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 Métodos de visualización del cerebro humano in vivo.

Rayos X de contraste

Las técnicas de rayos X de contraste implican inyectar en uno de los


compartimientos del cuerpo una sustancia que absorbe los rayos X, ya sea menos o
más que en el tejido circundante. La sustancia inyectada refuerza entonces el
contraste entre el compartimiento y el tejido circundante durante la radiografía.

Una técnica de rayos X de contraste, la angiografía cerebral, se vale de la


infusión de un tinte radio opaco en una arteria cerebral para poder observar el
sistema circulatorio cerebral mientras se hace una radiografía. Los angiogramas
cerebrales son principalmente útiles para localizar lesiones vasculares, pero el
desplazamiento de los vasos sanguíneos de su posición normal también puede
indicar la presencia de un tumor.

Tomografía computarizada de rayos X

La tomografía axial computarizada (TAC) es un procedimiento asistido por


ordenador que puede emplearse para visualizar el encéfalo y otras estructuras
internas del organismo vivo. Mientras se hace la tomografía cerebral computarizada,
el paciente neurológico permanece tendido con la cabeza colocada en el centro de
un gran cilindro. En un lado del cilindro hay un tubo de rayos X que proyecta un haz
de estos rayos a través de la cabeza hacia un detector de rayos X, situado en el lado
opuesto. El tubo y el detector de rayos X giran automáticamente alrededor de la
cabeza del paciente, a un nivel determinado del encéfalo, tomando muchas
radiografías por separado a medida que giran. La escasa información que contiene
cada una de las radiografías se combinan mediante un ordenador para conseguir
una exploración por TAC. Seguidamente, el tubo y el detector de rayos X se
desplazan a lo largo del eje del cuerpo del paciente hasta otro nivel del encéfalo, y
se repite el proceso.

Resonancia Magnética Nuclear

La resonancia magnética nuclear (RMN) [o resonancia magnética –RM-], es un


procedimiento mediante el cual se construyen imágenes de alta resolución
basándose en la medida de las ondas que emiten los átomos de hidrógeno al ser
activados por ondas de radiofrecuencia en un campo magnético. La RMN
proporciona imágenes del cerebro de mayor precisión que la TAC.

Además de ofrecer una relativamente alta resolución espacial (capacidad de


detectar diferencias de localización espacial), la resonancia magnética produce
imágenes en tres dimensiones.

Tomografía por emisión de positrones

La tomografía por emisión de positrones (TEP) es una técnica de neuroimagen


que se ha utilizado mucho en las investigaciones biopsicológicas porque proporciona
imágenes de la actividad cerebral, más que de su estructura. En una de las
modalidades más frecuentes de la TEP se inyecta 2-desoxiglucosa (2-DG)
radioactiva en la arteria carótida del paciente (una arteria del cuello que irriga el
hemisferio cerebral homolateral). Dada su semejanza con la glucosa, principal
carburante del cerebro, la 2-desoxiglucosa es absorbida rápidamente por las
neuronas activas (las que están consumiendo energía). Sin embargo, a diferencia de
la glucosa, la 2-desoxiglucosa no puede ser metabolizada: se acumula en las
neuronas activas hasta que es degradada gradualmente. Cada exploración por TEP
es una imagen de los niveles de radioactividad de diversas partes del encéfalo, a un
nivel horizontal. Por lo general, se exploran varios niveles distintos del encéfalo con
el fin de poder determinar mejor el alcance de la actividad cerebral.

Resonancia Magnética Funcional

Las técnicas tradicionales de resonancia magnética funcional (RMf)


proporcionan imágenes del aumento del aporte de oxígeno en sangre a las regiones
activas del encéfalo.

LA RMf presenta cuatro ventajas sobre la TEP:

1. No ha de inyectársele algo al sujeto.

2. Ofrece información tanto estructural como funcional, todo en la misma


imagen.

3. Su resolución espacial es mejor.

4. Se puede emplear para obtener imágenes tridimensionales de la actividad de


todo el encéfalo.

Magnetoencefalografía

Otra técnica que se emplea para verificar la actividad cerebral de sujetos humanos
es la magnetoencefalografía (MEG). La MEG mide cambios en los campos
magnéticos sobre la superficie del cuero cabelludo, cambios que están producidos
por los cambios en las pautas subyacentes de actividad neural. Su principal ventaja
sobre la RMf es la resolución temporal: puede registrar rápidos cambios de la
actividad nerviosa.

 Registro de la actividad psicofisiológica humana.

Son los métodos para registrar sobre la superficie del cuerpo humano la
actividad fisiológica.

Electroencefalografía de superficie

El electroencefalograma (EEG) es una medida de la actividad eléctrica global del


encéfalo. Se registra mediante macroelectrodos y utilizando un aparato llamado
electroencefalógrafo (máquina de EEG), con una técnica que se denomina
electroencefalografía. En los estudios de EEG con sujetos humanos cada canal de
actividad EEG por lo general se obtiene mediante electrodos con forma de disco, de
un tamaño aproximado a la mitad de una moneda, que se pegan sobre el cuero
cabelludo. La señal de EEG que se registra refleja la suma de los sucesos eléctricos
en toda la cabeza. Estos sucesos incluyen potenciales de acción y potenciales
postsinápticos, así como las señales eléctricas procedentes de la piel, los músculos,
la sangre y los ojos. Así pues, la utilidad del EEG no reside en que pueda
proporcionar una visión clara de la actividad nerviosa. Su valor como herramienta
de investigación y diagnóstico se fundamenta en el hecho de que algunos tipos de
ondas EEG se asocian con estados determinados de consciencia o con formas
determinadas de patología cerebral. Puesto que las señales EEG disminuyen de
amplitud a medida que se difunden desde su punto de origen, comparar las señales
registradas en diversos puntos del cuero cabelludo puede a veces indicar de dónde
proceden un tipo determinado de ondas. Esta es la razón por la cual se suele
registrar simultáneamente la actividad EEG en diversos puntos.

A menudo, a los psicofisiólogos les interesan más las ondas EEG asociadas con
ciertas circunstancias psicológicas que en la señal EEG de fondo. Estas ondas EEG
asociadas se suelen designar potenciales provocados. Un tipo de potencial
provocado que se ha estudiado con frecuencia es el potencial provocado
sensorial –cambio en la señal EEG cortical inducido por la presentación
momentánea de un estímulo sensorial-. El EGG cortical que sigue a un estímulo
sensorial consta de dos componentes: la respuesta al estímulo (la señal) y la
actividad EEG de fondo en curso (el ruido). La señal es la parte de todo registro que
interesa. El problema al registrar potenciales provocados sensoriales es que el ruido
de la actividad EEG de fondo suele ser tan intenso que enmascara dicho potencial.

Uno de los métodos que se emplean para reducir el ruido de la actividad EEG de
fondo es calcular el promedio de la señal. Primero se registra muchas veces la
respuesta del sujeto a un estímulo. Luego el ordenador determina el valor en
milivoltios de cada uno de los registros en su punto de inicio y calcula el promedio
de esos valores. A continuación considera el valor de cada uno de cada uno de los
registros (por ejemplo, un milisegundo -ms- después del inicio), y calcula el
promedio de dichos valores. Se repite el proceso en el punto que corresponde a los
2ms, 3ms, 4ms, y así sucesivamente. Cuando se registran en una gráfica estos
valores medios, el promedio de la respuesta provocada por el estímulo resulta más
evidente, ya que la actividad EEG de fondo aleatoria ha sido anulada al promediarse
la señal. El análisis de los potenciales provocados promediados (PPPs) se centra en
las diversas ondas de la señal promediada. Cada onda se caracteriza por su
dirección, positiva o negativa, y por su latencia.

Tensión muscular

La electromiografía es el procedimiento habitual para medir la tensión muscular.


EL registro obtenido se llama electromiograma (EMG). La actividad EMG se registra
habitualmente midiendo el potencial entre dos electrodos que se pegan a la
superficie de la piel sobre el músculo que interesa estudiar.

Movimientos oculares
La técnica electrofisiológica empleada para registrar los movimientos oculares se
denomina electrooculografía, y el registro resultante, electrooculograma (EOG).
La electrooculografía se basa en el hecho de que existe una diferencia de potencial
constante entre la parte delantera (positiva) y la trasera (negativa) del globo ocular.
A causa de este potencial constante, cuando el ojo se mueve puede registrarse un
cambio en el potencial eléctrico entre electrodos que se colocan en torno al ojo. Lo
habitual es registra la actividad EOG mediante dos electrodos situados a cada lado
del ojo para medir los movimientos oculares horizontales, y dos electrodos
colocados encima y por debajo del ojo para medir los movimientos oculares
verticales.

Conductibilidad de la piel

Los pensamientos y las experiencias emocionales se asocian con un incremento de


la capacidad de la piel para conducir electricidad. Los dos índices de la actividad
electrodérmica más utilizados son el nivel de conductibilidad de la piel (NCP) y
la respuesta de conductibilidad de la piel (RCP). El NCP es una medida del
nivel básico de conductibilidad de la piel que se asocia a una situación concreta,
mientras que el RCP es una medida de los cambios transitorios de la conductibilidad
de la piel que se asocian a experiencias determinadas. Las bases fisiológicas de los
cambios de la conductibilidad de la piel no se conocen por completo, pero existen
pruebas que implican a las glándulas sudoríparas. Aunque la principal función de
estas glándulas es enfriar el cuerpo, tienden a activarse en caso de emoción.

Actividad cardiovascular

La relación que existe entre la actividad cardiovascular y la emoción. El sistema


cardiovascular consta de dos componentes: los vasos sanguíneos y el corazón. Se
trata de un sistema de distribución de oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo,
de retirada de desechos metabólicos y de transmisión de mensajes químicos.
Habitualmente, en las investigaciones psicofisiológicas se utilizan tres medidas
distintas de la actividad cardiovascular: la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y
la volemia local.

Frecuencia cardíaca

La señal eléctrica que se asocia a cada latido cardíaco puede registrarse por medio
de electrodos colocados sobre el pecho. El registro se conoce como
electrocardiograma (ECG). El valor medio de la frecuencia cardíaca de un adulto
sano en estado de reposo se sitúa en torno a 70 pulsaciones por minuto, pero puede
aumentar, por ejemplo, ante el sonido, o la evocación, del sonido del torno del
dentista.

Tensión arterial

Para determinar la tensión arterial se requieren dos medidas independientes: una


del pico máximo de tensión durante los períodos de contracción cardiaca, las
sístoles; y otra de la tensión mínima durante los períodos de relajación, las diástoles.
La tensión arterial se suele expresar, en milímetros de mercurio (mmHg), como la
proporción entre la tensión arterial sistólica y la diastólica. La tensión arterial normal
de un adulto en reposo se sitúa en torno a 137/70 mmHg. El esfigmomanómetro -un
rudimentario aparato que se compone de una faja envolvente, una pera de goma
para inflarla y un manómetro para medir la presión en el interior de la faja- es el
instrumento con el que se mide la presión.

Volemia

Los cambios de volemia (volumen sanguíneo) en determinadas partes del cuerpo se


asocian con sucesos psicológicos. El ejemplo más conocido de tales cambios es el
de la congestión de los genitales, asociada a la excitación sexual, tanto en varones
como en hembras. El término pletismografia se refiere a diversas técnicas para
medir los cambios de volemia en una determinada parte del cuerpo.

Uno de los métodos para medir estos cambios consiste en registrar el volumen del
tejido que se va a estudiar rodeándolo con un calibrador, o cinta métrica, que pueda
estirarse. Aunque, este método es útil para medir el flujo sanguíneo de los dedos o
de órganos de forma semejante, las posibilidades de emplearlo son bastantes
limitadas. Otro método pletismográfico consiste en atravesar el tejido que se va a
estudiar con una luz y medir la cantidad de luz que absorbe. Cuanta mayor sea la
cantidad de sangre que contenga una estructura, mayor será la cantidad de luz que
absorba.

REFERENCIA

 Pinel, J. J. P. (2007) Biopsicología. Pearson Educación. España.

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