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Introducción
1
CRENZEL, Emilio. La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en
Argentina. Ed. Siglo XXI. Bs. As. 2008. Pág. 163.
2
YUNES, Marcelo. Renovar la lectura de Marx. Una mirada sobre La cuestión judía (1843). En revista
Socialismo o Barbarie., Año 1, Nº 3. Bs. As. Setiembre - Octubre del 2000. Pág. 3.
Secretaría de Justicia y Derechos Humanos resulta ser una especie de biografía política
del ex gobernador, y solo menciona tangencialmente el contexto social y político que
permitió la aparición de una figura como la de Ragone, omitiendo los elementos
sociales de los que habla Marx, y que hacen a la esencia misma de la realización
humana.
En este trabajo nos proponemos analizar la dinámica política que tomó el
conflicto social en la provincia de Salta durante la primera mitad de la década del 70.
Este análisis nos permitirá explicar el porqué del gran apoyo popular con el que siempre
contó Ragone, y que se vio plenamente manifestado en las aplastantes victorias
electorales del 11 de marzo y del 23 de septiembre de 1973. Pero, también nos
permitirá entender el porqué de su posterior caída en menos de dos años de gobierno.
Como hipótesis sostenemos que: el triunfo de la derecha peronista en salta, que llevó a
la caída de Ragone, se explica, no tanto por la dinámica provincial que toma el
conflicto social, sino, por la tendencia nacional a la derrota de una izquierda peronista
que había cosechado relativos éxitos en Salta (sobre todo en su resistencia contra los
embates de la derecha peronista), pero que a la larga sería absorbida por la dinámica
general de la política nacional.
En el primer capítulo desarrollaremos la composición de fuerzas que llevó al
triunfo de Miguel Ragone, y sobre todo el importante papel de la juventud y la izquierda
peronista dentro de esta victoria. También analizaremos el papel del Pacto Social como
proyecto de institucionalización del conflicto social, y como principal garante de la
continuidad del gobierno democrático. En el segundo capítulo analizaremos la marcha
del gobierno de Ragone, centrándonos principalmente en la enconada oposición al
gobierno por parte de los sectores de la burocracia sindical y la derecha peronista.
Enfocaremos el análisis de este segundo capítulo en tres de los momentos más
determinantes dentro del conflicto social: la toma de la casa de gobierno, el paro
provincial del 13 de febrero y el oliviazo. Finalmente en el tercer capítulo se analiza el
ocaso de la izquierda peronista a nivel nacional, y la intervención federal que permite
finalmente la caída de Ragone, y el triunfo de sus enemigos.
Capítulo primero
3
SCHVARZER, Jorge. La industria que supimos conseguir. Una historia político social de la industria
argentina. Ed. Cooperativas. Bs. As. 2000. Pág. 231 a 236.
4
RAPOPORT, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880 – 2003). Ed. Ariel. Bs.
As. 2005. Pág. 532.
5
ROUGIER, Marcelo y FISZBEIN, Martín. La frustración de un proyecto económico. El gobierno
peronista de 1973 – 1976. Ed. Manantial. Bs. As. 2006. Pág. 130 y 131.
estaba necesariamente ligada al congelamiento del conflicto social, y a su negociación
dentro de los límites del gobierno democrático, este intento de institucionalización de la
lucha de clases fue conocido por Pacto Social.
6
Estos son los datos oficiales publicados por el estado provincial, Escotorin llega a un número diferente,
60,43% para Ragone, aunque no especifica el total de los datos sobre el cual se obtiene el resultado.
La política redistributiva del ingreso y el Plan Trienal en Salta
7
ROUGIER, Marcelo y FISZBEIN, Martín. La frustración de un proyecto económico. El gobierno
peronista de 1973 – 1976. Ed. Manantial. Bs. As. 2006. Pp. 130 y 131.
8
Esta acta se había elaborado para otorgar atención especial a aquellas provincias que habían quedado
históricamente desplazadas de los programas y políticas nacionales, era el caso de Catamarca, San Luis y
La Rioja.
9
Proyectos provinciales y nacionales de interés provincial a ser incorporados al Plan Trienal para la
reconstrucción y la liberación nacional. Gobierno de la Provincia de Salta, 1974.
verde, apoyaban las reivindicaciones del sindicalismo combativo. Y, a pesar de que el
Pacto prohibía los aumentos salariales fuera de las condiciones acordadas, tanto
Obregón Cano como Ragone, decretaron aumentos salariales especiales, desatando
muchas veces el recelo, cuando no la furia, del empresariado y de los sectores ortodoxos
del peronismo.
En Salta, a partir del 25 de mayo de 1973, la lucha por la toma de la CGT se irá
haciendo cada vez más virulenta. El 12 de junio renuncian los directivos de la CGT
salteña, y en su lugar se eligen a miembros pertenecientes también a la ortodoxia
sindical. Esto desatará tres días después la acción de las bases y los dirigentes
combativos, quienes intervendrán la sede central y nombrarán un nuevo triunvirato
adepto. La reacción de los enemigos no se haría esperar, los conductores locales de la
UOM y las 62 organizaciones, empezarán a trabar alianzas con los dirigentes de la lista
azul y blanca, no solo abogando a favor de la normalización de la central gremial en
contra de los rebeldes, sino también, y principalmente, en contra de Ragone.
Como sostiene Horowicz el Pacto Social, tenía poderosos enemigos, y el mas
poderoso de ellos, desde la izquierda, era la JP. El Plan de Gelbard se apoyaba sobre un
delicado y frágil conjunto de alianzas y acuerdos que debía permanecer lo mas rígido
posible, cualquier movimiento de más, amenazaría con su fractura. Los acontecimientos
de junio por el regreso definitivo de Perón, intensificaron la lucha al interior del
movimiento peronista, y aceleraron la renuncia de Cámpora. El tío sabía que el único
capaz de mantener el equilibrio del Pacto era Perón, y por eso mismo presentó su
renuncia. Perón regresó al país con la intención de hacer cumplir el pacto que había
llevado al FREJULI al poder, aunque claramente se trataba de navegar en aguas
caudalosas, y en condiciones muy diferentes a las de sus dos primeros mandatos10.
La toma de La CGT por parte del sindicalismo combativo fue la primera de las
luchas en las que se vería envuelta la provincia. Este hecho sería la antesala del rumbo
que tomaría el conflicto social y político en Salta. Se trato de una verdadera disputa
política entre los sectores populares y progresistas del peronismo y las facciones
conservadoras y ortodoxas del mismo movimiento. Lucha que finalmente terminaría
desgastando a los sectores en pugna, y vaciando de apoyo político al movimiento.
Capitulo Segundo
10
HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005. Pág. 263.
Social, y por ende de las posibilidades de gobernabilidad, estaban subordinadas a la
capacidad del gobierno para mantener a raya los conflictos sociales, para lo cual era
indispensable un sindicalismo adepto y sumiso. La intervención por parte del gobierno
provincial llegó finalmente 5 días después de la renuncia de Cámpora. El desalojo de la
sede central de la CGT es realizado el 18 de julio por la policía provincial, generando
importantes disturbios entre los grupos de manifestantes rebeldes y las fuerzas
represivas.
La solución del conflicto será vista como una importante victoria por parte de la
derecha peronista, que en lo sucesivo no se detendrá hasta no conseguir el
desplazamiento definitivo de Ragone. Los acontecimientos en torno a la toma de la
CGT obligaron al gobierno provincial a actuar con mayor cautela. Después de la
renuncia de Cámpora el gobierno trataría de mantener una postura más neutral respecto
a los conflictos internos del movimiento. Sin embargo, los esfuerzos de Ragone por
guardar cierta distancia respecto a los grupos de izquierda, serían muchas veces
tomados como síntomas de debilidad por parte de sus opositores, quienes desde el
principio no habían dudado en señalar al gobernador como un aliado de la tendencia.
Los enemigos de Ragone llamarían lista sandía a la lista verde del gobernador, ya que
según sus detractores esta fracción política era “verde por fuera pero roja por dentro”.
No obstante, la consecuencia mas importante que se desprende de la intervención
provincial, tiene que ver con la relativa división de la izquierda salteña. En adelante los
sectores ligados al sindicalismo combativo y a la izquierda no peronista, se irían
alejando cada vez más del gobierno, tomando posturas cada vez más radicalizadas11. No
obstante, el grueso de la izquierda salteña se hallaba ligada a la Juventud Peronista y a
Montoneros, quienes decidieron continuar con su apoyo crítico a Ragone.
11
Si bien muchas de las organizaciones políticas de la izquierda salteña comenzaron a considerar la
posibilidad de pasar al conflicto armado, lo cierto es que en Salta no hubieron grandes operativos
militares como si los hubo en otras provincias del país, y principalmente en la cercana Tucumán.
de estado en Chile, se organizaron manifestaciones y actos públicos en protesta por los
acontecimientos del 11 de septiembre. Sin embargo, y a pesar de los sucesos ocurridos
en el país vecino, el clima general de la sociedad salteña se mostraba expectante por el
regreso de Perón al gobierno. La victoria de la formula Perón-Perón con el 61,85% de
los votos dan cuenta de esta expectativa respecto al regreso del histórico líder. En Salta,
es aún mas llamativa la diferencia que el peronismo obtuvo sobre sus opositores, la
formula Ragone-Ríos avasallaría con un 72,14% de los votos, de nuevo gran parte de
esta victoria se debía a la intensa participación y movilización de las organizaciones
juveniles de la izquierda peronista.
Dos días después de las elecciones es asesinado el secretario general de la CGT
José Ignacio Rucci, este acto terrorista llamado operación traviata fue planificado y
ejecutado por miembros de Montoneros. Horowicz sostiene que “la muerte de Rucci
constató la debilidad de la oposición; el intento de amedrentar a la burocracia, como si
la burocracia no fuera, asimismo, representante de intereses clasistas claramente
inscriptos”12. Las derrotas que las fracciones de izquierda venían sufriendo desde la
caída de Cámpora, y el crecimiento de la influencia de la derecha peronista en el
gobierno, derivaron en una errada interpretación de los acontecimientos por parte de la
izquierda peronista. Las series de atentados, secuestros y asesinatos realizados por
montoneros y otras organizaciones especiales, no siempre fueron bien vistos por el
conjunto de la sociedad, y en especial por los sectores trabajadores. Además esto
anticipaba de alguna manera la vuelta a las armas por parte de la las organizaciones de
izquierda, vinculada a su incapacidad para rearticular una contraofensiva política capaz
de desarticular a sus enemigos. Posteriormente el regreso de la violencia solo
contribuiría a vaciar de contenido político la lucha de estos sectores y a acelerar su
derrota definitiva.
En Salta la CGT local organizó una misa por la muerte del sindicalista en la
parroquia San Francisco, y luego congregó a la multitud en la plaza 9 de julio en un acto
de despedida. Pero, al pasar por la casa de gobierno provincial (ubicada al frente de la
plaza) los dirigentes notaron que la gobernación no había bajado la bandera a media asta
en señal de luto. Este acontecimiento promovió el enfurecimiento de los sindicalistas,
que a continuación ingresaron y tomaron por la fuerza la casa de gobierno. Los
ocupantes protestaban por el apoyo y el trato diferencial que el gobierno había brindado
a la JP en la conmemoración de Trelew, a esto se sumaban cánticos que acusaban al
gobierno de comunista, infiltrado y antiperonista13. No obstante, unas horas después
acudieron los aliados de Ragone en defensa del gobierno provincial, dispersando junto
con la policía a los ocupantes. En el informe realizado por la Secretaria de Justicia y
Derechos Humanos se afirma que una vez difundida la noticia de la toma de la casa de
gobierno “no tarda en producirse en forma inmediata y espontánea una nutrida
concentración popular en apoyo al gobierno y que rodeaba apretadamente la sede del
mismo”14. Ciertamente, el nutrido número de personas que llegó a la plaza 9 de julio
para brindar su apoyo al gobernador oscilaba entre 600 y 800. Pero, lo que el informe
omite y oculta es que no se trataba de una concentración espontánea, muy por el
contrario, la rápida convocatoria consistía en una amplia movilización organizada por
miembros de la JP y Montoneros, entre otras agrupaciones de izquierda. Ellos fueron los
que restituyeron a Ragone y a su gabinete en la casa de gobierno, y quienes mas tarde,
12
HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005. Pág. 271.
13
Diario El Tribuno 26/09/1973.
14
Ragone, mártir de la democracia. Publicación de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos.
Gobierno de la provincia de Salta. Ed. América. Salta 2006. Pág. 106.
ese mismo día, tomarían medidas punitivas en contra de los ocupantes. La toma de la
CGT y de Radio Salta por parte de los sectores adeptos al gobierno, se trataban de actos
que apuntaban claramente en contra de dos de los enemigos más enconados que el
gobierno de Ragone tenía: la burocracia sindical y los medios de comunicación.
La reacción de Ragone fue la de un moderador, aunque en este caso, al igual que
en la anterior toma de la CGT, moderó para la derecha. El gobernador exigió la
desocupación de los locales tomados y exoneró a los culpables de los disturbios en la
casa de gobierno. Ragone se encontraba en el medio de un delicado equilibrio, por un
lado su base política se apoyaba en las agrupaciones juveniles de izquierda, pero por el
otro, debía garantizar que se cumplieran los acuerdos alcanzados en el Pacto Social,
aunque, en este no había lugar para los excesivos reclamos de la JP y los gremios
combativos. Como dijimos anteriormente, las posibilidades de continuidad del gobierno
democrático estaban determinadas por los límites establecidos en el Pacto Social, por lo
tanto, si este último se quebraba, también el primero se quebraría. Por eso Horowicz
sostiene que Perón regresa al país “con el programa del FREJULI [el Pacto Social]
bajo el brazo para cumplirlo a rajatabla, puesto que no era el resultado de un acuerdo
espurio sino que expresaba – pálida y bíficamente – el viejo peronismo en otro
contexto”15. El Pacto social, como ya dijimos, es el elemento que aglutina a la
heterogénea alianza del FREJULI, pero también es la base y el sustento del gobierno
democrático expresado en esa alianza, si el delicado equilibrio del Pacto se quiebra,
entonces también aquello que sustenta se quebrará, es decir, el gobierno democrático
mismo. Ragone sabía esto, y por eso siempre se mostró cauteloso con los reclamos de la
izquierda peronista. Además, tampoco ignoraba que desde la caída de Cámpora la
derecha peronista estaba tomando presencia cada vez mayor en el gobierno, lo que lo
llevaba a desvincularse paulatinamente de la tendencia. Sin embargo, esta actitud lejos
de favorecerlo, solo tendía a alejarlo cada vez más de su principal base política.
15
HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005. Pág. 259.
16
Nos pronunciamos por la liberación, contra la dependencia. Discurso de Asunción del Dr. Miguel
Ragone. Gobierno de la Provincia de Salta, 1973.
escasa industrialización de la provincia influyó en la poca incidencia de los históricos
gremios peronistas, como la UOM, o las 62 organizaciones, por lo cual, el apoyo
principal de la burocracia sindical provenía del ámbito nacional. Los primeros días de
diciembre, sectores del sindicalismo ortodoxo intentaron recuperar posiciones acusando
de marxistas a los dirigentes del CEOAPS, y divulgando su supuesta expulsión del
gremio. Sin embargo, los dirigentes son ratificados nuevamente en sus puestos por la
asamblea de afiliados. Dado el fracaso de la maniobra, los sectores ortodoxos llevarán el
caso a la justicia, y esta, a su vez, suspenderá a los dirigentes clasistas de sus cargos.
Pero, nuevamente la movilización y la intervención de las bases lograrán que se
suspenda el fallo judicial. El intento es totalmente frustrado con la victoria electoral,
celebrada días después, del sector clasista17.
No obstante, la derecha peronista contará con un aliado muy importante, el
presidente de la CGE salteña y dueño del diario El Tribuno, Roberto Romero. En torno
a él se nuclearia el grueso de la oposición al gobierno. Romero había amasado su
fortuna a partir de su colaboración con los militares, cuando la libertadora derroca a
Perón en 1955, le es entregado parte del control del diario El Tribuno, perteneciente al
disuelto partido peronista salteño18. Romero no solo se jactaba de ser un autentico
peronista, sino que incluso llegó a la gobernación de Salta en 1983, como candidato del
PJ salteño. Desde su puesto de director del diario más importante de Salta, lanzará una
campaña virulenta de deslegitimación al gobierno de Ragone, y pronto se convertiría en
el enemigo público más enconado del gobernador, así como también uno de los
principales organizadores del paro provincial del 13 de febrero.
A final de año ocurren dos hechos importantes que marcarían la posterior
marcha de la política provincial. El 26 de noviembre es asesinado en la plaza central el
jefe de la policía Rubén Fortuny, uno de los más importantes aliados de Ragone en su
lucha por la depuración de la policía provincial. El responsable de las balas fue un
dirigente de la lista peronista azul y blanca, este acontecimiento anticipaba de alguna
manera la violencia que tomarían las luchas políticas en Salta y en todo el país. Por otro
lado, en diciembre, los reclamos de la derecha peronista son escuchados por la cúpula
del peronismo nacional, quienes designarán al diputado por el PJ Humberto Podetti,
interventor del PJ salteño. Podetti se convertirá en otro importante enemigo de Ragone,
y al igual que Romero desempeñará un papel central como aglutinador de las fuerzas
opositoras al gobierno, siendo otro de los principales protagonistas de los sucesos del 13
de febrero.
Podríamos decir que las jornadas de febrero comenzaron en realidad unos días
antes, el 19 de enero el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) toma el cuartel de
Azul. Perón acusará públicamente al gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain, de
cómplice. Esto acelerará la caída del gobernador, cercano a la JP y a Montoneros, y
precipitará la rebelión de su vicegobernador, el sindicalista Victorio Calabró, en su
contra. Finalmente Bidegain renunciará dejando el puesto a su vice, perteneciente a la
UOM bonaerense y aliado de Lorenzo Miguel. Lo que ocurrió en Buenos Aires era el
preámbulo que tarde o temprano ocurriría en el resto de las provincias cercanas a la
tendencia. Al igual que Buenos Aires, también las provincias de Salta, Mendoza, Santa
fe y Santa Cruz tenían gobernadores cercanos a la JP, aunque los vicegobernadores
17
Diario El Intransigente 9/12/1973.
18
Para más información véase el artículo La propiedad de los bienes de El Tribuno está cuestionada.
Publicada por el diario El Intransigente de Salta en abril de 1959. En
http://noticias.iruya.com/content/view/26482/413/.
pertenecían a los sectores del sindicalismo ortodoxo19. Lo que por esa época
montoneros llamó la rebelión de los vicegobernadores era en realidad la expresión del
conflicto social instalado incluso dentro de los respectivos gobiernos provinciales. Pero,
sin duda alguna la renuncia de Bidegain y posteriormente el golpe policial de Córdoba
que destituyó a Obregón Cano, estaban relacionados con el retroceso político que estaba
sufriendo la izquierda a nivel nacional, y la creciente militarización a la que apelaban
las organizaciones juveniles.
En un clima intenso de solicitadas y comunicados públicos entre la derecha y la
izquierda peronista, finalmente el día 6 de febrero la CGT salteña decide convocar a un
paro provincial de 24 horas para el día 13 de febrero20. Por su parte la JP y los grupos
leales al gobernador llamarán a movilizarse para defender al gobierno popular. Cabe
destacar, que un día antes del paro el gobierno provincial publicará una solicitada en el
diario El Tribuno nombrando a todos los grupos que adhieren y apoyan la gestión de
Ragone21. El paro del 13 resultó un fracaso, la policía dispersó fácilmente a los pocos
revoltosos que se habían congregado, ni siquiera Romero consiguió movilizar a los
canillitas de su diario, por lo cual la CGT decidió suspender la medida. Estaba claro que
la burocracia sindical y la derecha peronista no eran capaces de movilizar ni un mínimo
de apoyo popular. Sin embargo, Ragone prohibiría la manifestación de sus leales, y
acordaría con Podetti la renuncia de ciertos hombres centrales de su gabinete, quienes
serían reemplazados días después por miembros de la oposición.
Ragone era consciente del avance de la derecha en el gobierno nacional, pero
también quería lograr un mínimo de consenso al interior del peronismo salteño, el
suficiente para garantizar un poco mas de calma en la marcha de la política provincial.
Por el momento, la renuncia de dos de sus colaboradores más cercanos serviría para
tranquilizar al gobierno nacional, que declararía en su entrevista con Ragone en Buenos
Aires, la innecesariedad de una intervención federal en Salta.
El Oliviazo
Para mayo de 1974 era evidente que el Pacto Social se quebraba, y con este las
posibilidades del gobierno nacional para conciliar el conflicto social. Hasta ahora los
saldos comerciales positivos habían permitido de alguna manera incrementar, aunque no
fuertememente, el poder adquisitivo de los trabajadores, evitando el traslado de los
aumentos salariales a las ganancias de los empresarios. Como sostienen Rougier y
Fiszbein “el programa de 1973 se trataba de “un plan de redistribución con
crecimiento”, en el que la estabilidad resultaba una condición necesaria
fundamental”22. En este sentido, el Pacto Social apuntaba a institucionalizar la puja
distributiva; pero cuando se manifestaron las primeras tensiones derivadas del sector
externo y las violaciones al congelamiento pactado (ver anexo, cuadro 2), se hizo
evidente que para dar sustentabilidad al programa había que lograr que la torta creciera.
Sin embargo, el proyecto de inversiones y de crecimiento industrial no estaba dando los
frutos necesarios, quizá debido al poco tiempo que habían tenido para madurar, pero
19
Córdoba resulta una excepción, ya que en esta provincia la importancia del sindicalismo clasista había
logrado imponer como vicegobernador a Atilio López, dirigente sindical de la UTA y junto con Elpidio
González y Agustín Tosco uno de los principales dirigentes del Cordobazo. López fue el compañero de
formula del gobernador Ricardo Obregón Cano, cercano también a la tendencia.
20
Diario El Tribuno 07/02/1974.
21
La solicitada consiste en una página entera ubicada en las páginas centrales del diario. Diario El tribuno
12/02/1974.
22
ROUGIER, Marcelo y FISZBEIN, Martín. La frustración de un proyecto económico. El gobierno
peronista de 1973 – 1976. Ed. Manantial. Bs. As. 2006. Pág. 130.
también a los conflictos sociales que impedían su efectiva ejecución. Por otro lado los
autores citados afirman que “el programa económico adolecía de un problema
fundamental, en tanto no contaba con una estrategia consistente para lograr el
crecimiento económico sostenido en la que debía sustentarse el proyecto
distributivo”23. El programa de reactivación de la economía en el corto plazo a partir del
consumo, había encontrado rápidamente su límite, y la política redistributiva se
encontraba con fuertes límites para sostenerse en el tiempo. Desde finales de 1973 el
Pacto empezaba a mostrar importantes grietas, “la rigidez de la política inicial de
congelamiento de precios y salarios, en la que se había basado el Pacto, se mostraba
como una bomba de tiempo. Las violaciones aparecieron tempranamente y se
extendieron con rapidez; a partir de entonces, comenzaron a retroalimentarse las
presiones y las expectativas negativas”24. Claramente se notaba la incapacidad de los
sindicatos para contener a sus bases, pero también la falta de representatividad de las
corporaciones patronales para imponer a sus miembros los acuerdos del Pacto. El
crecimiento de las huelgas, los mercados negros y la falta de un control efectivo de los
precios, eran algunas de las grietas más comunes que manifestaba el programa,
ocasionados por la lucha cada vez más enérgica entre los sectores sociales en pugna.
Como sostiene Horowicz, “la lucha por el ingreso, la mas elemental y general de las
formas de la lucha de clases, se instaló en el centro de la escena. El frente popular
estaba roto”25
El navarrazo ocurrido a finales de febrero, y las presiones de la derecha
peronista al gobernador de Mendoza Martínez Baca, están ligadas, como sostiene
Escotorin a una creciente polarización del conflicto social, donde cada vez había menos
espacios grises para posturas moderadas26. “A Perón ya le resulta difícil contener estos
antagonismos, frente a los que su posición no es neutral, y además le resulta imposible
hacerlo por cuanto una de sus partes, directa o indirectamente lo cuestiona a él, y es
precisamente la que había convocado, apoyado y legitimado”27. Ragone, al igual que
los otros gobernadores cercanos a la izquierda peronista, tratarían de alejarse de sus
bases, manteniendo una relativa neutralidad. Pero, la dinámica de la política nacional
superaba cualquier intento de mediación, por lo cual, los gobernadores tendenciosos
deberían cargar con este estigma hasta el final.
El 1º de mayo representó el quiebre definitivo del movimiento, la retirada de la
JP de la plaza de mayo sería un error táctico de la izquierda peronista, que mas tarde
trataría de remediar, aunque sin éxito. Por otro lado, el quiebre implicó el vaciamiento
del movimiento, Perón se quedaba sin apoyo bajo sus pies. Hay una contradicción entre
el deseo de montoneros de ser los sucesores políticos de Perón, y su opción por retirarse
del movimiento adoptando de esta manera el camino armado. Esto último será muy bien
aprovechado por la derecha peronista, que en adelante se dedicará a una caza de brujas
sin tregua, de la mano de su brazo armado la Triple A.
Los acontecimientos del 1º de Mayo, transcurrieron con relativa tranquilidad en
Salta, no obstante el día 3 del mismo mes, con motivo de la visita de Ragone a Perón en
Buenos Aires, el vicegobernador Olivio Ríos, aprovecharía la oportunidad para
encabezar un nuevo ataque contra Ragone. Ríos rápidamente destituyó a los miembros
más importantes del gabinete de Ragone, la medida fue apoyada por todos los sectores
23
Ib Idem. Pág. 131.
24
Ib Idem. Pág. 121.
25
HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005. Pág. 277.
26
SCOTORIN, Daniel Ramiro. Salta Montonera. La actuación política de los sectores populares en la
provincia de Salta (1972 – 1976). Ed. CTA. Bs. As. 2007. Pág. 207.
27
Ib Idem.
afines al peronismo ortodoxo. Sin embargo, desde Buenos Aires el gobierno se muestra
neutral, y decide que no emitirá su opinión sobre un problema de carácter interno. La
izquierda peronista se muestra dubitativa, sobre todo después de lo ocurrido en el 1º de
mayo, además es consciente del corrimiento a la derecha que ha tenido Ragone en los
últimos meses. No obstante, la JP y Montoneros deciden encabezar una movilización
hacía el aeropuerto, para recibir y reinstalar al gobernador en la casa de gobierno.
Nuevamente en el poder, Ragone hará un llamado a la unidad y a la conciliación. Pero,
sus palabras no producirán el efecto deseado, y una vez más la oposición salteña se
volverá en contra del gobierno, aunque su poder de movilización sería prácticamente
irrisorio. En Ragone, el mártir de la democracia, nuevamente se omite la pertenencia
política de los simpatizantes que devuelven al gobernador a sus funciones28. En este
sentido, se niega el carácter ideológico y político del gobierno de Ragone al negar el
arco de fuerzas que lo apoyó y lo sostuvo durante los duros embates perpetrados por la
derecha peronista.
Capitulo tercero
Una nueva ofensiva de la derecha llegará dos días después del Olviazo, cuando
nuevamente la CGT convoque a un paro provincial para el 13 de mayo, esta vez sin
fecha límite. Pero, muchos de los sindicatos afiliados a la CGT desoirán el llamado de la
central de trabajadores y promoverán la vigilancia y la defensa del gobierno popular.
Incluso días antes de la convocatoria era evidente que la CGT se había quedado sin
apoyo. Ni siquiera Romero pudo lograr que sus canillitas no salgan a vender El
Intransigente29, único diario editado en esos días, ya que El Tribuno había decidido
colaborar en el paro de la CGT no lanzando ediciones durante la convocatoria. Ante el
fracaso, los opositores al gobierno elevaron una nota a la nación protestando por la
represión autorizada por el gobierno provincial en contra de los manifestantes
cegetistas. En honor a la verdad, salvo un pequeño grupo, rápidamente disuelto por la
mañana, nunca existió tal represión, ya que nunca hubo nada que reprimir. De nuevo la
derecha trataba de convencer al gobierno nacional de que Salta era una provincia
rebelde, anárquica y en manos de marxistas infiltrados.
Ese mismo mes los diputados leales a Ragone elevaron un proyecto de ley para
que sean reintegrados al partido peronista los bienes incautados por la libertadora, entre
estos se incluía al diario El Tribuno. El proyecto no pasó a mayores, sin embargo, se
trataba de un importante paso para limitar el poder de uno de los grandes enemigos del
gobierno popular. Montoneros elegirá otro camino, y la misma noche del 13 de mayo
28
Ragone, mártir de la democracia. Publicación de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos.
Gobierno de la provincia de Salta. Ed. América. Salta 2006. Pág. 107.
29
El intransigente era el segundo diario con más tiraje en Salta, había sido fundado por la familia Michel
Torino, dueños de las bodegas del mismo nombre situadas en Cafayate. El diario fue varias veces
intervenido por los distintos gobiernos y finalmente cerrado en 1964 por el fallecimiento del último
heredero. Sin embargo, los ex socios de Romero, ahora desplazados del control de El Tribuno, estaban
interesados en reeditar El Intransigente con el fin de destruir el monopolio que ostentaba Romero. El
diario fue reabierto a mediados del 1973, y su dirección quedo a cargo del productor tabacalero y
miembro del partido radical Martínez Saravia. El Intransigente mantendría siempre un perfil crítico y de
relativo apoyo a la gestión de Ragone. Para más información ver el artículo de Rodolfo Plaza Navamuel.
Una breve historia de El Intransigente. Reconocido baluarte de la prensa libre. En
http://www.portaldesalta.gov.ar/libros/intransigente.htm.
tratará de hacer volar las nuevas instalaciones del diario El Tribuno. Sin embrago, por
razones técnicas el operativo fallará, lo que no evitará que importantes dirigentes
salteños sean arrestados por sospecha de participación en el acto terrorista.
El 1 de junio llegará finalmente la muerte de Perón, aunque su Pacto Social ya
había muerto unas semanas antes que él. La derecha desplazará del gobierno a los
últimos leales del general, solamente Gelbard mantendrá su puesto, aunque estaba claro
que el ministro de economía ya no poseía ningún tipo de capacidad para influir en el
movimiento, sus días como miembro del gabinete estaban contados. El gobierno de
Isabel traerá consigo el asenso de la derecha peronista, Montoneros no interpretará
debidamente el porqué de la represión creciente a la que apelarán los sectores ortodoxos
del peronismo. La izquierda peronista “no entiende que esa reacción violenta de la
derecha es precisamente la consecuencia de no haber podido detener por la vía política
el avance del movimiento popular”30.
En Salta, la izquierda peronista tomará un camino relativamente diferente al de
la conducción nacional, sin embargo, tarde o temprano la dinámica general terminará
imponiéndose pese a las distintas particulares de cada provincia. La JP y montoneros
habían hecho un llamado de apoyo al gobierno provincial, y esto les había permitido
resistir los embates de la derecha salteña, y al mismo tiempo, había dejado en
descubierto la debilidad de estos sectores para organizar la ofensiva en contra del
gobierno popular. La muerte de Perón fue el quiebre de la última barrera de contención
a la exacerbación de la caza de brujas que luego de su muerte promovería la derecha
peronista. Ciertamente Perón había intentado sacarse de encima a un aliando molesto
como la JP, sin embargo, como sostiene Horowicz, “se trataba entonces, de su
perspectiva [la de Perón], de pulverizarlos políticamente. Por cierto que cuando Perón
reflexionaba así no pensaba en una masacre colectiva, sino en una combinación de
medidas políticas: aislamiento, terror en grageas homeopáticas (“triple A”) y
funcionamiento de su programa económico”31. Si bien, los dirigentes provinciales de la
JP y Montoneros habían optado por una estrategia de defensa del gobierno popular, lo
cierto es que no podían desentenderse del creciente clima de violencia que había en el
país, incluso cuando la situación salteña fuese mucho más calmada que en otras
provincias.
Gillespie explica que la creciente militarización de la izquierda peronista se
debió, en parte, a la forma que tenían las estructuras internas de sus organizaciones:
verticalistas, jerárquicas y centralistas. Pero, también es cierto que este proceso se debía
a una falta de comprensión más penetrante del peronismo y de la coyuntura política32.
El 6 de Septiembre, la cúpula de montoneros y otras organizaciones decidirán su pasaje
a la clandestinidad, si bien al principio tratarán de mantener un pie en el sistema legal,
esto resultará cada vez más difícil de sostener, dada la estrecha identificación de estos
sectores con Montoneros. Esta decisión de la izquierda peronista era contradictoria con
su pretensión política de ser los herederos del movimiento político peronista. La
retirada estratégica no era otra cosa que un repliegue político que finalmente acabaría
favoreciendo la derrota definitiva del peronismo de izquierda. El cierre de las unidades
básicas y las cedes de la JP, llevaría a las organizaciones juveniles a un progresivo
distanciamiento de las bases populares que había logrado articular y movilizar en los
últimos años.
30
SCOTORIN, Daniel Ramiro. Salta Montonera. La actuación política de los sectores populares en la
provincia de Salta (1972 – 1976). Ed. CTA. Bs. As. 2007. Pág. 231.
31
HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005. Pág. 271.
32
GILLESPIE, Richard. Soldados de Perón. Los Montoneros. Ed. Grijalbo. Bs. As. 1998. Pág. 218.
La militarización derivó en un vacío político e ideológico, del cual, las
organizaciones juveniles no sabrían escapar. El declive político del peronismo de
izquierda facilitó a la derecha el desplazamiento de los últimos simpatizantes de la
tendencia que aún se mantenían en sus funciones. Este fue el caso los últimos
gobernadores cercanos a Montoneros y la JP, Alberto Martínez Baca (gobernador de
Mendoza) Jorge Cepernic (gobernador de Santa Cruz) y Miguel Ragone, todos
destituidos por intervención federal. La persecución y asesinato de dirigentes de la
izquierda peronista salteña había comenzado meses antes de la intervención, sin
embargo, solo con el desplazamiento de Ragone la derecha salteña podría finalmente
cumplir su deseo de eliminar al gobierno popular y a sus aliados.
Conclusión
33
Ragone, mártir de la democracia. Publicación de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos.
Gobierno de la provincia de Salta. Ed. América. Salta 2006. Pág. 105.
34
SCOTORIN, Daniel Ramiro. Salta Montonera. La actuación política de los sectores populares en la
provincia de Salta (1972 – 1976). Ed. CTA. Bs. As. 2007. Pág. 203.
35
Ex gobernador de Salta e Hijo del fallecido ex gobernador de Salta Roberto Romero.
Bibliografía
Libros
• HOROWICZ, Alejandro. Los cuatro peronismos. Ed. Edhasa. Bs. As. 2005.
• MARX, Karl. Sobre la cuestión judía. Ed. Prometeo. Bs. As. 2008.
• PEREZ, Jesús. El Terco Miguel. Ed. de la Grieta. San Martín de los Andes
2004.
Artículos y documentos
• A prepósito del crimen del Dr. Miguel Ragone. De la politización del crimen a la
criminalización de la política. CARO FIGUEROA, Gregorio. Jueves 10 de
Septiembre del 2009. Publicado en sitio virtual clubdelprogreso.com.
http://www.clubdelprogreso.com/index.php?sec=04_05&sid=11&id=2455.
Fuente: Elaboración propia con datos de Mallon y Sorrouille (1973) y Rapoport (2005).
300
250
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