Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
El Estatuto de Roma en su Art. 1 establece que la Corte Penal Internacional (CPI) ésta
facultada para ejercer jurisdicción sobre los crímenes más graves de trascendencia
internacional y que tendrá carácter complementario de las jurisdicciones penales
nacionales.
Los estados tienen la obligación primaria de enjuiciar por los crímenes internacionales
cubiertos por el Estatuto de Roma. Sin embargo, con mucha frecuencia no han cumplido
con esta obligación, permitiendo que quienes cometen genocidio, crímenes de guerra o
crímenes de lesa humanidad burlen la justicia totalmente. El fracaso de los estados en
juzgar y sancionar a los culpables de estos crímenes, fue la fuerza motivad ora para la
creación de la Corte Penal Internacional (CPI). Por lo tanto, el Estatuto de Roma le da a
la Corte jurisdicción sobre estos crímenes cuando los estados no pueden o no quieren
actuar. El principio de complementariedad protege la soberanía jurisdiccional de los
estados partes y libera a la CPI de sobrecarga de casos.
El artículo 17 del Estatuto señala que un caso será inadmisible ante la CPI: a) Si ya está
siendo investigado o enjuiciado por un estado que tenga jurisdicción sobre el mismo; b)
Si el asunto ha sido investigado por un estado que tenga jurisdicción y el estado ha
decidido no enjuiciar a la persona en cuestión; c) Si la persona ha sido ya enjuiciada por
la misma conducta; y, d) Si el asunto no es de gravedad suficiente.
Sin embargo, la CPI puede encontrar que el caso es admisible si el estado que ejerza su
jurisdicción no está dispuesto o no puede realmente llevar a cabo la investigación o
enjuiciamiento o si la decisión de no iniciar juicio resultó de su falta de voluntad o
incapacidad de iniciar juicio.
Es importante señalar que la Corte se obliga a evaluar la posible falta de voluntad de los
sistemas nacionales de llevar a cabo procesos genuinos partiendo de criterios muy
estrictos. De ninguna manera puede hablarse de una Corte que arbitrariamente decida
que existe falta de voluntad por parte de un Estado.
Los procesos judiciales en cuestión deben ser conducidos de acuerdo a las normas de
debido proceso reconocidas por el derecho internacional. Si la Corte decidiera en un
caso concreto la falta de voluntad de un estado, tendría que demostrarlo, sustentándose
en normas tales como las contenidas en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, por ejemplo.
Los estados deben ser conscientes de que ciertas normas de procedimiento o de prueba,
que efectivamente impiden la debida investigación y enjuiciamiento de ciertos
crímenes, pueden conducir a que la CPI determine que el estado "no tiene la voluntad"
de entrar en acción.
El artículo 17, párrafo (3) fija el criterio para determinar la "incapacidad." Establece
que, para determinar la incapacidad de un estado de iniciar juicio en un caso particular,
la CPI "examinará si el Estado, debido al colapso total o sustancial de su administración
nacional de justicia, no puede hacer comparecer al acusado, no dispone de las pruebas y
los testimonios necesarios o no está por otras razones en condiciones de llevar a cabo el
juicio".
Una de las razones podría ser, que el Estado respectivo no pueda ejercer su jurisdicción
porque no tiene incorporados los crímenes previstos en el Estatuto en su legislación
nacional. En una situación así, la Corte podría sin lugar a dudas declarase competente
para conocer el caso.
Bajo el principio de complementariedad, los estados partes que tienen la debida base
legal para enjuiciar crímenes de competencia de la CPI podrán ejercer su jurisdicción
nacional sobre los nacionales en lugar de tener que entregarlos a la CPI.
Para poder cumplir con sus objetivos, y dado que la CPI no puede juzgar en ausencia,
no cuenta con un cuerpo policial propio, ni con centros penitenciarios, requiere de la
cooperación de los Estados en estos aspectos, lo que resulta esencial para sus fines.
El artículo 59.1 del Estatuto dispone que los Estados Partes cumplirán de inmediato
toda solicitud de detención y entrega formulada por la CPI contra un acusado que se
encuentre en su territorio. La Corte debe ayudar a los Estados a localizar al acusado
incluyendo en su solicitud la orden de detención, información que permita identificarlo
y los documentos necesarios para cumplir los requisitos nacionales del proceso de
entrega del país en cuestión. En virtud de los párrafos 2 y 7 del artículo 59, los
tribunales nacionales deben garantizar que se respetan los derechos del acusado y
entregar a éste tan pronto como sea posible.
El Estatuto prevé además, el tránsito de la persona entregada por otro país, el aterrizaje
forzoso y la detención provisional, para lo cual los estados deberían contar en sus
ordenamientos internos con los procedimientos adecuados a estas situaciones.
Como puede apreciarse, Los Estados parte, al haber ratificado el Estatuto de Roma
asumieron la responsabilidad de atender todas las solicitudes de cooperación formuladas
por la CPI asegurándose que en su derecho interno existan procedimientos aplicables a
todas las formas de Cooperación, como lo manda expresamente el Art. 88 del Estatuto.
EJEMPLOS:
El 2 de Agosto de 2002, el Congreso Estadounidense aprobó la acta: American
Servicemembers' Protection Act la cual prohíbe la extradición de cualquier persona
relacionada con el gobierno o una de sus agencias y hasta de los civiles a la Corte Penal
Internacional junto a la prohibición de los agentes del Tribunal a realizar
investigaciones dentro del territorio Estadounidense y la suspensión de ayuda militar a
los países que formen parte en la Corte.
De una forma bastante hipócrita, apoyan el proceso de este mismo tribunal en el caso de
Darfur, Sudán, lo cual crea una vez más una situación de injusticia dentro del Derecho
Internacional en el cual la voluntad de los más fuertes siempre prima y se obliga a los
Estados menos prominentes a acatarse a las normas internacionales bajo amenaza de
pena mientras que los primeros infractores de aquel son los que se rehúsan a reconocer
estas mismas normas.
Este es el caso del inciso segundo del artículo 20 que habla sobre la inviolabilidad de la
persona, el numeral primero del artículo 21 que menciona el derecho del sospechoso de
un delito a notificar a sus más allegados su privación de libertad, el artículo 26
(inviolabilidad de la vida privada o familiar), párrafos 1 y 2 del artículo 32
(inviolabilidad de la propiedad), artículo 33 (inviolabilidad del domicilio, bienes
muebles e inmuebles o lugar de trabajo), artículo 34 (libertad de circulación),
artículo 35 (derecho a salir de Estonia), artículo 43 (confidencialidad de la
correspondencia), artículo 44 (obtención de información de las instituciones públicas),
artículo 45 (libertad de expresión), artículo 47 (derecho de reunión), artículo 48
(derecho de asociación).
Comentario:
Es por ello, que la legislación social de Estonia recogida en esta Constitución es de gran
importancia para el restablecimiento de una “igualdad económica” y con ello se trata de
hacer una justicia compensatoria a favor de los que menos tienen en la vida social; es
decir: los trabajadores, los campesinos, los inquilinos, los consumidores, los niños, los
ancianos, etc., destinada a mejorar la suerte de los postergados.
En materia laboral, el Estado de Estonia no sólo que no guarda neutralidad, sino que ha
tomado decididamente a su cargo la protección de los intereses de los trabajadores, que
constituyen según esta Constitución; la parte más débil de las relaciones laborales.
BIBLIOGRAFÍA:
En libros:
En Internet: