Вы находитесь на странице: 1из 6

Cuatro principios del Dharma

La cultura védica nos enseña que una sociedad verdaderamente civilizada


tiene como base principios regulativos que toda persona debe seguir para
armonizar su vida durante su permanencia aquí en la Tierra; pues, el
cumplimiento de los estos principios regulativos equivale al desarrollo de
virtudes principales que constituyen los pilares fundamentales de toda
sociedad verdaderamente civilizada que son: la misericordia, la limpieza,
la austeridad y la veracidad.

• Misericordia
• Limpieza
• Austeridad
• Veracidad
• Conclusión

Misericordia

La misericordia es uno de los principales síntomas de un verdadero ser


humano. Sólo un auténtico humano al ser misericordioso puede ser el
bienhechor no únicamente de la sociedad humana, sino, también de los
animales y los vegetales. Él tratará con compasión e igualdad a todas las
entidades vivientes de tal forma que todas puedan lograr finalmente la
salvación de este cautiverio material. Por lo tanto no debemos ni matar a
ningún ser viviente ni fomentar esta actividad comprando los resultados
de esta violencia. De ninguna manera tenemos el derecho de impedir su
vida progresiva que lo lleva como a todas las entidades vivientes a
avanzar en su existencia evolutiva, transmigrando de un cuerpo a otro. Si
nosotros matamos a cualquier ser estamos deteniendo su progreso; pues
él, para poder ser promovido a otra especie de vida superior, tendrá que
regresar nuevamente a esa forma de vida, cuyo ciclo le faltó terminar
porque se vio abruptamente forzado a abandonarlo. Por tanto, el progreso
de ellos no debe detenerse por ningún motivo; y mucho menos por el
capricho egoísta de satisfacer la lengua. Y no solamente que el hombre
no debería comer alimentos de origen vegetal, sino que también, antes de
consumirlos debería ofrecerlos a la Suprema Personalidad de Dios como
una forma de agradecimiento.

En consecuencia, cualquier persona que esté implicada en la matanza de


animales anulará innecesariamente en sí misma la capacidad espiritual
más elevada que caracteriza a un verdadero ser humano que es su AMOR
Y COMPASIÓN hacia todas las criaturas vivientes como él; porque al
violar sus propios sentimientos se volverá insensible, cruel y violento,
degradando de esta forma sus mejores sentimientos, sus mejores
cualidades y sus mejores capacidades. Sin embargo; LA VERDADERA
CLEMENCIA estará mejor satisfecha, no precisamente al dirigirse a las
necesidades del cuerpo de otros, sino en regresarles a su eterna relación
con Dios. Los principios del Bhagavata-dharma (principios divinos de
liberación) son misericordiosos, y si los seguimos, desecharemos
automáticamente todos los tipos de falta de amabilidad; con su karma
(reacción) consecuente. Si seguimos estos códigos Védicos, actuaremos
en una plataforma real de misericordia para con todas las entidades
vivientes, pues todos somos almas eternas; y todos estamos destinados
a vivir por siempre en la energía plena de la dicha espiritual en servicio
amoroso a la Suprema Personalidad de Dios.

Limpieza

La limpieza es otra más de las características constitutivas de un


verdadero ser humano. Lo cual significa SER LIMPIO POR DENTRO Y
POR FUERA; así pues debe haber una verdadera limpieza del corazón, de
la mente, de la inteligencia, del lugar donde habitamos, donde trabajamos,
de nuestros tratos personales, ya sean familiares, amistosos o de
negocios, etc. ¡Todo debe ser LIMPIO!, de hecho, la limpieza del corazón y
de la mente es incluso aún más importante e imprescindible. Es aquí
donde entra con vigor la glorificación al Señor Supremo; pues nadie
puede limpiar el polvo acumulado en su corazón y en su mente sin
glorificar a Dios. Una civilización atea, así esté muy bien equipada
materialmente, no puede limpiar la mente ni el corazón ya que no
comprende de Dios; y, por esta simple razón, la gente de tal civilización
no puede tener buenas calificaciones ni buenos sentimientos; ni mucho
menos tener respeto por una de las funciones más delicadas y sagradas
de un verdadero ser humano, tal como son las relaciones sexuales.

A tal situación ha llegado que en los últimos años una gran ola de
promiscuidad sexual ha ocultado el gran sentido de agravio que
significan los tratos mundanos, desaseados, egoístas e indeseables que
afectan la vida íntegra de todo ser verdaderamente humano. De acuerdo
con los principios regulativos de una sociedad verdaderamente civilizada,
tal como lo es la Cultura Védica, un encuentro sexual debe ser realizado
solo y exclusivamente dentro del matrimonio y con el único fin de
procrear niños que serán educados con conciencia de Dios.

Si el sexo se practica en forma liberal trae como consecuencia la


enfermedad física, moral y espiritual. La capacidad mental disminuye y se
sufre de una obsesión constante por obtener un placer que nunca se
concreta, debido a que el ser humano no se satisface con el disfrute del
cuerpo, puesto que es mucho más que eso. Su conciencia y la necesidad
de su corazón no se satisfacen sólo con ese acto.

Se debe luchar entonces, contra los males de la relación liberal e ilícita


que trae como consecuencias el horrible aborto, tantas enfermedades
como el fatal SIDA, la legalización del divorcio, escenas de suicidio y
violencia, alcoholismo y drogadicción, la prematura disolución de las
familias (por los hijos jóvenes que practican sexo ilícito), la pornografía,
etc.

La limpieza de la conciencia o del espíritu nos ayuda a comprender que


en realidad no somos estos cuerpos y que podemos encontrar
satisfacciones mucho mayores en el desarrollo de la conciencia
espiritual.

Por consiguiente, impuro significa: actuar en contra de la voluntad de


Dios. Cualquier tipo de suciedad en nuestro corazón, mente o cuerpo nos
impedirá acercarnos a Dios.

Austeridad

Un verdadero ser humano NO actúa bajo las exigencias de sus propios


sentidos, forzándose a sí mismo en forma innecesaria a la intoxicación.
Cualquier persona que se intoxique con alcohol, droga o cualquier otro
estupefaciente perderá inevitablemente el control y el equilibrio mental, y
ridículamente se volverá un incoherente, un sentimental o una persona
violenta. No obstante, la sensatez de un verdadero ser humano va mucho
más allá del sereno equilibrio; él entiende perfectamente que su
verdadera posición trascendental es la de ser una pequeña parte o
porción del Divino Señor; a quien debe servir eternamente con amor y
devoción; y por lo tanto, no tiene la visión demente de que él es el centro
del universo o que la vida le ha sido destinada para su propio disfrute
sensual.

Tampoco se debe estar demasiado apegado a los miembros de la familia


sin antes inquirir acerca de la Verdad Absoluta. La excesiva complacencia
y afecto familiar disminuye el deseo de practicar austeridad que ayuda a
comprender el propósito de la vida.
De esta manera, un verdadero ser humano NO SE INTOXICA. Él no es
desproporcionado ni tampoco está anhelante por el placer material, pues
lo único que hace es reducir sus necesidades materiales al mínimo; y su
vida, por lo tanto, es un verdadero ejemplo de moderación, equilibrio y
cordura. Una persona que está esforzándose por liberarse de la
embriagante ilusión de este mundo material, que está luchando por
descubrir su verdadero Yo y que se dedica seriamente a su búsqueda
interna, no puede tener verdadera realización espiritual si se permite el
menor descuido en la satisfacción de sus apetitos más bajos e inferiores
con la intoxicación. Pues, por intoxicarse, el hombre pierde su capacidad
de hacer austeridad y su fuerza de voluntad.

Entonces, gracias a su austeridad un verdadero ser humano, mantendrá


su cuerpo y su mente equilibrados, lúcidos y sanos. De lo contrario le
será imposible tener acceso a verdades superiores.

Veracidad

Para ser veraz uno tiene primero que conocer la Verdad. Ser veraz no es
tan sólo el hecho de refrenarse a decir mentiras. La verdadera veracidad
empieza cuando uno acepta a Dios como la Suprema Verdad Absoluta, tal
como lo afirman las escrituras reveladas.

Las personas que buscan la Verdad Absoluta, quienes no están


satisfechas con la gratificación sensual material y la especulación mental
deben acercarse a autoridades genuinas, quienes ya han alcanzado la
Verdad Absoluta, con el fin de iniciar su comprensión espiritual a través
del proceso entregado por la sucesión discipular genuina. Una vez que
uno reconoce que Dios es la Verdad Absoluta hay una seria obligación
para distribuir ampliamente esta Verdad y así combatir la falsedad.
Porque hoy en día, la mayoría de personas, tratan de negar ciegamente el
hecho de que todo en este universo le pertenece a un Ser Superior o a un
Señor Supremo y que al mismo tiempo es controlado por Él.

Únicamente si una humanidad civilizada reconociera esta gran Verdad


podría lograr la tan añorada paz y prosperidad en este mundo. Pues
debido a la falta de este conocimiento básico, de que Dios es el Supremo
dueño de todo cuanto existe, es que el hombre viola las leyes universales
de Dios y de la naturaleza cayendo luego en grandes sufrimientos.

El conocimiento de la Verdad nos hace libres. El concepto del cuerpo


como si fuera el ser es totalmente falso y uno lo puede comprobar ante la
muerte de cualquier entidad viviente; pues aún cuando presenciamos su
cuerpo, sentimos que ella de alguna u otra forma se ha ido. Por lo tanto,
el cuerpo no es el verdadero ser; sino tan sólo un vehículo que transporta
al alma espiritual y eterna, tal como un vehículo que transporta a su
conductor. De modo que el alma es nuestro verdadero ser. Y esta vida en
el mundo actual, donde se sufre todos los cambios de nacimiento,
enfermedad, vejez y muerte, no es la verdadera existencia del alma eterna.
Nosotros estamos destinados a un mundo superior y divino, espiritual y
absoluto. En realidad, mientras un verdadero ser humano invierta sus
energías en lo que es eterno, siempre estará cuerdo.

Srila Prabhupada decía que si nosotros somos eternos, ¿por qué,


tendríamos entonces, que interesarnos por cosas temporales? Debemos
entender el significado de Verdadera Realidad. Realidad significa
existencia que no puede desaparecer... Realidad significa Eternidad... Esa
es la Verdadera Realidad... Así es que estamos perdiendo el tiempo
tratando de escudriñar los misterios de esta existencia material que es
temporal, en vez de entregarse de lleno a la conciencia de Dios.

Srila Atulananda Acharya dice: “Hemos olvidado que la meta de la vida


humana es despertar amor por Dios, purificar el corazón y crear un
ambiente de paz, sabiduría y hermandad”. Es doloroso ver cómo incluso
los niños y jóvenes pierden su valioso tiempo en los video juegos,
echando una moneda tras otra, fumando, etc., en un ambiente estridente
saturado de pasión y tendencias violentas. Desde pequeños ya son
educados para buscar satisfacción en una máquina y en los objetos que
complacen los sentidos; pero muy rara vez se les incentiva a conocer
algo acerca de la naturaleza espiritual que los constituye. De esta manera
olvidan por completo su fortuna y riqueza por el sólo hecho de tener un
cuerpo humano y por tener la posibilidad de desarrollar su conciencia
espiritual, que culmina en una vida de éxtasis, de paz y felicidad. Olvidan
por completo que Dios está en sus corazones, como un amigo
bienqueriente dispuesto a dar todo tipo de bendiciones, de alivio y
perfección.

Y por supuesto que ser veraz también significa “decir la verdad” siendo
muy honesto.

Conclusión

De los cuatro principios regulativos de una sociedad verdaderamente


civilizada, tales como: La misericordia, la limpieza, la austeridad y la
veracidad; sólo la veracidad permanece en esta era. Esto significa que
aunque las personas estén viviendo en la actualidad de una forma
hedonista y pecaminosa, aún queda en nuestra época un deseo de
escuchar acerca de la verdad, acerca de Dios.

Así, de cualquiera de estas cualidades que un hombre desarrolle el


milagro será que todas ellas aparecerán muy pronto en todas sus
actividades y gradualmente aumentarán más y más como la luna
creciente. Y el hombre, por fin será verdaderamente misericordioso,
limpio, austero y veraz y se elevará a un estado de conciencia Superior en
donde podrá comprender la perfección última de la vida que es el amor
puro por Dios.

“Cuando estos cuatro principios están ausentes, la sociedad se derrumba


y entra en estado de caos.”

Swami B.A. Paramadvaiti

MIRA ESTAS MARAVILLOSAS SABIDURIAS VEDICAS ¡EN VIDEO!


http://www.sabiduriavedica.org/

Вам также может понравиться