” de la oficialidad de la civi- lizacién occidental tiene sin embargo, manifestaciones muy concretas. Tal vez debemos empezar nuestros ejemplos diciendo que, atrapa- da en una forma muy especial de escritura-abstracci6n, que es el dinero 0 el capital, la humanidad se ha subordinado a lo abstracto: debido al dinero, la gente vive para trabajar y no trabaja para vivir. Guaman Poma solia decir “el mundo esta al revés y no hay remedio”. En este mundo al revés nuestra identidad social y personal tiene una composicién extrafia: esté forzada a encajar en significantes vacios, casi sin ninguna huella de una espiritualidad apenas retenida por nuestro cuerpo marginalizado. El centro esta fuera del centro. De tal manera que nuestro tejido social debe estar regido por una ' Por ejemplo: la Biblia, |a Republica de Platén, la Logica de Aristoteles, el Método de Descartes, la dialéc- tica de Hegel y Marx, el Deconstrucionismo de Derrida, etc. ? Aqui nos referimos en principio ala dinamica generativa del pensamiento oficial. Paralelo a este el arte, las posturas criticas, la risa, el carnaval, el lenguaje popular, el mito, el rito, el erotismo, el misticismo y la marginalidad nos han rehumanizado mediante un constante recuerdo de las circunstancias del cuerpo. Los trabajos de Masao Yamaguchi y Mikhail Bakhtin son un buen inicio para entender algo de esto. 85 ESCRITOS MITIMAES Hacia uno ica ondina p serie de reglas escritas llamadas Constitucién, mientras que nuestros dere- chos personales y sociales lo son por una serie escrita de leyes altamente manipulativas y manipuladas’. La tenencia de la tierras por los ayllus, comu- nidades y personas particulares se ha convertido en una lucha por titulos legales. Nuestras identidades sociales y legales supuestamente estan definidas por nombres escritos, tarjetas de identificacion, pasaportes, brevetes, tarjetas verdes, partidas de bautismo, combinaciones informati- cas etc. Y al momento de enfrentar momentos de alta intensidad politica se supone que debemos “definirnos”, sin darnos cuenta acaso que en todas estas instancias funciona un sistema profundamente deshumanizador, en el cual son victimas inclusive los poderosos. Todos estos ejemplos son solo una manera de comprender como, en el plano de un harto verosimil fetichismo de lo abstracto, el “yo” adopta una posicién subordinada (siervo) en relacién con la autoridad (senor) de lo abstracto o de la figura paterna que lo genera. Pero este mismo “yo" tiende a adoptar una posicion seforial frente al “otro”. Pese que no toda la escritu- ra significa la alienacién de lo abstracto, ésta dinamica mutilante es peli- grosa y espiritualmente desbalanceada. Estos aspectos de la escritura se han convertido en marca de la “ci- vilizacidn”, un concepto harto escurridizo cuya comprensién es Optima slo cuando invade —como en el “descubrimiento” de “América”— 0 trata de destruir el “otro” (como en el Golfo Pérsico) . En esta parte periférica del sis- tema mundial llamada los Andes, la marca civilizadora de la escritura-edu- cacién tiene un caracter ambiguo. El actual Pachacuti por el cual pasa el Pert muestra una compleja dialéctica entre el caos y el reordenamiento en donde no esta claro si la oposicién entre lo eurocéntrico y lo “andino” podra generar un modelo ' Como consecuencia de los eventos de Uchuragay quedan dos hombres quechua hablantes en la car- cel. Aqui un sistema impuesto, la legalidad en espanol, ha usado la “otredad” quechua hablante como espacio de culpabilidad. En casos como éste, la escritura acompafia a la violencia cultural. La actitud paternalista y condescendiente del escribidor han contribuido a la perpetuacién de esta violencia racista. "Si el término “occidental” es un concepto muy vago que pone en el mismo saco una gran diversidad de formaciones culturales concretas, lo mismo sucede con el término “andino* que, luego de reemplazar el término preyorativo “serrano”, no ha podide mostrar sus rasgos distintivos. Henrique Urbano, pese a su egoismo sarcstico, ha acertado en su dura demistificacién de varios conceptos tomados como andi- nos. Pero este ensayo no tiene ningun interés en definiciones estaticas, y tampoco tiene una postura esencialista. Sin embargo, es muy importante sefialar que la llamada sociedad “nacional” u “occidental” peruana ha descubierto y mistificado lo “andino” del Pert sélo cuando la violencia politica se salié de las margenes definidas por ella. £| término andino, puede también ser un concepto muy vago que pone entre paréntesis diferencias muy importantes de clase, etnia, lenguaje y cultura. Si anteriormente la sociedad nacional habia apartado lo “andino” debido a consideraciones mayormente racistas, la ubi- cacién actual de lo “andino” como la victima privilegiada corre el peligro de desarrollar, a la inversa, un andecentrismo racista y megalémano. 86 Sobre el escribidor g 1a sombra de Don Felipe social, politico y cultural verdaderamente liberador, habida cuenta que las herramientas conceptuales de los actores estan petrificadas, o atin tienen una lealtad soterrada con lo occidental como lugar necesario' de transito. El socidlogo peruano José Matos Mar tiene algunas observaciones Utiles respecto a este punto. Lo citamos en extension: “La existencia de dos Pertes paralelos no es un fenémeno reciente. Por un lado el Pert oficial de las instituciones del Estado, los partidos, la banca y las empresas, los sindicatos, las universidades y colegios, las Fuerzas Armadas y la Iglesia; de los tribunales, la burocracia y el papel sellado: de la cultura exocéntrica. Y, por el otro, el Pert: marginado: plural y multiforme; del campesinado y la masa urbana; de las asociaciones de vecinos, los cabildos tradicionales, las rondas y los varayoq; de los talleres clandestinos, los ambu- lantes y las economias de trueque, de reciprocidad y de mera subsistencia; de los cultos de los cerros, la espera de Inkarri y la devocién a las santas y beatas no canonizadas: el Peri que conserva, adapta y fusiona innumerables tradiciones locales y regionales; bilingiie, analfabeto y a veces monolingtie Quechua, Aymara o Amazénico. Este contraste, gestado desde los primeros tiempos de la colonia... El Perti contemporaneo ya no se presenta como un archipiélago territorial de enclaves urbanos de la oficialidad, mas 0 menos aistados en un inmenso hinterland de marginalidad rural. Lima ya no es exclusivamente la capital reducto de lo criollo y lo mestizo monopolizando el poder y la identidad. Hoy dia ha venido a convertirse en un microcosmos del macrocosmos nacional. En un espacio mayoritariamente dominado por la presencia migrante de representantes de toda la pluralidad y multiplici- dad de situaciones que configuran el pais, donde los reductos de la vieja dominancia se retraen, ocupando un espacio cada vez més disminuido. El nuevo espacio se expresa en la turbulenta confluencia de esa multiplicidad hacia una nueva cultura y sociedades unitarias en formaci6n, asi también en el rebalse e invasién de los estilos populares dentro de la capital. La fuerza reciente manifestada por los modos contestatarios de la economia, la politi- cay el gobierno, la religion y la cultura se encuentra todavia balanceada por el poder que conservan los estilos del Pert Oficial que retiene las riendas del estado y que controla atin la economia nacional... Los términos de inter- ' Una reciente lectura nos informa que, inclusive Tépac Amaru empez6 su rebelién usando una supues- ta lealtad al Rey de Espana. Lo mismo sucedié con Guaman Poma. Y atin parece que nos aterroriza no pasar por lo menos por los tambos “cientificos” occidentales, alinque sea para subrayar que no somos indios" o “salvajes”. De modo que nuestra existencia contempordnea parece tener la marca de un estig- ma vergonzoso. La violacién espiritual de los misioneros ha sido efectiva, Pero debemos recordar que un concepto del futuro liberador y ecolégicamente sensato vendra a partir de una mezcla entre lo primal y el aspecto analitico de occidente. Aqui son relevantes las palabras de Murray Bookchin: “No hay con- i6n en la convergencia de su (nuestra) sensibilidad ecologica con nuestra (la suya) sensibilidad a siempre y cuando que aquella conjuncién trascienda ambas sensibilidades en una nueva ma- nera de pensar y experiméntar’. Murray Bookchin, The Ecology of Freedom, 1982. Las correcciones con- cemientes a lo nuestro y lo suyo son del autor. » Esta definicion de otredad es todavia eurocéntrica. Como en el dibujo de Guaman Poma, el centro est fuera del centro, Que esta modalidad de discurso venga de un socidlogo prestigiado que, pese a su sim- 87 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poética andina postmoderna accion entre el Peru Oficial y la otra sociedad? que emerge se modifican en beneficio de esta Ultima y sus representantes. De mala gana... el estado, sus instituciones y los miembros de las élites gobernantes, se ven obligados a aceptar 4mbitos de autogobierno en expansién: ambulantes y comercio extralegal; industrias que no pagan impuestos ni patentes; guardias y rondas vecinales y campesinas, “ajusticiamientos” por tribunales comunales; cultos populares y profetas vagabundos; droga y prostitucién; amplios mercados de reducidores de objetos robados; guerrilleros, terrorismo y “zonas libe- radas""; coimas y tramitadores. Los esfuerzos del Estado para restaurar el orden legal en este ambito invasor se dan en un contexto de triunfalismo pliblico, que consigue a duras penas ocultar el privado desaliento... Y en el campo de la cultura el proceso es paralelo. A la sofisticacidn de la cultura cos- mopolita de minorias tecnocraticas formadas en Europa y en los Estados Unidos, responden nuevos modos de adaptacién y creacién de la cultura popular en el contacto intenso de las tradiciones regionales y en su didlogo dinamico con los contenidos de la comunicacién de masas. Aqui también la cultura de la élite se encuentra en retroceso o resulta penetrada. El huayno y la chicha entran en los barrios residenciales a través de nuevas clases medias de origen provinciano, las programaciones de cine, la radio y la television se modifican para satisfacer los gustos de la mayoria. Sectofes de élite hacen también esfuerzos para adaptarse 0 se encierran en cendculos y pequenos circulos. Se abre paso a una nueva cultura peruana en transformacién. Sufre evidentemente la influencia de los contenidos de la cultura oficial, pero escapa ya de su control y gravita fuertemente hacia lo andino. Sus porta- dores son la masa urbana”? Aqui Matos Mar se refiere a un punto de mediacién generalizado que opone al hanan (oficial) Perd con el urin (otro) Peru. Es un tinku que hace posible vislumbrar un nuevo chawpi (punto de mediacién) liberador, © una nueva dimension social, humana y cultural. Un “Buen Gobierno” que no necesariamente viene a ser una serie de variaciones a las concepciones de un cacique intelectual deificado, pero si una creacién comunal donde el individuo tiene su lugar y dignidad, mientras que el “otro” es respetado en su igualdad y diferencia. Pero, por el momento, la expresién resaltante de patia por el desborde popular y la andinizacién de la cultura nacional, exhibe atin una estructura de pensamiento eurocéntrica, no es una instancia causal. El entusiasmo de Matos Mar es mas bien formal y no parece apuntar a un cuestionamiento profundo de los instrumentos conceptuales, que gestados en la ciudad letrada del Peru oficial la unen mas a Europa y Estados Unidos que al “otro Pert’ ' Matos Mar acierta en ponera las guerrillas como parte de un proceso social y cultural mas amplio. Pero poner a las guerrillas dentro de la sintdxis de la delincuencia es una banalizacion que en el mejor de los casos muestra la propia paranoia cognitiva del investigador: la violencia amenaza la relacién de autori- dad que el académico tiene con la realidad y la reemplazacon la autoridad del jefe del partido y el apara- toestatal ? José Matos Mar, Desborde Popular y Crisis del Estado: el nuevo rostro del Pert en la década de 1980, 1986. 88 Sobre el escribidor a la sombra de Don Felipe este Pachacuti ha sido el consenso entre amos y siervos en transformar los aspectos destructivo/creativos/regenerativos del Pachacuti en un mutilante cultura de la violencia’; donde la posibilidad de soluciones autoritarias para nuestra sociedad es un factor latente no sdlo en los opresores, sino también en los oprimidos’. Si bien seria un error dejar de lado los componentes sociales, politicos, histéricos, culturales, cosmo-psicolégicos, militares y represivos de esta cultura de la violencia, creemos que el plano del lengua- je es central. Ademas, ya estaba presente en las dos direcciones —andina y europea— del punto de mediacién creativo de Guaman Poma’. La oposi- cién antagénica, complementaria y mimética entre el Pert Oficial (hanan) y el Otro Peru (urin), también gira alrededor de la marca civilizadora de la escritura y el acceso comunal a la modernidad. Desde el primer momento colonial la escritura, la educacion, la cul- tura, y la legalidad han sido instrumentales en definir el Peru oficial como la centralidad. Esta centralidad giraba alrededor de las metrépolis coloniales y estaba definida con algunas de sus metaforas centrales: catolicismo, supremacia occidental, economia monetaria, idioma Espanol, discurso cien- tifico, etc. Este proceso colonial ayudo a formar el discurso de la identidad “nacional” que, a su vez, debido a una postura altamente racista y eurocén- trica, ubicé el “otro” indigena en la posicién fija de la periferia. La posicién fija era vista como un punto inmévil en relaci6n a la sociedad nacional, que luchaba por ponerse a la par con la idea eurocéntrica del “progreso”. El con- traste entre “progreso” y fijacion dio lugar a la idea de un “atraso” que debia ser eliminado. Los hombres y mujeres Quechuas, Aymaras y Amazénicos ' Esta observacién no debe ser tomada como una queja mas. Es necesario romper con la retérica de la queja 0 por lo menos reconocerla como parte de un proceso mas amplio. El trabajo de Gonzalo Portocarrero ("Castigo sin Culpa, Culpa sin Castigo”, 1985) acerca del sufrimiento en el Peru sefiala como en Altima instancia el sufrimiento, 0 la queja, es una inversién egoista, que mutila la capacidad de romper con el circulo retérico y obsesivo del sufrimiento. Uno de los elementos fundantes de la ret6rica de la queja esta en ubicar la fuente y la posterior superacién del dolor en el otro. Esto anula la posibili- dad de reconocer en el otro una igualdad en la diferencia, para usar un término feliz de Todorov ("La Conquista de América: la cuestion del otro”, 1987). Y salva de responsabilidades a la inversion egoista, preparando el campo a soluciones de tipo jerérquico y autoritario. > Aqui nos apena sefialar que la dialéctica amo/esclavo no es solamente una de oposicién o jerarquia. También hay una relacién de identificacion: el siervo quiere ser amo en los mismos términos que éste lo es. > Restas alturas de la historia peruana, es cada vez mas dificil hacer comparaciones en detalle entre el trabajo de Guamin Poma y la realidad fenoménica actual. El trabajo de una persona en singular slo puede ser usado simbélicamente para comprender un largo proceso colectivo mas complejo. Sila com- prensién histérica requiere que nos alejemos de algunas figuras paternas y de autoridad, no hay pro- blema en ello: la musica del huayno ya le habia dado una dulce melancolia a los kacharparis, porque el héroe que parte tal vez traiga algunas ofrendas al lugar de origen. Por otro lado, aferrarse a la autoridad ya las figuras paternas a despecho de lo fenoménico significa cierta violencia contra el "yo" y contra el “otro”: es un movimiento regresivo. “ Aligual que la necesidad del alfabetismno, el atraso indigena es una construccién cultural tendenciosa. La cultura oficial no permite percibir que la ciencia, arte, medicina y cosmologia alternativa actuales 89 ESCRITOS MITIMAES Hacia una poéti andina posimoderna son la plasmacién corporal de esta idea de polucién y “atraso”: su destino es ser eliminados 0 tomados como fuente de servidumbre'. Esta traslo- cacién jerarquica hacia la periferia fue, a su vez, internalizada por los runas y los ayllus: asumiendo una posicidn “inferior” llegaron a considerar que el analfabetismo y hablar el Quechua, el Aymara o las lenguas Amazénicas era un estigma vergonzoso’. Tanto antes como ahora, las harto enraizadas estructuras de dominacién son aceptadas por ambas partes. Si unos cuantos siglos antes, Guamadn Poma habia pedido que los caciques aprendieran a leer y escribir en espanol para defender a los runas, en la actualidad uno de los aspectos de la emergencia del Otro Pert (urin) a la centralidad del Pert Oficial (hanan), es el de ganar acceso y eventual con- trol de los hasta entonces excluyentes mecanismos, redes y recursos de poder de la ciudad letrada. El instrumento de opresidn y exclusién se con- vierte en una de las vias de liberacién/inclusion. El cuerpo de Inkarrey busca la cabeza y espera una facil convergencia. Pero, en lo que concierne a la escritura, educaci6n y el eurocentrismo, la invasion del Otro Pert a las vas- tas haciendas cognitivas de la ciudad letrada esta llena de paradojas. El mismo hecho que el mayormente andino urin Pert se dirija ala centralidad del Pert oficial trae consigo no solo la posibilidad de un nuevo orden/caos, pero también el peligro —mediante un proceso de identificacion—, de encajar en la misma retérica opresiva y jerarquica de la antigua ciudad letra- tienen concepciones profundas con el mito, el rito, la medicina, la musica, la textileria y la agricultura de los pueblos indios. Ademas, la destruccion ecolégica causada por la tecnologia y economia occientates hacen necesario el replanteamiento de la relacién del hombre con la naturatezs. " En el espacio de esta violencia estructural, la posicién del mestizo ha sido ambigua: su incapacidad de reconocer su propia indianidad terminaria en una violenta y dolorosa internalizacién del amo y el escla- vo dentro de si mismo. Esta internalizacién violenta vendria a aflorar mas tarde como la necesidad de destruir el “otro” que uno tiene dentro: un acto sublimado de autodestruccién con consecuencias bru- tales. De esta forma los mestizos perdian la oportunidad de ser los mediadores creativos entre dos cul- turas y gentes iqualmente dignas. Es de esperar que la reciente revalorizacién de lo “andino” nos dé un rol mas creativo a nosotros los mestizos, que finalmente dejamos atras el temor a ser indios. "De otro modo Gregorio Condori Mamani no diria que le falta la cabeza porque no habla y lee Espafiol. La reticencia de muchos runas en contextos urbanos de aceptar que hablan lenguas nativas corre para- lela a una intensa —y saludable— busqueda de educacién formal. Por otro lado, la no-escritura se con- vierte en una desventaja sdlo cuando la escritura esté ligada a la centralidad del poder. Las socledades no escriturales han demostrado que la escritura no es una condicién necesaria. 1erdo a Yamaguchi, a centralidad no sélo se alimenta de las energia corporal de la marginalida la neutraliza volviéndola estéril y oficial. Sélo necesitamos equiparar marginalidad con salvajis- mo —de la cual lo indigena seria parte— para comprender algunas de las impresiones de Taussig: “sin embargo, el salvajismo es constantemente reclutado por las necesidades del orden... pero si el salvajis- mo como tal no es reconocido con su propia fuerza, realidad y autonomia, no puede funcionar como soporte del orden. El rango total de esta paradoja est sumergido en un acto violento de domesticaci6n. Notese el siguiente enunciado profético de Paul Ricoeur.. ‘si el mal es congénito con el origen de las cosas, como caos primal y turbulencia teogénica, entonces la eliminacién del mal y de lo embrujado debe pertenecer a lo creativo como tal’...es esta insfpida equiparacién del mal con el caos primal, y de su eliminacién con Ia creatividad que el salvajismo del hombre salvaje cuestiona... aqui el salvajismo corta las cansadas dicotomias del bien y del mal, del orden y del caos, la santidad del orden y cosas por 90 Sobre el escribidor a 1a sombre de Don Felipe da’. Sin embargo éste es un umbral de transformacién necesario que podria ser facilmente superado, si las diferencias de clase no acompanaran a for- mas extremas de racismo, discriminacion y eurocentrismo. Cuando hablamos de los aspectos estacionarios del umbral, nos referimos al hecho que la anterior retérica conceptual instalada por los doc- tores, intelectuales y lideres de partidos eurocéntricos es incapaz de dar cuenta o asimilar la tremenda ambigtiedad y multivocidad creativa/destructiva de nuestro Pachacuti. Al oponerse a ciertas mentali- dades positivistas novecentistas Mariategui sostuvo que la realidad tiene més imaginacién que la imaginacién. Pero en este momento la creciente disyunci6n entre la amplitud fenoménica y la estrechez abstracta de la for- mulacién de ciertos egos, aflora como una incapacidad estructural y cas- trante de renovar los discursos politicos en ciertos casos, y en otros como la voluntad paternalistica de imponer violentamente las concepciones del orden de los jefes de partido . La perpetuacién del dominio alienante del ego-sujeto sobre el objeto-cosa continua’. Esto, combinado con el pragma- tismo de la derecha —que controla los medios de produccién e informa- cién, y ha sido capaz de crear la ilusién del neoliberalismo como la unica ideologia y practica posible— y, con el celo del estado y las fuerzas armadas, crean un circuito de violencia regresivo y destructor. Hay por lo menos un par de aspectos mas que nos conciernen. Uno es que pese al encumbramiento del Pert andino, hay un racismo que per- siste en los runas que buscan la escritura, la educacién y el eurocentrismo para dejar de ser indios; en la violenta relacién de amor/odio que existe entre los cholos, mestizos y runas; en el requisito de la sociedad nacional de perder la identidad cultural para convertirse en ciudadano; y en el poco soterrado deseo de algunos de perpetuar actitudes seforiales frente a los otros. El otro aspecto es el cardcter genocida que la guerra parece tener: el hecho que cientos de indigenas muertos ni siquiera tienen un nombre’, 0 que a lo mas integran las figuras estadisticas, es una ilustracién patética. Una vez ms, la identidad nacional parece oponerse a una indianidad que aun subsiste al interior, pese a la vida urbana y, las teorias grandiosas. De tal manera que el indio real y concreto, como (presumible) fuente de polucién ell estilo. No funciona como mediador de esas oposiciones. En cambio aparece por el lado del caos y su creatividad curativa es inseparable de esa opcién por un lado”. Michael Taussig, “Shamanism, Colonialism and the Wild Man: a study in terror and healing”, 1987. Traducci6n del autor. * Algunos tedricos indigenas, principalmente en el norte, estan tomando la relacién de respeto con ta naturaleza como un modgjo cognitive interactivo. Si el modelo sujeto-objeto tiene importancia capital en el micro-nivel pragmatico, algo diferente sucede en el macro-nivel, donde el hombre y la tecnologia destruyen la naturaleza, o devienen totalmente deshumanizados y deshumanizantes, cuando, por ejem- plo, se dejan fascinar por la limpieza del poder destructivo de las armas de alta tecnologia. Es decir que no tienen uno escrito. 91 ESCRITOS MITIMAES Hocio une poética andina postmoderna y atraso debe ser eliminado. O, como diria Guaman Poma “el Mundo esta al reues y no hay remedio” Al resaltar esta constante repeticion de Guaman Poma, uno podria caer en la tentacidn del pesimismo. Pero no debemos mantener la retérica del desaliento a pesar de lo que Guaman Poma decia antes y de lo que ahora dice Pablo Macera, para el que: “quien es feliz en el Peru es un miser- able”. Sorprendentemente la aparicién del Urin Pert en la centralidad del Pert oficial ya habia sido ensayada por el mismo Guaman Poma unos cien- tos de afos antes: se dirigid a la centralidad de la colonia (el Rey), tomo algunas de sus metaforas, las adapto y trato de aflorar las corrientes inter- nas del ande. Su tarea fue la de alcanzar el lenguaje del imperio, dominarlo e ir mas alla: al origen; el posible orden escritural del Tahuantinsuyo, cuya mejor expresin se daba en los dibujos. Pero él estuvo demasiado cerca del trauma colonial y demasiado solo, en una época en la que los més de los tunas no le/an o escribian. Su llegada actual al escenario de los circulos académicos de Lima y el resto del mundo’, esta acompafiada por la presen- cia multitudinaria del Urin Pert en el espacio oficial. Pese al circuito de vio- lencia 0, como el proximo paso dialéctico, el Peru profundo tiene mucho que ofrecer en este Pachacuti, tinku, punto de mediacién 0 umbral creativo, cadtico, mental, corporal, masculino, femenino. A esta altura no tiene importancia si la percepcidn retérica de la indianidad como inmutabilidad se mantiene como tal’. La connotaci6n estatica que acompana a la nocién de lo andino ha negado no sdlo los elementos del caos, carnaval y liminali- dad corporal indigena: también subraya una centenaria violencia estructur- al, de la cual la actual guerra es un capitulo mas. Es como sj la dudosa cul- * Karen Lizérraga es una de las pocas personas que saca a Guamén Poma fuera del smbito académico y lo pone en el campo creativo. Por el lado nuestro, es necesario establecer un didlogo creativo con él, con nuestras figuras hist6ricas y con las contribuciones de los ayllus, antes que todo esto se convierta en un Potosi cognitive que alimente los cofres de un imperio cognitivo canibalistico. Karen Lizarraga, “Identidad Nacional y Estética Andina, 1988. * Las opiniones de Jamake Highwater son importantes para demistificarla nocion dela y estatica. El sostiene acerca del indio americano: ~..una de las cosas en las cuales los indios conser- vadores y los no-indios parecen estar de acuerdo es que los buenos indios deben mantenerse puros — Jo cual quiere decir que se supone deben ser estaticos. Es tan intensa la actitud occidental en cuanto 2 la pureza indigena que los indios sofisticados son normalmente vistos como si realmente no fueran indios. ¥ es tan intensa la busqueda del indigena por la conformidad que los psicélogos que trabajan con gente nativa urbanizada, siempre llaman la atencién sobre el hecho que sus pacientes individuados tienen el mismo sentimiento de culpa respecto a sus tribus que el que los blancos rebeldes sienten frente a sus padres... Una mezcla de moralidad casi cristiana, de activismo casi indio... ha resultado en tuna mentalidad reaccionaria que posa como tradicionalismo... los compromises, tipicos del americano medio, han dejade mucho indios afectados por una degradada y estereotipada autoimagen de pow wow’. Jamake Highwater, The Primal Mind, 1981. Traduccién del autor. * Hay dos percepciones que alimentan esta mistificacion: una es el llamado éxito del Imperio Inka y la otra es el dinamismoy la fuerza de nuestros ayllus actuales. Aqui es importante explorar no sélo la forma en que estos elementos son parte en la construccién social de la imagen del orden, pero también ver cOmo esta idea va acompaiiada de la nocién de una jerarquie necesaria. Inkarrey, que es un simbolo de nidad “pura” oz Sobre et e,cribidor 0 10 sombra de Don Felipe ee tura nacional hubiese transformado la polucién andina/india en una nueva fuente de orden’. Pero pese a la otredad y marginalidad atribuida por la cul- tura “nacional”, los pueblos andinos indigenas han sobrevivido como ayllus, ciudades o individuos por cientos de anos. La resistencia y adaptacion de los siglos anteriores abre la puerta a un escenario creativo en donde lo comunal puede tomar primacia sobre el individualismo, sin negar lo indi- vidual. En la actualidad las redes de reciprocidad y de familia extensa —asi estén mezcladas con la jerarquia y la ideologia—; han probado ser quizas las Unicas estrategias de sobrevivencia de la sociedad en general. La solu- cién capitalista es un error ideolégico y econdmico, y por su parte la retori- a y violencia de la izquierda estan subrayadas por la jerarquia y la primacia del orden conceptual, segtin como lo formula el ego del jefe del partido. Ambas se presentan como victimas privilegiadas. Ambos aspectos de la mentalidad colonial pueden ser herramientas poderosas para eliminar la satanizada otredad no sdlo del indio pero también del lado, clase, partido, lenguaje, color de piel, o regidn geografica opuestos. Pero el Pachachuti no debe ser atenuado por el poder castrante de la retérica eurocéntrica'. No sdlo significa la posibilidad de un nuevo Orden/caos, pero también, un umbral muy peligroso. Al aparecer o ser forzados a figurar en el espacio del Perd oficial, los ayllus e individuos del Urin Peru, corren el peligro de asimilarse —via oposicién/identificacin— con los valores capitalistas y superficiales del orden oficial de occidente; reforzando as/ una situacion de opresion y jerarquia, que en principio habia creado la situacién. Pero, al mismo tiempo, este movimiento le da una dimensién dinamica a una cultura que habia sido ubicada en una posicién defensiva por casi quinientos anos. Aqui el aspecto mas importante es que la presencia del Urin Peru en el espacio oficial del hanan Peru crea una situacién en la cual ambos pueden demistificar y trascender su retdrica de jerarquia y dominaci6n. Si de acuerdo ala sintaxis de la dominacién, el colonizador se habia forzado a asumir la posicién fija de sujeto enunciador, el lugar del colonizado era el del objeto enunciado: el “otro”. El Pachacuti es también una poética de dis- rrupcién del orden/desorden del lenguaje oficial. La ruptura del circulo redencién, lleva dentro suyo la jerarquia del inka y del Rey. Una reciente corriente de opinién prove- niente de la ciudad letrada ha atacado la “utopia” de la "bisqueda del inka", defendiendo un cientificis- mo mistificado que gira en torno a una oculta “busqueda del rey del logos objetivo” eurocéntrica .Esen medio de este proceso de oposicién/identificacién entre el Inka y el Rey que los discursos y la escritura del poder crean y mantienen una ideologia jerarquica, que es aceptada como necesaria por todos. * Por retérico queremos npmbrar los niveles estaticos y repetitivos del lenguaje, que tienen pies de plomo frente al dinamismo de lo fenoménico. En ese sentido el Pachacuti tampoco debe ser deforma- do por la retorica del andecentrismo. El Andecentrismo como movimiento contestatario y revanchista es tan alienante como cualquier otra forma de nacionalismo filo-facista. La busqueda se dirige hacia una imagen y prictica de identidad cultural que puede respetar la igualdad en la diferencia de los “otros”. 93: SCRITOS MITIMAES Hacia poética andina pastmodeina excluyente de la ciudad letrada le da al hombre andino y amazonico indi- gena la posibilidad histérica de ser su propio sujeto. Por otro lado, la sociedad oficial “blanca”', puede deshacerse de la carga de la dominacion. Lo que se vislumbra en un futuro no muy utdpico, es una verdadera red de reciprocidad entre los multiples e iguales sujetos de las naciones peruanas’. Si esta posibilidad se plasma, o si nuestra retérica de jerarquia y entrampamiento conceptual nos Ilevan a una u otra forma de orden filo- fascista, depende de una dinamica politica, social, y cultural mas amplia. Por mientras, un simple proceso de familiaridad permite al Urin Pert demistificar algunas de las contribuciones de la cultura occidental que, pese a la carga eurocéntrica, pueden contribuir a un proceso de liberacién de las posiciones claustrofébicas y marginadas de las culturas andinas, indi- genas, amazonicas y mestizas. Si Guaman Poma habia buscado al Rey cien- tos de ahos antes, si queria que sus caciques aprendieran a escribir y a leer, tal vez fue porque queria obtener algunos obsequios culturales y he- rramientas que nos permitieran bregar con una nueva y peligrosa situacion colonial. Y cientos de alos més tarde, nosotros, los pueblos andinos, indi- genas, amazonicos y mestizos somos familiares con los conceptos de liber- tad, utopia, liberacion, lucha social, justicia, igualdad, erotismo, ciencia, caos creativo/destructivo y escritura que usamos para comprendermos, de tal manera que nuestra voz pueda ser liberada’. El uso familiar de aquellos con- ceptos hace que ya no deban ser percibidos como vehiculos de asimilaci6n, y si como simples instancias en un proceso amplio de redefinicién y afirma- cién humana. El centro debe volver al centro, y la cabeza de Inkarrey debe inclinarse nuevamente hacia el Inka. Esto nos facilitara desarrollar una razon andina dentro del espacio postcolonial del ande, en donde los mitos, ri- tuales, memoria colectiva, los festivales, el politefsmo, y la realidad lingiiis- tica no indoeuropea de los ayllus puedan tener el mismo peso orde- nador/desordenador que la escritura postcolonial de occidente. Black Elk habia dicho:... “Cualquier lugar es el centro del mundo”. Y Doloriel anota: “Yo no quiero ser el hombre/ que se ahoga en su Ilanto”. El favoritismo actual del ande debe, sin embargo, evitar la trampa del ande- centrismo. No es cuestion de rendir tributo a una victima privilegiada, o de simplemente revertir la estructura de dominaci6n. Los necesarios momen- "El campo seméntico de la blanquitud en el Pert es muy borroso. En la mayoria de los casos se trata mas de un deseo arribista de tipo colonial que de la pigmentacion de la piel ? Creada a partir de un discurso unificador y univoco, la idea de nacién como identidad no contradicto- ria, no funciona. Aqui la légica aristotélica no es util. Lo que podria considerarse como la idea de “iden- tidad” del Tahuantinsuyo, que consiste en la integracién de varias partes especificas, excluyentes y com- plementarias parece ser mas sensato También sabemos de las luchas de los otros pueblos periféricos del mundo, de tal manera que nuestro proceso no debe c2er en alguna forma de fundamentalismo ostracista. of Sobre el escribidor 0 1a sombra de Don Felipe tos contestatarios no deben castrar la mayor amplitud del proceso de |i- beracién. El Pachacuti brinda la posibilidad de una mentalidad y corporali- dad renovada, que vas més alld de la retérica del antiguo orden/desorden. Aqui el punto de mediacién creativo, permite que el Pert oficial se libere de su rol deshumanizante y opresivo, mientras posibilita a los sujetos de la “otredad” la recomposicién de su propia presencia digna. Nos referimos principalmente a la marginalidad representada por los negros, los amazoni- cos y la gente de descendencia oriental’. Esto podria permitirnos eventual- mente darle algun viso de realidad a la idea de una nacién multinacional y multilingilistica que, hasta hace poco, era inconcebible debido a nuestra fijaci6n platénica, aristotélica y cristiana con la idea de una identidad uni- forme y no contradictoria/complementaria*. Cuando nos referimos al aspecto demistificador del punto de mediacion creativo, tratamos de vislumbrar la posibilidad de un nuevo escenario de reciprocidad cognitiva entre el arte, ciencia, cultura, radicalis- mo y misticismo occidentales y, las contribuciones colectivas e individuales no sdlo de los andinos/indios, pero también de los otros pueblos primales del planeta. Esto llega en un punto crucial de la historia de la humanidad cuando la ambicién monetaria asociada a la “blanquitud” o el eurocentris- mo ha desarrollado una actitud desbalanceada, genocida, ecocida y suicida contra la “otredad” humana y natural. La referida reciprocidad cognitiva sig- nifica no sdlo la relativizaci6n, critica y superacién de ciertos valores y prac- ticas “occidentales”, sino también la revaluaci6n critica y creativa de las con- tribuciones de los pueblos indios y mestizos. Lo que se necesita es un nuevo tipo de creador/ intelectual que, yendo mas alla de la imagen de lo indio como una cosa del pasado, usa la escritura, la pintura, la musica y el ero- tismo para formular una nueva identidad creativa a través de un didlogo doble con la comunidad y la contribucién occidental. Esto va paralelo con la justa reivindicacién de los derechos de la tierra, lingiisticos, culturales y humanos de los pueblos andinos/indigenas. En este nivel, la nueva menta- lidad y corporalidad andina, debera estar muy cerca al nivel visionario del arte y la experiencia, ubicando a lo analitico como parte de un discurso analégico mas amplio. De este modo tendra que recurrir a los mitos, ri- No importa que algunos de sus miembros apunten a un dominio étnico, combinado con la blanquitud y el criollismo. + Esta idea no contradictoria esta sustentada por la tradicion judeo cristiana de la primacia excluyente de un solo Dios verdadero, que ha servide como soporte epistémico del eurocentrismo. En contraposicién, el modelo del Tahuantinsuyo, 0 en general el modelo andino de la mitades, permite concebir una iden- tidad dindmica, complemegtaria y multiforme, entendida como la mediacién de varios elementos. El mismo discurso “cientifico” occidental basa sus modelos principalmente de la mitologia griega. Una de las tareas de nuevo sujeto andino escribiente es recuperar el contenido del trabajo de los antropélo- gos cientificos sociales extranjeros y, filtrando su otredad, decidir qué usar. Ningtin circulo de temor debe convertir los discursos en intocables: el tabiies la otra cara de! miedo. Por otro lado, la decisién cru: 95 ESCRITOS MITIM Hacia uno poética andina po tuales, tejidos, astronomia y ciclos agricolas y vitales del presente y pasado para formular algunas bases epistemoldgicas para la escritura andina’. Esto nos remite al asunto inicial que es la relacion de la escritura con el poder en el caso de Mario Vargas Llosa. Si Guaman Poma habia cubierto toda la gama de la polaridad Inka/Rey para favorecer la preeminencia andi- na en el espacio colonial, el trabajo de Mario Vargas Llosa es unidimien- sional: apunta hacia el oeste. La brillantez estilistica del escribidor esta fuera del centro. Pero la autoridad de la escritura reclama beneficios politicos y culturales. Aqui el ego escribiente, es una copia borrosa del principe escri- tural de Guaman Poma, que aun se orientaba al centro. Su salida de la comunidad no nos promete ningun regalo cultural’. Pero el novelista se presenta como una joya de los circulos académicos internacionales banales, que supuestamente le dan validez a su uso reaccionario de medias ver- dades. El sujeto escritural senorial, occidental, “blanco” y eurocéntrico usa el “otro” indigena de un modo canibalistico, al convertirlo en un objeto enun- ciado que sirve como mercancia en el mercado internacional de [a literatu- ra y el periodismo. Pero el Pachacuti ubica al wiracocha’ escritural en una zona de penumbra del escenario. Pese a su permanencia retérica y las resistencias al cambio, el punto de mediacién creativo cuestiona radical- mente los cimientos sociales, de clase y epistémicos de la escritura wira- cocha o seforial. En algin momento cuestionara la creaci6én colonial y la estructura jerarquica del mismo mito de Inkarrey. Pero nos estamos proyectando demasiado. Quinientos afios después de nuestro descubrimiento de los europeos en el Tahuantinsuyo, la polémica acerca del supuesto “des- cubrimiento” de América, se ha convertido:en asunto crucial no sdlo para redefinir la identidad indigena, sino también para cuestionar la supremacia eurocéntrica. No es nuestra intencién tocar todas las implicaciones del caso en este ensayo. Pero es dificil dejar de notar que la mayoria de nuestros escritores muestran un deseo inconsciente de estar en una de las carabelas de Colén mientras arriba al continente. Este parece ser el caso de Mario Vargas Llosa. lal est en ver si conviene traducir toda vastedad fenoménica a la reducci6n conceptual de la escritura. "Tuve miedo y regresé de la locura dijo Oquendo y Amat: el circulo completo de la creacién no estaba 2 su alcance. No hay garantias ahi donde la creacién bordes lo visionario. Peligran los fundamentos del lenguaje cotidiano y de la identidad superficial, porque Ia palabra se desnuda frente al vacio y sus temores. La honestidad de Amat permite explorar el cambio de direccién de artistas que en su juventud apuntaban a un arte pleno y visionario y que, en su adultez, se refugian en cénones burgueses, ahi donde la supuesta palabra artistica s6lo se sustenta gracias a un gran andamiaje cosmopolitista. ;Cuanto del “gran” arte modemo se basa en un suipuesto retorno triunfal del espacio ambiguo y peligroso de las otras margenes del lenguaje? Una reduccién colonial de una figura religiosa mas amplia y compleja. 96 Sobre el escribidor a la sombra de Don Felipe Al escribir en Harper's Magazine (Vargas Llosa, 1990), acerca del “descubrimiento”, el escribidor, para quien los caminos andinos “unen regiones separadas por geografias infernales” equipara el recuerdo de los “ojos azules” de Raul Porras’, su maestro, y el recuerdo de si mismo en la Universidad de San Marcos, con la narracion y evaluacién del genocidio ini- cial de la conquista, para sostener lo siguiente: “La estructura vertical y totalitaria del Tahuantinsuyo fue, sin lugar a dudas, més dafiina a su sobrevivencia que todas las armas de fuego y de hierro de los Conquistadores. Al momento que el Inka, esa figura que fue la cima en la cual convergian todas las voluntades buscando inspiracién y vitalidad, el eje sobre el cual se organizaba la sociedad entera.. fue capturado... nadie supo cémo actuar. Esos indios que se dejaron acuchillar y volar en pedazos... no tenian la habilidad de tomar sus decisiones ya sea con la venia de la autoridad 0 en contra de ella, y fueron incapaces de tomar iniciativa individual de acuerdo a las circunstancias cambiantes" (traduccién del inglés y subrayado del autor). Aqui Vargas Llosa quiere que toda una cultura se adapte a las “cir- cunstancias cambiantes” en el curso de una tarde. Para él, el elemento mas decisivo fue nada menos que la carencia indigena de un individualismo que no estaba completamente desarrollado ni siquiera en Europa. Una vez mas vemos que el victimario le echa la culpa a la victima, exime de toda respon- sabilidad al agente genocida europeo, y reclama el lugar de la queja privile- giada para si mismo. Mostrando una comprensi6n tendenciosa de las ideas de Todorov (Todorov, 1987) acerca del lenguaje y la conquista, y por cierto aplicando una lectura Toledana de la figura del Inka, Mario Vargas Llosa ubica al victimario como salvador, antes de recomendar "con suma tristeza” la “asimilacién”, o el “sacrificio de las culturas indias”. Su simpatia melo- dramatica por lo “arcaico”, y su tibia honestidad al decir que “compartimos, a pesar de la noble e hipocrita retorica indigena de nuestros hombres de letras y nuestros politicos, la mentalidad de los conquistadores", no pueden esconder su racismo senorial y condescendiente. Con suerte, algunas de las ideas exploradas en este ensayo ayu- darén a formular una respuesta clara a este tipo de opinién eurocéntrica. Por el momento, es importante ver como es que en este caso la posicion del ego escritural esta sumamente desprendida del cuerpo comunal: quiere controlarlo, representando los intereses de los poderosos. Hay muchos que siguen este polo de atraccién. Pero como hemos visto al discutir el punto de * Este personaje es uno de lo} primeros peruanos en lanzar una despiadada critica racista‘contra Guaman Poma, diciendo que este sdlo es capaz de producir “beheteria mental” . El tiempo ha dado su veredicto. En la actualidad la importancia de Guaman Poma es trascendental, mientras que la del personaje se reduce a un recuerdo racista de un alumno racista. 97. ESCRITOS MITIMAES Hacio una pos! postmodern mediacion creativo, hay otros que estan trabajando en la direccién opues- ta Son quienes, yendo un paso més alla de las luchas populares y del ayllu, nos ayudaran a recuperar las capas escondidas de la identidad urin y de sus dimensiones artisticas, césmicas, politicas y cientificas, para que podamos “modernizarlas” a través de una relacidn dialogica y complemen- taria con lo contemporaneo. ”...Cualquier lugar es el centro del mundo” dijo Black Elk en los llanos Sioux. Los Hopis aun dicen que el “hermano blanco” es slo uno entre otros hermanos. “Piedra tirada en el camino, ya no seré” habia dicho Manuelcha Prado antes que las poderosas bandas huancainas toquen su cancién con arpas, saxofones y clarinetes. Mientras tanto, el sueno doloroso de Guaman Poma de escribirle al Rey para defender a su pueblo se hace realidad en nuestra direccién hacia el Inka simbdlico: el pueblo peruano. Tal vez ha llegado el momento de trascender la construccién colo- nial de los wiracochas escriturales. Los wiracochas se convirtieron en la re- presentacién de la presencia opresiva del hombre blanco proveniente del oeste. Pero su significado anterior estaba ligado a un circuito mitico mas complejo. Un significado, tal como esta presentado por Pachacuti LLamqui, muestra a Wiracocha como el punto de mediacion de una dialéctica com- plementaria masculino/femenino. El Pachacuti actual muestra la fuerte presencia de las mujeres en el proceso histérico. Las mujeres recuperan sus cuerpos satanizados, su espiritu y su poder complementario al de los hom- bres. Algunas veces los hombres no pueden bregar con su despertar que cuestiona y complementa la dominacién masculina del cuerpo, la escritura, la cultura y la centralidad politica. Mientras tanto, la busqueda inicial de Guaman Poma, Garcilaso, Arguedas, Valcarcel, Alegria, Maridtegui, Vallejo, Killku Waraka y cientos de artistas esta siendo complementada por el traba- jo dificil y placentero de mucha gente. “Unos se reiran, otros lloraran" habia dicho Guaman Poma en momentos desazon. Pero tal vez en este mismo momento, cuando este ensayo est a punto de enfrentar el silencio, la voz de la Campesinita de Acomayo se puede oir, dulce y sensual, cantando una qachwa en cualquiera de nuestros mercados. Brooklyn, 20 de febrero de 1991 98 BIBLIOGRAFIA Adorno, Rolena 1988 Guamén Poma: writing and resistance in colonial Pera. University of Texas Press. 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Zuidema, Tom 1990 Inka Civilization in Cusco. University of Texas Press. Austin. Varios de estos articulos aparecieron anteriormente. El autor agradece las siguientes publicaciones: “Traducciones Libres Traducciones", en: Travesia: Journal of Latin American Studies, Vol. 5, No. 1.1996. “La cabeza de vaca y el corazon fuera del centro” en: El Diario/la Prensa, NY, jueves 10 de diciembre de 1992. “Irak y la estética de horror’, en: El diario/la Prensa, NY, viernes 8 de febrero de 1991. “Sobre la enfermedad y la curaci6n en el Peri”, en: El Peruano, Lima, martes 4 de febrero de 1992. “Dizzy, Cage y el silencio’, en: El Diario/la Prensa, NY, martes 16 de febrero de 1993. “Alterando la alteridad:hacia una poetica andina postmoderna’, en: Primera Piedra & Tinkuy, revista de cultura andina, Cusco, aio 2, #3, 1995. erg ee Ce a ee ee Pear cue ech ee rude cures rik Ch curiae itt RN ee enn Me ete eat ee foto rere Riese Mel aN aOR Ueto tte MOE more e Cece Red ean cn Ae ed ST que habitamos. Fredy Amilcar Roncalla desdibuja con lucida franqueza el rostro Brees cee ice okt keene ee ene Cd te ene tere RNa Sn CRs uo m RCN nr rte ued Bere ee are ero A ea ae en ee Re TARO Td eee M neue eee RCC er et TUL area eee eee tre: ete Cel et Rte ees Reel ie Reed John Cage, Guaman Poma con Irak, Octavio Paz con la pelicula de Cabeza de Vaca, Neer Reto ner a ere ern Keema eas Cee ee Ne a ene ete er ea an cds Me me eee ke eee eee cu eet) Meta ee kt Pa eM en eines urenCue tnt ciara hie Cort ese eee eM Me enue eM an ne OM Cee eee tte ee reo ee ae arene ie oe cial. Cada palabra e imagen en esta obra vienen de esa Pee Rees ac car kee ca Muriel sea tiaras Wilton Martinez Baltimore, diciembre de 1997 Lo interesante del libro de Fredy Roncalla es que CSS ee Ee eet Cente ad a Reson en nennC eat risen que quiebran fronteras nacionales, lingiiisticas e insti- recall ods Base Mee) Pa ee Me OTC OR I de textos y hechos contemporaneos, debido a que es una lectura privada, solitaria Ne eM el alee ae Tle Rae alo Ree ee ee CCR ur nem Ten metre eater ea CIT Ce Bacco R Ue em ee Seles ML Mae oe eT ule ae eco eCr Chasen ee kerri emi ore nas te de la realidad presente de los cuales es testigo y protagonista. Su clara inscripcion Ce COC ae een cen ummm eee Caremcee ni quechuas y referencias a la cultura popular andina, que comparte con los que se quedaron en el Pert y con la diaspora de peruanos que escaparon de la catastrofe econémica y la violencia politica de los ochenta. Sin embargo, el archipiélago andi: Prien chnca Mata tect oe eee Wee Meera at tet explora en castellano, inglés y quechua las multiples posiciones de un sujeto CE tect ane ica iecuce coer in oleae leo PUBL r areas Ue Seu Unig CE aR ak Ree

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