Вы находитесь на странице: 1из 7

SARTRE Y EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD

Mario Gachetegui Iriart

Para Sartre, el problema de la libertad se presenta enlazado a problema de

la existencia. De ahí que para explorar esta teoría, uno se vea necesariamente

obligado a explicar su posición sobre el existencialismo. Corriente filosófica en la

que Jean-Paul Sartre militó hasta convertirse en uno de sus más notorios

representantes, o al menos, en el más mediatico de éstos. En la conferencia que

éste pronunciara en el Club Maintenant (Ahora) durante 1945, y hacemos

referencia a “El existencialismo es un humanismo”, en donde intenta dar cuenta

de modo simplificado, quizá, algunas partes de su relevante “El ser y la nada”, es

además, un alegato a la libertad de ser, pero también, un compromiso con la

existencia: La obligación ética con la acción transformadora del mundo.

Fiel a lo que en sus palabras expone, Sartre, en situación, arremete con

esta conferencia en los primeros albores de la libertad europea de post-guerra y

declama que toda existencia precede a la esencia, derribando las posturas de

algunos totalitarismos europeos que se han construido en función de supuestos

valores supremos o valores congénitos del ser. Pero además, dicha premisa,

afirma de modo contundente, la posición existencialista atea. Es decir que, no

existe un Dios que concentra y distribuye valores supremos, leyes morales que

condicionen al ser en su camino de existencia, por lo tanto, es el hombre el que

debe construirse a sí mismo. Si la premisa es que nadie nos ha pensado antes,

nosotros (en tanto seres) nos pensamos a nosotros mismos. O lo que equivale a
Mario Gachetegui Iriart

decir, somos nuestro propio proyecto de existencia (en tanto autores) pero

además, tenemos la cualidad de ser nuestros actores. Y por consiguiente si

somos quienes nos hemos pensado, y realizamos lo que pensamos nosotros,

seremos por derivación, únicos responsables no solo de nuestro proyecto, sino

que también de nuestras acciones. La existencia precede a la esencia, da cuenta

que estamos solos en-el-mundo.

Esa soledad, no es una elección para Sartre. Esa soledad es un imperativo

de la existencia. Partiendo de aquella premisa Heideggeriana del ser-arrojado,

Sartre elabora la figura del ser solo con sus pensamientos frente a una realidad

que los circunda. ¿Pero debe responder por sus acciones previamente pensadas

ante esa realidad circundante? No, de Sartre se infiere que la responsabilidad de

dichas acciones, en todo caso, de dicho pensamiento pasado a la acción, es solo

consigo mismo. Ser-para-sí.

No obstante, para llegar a hablar de esa responsabilidad sartreana, es

necesario poner en juego la conciencia, dado que el ser, solo es responsable a

partir de la toma de conciencia de su existencia. Y esa conciencia de existencia,

es conciencia de la realidad, es decir, del mundo que lo rodea. Conciencia que es

por consiguiente, intencional. Es decir, que está dirigida a. No es una conciencia

predeterminada de antemano, congénita. Ya dijimos que nadie nos ha pensado

antes. Y también que el ser descubre el mundo a partir de su existencia. Y que

dirige su mirada a un objeto determinado. Por lo tanto es la conciencia en Sartre,

2
Sartre y el Problema de la Libertad

lo que moldea el mundo exterior. No hay un mundo sino a partir de mí. Y

dicho mundo es tal cual yo lo entiendo. Porque si estoy solo conmigo, arrojado, lo

externo a mí es tal cuál yo lo advierto.

Hay que dejar sentado que esta postura sobre la percepción, en Sartre se

genera a partir de Edmund Hüsserl, creador de la Fenomenología, donde este

último expone su teoría para destruir el dualismo clásico de forma y esencia.

Hüsserl encuentra una síntesis de ambos en el Fenómeno. Y declara que todo

fenómeno es revelador por si mismo. Es decir, que el fenómeno se revela ante el

ser tal cuál es. O lo que equivale a decir que cada revelación que el fenómeno

realiza, se revela en su totalidad. Que no existe una esencia previa o inmanente

del mismo que determina dicha revelación, sino que en cada revelación es

esencia revelada, puesta en acto. No una esencia que se manifiesta a través de

una parte, sino que se manifiesta en su totalidad en cualquiera de sus facetas.

Esa totalidad reveladora de sí mismo, será lo que Sartre expondrá como punto de

inicio en su pensamiento, pero agregará que si bien el fenómeno destruye el

dualismo clásico, genera inevitablemente un nuevo dualismo: El de lo finito y lo

infinito.

Entonces, partiendo del método fenomenológico, Sartre dirá que el ser es

existencia. Pura existencia. Y se revela ante el mundo como tal. No hay un ser

ideal, entendiéndose esto como esencia de ser sino que al manifestarse en la

existencia el ser cobra existencia. No existe una esencia del ser predeterminada

de antemano sino que el ser va construyendo. Y si el ser es existencia y se va

construyendo en su contacto con el mundo, entonces el ser es en-el-mundo,

3
Mario Gachetegui Iriart

como ya dijimos, partiendo de la premisa de Martin Heidegger en su obra “El ser y

el tiempo”. Ser-ahí (Dasein) será para Sartre ser-en-el-mundo. Es decir, que el ser

es existencia en permanente situación, para usar palabras de Sartre. No es un

hecho aislado, (entendiéndose como una abstracción) sino un hecho concreto en-

el-mundo. No será proyecto y acción sino un fenómeno. El ser es existencia

concreta en situación, lo que se deriva en inevitable movimiento. No hay quietud

sino movimiento que le permite al ser revelarse a sí mismo en la existencia.

Si entendemos el movimiento como modo de construcción de mi

conciencia, es decir, que el ser en contacto con el mundo se va revelando y por lo

tanto también se va construyendo a partir de sí mismo. Es decir, advierte el

mundo y a partir de ese contacto se construye a sí mismo, pero recíprocamente

construye el mundo. Aquí aparece el factor más importante en la filosofía de

Sartre: La trascendencia. El ser no será solo inmanencia sino que será

transcendencia, pero trascendencia de sí mismo en-el-mundo. Para Sartre la

única trascendencia es en-el-mundo. El ser se construye a sí mismo en cada

paso, y si esto es así, si su percepción del fenómeno, (despojado de prejuicios) le

revela el mundo y su necesidad de trascenderlo, trascendiéndose, toma

conciencia de su existencia. Lo que dice que la trascendencia es el acto

constitutivo de la existencia.

El ser está en permanente construcción, no contiene en sí mismo, valores

absolutos o que lo predeterminen y como nadie lo ha pensado, se piensa a sí

mismo. Es decir, el ser es libre de generar su existencia a su criterio, a su

conciencia. Encuentra la necesidad de trascenderse porque hay un mundo ahí

afuera que lo circunda, habitado por otros seres que intuye como él. Pero dicha

4
Sartre y el Problema de la Libertad

necesidad parte de su soledad y su desamparo. Es ese desamparo de su

existencia frente al mundo, en movimiento, lo que lo lleva a elegir, inevitablemente

y por consiguiente se descubre libre de pensarse en ese desamparo. Es libre de

construirse a si mismo, porque no hay mandato superior que no sea su propio ser.

<<Está condenado a ser libre>>.

Para cerrar sintetizando la teoría de Sartre sobre la libertad, se puede decir

que: Si no hay Dios, yo soy mi propio Dios. Si nadie me hace, me tengo que hacer

yo. Pero mi hacer, está en situación. Yo soy en-el-mundo y por lo tanto cada

acción mía determina las acciones del mundo. Y el mundo esta cohabitado por

otros yo. Por lo tanto, cada acción mía determina de algún modo la existencia de

otros seres. De aquí surge un compromiso que Sartre llamará con la existencia y

que será ni más ni menos que responsabilidad con el otro. Entonces mi libertad

de construirme, deberá tener un enfoque ético. De esta última premisa es donde

el ser arrojado y obligado a construirse por sí mismo (libre) se enfrentara al

mundo, y se llenará de angustia. Angustia que deviene de tomar conciencia que al

estar en-el-mundo con otros seres, mis acciones no solo me modifican sino que

modifican de algún modo al otro y eso me obliga a tener responsabilidad con mi

construcción de existencia. Encuentra que el ser existente debe negociar con el

otro su construcción. Eso será ni más ni menos la trascendencia: Una

negociación. Sin embargo, esto podría parecer una contradicción con la libertad,

el verme obligado a negociar mi construcción de existencia, pero Sartre expone

que la libertad de la existencia está dada en el hecho de que el ser al tomar

conciencia de su existencia en el mundo, solo, toma conciencia de la nada. La

5
Mario Gachetegui Iriart

nada que lo precede y que debe trascender haciendo. Pero sus acciones son

pensadas por el ser y él y solo él es quién lo hace, por lo que bien puede tener en

cuenta al otro (la Buena Fe) o no tenerlo en cuenta para su trascendencia (Mala

Fe). Es libre de elegir su camino, pero es libre porque no puede hacer otra cosa

que optar. Está condenado a ser libre y no puede optar por no serlo.

Como vemos, es por esto último, por lo que expone al existencialismo

como un humanismo. En ese compromiso ético electivo del propio ser con su

existencia. Es decir, estar en un mundo con otros seres, en perpetua formación

(serialidad) hacia el infinito. (Cada acción será finita en si misma pero a su vez,

inserta en una cadena infinita de acciones que será la trascendencia.) y

comprometido con esa existencia, dado que su construcción es la construcción

total del mundo. <<¿Qué mundo sería si todos hicieran lo que yo?>>

En mi opinión, si bien concuerdo con esta parte de la exposición de Sartre,

me parece que la libertad por el solo hecho de tener que elegir, de poder optar por

sí o por no, es bastante relativa si tenemos en cuenta que además de estar en un

mundo cohabitado por otros seres, también vivimos cohabitados en nosotros

mismos. Pareciera ser que Sartre le da valor relativo a esa cohabitación, a esa

influencia cultural que poseemos como herencia fatal. Si bien somos libres de

determinar que esta bien y que mal, que hacer y no hacer, muchas de nuestras

acciones o proyecciones estan influidas inconscientemente. Si bien al tomar

conciencia yo puedo decidir que uso y hago y que no, no siempre tengo

conciencia plena de la totalidad. De hecho, como estoy siendo, en el mundo,

probablemente no tenga conciencia plena de otras cuestiones que no fueran las

reveladas en ese Ser-ahí. Y además, mi condicionamiento no solo me viene del

6
Sartre y el Problema de la Libertad

pasado, en modo inconsciente, sino que la trascendencia me condiciona, muchas

veces de modo inconsciente también, en la proyección de mi ser. Yo soy aquí,

ahora, pero sin poder tener conciencia plena de que ser-aquí-ahora es también

una carga de elementos que arrastro por herencia histórica, y que no solo

condicionan involuntariamente mi decisión del presente sino que también lo hacen

con mi futuro, por extensión. Ser-ahora es también habiendo-sido-pudiendo-ser

no solo en mi experiencia consciente sino en lo que refiere a lo inconsciente. Y si

bien puedo cambiar por mi libre elección, ya se sabe que no se puede modificar lo

que no se conoce, aquello de lo que no se tiene conciencia. Y la conciencia es

aquí y ahora dentro de la circunstancia.

Вам также может понравиться