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Batalla de Azua o Batalla del 19 de marzo.

Primera batalla en defensa de la Independencia


Nacional, escenificada en Azua, República Dominicana, el 19 de marzo de 1844. Sus figuras
más sobresalientes fueron Pedro Santana, Antonio Duvergé y Nicolás Mañón.

Inicio de la defensa por la Independencia


La Junta Central Gubernativa ordenó la lucha armada, y Azua se convirtió en el centro de las
operaciones del ejército dominicano. El 11 de marzo, la Junta Central Gubernativa, llamó a
los dominicanos a defender la independencia Nacional y a no dar “oídos a los que cobardemente
piensan intimidaros”.

El 11 de marzo de 1844, tuvo lugar un encuentro armado en la Fuente del Rodeo, un lugar
situado al pie de la Sierra de Neyba, en una franja que va desde La Descubierta hasta el este
de Galván, entre las avanzadas dominicanas, comandadas por Fernando Taveras, envidas para
hostigar las huestes de Souffront que se encontraba en Neyba.

El 13 vuelven a entrar en combate, pero esta vez en la Cabeza de Las Marías, Neyba, los
dominicanos y las tropas haitianas dirigidas por los coroneles Hoche Vilbón y Cocq, que
obligaron a los soldados dominicanos a replegarse hacia el este, en dirección del río Yaque del
Sur.

La refriega de Las Hicoteas concluyó con el repliegue definitivo de las tropas dominicanas hacia
Azua, con lo que se reforzó la defensa de la ciudad y se cumplió el primer objetivo de la
estrategia dominicana: el hotigamiento de la avanzada haitiana del sur haciéndola retrasarse en
su avanzada hacia azua, en donde debía encontrase con la avanzada del centro, comandada
por el propio presidente Hérard.

El día 13 de marzo, Charles Hérard, que venía por el camino de Mirebalais, dirigió una proclama
al pueblo y al ejército en la que expresó que se presentará a Santo Domingo como “misionero de
paz y de verdad”, y que si no escuchan, empleará la fuerza.

Estas frases no tenían ninguna credibilidad para los dominicanos. Nadie podía pensar
que Charles Hérard iba a ser un mensajero de paz. Para confirmarlo, ese mismo día Charles
Herard, jefe de las operaciones del ejército haitianoy presidente de la República, ordenó al
general Jean Louis Pierrotque se dirigiera hacia la ciudad de Santiago de los Caballeros con
un ejército de 10,000 hombres.

Estaba muy seguro que la rendición del ejército dominicano le sería fácil.

El 14 de marzo, el general Pedro Santana salió hacia la frontera, con su ejército de 2,000
hombres, entre los que contaba hateros y monteros de El Seybo, Hato Mayor e Higüey.
Pedro Santana con su ejército, se uniría a las tropas de la región Sur que estaban comandadas
por Manuel de Regla Mota, Antonio Duvergé, Vicente Noble yJosé María Cabral, reuniedos todos
en Azua.

El 15 de marzo, regresó el Patricio Juan Pablo Duarte. Su presencia fue importante para el
reforzamiento de la lucha. Trajo armas y pertrechos desde Curazao, las cuales puso al servicio
de las labores de preparación del ejército.

El 16 de marzo, los dominicanos recibían la noticia de que el general haitiano Souffront, llegaba
a Neyba con 10,000 soldados. Un mensajero enviando al generalPedro Santana, desde El
Maniel, ha informado que los ejércitos haitianos “invaden ya el territorio”. Pedro Santana se
entera de que las tropas de Souffront han sido retrasadas por las emboscadas, pero las tropas
de Charles Hérard ya se encontraban cerca de Azua.

Mientras, Charles Hérard venía por Elías Piña, acercándose a San Juan. Ya se sabía que el día
17 de marzo, las tropas del invasor, estarían llegando a Azua.

Charles Hérard tomó a San Juan, sin disparar un sólo tiro. La estrategia dominicana era la de
hostigar al invasor, para impedir su avance. Atraer al enemigo, era por el momento lo más
importante.

Por eso, el día 18 tropas de Baní y Azua, bajo el mando del comandante Luis Álvarez, tuvieron
un encuentro con las tropas de Charles Hérard en el paso del Río Jura, a unos pocos kilómetros
de la ciudad de Azua.

Ese mismo día, por la tarde, llega Santana con sus tropas y se dispone finalmente la disposición
de las tropas para el combate.
Comandantes

Antonio Duvergé Lucas Díaz


Charles Hérard Manuel de Regla Mota
Francisco Soñe Marcos Trinidad
Feliciano Martínez Matías de Vargas
Felipe Alfau Nicolás Mañón
José del C. García Pedro Santana
José Leger Pedro Guillermo
José María Cabral General Souffront
Juan Esteban Ceara Tomás Héctor
Luis Álvarez Valentín Alcántara
Buenaventura Báez Vicente Noble
Batalla del 30 de marzo

La Batalla de Santiago o Batalla del 30 de marzo se libró en Santiago, República Dominicana,


siendo esta la segunda batalla librada. Antes de iniciar la batalla de Santiago, los dominicanos se
aprestaron a realizar preparativos que consistían en obtener dinero para la compra de armas. La
ayuda de Ramón Matías Mella y Pedro de Mena fue muy importante, ya que lograron donativos
de muchas personas pudientes de la ciudad. En Santiago, Ciprián Mallol, Juan Luis Bidó, Ramón
Bidó y otros dominicanos ayudaron con recursos económicos.

Empezaron a llegar refuerzos a Santiago, desde Baní al mando del coronel Ramón Santana.

Francisco Antonio Salcedo avanzaría hasta encontrarse con los haitianos en Talanquera y
Escalante, con el propósito de contener el avance hacia Santiago. Este militar estableció su
cuartel general en Escalante, cerca de Dajabón.

Las tropas de Pierrot avanzaron rápidamente y éste tomó a Dajabón el 23 de marzo de 1844.
En Santiago existía un clima de terror, a lo cual se sumaba la situación creada con la retirada de
los ejércitos de Pedro Santana. Ramón Matías Mella colaboró mucho en la organización de la
defensa en San José de Las Matas.

Con el riesgo de perder la vida, un comerciante llamado Theodore Stanley Heneken, avisó a las
autoridades de Santiago de los Caballeros, sobre la proximidad de la invasión. Conversó
con Ramón Matías Mella y le detalló el plan de que tenían los haitianos.

El 27 de marzo de 1844, fue llamado por la Junta de Gobierno dominicano el general José María
Imbert, que era comandante de Operaciones enSantiago, con el propósito de que organizara el
contraataque a los haitianos. Se dispuso a organizar las tropas.

Atrincheró la ciudad, construyó fosos y tomó algunas precauciones importantes para ganar una
batalla.

José María Imbert se hizo acompañar de los oficiales Pedro Eugenio Pelletier, jefe de la línea
principal, Archielle Michell, encargado de la Defensa del Fuente Libertad, el comandante Ángel
Reyes, los coroneles Ramón Franco Bidó, José Nicolás Gómez, Fernando Valerio López, los
Artilleros José M. López, Lorenzo Mieses, Dionisio Mieses, José Gómez Mallot, Toribio
Ramírez, Marcos Trinidad López, entre otros. El general José María Imbert hizo manejo
adecuado del terreno donde se iba a combatir.
Bandos combatientes
José María Imbert,
Francisco Caba, Bartolo
Archielle Michell,
Mejía
Fernando Valerio López
La Batalla Estrelleta fue otra donde los hatomayorenses tuvieron participación notable.
Esta batalla fue librada el 17 de septiembre de 1845. El día 16 de septiembre el general José
Joaquín Puelloacompañado del general José Maria Cabral y Luna recibió militares de infanterías
de tres brigadas y ocuparon los cerros de La Estrelleta.

Entre estos militares se encontraban los generales hatomayorenses Pedro Guillermo, Eugenio
Miches, Genaro Díaz, Santiago Silvestre, Ramón de González, Santiago Mota, Donato de Mota,
Gregorio de Los Reyes, José Mota, Valentín Mejía, entre otros que tuvieron una participación
histórica.

La Batalla El Número fue librada el 17 de abril de 1849. En esta batalla se perdieron muchas
vidas. Santana organizó las diferentes rutas de la batalla y luego se colocó en una posición
defensiva, pero los invasores al mando del general Jeannot Jean Francois no se dieron por
vencidos por lo cual la batalla no fue decisiva.

En esta batalla participaron los generales Quintino Peguero, Pedro Guillermo, Silvestre del
Carpio, Domingo Peguero, Eugenio Miches, Gregorio de Los Reyes, Santiago Mota, Ramón de
González, José Mota, entre otros hatomayorenses.

La Batalla de Las Carreras fue librada el 23 de abril de 1849. Dirigida por Pedro Santana,
esta batalla se realizó a 86 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo, cerca del río Ocoa.
Santana obtuvo la victoria luego de tres días de combate

Tuvieron participación en esta batalla los generales Pedro Guillermo, Quintino Peguero, Lucas
Santana, Eugenio Miches, Isidro Astacio, Juan Mazara, Santiago Mota, Silvestre del Carpio, José
Mota, Luciano Peña, entre otros.

La Batalla de Santomé fue librada el día 22 de diciembre de 1855 en una sabana ubicada en las
afueras de la ciudad de San Juan de la Maguana. Esta invasión fue dispuesta por el emperador
haitiano Faustino Soulouque, bajo el pretexto de impedir que la parte Este fuera anexionada a
los Estados Unidos.

Gobierno Anexionista

Medidas y actitudes del nuevo gobierno colonial.

• Pérdida de autoridad de Santana. A pesar de haber sido nombrado Capitán General de la


Provincia de Santo Domingo, Pedro Santana dependía del Capitán General de Cuba, y sus
funciones y decisiones estaban supeditas a la supervisión y autorización de sus superiores
en la jerarquía burocrática española.
• Desplazamiento de los funcionarios y militares afectos a Santana. No obstante el
compromiso que había asumido la Corona española de utilizar el mayor número posible de
funcionarios y militares dominicanos en su gobierno en Santo Domingo, la realidad fue que
muchos de los criollos que ocupaban posiciones en la administración pública y militar al
momento de la anexión fueron sustituidos por funcionarios españoles procedentes sobre
todo de Cuba y Puerto Rico.
• Discriminación a la población mulata y negra dominicana. Como todavía España seguía
siendo esclavista, las autoridades y familias que vinieron a la Provincia de Santo Domingo
trataban de manera ofensiva y discriminatoria a la población dominicana que era en su
inmensa mayoría mulata.
• Atraso en el pago de sueldos a los militares reservistas dominicanos y prohibición de que
usaran el uniforme español. El salario pagado a los militares criollos era inferior al de los
españoles.
• Sistema de bagajes. Fue puesto en práctica por el ejército español; consistía en requisar
sin garantías de devolución todos los animales de carga que las tropas españolas
necesitaran para sus misiones militares, aun cuando dichos animales estuvieran siendo
empleados al momento de la requisición.
• Imposición de impuestos más altos a las mercancías y barcos no españoles que llegaban
a la Provincia.
• Intento de establecer un monopolio en torno a la producción de tabaco a favor de
intereses metropolitanos.
• Intento de obligar a la población dominicana, cuyo estado generalizado era de
amancebamiento, a contraer matrimonio eclesiástico.
• Enfrentamiento del nuevo Arzobispo proveniente de España, Bienvenido de Monzón, con
el clero dominicano, ya que era frecuente que los curas criollos tuvieran hijos o fueran
masones. También se quiso obligar a los sacerdotes a que percibieran sólo un sueldo fijo de
cincuenta pesos mensuales, y a que entregaran el resto de los emolumentos recibidos por
concepto de sus servicios eclesiásticos a la Iglesia. El clero, acostumbrado en cambio a
entregar una mínima parte a la Iglesia, se negó.

Gregorio Luperon

Teniendo Luperón la edad de 22 años, Pedro Santana, líder de la facción de los terratenientes y
hateros, quien había sido militar y primer presidente de la República, produce la llamada Anexión
a España (1861-1865), con lo cual logró que la monarquía española le concediera
el título Marqués de Las Carreras.

Luperón forma parte del grupo de dominicanos que se rebelan contra este hecho. Como
producto de esta rebeldía, es hecho prisionero. Logra escaparse, y se va
al exilio a Haití, Estados Unidos y Curazao.

Al tiempo, regresa en forma clandestina por Monte Cristi, y toma parte en el Levantamiento de
Sabaneta en el 1863.

Tras una primera derrota se retira a las montañas y desde La Vega, fomenta la rebelión, hasta
que después del llamado Grito de Capotillo el 16 de agosto del 1863, alcanza la jefatura de
un Cantón, y luego el rango de general.

Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y
las estrategias de guerra. Por estos méritos se le designa Jefe Superior de Operaciones en la
Provincia de Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por Pedro
Santana, por entonces,Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el ejército
español, fue derrotado en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto, a la inferioridad en
número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.

Vencido el ejército español, aceptó el cargo de Vicepresidente de la Junta Gubernativa.


Restaurada la República, regresó a su pueblo natal, Puerto Plata, rodeado de la admira ción y
del cariño del pueblo dominicano que lo aclamó y lo aclama desde entonces, como la espada
más firme en defensa de sus ideales patrios.

[editar]Exilio y derrocamiento de Báez


Se opuso al regreso al poder de Buenaventura Báez, lo cual le conlleva a la expulsión del país.
Pocos meses después, regresa para integrar el movimento llamado Triunvirato que derroca a
Báez y se convierte en gobierno.

El Triunvirato es disuelto en 1866 a favor de una constitucionalidad, para que asuma la


Presidencia de la República, el General José María Cabral.

[editar]Nuevo exilio
Este gobierno es derrocado en 1868, y Luperón es obligado de nuevo a salir del país, para
oponerse a las pretensiones anexionistas de Báez, quien mira hacia Estados Unidos en este
propósito.

Luperón logra preparar una expedición llamada "El Telégrafo", debido al nombre
del barco utilizado para la misma.

Fracasa la expedición revolucionaria por la intervención de los Estados Unidos, con quien Báez
estaba teniendo entendimientos para la venta de la península de Samaná. Esto motiva un nuevo
extrañamiento de su país. Recabó apoyo de la opinión pública en América Latina en contra del
propósito de Báez, y envió protestas al Senado de los Estados Unidos.

Cuando Báez es expulsado del poder por la "Revolución Unionista" en 1873, Luperón pudo
regresar a Puerto Plata.

[editar]Ministro y Presidente
Al ascender al poder Ulises Espaillat, Luperón es nombrado en el cargo de "Ministro de Guerra y
Marina".

Ante la renuncia de Espaillat, de nuevo Luperon es exilado, y espera cerca de dos años, a que
sus antiguos enemigos González y Báez se alternen en el poder para un nuevo regreso al país.
Tras el derrocamiento del gobierno de Cesáreo Guillermo, se establece un "gobierno
provisional", el cual es presidido por Luperón, con su sede en Puerto Plata. Los catorce meses
de este gobierno fueron de paz, de libertad y de progreso, produciendo unas elecciones limpias
en 1880, en donde fue electo Presidente de la República el Presbítero Fer nando Arturo de
Meriño, que también fue respaldado por Luperón.

En este gobierno fue designado como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario


en Europa. De regreso al país, es nombrado Delegado del Gobierno en el Cibao durante el
régimen deFrancisco Gregorio Billini. Tras cuya renuncia en 1885, se une al
Vicepresidente Alejandro Woss y Gil.

[editar]Revolución de 1886
Desde su cargo, y tras la revolución de 1886, Luperón se enfrenta a ésta en Puerto Plata,
contribuyendo con ello al triunfo de Ulises Heureaux (Lilís) y el ascenso de éste a la Presidencia,
en el año1887.

Heureaux, también de Puerto Plata, y quien había sido un valiente restaurador como Luperón,
comenzó a desarrollar un gobierno despótico y dictatorial, lo cual generó en Luperón
arrepentimiento y decepción. Esto hizo que se marchara al exterior a combatirlo. Su campaña
fracasó por falta de apoyo del gobierno haitiano.

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