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Javier S. Sainz
Universidad Complutense
La conducta del lector, cuando procesa la información que contiene un texto, es tan
compleja, que la adopción de un modelo teórico compromete, a la vez, la explicacion que
podemos hacer de esta conducta y el modo en que podemos intervenir sobre ella. Un modelo
teórico es, en este sentido, un instrumento capaz de definir clases de fenomenos y leyes o
reglas que rigen su aparicion. La lectura supone el procesamiento de información de una clase
de símbolos que constituyen expresiones en el intercambio comúnicativo que tiene lugar a
traves del lenguaje. El único paradigma capaz de dar cuenta de los procesos que intervienen en
la lectura sera, necesariamente, aquel que permita, en primer término, explicar los procesos
de comprensión del lenguaje como procesos que caracterizan a un sistema de procesamiento de
información. El término de paradigma se trata aquí como un sinónimo del término modelo
teórico. Sin embargo, una terminología mas precisa es la que distingue entre un paradigma o
teoría, y un modelo derivado a partir de ella que constituye un ejemplar, canónico o no, de la
teoría en una región o dominio de conocimiento. El paradigma o teoría que se adopta es el
paradigma de procesamiento de información y mas especificamente, la teoría computacional-
representacional. Solo presentaremos, sin embargo, desde esta perspectiva, las bases
teóricas fundamentales de un modelo explícito de la lectura ya que su completa
consideración rebasaria los límites de esta investigación.
del sistema y de los procesos u operaciones primitivas, básicas, que puede llevar a cabo sobre
dichas series. Este es el objeto, desde la perspectiva que estamos adoptando, de una teoría:
definir que procesos existen, y cuáles y cómo actúan sobre las representaciones a que afectan.
Una serie ordenada de códigos físicos -bits de información- constituye, por tanto, lo que se
denomina una representación. Para que una representación pueda representar información, el
orden asignado a la serie que constituyen sus códigos físicos debe ser contingente en relación
con la experiencia, es decir, debe variar dependiendo de la información que codifica, que se
expresa por las relaciones que como expresión mantiene con: a) clases de descripciones
primitivas, proporcionadas por el sistema perceptivo; b) clases de representaciones, y, con b)
clases de acciones, cuya realizacion satisface la obtencion de ciertos objetivos (cf. Pylyshyn,
1984). Una representación es el resultado de una cierta composición de primitivos no
semánticos. A la función que determina como se organiza una serie de códigos físicos
primitivos en una expresión, dando lugar a representaciones, se la denomina función de
composición. A la función que determina como se interpreta una serie de expresiones como
representaciones se la denomina función de interpretación. Una función de composición se
expresa como una clase de procedimientos cuya función es asignar un orden a una serie de
primitivos no semánticos. Una función de interpretación se expresa como un procedimiento que
especifica los efectos semánticos que se derivan de cada estado de composición. Un sistema
de procedimiento sintáctico es un sistema de procesamiento de información dotado de alguna
clase de funciónes de composición e interpretación.
Las operaciones que realiza el sistema sobre las representaciones de que dispone y que
hacen posible la formacion y ejecucion de estas funciónes es lo que se denomina bajo el
término de procesos. Dichas funciónes se implementan integrando ciertos procesos y
representaciones. El término de proceso expresa, en este contexto, una operacion o una serie
de operaciones primitivas. Cuando una operacion o una serie de operaciones afectan a un
conjunto definido de representaciones nos referimos a esta operacion bajo el término mas
especifico de regla. Una regla es la aplicacion formal de un proceso u operacion (Sainz y
Gonzalez-Marques, 1986, en prensa).
Es, sin embargo, habitual referirse al término de proceso en un sentido mas amplio,
impreciso y complejo. Se habla asi de los procesos de pensamiento, de los procesos de
lenguaje, o, como en el titulo de este trabajo de los procesos de lectura. Este término general
e impreciso puede sustituirse por el mas preciso de algoritmo, si es posible definir en algun
lenguaje formal las operaciones y representaciones implicadas, en este caso, en la lectura. Un
algoritmo es una función entre representaciones, la expresión formal de una regla, que puede
traducirse en un procedimiento efectivo, completamente especificado, de las funciónes de
composición e interpretación que, en este contexto, afectan al tratamiento de la información
durante la lectura. Es claro que no disponemos de un algoritmo capaz de expresar por
completo el procesamiento de información que tiene lugar en la lectura, pero si es posible
definir algunos de sus parametros y, eventualmente, algunos de los algoritmos de menor rango
que se hallan implicados. De acuerdo con el estado actual de desarrollo de la teoría,
utilizaremos el término proceso para referirnos, en un sentido general, al procesamiento de
información que tiene lugar durante la lectura, y, en un sentido mas restringido, al
procesamiento de información en un nivel particular. El concepto de algoritmo se empleara
para referirse a una serie de reglas, procesos y representaciones, completamente
especificadas en un procedimiento, que puede implementarse en un computador.
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de resolver las ecuaciones de naturales de la forma a+ - b+ cuando a+ < b+. A su vez, las
operaciones permitidas en la axiomatica de los enteros conducen a la construcción de los
racionales e irracionales. Es operando sobre los reales -racionales e irracionales- que se
descubre la imposibilidad de resolver, dentro de los reales, las ecuaciones de la forma x = -y
dando lugar a la creacion o descubrimiento de los complejos. Las propiedades que se derivan
en cada nivel son las especificas de una función de interpretación que no pueden deducirse de
un nivel, para nuestro conocimiento, ontológicamente anterior. El carácter no enumerable de
los complejos no puede deducirse del carácter enumerable de los reales, independientemente
de que conozcamos de la existencia de los complejos -y por tanto de la necesidad de su
existencia- a partir de los reales. Mas aun, cualquier numero entero puede expresarse en
forma compleja, pero lo contrario no ocurre. Es el establecimiento de una función de
interpretación sobre los productos de una cierta función de composición lo que determina la
existencia de representaciones de un nuevo nivel de complejidad con propiedades emergentes.
Este es un proceso de induccion constructiva (cf. Michalski, Carbonell y Mitchell, 1983).
Dietterich y Michalski (1983), Michalski (1983) y Lenat (1983) presentan algunos algoritmos
clasicos capaces de manipular información simbólica.
alfabeto, por ejemplo, para hacer una busqueda en el diccionario, seria util tener codificadas
todas las relaciones explícitas que pueden darse entre las letras, saber de forma inmediata si
la j se halla antes o despues de la i y antes o despues de la h -problema que se presenta
habitualmente respecto de como tratar la ch-; sin embargo, esto no es lo que ocurre; alguien
no habituado a buscar en el diccionario a menudo repasa el abecedario por completo para
situar la letra en cuestion. El abecedario se encuentra representado como una serie: contiene
información explícita acerca del orden de las letras en la serie y solo información implícita
acerca de si la e va antes o despues de la f. Si se solicitara a un sujeto que dijera todas las
letras del alfabeto que tienen jamba inferior probablemente se le olvidaria alguna. Esta
información solo se halla implícitamente representada en la imagen grafica representada de la
letra y no como un criterio para la clasificacion de las letras, directamente recuperable y en
paralelo.
Una representación proporciona una cierta descripcion de una clase de objetos o fenomenos.
Una descripcion es: a) característica si establece hechos que son verdaderos de todos los
objetos o fenomenos a los que la descripcion se aplica. Una descripcion es característica si
permite discriminar un clase de objetos o fenomenos de la clase universal de objetos que no
pertenecen a la clase; b) discriminante si permite describir una clase de objetos o de
fenomenos en el contexto de un conjunto especificado de otras clases de objetos; y, por
ultimo, c) relacional si proporciona una descripcion de las relaciones que pueden establecer
entre una clase dada de objetos o fenomenos y alguna otra clase especificada distinta de la
universal, p. ej. una relación taxonomica, partonomica, etc. (cf. Dietterich y Michalski, 1983).
Estas descripciones pueden ser directamente recuperables o exigir alguna clase de proceso u
operacion.
Cuando se estudia el proceso lector, el modo en que los distintos procesos del lenguaje
afectan al tratamiento de información de un texto, las nociones teóricas que acaban de
presentarse se complican notablemente. La comprensión de un texto es el resultado de una
serie de procesos constructivos que actuan, a partir de las representaciones generadas por el
propio texto, sobre representaciones previas, cambiando el estado de conocimiento. Una
información puede recuperarse solo si existe algun indicio apropiado (cf. Tulving, 1983). Dado
que el propio texto actua sobre el conocimiento previo, en primer término, como una serie
estructurada de indicios de recuperacion de información, el conocimiento implícito puede
jugar un papel fundamental, al determinar la ejecucion de ciertas inferencias que, en otro
caso, no se producirian por el uso de indicios internos al propio sistema. Puede distinguirse,
entonces, entre inferencias inducidas por indicios internos, e inferencias inducidas por el
procesamiento de información externa.
En relación con la recuperacion de información se ha introducido en la psicologia de la
memoria el concepto de activación. Esta nocion resulta util para caracterizar la disponibilidad
efectiva de una cierta información: se dice de una cierta unidad de información que se
encuentra activada si se encuentra inmediatamente disponible o ha sido recuperada de la
memoria semántica; se dice, por el contrario, que no se encuentra activada si requiere de
algun indicio apropiado para su activación. El grado en que una información se encuentra en
estado activo depende de su nivel base de activación, un nivel que expresa la magnitud que ha
de alcanzar una cierta energia asociada a cada representación para que pueda estar
disponible. La nocion permite establecer: a) distintos niveles base de activación que expresen
la distinta disponibilidad de distintas representaciones; b) la modificacion funciónal del nivel
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Una caracterizacion adecuada del proceso lector implica tratar la lectura en el marco de la
comprensión del lenguaje. La forma en que el sistema cognitivo estructura y procesa la
información es una condicion para el análisis de como se lleva a cabo este proceso. La lectura
implica, en primer término, el procesamiento activo de la información que un texto contiene. El
sistema que determina que estrategias utilizar y como integrar la información que,
secuencialmente, se procesa, en la lectura, ha sido llamado memoria activa. La memoria activa
es un sistema complejo de procesamiento de información integrado, de acuerdo con Baddeley
(1986a), por un subsistema ejecutivo central, que determina en que secuencia ejecutar ciertos
procesos, y ciertos subsistemas dependientes a los que el sistema ejecutivo central accede,
los denominados retenes de modalidad, el bucle articulatorio, que procesa información
lingüística, y, el reten viso-espacial, que procesa información visual. La memoria activa accede
en el procesamiento lector a un sistema que registra información a largo plazo. La memoria
semántica es el sistema en el que se registra la información previa. Esta información se
integra en la memoria activa con la información procesada por el lector durante la
comprensión.
La memoria activa interviene en la lectura determinando la formacion de una representación
integrada del texto que incluye una representación lingüística y una representación no
lingüística generada por el lector a partir de aquella. Este complejo proceso implica la
actuacion de una serie de procesos automaticos y estrategicos. La distincion entre
automatismos y estrategias se refiere a la modalidad en que un cierto proceso ocurre. Un
proceso es automatico cuando su ejecucion no observa cambios debidos a la experiencia y no
es afectado por limitaciones de capacidad que afectan al sistema de la memoria activa. Un
proceso es estrategico si se observan cambios en su ejecucion debidos a un incremento de la
experiencia y si es afectado por limitaciones de capacidad de la memoria activa (cf. Shiffrin
y Schneider, 1977). Los procesos estrategicos evolucionan en la lectura experta hacia
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2. RECONOCIMIENTO DE PALABRAS.
Las investigaciónes que han estudiado el procesamiento perceptivo que tiene lugar durante
la lectura no abundan. Solo recientemente han empezado a estudiarse las condiciones que, en
el nivel del estimulo, debe satisfacer un texto como para que su lectura pueda ser optima.
Legge, Rubin, Pell, Schleske (1985a) encuentran que las tasas de lectura alcanzan su nivel
optimo cuando los caracteres graficos se presentan entre 0.3 y 2 grados, que coincide con el
angulo estimado de vision de la fovea. La tasa de lectura aumenta con el tamano del campo
pero solo hasta 4 caracteres independientemente del tamano que tomen los caracteres, una
estimada algo menor de la encontrada en la codificación perceptiva estudiada mediante el
registro oculografico. La polaridad de contraste entre figura-fondo -controlada por la
presentacion del texto en negro sobre fondo blanco frente a presentarlo en blanco sobre
fondo negro- no tiene ningun efecto. Estudiando los efectos de la perdida de vision en la
lectura, Legge, Rubin, Pell, Schleske (1985b) encontraron, manipulando el tamano de los
caracteres, el numero de caracteres en el campo, el numero de puntos descomponiendo cada
carácter, la polaridad de contraste y el espaciamiento de caracteres, que el 64% de la
varianza obtenida en el rendimiento de 16 sujetos con distintas patologias podia explicarse
recurriendo a dos distinciones fundamentales: si el campo central estaba intacto frente a si
observaba una perdida, y si el medio ocular era claro frente a si era difuso. Las tasas de
lectura maximas obtenidas en sujetos con perdidas a nivel de campo central fueron muy bajas
(la mediana se hallaba en 25 palabras por minuto), mientras las tasas de lectura maximas
para sujetos con el campo central intacto fueron al menos de 90 palabras por minuto (la
mediana se hallaba en 130 palabras por minuto). Sin embargo, la lectura de los sujetos que
sufren perdida de vision es similar a la lectura de los que no la sufren: ambos muestran la
misma dependencia del numero de caracteres en el campo.
Sometiendo a prueba distintos modelos de procesamiento visual en la prediccion de las
confusiones que pueden ocurrir entre distintas letras, Gervais, Harvey y Roberts (1984) han
demostrado que, frente a los modelos basados en rasgos y en plantillas o modelos, el análisis
de Fourier de la frecuencia espacial efectua las mejores predicciones de las confusiones
obtenidas presentando pares de letras cuando la frecuencia espacial del estimulo se filtra por
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la función de sensibilidad al contraste humano. Al igual que ocurre en la percepción del habla,
la percepción de los grafemas tiene una naturaleza categorica (Ivry y Jusczyk, 1985).
Para determinar que fijaciones oculares tienen lugar durante la lectura de un texto se ha
utilizado un procedimiento experimental -el paradigma de mirada contingente- que permite
conocer en cada instante en que información se esta fijando el sujeto y durante cuanto tiempo.
Estas latencias nos informan de cuanto tiempo requiere el procesamiento de una cierta unidad
de información y, de este modo, recurriendo a un diseno experimental apropiado, que variables
le afectan.
La primera variante de este procedimiento experimental utiliza un dispositivo de registro
oculografico controlado por un computador de tal forma que en la pantalla del computador se
presenta en cada instante la palabra que esta siendo fijada, en tanto se sustituyen el resto de
las palabras en el texto a derecha e izquierda por cadenas de letras no significativas -series
de x- de la misma longitud que la de las palabras en el texto (Rayner, 1975, 1983; Reder,
1973). El computador determina el angulo visual de fijación para reconocer en que palabra se
esta fijando el sujeto y cambia la presentacion durante el tiempo en que el sujeto efectua un
movimiento sacádico. Este procedimiento, sumamente natural, nos permite conocer en cada
instante que información esta procesando el sujeto. La segunda variante de este
procedimiento experimental, menos natural, consiste en la presentacion sucesiva, a traves de
la pantalla de un computador, de cada una de las palabras de un texto (Aaronson y Ferres,
1986). El sujeto controla, en este caso, el tiempo de presentacion de cada palabra, avanzando
o retornando a un fragmento anterior del texto segun pulse la tecla de avance o de retroceso.
El computador registra esta latencia como tiempo de lectura de la palabra en cuestion. Este
procedimiento de lectura palabra por palabra proporciona una medida en tiempo real del
tiempo de codificación de cada palabra. Ambas variantes nos proporcionan en parte la misma
información y en parte información distinta, independientemente de su naturalidad intrinseca.
De acuerdo con el primer procedimiento, la fovea, que se extiende entre 1 y 2 grados de
angulo visual, procesa entre 3 y 6 letras. La información de que se dispone en la parafovea,
región periferica a la fovea, es insuficientemente detallada como para permitir la
identificación de palabras impredecibles (Rayner, 1983; Rayner y Bertera, 1979; Rayner,
Inhoff, Morrison, Slowiaczek y Bertera, 1981). Enmascarando la información foveal la lectura
se torna, en la practica, imposible (Teuber, Batterby y Bender, 1960). Dependiendo de la
longitud de la mascara, de entre 3 y 5 letras, se producen caidas de la tasa de lectura de 300
palabras a 50 palabras por minuto. La parafovea parece procesar únicamente la longitud de la
palabra que sigue a la que el sujeto esta atendiendo y posiblemente su letra inicial (McConkie y
Rayner, 1975). El punto de fijación se situa en el primer tercio de la forma visual de la
palabra (Drewnowsky y Healy, 1980) o en su primera mitad (O'Regan, 1979; Rayner y
Pollatsek, 1981) característicamente dispuesta para el procesamiento visual de la información
que se presenta a la derecha (Rayner, 1986), segun los habitos de lectura que imponga la
escritura del texto. El tamano de la expansion perceptiva varía segun la competencia del
lector y la dificultad del texto, aunque esto no justifica la obtencion de tasas de lectura mas
lentas en los lectores que se inician (Rayner, 1986). McConkie, Zola, Blanchard y Wolverton
(1982) observan que cambiando la palabra que sigue a la que se esta atendiendo por otra
fisicamente similar y con el mismo sentido no se observan cambios en la pauta de fijación
ocular que permita atribuir alguna responsabilidad a la parafovea en el proceso lector. Rayner
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(1975) demostro que, incluso, sustituyendo la palabra que sigue por una pseudopalabra no se
observan cambios en las pautas de fijación ocular.
Dos teorías generales se han propuesto para explicar que procesos controlan los
movimientos sacádicos del lector. La teoría oculomotora supone que estos movimientos son de
carácter balistico, una vez se decide la ejecucion de un movimiento no puede detenerse. En
cada fijación se revisan de forma homogénea y semiautomatica siete espacios de caracteres
durante 250 msg. (Bouma y de Voogd, 1974; Kolers, 1976). La teoría oculomotora supone que
la decision de un movimiento consume 200 msg. de tal forma que el tiempo restante se
consume en la codificación del patron visual sin proceder a su procesamiento. La teoría
oculomotora supone, por tanto, que la interpretación de un texto durante la lectura es
mediata.
La teoría de interpretación inmediata supone, por el contrario, que el sujeto dedica a cada
unidad de información tanto tiempo como requiere su procesamiento, y, por tanto, la latencia
de fijación constituye una medida real del tiempo de procesamiento de cada palabra. Tres
tipos de evidencia avalan las predicciones de esta teoría.
El primer tipo de evidencia se refiere a la estimada del tiempo que se requiere para decidir
un movimiento sacádico. Las primeras estimaciones de 200 msg. se han reducido a un intervalo
de 100 msg. (Becker y Jurgens, 1979; McConkie, Underwood, Zola y Wolverton, 1985;
Morrison, 1984; Rayner y Pollatsek, 1981). El segundo tipo de evidencia se refiere a la
estimada del tiempo que requiere la interpretación de una cierta unidad de información. El
tiempo que requiere interpretar un dibujo varía entre 80 y 120 msg. (Snodgrass, 1984); el
tiempo que se requiere para la lectura de una palabra de longitud media es del mismo orden de
magnitud (Rayner y Pollatsek, 1981). Por ultimo, el tercer tipo de evidencia se refiere a las
alteraciones que se observan en el curso de la fijación ocular dependiendo de las
características de la palabra a que se esta atendiendo. Se observan alteraciones sistemáticas
de la latencia de fijación de las palabras atendidas dependiendo de su longitud (Carpenter y
Just, 1983; Rayner y Pollatsek, 1981) y frecuencia (Just y Carpenter, 1980) o en función del
nivel de procesamiento comprometido en su interpretación. Se observan asi efectos de nivel
léxico (Carpenter y Just, 1983; Just y Carpenter, 1980; Rayner y Duffy, 1986), de nivel
sintáctico (McDonald y Carpenter, 1981), de nivel semántico (Carpenter y Daneman, 1981;
Frazier y Rayner, 1982; Just y Carpenter, 1978) y de nivel textual (Blanchard y Iran-Nejad,
1987; Carrithers y Bever, 1984; Dee-Lucas, Just, Carpenter y Daneman, 1982). Las
consecuencias de una estrategia de interpretación inmediata en el procesamiento de un texto
no son criticas cuando la interpretación que se ha proporcionado se revela erronea. El lector
puede recuperarse de estas anomalias inmediatamente que las detecta prolongando
simplemente el tiempo de fijación de la palabra que resuelve aquellas (Just y Carpenter,
1980).
En el procesamiento visual del lector cumple un papel crítico el reconocimiento de las letras.
Las letras, en razon de sus rasgos, constituyen símbolos muy depurados en un sistema de
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escritura alfabetica. Las confusiones que sufre quien se inicia en la lectura con aquellas letras
que se distinguen de otras por su orientacion no constituyen razon de ninguna dificultad o
trastorno posterior. La orientacion izquierda-derecha no suele ser diagnostica en la
descripcion del entorno. Bresnan y Vicario (1984) han señalado que los ejes direccionales
asignados a los objetos tienden a permanecer en correspondencia con los del entorno.
Inicialmente, en la lectura, el sujeto tiende a preservar el eje vertical arriba-abajo, en tanto
el eje horizontal izquierda-derecha no. Excepto en los casos en que se presentan severos
problemas de lectura de otra naturaleza (Kaufman, 1980), la desaparicion de estas
confusiones depende de la edad y entrenamiento del lector (Gibson, Gibson, Pick y Osser,
1962). Solo cuando un lector entrenado resulta ser competente en el reconocimiento de
palabras y tiene problemas en su deletreo, es posible atribuir a estas dificultades un valor
diagnostico (Bruck y Waters, 1988).
Inicialmente el lector parece prestar una atencion mayor a la primera letra de la palabra; es
luego, posteriormente, cuando atiende a la codificación de sus letras interiores. Berninger
(1987), sin embargo, ha encontrado que los lectores, apenas se inician, son capaces de
recordar una palabra mas rapidamente que una de sus letras, lo que supone una habilidad
primaria para el reconocimiento de una secuencia de letras como una palabra. Ademas de
atender a las letras constitutivas de las palabras el sujeto debe atender a la secuencia en que
se presentan (Calfee y Pointkowski, 1981). La información ordinal se codifica transicion por
transicion en un proceso que establece relaciones antagonistas entre transiciones directas e
inversas de las mismas letras (Courrieu, 1985; cf. 2.2. Procesos de codificación léxica). Los
errores en la secuenciacion de las letras dependen de nuevo de la edad y entrenamiento del
lector, desapareciendo a medida que el lector progresa. La memoria activa juega un papel
fundamental al permitir la retencion del orden en que aparecen las letras (Johnston, Rugg y
Scott, 1987a).
En la lectura de un texto el lector no atiende a todas y cada una de las palabras que se le
presentan. El lector atiende por lo comun, como se detecta mediante el registro oculografico,
mas a palabras de contenido (80%) que a palabras de función (40%), lo que constituye una
evidencia adicional de la hipotesis de interpretación inmediata (Beck y Carpenter, 1986; Just
y Carpenter, 1987). Esta distincion entre palabras de contenido y de función es funciónal y
compromete el tipo de unidad de información que se ha tomado como objeto de una mirada. El
procedimiento de lectura palabra por palabra reduce este problema, presentando, sin
embargo, otros. El procedimiento de registro oculografico elimina, en general, entre el 10% y
el 20% del tiempo dedicado a la lectura de un texto, dado que "los sujetos pueden estar
procesando palabras cognitivamente durante los diversos intervalos omitidos del análisis
estandar de los movimientos oculares" (Aaronson y Ferres, 1986, p. 91). Es, ademas, a
menudo, dificil determinar "la duracion de la fijación a ciertas palabras por las regresiones al
texto previo y por la vision anterior y posterior respecto de la amplitud visual periferica de
entre 12 y 14 letras a partir del centro de fijación (Hochberg, 1976)" (Aaronson y Ferres,
1986, p. 91). Las palabras de función pueden saltarse porque se procesan perifericamente
(O'Regan, 1979; Rayner, 1979; 1983), de ahi que el registro oculografico no detecte latencia
alguna en un conjunto significativo de casos. Con este procedimiento, sin embargo, pueden
verse alteradas las tasas de lectura que se obtienen con un procedimiento de registro
oculografico si se varía la localizacion espacial de las palabras que sucesivamente se presentan
y se encuentra disponible el texto ya presentado (Kennedy y Murray, 1984). Aaronson y
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Ferres (1986) obtienen tasas de lectura equivalentes con este procedimiento palabra por
palabra sin variar la localizacion espacial.
primero de estos hechos se refiere a que las palabras empleadas por un actor en la
comúnicacion inducen en el receptor la construcción de representaciones que alteran y/o
amplian la estructura del léxico (cf. Benelli, 1988; Johnson-Laird, 1987; Just y Carpenter,
1987; McNamara, 1982; McNamara y Sternberg, 1983; Markman y Watchel, 1988; Miller,
1986; Sternberg, 1984) lo que afecta al desarrollo del sistema conceptual (Johnson-Laird,
1987; Miller, 1986). El léxico, al inducir la formacion de nuevos conceptos, impone
restricciones propias a la construcción y desarrollo del sistema conceptual. El sujeto se guia
en la asignacion de un término a una cierta descripcion del mundo en los principios de relación
partonomica y de exclusividad segun los cuales los términos deben aplicarse de forma
excluyente. Si ya existe un término para una cierta descripcion un nuevo término debe
implicar una nueva descripcion del mismo objeto o fenomeno o la descripcion de otros
tematicamente relacionados (Markman, 1986; Markman y Wachtel, 1988). El segundo de
estos hechos se refiere a que la información registrada en la memoria semántica solo es
accesible si se recurre a un sistema de indicacion (Tulving, 1983). El lenguaje natural
constituye un sistema de indicacion de recuperacion de información (Garner, Podgorny y
Frasca, 1982), el mas amplio y complejo de cuantos dispone el ser humano. Por medio del
lenguaje oral o gestual es posible acceder a información a la que, presumiblemente, no puede
accederse por medio de algun otro sistema de indicacion al menos por lo que se refiere a la
comúnicacion humana. El diferente comportamiento de los dibujos y de las palabras en tareas
de denominacion y de categorizacion que utilizan los paradigmas de Stroop y de anticipacion
demuestran que el sistema léxico es un sistema distinto del sistema conceptual (Glaser y
Glaser, 1989; Mayor, Sainz y Gonzalez-Marques, 1988) al que aquel puede servir de acceso
(cf. Balota y Lorch, 1986). El análisis de la estructura del léxico justifica tratar el sistema
léxico como un sistema de acceso al sistema conceptual configurado por el lenguaje. Las
diferencias que se obtienen en el procesamiento de palabras concretas y abstractas (cf.
Paivio, 1986), abonan, entre otros hallazgos, esta hipotesis.
En cuatro experimentos en que utiliza pares asociados no relacionados y neutrales, Bleasdale
(1987) encuentra que la denominacion en pares asociados semánticamente homogeneos -es
decir, los dos concretos o los dos abstractos- es mas rapida que en pares semánticamente
heterogeneos -es decir, uno concreto y otro abstracto-. Kroll y Merves (1986), comparando la
velocidad y eficacia con que se realiza una decision léxica sobre términos concretos y
abstractos, encuentran que las decisiones sobre un bloque de palabras abstractas suponen
mas tiempo que las decisiones léxicas sobre un bloque de palabras concretas; esto ocurre, sin
embargo, solo cuando los bloques se presentan en este orden, no cuando se presentan en el
orden inverso, donde no obtienen diferencias significativas. Estas diferencias deben
atribuirse a la facilidad con la que es posible determinar el referente de una expresión (cf.
Herman y Rubenfeld, 1985) lo que implica el recurso al conocimiento previo, fenomeno que se
encuentra a la base de la diferente disponibilidad y distintos efectos que el contexto tiene
sobre palabras concretas y abstractas (Schwanenflugel, Harnishfeger y Stowe, 1988)
El análisis mas preciso del sistema léxico como mecanismo de acceso permite la formulacion
de algoritmos que definen un procedimiento efectivo para llevarlo a cabo. Estos algoritmos se
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Dos modelos teóricos básicos se disputan la explicacion del proceso de acceso léxico: los
modelos de acceso directo (Elman y McClelland, 1984; Klatt, 1980, 1986; Marslen-Wilson y
Welsh, 1978; Marslen-Wilson y Tyler, 1980; Marslen-Wilson, 1984, 1987; McClelland y
Elman, 1986; Morton, 1979, 1980, 1982; Tyler y Marslen-Wilson, 1982) y los modelos de
busqueda serial (Forster, 1976, 1979; Glanzer y Ehrenreich, 1979).
Los modelos de acceso directo suponen la existencia de un esquema de indicacion que
permite la codificación de la señal de habla y recuperar la información que se le asocia como
palabra codificada del léxico. Este esquema básico de indicacion utiliza, primariamente, en el
lenguaje oral, la información acustico-fonetica de la señal de habla, y, en el lenguaje escrito,
la información que porta la estructura ortografica de la palabra, su deletreo. El acceso léxico
procede verificando que se cumplen distintas restricciones establecidas a distintos niveles.
La palabra que verifica estas restricciones resulta ser, en ultima instancia, la activada.
En el modelo de Marslen-Wilson (1987) la seleccion de una palabra es el resultado de un
proceso de eliminacion y activación gradual. De acuerdo con Pisoni y Luce (1987), la activación
de la cohorte de palabras se produce recurriendo a la formacion de representaciones que
definen segmentos de palabras. En el modelo de percepción del habla de McClelland y Elman
(1986; Elman y McClelland, 1984) la activación de una palabra se verifica por la activación
interactiva de distintos indicios proporcionados por el contexto a distintos niveles. Klatt
(1980, 1986) explica el acceso léxico recurriendo a la codificación previa de los espectros de
la señal de habla en la memoria a largo plazo. Cuando se presenta una señal de habla el sistema
calcula ciclicamente el espectro de potencia de la señal y compara estos espectros con los
modelos registrados en la memoria, dando lugar a la formacion de una representación
fonológica de la señal.
Los modelos de busqueda serial (Forster, 1976, 1979; Glanzer y Ehsenreich, 1979) tratan
de explicar el acceso léxico y el procesamiento léxico de la palabra. Las descripciones
perceptivas de las palabras se encuentran registradas atendiendo a su semejanza. El sistema
procede examinando en un orden fijo, segun su frecuencia, aquellas descripciones que
permitirian identificar la palabra, recuperandose del mismo modo su interpretación léxica. El
problema es, a menudo, determinar un esquema que permita organizar el proceso de busqueda,
a nivel de la codificación perceptiva y a nivel de su contenido léxico. Los modelos de acceso
directo justifican mejor la naturaleza del proceso.
En la lectura, la propia estructura grafemica de las palabras proporciona la información que
se requiere para el acceso léxico. Cuando una letra se activa, se activa un dispositivo de
acceso al léxico, segun la letra de que se trata y su posicion serial en la palabra. Las distintas
pautas de activación se integran, activandose la palabra que satisface las distintas
restricciones. El mecanismo funcióna como un conjunto de dispositivos arboreos de
sintonizacion. Un dispositivo se activa dependiendo de la intensidad del tono de una palabra, al
que contribuye cada una de sus letras (Just y Carpenter, 1987).
17
Dos modalidades de acceso pueden, en principio, dar lugar a la activación de una palabra en
el léxico segun la modalidad grafemico-ortografica o fonológica de la expresión lingüística
utilizada, escrita u oral. El acceso léxico puede implicar a una de las modalidades, a ambas, o
requerir la traduccion de una señal presentada en una modalidad en términos de la otra.
Cuando la codificación de la señal afecta al acceso léxico se habla de códigos preléxicos;
cuando afecta al procesamiento léxico por haberse ya producido el acceso, se habla de códigos
postléxicos. Ambos tipos de códigos pueden estar implicados en la comprensión del habla y en
la lectura.
lectura, una via no léxica e indirecta, mediada por representaciones fonológicas construidas a
partir de la aplicacion de reglas de correspondencia grafemo-fonémicas. La otra via,
independiente de la primera, se identifica como léxica y directa, y supone el acceso a una
interpretación léxica a traves de la construcción de representaciones ortograficas de las
palabras enteras. Barron (1986) concluye de su revision que ninguna forma de acceso
predomina entre los sujetos que se inician en la lectura. Dos razones justifican esta
conclusion: los modelos de acceso dual no definen las unidades ortograficas del primer léxico,
ni establecen, tampoco, como se lleva a cabo la conversion de estas unidades ortograficas en
sus correspondientes fonémicas al mantener, de hecho, la independencia de ambas vias de
acceso. El único modelo que puede satisfacer la evidencia empírica hasta ahora aportada sobre
la activación de ambos tipos de códigos en la lectura es un modelo léxico de proceso único en
el que el reconocimiento de palabras puede explicarse por la interaccion entre unidades
fonológicas y ortograficas de distinto tamano en el léxico (cf. Perfetti, Bell y Delaney, 1988).
Un proceso único de activación multiunidad es mas plausible, aunque supone la integración
compleja de ambos tipos de códigos que son, de este modo, concurrentes (Just y Carpenter,
1987). McClelland y Mozer (1986) han aportado una evidencia inequivoca de este ultimo en las
confusiones que tienen lugar cuando se presentan dos palabras fisicamente semejantes (p. ej.
PESO CESA). Los errores que cometen los sujetos -errores de migracion- cambiando las
letras de una palabra por las de la otra y dando lugar a una palabra distinta de la presentada
(p. ej. CESO o PESA en lugar de CESA) se explican por el conocimiento de las reglas que rigen
la combinacion de las letras (cf. 2.3.3. Algoritmos de acceso léxico).
Dado el papel causal que en la lectura de los disléxicos y en la lectura en general tiene el
establecimiento de relaciones grafemo-fonémicas (Baddeley, Logie, y Ellis, 1988; Holligan y
Johnston, 1988; Manis, Savage, Morrison, Horn, Howell, Szeszulski y Holt, 1987; Morrison,
1984; Snowling, Goulandris, Bowlby y Howell, 1986; Szeszulski y Manis, 1987; Temple 1987),
estos programas pueden utilizarse en la recuperacion de la dislexia, en el simple
entrenamiento, o, incluso, en el aprendizaje de una escritura artificial (Brooks, 1977; Brooks y
Miller, 1979), lo que constituye una evidencia adicional de su valor como modelos (Cunningham,
1975, 1977; Haddock, 1978; Marsh y Mineo, 1977; Wallach y Wallach, 1979). Se ha obtenido
con estos procedimientos, -que hacen corresponder palabras a pautas visuales en las que se
sustituyen sonidos-, un rendimiento mayor que el que se obtiene con otros metodos en la
ensenanza de la segmentacion y, especificamente, mayor que con aquellos que tratan de
ensenar la pronunciacion de partes de palabras (Golinkoff, 1978; Content, 1984; Content,
Kolinsky y Morais, 1986). El conocimiento de las reglas de recodificacion fonológica puede
jugar un papel central en la lectura (Wagner y Torgesen, 1987). Estos modelos justifican
ademas los resultados, a menudo fragmentarios, que revelan un acceso mas complejo al léxico
que el que procede de la sola segmentacion de una palabra en sus letras constituyentes (cf.
Cossu, Shankweiler, Liberman y Katz, 1988; Mann, 1986; Segui, 1984; Smith y Sterling,
1982). El conocido fenomeno de la "punta de la lengua" puede ser inducido experimentalmente
cuando se da semejanza entre una palabra de bloqueo y la que se trata de encontrar (Jones y
Langford, 1987).
Las posibilidades explicativas de estos modelos son abrumadoras si se atiende a la
evidencia empírica existente. El acceso léxico puede explicarse en términos de un único
proceso (cf. Barron, 1986) que dispone de unidades superiores a las de las letras que
constituyen una palabra (cf. Greenberg y Vellutino, 1988). Los lectores, apenas se inician,
encuentran ciertas secuencias ortograficas mas faciles de leer y deletrear incluso antes de
que hayan aprendido a utilizar reglas grafemo-fonémicas de forma consistente (Laxon,
Coltheart y Keating, 1988). En el deletreo de una palabra desconocida, incluso los lectores
menos expertos son capaces de hacer analogias entre palabras para poder leerla (Goswami,
1986). Los errores foneticos que cometen los sujetos en la lectura avalan tambien esta
interpretación (Brady, Mann y Schmidt, 1987).
Una linea de investigación básica en la evaluacion de estos modelos algoritmicos y de su
papel en la lectura es la que representa el análisis de las relaciones de facilitacion e
interferencia que se dan en la activación de palabras del léxico en razon tanto de
correspondencias grafemo-fonémicas como entre palabras del mismo dominio semántico.
Courrieu (1985) ha aportado evidencia de que existen relaciones de activación antagonistas
entre series de letras identicas que varian en su orden de presentacion. Cuando se presenta
gradualmente información fragmentaria de una palabra, Peynircioglu (1987) observa una
mayor inhibicion que cuando se presenta la palabra completa. Dos palabras ortograficamente
similares separadas por una asincronia de presentacion entre estimulos breve pertenecen al
mismo conjunto activado y resultan ser competitivas para el reconocimiento, un efecto que
varía en relación con la frecuencia (Colombo, 1986). Identicas relaciones antagonistas se dan
entre palabras a nivel grafemico y semántico cuando se presentan palabras de la misma clase
de la que se procesa (Watkins y Allender, 1987).
22
Como mecanismo de acceso al sistema conceptual y como sistema que registra información
especifica del lenguaje, el sistema léxico opera sobre una cierta entrada informativa de
acuerdo con ciertas condiciones. Estas condiciones definen parametros en la ejecucion del
acceso y en la ejecucion del procesamiento. La tarea de decision léxica, mediante la que se
decide si una palabra pertenece o no al léxico de una lengua, puede implicar la activación de
ambos procesos o la activación de solo uno de ellos. Aunque puede distinguirse entre ambos
procesos empíricamente, la determinacion de si una cierta pseudopalabra -una serie de letras
pronunciable-, constituye o no una palabra del léxico depende de bajo que condiciones actue el
sistema léxico como mecanismo de acceso y de bajo que condiciones actue como sistema que
codifica información especifica del lenguaje. Depende de que parametros se definan asi cabra
atribuir la identificación de una pseudopalabra a una decision ejecutada por un mecanismo de
acceso o, a una decision ejecutada por un sistema de procesamiento léxico, o, a ambos. La
identificación de estos parametros es una cuestion critica.
A traves del registro de la duracion de las fijaciones oculares, se ha podido establecer, con
cualquiera de los procedimientos ya resenados, que el tiempo de fijación de una palabra varía
dependiendo del numero de letras que contiene (Aaronson y Ferres, 1984, 1986; Carpenter y
Just, 1981; Just y Carpenter, 1980), a razon de una media de 30 msg. por letra y de 240 msg.
por palabra (Carpenter y Just, 1981; Just y Carpenter, 1980). Este efecto de longitud se
evidencia, asimismo, en una cierta variedad de tareas, en el reconocimiento de una palabra que
se presenta en un tiempo critico (McGinnies, Comer y Lacey, 1952), en una tarea de decision
léxica tanto con palabras como con pseudopalabras (Whaley, 1978), o en una tarea que exige la
lectura oral de una palabra (Forster y Chambers, 1973). No se presenta, en cambio, siempre,
en tareas que no implican la lectura de un texto (Henderson, 1982). Este efecto de longitud es
independiente de la existencia de movimientos oculares (Just, Carpenter y Wooley, 1982) o
de vision foveal (Just y Carpenter, 1987) y resulta ser independiente de la variable de angulo
visual, como se pone de manifiesto en la lectura de caracteres logograficos de otras lenguas
(Just y Carpenter, 1983), contexto en el que se observan variaciones en el tiempo en la
codificación de los caracteres dependiendo del numero de rasgos que presenta, lo que revela la
existencia de un mecanismo de codificación que opera componente por componente (Just y
Carpenter, 1987).
No todas las posiciones de letras en una palabra son igualmente predictivas de las que
suceden en la misma serie ni se procesan, por tanto, de forma identica (Rumelhart y
McClelland, 1982). En el lenguaje oral, que exige al igual que la lectura un procesamiento
secuencial de la información, Grosjean (1980) demuestra que las palabras pueden, a menudo,
reconocerse antes de que haya concluido su emision. Estos fenomenos revelan un efecto de
posicion serial en la codificación de palabras.
23
Que una palabra se identifique de forma mas rapida y con mayor eficacia que una serie de
letras que no constituyen una palabra, se explica por su codificación, por el desarrollo de un
código único de memoria que puede ser activado incluso cuando la información de entrada es
fragmentaria. En una investigación en la que tratan de analizar los procesos de memoria que
concluyen en la codificación como palabra de una pseudopalabra, Salasoo, Shiffrin y Feustel
(1985) demuestran que la ventaja inicial de procesamiento de las palabras desaparece con la
repeticion de la pseudopalabra. Seis repeticiones de las pseudopalabras utilizadas por
Salasoo, Shiffrin y Feustel (1985), en dos tareas de identificación umbral, bastaron para que
desapareciera la ventaja inicial de las palabras, conservandose los efectos hasta un año
despues. La primera de las tareas de identificación, denominada tarea de identificación
umbral discreta consiste en una única exposicion breve de una serie de caracteres alfabeticos
que se presenta seguida por una mascara visual. La tarea del sujeto es identificar la serie
entera. La segunda de las tareas de identificación, denominada tarea de identificación umbral
continua, consiste en la presentacion sucesiva de series de caracteres alfabeticos seguidos de
una mascara visual. En un momento predeterminado la secuencia de presentacion concluye y el
sujeto debe identificar la ultima de las series presentadas. En ambas tareas el momento en
que se interrumpe la ultima serie se determina de modo que sea posible definir la función
correspondiente.
Aunque es dificil explicar la rapida convergencia de palabras y pseudopalabras con un
numero tan reducido de repeticiones, la codificación como palabra de una pseudopalabra puede
resultar de cambios relativos en la frecuencia de presentacion de ciertas combinaciones de
letras mas que de la codificación de la serie como tal. Si esta hipotesis resulta correcta
"algunos efectos de frecuencia de palabras en el lenguaje natural puede que no se deban por
completo a la frecuencia de aparicion [de la palabra como tal], sino que reflejan propiedades
estructurales diferenciales, grafemicas y fonotacticas, en diferentes frecuencias" (Salasoo,
Shiffrin y Feustel, 1985). La plausibilidad de esta hipotesis indicaria que el efecto de
frecuencia habitualmente asociado a la codificación de una palabra seria el resultado de un
efecto de fluidez perceptiva (Jacoby y Dallas, 1981; Jacoby, 1983; Jacoby y Hayman, 1987).
asociado a la combinacion de series especificas de letras mas que provenir de que se disponga
de una entrada léxica como tal.
Que la activación de una palabra procede de forma secuencial, letra a letra, se deduce de
los efectos de longitud de palabra y posicion serial y de la teoría de interpretación inmediata
(cf. Just y Carpenter, 1987). Koriat y Norman (1985) han demostrado que la presentacion de
palabras rotadas solo afecta a su transcripcion transgrafemica que opera de forma
secuencial. Sin embargo, la activación secuencial de las letras de una palabra no implica que su
procesamiento tambien lo sea. Depende del modelo de procesamiento que se adopte para
decidir entre la activación secuencial o paralela de información y su procesamiento secuencial
o en paralelo. Cada una de las letras de una palabra reduce el conjunto de las que pueden ser
activadas en el léxico. La forma global de una palabra no es especifica para cada palabra
24
3. PROCESAMIENTO LÉXICO.
El procesamiento léxico de una palabra implica la interpretación del papel que cumple, en un
contexto dado, una palabra del léxico. Dada la relación que el sistema léxico mantiene con el
sistema conceptual, la interpretación léxica de un término puede requerir el acceso al sistema
conceptual. Sin embargo, el sistema léxico ademas de constituir un mecanismo de acceso al
sistema conceptual codifica algun tipo de conocimiento especificamente lingüístico relativo a
las relaciones léxicas que pueden darse entre palabras. Que el conocimiento léxico pueda
afectar al proceso de categorizacion fonetica (Fox, 1984) o que este proceso determine el
acceso al léxico (Johnston, Rugg y Scott, 1987b) no implica que ambos procesos compartan
25
No disponemos en la actualidad de una teoría precisa de las relaciones que el sistema léxico
mantiene con el sistema conceptual. La propuesta tal vez mas elaborada sigue siendo el
trabajo que publicaran Miller y Johnson-Laird (1976) o el que ha publicado Johnson-Laird
(1987) recientemente. Mas alla de esta contribucion o de la mera distincion entre sistema
léxico y sistema conceptual (Glaser y Glaser, 1989; Mayor, Sainz y Gonzalez-Marques, 1988),
es posible, en parte, reconocer en que forma el sistema léxico afecta a la construcción y
deconstruccion del sistema conceptual y en que forma este afecta al comportamiento de aquel
(cf. Benelli, 1988; Johnson-Laird, 1987; Just y Carpenter, 1987; Markman, 1986; Markman y
Watchel, 1988; Sternberg, 1984). Un trabajo reciente de Potter, Kroll, Yachzel, Carpenter y
Sherman (1986) ha atendido especificamente este problema por el procedimiento de sustituir
ciertos términos en una oracion por dibujos. Partiendo del diferente acceso de los dibujos y
de las palabras al sistema conceptual (cf. Mayor, Sainz y Gonzalez-Marques, 1988), Potter,
Kroll, Yachzel, Carpenter y Sherman (1986) someten a prueba la hipotesis de que la
interpretación semántica de una palabra requiera el acceso al sistema léxico
-hipotesis léxica- o requiera, por el contrario, el acceso al sistema conceptual. Para evaluar
esta hipotesis presentaron oraciones en que un dibujo sustituia una palabra. Dado que los
dibujos son significativamente mas lentos cuando requieren acceso léxico, la hipotesis léxica
se veria apoyada si las oraciones graficas son dificiles de procesar; por el contrario, la
hipotesis conceptual se veria apoyada si estas oraciones son faciles de procesar. Las oraciones
se presentaron utilizando una tecnica de presentacion serial visual rapida (RSVP) en una tasa
de 10 o 12 palabras por segundo. Los resultados avalan la hipotesis conceptual. Los términos
se utilizan como indicios de un sistema conceptual no lingüístico que interviene en el proceso
de su interpretación semántica.
Dos tipos generales de relaciones se reconocen en el sistema conceptual, relaciones
jerarquicas y heterarquicas (Just y Carpenter, 1987). Las relaciones jerarquicas pueden ser:
a) partonomias, definidas por la existencia de relaciones de parte a todo entre conceptos (cf.
Tversky y Hemenway, 1984); y, b) taxonomias, definidas por la existencia de relaciones de
parte a todo inclusivas y transitivas entre conceptos (Markman, 1986; Markman y Watchel,
1988) que definen distintos niveles de representación (cf. Murphy y Smith, 1982). Las
relaciones heterarquicas entre conceptos son mas complejas e imprecisas, al definir la
existencia de relaciones intransitivas, como las relaciones de antonimia y sinonimia, de origen
probablemente léxico. Chaffin y Herrmann (1984) indican la existencia de cinco familias de
relaciones semánticas, -constrastes, inclusion de clases, semejanzas, relaciones de caso y
parte-todo- integrando relaciones jerarquicas y heterarquicas, lo que hace esta clasificacion
mas imprecisa. Estas relaciones conceptuales definen la composición de categorias o conceptos
naturales en esquemas (Sainz y Gonzalez-Marques, 1986) a los que es posible acceder por via
léxica.
27
posible establecer relaciones entre distintos monemas léxicos, -p. ej. en el sistema verbal, los
verbos dar, regalar, recibir, devolver, entregar, etc. parecen compartir algun nucleo
interpretativo comun-. Ballmer y Brennesthul (1981) proponen una taxonomia del sistema
verbal del aleman y del ingles a partir de un análisis de los actos de habla implicados por la
enunciacion de un verbo. La segunda de las alternativas supone el establecimiento de
relaciones entre los términos del léxico y su subsunción en predicados de nivel superior, -p. ej.
en el sistema verbal, los verbos citados activan un predicado superior comun que describe la
transferencia de un objeto entre actores-. Schank (1982) ha propuesto reducir el sistema
léxico verbal a un conjunto de primitivos semánticos, implícitos en la comprensión del
lenguaje. Ambos modelos son, formalmente, identicos pero difieren en su capacidad
descriptiva: la descripcion por primitivos léxicos permite describir mejor las relaciones
heterarquicas entre términos del léxico; la descripcion por predicados de nivel superior
permite describir mejor las relaciones jerarquicas del léxico (cf. Rieger, 1979). La cuestion
de como se representa la información en el léxico es, sin embargo, mas compleja y afecta a
que tipo de teoría semántica se adopte (cf. 5.1. Semánticas interpretativas y semánticas
constructivas; 5.2. Descripciones semánticas).
Tratando de hallar la base funciónal del efecto de frecuencia, Dobbs, Friedman y Lloyd
(1985) llevaron a cabo una serie de experimentos de decision léxica que les permite poner en
cuestion la hipotesis de que el efecto de frecuencia tiene una base funciónal homogénea.
Dobbs, Friedman y Lloyd (1985) obtienen latencias de decision léxica semejantes en tres
experimentos en los que varian el tiempo y la forma de presentacion de las palabras lo que
presumiblemente deberia haber afectado a una etapa de verificacion léxica posterior a la
codificación de la palabra.
En una investigación que trata de reproducir y ampliar resultados obtenidos en una
investigación previa en la que encontraban una ventaja en la denominacion de una serie de
pseudohomofonos, respecto de palabras de control, insensible a la frecuencia de la palabra
base -la frecuencia de la palabra que suena como el pseudohomofono-, McCann, Besner y
Davelaar (1988) encuentran que, en una tarea de decision léxica, los pseudohomofonos se
comportan significativamente peor que las palabras de control, pero la ejecucion solo es
sensible a la frecuencia de la palabra base cuando la decision léxica es fonológica, no en el
caso en que es ortografica. Al contradecir estos resultados la hipotesis de que el efecto de
frecuencia se debe a un diferente acceso al léxico de palabras de alta y de baja frecuencia,
McCann, Besner y Davelaar (1988) sugieren la hipotesis de que en la tarea de decision léxica
este implicado un efecto de familiaridad, un término comun al de repeticion. Que la frecuencia
de la palabra base no afecte a la denominacion y a la decision léxica ortografica sobre
pseudohomofonos implica que estos procesos no requieren necesariamente procesamiento
léxico.
Dorfman y Glanzer (1988) muestran que existen cambios del efecto de frecuencia, en una
tarea de decision léxica, en función de la frecuencia de otras palabras que se presentan en la
misma lista que las de prueba. Estos efectos de composición de lista cuestionan el efecto de
frecuencia normativa de las palabras. Dorfman y Glanzer (1988) sugieren que en el efecto de
frecuencia converge con otros efectos propios de la memoria de reconocimiento, una nueva
expresión del efecto de fluidez perceptiva ya señalado. En la base de estas dificultades se
encuentran los problemas metodológicos que presenta la tarea de decision léxica.
El contexto léxico puede jugar un papel critico en la activación de una interpretación léxica
de una palabra para la que no existe una entrada léxica apropiada (cf. 3.2.2.2. Inferencia
léxica), pero el contexto no afecta, sin embargo, ni al reconocimiento de una palabra como
palabra del léxico independientemente de que sea o no conocida, ni a la interpretación léxica
de una palabra que ya se conoce (Till, Mross y Kintsch, 1988). La realimentacion de niveles
superiores al nivel léxico a niveles inferiores de procesamiento esta limitada a aquellas
situaciones en que existe una relación de parte a todo bien definida entre los dos niveles
(Tanenhaus y Lucas, 1987), lo que no implica que no se de interaccion entre los resultados de
distintos niveles de análisis, cuando se requiere para la comprensión. Dempster (1987), ha
demostrado, analizando la hipotesis de que la variabilidad de codificación afecta al
aprendizaje de vocabulario, que este no se amplia porque se establezcan vias de recuperacion
multiples por medio del contexto, produciendo un mayor efecto de aprendizaje la presentacion
de las palabras en distintos momentos en el tiempo.
30
Esto implica que la adquisicion de vocabulario procede de la habilidad del sujeto para
efectuar la descomposición léxica interpretativa de los términos lo que le exige reconocer sus
primitivos léxicos comunes y sus primitivos léxicos diferentes. La adquisicion de vocabulario
es una forma de aprendizaje conceptual (Just y Carpenter, 1987) (cf. 2.3.1. Sistema léxico y
sistema conceptual).
2. La interpretación de un término que resulta apropiado con los argumentos que adopta un
verbo.
1987). Los sujetos consumen mas tiempo en aquellos términos cuya interpretación resulta
ambigua en el contexto en que se usan (Rayner y Duffy, 1986).
4. PROCESAMIENTO SINTACTICO.
El término sintaxis se refiere, cuando se aplica al lenguaje, al orden sistemático que las
palabras adquieren en las expresiones lingüísticas que pueden construirse. El supuesto básico
en la construcción de una gramática es que los lenguajes pueden describirse como una
coleccion de expresiones, cuyas clases pueden definitiva y precisamente especificarse. Un
sistema formal interpretable que defina que expresiones lingüísticas forman parte de un
lenguaje y asigne una estructura y una interpretación a cada una de las expresiones, es lo que
se denomina una gramática.
Una gramática caracteriza un lenguaje. Una gramática es una gramática generativa si
caracteriza las expresiones propias de un lenguaje mediante algun conjunto finito de reglas
recursivas (Postal, 1964). Cada lenguaje tiene una sintaxis y una semántica. La sintaxis de un
cierto conjunto de lenguajes puede especificarse en un lenguaje formal. Este metalenguaje
tiene a las gramaticas como objeto de descripcion; el dominio de su semántica es el conjunto
35
El proceso que sigue un lector en la lectura de un texto es lineal. La sintaxis del texto
define un procedimiento para comúnicar una constelacion no lineal de representaciones en
términos lineales (Just y Carpenter, 1987). El lector intenta recuperar las relaciones que
subyacen a las representaciones que suscita el texto, durante la lectura, segmentando las
36
4.1.2. Evidencia
en una tarea que implica la lectura de un texto para su recuerdo posterior, varian dependiendo
de la estructura sintáctica de las oraciones, como Aaronson y Ferres (1984) aprecian en los
límites de frase, en la diferente respuesta ante verbos copulativos y léxicos, o, en el
diferente tratamiento que reciben las oraciones dependiendo de que tengan o no una oracion
de relativo incorporada. Frazier, Taft, Roeper y Clifton (1984) encuentran que la lectura de
una segunda oracion de una oracion compuesta es mas rapida cuando es estructuralmente
similar a la primera, efecto que encuentran constante utilizando diversos tipos de
estructuras sintácticas.
La evidencia mas demostrativa del papel del análisis sintáctico en la comprensión del
lenguaje la proporciona una disfunción tipicamente sintáctica como es la afasia de Broca. Este
sindrome se caracteriza por una incapacidad especifica del paciente para comprender y
producir expresiones lingüísticas cuya interpretación semántica depende del análisis de
ciertos indicios sintácticos, sea del orden de las palabras o de la existencia de morfemas que
expresan ciertas funciónes. Berndt y Caramazza (1980) han estudiado las dificultades que los
afasicos de Broca tienen con la información del orden de las palabras, lo que les impide
distinguir entre oraciones del tipo,
que depende del análisis de la función caracterizada por la frase nominal que introduce la
expresión "el nino" cuando dispone o no de una palabra de función "a"1 . De este modo,
interpretando las tres frases nominales de la expresión -le, el nino y sus galletas- y la frase
verbal -dio- el afasico de Broca no es capaz de reconocer su distinta interpretación
semántica. En un estudio similar, Heilman y Scholes (1976) trataron de determinar,
presentando una serie de dibujos acordes con distintas descripciones sintácticas y distintas
interpretaciónes semánticas de la misma expresión, el modelo de referencia que construyen
los afasicos. Heilman y Scholes (1976) muestran que, cuando disponen de suficientes indicios
semánticos para interpretarla, los afasicos interpretan correctamente la oracion, fracasando,
en cambio, cuando su interpretación semántica depende de indicios sintácticos que no
procesan. Estas dificultades del afasico se multiplican cuando las oraciones son
sintácticamente mas complejas. Distintos aspectos de la estructura sintáctica de la oracion
contribuyen, por separado, a la complejidad de una oracion (Caplan, Baker y Dehaut, 1985).
conflicto con su interpretación tematica o con los sesgos que introducia el discurso. Sus
resultados, que parecen apoyar la hipotesis de un modulo de procesamiento sintáctico, nos
indican, únicamente, sin embargo, que el procesamiento sintáctico de una oracion es un proceso
obligatorio. Ferreira y Clifton emplean oraciones cuyos términos activan esquemas léxicos
predictivos del análisis sintáctico de la oracion, dando lugar a un efecto de ambiguedad
sintáctica que solo resuelve posteriormente cuando se procesan nuevos indicios
proporcionados por el texto. Hanley (1987) muestra que en el análisis semántico de casos, los
roles de casos se asignan dentro de una proposicion tomando en cuenta información sintáctica
y semántica a medida que se progresa en el procesamiento lo que ocurre sin que se viole el
supuesto de autonomia de la sintaxis.
El procesamiento sintáctico de una oracion tiene lugar de forma secuencial a medida que el
lector progresa en su procesamiento. Los efectos que la estructura sintáctica de la oracion
tiene en el procesamiento de sus constituyentes se evidencia en el tratamiento que recibe
cada palabra dependiendo de la estructura sintáctica que determinan las ya procesadas
(Masson, 1988; Samar y Berent, 1986; Schwanenflugel y LaCount, 1985; Schwanenflugel y
Shoben, 1985; West y Stanovich, 1986; West y Stanovich, 1986). Los resultados de estas
investigaciónes se explican por la intervencion de un modulo de procesamiento sintáctico que
opera secuencialmente, a medida que se procesa cada palabra, generando una descripcion
sintáctica plausible que afecta a las que suceden segun satisfagan o no las restricciones
implícitas en dicha descripcion.
En una investigación en la que estudiaban los efectos de anticipacion sintáctica en el
procesamiento de una serie de palabras de distintas clases léxicas -nombres, verbos, nombre-
verbo ambiguos y palabras sin sentido-, utilizando una tarea de decision léxica, y, controlando
los potenciales evocados ante las palabras objetivo en distintas localizaciones cerebrales,
Samar y Berent (1986) encuentran, sometiendo a un análisis de componentes principales las
medidas obtenidas, un pico componente en 140 msg. que discrimina entre palabras en
contextos apropiados e inapropiados, independiente de la clase de palabra y anterior a la
identificación de su clase léxica, que alcanza su nivel maximo en localizaciones
tempoparietales.
Wright y Garrett (1984), analizando los efectos de la estructura sintáctica en la adopción
de una decision léxica, encuentran que la estructura gramatical de la oracion que se procesa,
cuando se presenta palabra por palabra, afecta a la latencia de respuesta de una decision
léxica. En su primer experimento obtienen, cuando se presenta un verbo modal seguido por un
verbo principal -como en "puedes abrirme la puerta?"- o una preposicion seguida por un nombre
-como en "con un tenedor"- menores latencias de respuesta que cuando se presentan las
relaciones opuestas (verbo modal/nombre y preposicion/verbo principal). Identicos resultados
encuentran West y Stanovich (1986) utilizando una tarea de decision léxica y una tarea de
denominacion. Estos resultados demuestran que existen ciertas restricciones en la
segmentacion de los constituyentes de las oraciones dependiendo del análisis sintáctico de las
palabras que se procesan secuencialmente (cf. 4.3. Procesos de análisis sintáctico).
El procesamiento secuencial del texto permite que el análisis semántico de las palabras
concurra con el análisis sintáctico de la que sucede para construir una descripcion sintáctica
plausible de la oracion de forma que se satisfagan todas las restricciones. Un análisis
meramente sintáctico de la oracion no permite, a menudo, su segmentacion apropiada
(Johnson-Laird, 1983; Just y Carpenter, 1987). La información sintáctica es insuficiente
40
natural frente al análisis que proponen las teorías lingüísticas mas tradicionales (cf. Berwick y
Weinberg, 1983).
Una red de transicion ampliada (R.T.A.) describe el análisis sintáctico como un proceso que
consiste en atravesar los nodos de la red segun las condiciones asociadas a sus arcos. Una
condicion se corresponde con la existencia de un indicio o una serie de indicios que expresan un
cierto estado sintáctico. La naturaleza secuencial del proceso de análisis y el carácter
modular de sus reglas, que permite que cada frase de identica estructura sintáctica se
analice con la misma red, reproduce dos de las propiedades mas relevantes del procesamiento
sintáctico humano (Just y Carpenter, 1987). Sin embargo, una R.T.A. al solo disponer de
información sintáctica no construye una descripcion sintáctica hasta no haber procesado por
completo un constituyente, comportandose de forma ineficiente cuando la descripcion
sintáctica construida se revela erronea, cuando la oracion en cuestion no es inequivocamente
gramatical o contiene expresiones sintácticamente no interpretables (Thibadeau, Just y
Carpenter, 1982). Con el procesamiento sintáctico de una oracion concurre el análisis
semántico generando restricciones que convergen con las restricciones generadas por aquel,
como se revela en el procesamiento secuencial de un texto.
El análisis sintáctico se lleva a cabo de acuerdo con los indicios que el procesamiento de
cada palabra aporta al análisis. Cada tipo de indicio restringe el rango de las descripciones
sintácticas convergiendo, a menudo, en una descripcion distintos indicios léxicos, sintácticos,
semánticos y referenciales. Los hallazgos empíricos obtenidos utilizando un paradigma de
anticipacion léxica (cf. Clifton, Frazier y Connine, 1984) o un paradigma de anticipacion
sintáctica avalan esta hipotesis (cf. Samar y Berent, 1986; Schwanenflugel y Shoben, 1985;
West y Stanovich, 1986; West y Stanovich, 1986).
42
Las palabras pueden clasificarse segun su clase léxica y la estructura morfológica de sus
constituyentes. Si una palabra contiene al menos un lexema se trata de una palabra de
contenido. Si una palabra no contiene ningun lexema se trata de una palabra de función. Entre
las palabras de contenido se incluyen los nombres, los verbos, los adjetivos y los adverbios;
entre las palabras de función se incluyen las conjunciónes, las preposiciones, los
cuantificadores y los determinantes. Las palabras de función indican el comienzo de una cierta
oracion o constituyente sintáctico (Kimball, 1973); asi, una conjunción -p. ej. y, mientras, etc.-
indica el comienzo de una nueva oracion, una preposicion -p. ej. en, con, etc.- el comienzo de una
frase preposicional, y, los cuantificadores -p. ej. algunos, muchos, pocos, etc.- y los
determinantes -un, el, los, etc.- el comienzo de una frase nominal. Las palabras de función no
solo indican el comienzo de un constituyente sino que especifican de que constituyente se
trata. La semántica asociada al uso de las distintas palabras de función juega un papel critico
en la determinacion del estatuto lógico de las proposiciones que una expresión o un conjunto de
expresiones lingüísticas contienen (Johnson-Laird, 1983; Russell y Haworth, 1987).
La clase a la que pertenece una palabra de contenido indica tambien la presencia de un cierto
constituyente. Esta asociacion entre una clase de palabras y una clase de indicios sintácticos
es util en la construcción de una descripcion sintáctica de una oracion. Asi dependiendo de la
interpretación léxica de la palabra como nombre o verbo, como nombre o adjetivo, como
conjunción o adverbio, etc. la descripcion sintáctica incorpora o no un cierto tipo de
restricciones. Muchas palabras pertenecen a la vez a distintas clases, pero otras muchas solo
pertenecen a una clase. Asi, por ejemplo, "despues de" puede ser conjunción o preposicion como
en las oraciones siguientes,
o "vieja" puede ser, ademas de adjetivo, nombre, y "casa", ademas de nombre, verbo, como
en la oracion "la vieja casa las penas con las alegrias", cuya interpretación traiciona las
expectativas mas naturales del lector que tiende a interpretar "la vieja casa" como una frase
nominal. Las distintas latencias de respuesta que se obtienen en la lectura de una palabra
dependiendo de la clase a que pertenece justifica el papel de esta información en el análisis
43
El orden de las palabras en la oracion indica, a menudo, el papel sintáctico que una cierta
palabra juega. Asi, como se pusiera de manifiesto en el análisis de la afasia de Broca, la
interpretación de las siguientes oraciones depende del análisis de este indicio:
El orden de los distintos constituyentes sintácticos y de las oraciones juega un papel critico
en el análisis sintáctico del lenguaje, aunque su estatuto se modifica con el desarrollo
(Abrahamsen y Rigrodsky, 1984) en el que juega un papel critico, en la progresiva complicacion
del análisis sintáctico (Pinker, 1985).
El uso de estos indicios en el análisis sintáctico es distinto para cada lenguaje segun sus
características léxicas, morfológicas, sintácticas y semánticas (Cuetos y Mitchell, 1988;
44
MacWhinney, Bates, y Kliegl, 1984). Los lectores asignan mas peso a los indicios mas
significativos en su lenguaje, transfiriendo el valor de estos indicios a la lectura de textos en
otros lenguajes.
La información que proporcionan los distintos indicios puede expresarse como conocimiento
procedimental. Los distintos indicios léxicos, sintácticos y semánticos definen que acciones
deben ejecutarse en la segmentacion de una oracion al definir las condiciones en que se activan
las reglas de produccion que las contienen. Estas reglas de produccion permiten identificar los
constituyentes sintácticos de una oracion. La activación de una accion determina la
construcción de una descripcion sintáctica inmediata acorde con lo especificado por la regla
(cf. Clifton, Frazier y Connine, 1984; Samar y Berent, 1986; Schwanenflugel y Shoben, 1985;
West y Stanovich, 1986; West y Stanovich, 1986). Las inconsistencias se resuelven cuando se
encuentra información que no se adecua a la descripcion sintáctica construida, como en los
ejemplos siguientes:
La ambigüedad sintáctica de una oracion no siempre se detecta (cf. Perfetti, Beverly, Bell,
Rogers y Faux, 1987). La deteccion de una ambiguedad depende del tipo de procesamiento que
se esta llevando a cabo, de que el texto este o no a disposicion del lector en el momento en que
surge. En un estudio en el que analizan los tiempos de inspeccion de los términos en oraciones
sintácticamente ambiguas manipulando experimentalmente las condiciones de presentacion,
Kennedy y Murray (1984) prueban, en un análisis que se apoya en el estudio de las fijaciones
oculares, que cuando las palabras previamente leidas permanecen a la vista del lector, los
sujetos son sensibles a la ambiguedad sintáctica de la oracion resolviendola en el contexto de
las palabras precedentes. Cuando, por el contrario, las palabras se van presentando en la
misma localizacion o variando la localizacion el lector no dispone de las palabras ya leidas, los
lectores tienden a resolver la ambiguedad al término de la oracion. La ambiguedad sintáctica
puede, de hecho, resolverse en el momento en que surge o al término de la oracion dependiendo
de los indicios de que dispone el lector de forma concurrente (cf. Altmann y Steedman, 1988;
Marslen-Wilson, 1973, 1975).
Analizando los juicios de gramaticalidad de los sujetos para oraciones sintácticamente
ambiguas que dan lugar a una descripcion sintáctica desviada, Warner y Glass (1987)
encuentran que el contexto y la longitud de la oracion ambigua afecta a que los sujetos
consideren la oracion gramaticalmente correcta incluso cuando no se les da un tiempo limitado
para efectuar sus juicios. En el procesamiento sintáctico se construye una descripcion
sintáctica única. Sharkey y Sharkey (1987), en una serie de experimentos en que manipulan la
relación de ciertas palabras objetivo con el contexto precedente, no observan ningun tipo de
efecto debido a la posicion de las palabras objetivo en la oracion, excepto en la posicion final,
cuando las palabras se hallan relacionadas con el contexto precedente, indicando que la
integración de una oracion con el texto previo es facilitado por las estructuras de
conocimiento activas. Mas que una condicion para resolver la ambiguedad sintáctica, recurrir
únicamente a indicios estructurales puede ser una consecuencia que se deriva de que ningun
otro tipo de indicios se encuentre a la sazon disponible, haciendose, de este modo, evidente el
carácter obligatorio del procesamiento sintáctico. Frazier y Rayner (1987) y Holmes (1984)
han comprobado la existencia de ciertas estrategias en la resolucion de la ambiguedad
sintáctica del ingles. Holmes (1984) encuentra que la descripcion sintáctica de una oracion
ambigua se impone a su interpretación semántica incluso cuando esta entra en conflicto con
los indicios estructurales a partir de los que se genera aquella (cf. 4.2. La autonomia del
procesamiento sintáctico. Formalismos representacionales).
En tres experimentos en que estudiaban, registrando las latencias de fijación ocular, la
interaccion entre el procesamiento léxico y sintáctico en la comprensión del lenguaje
utilizando oraciones que contenian términos que resultaban ambiguos respecto de las
categorias sintácticas a que pertenecen -p. ej. "la vieja casa", donde "vieja" puede ser nombre
o adjetivo y "casa" puede ser verbo o nombre-, Frazier y Rayner (1987) encuentran que los
lectores retrasan la segmentacion de la cadena ambigua hasta que no reciben suficiente
información que la desambigue. Cuando el léxico no proporciona la información que se requiere
para el análisis sintáctico otro tipo de indicios sintácticos y semánticos pueden ser criticos
en la segmentacion que se efectua, si no es posible de otro modo, al término de la oracion.
46
La memoria activa juega un papel central en el procesamiento que lleva a cabo el lector
(Baddeley, 1986a), afectando a deficiencias mas básicas de codificación de la memoria
semántica (cf. Swanson, 1986). La capacidad de retencion de información por parte de la
memoria activa es un predictor significativo del rendimiento en la lectura (cf. Baddeley,
Logie, Nimmo-Smith y Brereton, 1985; Sipe y Engle, 1986) y de sus trastornos (cf.
Schankweiler y Crain, 1986). La medida de su capacidad o expansion constituye un criterio
para la iniciacion del entrenamiento en la lectura (cf. Warren-Leubecker, 1987).
En el procesamiento de un texto, la memoria activa afecta a: a) el uso de estrategias de
segmentacion que asignan una descripcion sintáctica a las oraciones; b) la retencion de los
indicios léxicos y sintácticos necesarios para la segmentacion de la oracion y para su
comprensión, y, c) el decaimiento de esta información a medida que se procesa mas
información.
oracion principal -sujeto, verbo, objeto-. Ford (1983) supone que esta dificultad deriva de la
dificultad de hacer corresponder las distintas funciónes de los términos en ambas oraciones.
En una investigación con niños, Abrahamsen y Rigrodsky (1984) encuentran que en la
comprensión del lenguaje se descansa a menudo en el orden en que aparecen las palabras. Sin
embargo, el papel que posteriormente se asigna al orden varía en los distintos lenguajes.
El oyente como el lector tiende a olvidar la forma superficial de las oraciones a medida que
progresa en su procesamiento (Jarvella, 1971). En un experimento que es ya clasico, Jarvella
(1971) mostraba, utilizando oraciones del tipo de las que se muestran, que el recuerdo del
orden de las palabras de una oracion intermedia es mucho mas pobre cuando se integra con la
primera oracion (a) que cuando se integra con la segunda (b), lo que parece mostrar el papel
que la memoria activa puede estar jugando en el procesamiento. El recuerdo del orden de las
palabras decae una vez se concluye el procesamiento de una oracion.
a. Juan no tomo una decisión hasta que no regreso a su casa en Mostoles. Entonces explico
la oferta a su mujer.
b. Juan no tomo una decisión. Hasta que no regreso a su casa en Mostoles no expli co la
oferta a su mujer.
serie de historias graficas que los sujetos debian recordar y/o dividir en sus constituyentes
segun los experimentos. En la explicacion de sus resultados Gernsbacher (1985) descarta
todas las alternativas, excepto la que se refiere a los cambios de procesamiento que exige la
comprensión de una historia, al no encontrar efectos significativos asociados con las otras
alternativas teóricas. La información superficial de las historias graficas
-su orientacion espacial- se perdia significativamente mas despues de entender distintas
historias mas que una sola y despues de haberse completado una historia mas que de una
historia que se presentaba incompleta. La información se perdia mas tras concluir el
procesamiento de un constituyente que antes de su conclusion.
No todos los lenguajes imponen las mismas constricciones en el procesamiento del lenguaje.
El papel que en el análisis sintáctico cumplen los distintos indicios léxicos, sintácticos y
semánticos difieren entre los lenguajes (Just y Carpenter, 1987). Un desarrollo teórico
formal de estas constricciones y el modo en que se exigen mutuamente aclarara en el futuro
esta cuestion. Un factor critico en la presion que el lenguaje ejerce sobre la memoria activa es
la longitud de las oraciones. Baddeley y Wilson, (1988) han aportado evidencia
neuropsicológica acerca del papel que este factor cumple en la comprensión del lenguaje.
Cuando el bucle articulatorio de la memoria activa se encuentra afectado la capacidad de
retencion de las oraciones y la capacidad del sujeto para formar un modelo de la situacion se
ven asimismo alterados dificultando o impidiendo la comprensión incluso cuando la misma
oracion podria sintáctica o semánticamente simplificarse.
5. PROCESAMIENTO SEMANTICO.
Las reglas del componente semántico o reglas de proyeccion de la teoría semántica de Katz
y Fodor solo operan sobre la estructura profunda de una oracion. La teoría pretende
formalizar la inaceptabilidad semántica restringiendo en el marco de un análisis componencial
del léxico que selecciones de rasgos pueden hacerse en la interpretación de una expresión
compleja. Las reglas permiten seleccionar de entre las distintas interpretaciónes de una
entrada léxica solo aquellas que son compatibles en el contexto de la expresión en que
aparecen. La teoría supone que una oracion tiene tantas representaciones como
interpretaciónes semánticas. Los problemas que esta teoría enfrenta, desde su propia
perspectiva teórica, son: a) como formalizar una representación semántica de modo que se
preserven las distinciones sintácticamente relevantes de la estructura profunda; y b) como
determinar las reglas de proyeccion que se necesitan y diferenciarlas formalmente entre si.
Esta teoría presenta otros problemas. La teoría, en efecto, no permite distinguir entre las
distintas relaciones semánticas que pueden darse, de hecho, en una expresión y las
restricciones de seleccion de sus reglas de proyeccion. Una contradiccion puede ser un tipo de
expresión bien formada e interpretable, pero es necesariamente falsa. Las expresiones
anomalas reciben a menudo una interpretación semántica satisfactoria incluso cuando violan
las restricciones de seleccion semántica de las reglas que la generan. Por ultimo, en fin, la
teoría no precisa las estrechas relaciones entre incompatibilidad semántica e
incompatibilidad gramatical.
51
En su teoría gramatical, Montague (1974) define una teoría semántica que trata de
formalizar la distincion entre proposicion y contenido proposicional recurriendo a la distincion
fregeana entre sentido y referencia. Aunque esta semántica se limita en principio al contenido
proposicional de las expresiones declarativas sus principios lógicos pueden extenderse a
expresiones lingüísticas no declarativas. A todas las expresiones puede asignarseles un valor
de verdad en cuanto su extension puede establecerse en relación con las entidades a que se
aplican sus predicados en un conjunto de mundos posibles.
De acuerdo con una semántica interpretativa de modelo teórico la intension del predicado
de una proposicion puede interpretarse en términos de una función que asigna ciertos
conjuntos de entidades a un conjunto de mundos posibles; la extension del predicado es el
conjunto de entidades a que se aplica en el mundo posible en cuestion. La intension de una
oracion, la proposicion que una oracion expresa, puede tratarse como una función que asigna
valores de verdad a un conjunto de descripciones posibles del mundo; la extension de una
oracion es su valor de verdad en la descripcion posible de que se trate. Una expresión solo es
verdadera en un modelo, o, en otros términos, solo proporciona una descripcion bajo una
representación. La cuestion es que conocimiento debe computarse con objeto de determinar el
conjunto de entidades que poseen una cierta propiedad.
Un concepto puede considerarse como una función, como una regla u operacion que asigna un
único valor de verdad a los miembros de su dominio. La regla selecciona de una descripcion que
es su dominio el conjunto de entidades a las que se refiere, constituyendo este conjunto el
valor de la función. Dada la infinitud de expresiones que pueden formarse, lo que se requiere
es una nueva función o conjunto de funciónes que determine la comprensión de las expresiones
compuestas basandose en la comprensión de las expresiones elementales y en las reglas
sintácticas o reglas de composición que las generan. La función de composición opera solo
respecto al sentido y solo por derivacion a la referencia, que se establece por medio de la
denotacion y el contexto.
Montague (1974) propone un tipo de gramática categorial para explicar los efectos
semánticos de la función de composición. En una gramática categorial las distintas categorias
sintácticas se derivan de las categorias básicas de oracion y sintagma nominal. Las categorias
sintácticas de la gramática se hallan en correspondencia biunivoca con las categorias
semánticas. El principio de congruencia categorial supone la interdependencia de la sintaxis y
la semántica respecto de las reglas de composición. La teoría se enfrenta al problema de
caracterizar la función de forma que pueda explicarse que: a) la sustitucion de expresiones
con la misma extension afecte a las condiciones de verdad, y que b) ciertas expresiones
puedan carecer por completo de extension y no ser, en cambio, sinonimas.
La lógica intensional de Montague (1974) supone concebir el lenguaje natural como un
sistema que puede analizarse como un lenguaje formal en el que los constituyentes con el
mismo papel sintáctico pueden tratarse de acuerdo con la misma semántica básica y
distinguirse si es preciso por ciertos postulados de significado. Al establecer relaciones
directas entre las reglas recursivas de la semántica y las reglas recursivas de la gramática,
cada tipo semántico se hace corresponder con una categoria sintáctica y cada regla de
composición con una regla gramatical. Chomsky (1977) ha rechazado el principio de
52
Las categorias básicas del análisis semántico pueden ponerse en relación con las categorias
sintácticas y lógicas instrumentales en el análisis sintáctico y lógico del lenguaje natural.
Estas relaciones no son, sin embargo, univocas. La formalizacion del análisis semántico exige,
de suyo, en ultima instancia, una especificacion de las relaciones que las categorias semánticas
mantienen con las categorias sintácticas en la segmentacion de las expresiones, y, con las
categorias lógicas en la determinacion de su contenido semántico.
Partiendo de un análisis lógico, los argumentos de una expresión constituyen, a nivel
semántico, los participantes, actores u objetos afectados por el predicado de la expresión. El
predicado se expresa en términos semánticos por los estados o acciones que se describen o
desarrollan. Los modelos, respecto a los cuales se satisfacen las relaciones especificadas en la
expresión, se expresan en términos semánticos por las circunstancias. A su vez, las categorias
semánticas de participantes, acciones-estados, y circunstancias pueden expresarse en
términos sintácticos: los participantes se presentan habitualmente bajo la forma de frases
nominales; las acciones y estados se presentan habitualmente bajo la forma de frases
verbales; las circunstancias, por ultimo, se presentan habitualmente bajo la forma de frases
preposicionales. A menudo, estas relaciones no se especifican en estos términos y las
distintas categorias mantienen relaciones multiples de dificil discriminacion. De este modo,
una frase verbal puede contener información acerca de las circunstancias, una expresión
54
compleja puede ser el argumento de algun predicado en una expresión de nivel superior, o una
frase nominal caracterizar un estado. Las categorias del análisis semántico mantienen una
relación compleja con las categorias que pueden especificarse en el análisis sintáctico y en el
análisis lógico del lenguaje natural aun cuando se hallan obviamente implicadas en la
determinacion del contenido semántico de una expresión lingüística.
Que relaciones existen y como pueden caracterizarse entre las distintas categorias
descriptivas de cada nivel de análisis depende de una precisa caracterizacion de como se
hallan representados a nivel del léxico los términos en que se reconocen estas. Gergely y Bever
(1986) y Molfese (1985) encuentran evidencia de una estructura léxica en la que los lexemas
de palabras pueden descomponerse en componentes o rasgos mas básicos o primitivos. Molfese
(1985), en un análisis de las respuestas auditivas evocadas ante listas de palabras positivas y
negativas, encuentra que existen diferencias electrofisiológicas en el tratamiento de ambos
tipos de palabras lo que le lleva a afirmar el carácter compuesto de una palabra. McKenna
(1986), utilizando un procedimiento cloze, ha encontrado que los sujetos generan distintas
respuestas alternativas a fin de rellenar los términos que faltan en la expresión dependiendo
de las restricciones semánticas impuestas por el análisis de la oracion. McKenna (1986)
encuentra diferencias significativas, midiendo el tiempo de reaccion, entre integrar términos
que suponen generar dos o tres restricciones semánticas e integrar términos de una única
restriccion, a favor de estos ultimos. Este dato avalaria una teoría de postulados de
significado. En tanto la investigación de Molfese (1985) presenta el problema de tratar con
términos diferencialmente marcados en el léxico con el problema de que este efecto de marca
léxica dificilmente puede hacerse corresponder con una estructura léxica en términos de
primitivos semánticos, la investigación de McKenna (1986) se halla ampliamente determinada
por el propio procedimiento. La evaluacion de estos datos a la luz de su formulacion teórica
permite integrar el análisis componencial y la teoría de postulados de significado ya que los
primitivos semánticos que pueden caracterizarse determinan las condiciones en que pueden
combinarse las palabras en que se integran. Keil y Batterman (1984) señalan que los cambios
evolutivos que afectan a la representación de las palabras en términos de rasgos definitorios
y característicos pueden tambien describirse en términos no componenciales con el mismo
rendimiento expicativo. La representación de las palabras parece evolucionar de una
estructura en términos de rasgos característicos a una estructura en términos de rasgos
definitorios, integrandose a menudo ambos tipos de rasgos en la representación de una
palabra.
Una diferencia crucial en el análisis de las representaciones léxicas de las palabras es la que
se refiere a la distinta representación léxica de nombres y verbos que caracterizan un
universal lingüístico que se reconoce en distintos niveles de análisis. En un análisis de las
diferencias que afectan a las representaciones de nombres y verbos, Graesser, Hopkinson y
Schmid (1987) ponen a prueba una hipotesis propuesta por Huttenlocher y Lui (1979) segun la
cual es posible observar diferencias sistemáticas en las representaciones de nombres y
verbos atendiendo a la organizacion semántica de los conceptos que les subyacen. En tanto los
nombres parecen relacionarse en términos de una organizacion jerarquica, los verbos se
relacionan entre si de acuerdo con una organizacion matricial. Utilizando treinta y dos
55
términos, la mitad nombres y la otra mitad verbos, y dos tareas, una de clasificacion binaria
-que proporciona puntuaciones de organizacion jerarquica- y otra de evaluacion de semejanza -
que proporciona puntuaciones de organizacion matricial- de pares de palabras, Graesser,
Hopkinson y Schmid (1987) se propusieron predecir como se agrupan las palabras en una tarea
de clasificacion libre posterior en alguna de las categorias ofrecidas. Ambos tipos de
puntuaciones permiten predecir como se agruparan las palabras en la tarea de clasificacion
libre posterior.
Respecto de la representación de los verbos se han considerados dos alternativas teóricas:
a) la descripcion por primitivos léxicos (cf. Ballmer y Brennesthul, 1981); y, b) la descripcion
por predicados de nivel superior (cf. Schank, 1982). La tesis general de Schank (1982) es que
todos los verbos de accion pueden representarse recurriendo a once primitivos semánticos.
Ballmer y Brennesthul (1981) reducen el sistema léxico verbal a un conjunto reducido de
primitivos léxicos que caracterizan los actos de habla primitivos implícitos en el
procesamiento de el sistema verbal de una lengua. Ambas alternativas son, formalmente,
identicas pero difieren, como ya se ha señalado mas arriba, en su capacidad descriptiva (cf.
Rieger, 1979). El análisis semántico puede en cualquier caso llevarse a cabo sirviendose de las
restricciones que el análisis léxico de cada término que se procesa impone sobre el
procesamiento del término posterior (cf. Just y Carpenter, 1987).
Aunque no contamos con una teoría formalizada del análisis semántico que se lleva a cabo en
relación con los participantes que se mencionan en una oracion, el análisis semántico de este
componente es tal vez el mejor caracterizado y el mas preciso por la evidencia que proporciona
el propio análisis lingüístico.
De acuerdo con Fillmore (1968) el análisis del contenido semántico de una oracion puede
analizarse en un conjunto de relaciones de caso entre las expresiones en que se reconocen los
distintos participantes. Un caso viene dado por el papel que en una oracion juega un
participante. De acuerdo con Fillmore (1968) las oraciones tienen agentes que instigan la
accion, instrumentos u objectos causalmente relacionados en la ejecucion de una accion, y
objectos sobre los que recae la accion predicada por el verbo. Winston (1977) acepta la
existencia de otros casos, como coagente, causalmente implicado en la ejecucion de una accion,
beneficiario, como el sujeto para el que la accion se realiza, etc. El análisis de casos no es
únicamente un determinante del análisis lingüístico. La evidencia que aporta el lenguaje es ya
un indicio suficiente de su papel en el procesamiento como se muestra en el hecho de que los
56
En una oracion el verbo no solo proporciona información acerca de la accion a que la oracion
se refiere sino que habitualmente indica tambien los argumentos a los que se asocia y el papel
que deben interpretar los distintos participantes. Una accion puede expresarse en términos
de un guion en el que se rellenan sus variables segun determina el verbo de la oracion. Los
verbos difieren sistemáticamente en su contenido léxico de tal forma que la clase a la que
pertenecen es un indicio critico en el análisis semántico de las acciones (cf. Lyons, 1980). Asi,
por ejemplo, de la interpretación de un verbo como transitivo o intransitivo depende los
argumentos que acepta y de que modo la accion afecta a estos. Cada lenguaje restringe de
distinta manera la interpretación de los distintos tipos de verbos para precisar como debe
interpretarse la accion predicada.
Las descripciones de estados no forman una taxonomia tan regular como la de las acciones
en la medida en que el análisis de estas puede desprenderse de la accion predicada por el
verbo. Las descripciones de estados son, a menudo, tan heterogeneas que es dificil
caracterizar sus relaciones. Las representaciones semánticas de un estado pueden describirse
en términos de un esquema en el que se rellenan sus variables dependiendo de las relaciones
que se establecen entre distintos constituyentes sintácticos. Un estado a menudo se describe
mediante un adjetivo, pero tambien puede venir expresado por una expresión predicativa mas
compleja especificando la existencia de un cierto objeto, como en "existe un animal que...", el
atributo que se verifica para un argumento, como en "la hierba es de color verde" o "la hierba
verde" o ciertas relaciones espacio-temporales, como en "la pelota esta encima de la mesa" y
lógicas entre las expresiones como en "el pino es un arbol".
existen verbos dinamicos -que se refieren a una accion- y estaticos -que se refieren a un
estado- y adjetivos dinamicos y estaticos (cf. Lakoff, 1986). Pueden distinguirse ambas
clases por el tipo de relaciones semánticas en que participan. Asi en tanto que los verbos
dinamicos pueden formar parte de expresiones lingüísticas imperativas, los verbos estaticos
no, como en el ejemplo siguiente:
a. Mira el patio.
b. Ve el patio*
Del mismo modo, los adjetivos dinamicos pueden formar parte de estructuras sintácticas
que denotan transitoriedad, en tanto los adjetivos estaticos no, dando lugar a anomalias
semánticas. En numerosos casos, los adjetivos se interpretan como dinamicos o estaticos
dependiendo del contexto de la oracion. La evidencia que aporta el lenguaje debe completarse
con evidencia empírica hallada a nivel del procesamiento semántico como para que estas
categorias semánticas tengan algun tipo de consistencia psicológica. Seifert, Robertson y
Black (1985) han aportado evidencia de esto ultimo.
En un análisis de las inferencias que pueden llevarse a cabo durante la lectura, Seifert,
Robertson y Black (1985) distinguen entre acciones y estados al encontrar que las inferencias
relativas a aquellas se integran en la representación final de un texto, en tanto que las
inferencias que implican a estados no parecen ejecutarse en el momento de la lectura. Seifert,
Robertson y Black (1985) interpretan de este modo el hecho de que se obtengan latencias de
lectura mayores cuando se en el texto se sugiere la inferencia de una accion y no cuando se
sugiere la inferencia de un estado. En una prueba de reconocimiento posterior, Seifert,
Robertson y Black (1985) encuentran que las tasas de falsas alarmas para inferencias
relativas a objetivos, planes y acciones son mas altas que para inferencias relativas a estados.
Las descripciones de estados se prolongan a nivel del texto en textos descriptivos; las
descripciones de acciones se prolongan a nivel del texto en textos narrativos, aunque lo mas
frecuente es que los textos incluyan ambos tipos de descripciones. En textos expositivos, las
descripciones de estados forman parte de una descripcion mas amplia en que se describen
relaciones entre un estado y una accion, entre acciones o entre estados.
Una evaluacion mas reciente de esta tesis ha cuestionado la interpretación del fenomeno.
Examinando si los sujetos extraen estas inferencias en el momento en que estan leyendo el
texto o en el momento en que el lector se somete a la prueba, McKoon y Ratcliff (1986)
encuentran, utilizando distintos procedimientos tales como reconocimiento inmediato,
recuerdo indicado y anticipacion, que las respuestas a una palabra implícita fueron lentos en
cualquier caso, aunque servia como un indicio de recuerdo efectivo para la recuperacion de la
información del texto. Los lectores no parecen codificar estas inferencias durante la lectura
aunque si pueden utilizar información que se deduce del texto como un indicio de recuperacion.
Potts y Keenan (1988), poniendo a prueba estos resultados y otros obtenidos por Singer y
Ferreira (1983) y utilizando una tarea de decision léxica y una tarea de denominacion de
palabra que eliminan los efectos de relación semántica para centrarse en el nivel de activación
del concepto inferido, encuentran resultados contradictorios. En la tarea de decision léxica
encuentran un efecto de facilitacion que parece indicar la existencia de un proceso de
inferencia, efecto que no se reproduce en la tarea de denominacion. Potts y Keenan (1988)
concluyen señalando que estas inferencias no se extraen durante la lectura sino que resultan
de una comprobacion posterior que el lector hace del contexto en el momento en que se le
somete a prueba.
McKoon y Ratcliff (1988) presentan oraciones de prueba que expresan aspectos relevantes
al significado de parrafos previamente leidos en que no se habia establecido explícitamente la
información que contienen. Por ejemplo, para un parrafo en que se habla de buscar el color
correcto para dibujar un tomate, un aspecto relevante es que los tomates son rojos. Las
oraciones de prueba se presentaron o siguiendo al parrafo relevante o tras un cierto retraso.
La facilitacion obtenida en la latencia de verificacion de la oracion de prueba en la condicion
inmediata puede proceder de inferencias realizadas en la lectura del texto o que se producen
en el momento en que la oracion se verifica. La facilitacion que se obtiene en la condicion de
prueba diferida apoya la hipotesis de que los aspectos relevantes al significado del parrafo
previamente leido se incorporan a su representación solo cuando en la recuperacion se debe
usar información nueva para decidir sobre la oracion de prueba.
El análisis semántico que lleva a cabo el lector concluye en la construcion de una descripcion
de su contenido proposicional, contenido que es función de las relaciones que a partir del texto
es posible determinar entre los conceptos que el propio texto reclama. El análisis semántico
deriva del análisis de las relaciones semánticas entre conceptos. Este análisis determina la
formacion de una proposicion o de una serie de proposiciones a partir de la interpretación de
las relaciones conceptuales implícitas en el texto. Una proposicion es una unidad en el análisis
semántico. Los elementos de una proposicion son conceptos cuyas relaciones contribuye la
misma proposicion a caracterizar. El contenido proposicional de un texto se expresa en un
conjunto ordenado y articulado de proposiciones de acuerdo con las relaciones que es posible
establecer entre sus predicados.
61
6. PROCESAMIENTO TEXTUAL.
Las limitaciones teóricas y empíricas de las gramaticas enunciativas para detectar las
regularidades que se observan en la forma lingüística de un texto o discurso provocaron la
aparicion de gramaticas textuales o discursivas sobre la estructura formal de aquellas. Las
gramaticas de historias de Rumelhart (1975), de Mandler y Johnson (1977), y de Stein y
Glenn (1979) constituyen las primeras respuestas teóricas a la necesidad de contar con
criterios que inequivocamente discriminaran las regularidades sintácticas y semánticas del
discurso. De acuerdo con las categorias sintácticas de la gramática libre de contexto de
Rumelhart (1975), la estructura de un texto es independiente del contenido proposicional de
sus expresiones y de la estructura que rige las relaciones que vinculan a estas en un tópico
comun. Las reglas de composición recursiva de la gramática determinan, a partir de ciertas
categorias sintácticas, la interpretación de un texto, al corresponderse con ciertas reglas de
composición semánticas. La ausencia de definiciones explícitas de los símbolos no terminales
de la gramática, el uso inmotivado de sus reglas de reescritura y la no articulacion de su
semántica con el conocimiento en general han restringido, sin embargo, la adecuacion
descriptiva y explicativa de estas gramaticas a textos sumamente normalizados poco comunes
en el lenguaje ordinario. Estas dificultades han dado lugar, no obstante, a nuevos desarrollos
teóricos.
Dos tipos de teorías semánticas, correlativas a las presentadas al tratar del procesamiento
semántico, afectan al estatuto teórico de una gramática textual y al papel que cabe asignar a
la estructura sintáctica del texto en el procesamiento: las teorías interpretativas del texto y
las teorías constructivas del discurso. Si bien los términos de texto y de discurso pueden
tratarse como sinónimos expresan una diferencia que es crucial en este contexto. La
autonomia referencial del texto como producto comunicativo facilita la adopción de una
semántica interpretativa; por el contrario, la dependencia del discurso del contexto en que se
65
usa facilita la adopción de una semántica constructiva. El modelo de procesamiento del texto
de Kintsch y van Dijk (1978) representa al primer tipo de teorías, en tanto la semántica
procedimental de Johnson-Laird (1983) representa al segundo tipo de teorías. Ambas teorías
difieren en sus hipotesis de representación básicas y en el tipo de mecanismos de
procesamiento que postulan. En tanto Kintsch y van Dijk (1978) explican el procesamiento de
un texto o de un discurso suponiendo la construcción de una representación integrada de las
proposiciones, estructuralmente proxima a su forma lingüística, Johnson-Laird (1983) explica
el procesamiento recurriendo a la construcción, evaluacion y revision de un modelo mental que
es proximo a la estructura de los acontecimientos y hechos que se describen. En tanto en el
primer tipo de teorías la estructura del texto juega un papel critico en el procesamiento, al
utilizarse en la construcción de una representación lingüística que incluye el análisis de la
referencia, en las teorías del segundo tipo la estructura del texto solo afecta a la
construcción de una representación lingüística, no al modelo mental de la referencia en que
esta se integra.
Kintsch y van Dijk (1978) suponen, en efecto, que el discurso se interpreta
proposicionalmente. En el nivel de la microestructura del texto se procesan los enlaces
referenciales entre las proposiciones que el texto contiene. Los enlaces coreferenciales que
resultan forman un grafo que representa las relaciones de dependencia entre las
proposiciones. La proposicion de nivel jerarquico mas alto representa por hipotesis el tópico
del texto. En el nivel de la macroestructura, el texto se unifica en un tópico.
Tratando de explicar como se genera el tópico de un texto y como se retienen sus
argumentos, Kintsch y van Dijk (1978) proponen una serie de operaciones que, actuando sobre
la microestructura del texto, generan un nivel de representación proposicional superior o
macroestructura. Estas operaciones, llamadas por Kintsch y van Dijk (1978) macrorreglas,
generalizan las proposiciones dando lugar a una representación global de los hechos que se
describen. Un esquema, definido por los objetivos del lector, controla la aplicacion de estas
macrorreglas a la microestructura del texto. Su función es clasificar cada proposicion de la
microestructura como relevante o irrelevante a la estructura integrada del tópico.
La teoría de Kintsch y van Dijk (1978), al proponer un único tipo de representaciones
proposicionales para representar los resultados del análisis semántico y del análisis de la
referencia, limita la comprensión de un texto al análisis de su contenido proposicional lo que
afecta únicamente a su procesamiento semántico. Si bien una representación proposicional es
necesaria para interpretar la forma lingüística de un texto, su significado no consiste en la
construcción de una interpretación semántica que únicamente afecta a una representación de
su sentido. La distincion entre una representación del sentido y una representación de la
referencia "no es una mera triquinuela filosofica" (Garnham, 1985); es crucial en los procesos
de comprensión y produccion. El lector no se limita a componer o analizar las expresiones
lingüísticas en términos de su contenido proposicional y/o conceptual; por el contrario,
construye una representación que integra las proposiciones contruidas e inferidas en el
proceso de comprensión en una representación ideal del contexto formando un modelo mental
de referencia. Estas inadecuaciones teóricas y ciertos hallazgos empíricos han llevado a
Kintsch y van Dijk a postular una nueva teoría que reconoce la formacion de un modelo mental
de la situacion en el proceso de comprensión de un texto diferenciando el procesamiento
semántico y textual de los procesos que computan la referencia (cf. van Dijk y Kintsch, 1983).
66
De acuerdo con la teoría de los modelos mentales de Johnson-Laird (1983), una condicion
necesaria y suficiente para reconocer una secuencia de expresiones como un texto o un
discurso es que sea semánticamente coherente. La coherencia de un texto o de un discurso se
verifica en que sea posible construir un único modelo mental de el. Que sea posible construir
un único modelo mental depende de la estructura correferencial de las expresiones lo que, a su
vez, depende de la consistencia interna de sus predicados, condicion esta en que consiste la
coherencia conceptual (Mayor, 1985). Un texto o un discurso es, ademas, plausible si es
posible interpretarlo en un marco intencional y causal, temporal y espacial, apropiado. La
nocion de plausibilidad integra al texto o al discurso en el marco mas general del
comportamiento.
El uso de descripciones definidas e indefinidas, el empleo de pronombres, el uso de
expresiones elipticas, anaforas o de descripciones referenciales y atributivas constituyen
ejemplos en los que se verifica la existencia de dos niveles de representación en la
comprensión y produccion de un texto o discurso. En efecto, los principios que gobiernan la
interpretación de las expresiones definidas e indefinidas, cuando se introduce una expresión
referencial, requieren del hablante que determine o ejemplifique en su modelo del discurso un
miembro especifico de la clase relevante. La interpretación semántica de los pronombres no
es posible sino en una determinacion inequivoca de su referencia, lo que exige la ejecucion de
ciertos procesos de inferencia en su contexto de uso. Los principios que gobiernan, por ultimo,
la comprensión de descripciones referenciales y atributivas, de elipsis y anaforas operan
dependiendo de la construcción de un modelo unitario del discurso en el que se integran los
distintos referentes e identifican los referentes comunes de las expresiones (cf. 7.
PROCESAMIENTO DE LA REFERENCIA).
estados de los protagonistas. La categoria de accion se refiere a las acciones que se llevan a
cabo para el logro de un objetivo. La categoria de consecuencias especifica los efectos que
producen las acciones que se llevan a cabo. La categoria de reaccion, por ultimo, expresa la
respuesta de los protagonistas a esas consecuencias.
Con objeto de someter a prueba la hipotesis del efecto de nivel, se han desarrollado
distintas estrategias empíricas para separar los efectos que la estructura de un texto y el
contenido tienen en el procesamiento. Un procedimiento consiste en evaluar los efectos que la
estructura de un texto narrativo tiene sobre el recuerdo. Thorndyke (1977) presento las
oraciones de un texto desordenadas de modo que la tasa de recuerdo solo pudiera atribuirse
al papel desempenado por las oraciones individualmente consideradas. La evidencia aportada
por Thorndyke (1977) a favor de la hipotesis no permite discriminar entre los efectos que
estrictamente se deben a la estructura del texto de los inducidos, por esta presentacion, en
la identificación de su tópico. En una variante mas precisa de este mismo procedimiento,
Thorndyke (1977) evaluaba el recuerdo controlando el papel que las distintas oraciones tenian
en el relato distinguiendo entre niveles jerarquicos de acuerdo con su relativa importancia.
Thorndyke (1977) encontro que las oraciones mas relevantes a los objetivos del lector se leen
con mas cuidado y se recuerdan mejor, un efecto de nivel que parece confirmar la hipotesis
básica de las gramaticas textuales, si se abstrae el papel del lector en el efecto. De nuevo, sin
embargo, es dificil distinguir, en estos resultados, los efectos que se deben propiamente a la
estructura del texto de aquellos que se deben a la integración de las distintas proposiciones
en un tópico comun definido por su contenido. Haberlandt, Berian y Sandson (1980) han
mostrado que los lectores dedican mas tiempo a los primeras y ultimas oraciones de un
episodio mas que el que dedican a las oraciones intermedias. El efecto hallado por Haberlandt,
Berian y Sandson (1980) no puede atribuirse al papel que la estructura del texto tiene en el
procesamiento reflejando, mas bien, un proceso de integración textual. Los lectores gastan
mas tiempo en aquellas oraciones que presentan hechos con los que se encuentran menos
familiarizados (Johnson y Kieras, 1982) o que son simplemente mas importantes en la
comprensión (Britton, Muth y Glynn, 1986).
En un estudio, que utilizaba un procedimiento diferente, en el que presentaban la misma
información como formando parte de distintas categorias sintácticas -contexto y episodio:
acontecimiento inicial, respuesta interna, consecuencias o reaccion-, Nezworski, Stein y
Trabasso (1982) no hallaron ningun efecto de esta manipulacion experimental en el recuerdo.
Un resultado opuesto habian obtenido Cirilo y Foss (1980) al encontrar que la categoria
sintáctica a la que pertenecia una oracion en un texto afectaba al recuerdo, segun la posicion
que ocupara en la jerarquia en dos relatos diferentes. Sin embargo, Cirilo y Foss (1980)
tambien encontraron que los lectores gastaban mas tiempo con las oraciones que se
encontraban mas altas en la jerarquia, de acuerdo con la gramática, lo que muestra que otras
variables pueden estar afectando a la aparicion del efecto.
En una evaluacion reciente de los hallazgos de Cirilo y Foss (1980), Britton, Muth y Glynn
(1986) encuentran que sus hallazgos pueden explicarse en términos de una hipotesis
alternativa basada en los recursos cognitivos que se han aplicado al procesamiento de las
oraciones mas importantes en el texto. En el primer experimento reprodujeron el efecto de
niveles hallado por Cirilo y Foss (1980). Las latencias de lectura obtenidas se utilizaron en los
experimentos segundo y tercero para reducir el tiempo de exposicion a un valor menor del
dedicado inicialmente por cada sujeto. En tanto en el segundo experimento aparecia de nuevo
68
cambios en la tasa de recuerdo segun la estructura del texto y las conexiones causales entre
sus episodios, cuando su estructura se identifica con una estructura causal particular.
Goldman y Varnhagen (1986) manipulaban la estructura causal del texto presentando la
información de forma secuencial -estructura de cadena causal- o integrada, incorporando
entre si distintas redes causales, -estructura de redes causales-. Los resultados obtenidos
en dos tareas de recuerdo, inmediato y diferido, y en una tarea en que los sujetos -niños y
adultos- ofrecian explicaciones causales, reflejaban cambios en las tasas de recuerdo
dependiendo del numero de conexiones causales, el nivel jerarquico de los objetivos en la
estructura y el tipo de estructura causal reflejada por el texto, efectos estos que
interactuaban con el tiempo asignado a cada tarea y la edad de los sujetos. Con un
procedimiento similar, Mandel y Johnson (1984) han encontrado que cuando el orden en que se
mencionan los acontecimientos en una narracion se corresponde con su estructura causal el
recuerdo es mejor que cuando la narracion no lo respeta, un efecto que se produce a pesar de
encontrar juicios de importancia semejantes en ambos tipos de narracion. En una reciente
evaluacion de sus propuestas teóricas (cf. Mandler y Johnson, 1977), Mandler (1987) ha
encontrado que los lectores son capaces de identificar, descomponiendo una serie de textos
narrativos, distintos tipos de estructura episodica y reconocer las distintas categorias
sintácticas empleadas en su construcción. Mandler (1987) encuentra, asimismo, que las
estructuras episodicas que se incorporan unas dentro de otras son las mas dificiles de
elaborar. Este ultimo resultado permitiria discutir lo hallado por Goldman y Varnhagen
(1986) en su investigación al manipular esta misma variable. El análisis de Mandler (1987), sin
embargo, tampoco excluye que la estructura episodica hallada por los sujetos y estas
dificultades no se deban a la integración de los episodios en relación con el contenido donde el
análisis causal juega un papel importante (cf. 6.3.2. Inferencias causales; 6.4. Procesos de
integración del texto).
La identificación de la estructura causal de un texto narrativo puede ser la manifestacion
de un proceso mas complejo que se orienta a la integración del texto en un modelo comprensivo
de su contenido. El lector genera en el procesamiento de un texto ciertas inferencias que
anticipan el curso de los acontecimientos en un texto narrativo. Duffy (1986) ha señalado que
la violacion de estas expectativas, al leer una oracion, afecta a las latencias de lectura que se
obtienen, que son mayores, independientemente de la importancia que posteriormente se le
asigna. Fitzgerald (1984) encuentra que estas expectativas parecen corresponderse en un
texto narrativo con las categorias sintácticas que Mandler y Johnson (1977) han reconocido
en el análisis de un texto. Garham y Mason (1987), por su parte, solicitando a los sujetos que
juzgaran si ciertos acontecimientos incidentales, ligados entre si únicamente a traves de la
estructura episodica del texto, habian o no ocurrido en un extracto de una historia, han
encontrado que la tarea es mas facil cuando la información objetivo procedia de distintos
episodios mas que cuando procedia de un mismo episodio. Garham y Mason (1987) concluyen
que los sucesos presentados en un texto narrativo se asocian con ciertos episodios
particulares en la memoria y que la estructura episodica misma puede ser uno de los principios
que gobiernan como se representa en la memoria un texto de este carácter.
Los resultados de estas investigaciónes, en conjunto, ponen al descubierto el papel que la
estructura de un texto tiene en el procesamiento, pero dejan abierta la posibilidad de que se
deban a la intervencion de un análisis causal del texto para el que el orden de presentacion de
la información es ciertamente relevante. Los diferentes hallazgos se asocian a la manipulacion
70
El análisis del papel que la estructura del texto tiene en su comprensión nos ha mostrado
como su estructura se asocia con el análisis de su contenido semántico. Un texto no resulta
inteligible sino en el marco del conocimiento previo compartido por el autor del texto y el
lector (cf. Kintsch, 1988). La activación de este conocimiento juega un papel critico en la
comprensión (cf. Bjorklund y Bernholtz, 1986; Rachman y Bisanz, 1986; Yuill y Joscelyne,
1988). Un esquema o un guion no son sino formalismos para representar la base de
conocimiento que se activa al procesar la información que un texto contiene (cf. Schank,
1982). Un esquema contribuye al procesamiento de un texto: a) guiando el análisis semántico,
ordenando la información procesada e integrandola en la estructura de la información previa
que el esquema contiene; y, b) supliendo la información no proporcionada explícitamente por el
texto de acuerdo con el conocimiento previo (cf. Sainz y Gonzalez-Marques, 1986, en prensa).
El ajuste del texto a un esquema o guion facilita el procesamiento de su información (Bloom,
1988; Chiesi, Spilich y Voss, 1979; Kintsch y Young, 1984; Leu, De Groof y Simons, 1986;
Spilich, Vesonder, Chiesi y Voss, 1979; Sanford y Garrod, 1981; Sharkey y Mitchell, 1985;
Yussen, Huang, Mathews y Evans, 1988).
Que los lectores utilizan su conocimiento previo en la comprensión de un texto es claro
(Just y Carpenter, 1987; Graesser y Clark, 1985). La cuestion es si este conocimiento puede
representarse en términos de un esquema o guion y como los procesos, que les afectan,
afectan a la comprensión.
Analizando experimentalmente la hipotesis que apuntaran Alba y Hasher (1983) en su
revision, segun la cual los esquemas afectan a la recuperacion de información, no a su
codificación, McDaniel y Kerwin (1987) han estudiado los efectos de procesar la información
de un texto, de acuerdo con un esquema, sobre el recuerdo a largo plazo. Los sujetos leian un
texto en el que faltaban ciertas letras de ciertas palabras en algunas de las oraciones
objetivo. A los sujetos se les instruia a que leyeran desde una perspectiva particular. En tanto
71
Black (1985) obtuvieron, en una prueba de reconocimiento, una tasa mas alta de falsas
alarmas en inferencias relacionadas con las acciones, los planes y los objetivos descritos en la
narracion, que en inferencias relacionadas con el contexto descrito. Las inferencias
semánticas de nivel textual a menudo se integran en el análisis de la estructura causal en un
texto narrativo; su presencia es mas relevante en el análisis de textos expositivos y
descriptivos en los que el análisis causal es menos relevante. El análisis de las presuposiciones
en el discurso pueden justificar el papel de las inferencias semánticas en la comprensión.
En un primer estudio en el que analizan la evidencia aportada por Omanson (1982) y Stein y
Glenn (1979), Trabasso y van der Broek (1985) comprueban, volviendo a analizar los textos
utilizados en términos de sus conexiones causales para predecir el recuerdo inmediato y
diferido, la importancia con que se juzgan los sucesos, y el modo en que se resume el texto,
que las categorias sintácticas de la gramática se solapan sustancialmente con los factores
causales que explican la estructura causal del texto. Que un cierto acontecimiento estuviera o
no en una cadena causal y el numero de conexiones causales explican una parte substancial de
la varianza en las cuatro medidas en un análisis de regresion multiple que se compara con un
análisis de regresion multiple efectuado a partir de las categorias sintácticas de la gramática
textual de Stein y Glenn (1979). Aunque el análisis sobre categorias sintácticas tambien
explicaba parte de la varianza comun se solapaba con el análisis efectuado a nivel causal. El
efecto de nivel hallado por Omanson (1982) parece asi asociarse a la estructura causal del
texto contribuyendo a la especificacion de su contenido. Los dos factores causales
predictivos de las medidas obtenidas en esta investigación predicen la importancia con que se
juzgan los acontecimientos descritos en la narracion (Trabasso y Sperry, 1985) siendo mas
importante el segundo. La importancia de una descripcion es el resultado de un proceso de
razonamiento causal durante la comprensión (Van der Broek y Trabasso, 1986).
Contrastando las hipotesis jerarquica y causal en un análisis del proceso que lleva a un
lector a resumir un texto, Van der Broek y Trabasso (1986) encuentran, variando la posicion
jerarquica de una serie de descripciones de objetivos y su estatuto y conexiones asociativas
en la estructura causal del texto, que un cambio en la posicion jerarquica de un nivel
supraordinado a un nivel subordinado solo afecta a la probabilidad de incluir esta descripcion
en el resumen si este cambio se compana de un cambio en su papel causal. Cuando se mantenian
constantes las variables de estatuto de la descripcion en la estructura causal y el numero de
relaciones causales asociativas, el nivel jerarquico de las descripciones no tenia ningun efecto
sobre la probabilidad de incluir una cierta descripcion en el resumen. Esta inclusion era, en
cambio, predicha por el efecto asociado de estas variables causales. Van der Broek (1988) ha
ampliado estos mismos resultados manipulando el nivel de los objetivos y los resultados
asociados a estos, en dos tipos de estructura episodica, jerarquica y secuencial. En la
estructura jerarquica los objetivos se relacionan entre si en tres niveles: el fracaso en la
obtencion de un objetivo de nivel superior lleva a la creacion de un objetivo de nivel inferior.
En la estructura secuencial los mismos objetivos se alcanzan de forma secuencial. Las
relaciones causales de las descripciones de objetivos se variaban independientemente del
nivel, aumentando o disminuyendo el numero de acciones motivadas por los objetivos. La
importancia con que se juzgaba una descripcion por un grupo de jueces variaba en función de
las relaciones causales asociadas. El nivel jerarquico de los objetivos no afectaba a estos
juicios. Los juicios de importancia relativos a las descripciones de los resultados de la accion
si parecian verse afectados de la manipulacion del nivel jerarquico pero se asociaban a su
relación causal con la creacion de un nuevo objetivo y con el numero de relaciones causales del
objetivo que los desencadenaba. A pesar de implicar estos resultados un efecto de nivel no
parece que pueda distinguirse de un efecto mas general del contenido del texto.
77
Un texto proporciona, a menudo, indicios explícitos acerca del modo en que han de
integrarse las proposiciones que contiene (cf. Glover, Dinel, Halpain, McKee, Corkill y Wise,
1988; Lorch y Lorch, 1986) y el modo en que deben inferirse las que se encuentran implícitas
para la construcción de un modelo integrado y unitario. Estos indicios son: a) léxicos, cuando
las oraciones en el texto se relacionan entre si por medio de algun clase de conectivas; b)
sintácticos, cuando la estructura en que se ordenan distintas oraciones expresa relaciones de
contenido entre estas, como el caso de construcciones sintácticas paralelas en descripciones y
definiciones; c) semánticos, por la repeticion o enlace de los argumentos y predicados de las
proposiciones expresadas; d) textuales, por el tipo de texto, por la introduccion del tópico en
los titulos y en los encabezamientos, por indicios relativos al tópico y por la segmentacion del
texto en unidades argumentales estructuradas en parrafos; y, e) referenciales, por las
relaciones coreferenciales de las expresiones y su integración en un modelo de la situacion.
Los lectores forman durante la lectura una representación unitaria que integra la
información proporcionada por el texto (Guindon y Kintsch, 1984). Las proposiciones
relevantes a esta representación integrada se anticipan y reconocen entre si mas rapida y
eficazmente que las proposiciones que pertenecen, únicamente, a la microestructura semántica
del texto (Guindon y Kintsch, 1984). Este proceso de integración se refleja en: a) la
activación de conexiones asociativas entre las proposiciones generadas, a partir del texto,
durante la comprensión, que facilitan la recuperacion de los conceptos relacionados o
asociados (Yekovich y Walker, 1986); b) la integración de las proposiciones tematicamente
relacionadas en episodios segun un doble proceso de aislamiento y adaptacion. El aislamiento
ocurre cuando el contenido de un episodio ya codificado resiste la interferencia retroactiva
de la información no relacionada; la adaptacion ocurre cuando el contenido de un episodio ya
codificado esta sujeto a la interferencia retroactiva de la información tematicamente
relacionada (cf. Hertel, 1985); y c) la integración de los episodios en ciertas estructuras
tematicas segun las conexiones asociativas que puedan establecerse entre ellos (Seifert,
McKoon, Abelson y Ratcliff (1986).
Sometiendo a prueba esta ultima hipotesis, en un paradigma de anticipacion, Seifert,
McKoon, Abelson y Ratcliff (1986) han comprobado que la latencia de verificacion de una
oracion cuando viene precedida por una narracion tematicamente similar es menor que cuando
viene precedida de una narracion que no se ocupa del mismo tema. El establecimiento de una
relación entre la oracion objetivo y la narracion no es un proceso automatico y obligatorio;
parece depender de las estrategias del lector en la codificación.
Este proceso de integración se lleva a cabo en la memoria activa, encontrandose sujeto a las
limitaciones de capacidad que le afectan (Fletcher y Bloom, 1988; van Dijk y Kintsch, 1983).
Estudiando el papel de la memoria activa en el proceso, Fisher y Glanzer (1986) comprueban
que si se elimina el contenido de la memoria activa, mediante algun tipo de tarea distractora,
la lectura se interrumpe. La medida en que se interrumpe depende de las demandas de enlace
del texto. La integración del texto en un tópico depende del establecimiento de conexiones
asociativas entre las proposiciones. En que medida el texto demande la realizacion de estas
conexiones afecta a en que medida puede interrumpirse la lectura cuando se elimina la
información de la memoria activa. Las diferencias evolutivas en el uso de indicios de
recuperacion efectivos para la integración de la información del texto en un tema explican las
78
7. PROCESAMIENTO DE LA REFERENCIA.
A las representaciones que el lector forma del mundo a que se refiere el texto nos
referimos bajo el término de representaciones referenciales. Al conjunto de estas
representaciones referenciales y de las representaciones que resultan del análisis del
discurso se refiere Johnson-Laird (1983) bajo el término de modelo mental del discurso; van
Dijk y Kintsch (1983) lo denominan modelo de la situacion ya que este modelo simboliza el
contexto descrito por el texto. Aun cuando se hallan ejecutado los mismos procesos de
análisis a nivel lingüístico caben, segun el contexto, distintas representaciones referenciales.
El modelo de referencia incluye una representación del discurso o del texto, desarrollada en
el curso del procesamiento lingüístico y una representación de la referencia que resulta de la
actuacion de alguna función de interpretación que caracteriza las relaciones de una
representación del discurso o del texto con una representación del contexto en que se usa,
independientemente definida. Este contexto puede venir expresado por las descripciones que
proporciona una representación perceptiva o venir dado por descripciones implícitas en una
imagen mental. El término función de interpretación puede tambien denominarse función de
referencia. Una función de referencia especifica la extension de una representación
computada en el procesamiento lingüístico en un contexto de uso, estableciendo relaciones
entre descripciones en un nivel simbólico apropiado. La complejidad del proceso de
construcción de la referencia afecta al tiempo de procesamiento de un texto (cf. Reilly,
1988).
proposicion, o el uso de cuantificadores, que determinan la extension con que debe tomarse un
cierto predicado de una expresión referencial argumento.
Los procesos que analizan las expresiones referenciales de un texto deben distinguir entre
aquellas expresiones coreferenciales y las relaciones de estas y de las directamente enlazadas
con un modelo del mundo. Para cumplir esta función, los procesos que construyen la
representación referencial se sirven de indicios basados en la propia estructura del texto y
en sus expresiones y en indicios basados en el conocimiento previo representado en el sistema
conceptual.
Entre los indicios lingüísticos que Just y Carpenter (1987) caracterizan en el procesamiento
de una anafora, siguiendo en parte a Corbett (1984), se encuentran: a) la identificación del
referente por la concordancia de las expresiones (Corbett y Chang, 1982), como en "Javier y
Carmen se fueron cuando ella empezo a encontrarse cansada"; b) la identificación del
referente por concordancia en la estructura sintáctica del papel que juega el pronombre y la
expresión a que se refiere (Sheldon, 1974), como en "Javier vio a Joaquín; fue entonces
cuando (el) se marcho"; y c) la identificación del referente por asociacion con el tópico mas
relevante (Yekovich y Walker, 1986; Walker y Yekovich, 1987) y/o reciente del discurso
(Carpenter y Just, 1977b; Daneman y Carpenter, 1980; Ehrlich y Rayner, 1983; Matthews y
Chodorow, 1988; Murphy, 1985), como, respectivamente en "Fue Irene quien encontro a Laura.
Ella queria hablar del viaje" y "Enrique tomo una tonica; Angel un zumo; mas tarde tomo un
cafe". En el espanol es frecuente la elipsis de la expresión anaforica que puede introducirse
82
por un pronombre, de ahi que la importancia asignada a estos indicios varie (cf. Walker y
Yekovich, 1987). La ambiguedad sintáctica de la oracion (Matthews y Chodorow, 1988), o
ciertas inconsistencias sintácticas entre el antecedente y la expresión referencial (Murphy,
1985) afectan al tiempo de resolucion de la anafora haciendo que el proceso sea mas lento.
1985; Walker y Yekovich, 1987) o por su propia estructura sintáctica (cf. Corbett y Chang,
1983) o semántica (cf. O'Brien, Duffy, y Myers, 1986).
Una teoría estrictamente referencial de la significacion es tan inadecuada como una teoría
que haga consistir el significado en la mera composición sintáctica de clases de expresiones
mas primitivas (cf. Johnson-Laird, 1983, 1987). Una teoría referencial (cf. Katz, 1972) no
explica como se evaluan ciertas expresiones cuya significacion es distinta a pesar de
compartir eventualmente el mismo referente. El ejemplo propuesto por Frege (1892) de
referirse al planeta Venus bajo denominaciones distintas como "estrella de la manana",
"estrella vespertina", o "Venus" muestra los distintos efectos de significado que produce el
uso de expresiones diversas aun compartiendo un mismo referente. Una teoría sintáctica de la
significacion tampoco justifica como dos expresiones identicas pueden inducir la formacion
de distintas representaciones referenciales segun el contexto en que se usan. La evidencia
empírica se enfrenta abiertamente a una definicion circular de la significacion (cf. Sainz y
Gonzalez-Marques, 1986, en prensa).
La comprensión de un texto impone la construcción de un modelo de referencia, no impone la
especificacion del referente de una expresión. La especificacion exhaustiva o completa de
85
aquello a que se refiere un texto no es posible. Quine (1960, 1974) se ha referido a este
problema bajo el término de indeterminacion de la referencia.
interpreta el proceso de acuerdo con una semántica de condiciones de verdad asociada al uso
de las expresiones lingüísticas en un contexto. Las propiedades semánticas de una expresión
son propiedades emergentes de sus condiciones de verdad (Johnson-Laird, 1983).
En el curso de la comprensión lenguaje, el sujeto forma un modelo de referencia que le
permite la comprensión del conocimiento establecido en el discurso o en el texto y la
consiguiente alteracion del estatuto y configuracion de su conocimiento previo. La
construcción de un modelo mental cumple un papel, mas alla de la comprensión del lenguaje, en
la representación y resolucion de problemas relativos al comportamiento de sistemas físicos
dinamicos (cf. Gentner y Stevens, 1983; Rouse y Morris, 1986), en la resolucion de problemas
que implican procesos de inferencia (cf. Johnson-Laird, 1983), o, en la ejecucion de tareas que
implican la manipulacion de propiedades y relaciones de correspondencia entre objetos
mentales (cf. Sainz, Mayor y Gonzalez-Marques, 1988).
estructura y no de la del texto que interpreta. Wattenmaker y Shoben (1987) han mostrado
que las oraciones de contexto concreto se recuerda mejor que las oraciones de contexto
abstracto, una consecuencia de la representación que forma el lector al leerlas. El numero de
referentes que el modelo mental del discurso integra afecta a la facilidad con que se accede a
su información como se demuestra en las mayores latencias de respuesta cuando incluye un
numero mayor. Murphy (1984) comprueba esta hipotesis, tambien, utilizando expresiones
definidas e indefinidas que permiten reestablecer un referente del que ya se disponia o la
introducir un nuevo referente. Murphy (1984) observa una mayor latencia de respuesta en
esta ultima condicion.
Un análisis mas explícito del diferente acceso a la información que un modelo mental
contiene es el trabajo de Morrow, Greenspan y Bower (1987). Los sujetos en este estudio
debian memorizar un diagrama de una construcción y leer despues un conjunto de narraciones
en las que se describia el recorrido de una persona a traves del edificio con vistas a lograr un
cierto objetivo. La lectura de la narracion se interrumpia solicitando a los sujetos que
decidieran si ciertos objetos se localizaban en las mismas o en diferentes habitaciones del
edificio. Los objetos que se localizaban en el lugar donde se encontraba el personaje fueron
mas accesibles. La accesibilidad disminuia a medida que la distancia entre la habitacion en que
los objetos se encontraban y en la que se encontraba el protagonista aumentaba.
Los modelos mentales se requieren asimismo en la generacion de inferencias que exigen la
construcción de un modelo mental de la situacion. Perrig y Kintsch (1985) han mostrado
manipulando la descripcion espacial presentada por un texto que las inferencias se contrastan
con un modelo de la situacion. Uno de los textos presentaba información espacial en términos
geograficos de una ciudad imaginaria, el otro ofrecia una descripcion de las direcciones. Tanto
en el caso de contar con un mapa mental como en el caso de contar con una representación
procedimental de la ciudad los lectores vericaban sus inferencias en relación con estos
modelos, en tanto el recuerdo del texto dependia de la construcción de un texto base
proposicional. Los mismos efectos de verificacion se comprueban cuando una frase especifica
las propiedades de un cierto referente, como en la combinacion en una frase nominal de un
adjetivo y un nombre. Algunos datos muestran que el sujeto forma, tambien en este caso, un
modelo mental de la situacion con el que contrasta la descripcion proporcionada por el texto.
Sin embargo, este tipo de análisis presenta el problema irresuelto de como se combinan los
conceptos en una expresión (cf. Hampton, 1987).
Rogers (1988) analizan tres tipos de inconsistencia, una inconsistencia que surge al entrar en
conflicto una proposicion textual con un hecho conocido, una inconsistencia, -que denominan
contradiccion factual-, que surge al entrar en conflicto lo establecido por dos proposiciones
relacionadas presentadas en el texto, una conocida y otra desconocida, y, por ultimo, una
inconsistencia textual entre dos proposiciones desconocidas.
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