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AlgunasCreflexiones

UADERNOS DE MEDICINA
sobre FORENSE
la pedofilia • AÑOsexual
y el abuso 3 – de
Nºmenores
2 (93-112)
93

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA PEDOFILIA


Y EL ABUSO SEXUAL DE MENORES

1. INTRODUCCIÓN Juan Carlos Romi


Por estas razones se considera Lorenzo García

U
no de los problemas que necesario hacer una aproximación Samartino
acucian a la sociedad en reflexiva al tema para asumir, des-
la actualidad es el relacio- de el conocimiento científico, la
nado con el abuso sexual de me- experiencia y la responsabilidad
nores. Esta manifestación sexual profesional, con la mayor equidad
siempre existió en forma más o me- posible, el controvertido y a veces
nos oculta, quizás por el tabú cul- espinoso problema de dilucidar,
tural vigente en los últimos años desde el punto de vista sexológi-
ha tomado un auge muy importan- co, las implicancias médico lega-
te, probablemente motorizado por les que presentan las conductas
la mayor libertad de expresión, el pedofílicas.
menor temor a su exteriorización,
la actualización de la legislación vi-
gente o la promoción o divulgación 2. DEFINICIONES Y CONCEPTOS
periodística. GENERALES

Las personas que por distintos Recordemos que el término pedofi-


motivos están al tanto de estas lia fue acuñado en alemán por el
conductas sexuales tienen la obli- psiquiatra Richard von Krafft-Ebing
gación de reflexionar sobre los rea- (1840-1902), quien utilizó por pri-
les alcances de estas manifesta- mera vez la expresión Pädophilia
ciones, ya que si bien es induda- erótica en su influyente libro Psycho-
ble que estos delitos existieron pathia Sexualis, publicado en 1886.
siempre y existen, no es menos
cierto que se observa con preocu- El diccionario de la RAE recoge las
pación el aprovechamiento peligro- dos variantes morfológicas, pedo-
so que se hace de las mismas in- filia y paidofilia, que se pueden con-
vocando hechos que suelen ser siderar sinónimos.
respuestas a motivaciones ajenas
a la real situación invocada. Así, Otra controversia se establece en-
se tiene noticia de la presencia de tre los términos pedofilia y pede-
falsas denuncias en búsqueda de rastia. El mencionado diccionario
beneficios secundarios, induccio- ha introducido en su edición del
nes a menores a manifestar haber 2001 el término pedofilia, además
sido víctimas de abusos sexuales de seguir registrando la palabra
inexistentes, diagnósticos apresu- pederastia, para las que recoge las
rados, sobre todo en el área psí- siguientes definiciones:
quica, por ineptitud técnica u otras
razones subalternas. a) Pedofilia. f. Atracción erótica o
94 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

sexual que una persona adulta Según la edad de la persona que


siente hacia niños o adolescentes. es objeto del deseo sexual se dis-
tinguen tres tipos de trastornos:
b) Pederastia. f. Abuso sexual co- pedofilia para la atracción hacia
metido con niños. niños en edad prepuberal; efebofi-
lia (del griego ephebo, ‘niño que ha
Desde el punto de vista semánti- entrado en la pubertad’) para refe-
co, la distinción es clara: es esen- rirse al deseo sexual hacia adoles-
cialmente diferente sentir atracción centes, y nepiofilia (de nepion, ‘in-
erótica por los niños a abusar fante’) para designar la atracción
sexualmente de ellos. Así pues, la hacia niños lactantes o infantes.
distinción surge entre la tendencia
sexual (pedofilia) y la práctica abu- Según el Manual de Diagnóstico
siva y delictiva (pederastia). de los Trastornos Mentales (DSM-
IV) la pedofilia se encuentra den-
Algunos abusadores sexuales in- tro de la categoría de parafilias, que
fantiles se definen como pedófilos forma parte de los “Trastornos
pero no pederastas, distinguiendo sexuales y de la identidad sexual”.
entre tener la tendencia que los Se la define como fantasías sexua-
empuja a sentir atracción sexual les recurrentes y altamente exci-
por los niños (pedofilia) y las prác- tantes, impulsos sexuales o com-
ticas sexuales con menores (pede- portamientos que implican activi-
rastia). dad sexual con niños (13 años o
menos) durante un período no in-
En el primer caso, se trata de una ferior a los seis meses.
tendencia psíquica, considerada
como una parafilia por la sexología Por lo tanto, los pedófilos suelen
y la psiquiatría, mientras que en el ser predominantemente varones y
segundo hay una práctica, que es frecuentemente de edad avanzada.
delictiva según nuestra legislación. Rara vez se presenta en mujeres,
Sin embargo, es necesario dejar en aunque no se descarta esta incli-
claro que si el pedófilo de alguna nación sexo-amorosa en ellas. Las
manera establece un vínculo efec- víctimas pueden ser niños de am-
tivo (acción) de aproximación o to- bos sexos.
camiento erótico sobre un menor,
esa conducta es delictiva aunque La acción consistente en utilizar al
no haya existido la violación, ya que menor como objeto pasivo de una
el CP la tipifica como abuso sexual cópula anal se denomina pedica-
simple (en la redacción anterior ción.
denominado abuso deshonesto)
explicitado en el Art. 119 CP. El lolismo es la preferencia sexoeró-
tica de varones maduros por ado-
En el lenguaje periodístico encon- lescentes (niñas en su despertar
tramos indistintamente el uso de puberal). El término se popularizó
pedofilia con el sentido de delito y por la novela de Novikov “Lolita”.
con el significado de enfermedad. Se llama también hebefilia.
Así, por ejemplo, se emplea el sin-
tagma «acusar de pedofilia» o se Se denomina corofilia la inclinación
habla de una «red de pedofilia», de ciertas lesbianas maduras por
para designar una organización de niñas impúberes.
personas dedicadas a la explota-
ción sexual de menores. La efebofilia es la atracción sexual
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 95

de una persona madura hacia ado- boy” al adolescente o adulto joven


lescentes varones de 13 a 18 que vende sus favores sexuales a
años. clientes homosexuales sólo como
“una escapada” de su hetero-
Otros términos de interés son: sexualidad. Lo que confiere este
sodomía, pederastia y pederosis. característico matiz de sordidez a
La sodomía (de Sodoma, ciudad la prostitución homosexual contem-
palestina a orillas del Mar Muerto) poránea no es tanto la utilización
consiste en el sexo anal. La cópu- indisimulada del dinero (muchas
la anal puede ser heterosexual veces para el consumo de drogas)
(anomeatia) u homosexual (andro- cuanto la pretensión de disimular,
somdomia). La sodomía se acepta bajo la excusa de la moneda, la
que es el sexo anal entre varones naturaleza de la pulsión que se
y por extensión con animales con remunera. Se aduce que la partici-
los que se tiene penetración (sodo- pación queda restringida, en el con-
mización). trato homosexual, al rol “activo”
(penetrador anal o pasivo del fela-
La pederastia (del griego paideras- dor), no calificando por ello de ho-
tía) es en general sinónimo de mosexuales sus propias conduc-
sodomía, es decir, la realización de tas, sino que éstas se reservan
la penetración anal. Se refiere en para sus clientes o partenaires, con
común y habitualmente a la que se el beneficio de la aceptación po-
realiza entre homosexuales, aun- pular.
que en ciertas circunstancias (ra-
ramente) puede utilizarse para la
cópula anal entre heterosexuales. 3. EL PEDÓFILO COMO UN
Se llama sujeto activo al que reali- AGRESOR SEXUAL GENÉRICO
za la inmisión peniana (en la jerga:
“bufarrón”) y pasivo al que se pres- No se puede estudiar y compren-
ta a la inmisión (en la jerga: “comi- der los delitos sexuales si no se
lón”). Los sexólogos alemanes sue- parte de un mínimo de conocimien-
len emplear el término latino “pe- to sobre qué significa la sexualidad
dicatio”, siendo sinónimo de “con- en la conducta de cada individuo.
masculatio”.
Se observa frecuentemente que
El término pederastia también se estos delitos son cometidos por
lo suele utilizar para describir el individuos con una conducta sexual
sexo anal practicado por un adulto habitual considerada “normal”. La
con un menor. Así se habla de pe- manifestación de la conducta
derasta al que practica la cópula sexual delictiva está ligada a una
anal activa o pasiva como amante circunstancia personal o ambien-
de los jóvenes. tal facilitadora.

La pederosis es la cópula anal prac- Por supuesto que también este


ticada por un adulto sobre un me- delito lo pueden cometer perturba-
nor de uno u otro sexo tomado dos sexuales (disfuncionales y/o
como objeto pasivo (pedicación). El parafílicos o desviados: fetichistas,
sexo anal practicado sobre una voyeristas) pero debe quedar en
niña también se le llama corefalis- claro que estas perturbaciones
mo. sexuales por sí mismas, por lo
menos en la inmensa mayoría de
Se denomina socialmente “taxi ellas, no están contempladas como
96 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

delitos contra la integridad sexual 4. LA ETIOPATOGENIA DE


por el Código Penal vigente como LA PEDOFILIA COMO
el caso del pedófilo actuante. PARAFILIA

La conducta sexual delictiva es una Los factores etiopatogénicos de la


conducta concreta del individuo, pedofilia comprenden tres grupos
expresión de su relación con la víc- principales que afectan el desarro-
tima en un lugar (espacio) y en una llo de la personalidad: el biológi-
fecha (tiempo) determinados. Esto co, el medio ambiente y los facto-
significa, desde el punto de vista res mentales de integración y sín-
individual, la dificultad del delin- tesis. Todos son importantes en la
cuente para aceptar la ley. En esta formación de una parafilia pedofí-
tarea, la sexología y la psiquiatría lica.
forenses pueden establecer los
aspectos de la personalidad de Desde el punto de vista de la ad-
cada delincuente y diferenciar un quisición de las respuestas eróti-
caso de otro al reconstruir, con la cas placenteras se debe tener en
mayor exactitud posible, la géne- cuenta la predisposición de la per-
sis y dinámica del fenómeno crimi- sonalidad, como factor genético,
nal en particular. más las experiencias ambientales
que da el aprendizaje. Existiría una
En este trabajo se reflexionara so- condición predisposicional, de
bre los delincuentes sexuales que acuerdo al potencial de la perso-
presentan factores de riesgo de nalidad, una especie de “tabla de
índole sexual, es decir, que presen- arcilla” lisa y moldeable sobre la
tan perturbaciones sexuales cuali- cual se marcarían “huellas” que
tativas (la pedofilia como desvia- serían las experiencias eróticas
ción o parafilia) que condicionan vividas por ensayo, azar o circuns-
directa o indirectamente las con- tancias, deseadas o no; y, que ac-
ductas delictivas. tuarían de allí en adelante como
una relación “llave-cerradura” cada
Respecto a la gravedad de las pa- vez que se asocian ambas situa-
rafilias se considera que depende ciones (circunstancia - predisposi-
del grado de actuación y del nivel ción al placer erótico), detonando
de perturbación: leve, fantasía no la conducta sexual adecuada o in-
escenificada; moderada, la imagi- adecuada. Si bien las nuevas ex-
nería en ocasiones se transforma periencias hacen “nuevas marcas”,
en acción provocando conflictos las primeras siguen manteniendo
sociales y ocupacionales; y grave; la eficiencia erótica, respondiendo
los impulsos se actúan como ac- con idoneidad placentera a pesar
tos reiterados, apropiándose la del tiempo transcurrido.
parafilia del funcionamiento global
del individuo. La pedofilia se explica siguiendo
ese patrón general. Las imágenes,
Las disfunciones sexuales como fantasías, o comportamientos des-
perturbaciones sexuales cuantitati- viados serían producto de experien-
vas (por ejemplo la disfunción erec- cias vividas sobre la base de una
tiva), si bien pueden tener inciden- personalidad predisponente que
cias en las conductas delictivas de provocaron, en su momento, un
algunos individuos, presentan una placer sexual que facilitó la reite-
frecuencia menor y menos signifi- ración de experiencias fijando un
cativa que las parafilias. patrón de conducta erótico.
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 97

La interpretación freudiana de la época más vulnerable gira alrede-


sexualidad infantil y del papel que dor de los cinco a los ocho años,
continúa desempeñando en el adul- luego las posibilidades de modifi-
to, permitió conceptualizar a las “per- cación se hacen difíciles o refrac-
versiones” como conductas infanti- tarias. Money considera que la su-
les anacrónicamente fijadas conse- presión de los juegos sexuales pre-
cuencia de un desarrollo problema- paratorios de la infancia podría
tizado de la sexualidad infantil. impedir un desarrollo sexual sano.
Algunas culturas temen que los
Las perversiones representarían niños sean expuestos temprana-
placeres primitivos cuya exigencia mente a la actividad sexual. El cas-
es muy significativa. Esto supone tigar estas conductas puede obs-
la dificultad de despegarse de di- taculizar el desarrollo de un mapa
chos sistemas de satisfacción. Es de amor normofílico. Por consi-
decir, que la “fijación” representa guiente, el individuo adquiere un
una elección primaria: la elección mapa del amor o plantilla mental
de la perversión como fenómeno erotosexual a través de las expe-
anacrónico. El fracaso de nuevas riencias e imágenes mentales vivi-
experiencias sexuales que el indi- das donde las actividades gratifi-
viduo no pueda integrar, lo hace cantes que provocan excitación y
“regresar” hacia sus primeras ex- orgasmo de características parafí-
periencias. La regresión es el me- licas reemplazan a las normofíli-
canismo que retropulsa al individuo cas.
hacia los sistemas primitivos de
satisfacción.
5. EPIDEMIOLOGÍA Y
El psicoanálisis considera que la DESCRIPCIÓN DE LAS
neurosis es el reverso de la per- CONDUCTAS PEDOFÍLICAS
versión. En la neurosis todos los
síntomas se forman contra el sis- El término parafilia designa un tras-
tema pulsional activo que no es torno sexológico y/o psiquiátrico.
aceptado por el yo (egodistonía). La pedofilia es una parafilia que
En la perversión, la conducta arcai- pueden ser consecuencia de diver-
ca es asumida y deseada por el yo sos factores.
(egosintonía). El perverso tolera la
perversión. Un cierto número de pedofílicos
son agresores sexuales. Es decir,
Money, (1989), en su libro “Mapas padecen un trastorno psicosexual
del amor vandalizado”, escrito con con características delictivas. Fren-
Lamacz, proponen un hipotético te a un estímulo fuera de lo común,
camino que debe tomar la mente personal o socialmente inacepta-
del individuo para llegar al placer ble, real o imaginario, responden
erótico sexual y a la satisfacción. con un estado que consiste en la
Expone el concepto “mapa del necesidad impulsiva de iniciar o
amor” como una especie de ins- mantener óptima la excitación ero-
cripción o plantilla grabadas en el tosexual para alcanzar el orgasmo.
cerebro en la que se esbozan las
actividades sexuales que preferi- La paidofilia es de lejos la parafilia
mos. Tal acontecimiento se desa- delictiva más común. Se estima
rrolla en la infancia a través de las que el 20% de los niños america-
experiencias vividas en función del nos han sido víctimas de abuso
placer–displacer. Se cree que la antes de los 18 años. La mayor
98 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

parte de los actos de abuso con- dimiento o capacidad sexual y así


sisten en tocamiento genital o sexo reafirman su masculinidad auto
oral. La penetración anal y vaginal cuestionada. El abuso sexual des-
no es frecuente a excepción de los bloquea la impotencia de origen
casos de incesto. predominantemente psíquico al
reafirmar la masculinidad a través
La inmensa mayoría de los paidófi- de la agresión sexual, sobre todo
los son heterosexuales, pero si se cuando perciben el temor de la víc-
toma en cuenta el porcentaje de tima.
homosexuales en la población ge-
neral, se observará que existen Los pedófilos son personas que
más paidófilos entre estos últimos pueden tener familia, y algunos
que entre los heterosexuales. Esto abusan también a miembros de la
no implica que los homosexuales misma. Suele observarse que es-
per se sean abusadores de niños, tos sujetos no tienen capacidad
una idea errónea muy habitual. Por para cortejar o relacionarse con
lo tanto, existen paidófilos hetero- mujeres por ser sumamente inse-
sexuales, homosexuales o bisexua- guros, la impotencia parcial es
les, que se limitan sólo al incesto usual. Algunos son homosexuales
o no. Hay paidófilos exclusivos ocultos.
(atraídos sólo por niños) y no ex-
clusivos. Las relaciones pedofílicas pueden
ir desde tocamientos hasta la pe-
Se observa también entre los pai- netración vaginal o anal, en algu-
dófilos un 50% de consumidores nas ocasiones excepcionales lle-
de alcohol y se ha señalado que gan a asesinar a sus víctimas para
es frecuente que se hayan visto evitar ser descubiertos. Esta for-
envueltos en situaciones de exhi- ma parafilica se caracteriza más
bicionismo, violación o voyerismo. que por la excitación sexual, por el
uso y abuso del poder. A pesar que
También es común observar que el su actividad rara vez supone la vio-
abusador de menores es un parien- lencia, la sociedad los suele casti-
te de la víctima. La mayoría de los gar con más severidad que a los
abusadores están casados y tienen violadores, que sí recurren a la vio-
hijos propios y no todos son paidó- lencia física.
filos en el sentido estricto.
Los pedófilos en general son adul-
Entre los individuos que presentan tos, del sexo masculino, que ob-
perturbaciones sexuales cuantitati- tienen satisfacciones sexuales
vas (disfunciones sexuales) es mediante un contacto físico y a
poco frecuente la conducta delicti- menudo sexual con niños. Algunos
va. No obstante, entre los disfun- investigadores opinan que es típi-
cionales erectivos suelen aparecer co que los paidófilos conozcan
casos de violadores. personalmente a los niños que
manosean, ya sea por ser un veci-
También se observan pedófilos dis- no cercano, o pariente.
funcionales con parejas adultas. En
estos casos sólo a través de la A menudo el pedófilo se conforma
parafilia compensan la disfunción, con acariciar el cabello del niño,
sobre todo erectiva. El menor les aunque también puede manipular-
genera menos conflictos porque le los órganos genitales y sugerir-
piensan que éste no evalúa su ren- le que manipule los suyos, y me-
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 99

nos frecuentemente, intentar una gestivas al uso de material porno-


intromisión. Estas conductas pue- gráfico, incesto y violación.
den repetirse por semanas, meses
o años si no lo descubren otros Se distinguen dos variantes en la
adultos o lo denuncia el propio pedofilia: la sentimental homoeró-
niño. tica y la agresiva heterosexual.

Los paidófilos pueden tender a ser Los sentimentales homoeróticos tie-


rígidamente moralistas o religio- nen poco o ningún interés por las
sos. La mayoría de los paidófilos mujeres, toda su capacidad sexual
heterosexuales de mayor edad son se concentra en los niños, concre-
o han estado casados alguna vez tándose bajo la forma de caricias
en su vida. que le provocan el orgasmo.

Investigaciones sobre la gravedad Los agresivos heterosexuales inten-


de la perturbación de los paidófi- tan satisfacer sus impulsos con
los y la edad de los mismos con- niñas, con métodos que van des-
cluyeron que existen tres grupos: de la seducción a la violencia, ter-
a) de edad adolescentes, b) de minando, en contadas ocasiones,
treinta y cinco a cuarenta años, y en homicidio sádico-criminal.
c) de cincuenta y cinco a sesenta
años. El segundo es el grupo más Otros estudios, respecto a los abu-
numeroso. Se considera que a este sadores masculinos, han determi-
grupo pertenecen quienes han su- nado: a) los impulsivos, que en al-
frido grandes desajustes mentales guna ocasión abusan a un niño y
y sociales, que incluye el alcoho- b) los pedofílicos propiamente di-
lismo, frecuentemente asociado chos, cuya preferencia sexual son
con su conducta. los niños. Éstos últimos suelen
organizar muy bien sus andanzas,
Se ha interpretado que en ciertos eligen cuidadosamente a sus vícti-
casos el impulso a abordar sexual- mas a los que “entrampan”, y tra-
mente a un niño refleja el senti- tan de ubicarse en lugares adonde
miento de haber fracasado en la pueden tener fácil acceso a ellos
vida adulta, social y sexualmente. (instituciones de cuidado infantil,
Aunque un adulto predispuesto a colegios, entrenamiento deportivo,
la paidofilia puede ocasionalmen- etc.).
te ser seducido por las inocentes
y desinhibidas muestras de afecto Para los pedofílicos es esencial
de un niño; no es este quien infun- garantizarse el silencio de su vícti-
de con su conducta las implicacio- ma, a quien seleccionan y prepa-
nes sexuales que el paidófilo per- ran, al mismo tiempo que neutrali-
cibe y a las cuales responde. Se zar la capacidad del responsable
trata de una perturbación del obje- del niño, si lo hubiera. Esto explica
to de la tendencia sexual, que es como personalidades socialmente
reemplazado por otro antinatural: respetadas en una comunidad pue-
fantasías o conductas que implican den actuar los abusos sexuales
actividad sexual entre un adulto y durante años sin ser detectados.
un niño.
Hay autores que distinguen dos
La pedofilia puede ser física o no, categorías principales de abusado-
y va desde la exposición de los res violentos: el impulsivo y el ritua-
genitales y las conversaciones su- lístico. El primero, suele actuar en
100 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

forma reactiva a la situación en que No siempre sucede, pero las per-


puede hallar a la victima, la planifi- sonas que fueron sexualmente
cación de sus delitos es mínima o abusadas en su niñez tienen la
inexistente (al punto de no tomar posibilidad de convertirse en pedó-
precauciones para ocultar su ac- filas en la adultez. No se trata de
ción). Es frecuente que presente una venganza, sino de un proceso
una historia criminal de diversa ín- a nivel inconsciente, incluso a ve-
dole de delitos entre ellos de vio- ces relacionado con abuso de dro-
lencia física, siendo sus intereses gas.
sexuales más bien generales. El
segundo tiene una historia de pa- En general, las instituciones y tam-
rafilias diversas, planifica cuidado- bién las familias tratan de ocultar
samente los escenarios donde el problema. Incluso hay madres
pueda llevar a cabo su compleja e que protegen al esposo abusador
intensa vida de fantasía, y desplie- de los hijos.
ga recursos muy desarrollados
para proteger su identidad de abu- Entre los serios trastornos que
sador. Las mencionadas parafilias puede dejar en las víctimas el abu-
incluyen voyerismo, fetichismo y so sexual infantil figuran: episodios
una larga serie de actividades e de depresión aguda, conducta sui-
intereses de tipo sádico y maso- cida u homicida, desórdenes adic-
quista. tivos, agudo sentido de culpabili-
dad, baja autoestima, severos epi-
Para el estudio de un caso se re- sodios disociativos, conversión del
comienda realizar un cuidadoso abusado en abusador, negación a
análisis de los distintos paráme- recibir terapia.
tros que caracterizan a estos dos
tipos de individuos: los patrones Tratar las parafilias es un reto para
de selección de sus víctimas, los la psicoterapia, la psiquiatría, la
patrones de conductas previas al criminología y otras disciplinas; la
delito, el tipo más probable de con- finalidad es que el paciente aban-
ducta ofensiva, los tipos de esce- done la parafilia que hace daño a
narios preferidos y los motivos sub- terceras personas como lo son la
yacentes a la particular elección paidofilia, exhibicionismo, froteris-
que hacen de sus víctimas. mo, voyerismo, etc. Muchos pacien-
tes pueden ser ayudados a vivir
La personalidad del agresor de más satisfactoriamente, alcanzan-
mediana o mayor edad es el de un do un mejor control consciente y
individuo solitario y con dificultad auto disciplinado por medio de
para establecer relaciones hetero- asesoramiento y de psicoterapia.
sexuales normales, suele tener
baja autoestima, con pocos recur- En algunos casos de pedofilia el
sos para enfrentar situaciones de tratamiento más beneficioso es la
estrés. técnica de la desensibilización en-
cubierta, en la que se asocian los
Hay pedófilos que no presentan factores estimulantes para el su-
trastornos psicopatológicos. Sin jeto con situaciones aversivas que
embargo, se ha visto que dos ter- resultarían de la expresión de sus
cios de los reclusos pedofílicos impulsos; al avanzar el tratamien-
maduros llevaron a cabo esta con- to se entrena a los pacientes para
ducta en momentos que sufrían que imaginen la atracción por mu-
situaciones estresantes. jeres adultas. Frecuentemente se
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 101

observa una disminución de la en algunos abusadores sexuales


atracción hacia las niñas y una dis- pedófilos.
minución aún mayor en la ansie-
dad producida por las mujeres. 2) Trastornos de la personalidad.
Para otros autores los abusadores
Medicamentos como antipsicóti- sexuales presentan alguna patolo-
cos, antidepresivos o anti-androgé- gía psíquica: inestabilidad, inmadu-
nicos han dado buenos resultados rez, baja autoestima, etc., que tra-
en algunos pacientes. En la mayo- tan de superar a través de la agre-
ría de los abusadores violentos y sión sexual.
agresivos el aislamiento social (cár-
cel) es lo único que evita que se 3) Conflictos de pareja. También se
siga dañando a terceras personas. pone énfasis en la presencia de
problemas maritales, en el aleja-
Las parafilias que no hacen daño miento sexual de la pareja y la vio-
a terceras personas, en donde lencia familiar. Es decir, se ha tra-
ambas partes de la pareja lo dis- bajado en la hipótesis de una con-
frutan y están de acuerdo en lle- fusión e inversión de roles entre
varlas a cabo, no necesitan trata- los diferentes miembros de la fa-
miento alguno. milia como génesis de la abusivi-
dad sexual.
En síntesis: la mayoría de los pe-
dófilos son hombres, en general 4) Factores externos sobre una per-
menos agresivos que los violado- sonalidad predispuesta. Se argu-
res de adultos; muchos de ellos menta que los abusadores sexua-
son alcohólicos o consumidores de les son personalidades introverti-
drogas, o psicóticos, de mente tor- das, solitarias y con falta de apoyo
pe o asociales y su edad fluctúa social sobre los que se instalan
entre los 30 y 40 años. Suelen ser factores externos desencadenan-
individuos débiles, inmaduros, so- tes como el alcoholismo o la adic-
litarios y llenos de culpa. ción a drogas.

Un modelo teórico muy aceptado


6. ALGUNAS REFLEXIONES es el que trata de organizar los
MÉDICO-LEGALES datos existentes de forma que pue-
da darse respuesta a cuatro pre-
a) Sobre las características de los guntas:
pedófilos
1. ¿Por qué una persona encuen-
El estudio de las características de tra congruente y emocionalmente
los pedófilos que realizan abusos gratificante la relación con un niño?
sexuales de menores no ha permiti-
do hasta el momento determinar al- 2. ¿Por qué una persona es capaz
gún carácter específico. No existe el de ser activada sexualmente por
perfil inequívoco del pedófilo, si bien un niño?
se recalcan algunos antecedentes:
3. ¿Por qué una persona bloquea
1) Antecedentes de haber crecido sus esfuerzos para obtener gratifi-
en un ambiente hostil. Haber creci- cación sexual y emocional de fuen-
do en un ambiente infantil no pro- tes socialmente aceptadas?
tector, de abandono o maltrato fí-
sico parece ser una característica 4. ¿Por qué una persona no es di-
102 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

suadida por las inhibiciones socia- les con adultos. Los sentimientos
les existentes contrarias a la rela- de inutilidad personal, la conocida
ción sexual con niños? inadecuación interpersonal de
muchos abusadores sexuales y un
Las tres primeras preguntas tratan distanciamiento sexual en sus re-
de explicar porque ciertas perso- laciones de pareja, estarían en la
nas sienten interés sexual por los base de este tipo de bloqueo.
niños y la cuarta porque tal inte-
rés se traduce en una conducta de La desinhibición comportamental
abuso sexual. sería una condición necesaria para
que las tendencias o impulsos ex-
Para que se produzca abuso sexual plicados por los tres factores an-
deben darse cuatro factores de ma- teriores se traduzcan de manera
nera simultánea o sucesiva: a) Con- estable o esporádicamente en ac-
gruencia emocional, b) Activación tos de abuso sexual infantil. Se
sexual por un niño, c) Bloqueo de deben superar tres barreras: los
las relaciones sexuales normales, d) inhibidores internos, los inhibido-
Desinhibición comportamental. res externos y la resistencia o no
aceptación de la víctima.
La congruencia emocional puede
ser explicada por la existencia de Entre los factores que permiten la
una importante inmadurez en los desinhibición interna se deben ci-
abusadores sexuales que los hace tar la adicción a determinados tóxi-
experimentarse a sí mismo como cos (alcohol, cocaína); la senilidad;
niños, tener necesidades emocio- el retraso mental; etc. La supera-
nales infantiles, y por lo tanto, de- ción de los inhibidores externos se
seo de relacionarse con niños. facilita si no se encuentra presen-
También se puede argumentar la te (física o psíquicamente) ningu-
baja autoestima y el sentido de na persona (por ej.: la madre) que
ineficacia personal como factores pueda cuidar de la víctima.
generadores de la búsqueda de
relaciones que les proporcionen Por último, es preciso que el abu-
sentimientos de poder, omnipoten- sador supere la resistencia de la
cia y control. víctima a través de la seducción,
la amenaza o la agresión. En este
La activación sexual con niños se sentido, un niño desprovisto, y por
ha separado de la congruencia tanto necesitado, de apoyo, cariño
emocional al suponer que no se y compañía estará en una situación
trata de cuestiones necesariamen- de mayor riesgo para ser víctima
te relacionadas. Se supone que de abuso sexual. Un niño sin nin-
puede haber necesidades de rela- gún tipo de información sexual pue-
ción emocional como las presen- de ser más fácilmente víctima de
tadas, que sean satisfechas de los engaños y la seducción de un
manera no sexual. Para que se pro- abusador sexual.
duzca el abuso sexual infantil es
preciso que la congruencia emocio- Para que se dé el abuso sexual
nal se añada a un cierto nivel de sería necesario que un sujeto ex-
activación sexual con niños. perimente una cierta activación fi-
siológica, es decir, serían factores
El tercer factor es el bloqueo de las individuales y explicables a partir
capacidades o posibilidades para de las características psicológicas
satisfacer las necesidades sexua- del sujeto o de su historia perso-
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 103

nal: del tipo de familia en que vive ductas sexuales, así como concep-
el sujeto, de aspectos culturales, ciones erróneas sobre la sexuali-
de la situación general de vida del dad y ética sexual. Por último, la
sujeto, etc. sexualidad del niño puede quedar
traumatizada o gravemente afecta-
El modelo presentado hace hinca- da de numerosas formas.
pié en abusadores fundamental-
mente masculinos (95%). Sólo se Los abusos sexuales conllevan una
ha observado un 5% de abusado- pérdida de confianza en la relación
ras femeninas, casi siempre a tra- con el agresor. Este puede ser es-
vés de mecanismos como la pre- pecialmente conflictivo cuando
disposición intergeneracional, la existen relaciones familiares entre
relación maestra - amante alumno, el agresor y la víctima. La víctima
o la mujer coercionada por un va- puede ser manipulada, herida,
rón (por miedo al abandono). amenazada, etc., precisamente por
quien era objeto de confianza. Esta
b) Sobre el niño abusado ruptura de confianza en las relacio-
nes se puede extender a toda la
Se ha propuesto un Modelo Diná- familia por no haber logrado librar
mico de la génesis del trauma de a la víctima de estas experiencias,
abuso sexual infantil que puede ser y extenderse también a todas las
entendido desde cuatro componen- personas del sexo del agresor.
tes:
La estigmatización es sentida como
a) Sexuación traumática, culpa, vergüenza, envilecimiento,
pérdida de valor, sentimientos que
b) Pérdida de confianza relacional, sólo a él / ella le ocurren lo peor,
etc. La víctima se puede conside-
c) Estigmatización, rar marcada para el resto de la vida
por las experiencias más traumati-
d) Sentido de pérdida o falta de zantes y considerarse distinta, des-
poder. graciada, marginada, etc.

Esta dinámica supone una altera- Las víctimas, por último, pueden
ción del funcionamiento emocional llegar a creer y sentir que lo que
y cognitivo que puede llegar a dis- les sucede está fuera de su con-
torsionar la visión de sí mismo, las trol, que no saben reaccionar ante
relaciones, y el mundo en general. las situaciones, en definitiva, que
tienen poco poder sobre sí mismos
La sexuación traumática se produ- y sobre cuanto les sucede. En este
ce por la intrusión de intereses y mismo sentido se pueden volver
conductas sexuales de un adulto temerosos de lo que puede ocu-
en el desarrollo sexual normal de rrirles en el futuro, tomar actitudes
un niño. Estas conductas son in- pasivas y poco asertivas, ser retraí-
apropiadas para un niño y al ser dos socialmente, etc.
recompensadas con frecuencia por
los adultos pueden aprender a Los efectos a largo plazo descrip-
usarlas como estrategia para ob- tos en numerosos estudios retros-
tener beneficios o relacionarse con pectivos, relacionados con el ha-
los demás, adquieren aprendizajes ber sufrido abuso sexual son:
deformados de la importancia y
significados de determinadas con- a) Sentimientos de aislamiento,
104 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

marginalidad, baja autoestima, y de persona se comporta como si en


estigmatización, b) Depresión, an- ese momento se encontrara en él.
siedad y trastornos neurovegetati- Hay tres aspectos “persistente”,
vos, c) Ideación suicida y conduc- “recurrente” y “perturbador”, así
tas autodestructivas, d) Agresivi- como la presencia de parálisis e
dad sexual, e) Fracaso escolar, f) hiperactividad después del trau-
Dificultad para establecer vínculos ma, que se debe considerar en el
y mantenerlos, g) Participación TPET.
sexual pasiva, automatizada y au-
sente (prestan el cuerpo). Debemos recordar que durante
mucho tiempo en las pericias de
Otra consecuencia que puede menores abusados se tuvo en
acontecer secundariamente a un cuenta el análisis de la realidad de
menor abusado sexualmente son Udo Undeuscht, 1967, cuyos indi-
los trastornos por estrés postrau- cadores son los siguientes:
mático (TPET).
a) Relato consistente en el tiempo
Esta patología, aceptada como un (confrontación del relato en varias
diagnóstico válido recién en la dé- entrevistas),
cada pasada, es uno de los pocos
trastornos psiquiátricos que ha b) Conocimientos sexuales inapro-
sido definido sobre la base de su piados para la edad,
etiología, y no simplemente a los
síntomas fenomenológicamente c) Descripción detallada acerca de
considerados. personas lugares y tiempos,

El rasgo esencial del trastorno es d) Relato de circunstancias típicas


la aparición de síntomas caracte- y características de abuso sexual,
rísticos que sigue a la exposición
de un acontecimiento estresante e) Relato de presión o coacción del
y extremadamente traumático. El agresor,
cuadro sintomático característico
secundario a la exposición al trau- f) Estructuración lógica del relato,
ma debe incluir la presencia de
reexperimentación persistente del g) Afecto congruente con el hecho
acontecimiento traumático, evita- relatado (vergüenza, retracción,
ción persistente de los estímulos culpa, etc.)
relacionados a él, embotamiento
de la capacidad de respuesta, y
síntomas persistentes de activa- 7. REFLEXIONES SOBRE LA
ción. OBSERVACIÓN DE FALSAS
DENUNCIAS
El acontecimiento traumático pue-
de ser reexperimentado de varias Una pregunta que se impone en
maneras. Habitualmente aparece este tipo de denuncias es: “¿Cómo
como recuerdos recurrentes e in- distinguir cuándo las declaraciones
trusivos, o pesadillas recurrentes de niños, en casos de alegado abu-
donde el acontecimiento vuelve a so sexual, son verdaderas o fal-
suceder, o estados disociativos sas?”. Se han dado casos de de-
que duran de pocos segundos a nuncias de abuso sexual que lue-
varias horas durante las cuales se go se comprobó que no habían
reviven aspectos del suceso y la sucedido.
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 105

a. Las denuncias en sí mismas. dario, por ejemplo, la tenencia com-


pleta.
Padilla atribuye el aumento de fal-
sas alegaciones, a que el abuso Estas preguntas no le restan valor
sexual era antes un secreto del cual al testimonio de los niños. Por su-
la sociedad no hablaba y en los últi- puesto la actitud inicial frente al re-
mos tiempos se ha hecho “popu- lato infantil debe ser la de creerle.
lar” como tema en los medios ma-
sivos de comunicación. Por lo tan- Frente a este dilema hay que dis-
to, la mejor manera de descalificar tinguir, el papel que corresponde a
moralmente a alguien y sacarlo del los tribunales de justicia, de la ac-
medio en disputas por tenencia, vi- tividad del terapeuta como tal. En
sitas y alimentos y venganzas diver- los países experimentados en el
sas, es acusarlo de abuso sexual, tema, no todo material recogido en
como antes lo hubiera sido de adul- el ámbito terapéutico es tomado
terio, consumo de drogas u homo- como prueba en los procesos. Si
sexualidad, hoy estos motivos con- las entrevistas de propósito diag-
mueven poco. En el Cuerpo Médico nóstico han tomado el giro de “te-
Forense se observó un aumento de rapéuticas”, tal el caso de los en-
este tipo denuncias coincidentes trevistadores que ven al niño diez
con la implementación de la ley de o veinte veces con el fin que éste
violencia familiar. vaya develando el abuso, el mate-
rial es desechado por la sencilla
Estudios internacionales reflejan razón que no tiene valor probato-
que hubo un aumento en el núme- rio alguno.
ro de falsas alegaciones de abuso
sexual impensable hasta hace Durante bastante tiempo se ha
poco. También éstas tienen efec- sostenido que los relatos no verí-
tos negativos sobre los niños, aun dicos rondaban el 3 al 4% de los
cuando después se pueda aclarar casos. Otros elevan esa cifra al 10
debidamente la situación, pues el %. Una investigación efectuada en
vínculo con el progenitor acusado Denver sobre 576 casos, arrojó
puede quedar irremediablemente que un 6% de las acusaciones eran
dañado por el sufrimiento vivido. falsas y basadas en mentiras deli-
beradas; y, un 17% no eran verda-
Frente a la denuncia es recomen- deras, aunque basadas en errores
dable preguntarse: de buena fe; en total, un 23% de
situaciones no verdaderas.
a) si el niño fue abusado de la
manera que se está denunciando;
b. La memoria infantil
b) si fue abusado pero por otra per-
sona diferente al que se acusa; La memoria humana es construc-
tiva y selectiva, esto es, no existe
c) si alguno de los padres está in- un registro como el obtenido por
terpretando equivocadamente los un grabador o un video cámara.
usos y prácticas normales que se Esta memoria, llena de los baches
llevan a cabo como parte del cui- más diversos, puede variar y ser
dado e higiene de un niño, “rellenada” por la influencia de fac-
tores diversos, y todos sabemos
d) si alguno de los adultos puede lo difícil que nos resulta reconstruir
querer obtener un beneficio secun- un hecho del que hemos sido tes-
106 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

tigos y de la multiplicidad de rela- do de que se está defendiendo una


tos distintos que en estas situa- causa justa, que su rol es protagó-
ciones se pueden recabar. nico, que de sus declaraciones
depende que un “malvado” sea
En los niños, en particular los más encarcelado y que cese el peligro
pequeños, la memoria funciona en de la venganza que éste se toma-
cierto sentido en forma similar a ría contra él y la madre, en caso
la de los ancianos: los hechos se de quedar libre, se logra que el
borran con mucha facilidad y si se supuesto abusado lleve, ante quien
insiste desde una posición de po- lo quiera escuchar, una historia de
der e influencia es posible, muchas la perversión del adulto en cues-
veces, rellenar el hueco con otros tión.
“sucesos” que se quieran instalar
como reales (co-construcciones). La convicción del niño en el que
se co-construyó una historia no
Los niños pueden, y de hecho lo verídica es de tal naturaleza que
hacen, mentir con diversos propó- se hace imposible, aún para profe-
sitos. Por ejemplo, para evitar una sionales bien entrenados en el
reprimenda, para parecer más im- tema, discernir si los hechos real-
portantes o para guardar un secre- mente sucedieron o no,
to en un juego. Pero, también está
comprobado que los niños meno- Incluso el “tono emocional” de la
res de siete son incapaces de in- narración, que serviría para discer-
ventar una historia con el propósi- nir si la historia es verdadera o in-
to deliberado de perjudicar a un ducida, en los casos en que ha
tercero. habido una co-construcción será la
coherente con la convicción de un
De esta manera, cualquier historia niño que ha sido efectivamente
falsa de abuso sexual no ha sido objeto de actos malvados por par-
inventada por el niño pequeño, ni te del adulto.
es el resultado de una mentira pro-
pia. Ha sido instalada en la mente Se ha llamado la atención sobre
infantil por uno o más adultos. Y, una de las pocas señales que pue-
no es infrecuente que a esto se den ser útiles, en lo que al relato
hayan prestado, sin quererlo, los infantil se refiere, y es cuando al
profesionales llamados a interve- niño se le pregunta sobre hechos
nir, especialmente si se encontra- bien concretas, por ejemplo: la
ban predispuestos a comprobar erección peniana o penetraciones.
que el abuso existió o si por moti- Si los hechos invocados no suce-
vos emocionales se abanderaron dieron, el supuesto abusado elu-
a favor de una de las partes. de ese tipo de información o le re-
sulta desconocida.
Una vez instaladas como memorias
ciertos hechos que no sucedieron, En síntesis, si una persona adulta
el niño los sostendrá como tales. y con influencia sobre un niño lo
Inversamente y con similares pro- induce a tomar como ciertos he-
cedimientos, en algunos casos se chos que no acontecieron, una vez
puede lograr que hechos reales establecida esa construcción en su
sean borrados, y el niño asegurará mente el niño actuará y hablará con
que no ocurrieron. la mayor convicción de que está en
lo cierto. Más si los relatos son
Si además ese niño fue convenci- repetidos a través de un tiempo
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 107

suficientemente prolongado y si Si esto ocurrió, será difícil para el


son reforzados por entrevistas a evaluador discernir cuánto de esto
cargo de algún equipo profesional. es debido a la disputa y cuánto a
El niño ni miente ni fabula adrede, posible abuso sexual. Todo esto
sino que estará convencido del remarca la prudencia con que se
hecho. Tan convencido puede lle- deben elevar los informes pericia-
gar a estar que puede ser difícil les al tribunal recomendando que
conseguir que se rectifique, aún si se mencione explícitamente esa
se le demuestra que los hechos no dificultad. El no hacerlo puede
sucedieron. constituir una falla ética.

La primera forma de inducción de Se ha observado en la dinámica fa-


un adulto puede provenir de una miliar en casos de abuso, que hay
re-definición de un acto que en sí madres que les cuesta muchísimo
mismo es inocente. La madre pue- aceptar que el cónyuge haya abusa-
de preguntar: ¿Tu papá te tocó la do sexualmente a sus hijos. En la
cola alguna vez?, lo que realmente vereda de enfrente se encuentran las
pudo haber ocurrido al higienizar al que les resulta muy fácil aceptar esta
niño. Pero, por el tono del que pre- posibilidad, aunque no sea cierto.
gunta, éste puede entender: “papá
me tocó y eso se ve que no está Otras madres pueden percibir en
bien”. El niño se defenderá dicien- forma distorsionada señales afec-
do: “yo no quería, pero él lo hizo tuosas como besos y abrazos, por
igual”. Ante nuevas preguntas no ejemplo entre una niña y el padre
es infrecuente que “adorne” con cuando se encuentran o se despi-
más información en el sentido de den, como expresiones sexuales,
lo que él percibe que el adulto quie- y de allí en adelante ponen en
re oír. marcha mecanismos para impedir
los encuentros e influir en los “re-
cuerdos” infantiles.
c. Denuncias y situación familiar
Se debe reparar también en el tipo
Existen seis veces más acusacio- de personalidad del progenitor que
nes de abuso sexual en familias tiene la custodia y que motoriza la
en las que hay disputas de divor- denuncia: si bien pueden no mani-
cio, tenencia y visitas que en las festar indicadores de enfermedad
que esto no ocurre. mental, por ejemplo delirios, no es
infrecuente que muestren persona-
Otra cuestión es ¿el niño habló pri- lidades de tipo paranoide, histrió-
mero sobre el tema con un tercero nica y manipulativa, o con tenden-
(maestra, amigo, pariente) antes cias “borderline”.
que con la madre, por caso? La
mayoría de los casos falsos pro- Otro dato a tener en cuenta es qué
vienen de madres que hablan de actitud inicial asumió el adulto que
lo que el hijo les “habría” hablado. recibió el primer relato infantil. Es-
tas reacciones se deben evaluar
Cuando existe un disputa parental, con todo cuidado pues pueden
cuanto más intensa sea más pro- orientar sobre si se pudo desarro-
babilidad hay que los niños sean llar un proceso de construcción,
involucrados y que comiencen a primero en el mismo adulto y lue-
mostrar signos de trauma emocio- go desde éste en el niño, co-cons-
nal y desórdenes de conducta. trucción.
108 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

d. El entrevistador y la pericia minar siendo una prueba en el pro-


ceso judicial. En ese caso no es difí-
Otro recaudo a tener presente es cil caer en poderosas subjetividades,
la calidad y la preparación del en- sobre todo si el entrevistador está
trevistador a cargo del diagnósti- predispuesto a ver a alguien como
co. Éste debe tener un entrena- el que “seguramente” ha cometido
miento especial en interrogar a ni- un acto delictivo. De allí la importan-
ños sobre la ardua cuestión de si cia de utilizar referencias estadísti-
el abuso existió o no. Es perento- camente probadas al momento de
rio, además, que el entrevistador comparar indicadores, o informar
tenga una extensa práctica previa que no existen datos que permitan
en el contacto con niños sin histo- afirmar o negar la relación con el he-
rias de abuso. Las entrevistas para cho. A diferencia de lo que ocurre
diagnosticar este tipo de delitos no en el ámbito clínico, en el cual la in-
resultan fáciles, por empezar por- terpretación puede arrojar una luz
que es muy fuerte la carga emo- nueva en el proceso terapéutico, en
cional que conllevan. la práctica pericial su utilización es
poco prudente. Se dice que Freud,
También es fundamental que la con su profundidad y agudeza, lo
persona que interrogue no tenga advirtió cuando dijo que un cigarro
un especial empeño en “descubrir es un símbolo fálico, pero muchas
o develar” abusos sexuales: debe veces es sólo un cigarro; mientras
ser lo más neutral posible y abier- pitaba con fruición el suyo.
ta a que los hechos invocados qui-
zás no sucedieron. El mismo recaudo se debe obser-
var cuando se evalúan los dibujos
Este es uno de los motivos que y juegos de los niños en las entre-
hacen casi imprescindible que vistas: mucho material interpreta-
sean grabadas, preferentemente do como indicativo de abuso sexual
con medios audiovisuales, y que se lo fue porque no se tuvo en cuenta
realicen con la presencia simultá- el contexto general en que el ma-
nea de otro profesional, ya sea en terial fue obtenido, esto es, el gra-
el mismo recinto o en cámara de do de la influencia de adultos y la
Gesell. Los registros obtenidos co-existencia de “entrevistas oficia-
servirán para evitar que el niño sea les” de juegos y dibujos con los
interrogado por varias personas efectuados “extraoficialmente” en
diferentes en múltiples ocasiones, casa por algún progenitor.
con lo cual, por un lado se dismi-
nuirá la carga traumática que las Demás está decir que un experto
repeticiones conllevan para el niño, debe tener bien presentes obser-
la contaminación del material y con vaciones tales como que el 50% de
ello la continua re-instalación en el los niños no abusados cuando jue-
niño de los hechos invocados. Ade- gan con muñecos anatómicamente
más permitirá reexaminar junto a correctos introducen un dedo en la
otros colegas cuántas veces sea abertura anal o vaginal de la muñe-
necesario, el material obtenido. ca y que la mayoría de ellos toma-
ron al muñeco de su pene para re-
Otra zona de riesgo es la exposición volearlo. También se describió que
de las conclusiones frente a los Tri- muchos de los signos indicadores
bunales. Puede ocurrir que un en- de abuso, incluso conocimientos
trevistador exprese alguna interpre- sexuales inapropiados para la edad,
tación de los hechos, que puede ter- aparecen en niños no abusados,
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 109

cuando han sido sometidos a repe- cos de enfermedades y / o trastor-


tidos interrogatorios sobre el tema; nos se debe tener en cuenta una
y, que no existe diferencia significa- investigación semiológica a través
tiva en la frecuencia de dibujos de de los estudios de los síntomas (lo
genitales en niños abusados de ni- subjetivo) y los signos (lo objetivo)
ños no abusados. que nos permita llegar a definir un
síndrome, es decir, el conjunto de
En resumen: si ha habido una co- síntomas y signos que nos permi-
construcción de una falsa memo- ta hacer un diagnóstico presuntivo
ria, los dibujos, juegos y actitudes de un trastorno o enfermedad. Esto
del niño pueden mostrarse simila- sería “lo que ocurre”.
res a los que se obtienen de niños
que realmente han padecido abu- Para saber “por qué ocurre” debe-
so. Asimismo, hay que tomar es- mos investigar la etiopatogenia del
peciales recaudos cuando la sin- trastorno mental, esto es, las cau-
tomatología presente pueda corres- sas (etiología) y los motivos (pato-
ponder a estados post traumáticos genia) que lo producen. Sabemos
por divorcios o disputas entre los que son pocos los trastornos men-
padres. No existen signos “patog- tales que pueden adjudicarse in-
nomónicos” y es una obligación equívocamente a una causa espe-
ética que los peritos adviertan de cífica. Toda patología no depende
esto al tribunal. sólo de los factores patógenos,
sino también del medio en que está
Cuando los interrogatorios son más inmerso el paciente (familia, socie-
de uno o dos, la certidumbre de dad, institución, factores climato-
los resultados se desvanece a lógicos, medio ambiente y educa-
medida que aumenta el número. ción). Son pocas las patologías
Las entrevistas repetidas y las rei- certificadas como unifactoriales,
teradas preguntas incrementan el por ejemplo, las alteraciones cro-
riesgo de contaminación, más si mosómicas o la sífilis, entre otras.
los entrevistadores están inclina- Por lo tanto, la inmensa mayoría
dos a encontrar el abuso. tienen un origen multifactorial. In-
tervienen factores biológicos pre-
Es imprescindible distinguir entre natales y postnatales; familiares,
entrevistas terapéuticas y entrevis- ambientales, culturales, e incluso
tas diagnósticas con fines judicia- las creencias.
les. Se diferencian en el propósi-
to, en el número y en la actitud del De lo anterior se colige que los
terapeuta o del entrevistador. El diagnósticos en medicina tienen la
argumento tiene que ver con la evi- certeza y la incertidumbre que le
dencia científica de que un profe- brinda la ciencia estadística. En
sional “convencido” de que los efecto, al no ser una ciencia exac-
hechos sucedieron, casi siempre ta, la medicina basa sus asevera-
tenderá a obtener del niño respues- ciones en la probabilidad.
tas que avalen su creencia.
Si bien esta aclaración puede sem-
brar la duda, el médico que es el
8. CONSIDERACIONES encargado de dilucidarla, se ha
PSIQUIÁTRICAS SOBRE LAS perfeccionado brindando un grado
PERICIAS MÉDICAS LEGALES de validez adecuado con un méto-
do que tiene su origen en la época
Para arribar a los conceptos clíni- hipocrática.
110 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

La dificultad del diagnóstico, en la nimiento del problema que lo lleva


mayoría de los casos, no surge del a la consulta.
desconocimiento de los síntomas
y de los signos que definen un de- La situación no es la misma cuan-
terminado trastorno, sino de la re- do el paciente “no va a la consul-
colección apropiada de la informa- ta” sino que “lo llevan” terceros,
ción o del análisis de la misma. que son los que observan las difi-
cultades, aunque generalmente
La psiquiatría, por ser una rama de sus puntos de vista no son com-
la medicina, utiliza los mismos partidos o aceptados por el enfer-
métodos que la clínica en general. mo. Entonces el diagnóstico pue-
En efecto, para la clínica psiquiá- de hacerse más difícil.
trica la historia vital del sujeto, el
devenir y la modificación de sus La colaboración del paciente facili-
conductas y / o ideas, resulta esen- ta el examen, salvo que con su
cial ya que los signos y síntomas participación busque distorsionar
que pueden detectarse en un cor- lo que le sucede ex profeso en bús-
te transversal de la vida del mis- queda de un beneficio secundario.
mo (el aquí y ahora) pueden tener
distintos orígenes. Por ello, para En el ámbito forense las dificulta-
arribar a ciertos diagnósticos es des para arribar a un diagnóstico
necesario esperar el decurso de la psiquiátrico pueden aumentar ya
enfermedad. De manera tal que los que la persona que debe ser peri-
psiquiatras de fuste tienen en tada no concurre voluntariamente,
cuenta el valor de poner diagnósti- sino por instancia judicial, por lo
cos presuntivos no por ignorancia tanto, habitualmente, va mal pre-
técnica sino porque, por saber la dispuesta.
importancia que tiene la evolución
de un cuadro mental, antes de Durante la pericia puede intentar
emitir un diagnóstico de certeza, colocarse en la mejor situación
observan las modificaciones que posible respecto al problema que
experimenta en el tiempo. lo involucra. Entonces puede simu-
lar, disimular o sobresimular, cuan-
El diagnóstico psiquiátrico presen- do no mentir, deformar o magnifi-
ta aún más dificultades cuando la car su estado, siempre atrás de un
persona “refiere” síntomas que no beneficio real o imaginado; ya sea
modifican la conducta. Es decir, el para demostrar que no pudo come-
psiquiatra “oye” pero no “ve” lo ter el acto que se le imputa, o que
que el paciente dice. al momento del hecho su psiquis
no se encontraba normal, desde un
Si la psiquiatría clínica presenta las punto de vista médico legal.
dificultades mencionadas en el
ámbito asistencial, más aún cuan- Al psiquiatra se le pide establecer
do se aplica al ámbito forense pe- una correlación entre el estado de
nal. El paciente que es visto en el las facultades mentales y la con-
ámbito asistencial concurre al psi- ducta disvaliosa. El diagnóstico es
quiatra “para confesar” lo que le relativamente fácil cuando resulta
sucede. Tiene las dificultades y li- obvio que el síntoma o el signo es
mitaciones propias que le permi- el sustento de la conducta, y cuan-
ten el miedo, la vergüenza, el des- do el síntoma y/o el signo y la con-
conocimiento, etc., pero con la con- ducta convergen en un mismo su-
vicción “de colaborar” en el discer- jeto. Por ejemplo, delirio y agresión,
Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso sexual de menores 111

síndrome demencial y falsa denun- forma holística observar el devenir


cia, etc. histórico que determinó un hecho,
y no sólo los efectos circunstan-
Es diferente cuando al psiquiatra ciales en un determinado aquí y
le preguntan si el imputado pudo ahora (corte transversal).
realizar un acto disvalioso no aso-
ciado a un signo, síntoma o síndro-
me. En este caso el sujeto no pre- El concepto de normalidad.
senta indicadores de patología psi-
quiátrica. Es decir, se encuentra Desde la perspectiva psicojurídica
dentro de la población “normal” corresponde a un estado de las
desde un punto de vista médico- facultades mentales que, desde el
legal, si bien puede no ser normal punto de vista penal, permite al
desde el punto de vista clínico asis- sujeto comprender la criminalidad
tencial. de un acto y dirigir sus acciones; y
desde el punto de vista civil, requie-
Frente a la última posibilidad no es re que el sujeto tenga capacidad
mucho lo que puede aportar el psi- para dirigir su persona y adminis-
quiatra. Por más que una persona trar sus bienes. En ambos fueros,
posea una personalidad con cier- independientemente que pueda
tos rasgos que puedan correlacio- presentar alguna alteración psico-
narse con cierta conducta delicti- patológica detectable a través de
va, no por ello tuvo que haberla la clínica psiquiátrica.
realizado alguna vez, o en la oca-
sión que se le imputa. Recordemos El psiquiatra forense se encuentra
que la predisposición no es deter- con estas dificultades cuando rea-
minante. El estudio de la persona- liza una pericia sexológica.
lidad, obtenida con métodos clíni-
cos y mediante pruebas, ayuda al Así, la pedofilia se convierte en
perito a conocer la intimidad de la delito cuando se actúa la tenden-
persona que tiene delante, pero cia. El placer, sea por razones cua-
jamás deben utilizarse como argu- litativas o cuantitativas, mueve a
mento decisivo en un conflicto jurí- la voluntad para que salte la barre-
dico. ra de lo aceptado por la sociedad.
Es un acto voluntario.
Bajo ciertas circunstancias se pone
al perito ante la encrucijada de te- Para alcanzar la satisfacción del
ner que utilizar en el análisis peri- placer, las personas “normales
cial el método heurístico (búsque- desde el punto de vista psicojurídi-
da o investigación de documentos co”, recurren al engaño, al aisla-
o fuentes históricas) y además a miento psíquico y físico de la vícti-
veces también el hermenéutico ma, es decir ponen su inteligencia
(instrumento de las ciencias natu- al servicio del placer. Recurren o
rales para la comprensión de los crean el ambiente necesario para
hechos). Por lo tanto debe analizar lograr el fin.
a través de los estudios de terce-
ros la conducta del imputado, o la Cuando se ve acusado, el sujeto
víctima. Estas pericias, si bien tie- se protege inteligentemente.
nen la limitación de la falta de con- ¿Cómo puede descubrir el psiquia-
tacto con la fuente, permite que el tra esa diferencia cuanti o cualita-
psiquiatra se coloque en una situa- tiva si el interesado no lo expre-
ción de privilegio ya que puede en sa? ¿Cómo, si del examen clínico
112 Juan Carlos Romi, Lorenzo García Samartino

psiquiátrico no surgen indicadores emitir un dictamen o al testimoniar


de trastornos mentales que hagan frente al tribunal.
sospecharlo? ¿Acudir al psicodiag-
nóstico como en las pericias de fi- A su vez se debe saber que los
liación se recurre a la comparación menores abusados existieron y
de muestras de ADN para determi- existen, tanto por parte de victima-
nar la paternidad? rios extrafamiliares como intrafa-
miliares; pero también, al momen-
En dicho estudio se comparan dos to de realizar la pericia médico le-
o más muestras. Tiene una proba- gal hay que tener presente que la
bilidad de certeza cercana al 100%. falsa denuncia es posible, sobre
En la obtención de las muestras todo cuando las causas que se ale-
no interviene la voluntad del suje- gan tienen como presuntos abusa-
to. La confiabilidad depende de la dores a personas en un ámbito
técnica de determinación. El resul- familiar con conflictos.
tado es una “prueba” cierta.
Por último, se debe recordar la di-
No se justifica que el individuo se ficultad del perito para poder res-
niegue a que le tomen una mues- ponder los puntos de pericia que
tra si es inocente, porque la posi- se le proponen, a propósito de la
bilidad de error es casi desprecia- causa a investigar. Cada caso es
ble y se puede repetir en él, cuan- el caso, hay que desprenderse de
tas veces sea necesario. preconceptos, de estadísticas y de
criterios para examinar lo más ob-
jetivamente posible al sujeto que
9. COROLARIO se presenta, pues no existen cer-
tezas sobre la conducta sexual
De todo lo expuesto y a manera de humana que es impredecible.
síntesis se puede decir que, en la
peritación de adultos presuntos El abordaje del presunto victimario
victimarios de abuso sexual de a través del examen clínico psiquiá-
menores, se han examinado tanto trico-sexológico presenta las dificul-
sujetos parafílicos pedófilos como tades propias de toda persona que
individuos considerados “norma- debe ser peritada y no concurre por
les” desde el punto de vista psico- propia voluntad, sino a instancias
sexológicos. De manera tal que judiciales, por lo tanto mal predis-
cualquier individuo puede estar en puesta para ser entrevistado psi-
condiciones potenciales de ser un quiátricamente. En el ámbito foren-
abusador sexual. se las dificultades para llegar a un
diagnóstico psiquiátrico sexológico
El individuo con tendencia o incli- son mayores que en el ámbito asis-
nación parafílicas no necesaria- tencial. De manera tal que el perito
mente tienen que ser por ello abu- debe actuar con la humildad que le
sador sexual, en tanto y en cuanto exigen las circunstancias y dejar de
no cometa un delito sexual. Hay lado la omnipotencia de pensar que
que recordar que las tendencias sus conocimientos y su técnica le
predisponen pero no determinan, brindan siempre conclusiones in-
hecho importante al momento de equívocas.

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