Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Regresaron los exiliados y se respetó la libertad de prensa, respeto que, salvo en muy
coyunturales ocasiones, se ha mantenido hasta el presente. Se aprovechó los ahorros,
dejados por el gobierno de Carías, para fundar el Banco Central de Honduras y el Banco
Nacional de Fomento, pilares de la política desarrollista.
Hubo mejoría en los términos del intercambio internacional, entraron divisas frescas y la
producción hondureña de café fue en aumento hasta colocarse, a la vuelta de algunos
años, en el primer lugar, desplazando al banano.
Villeda ha sido el político más actualizado de los últimos tiempos. Y buscó nuevas rutas
conceptuales para superar el liberalismo positivista. No definió su simpatía, aunque en
sus preferencias mencionaba a la democracia cristiana o a la social democracia y
estableció lazos de amistad política con el movimiento latinoamericano denominado
"izquierda democrática", que tenía a Figueres de Costa Rica y a Rómulo Betancourt de
Venezuela como exponentes principales. Democracia en libertad y con justicia social
parecía ser la senda que se estaba abriendo.
Pero fue un tiempo primaveral con borrascas. 1954 fue un año tempestuoso. Honduras
prestó su territorio para que una operación de la Agencia Central de Inteligencia –CIA-- y
la United Fruit Company conjuntara exiliados guatemaltecos para invadir el vecino país y
lograra derrocar el gobierno de Jacobo Arbenz. La Organización de Estados Americanos –
OEA--, dirigida por los Estados Unidos, en nombre de la seguridad democrática
continental había condenado a Guatemala por ser un peligro comunista.
La gran huelga de dos meses de duración en los campos bananeros de Honduras fue
como una tormenta eléctrica que galvanizó a la conciencia nacional. Sorprendió
comprobar cómo, sin previa preparación sindical y orillados a reunirse en la
clandestinidad, los trabajadores demostraron tener sólida capacidad de lucha y
madurez.
Sorprendió asimismo la enorme solidaridad con los huelguistas demostrada por el
pueblo hondureño.
1954 fue también año electoral. Como en otras ocasiones, la presencia de tres
candidatos complicó el proceso. Los nacionalistas se apuntaron divididos, con el viejo
General Tiburcio Carías al frente del Partido Nacional, y su antiguo vicepresidente
Abraham Williams como candidato del Movimiento Nacional Reformista.
La popularidad del candidato del Partido Liberal, Ramón Villeda Morales, era
incontenible pero no obtuvo la mayoría requerida. El Congreso electo no se instaló pues
ambas alas nacionalistas no hicieron acto de presencia; se rompió el orden constitucional
y en defecto del Presidente Gálvez, que se había retirado por motivos de enfermedad,
quedó como Jefe de Estado, de facto, su vicepresidente Julio Lozano Díaz.
Quince días antes de finalizar su período, Villeda fue sustituido violentamente por el
mismo Ejército que había facilitado el proceso de su llegada al poder.