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Resumen
Según un estudio realizado por Veronis Suhler, desde 1999 y con proyección de
datos del mercado nortemaericano hasta 2009, se está produciendo un cambio en
el consumo de medios, de manera que se incrementa el tiempo dedicado a la
televisión por cable y satélite, la televisión interactiva, la música, los videojuegos e
internet (Veronis: 2008).
Pero pese a que el presupuesto publicitario destinado a internet crece, al igual que
los ingresos publicitarios de los cibermedios, los grupos de comunicación no
mantienen la misma proporción de la tarta publicitaria que en los medios off line.
La férrea competencia de nuevos agentes, principalmente portales, buscadores y
redes sociales, dificulta el crecimiento de la financiación de los cibermedios por
esta vía. De acuerdo con un informe de Lauren Fine, analista de Merrill Lynch, aun
en el supuesto de que la publicidad on line mantuviera ratios de crecimiento de
dos dígitos hasta 2012, y a partir de esa fecha de entorno al 5%, mientras los
ingresos publicitarios de los periódicos cayeran un 1,5%, la publicidad on line no
alcanzaría el 50% del volumen de ingresos publicitarios de los periódicos. A ese
ritmo de crecimiento la ciberprensa necesitaría más de 30 años para alcanzar el
volumen publicitario del negocio editorial. (Ali: 2006; Saba, 2006). Y en términos
de rentabilidad, las conclusiones son equivalentes. Con márgenes de ingresos del
50% para la publicidad on line y del 25% para los anuncios en los periódicos,
serían necesarios 20 años para igualar la rentabilidad de ambos medios por ese
concepto. (Ali: 2006; Saba, 2006).
El incremento de los ingresos publicitarios en internet obedece a las posibilidades
comunicativas que presenta el canal interactivo. Las nuevas opciones que
posibilitan los nuevos medios -tales como la interactividad, la fragmentación de los
contenidos, etc.- hacen que la publicidad sea cada vez más evitable por el usuario.
Esto implica que la publicidad, en ese nuevo entorno de consumo personalizado,
parece que está llamada a cambiar de rol: o ser integrada directamente en el
contenido de los medios, o ser un mensaje que el consumidor busca activamente
como parte de un producto o servicio.
Por otra parte, el nuevo contexto del sector, impulsado por los cambios que
introduce la digitalización y el surgimiento de nuevos modelos comunicativos,
establece importantes mutaciones en el modelo competitivo y sitúa a los grupos de
comunicación, y más especialmente a las empresas periodísticas –núcleo duro,
desde el cual en la mayoría de los casos se ha levantado todo un conglomerado
mediático– ante el reto de adaptar su modelo frente a la competencia de nuevos
agentes (cibermedios pure players, portales y buscadores, redes sociales, etc.)
En este sentido, los cambios que se están produciendo en el sector han llevado a
algunas de las compañías a realizar profundas transformaciones de reordenación
de las unidades de negocio y de los procesos productivos. Este es el caso de
Guardian Media Group, inserto en una profunda reestructuración del grupo con el
objetivo de situarse en mejores condiciones para competir en el futuro digital. Para
dentro de seis años espera dedicar el 80% de sus esfuerzos a actividades
digitales, frente al 20% aproximadamente que representaba en 2005. (Waldman,
2005). Estas previsiones, si no tan optimistas, sí en esa línea, se barajan en los
principales grupos de comunicación.
A esto se suma el ERE del grupo Zeta y la reducción de costes del grupo Rizzoli
(empresa editora de los diarios italianos Corriere della Sera y La Gazzetta dello
Sport y de los españoles El Mundo, Marca y Expansión) motivado por el descenso
de los ingresos publicitarios y por la pérdida de un 60% su valor en bolsa el
pasado año. Al otro lado del continente, los beneficios de News Corp. también
cayeron un 42% el pasado año, hecho que obliga, al igual que en otros grupos, a
un replanteamiento del modelo de ingresos (Edgecliffe, 2008).
4. Análisis y prospectiva