Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
1
Las cursivas son mías.
2
Locke, John (1994) “Introducción” En: Ensayo Sobre el Entendimiento Humano.
México D.F.: Editorial Gernika, pp. 37.
3
Ibíd., pp. 37.
tercer lugar, respecto a su método se aclara que primero se investigará el
origen de las ideas, luego a que entendimiento llega con esas, y su nivel de
certeza, evidencia y extensión, además de analizar los fundamentos de la fe
u opinión4, respecto a los fines, a Locke le interesa ante todo delimitar el
conocimiento, indagar sobre cuales son nuestras verdaderas capacidades, y
de esta forma evitar el escepticismo o la indolencia, que derivarían de una
pretensión fallida de querer conocerlo todo.5 En esto hay algo muy
importante, y es que Locke parte de la base de que no podemos conocerlo
todo, es decir, parte de la consciencia de los límites de las capacidades
humanas, y con esta visión, acerca de que podemos conocer, marcará en
buena medida una tendencia dominante en las ciencias durante mucho
tiempo, el positivismo.
4
Ibíd., pp.39-40.
5
Ibíd., pp. 42.
6
Ibíd., pp. 50.
7
Ibíd., pp. 51.
A lo largo del libro I responde a otros argumentos de los defensores del
innatismo, como que los principios innatos están en la mente, pero llegan a
ser conocidos cuando se llega “al uso de la razón”, analizando los dos
posibles significados que tiene, el primero sería que se descubren las
inscripciones innatas, y el segundo, que la razón ayuda a descubrirlos, sobre
el primero dice que es absurdo, pues si ese fuera el caso todas las verdades
estarían impresas en la mente de forma natural(lo cual contradice la función
de nuestros sentidos), sobre el segundo se pregunta “¿Pero como pueden
pensar estos hombres que el uso de la razón resulta necesario para
descubrir principios que se supone que son innatos, cuando la razón(si
hemos de creerles) no es más que la facultad de deducir verdades
desconocidas a partir de principios o proposiciones ya conocidas?”; en este
punto utiliza las mismas definiciones de los innatistas sobre el
conocimiento, que consideran primordialmente deduccionista, para
cuestionar su afirmación de que las verdades innatas están ahí, pero solo se
descubren cuando se “llega al uso de la razón”(veremos más adelante que
la forma en que Locke concibe el origen de las ideas y como se conoce, es
totalmente contrapuesta a la de los innatistas). La forma en que hace su
demostración, incluye rebatir con argumento muy minuciosos, los diversos
argumentos de los innatistas, además de los mencionados, está el de que
algunas ideas, como las demostraciones matemáticas, tienen un
“asentimiento” tan rápido, sin cuestionamientos, que deben ser innatas, y
otras con las que no ocurre esto, y por tanto no son innatas sino adquiridas;
Locke acepta que existen las ideas rápidamente aceptadas y las que no,
pero no cree que de esto derive la existencia de lo innato, dice “Quienes se
esfuercen por reflexionar con alguna atención acerca de las operaciones del
entendimiento, encontrará que este pronto asentimiento que la mente
otorga a algunas verdades no depende de la inscripción natural ni del uso
de la razón, sino de una facultad de la mente muy distinta de ambos” 89;
sobre esto aún dice más, y señala que por ejemplo los niños, antes de
conocer las “máximas”(los dos principios de la lógica formal expuestos al
principio), ya ejercen su razón en otras cosas, lo cual deja sin piso el
argumento de los innatistas, y muestra que la forma en que conocemos no
va de máximas generales a asuntos particulares, sino al contrario, dice “al
principio los sentidos dan paso a las ideas particulares y llenan el gabinete
aún vacío, y la mente, que va gradualmente familiarizándose con algunas
de ellas, las guarda en la memoria y les pone nombre”10.
8
Ibíd., pp. 55.
9
Hace referencia al conocimiento intuitivo, que describe en el libro IV del Ensayo.
10
Ibíd., pp. 58.
igualdad; y en ese momento, cuando se le explican tales palabras, asiente a
ellas sin dilación”, pero “no asiente entonces de inmediato porque se trate
de una verdad innata ni dejaba de asentir antes porque no tuviera uso de
razón, sino que la verdad de los propuesto se le presenta tan pronto como
ha establecido en su mente las ideas claras y precisas de lo que simbolizan
sus nombres”11. La razón, según Locke, de que los innatistas no
comprendan estos, es que no reconocen que “hay enseñanza previa” de
estas máximas, creen que no se aprende nada nuevo cuando se las acepta,
pero “en primer lugar es evidente que han aprendido los términos y sus
significados, ninguno de los cuales nació con ellos (…) las mismas ideas a
las que se refiere la proposición no nacieron con ellos, como tampoco sus
nombres, sino que las obtuvieron posteriormente”.12
11
Ibíd., pp. 59.
12
Ibíd., pp. 68.
13
Ibíd., pp. 68.
ella con una variedad casi infinita? (…) A esto respondo con una palabra: de
la EXPERIENCIA”14
La segunda, la reflexión, tiene que ver con las “operaciones” que realiza la
mente sobre las ideas adquiridas por medio de la sensación, dice Locke:
“tales operaciones, cuando el alma llega a considerarlas y a reflexionar
sobre ellas, suministran al entendimiento otro conjunto de ideas que no
pueden alcanzarse de las cosas externas. Tales son las ideas de percepción,
pensamiento, duda, creencia, razonamiento, conocimiento, voliciones”; a
esta facultad la llama “sentido interno”, a diferencia de los “sentidos
externos”; de esta forma Locke establece en la experiencia, tanto interna
como externa, el origen de todas las ideas, sin necesidad de recurrir a
explicaciones innatistas; con base en estas premisas sigue justificando su
rechazo de lo innato, en diferentes formas, mostrando que los hombres
adquieren ideas diferentes según los distintos objetos con que se
relacionan, por lo cual tendrán más o menos ideas según su ambiente o sus
sentidos(si le falta alguno tendrá menos ideas), también analiza la idea de
que el alma piense siempre, aún cuando no está ni teniendo sensación ni
reflexionando, y la rechaza, tanto para el sueño como para la vigilia, por
considerar que cualquier “pensamiento” que el alma pudiera realizar en
estas circunstancias no es consciente, es decir, no tenemos experiencia de
él, lo cual, si se diera, sería un absurdo, pues no tendría sentido que el alma
pensara todo el tiempo si no podemos aprovechar de ninguna forma estos
pensamientos.
17
Ibíd., pp. 157.
18
Ibíd., pp. 160.
19
Ibíd., pp. 163.
reflexión(placer y dolor: están mezclados con casi todas nuestras ideas,
pues tanto la experiencia interna como externa puede producirlos)20
Las otras ideas que señalaba, son las complejas, sus características
principales es que son elaboradas por la mente a partir de las ideas simples
que tenemos por medio de la experiencia y que son elaboradas de forma
voluntaria, tanto externa como interna, y son sus tipos son el resultado de
tres acciones: “1) Combinar varias ideas simples en una compuesta, y
formar así todas las ideas complejas. 2) El segundo es evocar
simultáneamente dos ideas, sean simples o complejas, y poner una junto a
otra para considerarlas al ismo tiempo, pero sin fusionarlas en una sola, y
obtener así todas sus ideas de relaciones. 3) La tercera consiste en
separarlas de todas las demás ideas que las acompañan en su existencia
real; esto se denomina abstracción, y así es como puede formar todas sus
ideas generales.”21 Las ideas complejas tratan de los modos, las sustancias
y las relaciones, por el primero entiende: “aquellas ideas complejas que, a
como quiera que estén compuestas, no implican la suposición de que
subsisten por sí mismas, sino que se consideran dependientes o
propiedades de las sustancias” (belleza), por el segundo: “las ideas de
sustancias son aquellas combinaciones de ideas simples tomadas para
representar distintas cosas particulares que subsisten por sí mismas, en las
cuales la idea supuesta o confusa de sustancia en sí, siempre constituye la
primera y principal(hombre o ejercito), por la tercera: “la que denomino de
relación, la cual consiste en considerar y comparar una idea con otra(Cayo
es un esposo: ejemplo tomado de Locke)”22.
Los temas de los libros III y IV, son “De las palabras” y “Del conocimiento y
la probabilidad”, y aunque la filosofía del lenguaje que propone Locke es
bien interesante y está relacionada indudablemente con su teoría, vamos a
analizar en este momento, el libro IV, que trata sobre que es el
conocimiento y cuales son sus límites, y lo considero de suma importancia,
por que esa es una de las preguntas que guía a Locke en su libro, ¿Qué
podemos conocer? Anticipando de alguna forma las tres preguntas que
Foucault le atribuye a Kant, ¿Qué somos? ¿Qué sabemos? ¿Qué podemos
esperar?
24
Ibíd., pp. 564-570.
En este libro en particular Locke delimita lo que constituirá el objeto del
conocimiento, no solo para el empirismo, sino para la ciencia moderna, pues
lo limita a la experiencia, sacando, por decirlo así, a la metafísica de los
dominios de la ciencia, incluso Kant, que propone el tiempo y el espacio
como a prioris de conocimiento(ideas innatas en el lenguaje de Locke), se
ve obligado a afirmar la metafísica por virtud de la moral práctica, pero no
de una teoría del conocimiento. Veamos lo que dice Locke sobre el “objeto”
del conocimiento humano: “Puesto que la mente, en todos sus
pensamientos y razonamientos, no tiene otro objeto inmediato que sus
ideas, a las cuales solamente ella contempla o puede contemplar, resulta
evidente que nuestro conocimiento trata sólo de tales ideas”, sobre que es
el conocimiento dice “es la percepción de la concordancia o la discordancia
que hay entre dos ideas (…) no es sino la percepción de la conexión o de la
discordancia y la repulsión que existe entre cualesquiera de nuestras
ideas.”25
25
Ibíd., Libro IV, pp. 227(tomo II)
26
Ibíd., pp. 514-515(tomo II)