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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

ASIGNATURA: DIALÉCTICA Y SOCIOLOGÍA

EDISSON AGUILAR TORRES

RESEÑA: ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

El Ensayo Sobre el Entendimiento Humano, publicado en 1690, es una de


las principales obras del filósofo inglés, John Locke; es un texto clásico de la
teoría del conocimiento propuesta por los empiristas ingleses, y a partir de
su obra fueron desarrollados diversos planteamientos, incluyendo la síntesis
que intentó Kant en la Crítica de la Razón Pura entre los argumentos del
empirismo y el racionalismo. El tema del ensayo de Locke puede
determinarse a partir de unas pocas preguntas que sugiere Manuel García
Morente en sus Lecciones Preliminares de Filosofía, ¿Cuál es el origen, cuál
es la esencia, cuál es el alcance del conocimiento humano? El desarrollo de
estos interrogantes tiene lugar en los planteamientos del autor, en sus
múltiples posibilidades, por lo cual, el libro tiene una extensión
considerable; antes de pasar al contenido como tal, es necesario señalar la
conexión que tiene la obra con la filosofía de Descartes, en primer lugar,
parte de su distinción de las ideas: adventicias, ficticias e innatas, solo que
rechaza esta última, y dedica el primer libro de su ensayo a demostrar sus
falsedad, en segundo, la afirmación de la existencia del yo, y de Dios, tiene
la misma lógica y estructura que Descartes, que es; mi propia
autopercepción es prueba de que existo, y como existo debo tener un
origen, y como algo no puede venir de la nada, se hace evidente que quien
me forma, me crea y me dota de razón y sentidos para poder conocer es
Dios; es decir que a pesar de apartarse del innatismo de Descartes
comparte su metafísica.

En la introducción al ensayo se aclara su justificación, propósito, método y


fines, en primer lugar se considera un tema digno de análisis el
“entendimiento”, por que es “lo que pone al hombre por encima del resto
de los seres sensibles, y le otorga todas las ventajas y el dominio que tiene
sobre ellos” 12, lo cual es un tema común de la literatura de esta época, pues
es en la cual se está consolidando el discurso humanista en el occidente
moderno, en segundo lugar, se dice que su propósito consiste en “investigar
el origen, la certeza y el alcance del conocimiento humano, así como los
fundamentos y grados de la creencia, la opinión y el consentimiento” 3, en

1
Las cursivas son mías.
2
Locke, John (1994) “Introducción” En: Ensayo Sobre el Entendimiento Humano.
México D.F.: Editorial Gernika, pp. 37.
3
Ibíd., pp. 37.
tercer lugar, respecto a su método se aclara que primero se investigará el
origen de las ideas, luego a que entendimiento llega con esas, y su nivel de
certeza, evidencia y extensión, además de analizar los fundamentos de la fe
u opinión4, respecto a los fines, a Locke le interesa ante todo delimitar el
conocimiento, indagar sobre cuales son nuestras verdaderas capacidades, y
de esta forma evitar el escepticismo o la indolencia, que derivarían de una
pretensión fallida de querer conocerlo todo.5 En esto hay algo muy
importante, y es que Locke parte de la base de que no podemos conocerlo
todo, es decir, parte de la consciencia de los límites de las capacidades
humanas, y con esta visión, acerca de que podemos conocer, marcará en
buena medida una tendencia dominante en las ciencias durante mucho
tiempo, el positivismo.

El libro primero de su ensayo lo emplea Locke en “demostrar” (comillas por


que es un debate abierto hasta el día de hoy) de diversas formas que no
existen ideas ni principios innatos, en primer señala que la inexistencia de
estos principios “innatos” que supuestamente estarían grabados en la
mente, antes de cualquier experiencia o reflexión, es evidente por la misma
forma en que adquirimos conocimiento, pues no tendría sentido que
teniendo los medios(ojos) para conocer los colores, estos fueran ideas
innatas, también rechaza también el consenso, así sea universal, como
prueba de que existen dichas ideas innatas, y muestra como las dos
máximas o principios de la lógica formal(aristotélica) no tienen aceptación
universal, estas son “lo que es, es” y “Es imposible que la misma cosa sea y
no sea”; señala que ni los niños ni los “idiotas”(los mismos que Descartes
designa como “brutos”; ambos se refieren a las personas con
discapacidades mentales) conocen estas dos máximas, y sería una
contradicción afirmar que “existen verdades grabadas en el alma, a las
cuales esta no percibe ni entiende, pues la impresión, si algo significa, no es
más que el hacer que ciertas verdades puedan percibirse” 6, es decir, que
para que una idea o ideas, en este caso las citadas máximas, sean
conocidas, es necesario que sean percibidas(sobre este concepto hablaré
más adelante); otra cosa que cuestiona Locke es que se diga que lo “innato”
es la capacidad de conocer y lo que se conoce sea lo “adquirido”, pues en
primer lugar, no se niega que la mente tenga dicha capacidad, y por otra
parte se haría muy difícil diferenciar lo innato de lo adquirido, “Si las
verdades pueden imprimirse en el entendimiento sin ser percibidas, no veo
que diferencia pueda existir entre cualesquiera que la mente es capaz de
conocer respecto a su origen: deben ser todas innatas o todas adquiridas;
en vano trataría un hombre de distinguirlas”7.

4
Ibíd., pp.39-40.
5
Ibíd., pp. 42.
6
Ibíd., pp. 50.
7
Ibíd., pp. 51.
A lo largo del libro I responde a otros argumentos de los defensores del
innatismo, como que los principios innatos están en la mente, pero llegan a
ser conocidos cuando se llega “al uso de la razón”, analizando los dos
posibles significados que tiene, el primero sería que se descubren las
inscripciones innatas, y el segundo, que la razón ayuda a descubrirlos, sobre
el primero dice que es absurdo, pues si ese fuera el caso todas las verdades
estarían impresas en la mente de forma natural(lo cual contradice la función
de nuestros sentidos), sobre el segundo se pregunta “¿Pero como pueden
pensar estos hombres que el uso de la razón resulta necesario para
descubrir principios que se supone que son innatos, cuando la razón(si
hemos de creerles) no es más que la facultad de deducir verdades
desconocidas a partir de principios o proposiciones ya conocidas?”; en este
punto utiliza las mismas definiciones de los innatistas sobre el
conocimiento, que consideran primordialmente deduccionista, para
cuestionar su afirmación de que las verdades innatas están ahí, pero solo se
descubren cuando se “llega al uso de la razón”(veremos más adelante que
la forma en que Locke concibe el origen de las ideas y como se conoce, es
totalmente contrapuesta a la de los innatistas). La forma en que hace su
demostración, incluye rebatir con argumento muy minuciosos, los diversos
argumentos de los innatistas, además de los mencionados, está el de que
algunas ideas, como las demostraciones matemáticas, tienen un
“asentimiento” tan rápido, sin cuestionamientos, que deben ser innatas, y
otras con las que no ocurre esto, y por tanto no son innatas sino adquiridas;
Locke acepta que existen las ideas rápidamente aceptadas y las que no,
pero no cree que de esto derive la existencia de lo innato, dice “Quienes se
esfuercen por reflexionar con alguna atención acerca de las operaciones del
entendimiento, encontrará que este pronto asentimiento que la mente
otorga a algunas verdades no depende de la inscripción natural ni del uso
de la razón, sino de una facultad de la mente muy distinta de ambos” 89;
sobre esto aún dice más, y señala que por ejemplo los niños, antes de
conocer las “máximas”(los dos principios de la lógica formal expuestos al
principio), ya ejercen su razón en otras cosas, lo cual deja sin piso el
argumento de los innatistas, y muestra que la forma en que conocemos no
va de máximas generales a asuntos particulares, sino al contrario, dice “al
principio los sentidos dan paso a las ideas particulares y llenan el gabinete
aún vacío, y la mente, que va gradualmente familiarizándose con algunas
de ellas, las guarda en la memoria y les pone nombre”10.

Locke muestra que para lograr el “asentimiento” de dichas verdades, así


sean las más generales(que son las llamadas innatas), existen ideas previas
que debemos conocer para entenderlas, y que son el significado de sus
términos: “Un niño no sabe que tres más cuatro son siete hasta que es
capaz de contar hasta siete y hasta que conoce el nombre y la idea de

8
Ibíd., pp. 55.
9
Hace referencia al conocimiento intuitivo, que describe en el libro IV del Ensayo.
10
Ibíd., pp. 58.
igualdad; y en ese momento, cuando se le explican tales palabras, asiente a
ellas sin dilación”, pero “no asiente entonces de inmediato porque se trate
de una verdad innata ni dejaba de asentir antes porque no tuviera uso de
razón, sino que la verdad de los propuesto se le presenta tan pronto como
ha establecido en su mente las ideas claras y precisas de lo que simbolizan
sus nombres”11. La razón, según Locke, de que los innatistas no
comprendan estos, es que no reconocen que “hay enseñanza previa” de
estas máximas, creen que no se aprende nada nuevo cuando se las acepta,
pero “en primer lugar es evidente que han aprendido los términos y sus
significados, ninguno de los cuales nació con ellos (…) las mismas ideas a
las que se refiere la proposición no nacieron con ellos, como tampoco sus
nombres, sino que las obtuvieron posteriormente”.12

Un aspecto clave del “ensayo” es que además de considerar “limitado” el


conocimiento humano, lo concibe gradual, dice Locke “adquirimos
gradualmente ideas y nombres y aprendemos la relación apropiada que
guardan entre sí; y más tarde asentimos, al oírlas por vez primera, a las
proposiciones postuladas en aquellos términos cuyo significado hemos
aprendido y en las cuales se expresa el acuerdo o desacuerdo que podemos
percibir en nuestras ideas tomadas en conjunto”13, lo cual deriva de su
análisis de la forma en que adquirimos nuestras ideas, y que es lo que en
últimas lo lleva a rechazar las ideas innatas.

En el resto del libro I analiza mediante ejemplos y refutaciones, el


innatismo, pero de los principios prácticos, es decir, de la moral, haciendo
hincapié en su no asentimiento universal, pero en este caso no voy a entrar
en el detalle de esta argumentación, sino que más bien, voy a mostrar lo
que dice Locke de las ideas y su origen, tema que corresponde al libro II, y
que resulta de vital importancia, tanto para comprender porque niega lo
innato como que entiende por conocimiento y que alcances le da. Para
Locke la idea es ante todo el “objeto del pensamiento”, es decir, resulta
obvio que tenemos ideas y que pensamos en ellas, en este sentido Manuel
García Morente señala que para Locke “idea” es equivalente al cogitatio
cartesiano, lo cual quiere decir que idea es prácticamente cualquier vivencia
psíquica; se pregunta de donde las adquirimos, y después de haber
rechazado tajantemente la existencia de ideas innatas, señala las dos
fuentes de adquisición de las ideas, que son la “sensación” y la “reflexión”:
aquí formula su famosa teoría de la “tabla rasa”, termino que lo ha hecho
popular y en parte malentendido, dice: “Supongamos entonces que la
mente está, según se dice, como un papel en blanco, limpio de cualquier
impresión sin ninguna idea. ¿Cómo se hace de ellas? ¿De dónde obtiene el
vasto acervo que la activa e ilimitada imaginación humana ha pintado en

11
Ibíd., pp. 59.
12
Ibíd., pp. 68.
13
Ibíd., pp. 68.
ella con una variedad casi infinita? (…) A esto respondo con una palabra: de
la EXPERIENCIA”14

Esta experiencia se divide en dos fuentes, a saber sensación y reflexión, es


decir, experiencia interna y externa, la primera hace referencia a los
sentidos cuando se familiarizan con objetos sensibles particulares, y de esta
forma “transmiten a la mente percepciones definidas de las cosas”; aunque
no corresponde al orden del texto, es necesario aclarar a que se refiere
Locke con percepción, y es a lo siguiente: “aunque algunos la denominan
pensamiento en general, pensar significa en la exactitud de la lengua
inglesa, esa clase de operación mental sobre sus idea, en la cual la mente
está activa y mediante la cual, con cierto grado de atención voluntaria,
considera cualquier cosa. Pues en la percepción llana y pura, la mente es
sólo pasiva en su mayor parte, y lo que percibe no puede evitar
percibirlo”.1516 La característica de la percepción es su pasividad, y el hecho
de que no podemos evitar tenerlas, pues ocurren en nuestro contacto con
los objetos sensibles del mundo, día tras día, en nuestras vidas, y las
impresiones que transmiten, se graban en la memoria(algunas se borran, a
la explicación de ese fenómeno le dedica algunos apartes).

La segunda, la reflexión, tiene que ver con las “operaciones” que realiza la
mente sobre las ideas adquiridas por medio de la sensación, dice Locke:
“tales operaciones, cuando el alma llega a considerarlas y a reflexionar
sobre ellas, suministran al entendimiento otro conjunto de ideas que no
pueden alcanzarse de las cosas externas. Tales son las ideas de percepción,
pensamiento, duda, creencia, razonamiento, conocimiento, voliciones”; a
esta facultad la llama “sentido interno”, a diferencia de los “sentidos
externos”; de esta forma Locke establece en la experiencia, tanto interna
como externa, el origen de todas las ideas, sin necesidad de recurrir a
explicaciones innatistas; con base en estas premisas sigue justificando su
rechazo de lo innato, en diferentes formas, mostrando que los hombres
adquieren ideas diferentes según los distintos objetos con que se
relacionan, por lo cual tendrán más o menos ideas según su ambiente o sus
sentidos(si le falta alguno tendrá menos ideas), también analiza la idea de
que el alma piense siempre, aún cuando no está ni teniendo sensación ni
reflexionando, y la rechaza, tanto para el sueño como para la vigilia, por
considerar que cualquier “pensamiento” que el alma pudiera realizar en
estas circunstancias no es consciente, es decir, no tenemos experiencia de
él, lo cual, si se diera, sería un absurdo, pues no tendría sentido que el alma
pensara todo el tiempo si no podemos aprovechar de ninguna forma estos
pensamientos.

Al ligar su teoría del origen de las ideas a la experiencia, también podemos


prever en que sentido se orientara su delimitación y alcance del
14
Ibíd., Libro II. pp. 140.
15
Las cursivas son mías.
16
Ibíd., pp. 201
conocimiento humano; finalizando el debate sobre si el alma piensa
siempre, dice: “Ningún conocimiento puede ir más allá de la experiencia”, lo
cual constituye claramente una sentencia empirista, que de cierta forma
desliga el conocimiento de la metafísica(no totalmente pues mantiene a
Dios, pero con una base empírica, que es la propia existencia), sigue el
texto: “Despertad a alguien cuando duerme profundamente y preguntadle
qué pensaba en ese instante. Si el mismo no tiene consciencia de que
pensaba en algo, sería un magnífico adivinador quien le pueda asegurar que
si estaba pensando. ¿No podría decirle con mayor razón que ni siquiera
dormía? Esto es algo que excede la filosofía”17 Lo que excede la filosofía no
se puede conocer, es por eso que el empirismo inglés es el predecesor o el
inspirador si se quiere del positivismo científico. Hasta el momento sabemos
para Locke, cual es el origen de las ideas, pero no cuando inician, el da una
respuesta muy sencilla: “si se preguntara entonces cuando empieza un
hombre a tener ideas, creo que la respuesta correcta sería: cuando tiene la
primera sensación”. ¿Y que es la sensación? “Una impresión o un
movimiento que se realiza en alguna parte del cuerpo y produce una
percepción en el entendimiento”18.

El análisis de Locke no se queda sin embargo en el origen y momento en


que empezamos a tener ideas, sino que implica la clasificación de las
mismas, en dos tipos generales que son; ideas simples e ideas compuestas.
Las ideas simples pueden ser tanto producto de la sensación como de la
reflexión, mientras que las complejas son producto de la reflexión
únicamente, y las primeras son básicamente pasivas, mientras que en las
segundas se requiere de la atención y la voluntad; las simples se
caracterizan por ser diferentes y claras, debido a la acción de los diferentes
sentidos: “pues aunque la vista y el tacto toman con frecuencia, del mismo
objeto y al mismo tiempo, ideas diferentes, como cuando el hombre observa
a la vez el movimiento y el color mientras la mamo siente la suavidad y el
calor (…) las ideas simples así unidas en el mismo sujeto son tan
perfectamente distintas como las que llegan por los diferentes sentidos”19.
Estas ideas a su vez tienen una clasificación, de acuerdo al origen de su
formación, que consiste en cuatro categorías, que son: una, las que llegan a
nuestra mente por un solo sentido (la solidez se conoce a través del tacto:
difícilmente puede ser explicada con el lenguaje), dos, las que llegan a
través de más de un sentido (espacio, extensión, forma, reposo y
movimiento: se conocen a través de la vista y el tacto), tres, las que se
obtienen sólo por la reflexión(percepción y voluntad: poder de pensar es
entendimiento, poder de volición es voluntad y hace referencia a la
intencionalidad, si es en cuanto al conocimiento se conoce como noesis en
filosofía), y cuatro, las que llegan por todas las formas de sensación y

17
Ibíd., pp. 157.
18
Ibíd., pp. 160.
19
Ibíd., pp. 163.
reflexión(placer y dolor: están mezclados con casi todas nuestras ideas,
pues tanto la experiencia interna como externa puede producirlos)20

Las otras ideas que señalaba, son las complejas, sus características
principales es que son elaboradas por la mente a partir de las ideas simples
que tenemos por medio de la experiencia y que son elaboradas de forma
voluntaria, tanto externa como interna, y son sus tipos son el resultado de
tres acciones: “1) Combinar varias ideas simples en una compuesta, y
formar así todas las ideas complejas. 2) El segundo es evocar
simultáneamente dos ideas, sean simples o complejas, y poner una junto a
otra para considerarlas al ismo tiempo, pero sin fusionarlas en una sola, y
obtener así todas sus ideas de relaciones. 3) La tercera consiste en
separarlas de todas las demás ideas que las acompañan en su existencia
real; esto se denomina abstracción, y así es como puede formar todas sus
ideas generales.”21 Las ideas complejas tratan de los modos, las sustancias
y las relaciones, por el primero entiende: “aquellas ideas complejas que, a
como quiera que estén compuestas, no implican la suposición de que
subsisten por sí mismas, sino que se consideran dependientes o
propiedades de las sustancias” (belleza), por el segundo: “las ideas de
sustancias son aquellas combinaciones de ideas simples tomadas para
representar distintas cosas particulares que subsisten por sí mismas, en las
cuales la idea supuesta o confusa de sustancia en sí, siempre constituye la
primera y principal(hombre o ejercito), por la tercera: “la que denomino de
relación, la cual consiste en considerar y comparar una idea con otra(Cayo
es un esposo: ejemplo tomado de Locke)”22.

Esta clasificación de las ideas, como mencionábamos antes, está basada


tanto en su carácter pasivo o voluntario, como en su origen y combinación
posterior, pero al final del libro II se refiere a otra forma de clasificar las
ideas, y tiene que ver con si son reales o fantásticas, adecuadas e
inadecuadas, verdaderas y falsas, es decir, con su carácter de conocimiento
científico. Por ideas reales entiende aquellas que “concuerdan con el ser
real y la existencia de las cosas, o con sus arquetipos” y fantásticas “a las
que carecen de un fundamento en la naturaleza y no concuerdan con esa
realidad del ser al cual se refieren tácitamente como a sus arquetipos”
(combinar ideas de sustancias que en la naturaleza nunca están juntas:
centauro)23. Respecto a las adecuadas e inadecuadas dice: “Denomino
adecuadas a aquéllas que son representaciones perfectas de los arquetipos
de donde la mente supone que se toman, de los cuales pretende que sean
símbolo y a los que las refiere. Las ideas inadecuadas son aquéllas que no
constituyen sino una representación parcial o incompleta de los arquetipos
a los cuales son referidas” (ideas simples y modos son adecuados, ideas de
20
Ibíd., pp. 164-176.
21
Ibíd., pp. 234.
22
Ibíd., pp. 236-237.
23
Ibíd., pp. 559-563.
las sustancias referidas a las esencias reales, no son adecuadas). 24
Finalmente, en este tema, tenemos la distinción entre ideas verdaderas y
falsas, y empieza aclarando que las ideas no son falsas sino las
proposiciones, y que por tanto cuando se dice de una idea que es falsa, es
por que lleva una proposición secreta, una afirmación o una negación: “Por
ejemplo, cuando forjo una idea de las piernas, los brazos y el cuerpo de un
hombre, uniéndola luego a la cabeza y el cuello de un caballo, no estoy
forjando una idea falsa de algo por que no representa nada que sea externo
a mí. Pero cuando la llamo hombre e imagino que representa un ser real
externo (…) puedo equivocarme en cualquiera de esos casos”; es decir, la
falsedad y la veracidad solo puede referirse a lo externo, si una persona con
sus ideas verdaderas que ha adquirido en la experiencia, forja imágenes o
razonamientos que no se corresponden con la realidad, a estos puede
llamárseles falsos (aunque él prefiere usar los términos correcto e
incorrecto).

Al final del libro II Locke habla de la asociación de ideas, como una


explicación a por que los hombres, incluso hombres de razón, cometen
extravagancias e incluso parecen dementes en sus argumentos; no acepta
que estas sean producto solamente del amor propio o de la educación, sino
de un rasgo relacionado con el funcionamiento de la mente, y es la
“asociación de ideas”; para él se pueden dar malas conexiones de ideas,
que se explican así: “Algunas de nuestras ideas tienen una correspondencia
y una conexión naturales entre sí. Es oficio y excelencia de nuestra razón el
rastrearlas y mantenerlas juntas en aquella unión y correspondencia que se
encuentra en seres peculiares. Fuera de esto, hay otra conexión de ideas
que se debe por entero al azar o la costumbre. Ideas que de pro sí no están
relacionadas, llegan a hallarse tan unidas en algunas mentes que es muy
difícil separarlas” (antipatías, errores, miedos, dolor-lugar, ideas filosóficas y
religiosas); a él le interesa analizar esto, para saber cuales son las fuentes
de error, y de disenso entre las personas, e incluso en la sociedad, podemos
pensar, sacando conclusiones, que este interés está asociado a su posición
política, un liberalismo tolerante, que requiere de la paz para lograr la
prosperidad económica, y quizás por eso busca entender por que los
hombres tienen conexiones de ideas, que los hacen enemistarse,
posiblemente imaginando o soñando una solución.

Los temas de los libros III y IV, son “De las palabras” y “Del conocimiento y
la probabilidad”, y aunque la filosofía del lenguaje que propone Locke es
bien interesante y está relacionada indudablemente con su teoría, vamos a
analizar en este momento, el libro IV, que trata sobre que es el
conocimiento y cuales son sus límites, y lo considero de suma importancia,
por que esa es una de las preguntas que guía a Locke en su libro, ¿Qué
podemos conocer? Anticipando de alguna forma las tres preguntas que
Foucault le atribuye a Kant, ¿Qué somos? ¿Qué sabemos? ¿Qué podemos
esperar?

24
Ibíd., pp. 564-570.
En este libro en particular Locke delimita lo que constituirá el objeto del
conocimiento, no solo para el empirismo, sino para la ciencia moderna, pues
lo limita a la experiencia, sacando, por decirlo así, a la metafísica de los
dominios de la ciencia, incluso Kant, que propone el tiempo y el espacio
como a prioris de conocimiento(ideas innatas en el lenguaje de Locke), se
ve obligado a afirmar la metafísica por virtud de la moral práctica, pero no
de una teoría del conocimiento. Veamos lo que dice Locke sobre el “objeto”
del conocimiento humano: “Puesto que la mente, en todos sus
pensamientos y razonamientos, no tiene otro objeto inmediato que sus
ideas, a las cuales solamente ella contempla o puede contemplar, resulta
evidente que nuestro conocimiento trata sólo de tales ideas”, sobre que es
el conocimiento dice “es la percepción de la concordancia o la discordancia
que hay entre dos ideas (…) no es sino la percepción de la conexión o de la
discordancia y la repulsión que existe entre cualesquiera de nuestras
ideas.”25

Este libro es extenso y trata variadas cuestiones relativas al conocimiento


humano, pero voy a señalar una que me parece clave y son los límites entre
razón y fe:

“Asumo aquí que la razón, en tanto contrapuesta a la fe, consiste en el


descubrimiento de la certeza o la probabilidad de aquellas proposiciones o
verdades a las que la mente arriba por medio de la deducción que hace a
partir de las ideas que ha obtenido que hace partir de las ideas que ha
obtenido gracias al uso de sus facultades naturales, a saber, la sensación o
la reflexión. Por otro lado la fe consiste en el asentimiento dado a cualquier
proposición que no se extrae de las deducciones de la razón, sino del
crédito otorgado al proponente, como proveniente de Dios por alguna vía
extraordinaria de comunicación”26

Es decir, que aquí se propone una separación tajante entre el dominio de la


ciencia y el de la religión, la metafísica, la ciencia se ocupa de estudiar lo
accesible a la experiencia, mientras que la “revelación” es el asunto de los
escogidos de dios, o de quienes tengan facultades para ello, pero Locke, en
su texto, sistematiza un cambio que se venía gestando desde finales de la
Edad Media, y es la confianza exclusiva del hombre moderno en la razón, y
el desarrollo de esa particular racionalidad que ha caracterizado a occidente
en la modernidad, eso es el Ensayo Sobre el Entendimiento Humano, una de
las principales obras del pensamiento ilustrado, en su vertiente empirista.

25
Ibíd., Libro IV, pp. 227(tomo II)
26
Ibíd., pp. 514-515(tomo II)

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