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Tema 9
EL RENACIMIENTO FUERA DE ITALIA
LA PINTURA FLAMENCA
Características
Durante el siglo XV nórdicos e italianos y flamencos marcharán paralelos en sus problemas y
soluciones artísticas, pero los flamencos, terminando el gran proceso medieval iniciado por los
artistas góticos, harán un arte caracterizado por:
Observar respetuosamente el mundo visible y la naturaleza íntegramente considerada:
hombres, vegetación, animales, paisaje, atmósfera.
Tomando al hombre, no como ideal reducible a un modelo perfecto, sino como un ser
humano concreto en su variedad existencial.
Interesándose, visualmente, por los objetos y cosas del entorno humano, y no solo en su
forma, sino en la calidad visual que expresan su materia y su sustancia.
La pintura será observación, apariencia visual detallada hasta el infinito y fascinación por la
magia de la realidad visual del mundo.
En cuanto a la temática, destacan los temas religiosos y los retratos.
Los cuadros son escenas en escala diminuta donde todo está detallado con escrupulosa
verosimilitud gracias a la utilización de la pintura al oleo.
Se atribuye a los hermanos van Eyck el invento de la técnica del óleo, pero ellos sólo la
perfeccionaron. Aparentemente nace por el descontento de los flamencos con el aspecto de las
superficies pictóricas al temple que, a pesar del barniz de protección, dejaba a las obras mates y
secas. En lugar de yema de huevo usaron como medio un aceite muy refinado, comenzando con
linaza o aceite de nuez que había sido fundido con resina dura, semejante al ámbar, disolviéndose
luego con aceite de romero o espliego. Sobre la tabla cubierta con escayola pulida como porcelana
fina, el pintor trazaba sus formas y efectos de luz con una brocha mojada en un color, normalmente
gris. Sobre esta base aplicaba sus colores suspendidos en aceite. Las capas finales estaban vidriadas,
esto es, soluciones de aceite y trementina mezcladas con color para dar un efecto transparente o
translúcido (veladuras). Los barnices finales estaban mezclados con color, de manera que las capas
anteriores se ven a su través como un vidrio coloreado. Con todo ello se lograba no sólo
profundidad y resonancia del color, sino también unos efectos de sombra y media luz inalcanzables
al temple.
Políptico de la adoración del Cordero Místico que simboliza el ciclo completo de la Salvación y
el triunfo de la Iglesia.
El Descendimiento. Pintado para el gremio de los ballesteros de Lovaina, causó tal impresión a
Felipe II que le fue regalado por Maria de Hungría, gobernadora de Flandes. Estuvo en el
Escorial y actualmente en el Museo del Prado. Se ha calificado siempre como un retablo esculpido,
lo que consigue al destacar las figuras sobre un fondo de oro. La composición es cerrada pues
todas las figuras se vuelven hacia el centro y están
encorvadas, insinuando una elipse. La composición es
por completo simbólica: la Cruz está situada encima del
sepulcro. Renunciando a las sombras luminosas, su
linealidad y su luz despiadada nos muestra cada arruga,
pelo o arruga. El sufrimiento de los personajes es muy
acusado y el dramatismo esta perfectamente expresado
en la figura de la Virgen, desmayada y con rostro cerúleo
cuya postura ahonda la curva del cuerpo de Cristo. Los
pliegues, tal vez su invento más duradero, ayudan a
establecer la máxima emoción dentro de la tragedia.
El Jardín de las Delicias: (Obra PAU) El tríptico cerrado y abierto es una alegoría completa del
origen y fin del mundo: cerrado muestra una de las primeras
escenas del Génesis, la creación del mundo vegetal, origen de
la vida; por el contrario, abierto enseña la Creación completa
en la puerta izquierda, el Infierno en la derecha, y en el centro
las más variadas formas de la sensualidad, que
presumiblemente conforman la vida terrenal.
Leído de principio al fin, narra la historia de la caída del género
humano, sin posibilidad de redención, puesto que no existen las
figuras divinas de Cristo o María, ni tampoco la elección de los
benditos para vivir en la gracia de Dios tras el Juicio Final. El
mundo, los mundos que presenta el Bosco no tienen nada que ver
con la realidad, ni con la comprensión humana. Es uno de los
primeros genios de la historia del arte que introduce en sus
imágenes el componente onírico que supera la realidad consciente.
La fantasía, el humor, la crítica saturan esta imagen cruda del ser
humano, que se precipita en el infierno con cada uno de sus actos.
El Bosco puebla sus paisajes con monstruos, plantas antropomorfas, objetos imposibles. El ser
humano, desnudo ante sus actos, es poco más que un gusano diminuto pululando entre ambientes
misteriosos. Las encarnaciones de la sensualidad son deslumbrantes por su variedad: la música, el
amor, el juego, la bebida, incluso el aprendizaje y el conocimiento. En el infierno, el sueño-pesadilla
se disloca: orejas de las que emergen cuchillos, demonios con bocas dentadas en el vientre, escaleras
que no llevan a ningún sitio y, entre todo ello, los cuerpos de los pecadores que están siendo
despedazados por los demonios y sus máquinas infernales.
La técnica minuciosa de El Bosco está directamente relacionada con la pintura de su época y los
avances con el óleo. Pero su forma de componer y situar las figuras en el espacio, así como su
interpretación de un tema clásico de la pintura religiosa, no tienen nada en común con los otros
pintores de su entorno. Se ha tratado de justificar esta particular iconografía a través de la
enseñanza de una secta herética del momento, llamada "del libre espíritu", aunque no está aclarada
la pertenencia de El Bosco a la misma. Podría haber entresacado los motivos directamente de textos
escolásticos, concretamente de los comentarios de San Agustín y San Gregorio a pasajes del
Antiguo Testamento. El sobrenombre de "La pintura del madroño" es de origen español: tras la
compra de Felipe II el cuadro es
entregado al supervisor de El Escorial
quien dice textualmente al inscribirlo
en los registros palaciegos: "la otra
tabla, de la gloria vana y breve gusto
de la fresa o madroño y su olorcillo
que apenas se siente cuando ya es
pasado, es la cosa más ingeniosa y de
mayor artificio que se pueda
imaginar", ya que efectivamente
apreciamos la imagen de unas fresas o
madroños en el primer término de la
tabla central. El tríptico se mantuvo
en El Escorial hasta su traslado en
1939 al Museo del Prado.
Teniendo en cuenta que el Renacimiento está ligado a un mayor conocimiento e interés por la
naturaleza, al impulso cultural (humanismo), al desarrollo científico y técnico, al auge del
capitalismo comercial y al desarrollo de la burguesía, podemos afirmar que en España no hubo una
auténtico Renacimiento, o si lo hubo, fue bastante original dado que la estructura política,
económica, social y religiosa era especial. Al analizar el Renacimiento español hay que tener en
cuenta los siguientes factores:
El enorme poder del Estado (autoritarismo real) que abarcaba inmensos territorios.
Una burguesía comerciante escasa (más significativa en el reino de Aragón que en el de
Castilla)
La cultura ligada a la Iglesia. El Humanismo está limitado a la Universidad de Alcalá.
El gran poder de la nobleza.
La diversidad racial y religiosa (judíos, musulmanes y cristianos).
Una clase campesina muy numerosa que para huir de la miseria y el hambre se refugia en el
ejército y la emigración a América.
Las formas renacentistas, en un país muy ligado al gótico, se introducen tardíamente (siglo
XVI) y a través del contacto con Italia y Flandes, siendo el reino de Castilla (Salamanca,
Toledo, Sevilla y Granada) el más receptivo.
ARQUITECTURA
En arquitectura los dos primeros tercios del siglo estuvieron ocupados por el denominado
estilo plateresco, que será desplazado en las últimas décadas por un estilo más sobrio y depurado,
el estilo herreriano.
No solamente es el edificio de mayores proporciones del arte español sino también la obra que
mejor atestigua la capacidad técnica,
administrativa y económica del Imperio
para obtener granito de los montes
próximos; mármoles y jaspes de Tortosa y
Vizcaya; maderas de ébano, palo santo,
caoba de África y América; pizarra y plomo
de Flandes; bronce dorado de Milán, etc.
La iglesia tiene 206 metros de fachada por 161 de fondo y sigue el esquema de Bramante y Miguel
Ángel para el Vaticano, aunque resulta más fría.
De planta de cruz griega inscrita en un cuadrado, la cúpula, en el centro, domina todo el conjunto.
Bóvedas de cañón en los brazos. Pilastras de orden gigante alcanzan al arranque de la bóveda. El
coro y el presbiterio están situados más elevados que el resto. A los lados de este se encuentran los
monumentos funerarios de Carlos I y Felipe II , como estatuas orantes en bronce, ejecutadas por
los Leoni. Debajo del presbiterio se situó el Panteón Real en un supremo acto de humildad.
La fachada, constituida por seis media columna dóricas que terminan en seis gigantescas estatuas de
Reyes, avanza magnífica sobre el patio interior, que sirve de vestíbulo.
Junto a la iglesia, el Patio de los Evangelistas (claustro), es obra de Juan Bautista de Toledo, y está
lleno de armonía y simplicidad.
En el exterior destaca la horizontalidad subrayada por las impostas corridas que separan los pisos de
la fachada, así como la falta de ornamentación. El edifico es un juego de horizontales y verticales,
de espacios vacíos y bloques de granito sobre los que resbala la luz suavemente. Se combina la
grandiosidad con la simplicidad en consonancia con el paisaje que le rodea:
Tienen una gran trascendencia sus portadas, de las que arrancan las modalidades barrocas
que constan de dos cuerpos que se superponen y un frontón que llega hasta el tejado.
El cuerpo bajo de ocho medias columnas dóricas.
El cuerpo superior de cuatro medias columnas jónicas.
Nichos y ventanas con fines únicamente decorativos.
Puerta adintelada y presidida por la estatua de San Lorenzo.
Pirámides con bolas evitan la excesiva sequedad del conjunto.
Es el genio extranjero en el gris panorama de la pintura española del siglo XVI. Nacido en
Creta, en 1560 llega a Venecia donde conoce a los pintores manieristas de la escuela de dicha
ciudad. En 1570 se encuentra en Roma precedido de un justo renombre y permanecerá allí hasta
1575, año en que embarca para España. En Toledo vivirá hasta su muerte.
Influencia italiana: será en Venecia primero y en Roma más tarde, donde se transforme y
configure su arte al contacto con los grandes artistas del momento.
De Tiziano: aprende el uso de la pintura tonal a base de efectos
luminosos; el dramatismo en los esquemas mediante una perfecta unión
de tema y composición; volumen y movimiento de los cuerpos y el valor
expresivo de la pincelada.
De Veronés: el uso de colores ácidos (verdes, amarillos).
De Tintoretto: el uso de los escorzos y la construcción de algunos
espacios.
De Bassano: el interés por el retrato y el uso del claroscuro.
De Miguel Ángel: las figuras vigorosas y las actitudes manieristas. Hay
datos en los que el Greco manifiesta su admiración por el dibujo y su
desprecio por su pintura, siendo esta una de las posibles causas de su
marcha de Roma.
En este periodo sus composiciones suelen ser confusas, en las que lucha contra su formación
bizantina y el deseo de alcanzar el equilibrio renacentista. Pero simultáneamente se conquista la
maestría como retratista. Obras de esta época son: La expulsión de los mercaderes del templo, El soplón o
el Retrato de Julio Clovio.
A partir del Entierro del Señor de Orgaz su pintura es cada vez más personal, fulgurante de luz y de
reflejos, con una técnica deshecha e impresionista, figuras espiritualmente distorsionadas, escorzos
imposibles. De esta época son: El Bautismo de Jesús, La Anunciación y el Laoconte.
También hay que destacar sus series iconográficas: pintura de caballete de episodios evangélicos o
santos en oración o rapto místico, en los que crea un esquema iconográfico que repite pero con
diferentes facturas. Ejemplo de ello es El Apostolado. Y los retratos: ya que es uno de los más
grandes de todos los tiempos no tanto por la potencia de líneas o tonos como por haber sabido dar
vida a sus retratados al arrancarles su personal sentido espiritual. Los retratos van desde la más
suprema sencillez a la opulencia del color. El caballero de la mano en el pecho.