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El sincretismo de la fe
suprema deidad. Esta vista monoteísta es lo que hace a estas religiones lo que son. Por eso, uno
podría confundirse al ver que en “The Devil’s Miner" los bolivianos, que afirman ser católicas y
creer en solamente un Dios también pueden creer en El Tio, el Dios de las minas y del Cerro
Rico. Aunque cierta confusión en esta circunstancia es válida, uno debe ponerse en el lugar de
estos mineros incluso captar cualquier forma de entendimiento. Viven dos vidas separadas, una
fuera de las minas y un adentro. Y hay una diferencia entre las dos, junto con la sensación de ser
Los mineros de Potosí, Bolivia están orgullosos de ser mineros. Eventos como el
carnaval que se muestra en "The Devil’s Miner" retratan está bien. Sin embargo, el trabajo y las
penurias que sufren estos mineros no es algo que nosotros, como típicos estadounidenses de
clase media podríamos imaginar. Hay tanto peligro, desde el polvo y los gases, a los carros sin
frenos e incluso la posibilidad de colapso, que estos mineros casi tienen que creer en algo para
tener alguna esperanza. ¿A qué hombre cuerdo podría entrar en las minas de una montaña que ha
exigido la vida de más de 8 millones de trabajadores sin tener algún tipo de fe? Aún ahora uno
debe preguntarse por qué no creen en el mismo Dios en que creen fuera de las paredes de las
minas. La respuesta a esa pregunta parece complicar las cosas un poco más. Un católico o
cristiano que es fuerte en su fe no tiene ningún problema en creer que Dios se cuida y protege
dondequiera que vaya. No pone límites en las capacidades de su Dios. Así que la pregunta que
los mineros de Potosí, debemos considerar su origen. El hecho de que los colonos son los que
han creado al "dios", El Tío, como una forma de engañar a los nativos para continuar a trabajar
como esclavos en las minas, ayuda a simplificar un poco las cosas. El concepto de El Tío tiene
cientos de años. Ha tenido mucho tiempo para incrustarse en la cultura de los mineros y la
población de Potosí, y como ocurrió en muchas otras culturas, la idea de “El Tío” se transmitió
de generación a generación. Por lo que desde una perspectiva sociológica uno apenas puede
culpar a los mineros por su creencia en El Tío: Fue inculcada en ellos por su sociedad. Sin
"The Devil’s Miner" es bueno en que nos muestra varios puntos de vista sobre este tema.
Podemos ver el punto de vista de los mineros como ellos explican, con miedo honesto en sus
ojos, la necesidad de la creencia en El Tío, y sin embargo también llegamos a ver las cosas desde
la perspectiva del sacerdote, que realmente se preocupa por la gente de Potosí y odia verlos
dividiendo su fe.
Así que a pesar de que parece que estos mineros de Potosí, Bolivia, están haciendo algo
más bien negativo, especialmente a la luz de su religión y la creencia y la fe que deben tener,
"The Devil’s Miner" no nos da una opinión clara de una forma u otra. Más bien el documental va
conciencia de tal sincretismo, especialmente para las culturas para las que este concepto es ajeno.
Sin embargo, a continuación, este concepto es uno que como uno Cristiano he encontrado para
ser verdad, aquí en América. Somos todos culpables de idolatría, nosotros adoramos a otros
dioses, ya sean el dinero, lo internet o quizás incluso alimentos, y permitimos que estos dioses
nos distraen de un Dios al que como cristianos deberíamos ser fieles. Por lo que no somos tan