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El manejo de la culpa.

Madres trabajando fuera del hogar.

Por MsPc Ivonne Alfaro Legón


Psicóloga

-¿Es usted una mamá que trabaja fuera de su hogar?

-¿En ocasiones ha pensado que lo malo que sucede a sus hijos es por usted no estar
presente?

-¿Frecuentemente piensa si vale la pena dedicar tanto tiempo y esfuerzo a su trabajo


mientras su casa y sus hijos son atendidos por otras personas?

Si respondió que sí a estas preguntas, usted se encuentra en un porcentaje muy alto de


las mujeres, que hoy en día, están luchando con la culpa de salir y dejar a sus hijos al
cuidado de otras personas, ya sea dentro del hogar o en un jardín infantil.

La mayoría de nuestras abuelas eran mujeres dedicadas al hogar, al cuidado de los hijos
y de la familia, sin darse el tiempo de pensar en necesidades propias. En algunos
momentos nos hemos preguntado: ¿Sería eso lo correcto, se sentirían ellas plenas y
felices de llevar ese tipo de vida?

Algunas de nuestras madres, comenzaron a superarse profesionalmente y a trabajar fuera


del hogar, pero igual podríamos preguntarnos: ¿Lo hacían por superación personal y
profesional, o por cubrir necesidades económicas propias de los tiempos de crisis?

La mujer actual desde sus primeros años de vida es preparada en un sin número de
actividades para su “futuro profesional”, desde hablar varios idiomas, hasta ir pensando
en la carrera que va a estudiar cuando crezca. Años más tarde llega el matrimonio, los
hijos y con estos cambios comienza la reflexión de qué debo elegir: superación
profesional y desarrollo propio, versus cuidar de los hijos, orientarlos y acompañarlos en
su proceso de crecimiento.

La respuesta, estimada mamá, está en el error de verlos como oponentes. Si bien es


cierto que debemos hacer sacrificios para poder actuar en ambos escenarios, la
respuesta está en el equilibro que seamos capaces de tener en nuestras actividades
diarias.

Actuamos como pensamos, y si sentimos culpas, temores e inseguridad de no estar


haciendo lo correcto, eso vamos a transmitirle a nuestros hijos e hijas, esa imagen vamos
a darles de nosotras mismas y eso nos va a hacer sentir desdichadas, “malas madres”,
frustradas y con bajos niveles de autoestima, ¿qué debemos hacer?

-Planificar nuestro tiempo de manera equilibrada: Esto lo podemos hacer por medio de un
cuadro de las ventajas y desventajas de cada posición. Nos va a ayudar a esclarecer
nuestras ideas y pensamientos, además de poder identificar en qué áreas me voy a
concentrar más y a cuáles les voy a dar mayor prioridad a la hora de planificar mi día a
día, dependiendo de mis valores, metas y objetivos, tanto familiares como personales y
profesionales.

-Concentrarnos en pensamientos positivos acerca de la elección que hemos hecho:


Dejemos de lado las culpas, estás no nos van a ayudar en nada. En cambio centremos
nuestros pensamientos en que los hijos e hijas van a tener un buen ejemplo de trabajo,
responsabilidad y superación en todos los ámbitos; factores de éxito en el mundo
moderno. A nuestras hijas les vamos a dar un modelo de cómo llevar una vida equilibrada
hogar/trabajo, siendo este un reto importante para sus vidas. A nuestros hijos hombres
les vamos a enseñar un modelo de mujer que toma su tiempo para realizar actividades
personales, que tiene metas por cumplir, y esto los ayudará a escoger una pareja que sea
ayuda idónea para su futuro y ellos aprenderán a complementarse adecuadamente en
este estilo de vida.

-No dañemos a nuestros hijos e hijas por la culpa: Lo más frecuente en la madre que
trabaja fuera del hogar, es hacer gastos innecesarios para llegar a casa con “regalitos que
alegren a los chicos y vean que vale la pena que trabajemos”, ceder ante caprichos y
correr los límites. La educación de los hijos e hijas no es negociable ante nada. Si
cedemos en este terreno los chicos van a desconocer los límites de la vida y del mundo
fuera de las paredes de la propia casa, teniendo como consecuencia problemas
escolares, conductas inadecuadas y relaciones insanas, que los dañan a ellos y a su
entorno.

No haga malabares para “recuperar el tiempo perdido”: Nuestros hijos e hijas no


necesitan que usted realice atropelladas actividades con ellos para sentir que usted está
ahí. Organice su tiempo y el de ellos sin dar esa sensación de urgencia al compartir. Lo
más importantes es que ellos tengan su compañía para conversar, jugar, rescatar
aspectos de su formación, que le cuenten sobre su día y usted haga lo mismo con ellos
para fomentar esta sana práctica; sin pensar constantemente en cuánto tiempo usted no
estuvo. Recuerde que estos pensamientos no le ayudan ni a usted ni a ellos.

-Recuerda que no estás sola: Siempre tenemos familia o personas cerca. Si hay una
figura paterna, este debería ser el complemento para lograr este equilibrio; también
podemos y debemos contar con amigos, familiares, o personas cercanas. La labor de
educar, acompañar, orientar y dar afecto no es exclusiva de la madre. Nuestros hijos
deben tener una amplia gama de personas a quien acudir, ya que estas relaciones son
pilar fundamental de su desarrollo integral como seres humanos.

Por último, pero no menos importante....

Dedíquese tiempo: Saque un rato, aunque sea al final del día, para reflexionar sobre sus
sentimientos, metas, sobre lo que quiere lograr en la vida...... su camino no ha terminado.
Fomente su relación de pareja, cultive amistades, tenga hábitos de autocuidado, relajase.
Si cree que ya tiene suficiente cosas por hacer y no tiene tiempo para usted misma,
piense que, en esto... también sus hijos la están viendo como modelo a seguir.

Si desea recibir mayor orientación sobre este tema u otros relacionados, comunicarse con la
psicóloga Ivonne Alfaro Legón Tel. 83471328

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