Escucha al mundo.

Cierra los ojos e intenta dejar la mente en blanco…

La brisa acariciando tu cara se hace más perceptible, el
ruido que ésta provoca se transforma en una dulce sinfonía
para tus oídos. Las hojas de los árboles bailan mientras tú
sigues sentado, rodeado de tanta vida…
Oyes carcajadas lejanas, y a los pájaros cantando… tienes
sueño pero no puedes dormir porque, aunque todos estos
sonidos y sensaciones parezcan fantasía, están en la vida
real, y nunca les has dedicado el tiempo suficiente.
Vives tu vida cronometrada, vas con prisa y no te paras a
observar lo maravilloso que es el mundo, la esencia de las
cosas.
Todas las creaciones de la naturaleza son hermosas; los
elementos, los animales, las plantas, las personas… y a
todas esas creaciones las perjudicamos de alguna manera.
Somos egoístas y crueles y no nos queremos dar cuenta
del daño propio que nos estamos haciendo.
¿A quién no le gusta sentir el abrazo cálido de un ser
humano, los primeros rayos de sol de la mañana, el cariño
de un indefenso animal o la evolución de una flor?
Esos pequeños detalles son los que hacen que vivir
merezca la pena. No hagamos que la belleza desaparezca.
Ahora cierra tus ojos e intenta dejar la mente en blanco…
escucha al mundo, verás que todo lo que puede ofrecerte;
los olores, los sabores, los sonidos, las imágenes y las
sensaciones te hacen un poco más optimista. Por lo menos,
a mí me hacen sonreír.