1. Repartir la ficha con un árbol dibujado, en el que se aprecian frutos y raíces.
Cada persona escribe su nombre en mayúsculas y, en las hojas de las ramas, algunos de sus logros, realizaciones, metas alcanzadas, éxitos de mayor o menor importancia en los campos del crecimiento personal, de las relaciones interpersonales, de la vida familiar, de los estudios, del deporte, etc. No tienen por qué ser cosas espectaculares, sino simplemente significativas personalmente para la persona. (Por ejemplo: ser capaz de hablar en público, sacar “limpio” 1º de ESO, aprender a utilizar un ordenador,...). 2. Luego, en el rectángulo de la raíz correspondiente a cada uno de los frutos, se escriben las cualidades concretas que han permitido esos logros (corporales, mentales, espirituales... Por ejemplo inteligencia, tenacidad, determinación, alegría, simpatía, paciencia, entusiasmo, amabilidad, generosidad, sensibilidad, capacidad de escucha, fortaleza física, buena salud, destreza manual, serenidad, creatividad, iniciativa, talento organizativo, etc.). 3. Hacer una puesta en común en la que se comenten los sentimientos que ha causado a cada persona ver su árbol al completo, con todos sus valores y logros. Si quieren, pueden comentar el árbol en sí, aunque su realización tiene un objetivo individual. 4. Pedir a cada persona que coloque su árbol de la autoestima en algún lugar donde puedan verlo a menudo y completarlo, a medida que obtengan nuevos logros y/o descubran otras cualidades. 5. Por último, tras leer el poema, reflexionar acerca de las elecciones personales cotidianas. ¿Siempre puedo elegir el camino positivo? Con esta pregunta valorar si es posible y apuntar en grupo estrategias para lograrlo. ¿Siempre puedes elegir…?
Reír, en lugar de llorar.
Abrazar, en lugar de golpear. Cantar, en lugar de lamentarte. Amar, en lugar de odiar. Compartir, en lugar de ser egoísta. Servir, en lugar de ser arrogante. Perdonar, en lugar de ser rencoroso. Agradecer, en lugar de maldecir. Aplaudir, en lugar de criticar. Ser paciente, en lugar de acosar a los demás. Ser bondadoso, en lugar de ser un resentido. Ser amigo, en lugar de ser el enemigo de todos. Alabar y reconocer, en lugar de ser indiferente.