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SECCION AUREA EN LA FOTOGRAFÍA: “THE VAR DEPARTMENT”.

CARTIER-BRESSON

PRIMER CONTACTO
Nos encontramos ante una fotografía en blanco y negro en la que se ha superpuesto unos
trazos geométricos en rojo. Podemos comprobar como la trama geométrica coincide con los
elementos que forman la composición fotográfica.

ANALISIS DE LA FOTOGRAFIA
La fotografía en cuestión pertenece al maestro francés Henri Cartier-Bresson (1908-2004),
padre del fotorreportaje. A Cartier-Bresson se le atribuye el concepto del “momento decisivo”.
La fotografía se titula “The Var Department”, realizada en Hyéres (Francia) en 1932.
Posiblemente se realizo con una cámara telemetrica Leica de 35 mm, con ajuste manual de la
exposición. De hecho es el año en el que comienza a trabajar con ésta cámara que le permite
un alto grado de libertad. La fotografía esta realizada en blanco y negro.

El encuadre de la fotografía es la decisión que toma el fotógrafo sobre cuales serán los
elementos que formarán parte de la fotografía y cuales no. El encuadre de ésta toma
comprende, en el primer plano, el pasamanos izquierdo de la escalera en primer plano, en el
plano medio, las fachadas laterales, las escaleras y el pasamanos derecho, y en el fondo
tenemos la calle sobre la que circula un ciclista, el bordillo, acerado, y un fragmento de la
fachada del edificio. El encuadre queda limitado por las distintas fachadas, con la excepción del
margen en el que se encuentra el observador. El pasamano del primer plano aporta una

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“sujeción” al observador al encontrarnos ante un fuerte picado de cámara. Las líneas verticales
que forman la estructura de la barandilla, fuerzan aún más al observador dirigir su mirada hacia
el fondo, hacia donde se encuentra desarrollando la acción. No existe relación entre el ciclista y
el observador. El ciclista no tiene conciencia de la presencia del observador.

La composición de la fotografía es la disposición de los elementos en el encuadre. La


composición de ésta fotografía contiene dos puntos fuertes, la escalera y el ciclista. La escalera
con tramos rectos, cambia de dirección mediante su meseta compensada, que nos “guía” la
visión, hacía el ciclista, el único elemento de la composición no estático. Los pasamanos se
abrazan y completan, cerrándose el uno al otro, creando la ilusión de la existencia de una doble
escalera.

La profundidad de campo, definida como la zona dentro del enfoque, y por lo tanto nítida, no es
muy amplia, ya que la comprende los tramos medios de la escalera, precisamente donde ésta
cambia de dirección, quedando fuera de foco el pasamano izquierdo en su primer plano, el
inicio de la escalera, y la vía pública al fondo con el ciclista.

En cuanto a la temporalidad de la fotografía, nos encontramos ante un claro ejemplo del


“momento decisivo” de Cartier-Bresson. Está fotografía no sería la misma si el autor hubiera
apretado el disparador un segundo antes o un segundo después. Nos encontramos ante la
fugacidad del ciclista “observado” por el resto de los elementos atemporales que forman parte
del encuadre. La presencia efímera del ciclista se ve acentuada por la distancia relativa a la
que se encuentra del margen izquierdo de la fotografía, ya que se encuentra a punto de “salir”
del encuadre, de acuerdo con el sentido de marcha del ciclista.

ANALISIS DE LA GEOMETRIA
Desde el punto de vista de la geometría tenemos dos líneas rectas verticales y dos líneas
rectas horizontales, así como una espiral. Todo ello queda recogido en el interior de un
rectángulo. Los lados del rectángulo guardan la razón Áurea. Si tómanos medida de las
distancias de entre los extremos de cualquier recta y de una de las perpendiculares que la
secciona, vemos que nos encontramos ante la Sección Áurea. Tenemos Secciones Áureas en
el sentido vertical y horizontal, así como desde la izquierda y desde la derecha. Las cuatro
líneas que definen las Secciones Áureas interseccionan en cuatro puntos que llamaremos
“puntos fuertes”.

La Sección Áurea es la proporción en la cual la relación del todo con la parte mayor es la
misma que la relación de la parte mayor con relación a la parte menor, cuando se divide una
línea en dos segmentos. Esta razón o proporción se identifica con el número Fi (Φ). Se

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comenta que en honor al escultor, pintor, y arquitecto griego Fidias (480 a.C – 430 a.C), que lo
utilizaba en sus obras, como el Partenón de Atenas.

La relación es aproximadamente 1.618. El recíproco de 1.618 es aproximadamente 0.618.

Se cree que las proporciones basadas en la sección áurea son agradables a la vista y se
pueden encontrar a todo nuestro alrededor en muchas pinturas, edificios y diseños, como el
Partenón de Fidias, o el Hombre de Vitrubio y la Mona Lisa de Leonardo da Vinci (1452-1519),
o la propia parisina Torre del ingeniero Eiffel (1832-1923). De igual modo podemos encontrar
esta proporción en la naturaleza.

La espiral de Durero fue descubierta por el pintor alemán Alberto Durero (1471-1528). Su
construcción se realiza partiendo de un rectángulo cuyos lados guarden una proporción igual al
número áureo (Φ), a su lado construimos un cuadrado de lado, el lado mayor del rectángulo, y
vuelve a salir un rectángulo áureo, en el cual volvemos a pegar un cuadrado, el proceso es
reiterativo, y así obtenemos uniendo dos vértices opuestos de los sucesivos cuadrados con un
arco de circunferencia, la espiral deseada. Es una espiral que puede dibujarse con una regla y
un compás:

La Serie de Fibonacci tiene relación con la Sección Áurea, y por lo tanto con la espiral de
Durero, ya que la razón o cociente entre un término y el inmediatamente anterior varía

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continuamente, pero se estabiliza en el número áureo (Φ), es decir, el límite cuando tiene a
infinito del cociente es (Φ):

Siendo la Serie de Fibonacci, como una sucesión de número naturales, en las que un término
es el resultado de al suma de los dos anteriores:

Matemáticamente se expresa como:

La serie de Fibonacci la encontramos continuamente en la naturaleza, como la reproducción de


los conejos, la disposición de ramas y hojas en la botánica,

RELACION ENTRE LA FOTOGRAFIA Y LOS TRAZOS GEOMETRICOS


Es clara la relación entre la composición de los elementos que forman parte del encuadre de la
fotografía con la Sección Áurea y la espiral de Durero.

Las dos líneas verticales coinciden con los pasamanos de la escalera. Las dos líneas
horizontales descansan sobre los pasamanos. De igual modo vemos como la línea horizontal
superior recorre la trayectoria del ciclista. Si observamos las áreas verticales que han dejado
las secciones áureas, en la izquierda contiene el ciclista, y el la derecha, la ausencia de éste es
ocupada por el pasamanos derecho. En éstas dos zonas, en su subdivisión inferior,
encontramos dos escaleras descendentes que parten desde el observador. Los cuatro “puntos
fuertes” coinciden con los cambios de dirección y las intersecciones de los dos pasamanos,
precisamente donde esta presente la profundidad de campo.

Por otro lado, comprobamos como la espiral de Durero se acomoda perfectamente en ésta
fotografía. La fotografía tiene dos motivos principales, el ciclista y la escalera. La espiral parte
del ciclista, por ser el motivo fugaz. Desde su pecho recorre la espalda, brazos, ejes de ruedas
de la bicicleta, para terminar recorriendo el otro motivo principal, la escalera. Pero el
observador no trabajar en éste orden, o más exactamente, recorre la espiral en las dos
direcciones. Parte de la escalera, que tiene a sus pies, en un primer plano, para recorrerla en
busca del elemento fugaz, del ser humano, que ha quedado velado por encontrase fuera de la
profundad de campo.

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CONCLUSION
Estamos trabajando con una obra de arte del maestro Cartier-Bresson, donde la fugacidad del
ciclista en movimiento, en lo que llamamos “momento decisivo”, se combina con una elegante
composición basada en la búsqueda obsesionada de la razón Áurea, o razón Divina. Podemos
descubrir esta razón tras la observación de muchas de las fotografías de Cartier-Bresson.

Para Henri Cartier-Bresson, influenciado por el budismo, fotografiar era poner el ojo, la cabeza
y el corazón en una misma línea. Tan sólo nos queda preguntarnos: ¿casualidad o
premeditada?, es decir, ¿pasaba Cartier-Bresson por allí y disparo su cámara cuando
reconoció la composición precisamente en el momento que pasaba el ciclista? Hay que tener
en cuenta el tiempo necesario para ajustar la exposición de la toma. O por el contrario
¿reconoció el lugar, configuro su cámara, encuadro, y espero a que algo sucediera en tan
esplendido escenario? En cualquier caso, nos encontramos ante una obra de arte, y como tal,
nos acerca más a lo divino.

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