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Las esculturas cicládicas de mujeres están hechas con un estilo geométrico y esquemático en sus
facciones y extremidades antropomorfas. Las partes del cuerpo no tienen articulaciones y son poco
marcadas. La sencillez de su forma se debe al estilo de crear las obras, utilizaban una pieza de mármol
que la iban desgastando con piedra de esmeril para crear las formas. Se han interpretado como
símbolos de fertilidad y amuletos de difuntos. Se han relacionado a la costumbre egipcia de tener
sirvientes que sirven al difunto en el más allá o como portadores del alma del muerto. Aunque tengan
elementos que simbolizan rituales fúnebres, hay artefactos que muestran señales de que las figuras
pertenecían al difunto durante su vida.

La Diosa de las serpientes es un símbolo de cultura minoica que simboliza fertilidad. Se piensa que esta
figura representa una deidad o sacerdotisa. Están hechas de loza vidriada usando una pasta de cuarzo
para añadirles un color vivo y brillo después de hornearlas. Viste lo que se piensa es la ropa típica de las
mujeres minoicas. Los pechos expuestos puede que simbolicen fertilidad o duelo. Sir Arthur Evans hizo
comparaciones de la Diosa de la serpiente con figuras egipcias y encontró similitudes en el simbolismo
de serpientes con la fertilidad, culto fúnebre y rituales de santuario. Estudiando los restos del arte
cicládico y minoico se puede decir que sus culturas eran matriarcales y que hacían devoción a figuras de
fertilidad y le daban importancia a la muerte de sus seres queridos.


 







  



 


 

 


 

 


 


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El simbolismo del toro en la cultura minoica empieza con la leyenda del nacimiento del rey Minos.
Europa, una princesa de Fenicia se monta en un toro que es Zeus en disfraz y llegan hasta Creta donde
allí él la seduce y de esa unión nace Minos. De las pocas deidades que tenían los Minoicos se encuentra
Poteidan (Poseidon) que era el dios del terremoto, caballo y toro. Se piensa que el deporte Salto del toro
se iniciaba como un ritual a Poteidan que su forma espiritual era la del toro.
La leyenda del minotauro nace con la historia de cuando Minos quería ser rey le pidió a Poteidan una
señal en forma de un toro blanco con la promesa de sacrificarlo en honor al dios. Cuando Minos ve al
toro blanco decide quedarse con él por su belleza y sacrifica el mejor toro que tenia a disposición.
Poteidan castiga a Minos haciendo que su esposa se enamore del toro. El arquitecto Dédalo le fabrica
una vaca hueca hecha en madera para poder copular con el toro y de esa unión nace el minotauro, un
bebe con cabeza y cola de toro y cuerpo de varón. La bestia termina siendo muy salvaje y Minos manda
a Dédalo a construir un laberinto imposible de escapar y coloca allí al minotauro. Por un trato de paz
que tenia Minos con Atenas, cada 7-9 años enviaban a 7 jóvenes masculinos y 7 féminas para el
laberinto donde el Minotauro se los comía.

En esta foto vemos 3 monedas encontradas en Cnosos donde la figura del minotauro es predominante.
La imagen del toro es símbolo de poder en muchas culturas pero en la Historia de Creta fue un símbolo
con raíces en religión y devoción que pasaron a ser fuente para deidades de la cultura Griega en su
mitología ya que en Creta no existían toros antes de ser habitada por humanos.

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Cnosos y Tirinto fueron construidos sobre colinas y tuvieron un gran salón de recepciones llamado
megarón. Tirinto seguía la forma de construcción típica de la civilización Micénica. Construían en una
colina, la parte más alta siendo la acrópolis donde se construía la residencia del mandatario y el templo,
amurallando este espacio. Las murallas exteriores eran construidas con grandes bloques de piedra sin
tallar y el acceso era por rampas y entradas monumentales junto a otros accesos protegidos con torres.
El megarón tenía cuatro columnas de estilo minoico que soportaban el techo. La ciudadela de Tirinto era
conocida como la ciudad de las murallas ya que la fortificación contaba con otra serie de murallas que
rodeaba y se extendía hasta la acrópolis que se accede por una entrada monumental denominada
propileos permitiendo el paso al palacio edificado sobre la base del megarón. El palacio de Cnosos no
seguía la misma estructura más lineal de edificaciones de cámaras y pasillos establecidos por un plano
ya que los minoicos le iban añadiendo a la estructura y después del gran terremoto que destruyó el
palacio tuvieron que reconstruirlo nuevamente. Las cámaras que añadían eran de tamaños diferentes
haciendo la caminata por el complejo difícil y por eso se le ha llamado el Laberinto de Minos. También
fue de los primeros en tener un sistema de alcantarillado avanzado que mantenía una higiene en los
espacios abiertos del complejo. Mientras que Tirinto era una fortificación con defensas contra invasores,
el palacio de Cnosos no tenía murallas. Se conoce que la flota naval de Cnosos era tan poderosa que la
población no tenia porque temer que su complejo fuera atacado por mano humana. Al Tirinto estar
localizado en una península tenían que preocuparse por la posible invasión de conquistadores. El palacio
de Cnosos estaba localizado en Creta, relativamente lejos de otras naciones y tenían la ventaja de estar
en una isla con un pueblo que tenia fuertes conexiones con otros países. Las diferencias entre las
culturas micénicas y minoicas se pueden ver en la forma que construían sus hogares ya que los
micénicos tenían una jerarquía social que no aplica a la cultura minoica. El pueblo minoico era rico y
existía una igualdad social nunca antes vista y se manifiesta en la repartición de cámaras que formaban
parte del complejo de Cnosos. Aunque ambas culturas eran religiosas y designaban espacios de templos
y devoción, los micénicos tenían una división de clases marcadas dentro de sus murallas mientras que
los minoicos eran más abiertos y las mujeres participaban de los mismos deportes y tareas que los
hombres.

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La cultura micénica tenía que enfrentarse a invasores y a la conquista de nuevos territorios. Se ha

encontrado rastros y descripciones de que ellos en sus odiseas de comercio al exterior de sus ciudades
atacaban a otros pueblos y se llevaban lo que podían. La presencia militar era predominante en su
cultura y recibían alto rango en la escala social. La cultura isleña de los minoicos era diferente, aunque
se sabe que se expandieron a otras tierras en el continente europeo como el sur de España gracias a sus
lazos de comercio marítimos, los ciudadanos de Creta disfrutaban de una cultura mucho más liberal y
relativamente pacífica.
Las imágenes de esta crátera muestran la realidad de la vida diaria de los Micénicos. Los Micénicos eran
famosos por ser rudos y brutales en batalla, ellos ejercieron dominio en todo el Mediterráneo y sus
ciudades eran fortificadas con murallas de hasta 7 metros de grosor y con una puerta monumental en
adición a las torres de observación que usaban para comunicarse alertas en caso de potenciales
invasores. Los minoicos en lugar de ser conquistados se fusionaron con otras civilizaciones ya que no hay
huellas de lucha o guerra. Las decoraciones de la jarra muestra la capacidad militar que tenían los
micénicos que contrasta la naturaleza más comercial de los minoicos que es reflejado en su arte.