compuesta por dos burbujas negras carentes de sentido, contrario a mis ojos que se reflejan en los suyos. No se de que parte de pared salió, pero se balancea con gracia sobre cuatro zapatillas en forma de pata color rosa, busca comida. Olisquea con su nariz larga y obscena y que además termina en un coqueto botón rosado que contrasta con el color gris y negruzco del resto de pelaje. A pesar de que me levanto más de metro y medio por encima del animal, viajamos en el mismo vagón. La rata me mira y recuerda cuando era hombre.