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Sorpresa

Las horas pasaban volando. No pensaba arreglarme. No tenía invitados, por lo


que no tendría que estar muy "preparada" ni nada por el estilo. Cuando terminé
de bañarme sequé mi pelo y lo planche. Busqué entre la ropa algo cómodo. Unos
jeans negros y una blusa morada... busqué mis tacos negros casuales y me los
calcé. Después de un rato comencé a cocinar el pollo al horno con papas. Hacía
dos años que vivía en Canadá. La mayoría de mi familia vive en California y
difícilmente vienen a verme. Estaba en Canadá por cuestiones de estudio, estaba
en la universidad allí. La mayoría de mis amigas pasaban esta fecha con sus
familiares. Algo muy obvio, todos lo harían. ¿En cambio yo? no, la pasaría sola.
Quizá saldría a dar una vuelta...pero no. No haría nada fuera de lo normal. Como
todas las noches. Cuando estuvo listo el pollo me senté a comer. Comí
lentamente pensando en cada situación de mi vida. Nadie siquiera me había
llamado para desearme nada, ¿se habrían todos olvidado de mi? Recogí la comida
y el plato, los lave y fui directo al baño a cepillarme los dientes. Bajaba las
escaleras cuando escuché las campanas. Eran las 12.

-Feliz Navidad para ti Joan- me dije sarcásticamente. Dos segundos después, no


exagero, tocaron el timbre. Frunciendo el seño extrañada por saber quien tocaría
mi puerta en navidad abrí.

-Lo siento, mi avión se retraso y no pude llegar a tiempo- se detuvo para tomar
aire, estaba agitado- Feliz Navidad Joan- me entregó un ramo de Rosas rojas. Lo
miré a la cara. Justin. Mi mejor amigo de toda la vida. El también vivía en
California.

-Feliz navidad Justin- me acerqué y lo abracé lo más fuerte que pude. - Yo-yo no
esperaba tu visita- tartamudeé.

-Se suponía que era sorpresa...- explicó sonriente. Lo dejé pasar y me disculpé
por la falta de comida.- Tranquila...cené en el avión-

- No enserio lo siento- volví a repetir avergonzada.

-Ya... ¿No creerás que vine con las manos vacías o si?- levantó una de sus cejas y
sacó de su bolso una película.

-¿Noche de Pelis?

-Noche de lo que quieras- Claramente el se refería a las películas...o ¿no? preferí


no darle muchas vueltas al asunto. Me reí y nos dirigimos ambos hacía mi
habitación, la única sala que tenía DVD. Coloqué el DVD, el cual n sabía de que
trataba y me recosté en mi cama contra el respaldo. Vi a Justin vacilar.
-Acuéstate aquí, no muerdo- palmeé el espacio vacío a mi lado. Se acercó y se
recostó ahí. Conforme la película avanzaba me iba recostando más, y más en su
pecho. Debo admitir que estaba bastante nerviosa. La película se
puso...chocolatosa podría decirse y yo comencé a reírme.

-¿He? - preguntó Justin mirándome con sus ojos miel.

- Nada- contesté mirando sus ojos. Gran error, caí perdida en ellos. Siempre
había estado enamorada de Justin, desde el día en que lo conocí. Lo vi morderse
el labio inferior. Ahora o Nunca, pensé. Pasé mis brazos detrás de su cuello y lo
besé. Mis labios se acoplaban perfectamente a los suyos. Nuestros labios se
movían al compás de una música inexistente. De a poco fui entreabriendo más mi
boca y permití a su lengua examinar toda mi cavidad bucal. Ellas (las lenguas) se
encontraban en una lucha. Ninguna quería perder. Me volvía loca el sabor
embriagante de su boca. Empecé a respirar con dificultad, cuando el corrió su
boca y empezó a dejar húmedos y mullidos besos por mi barbilla, mi cuello...
Gemí una vez, y sentí la sonrisa de Justin en mi cuello. Volvió su cabeza a la
altura de mis ojos.

-Te amo- le confesé, a sabiendas de que sería algo de lo que me arrepentiría.

- Siempre te amé- contestó él. No me dio tiempo a responder ni a reaccionar que


volvió a chocar sus labios con los míos. Esta vez el beso estaba lleno de pasión.
Más rápido, más furioso. Traté de separarme un poquito.

-Nunca me lo dijiste- volví a caer en sus labios.

-Nunca- volvió a besarme- me lo - dejó un beso en mi mejilla.- preguntaste.- Y


me miró sonriente. Le devolví el gesto y volvimos a lo nuestro. Comencé a
desabrochar los botones de su camisa. No le importo, ya que no se opuso. Una
vez que la quieté pasó a ser decoración de la alfombra. Su manos jugaban con el
borde de mi blusa. Sus calientes manos se paseaban por mi abdomen haciendo
cosquillas. De a poco levantó la blusa y yo me corrí para que pudiera quitarla. Lo
miré a los ojos. Y le dí un asentimiento de cabeza. Sabía que iba a pasar, y no
me arrepentía. Si tenía que ser con alguien, definitivamente sería con Justin.

-Feliz navidad mi amor- dijo.

-La más feliz- lo volví a besar, y coloqué una mano en el botón de su pantalón. -
Feliz navidad mi amor.-

-La mejor- dijo el antes de volver a besarme.

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