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Cambio estructural de financiamiento para devolverle

el rendimiento a la Universidad de Puerto Rico

Entendidos amplios sobre las universidades estatales


1. Cualquier universidad pública representa una inversión por parte del Estado que la crea y la
financia. El Estado espera recibir de su inversión un aumento en la preparación, y por ende la
capacidad productiva, de los egresados de la universidad, que finalmente serán los
contribuyentes del Estado y los recursos humanos de sus empresas, su gobierno y sus entidades
sin fines de lucro. Además, espera que la universidad preserve y produzca conocimientos
filosóficos, científicos y tecnológicos que aporten al desarrollo socioeconómico de la civilización
del Estado. Como cualquier inversión, en la medida en que el Estado más invierte, más
rendimiento espera.

2. Para propósitos de la producción de conocimiento, la inversión se mide en salarios de


investigadores, descargas de profesores para investigación y los costos asociados a la
investigación en materiales, equipo y planta física. El rendimiento se mide en patentes y
publicaciones.

3. Para propósitos de la preparación de los recursos humanos del Estado, la inversión es la


diferencia entre el costo de educar a los estudiantes pagado por el Estado (salarios de
profesores, materiales, equipo, planta física, costos administrativos indispensables a la
docencia) y el precio que el estudiante paga por estudiar (la matrícula). El rendimiento se mide
en el empresarismo, la capacidad organizativa, las contribuciones sociales y creativas, la
innovación y la capacidad de generar ingresos de los egresados, que de esa forma contribuyen al
Estado que financió su educación. Precisamente por eso es que el Estado es selectivo al admitir
estudiantes, porque quiere que su inversión rinda frutos.

El problema particular de la Universidad de Puerto Rico


Como parte del sistema educativo de los Estados Unidos, la Universidad de Puerto Rico es acreditada
por las agencias acreditadoras que ejercen esa función en los Estados Unidos. Por eso, los grados que
otorga la UPR son tan válidos en Puerto Rico como en cualquier otro Estado. La movilidad social entre
Puerto Rico y el resto de los estados y la disponibilidad de mejores salarios en el resto de los estados,
implican que un gran número de los egresados de la UPR, se mudan y trabajan allá. De esa forma el
subsidio de su educación en la UPR deja de ser una inversión para Puerto Rico y, como bien ha dicho el
gobernador Luis Fortuño, se convierte en puramente un costo. Peor aún, en la medida en la que los
mejores egresados de la UPR son los que se mudan, no solo se convierte su educación en un costo, sino
que el rendimiento promedio de los que se quedan es menor al rendimiento esperado de los que se
admiten. De hecho, el valor económico anual de la productividad perdida por Puerto Rico a causa de la
fuga de talento de los egresados de la UPR es probablemente mayor a los ingresos por concepto de
pago de matrícula que recibe la UPR.

1
¿Por qué no tienen el mismo problema los 50 estados y DC?
Aunque existe la movilidad plena entre todos los estados, el problema que enfrenta particularmente
Puerto Rico con los egresados de la UPR no se da palpablemente en los 50 estados por tres razones:

1. La diferencia entre los salarios, particularmente al nivel de entrada, entre un estado y otro es
mucho menor a la diferencia entre los estados en general y Puerto Rico. (Una razón para esto es
que los salarios de entrada en los estados reconocen que los empleados recién graduados
tienen que repagar préstamos estudiantiles de mayor cuantía.)
2. La movilidad real en los estados es en ambas direcciones, de salida y de entrada al estado, y por
ende, gran parte se cancela, en Puerto Rico la movilidad real es casi totalmente de salida.
3. El impacto en las finanzas estatales es menor porque el precio de la matrícula es mayor.

Entonces, para resolver el problema la respuesta debería basarse en eliminar o reducir el impacto de las
tres diferencias entre Puerto Rico y el resto de los estados. Tomémoslas una a una:

1. Nivel de salarios - El nivel de los salarios, particularmente en la empresa privada, no está en ni


en manos de la Universidad ni del gobierno de Puerto Rico, por lo que esa diferencia no puede
ser parte de la solución.

2. Movilidad - Una limitación general de la movilidad de Puerto Rico hacia los demás estados sería
incompatible con la ciudadanía americana y la unión permanente. Además, sería discriminatorio
con los puertorriqueños que no son egresados de la UPR, o que, siendo egresados, le han
servido bien a Puerto Rico. Por otro lado, fomentar la movilidad desde los Estados Unidos hacia
Puerto Rico para disminuir la cantidad neta de la fuga de talento sería un esfuerzo de dudosa
capacidad de éxito con unos costos asociados enormes que Puerto Rico no puede financiar.

3. Precio mayor de matrícula - La posibilidad teórica de un aumento en el precio neto de matrícula


(mediante la eliminación de las exenciones a los estudiantes que reciben beca federal) fue
precisamente lo que provocó el último conflicto entre los estudiantes y la administración
universitaria. Además, aumentar el precio de la matrícula equivale a disminuir la inversión de
Puerto Rico en un renglón en el que nunca se debe disminuir la inversión. Ese precisamente es
uno de los principios en que se basa la fórmula presupuestaria de la UPR, garantizar la
estabilidad de la inversión y su extracción del proceso político regular. De hecho, los aumentos
del pasado, por todas las administraciones y por mejor justificados que estuvieran, solo han
traído conflictos que esta generación y este gobierno se deben dar a la tarea de resolver de una
vez y por todas.

¿Qué debe hacer Puerto Rico para garantizar su inversión?


Si, por las razones expuestas arriba, las tres diferencias no son independientemente modificables,
entonces, ¿qué debe hacer Puerto Rico para crear una solución permanente, fiscalmente responsable,
que acabe con las huelgas en la UPR de una vez y por todas y que a la misma vez garantice la inversión
del estado en la educación de los estudiantes? La respuesta estriba en un sistema que:

2
1. sea compatible con cualquier estatus político,
2. no compita con la beca Pell,
3. reduzca el gasto en exenciones de la Universidad,
4. incentive a los egresados de la UPR a quedarse trabajando en Puerto Rico,
5. obligue a los que decidan irse a devolver el dinero que Puerto Rico invirtió en su educación,
6. no comprometa o sobrecargue la capacidad crediticia de los que se queden.

Para poder proceder con el nuevo sistema, es indispensable conocer el total de la inversión que el
estado hace en la educación de los estudiantes de la UPR. Esa inversión es igual al costo real de los
créditos y es por lo menos 10 veces mayor al precio subsidiado de los créditos1 que los estudiantes
pagan actualmente.

Bajo el nuevo sistema, el precio estipulado de los créditos deberá ser igual al costo real, en otras
palabras, el precio no será subsidiado. Obviamente este precio no puede ser el que los estudiantes
paguen al momento de matricularse, pero sí tiene que ser el que se comprometen a repagar si, al
terminar todos sus estudios universitarios, deciden radicarse fuera de Puerto Rico.

La manera tradicional de lograr que los estudiantes paguen luego de graduarse es un préstamo
estudiantil. Sin embargo, en este caso un préstamo no cumple los requisitos porque tiene la desventaja
de que compromete la capacidad crediticia del estudiante egresado, incluyendo la del que se queda en
Puerto Rico que no debería tener que repagar nada.

Entonces, para atender todos los requisitos, necesitamos crear una figura financiera especial a la que
denominamos ‘Dotación convertible’. Esta figura tendrá las siguientes características:

1. Todo estudiante residente de Puerto Rico que sea aceptado y se matricule en la Universidad de
Puerto Rico podrá hacer el pago de su matrícula aceptando de parte del Gobierno de Puerto
Rico o de la Universidad de Puerto Rico (según se determine por Ley, en adelante el ‘proveedor’)
una Dotación convertible con un valor igual al costo de la matrícula.
2. Para acogerse a la Dotación convertible, el estudiante deberá tener la capacidad legal de
contratar o se requerirá la firma de su padre, madre o tutor.
3. Una vez aceptada la dotación, la misma se tratará legalmente como un donativo o regalo no
cualificable como ingreso para propósitos contributivos y no reportable a las agencias de
crédito, mientras el estudiante se mantenga residiendo en Puerto Rico (estudiando o
trabajando) o estudiando o trabajando para el Gobierno de Puerto Rico fuera de Puerto Rico.
4. Todo estudiante que cualifique para recibir la beca Pell y se acoja al método de pago de la
Dotación convertible, recibirá el monto total de la beca como sobrante.

1
Según el inciso ‘d’ (página 4) que determina el ‘Método y condiciones para fijar los cargos de matrícula’ de la
Certificación #60 (2006-2007) de la Junta de Síndicos de la UPR, el cargo de matrícula que pagan los estudiantes
bajo la fórmula actual no excede el “10% del costo total del crédito, considerando únicamente las partidas de costo
correspondientes a instrucción, apoyo académico y asuntos estudiantiles.”

3
5. El proveedor mantendrá una cuenta a nombre del estudiante que reflejará el monto total de la
dotación recibida por el estudiante a través de sus años de estudio y ajustado a un interés
compuesto del 5%.
6. Será responsabilidad del estudiante, de manera similar a como sucede con los préstamos
estudiantiles, certificarle al proveedor que continúa estudiando (en una institución acreditada y
con un nivel mínimo de créditos a determinarse) cuando no esté estudiando en la UPR.
7. Luego de culminar sus estudios universitarios (subgraduados y graduados, incluyendo prácticas
y residencias si fuera necesario para ejercer la profesión), y mientras el estudiante trabaje en
Puerto Rico o, si no puede encontrar trabajo, contribuya a Puerto Rico de alguna de las maneras
que se determinarán por reglamentación, o mientras trabaje en cualquier lugar para el Gobierno
de Puerto Rico o sus representantes, el proveedor reducirá anualmente el balance de la cuenta
de dotación del estudiante por un diez porciento (10%) o por el monto del valor ajustado
(incluyendo intereses) de la dotación de un semestre de estudios, comenzando por el más
antiguo, lo que sea mayor.
8. Si el estudiante decidiera mudarse a cualquier lugar fuera de Puerto Rico sin estar trabajando
para el Gobierno de Puerto Rico o estudiando al hacerlo, el balance restante en la cuenta de
dotación que mantiene el proveedor se convertirá inmediatamente en un préstamo que el
estudiante deberá repagar inmediatamente o que de otro modo acumulará intereses a una tasa
del 8% y deberá ser repagado en un término de 1, 5, 10 ó 15 años, según seleccione el deudor.
El proveedor reportará normalmente la deuda y los pagos hechos para la misma a las agencias
de crédito.

Cualquier estudiante podrá escoger pagar por un método que no sea la Dotación convertible, pero, una
vez esté disponible la Dotación convertible, la Universidad de Puerto Rico eliminará todas las exenciones
de matrícula actualmente disponibles exceptuando aquellas que la Junta de Síndicos determine que
incentivan la participación en alguna actividad que tiene un rendimiento inmediato para la Universidad
o para Puerto Rico.

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Agradezco la colaboración, ideas, revisiones y comentarios del Lcdo. Rafael Ruiz Ayala y del estudiante
de la Escuela de Derecho, Edgardo Vázquez Rivera. --- G. Mena

Esta propuesta fue preparada por Guillermo Mena Irizarry el 20 de mayo de 2010 y revisada el 22 de
septiembre de 2010. El autor fue Secretario Ejecutivo y Presidente Interino del Consejo General de
Estudiantes del Recinto de Río Piedras. También fue miembro del Senado Académico del mismo Recinto
donde presidió los comités de Asuntos Estudiantiles y de Consulta para la Designación del Decano de
Asuntos Académicos, y los subcomités de Asistencia Económica, Admisiones y Bajas Parciales. Además,
fue miembro del Comité Timón del Comité Especial para la Reconceptualización del Bachillerato del
Recinto, del Comité de Currículo y Acreditación de la Facultad de Administración de Empresas, del
Comité de Actividades Culturales del Recinto, de la Junta Estudiantil Nacional y de los comités de
Asuntos Académicos, Reglamento y Agenda del Senado Académico. El autor posee un Bachillerato en
Finanzas del Recinto de Río Piedras. Actualmente es estudiante en la Escuela de Derecho de la UPR.

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