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“Prohibido pensar, propiedad privada”

Análisis del libro

Introducción

Los monopolios sobre la vida, el conocimiento y la cultura, es el slogan que


acompaña al título de este libro, el cual sin necesidad de contar de qué se
trata, bien podríamos decir que es una mezcla de actividad, evolución del
conocimiento y crecimiento de la cultura del software libre como nueva
puerta a la educación.

Con una tabla de contenidos bastante nutrida, los autores nos muestran
detalladamente la situación de debate, existente frente al tema de la
monopolización del conocimiento; pero detrás de todo este gran contenido
se encuentra el respaldo del cuerpo de editores, del cual me gustaría
mencionar algunos de ellos.

Por un lado está la “Fundación vía libre” como organización radicada en


Córdoba Argentina, la “Fundación Heinrich Böll”; la cual trabajo con el fin de
incentivar la promoción de ideas democráticas, la participación ciudadana y
el entendimiento internacional. También encontramos a la Federación de
Trabajadores de la Educación de la República de Argentina CTRA, la cual es
una entidad gremial de 2º grado que afilia sindicatos docentes de dotas las
jurisdicciones educativas de Argentina y el Programa Argentina Sustentable
(PAS), esta última, presentada como una iniciativa de organizaciones
ecologistas y sociales.

¿Por qué mencionar estos editores? Sencillo, porque para el desarrollo de


los argumentos de “Prohibido pensar, propiedad privada” fue
necesario encontrar un punto convergente entre los intereses de cada
organización y los de la producción de este texto, pues si lo observamos con
calma, cada uno de estos editores trabaja tras el objetivo de difundir
conocimiento y desarrollo sostenible a partir de la iniciativa del movimiento
global del software libre.

Si desean conocer a profundidad los conceptos arrojados a lo largo del libro,


pueden buscar los aportes de cada autor, ellos son:

• James Boyle, profesor de Derecho de la Universidad de Duke, en


Durham, EEUU.

Web site: http://james.boyle.com

• Silvia Rodríguez, doctora en estudios de Desarrollo y profesora


empírica de la Universidad Nacional de Heredia, Costa Rica.

Web site: http://www.biodiversidad-cr.net

• GRAIN (ONG), Genetic Resources Action International


Web site: http://www.grain.org

• Richard Stallman, reconocido mundialmente por ser el fundador de


GNU, del movimiento del software libre y de la Fundación del
software libre.

Web site: http://www.gnu.org y http://www.fsf.org

• Federico Heinz, programador argentino, radicado en Córdoba.

Web site: http://www.vialibre.org.ar

• Beatríz Busaniche, licenciada en Comunicación Social, graduada de la


Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

Web site: http://www.d-sur.net/bbusaniche

• FSFLA, organización que promueve y defiende el concepto de


software libre para una sociedad libre en América Latina.

Web site: http://www.fsfla.org

• Bil Joy, hacker graduado de la Universidad de Berkley en los EEUU.


Desarrollador de la versión BSD del sistema UNIX.

Compartir el conocimiento ≠ regalar el intelecto


Por: Angela Ramirez Wilches

Es inevitable comentar el libro “Prohibido pensar, propiedad


privada” sin hacer hincapié en un hoy y en un ahora, es decir, no
podemos analizar este tipo de publicaciones sin referirnos a la actualidad
como primer momento de reflexión.

Hasta hace pocos días me consideraba una persona del común, de esas
que ignoran una realidad que está al alcance de todos, pero que se
encuentra oculta detrás de la tradición de “las buenas costumbres”, la
cual sin intención alguna nos lleva, en algunas ocasiones, a cometer
actos ilícitos a causa de la desinformación.

De acuerdo a lo anterior, he planteado una posición en pro de desmentir


mitos, romper paradigmas y dar a conocer la realidad sobre el uso
compartido de documentos o archivos, respetando siempre el
reconocimiento de los autores; además plasmo a continuación una serie
de argumentos que circundan el pensamiento de una persona de
experiencias tradicionales, como es mi caso:

 Bien podemos decir que las personas del común (inexpertos),


desconocen el término licencia y esto, los lleva a cometer una
serie de infracciones, las cuales según la ley colombiana, van
desde penas excarcelables hasta pagos de indemnización por
perjuicios y daños a la propiedad intelectual.

 Los autores nos invitan a analizar el monopolio que se antepone a


las cuatro libertades del software libre; usar, distribuir, estudiar y
mejorar.

 Al cambiar la mentalidad (imaginario colectivo) de las personas,


podemos cambiar los conceptos y llegar a nuevos niveles de ética
y compromiso social; a partir de la interpretación y aprehensión
de términos como licencia, propiedad intelectual y plagio, para
comenzar a dar pasos hacia un mundo emancipado.

 Se trata de romper estructuras mentales que consideran negativo


el hecho de compartir el conocimiento y permear este
pensamiento radical con la idea de que el empoderamiento del
conocimiento sólo nos lleva a dar pasos pequeños en la supuesta
era de la información. La cultura de la expansión libre de la
propiedad intelectual es para aquellas personas que se atreven a
vivir nuevas experiencias y están prestas a adquirir nuevos
conocimientos, sin caer en la cultura del plagio.

A través de la lectura, la mente humana atraviesa distintos momentos de


análisis, iniciando con la comprensión de lo que se lee, para luego
interpretar el impacto causado por el contenido observado, pues leyendo
este libro he podido comenzar a entender ese aspecto del mundo de la
información manejado a nivel mundial.

Resulta interesante el momento en que se empieza a comprender el texto,


ya que éste inicia con un relato de Tomas Moro, el cual hace referencia a las
consecuencias dañinas del “cercamiento”, tales como la causa de inequidad
económica, delito y disociación social. Aterrizando las aseveraciones de
James Boyle a partir del texto de Moro, se posee credibilidad sobre el
progresivo cambio que esperan los autores en la mentalidad de quienes
ignoran el potencial de esta forma de difundir conocimiento, así, como
quienes por no conocer lo que no han visto, tocado o experimentado, hacen
juicios nada acordes con la realidad.

Luego entonces surgen interrogantes como ¿Qué es un derecho?, ¿Qué es


propiedad intelectual? Actualmente, podemos ir por la calle y encontrar
personas que han escuchado pocas veces estas palabras, ya que dejan este
tipo de temas para la ley. Descubrimos en las calles ventas ambulantes de
todo lo que uno se pueda imaginar, desde cepillos de dientes hasta la última
película que ha salido al cine, entre otras cosas; pero si vamos al diccionario
encontramos lo siguiente: “Un derecho es, la facultad del hombre para
hacer legítimamente lo que conduce a los fines de su vida” 1, “Propiedad
intelectual supone el reconocimiento de un derecho de propiedad especial
en favor de un autor u otros titulares de derechos sobre las obras del
intelecto humano”2.

La definición de conceptos como los anteriores nos lleva a buscar el


significado de un acto que es más común de lo que podemos imaginar, “el
plagio”, definido como “copiar o imitar una obra ajena; en particular obra
literaria o artística”3, de esta manera vamos enlazando las ideas y
observando que detrás de cada contenido, iniciativa o producto hay un gran
esfuerzo para llevar a cabo un buen trabajo, por eso es importante saber
que no todo lo vendido en las esquinas y lo publicado en la web es legal.

Es casi imposible afirmar que enfrentarse a este tipo de lecturas, es


asegurarnos un cambio mental sobre la construcción de la propiedad
intelectual, cuando vemos que la publicación de nuestros contenidos ha
estado sujeta a un monopolio que existe desde hace muchos años.
Aprovecho para aclarar la concepción del término monopolio, el cual hace
referencia a “una situación de fallo de mercado en la cual, para una
industria que posee un producto, un bien, un recurso o un servicio
determinado y diferenciado, existe un productor (monopolista) oferente que
posee un gran poder de mercado y es el único de la industria que lo
posee”4.

De acuerdo a lo anterior, me gustaría dejar claro que no se trata de narrar


las ideas reunidas por un grupo de expertos sobre el tema de la propiedad
intelectual y la construcción del dominio público, sino dar a conocer el
impacto que éste texto ha generado en mí. Sin ánimos de declararme
usuaria o partidaria de algún movimiento, me atrevo a decir que estoy de
acuerdo con las posibilidades para enriquecer el conocimiento, intercambiar
ideas, expandir información que pertenece a un público no selecto sino
general (dominio público), como es el caso de las oportunidades contenidas
en el objetivo de las licencias Creative Commons, que buscan traducir
nuestros contenidos tanto a los diferentes idiomas como a las diferentes
legislaciones y sistemas de derechos de autor alrededor del mundo.

Por lo tanto entre las formas de interpretación de las posibilidades que el


uso compartido de documentos nos ofrece, evitando caer en extremos
radicales ni convertirnos en promotores de alguna marca o sello de licencia,
se puede tomar como referencia a la organización Creative Commons (en
español: bienes comunes creativos), la cual es definida como una
organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, que desarrolla planes
para ayudar a reducir las barreras legales de la creatividad, por medio de
nueva legislación y nuevas tecnologías, fundada por Lawrence Lessig,

1
Diccionario didáctico educativo. Padilla Luque editores Ltda. 1996
2
Tomado de la Wikipedia.
3
Diccionario didáctico educativo. Padilla Luque editores Ltda. 1996
4
Tomado de la Wikipedia.
profesor de derecho en la Universidad de Stanford y especialista en
ciberderecho, quien la presidió hasta marzo de 20085.

Adoptar una cultura que inicia con un nuevo modo de pensar frente a la
“propiedad privada”, es entender el verdadero sentido de la palabra
compartir, cuyo significado dentro de este contexto, no es más que el acto
de nutrir el conocimiento, intercambiar ideas y retar nuestra visión del
mundo, aceptando que compartir no es regalar, no es vender y menos
plagiar.

Finalmente, comparto la inquietud que se convierte en compromiso por


indagar más sobre las distintas licencias que podemos utilizar para expandir
nuestras ideas alrededor del globo y permitir que billones de personas
conozcan un escrito elaborado por mí, el cual puede llegar a convertirse en
un aporte para la vida de varios, sin dejar de identificarse que quien lo
escribió fui yo.

Nota: Podemos compartir diferentes creaciones, como música, ilustraciones


(fotografías, dibujos, diseños), textos, entre otros. Recordando que probar no es
comerse toda la torta, es decir, es momento de verlo con nuestros propios ojos.

5
Tomado de la Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Creative_Commons

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