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Cuando mi tío José Victorio iba a Marca, ya sea de paseo o una visita rutinaria, lo hacia
justamente cabalgando a este noble animal que había domado con esmero; era pues
motivo de admiración por muchos de su época y muchos jóvenes intentaban domar a
sus caballos, pero no lo lograron.
Claro, José Victorio en esa época era un mozo que frisaba unos 22 ó 23 años,
enamorado de las chicas como cualquier joven de esa edad.
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Generalmente el festejo duraba hasta la madrugada o hasta el día siguiente, en la
madrugada se servía un buen caldo de gallina acompañado con calientitos de hierba o
ponche. Recuerdo también con cierta nitidez y claridad la canción que cantaba don
Gelacio, cuyas letras es así:
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terminado el almuerzo recibe su “derecho” que consiste en una olla de mondongo y una
fuente de “jakakasky” con su respectivo “ñahuin”.
Acto seguido se dirigen hacia el huachihualito para dar inicio a la fiesta, forman una
ronda todos tomados de las manos alrededor del arbolito, la cara de los bailantes todos
son pintadas con talco y el cuello envuelto con serpentinas multicolores. Los músicos se
ubican en un extremo del árbol, tocan los instrumentos y cantan canciones alusivas a la
fiesta, también cantan todos los bailantes alrededor del árbol, mientras una pareja va
cortando o dándole hachazos, con un hacha previamente enromado, esto para que dure
el corte. De esta manera continua la fiesta dándole hachazos pareja por pareja, sin cesar
de cantar, hasta que la pareja indicada corta
finalmente el huachihualito.
Como dije mas arriba, la canción se repite muchas veces, hasta tirar al piso al
huachihualito; luego de esto siguen las hurras y los brindis de rigor.
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Bueno, amigos estas vivencias que tuve en el poco tiempo de los inicios de mi
adolescencia son recuerdos imperecederos, y no renuncio aún, a volver a disfrutar
Algún día no muy lejano, si Dios lo permite.
Amigos lectores si encuentran algún error, omisión o exageración, les ruego que me disculpen y
háganmelo llegar, lo aceptaré con mucha humildad y modestia para tener mayor cuidado en las
siguientes ocasiones, si es que me lo permiten.
E-mail: apariciovirhuez1@hotmail.com
Otoño del 2008