El período protoalfabético. Es el acceso infantil a la
habilidad de la lectura y está estrechamente vinculado con su capacidad en la lengua oral. Barron (1992)
Los dos predictores más potentes en lo relacionado con la
adquisición de la lectura son: Las capacidades fonológicas del niño
Su habilidad para reconocer las letras
La mayor influencia sobre el desarrollo de estas capacidades consistía en leer al niño en voz alta. En el terreno fonológico, la lectura introduce la rima, la aliteración y la segmentación del sonido: el niño comienza a comprender que las palabras están compuestas por unidades fonológicas. Bradley y Bryant (1983) han mostrado que dicho conocimiento es un potente predictor de la lectura precoz. Los niños a los que se les lee, desarrollan vocabularios más extensos. Las experiencias de lectura más tempranas, tienen lugar cuando el niño pasa de escuchar a los demás a realizar intentos de leer por su cuenta los textos escritos. Estas conjeturas constituyen la base comprensión inicial del niño, entre lo escrito y el significado. Los primeros escritos de los niños, reflejan lo que escuchan o no escuchan en el discurso. Ej. Las consonantes nasales son difíciles de detectar en el habla y se omiten con frecuencia en las palabras inventadas por los niños. Habilidades fonológicas. Durante el período protoalfabético, surge la conciencia fonológica, como un conjunto de habilidades diversas. La capacidad para segmentar sílabas se adquiere seguida de un nivel intermedio, donde se aprende el comienzo, seguidos de una última capacidad consistente en segmentar los fonemas individuales. Vallutino y Scanlon (1987), mostraron que el entrenamiento en segmentación puede mejorar el proceso de adquisición de la lectura en lectores jóvenes con incapacidades.