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TEORIA SOBRE EL ORIGEN DE LA VIDA

La teoría de Oparin fue una de las teorías que se propusieron a mediados de siglo para
intentar responder a la pregunta: Si un ser es generado de otro ser precedente, ¿cómo
surgió el primer ser?, después de haber sido rechazada la teoría de la generación
espontánea (defendida, entre otros, por Jan Baptiste Van Helmont y John Needham) por
los trabajos de Francesco Redi, Lazzaro Spallanzani y, especialmente, Louis Pasteur

Así, Oparin revisó varias teorías, como la propia generación espontánea o la


panspermia, interesándose en cómo la vida inicialmente había dado comienzo, y
apoyándose en sus conocimientos de astronomía, geología, biología y bioquímica para
explicar el origen de la vida. Resumió su obra y sus principales conclusiones en su
exitoso libro El origen de la vida, traducido a varios idiomas, entre ellos el inglés y el
castellano.

Gracias a sus estudios de astronomía, Oparin sabía que en la atmósfera del Sol, de
Júpiter y de otros cuerpos celestes, existen gases como el metano, el hidrógeno y el
amoníaco. Estos gases son sustratos que ofrecen carbono, hidrógeno y nitrógeno, los
cuales, además del oxígeno presente en baja concentración en la atmósfera primitiva y
más abundantemente en el agua, fueron los materiales de base para la evolución de la
vida.

Alexandr Ivánovich Oparin (1894 -1980), fue un bioquímico ruso,


pionero en el desarrollo de teorías bioquímicas acerca del origen de
la vida en la Tierra. Se graduó en la Universidad de Moscú en 1917,
un año después del triunfo de la revolución rusa que llevó al poder
a los comunistas bolcheviques dando a luz el primer estado
socialista. Fue nombrado catedrático de bioquímica en 1927, y
desde 1946 hasta su muerte fue director del Instituto de Bioquímica
A. N. Bakh de Moscú. Materialista dialéctico, intentó explicar el
origen de la vida en términos de procesos químicos y físicos.
Planteó la hipótesis de que la vida había surgido a través de una
progresión de compuestos orgánicos simples a compuestos
complejos autorreplicantes. Su propuesta se enfrentó inicialmente
a una fuerte oposición, pero con el paso del tiempo ha recibido
respaldo experimental y ya con el descubrimiento de la molécula
de ADN y posteriormente el desciframiento del genoma humano, ha
sido aceptada como hipótesis legítima por la comunidad científica.
El fragmento siguiente corresponde a la introducción que el propio
Oparin hizo a su principal obra, “El origen de la vida sobre la Tierra”
(1936), donde expuso brevemente el planteamiento de su teoría
con respecto al origen de la vida en este planeta.
Dice Oparin lo siguiente: “La cuestión relativa al origen de la vida, o
aparición sobre la Tierra de los primeros seres vivientes, pertenece
al grupo de los problemas más importantes y básicos de las
Ciencias Naturales. Toda persona, cualquiera que sea su nivel
cultural, se plantea este problema más o menos conscientemente,
y, de mejor o peor calidad, producirá una respuesta, ya que sin ella
no puede concebirse ni la más rudimentaria concepción del Mundo.

Charles Darwin y El origen de las especies

El científico evolucionista más importante del siglo XIX fue Charles Darwin (1809-1882).
Estudiante de las universidades de Edimburgo y Cambridge en Inglaterra, terminó sus estudios
de teología a la edad de 22 años. Preparado para ser ministro protestante de la Iglesia, sin
embargo, el mayor interés de Darwin estaba en el mundo natural.

En 1831 se integró, como naturalista, a la tripulación del barco de la marina inglesa "HMS
Beagle", que realizaría una expedición de mapeo alrededor del mundo durante 5 años. Este
viaje fue esencial en el pensamiento de Charles Darwin. En las islas Galápagos, en el Océano
Pacífico frente a Sudamérica, quedó muy impresionado por las especies de animales que vió y,
sobre todo, por las sutiles diferencias entre los pájaros de las islas del archipiélago. A partir de
estas observaciones, Darwin se dio cuenta que estas diferencias podían estar conectadas con
el hecho de que cada especie vivía en un medio natural distinto, con distinta alimentación. En
ese momento comenzó Darwin a delinear sus ideas acerca de la evolución.

Darwin entendió que toda población consiste de individuos ligeramente distintos unos de otros.
Las variaciones que existen entre los individuos hace que cada uno tenga distintas
capacidades para adaptarse al medio natural, reproducirse exitosamente y transmitir sus
rasgos a su descendencia. Al paso de las generaciones, los rasgos de los individuos que mejor
se adaptaron a las condiciones naturales se vuelven más comunes y la población evoluciona.
Darwin llamó a este proceso "descendencia con modificación". Del mismo modo, la naturaleza
selecciona las especies mejor adaptadas para sobrevivir y reproducirse. Este proceso se
conoce como "selección natural".

William Whewell animó a Darwin a aceptar las obligaciones de secretario de la


Sociedad Geológica. Tras declinar inicialmente la oferta, aceptó el cargo en marzo de
1838.[78] A pesar de la abrumadora labor de escribir y editar los informes del Beagle,
Darwin realizó destacables progresos en el problema de la transmutación, aprovechando
cualquier oportunidad para poner en cuestión a naturalistas expertos y, de forma menos
convencional, a personas con experiencia práctica, como granjeros y criadores de
palomas.[1] [79] Con el tiempo su investigación tomaba datos de sus parientes e hijos, la
familia Butler, los vecinos, colonos y antiguos compañeros de navegación.[80] Entre sus
especulaciones incluyó desde el principio a la naturaleza humana, y observando un
orangután en el zoológico el 28 de marzo de 1838 reparó en lo semejante de su
conducta a la de un niño.[81]

Los esfuerzos le pasaron factura, y en junio tuvo que permanecer varios días en cama
con problemas estomacales, dolor de cabeza y síntomas de afección cardíaca. Durante el
resto de su vida se vio repetidamente incapacitado con episodios de dolores de
estómago, vómitos, abscesos graves, palpitaciones, temblores y otros síntomas, en
particular durante las épocas de estrés como la asistencia a reuniones o visitas sociales.
La causa de la enfermedad de Darwin sigue siendo desconocida, y todos los intentos de
tratamiento tuvieron poco éxito.[82

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