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MÉXICO INDEPENDIENTE

1.- El imperio de Agustín de Iturbide

El Imperio Mexicano fue un estado independiente que nació como


resultado de la Guerra de Independencia de México. México fue la única
nación independizada de España que adoptó un régimen monárquico
después de su independencia. El período histórico del Primer Imperio
mexicano comprende de la firma de los Tratados de Córdoba en 1821
hasta la proclamación de la República federal en 1823. En 1863 se
estableció un Segundo Imperio Mexicano.

El territorio del Imperio Mexicano correspondió al antiguo virreinato de


Nueva España con excepción de las capitanías generales de Cuba, Santo
Domingo y Filipinas. Las provincias de la Capitanía General de
Guatemala se anexaron después al Imperio mexicano. El único monarca
de este Estado fue Agustín de Iturbide, con el nombre de Agustín I de
México.[1]

Historia

La Guerra de la Independencia de México duró once años y distaba


mucho de ser un movimiento homogéneo. Su propósito inicial era
apoyar el regreso de Fernando VII como rey de España contra la
invasión francesa, aunque después José María Morelos y Pavón y el
resto de los caudillos insurgentes tomaron como causa la independencia
total de Nueva España. La reacción española sofocó el ímpetu bélico de
los primeros años, después de la ejecución de Morelos los insurgentes
resistieron como guerrillas confinadas en pequeños territorios. Agustín
de Iturbide se convirtió en el representante de una élite que vio
amenazados sus intereses con la adopción de la Constitución de Cádiz.
En vista de ello, decidieron pactar con los insurgentes y apoyar la
separación de Nueva España.

En la ciudad de Córdoba[2] se reunieron Agustín de Iturbide, jefe del


Ejército Trigarante, y el último virrey que recién llegaba de España, Juan
O´Donojú, se encontraron para firmar la independencia de la colonia. El
24 de agosto de 1821, ambos personajes se reunieron en el Portal de
Zevallos y firmaron los puntos denominados Tratados de Córdoba, en
los que se reconocía la independencia y la soberanía del territorio que
antes representaba la Nueva España. La frase célebre de aquel
encuentro es Supuesta la buena fe y armonía con la que nos
conducimos en este negocio; creo que será muy fácil cosa que
desatemos el nudo sin romperlo, dicha por Agustín de Iturbide.

Después de consumarse la independencia de México por medio del Plan


de las Tres Garantías, la forma acordada de la organización de la
naciente nación sería una monarquía constitucional, por lo que se funda
el así llamado Imperio Mexicano, a la cabeza del cual queda el General
Agustín de Iturbide. Agustín de Itubide fue electo unánimemente
Presidente de la Junta y luego Presidente de la Regencia del Imperio,
pero por ser incompatible con el mando del ejército, y considerándose
que debía conservar este último, se le nombró Generalísimo de las
armas del imperio de mar y tierra. Después de la entrada del Ejército
Trigarante, se disolvió el gobierno virreinal, y las fortalezas de Acapulco
y Perote expresaron su rendición.

El previo virreinato de Nueva España pasó a ser una monarquía


constitucional moderada llamada Imperio Mexicano. El Plan de Iguala,
proclamado por Don Agustín de Iturbide amparaba tres garantías: la
independencia de México, la conservación de la religión católica, y la
unión de todos los habitantes de la Nueva España, refiriéndose a los
mexicanos y españoles (después históricamente aplicado a los pueblos
indígenas). El plan no cambiaba la situación social del país, sólo la
política, dando más poder a los criollos y a los mexicanos, pero
invitaban a un monarca europeo a tomar el trono del Imperio Mexicano.
Ningún monarca lo haría, para evitar conflictos con España quien no
reconocía la independencia de sus ex colonias americanas. Por eso
Agustín de Iturbide fue proclamado emperador de México.

A este imperio se sumaron los también recién independizados estados


centroamericanos (por lo que geográficamente es en este período
cuando el territorio mexicano alcanza su máxima extensión geográfica,
desde el estado de Oregón al norte hasta la frontera de Costa Rica y
Panamá (en ese tiempo Colombia) en el sur. El gobierno de Iturbide, sin
un plan económico, duró sólo nueve meses, y la rebelión republicana
amparada por el Plan de Casa Mata tomaría el poder, instaurando el
sistema republicano federal en México en 1824, dando fin al Primer
Imperio, y el inicio de la Primera República Federal de los Estados
Unidos Mexicanos amparada en la Constitución Federal de los Estados
Unidos Mexicanos de 1824.
[editar] Proclamación de Iturbide como emperador

Después de septiembre de 1821, Iturbide había quedado como


Presidente de la Regencia, pero el trono seguía vacío, y el Plan de Iguala
estipulaba un gobierno de monarquía moderada por un Congreso. La
noche del 18 de mayo de 1822 el sargento Pío Marcha encabezó una
manifestación aclamando a Iturbide como emperador.[3] El 19 de mayo
se reunió el Congreso, Iturbide manifestó que se sujetaría a lo que
decidieran los diputados, representantes del pueblo, mientras tanto la
gente aclamaba. El Congreso no podía contener a la multitud exaltada, y
se dieron dos alternativas. El consultar a las provincias o proclamarlo
inmediatamente. Iturbide insistió en la primera opción. Los diputados
del Congreso votaron en secreto, el resultado fue de sesenta y siete
votos a favor de hacerlo inmediatamente contra quince por consultar a
las provincias.

La coronación se llevó a cabo el día 21 de julio de 1822 en la Catedral


de México, él y su esposa Ana María Huarte fueron nombrados
emperador y emperatriz del Imperio mexicano. De igual modo la
bandera del gobierno de Agustín Iturbide fue modificada por él mismo
con franjas verticales con el orden de verde, blanco y rojo, además del
águila real coronada sobre un nopal, en representación de la leyenda
Náhuatl.[4]

Disolución

En febrero de 1823, mediante el Plan de Casa Mata liderado por Antonio


López de Santa Anna, se produjo una rebelión, también apoyada por
Vicente Guerrero, quien había apoyado la coronación de Don Agustín, en
la que exigían que el Congreso fuera reinstalado, el Imperio de Agustín I
, anulado, y que la monarquía deviniera en República, sistema que logra
implementarse en 1824. Producido el Golpe de Estado, finaliza el
mandato de Iturbide nueve meses más tarde, abdicando la corona en el
Congreso el 19 de marzo de 1823, embarcándose hacia Europa el 11 de
mayo. Finalizada la etapa de Agustín I, Centroamérica se independizó de
México e Iturbide fue acusado como traidor por el Congreso. Después de
que el Imperio Mexicano fuera disuelto, las provincias centroamericanas
decididas para salir de México crearon su propia federación. No hay
registro histórico de esfuerzos mexicanos de volver a tomar los
territorios. En abril de 1824 el Congreso declaró traidor a Iturbide.
Algunas décadas después un imperio nuevo sería establecido en
territorio mexicano, con Maximiliano de Habsburgo como emperador.
Como Maximiliano y su esposa, Carlota de Bélgica, no podían tener
niños, decidieron adoptar dos de los nietos de Iturbide, quienes fueron
nombrados herederos y príncipes del Imperio Mexicano.

Organización territorial

Provincias del Primer


Imperio Mexicano.

Bajo el gobierno de Agustín


de Iturbide México tuvo su
mayor extensión territorial,
ganando las anexiones más
o menos voluntarias de
otras provincias que habían
declarado su independencia
de España. Provincias que
podían no depender
militarmente del virreinato
de Nueva España, aunque sí políticamente. El Imperio mexicano
consigue por solicitud de Iturbide la anexión de las provincias del Reino
de Guatemala declaradas independientes de España.

Por el sur Yucatán y Chiapas también se declararon independientes y


luego solicitaron su anexión. Por el norte, Nuevo México, La Alta
California, Texas, Arizona y Nuevo León lograron su independencia y
como dependencias políticas del Virreinato de la Nueva España se
unieron al Imperio. Para finales de 1822, la bandera de las tres
garantías ya ondeaba desde la frontera de Costa Rica en el sur, hasta el
enorme territorio que comprende una línea imaginaria entre la Alta
California hasta el río Mississippi.

Sin embargo, al término del gobierno conservadorde Agustín de Iturbide


y la ocupación militar parcial de Centroamérica, las provincias de esta
región, dominadas ya por los conservadores, se declaran
independientes, quedando solo Chiapas baja anexión voluntaria a la
República federal de los Estados Unidos Mexicanos. Por diferentes
circunstancias y bajo otros gobiernos republicanos, la pérdida de
territorios ha reducido México a menos de la mitad de su antiguo
territorio.
2.- La constitución de 1824

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece la


forma de gobierno que nos rige, cómo está dividido el poder del estado
y cuál es la función de cada una de sus instituciones.

Se publicó el 5 de octubre de 1824 tras haberse aprobado y firmado el


proyecto de acta en los días anteriores. Entre los principales postulados
de la constitución están la división de México en estados y la separación
de los poderes del gobierno.

El primer conjunto de leyes u ordenamiento jurídico del México


independiente fue la constitución de 1824, en donde se estableció un
gobierno republicano, representativo y federal.

Cuando el emperador Agustín I se vio forzado a abdicar, el gobierno del


país quedó en posesión del Supremo Poder Ejecutivo, el cual estaba
integrado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria, Pedro Celestino
Negrete, Mariano Michelena, Miguel Domínguez y Vicente Guerrero, y
convocó al segundo Congreso, el primero fue formado el 28 de
septiembre de 1821, que elaboró la primera Constitución.

El proyecto de constitución se presentó para su debate el 1 de abril de


1824, siendo aprobado el día 3 de octubre del mismo año, y se
promulgó el día 4, con el apelativo de Constitución Federal de los
Estados Unidos Mexicanos, comprendidos por 19 estados, 5 territorios y
un Distrito Federal. (En éste trabajo muestro un mapa que nos muestra
cómo estaba constituido el país según de acuerdo a la constitución de
1824)

Esta constitución se basó en la Constitución española, cuya redacción y


aprobación correspondió a las Cortes de Cádiz en 1812, y en la
Constitución estadounidense en lo concerniente a la distribución de la
representatividad; de tal manera que la cámara de senadores
representa a los estados de la federación, constando de dos senadores
por cada entidad federativa; y la cámara de diputados representa a la
población, un diputado por cada 80 mil habitantes en el país.

Cada estado gozaba de autonomía para elegir a sus gobernadores y


legislaturas, recaudando impuestos y participando en el sostenimiento
del gobierno federal con una cuota fija de acuerdo a sus recursos. El
defecto de esta postura pronto fue evidente debido a que el nuevo
gobierno no tenía recursos suficientes.

CONSTITUCIÓN DE 1824

Consumación de la Independencia
Aniversario
27 de septiembre de 1821

Tuvo que pasar más de una década para que México se viera realizado
como un Estado independiente. A partir del inicio de la Guerra de
Independencia, encabezada por Miguel Hidalgo y Costilla en septiembre
de 1810, varios caudillos habrían de continuar la obra.

Para 1820 diversos jefes insurgentes habían sido derrotados, fusilados o


indultados por el virrey; sin embargo, en diversas provincias sobrevivían
otros que mantenían la resistencia, como Guadalupe Victoria y Vicente
Guerrero.

Este último, originario de Tixtla, población del actual estado de


Guerrero, había servido a las órdenes de José María Morelos y de
Hermenegildo Galeana, y siempre se distinguió por su valor y su lealtad
a la causa independentista. Conocedor de las montañas del sur del país,
Vicente Guerrero fortaleció el movimiento armado al asestar
importantes golpes a las fuerzas realistas.

Con la firme intención de acabar con el líder insurgente, en noviembre


de 1820 el virrey Juan Ruiz de Apodaca confió a Agustín de Iturbide la
Comandancia General del Sur; sin embargo, las victorias insurgentes se
sucedían sin tregua: el 2 de enero de 1821, en Zapotepec, Vicente
Guerrero batió una vez más a las fuerzas realistas, y el 5 de ese mes
Pedro Ascencio de Alquisiras repitió la hazaña en Tlatlaya, Estado de
México.

Iturbide se dio cuenta de que la lucha contra los insurgentes sería larga
y desgastante, pues diversos sectores sociales (los clérigos, los criollos
ricos y los españoles avecindados en México) deseaban independizarse
de la Corona. Por ello, convocó a Vicente Guerrero a una reconciliación;
Guerrero le ofreció colaborar a ello siempre y cuando Iturbide mostrara
sus convicciones. Luego de varias semanas de negociaciones con los
sectores militares y eclesiásticos, el 24 de febrero ambos firmaron el
Plan de Iguala, que establecía:

a) la absoluta independencia de la nación,


b) la monarquía constitucional como forma de gobierno,

c) la religión católica como única para todos los habitantes,

d) la igualdad ciudadana y

e) el Ejército de las Tres Garantías como protector de la nación.

Aun cuando el plan fue rechazado por el virrey Juan Ruiz de Apodaca y
por los sectores más recalcitrantes del país, grupos tanto civiles como
armados aceptaron los términos del documento.

Éste era el contexto que encontró el recién nombrado virrey Juan


O'Donojú a su llegada a México.

Al constatar los acontecimientos, acordó entrevistarse con Iturbide el 23


de agosto, en Córdoba, Veracruz. Ahí, el día 24 del mes ambos firmaron
los Tratados de Córdoba, por los que se puso fin a la dominación
española. Aunque los tratados eran una reforma al Plan de Iguala, en
ellos se ratificaba que:

a) el país era soberano e independiente,

b) llevaría el nombre de Imperio Mexicano,

c) su gobierno sería monárquico constitucional moderado,

d) se instalaría una Junta Provisional Gubernativa para nombrar una


regencia que ejerciera el poder hasta que el monarca asumiera su
cargo,

e) se convocaría a Cortes para integrar una Constitución y

f) se daría la libertad a españoles radicados en México y a americanos


residentes en España de escoger su nacionalidad.

En los días siguientes O'Donojú e Iturbide pactaron la entrega de la


ciudad de México con el mariscal Francisco Novella, encargado de las
fuerzas españolas. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército de las Tres
Garantías entró a la ciudad de México, encabezado por Iturbide, quien
se trasladó a Palacio para presenciar, con O'Donojú, el desfile militar en
honor de la consumación de la independencia nacional. Al otro día fue
instalada la Junta Provisional Gubernativa, presidida por Iturbide,
instancia que redactó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.
Cabe destacar que España desconoció la autoridad de la Junta
Provisional.

Agustín de Iturbide fue coronado emperador el 21 de julio de 1822; sin


embargo, su mandato terminó en marzo de 1823, tras su renuncia.

De acuerdo a las disposiciones que arrojaba la revolución que derrocó a


Iturbide, el poder ejecutivo convocó a un nuevo Congreso que inició
actividades el 7 de noviembre de 1823. Dicho Congreso se conformaba
por los grupos borbonista, iturbidista y republicano, de modo que el
nuevo Congreso no se diferenciaba mucho del anterior excepto que
habiéndose desechado la posibilidad de un gobierno monárquico, los
primeros dos grupos se unieron pugnando por un sistema centralista
mientras que los republicanos defendían la idea de una organización
federal para el país.

En las batallas dialécticas por definir la forma de gobierno para México


destacan entre los más notables federalistas Miguel Ramos Arizpe,
Valentín Gómez Farías y Priscliano Sánchez, mientras que por los
centralistas destacaron fray Servando Teresa de Mier, Becerra y
Espinosa. Fue una hábil maniobra de los federalistas lo que hizo que se
aprobara el 31 de enero de 1824 el Acta Constitutiva de la Nación
Mexicana que establecía el federalismo mientras se aprobaba la
constitución definitiva.

Los últimos movimientos territoriales antes de la Constitución de 1824


fueron la incorporación de Chiapas y Centroamérica en 1821 y después
la separación de las Provincias Unidas de Centroamérica que habiendo
considerado perjudiciales para ellas algunas disposiciones hacendarias
dictadas por el gobierno mexicano comenzaron a demandar su
independencia, principalmente los salvadoreños de modo que el
Congreso aceptó la petición y el cambio se hizo sin intervención de las
armas en junio de 1823.

Mientras se prolongaban las discusiones en el Congreso, la falta de una


decisión por una forma de gobierno para el país impulsó a algunos
estados a lanzarse a la lucha a favor del federalismo, mientras que los
iturbidistas promovían rebeliones en estados como Jalisco, que tuvieron
que ser sofocadas por el ejército del ejecutivo comandado por Nicolás
Bravo, quien al cumplir en Jalisco marchó a Colima para poner orden ahí
y regresar finalmente a la capital. Fueron muchas las rebeliones y
levantamientos que amenazaron entonces la tranquilidad de la nación y
la posibilidad de que los federalistas del Congreso llevaran a buen
término su propuesta, pero el poder ejecutivo tuvo la firmeza necesaria
para dispersar motines y sofocar levantamientos de modo que fue
posible continuar los trabajos legislativos.

Sin embargo este desequilibrio y la crisis económica por la que


atravesaba el país hizo que los iturbidistas gestaran la idea que su jefe
regresara a establecer el orden y un nuevo gobierno; pero quienes
favorecían la idea cometieron el error de escribir a Iturbide motivándolo
a regresar aprovechando la situación del país logrando que volviera a
México el 14 de julio de 1824, pero desconocía el hecho de que el
Congreso, previendo una situación de ese tipo fraguada por los
federalistas, en el mes de abril de ese año ya había expedido una ley en
la cual se le declaraba a Iturbide traidor y fuera de la ley si regresaba a
México de su destierro.

De modo que ignorante de esa situación se interna al país entrando por


Soto la Marina, en Tamaulipas, pero siendo reconocido por el general
Garza este lo hizo prisionero y los llevó al pueblo de Padilla, donde se
reunió el congreso local del estado y lo condenó a ser fusilado, sentencia
cumplida el 19 de julio de 1824. La decisión del Congreso local de
Tamaulipas provocó mala impresión ya que en el caso no consideró ni la
opinión del gobierno del centro, ni el hecho de que el fusilado fuera
antes consumador de la independencia.

A pesar de la serie de circunstancias que en dado momento pudieron


impedir los trabajos de Congreso y el establecimiento del federalismo, el
Congreso Constituyente concluyó sus trabajos el 4 de octubre de 1824
al promulgar la primera constitución del México independiente, en la que
se establecía el sistema republicano, representativo, popular y federal.
El planteamiento de esta constitución tuvo como antecedentes la Carta
de Cádiz, el Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba, el Reglamento
Político Provisional del Imperio y al Acta Constitutiva de la Nación
Mexicana propuesta por los federalistas y aceptada por el Congreso unos
meses antes.

Una de las principales preocupaciones de los diputados constituyentes


fue organizar políticamente al país, de modo que los principales
ordenamientos se encaminaron a este propósito estableciendo que 19
estados soberanos y 4 territorios dependientes del gobierno central
integraran la nación; además que al gobierno lo constituyeran tres
poderes: legislativo, ejecutivo y judicial representados el primero por las
cámaras de diputados y senadores, el segundo por el presidente y
vicepresidente y el tercero por la Corte Suprema de Justicia. Finalmente,
el Congreso resolvió, a través de la Constitución de 1824, la forma
administrativa de gobierno de la nación, que en lo sucesivo sería una
república federal, democrática y representativa. El país se llamaría
desde entonces Estados Unidos Mexicanos.

La Constitución de 1824, compuesta por siete títulos y 171 artículos,


establecía la forma de República Federal similar a la de los EEUU. Entre
otras el poder Legislativo estaba formado por dos cámaras y el Ejecutivo
se integraba por un Presidente y un Vicepresidente. Este hecho fue
motivo de serios conflictos por haber sido ocupado ambos cargos por
individuos de diferentes tendencias. Esta Constitución, además de no
mantener el equilibrio de poderes, estaba llena de contradicciones, como
reflejo de las circunstancias difíciles del país. Había una fuerte
intolerancia religiosa, en contraste con la libertad de pensamiento,
imprenta y expresión, así como el mantenimiento de fueros y privilegios
para el clero y el ejército, al lado de la igualdad ante la ley.

El suceso más importante en México durante 1824 por su trascendencia


política fue la expedición del acta constitutiva que establecía el sistema
federal.
Los estados de México, Oaxaca, Yucatán, Tabasco, Veracruz, Querétaro,
San Luis Potosí, Zacatecas Durango, Chihuahua, Coahuila y Texas
(agrupados en una sola entidad), Sonora, Michoacán, y Guanajuato, que
se habían declarado independientes y soberanos, se organizaron para
unirse bajo el sistema federal propuesto en el acta constituyente.

El Congreso estableció la independencia del Poder Judicial, la


organización de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, la religión única, los
fueros del clero y la milicia.

Los fueros consisten en una protección que otorga la Constitución a los


representantes populares y diplomáticos ante las autoridades judiciales
y militares.

La única religión que se permitía profesar era la católica, mientras que


los grupos del clero y la milicia lograron retener sus privilegios.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos - 1824


Soberano Congreso Constituyente Mexicano
Decreto del 4 de Octubre de 1824

El Acta Constitutiva de la Federación fue aprobada por el segundo


Congreso Constituyente el 31 de enero de 1824, con este hecho, los
legisladores sientan las bases para la discución constitucional. La
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824 tenía
además como antecedentes: los Elementos Constitucionales (1811) de
la Junta de Zitácuaro, la declaración de los Sentimientos de la Nación de
1913 y el Decreto Constitucional par la América de 1814, mejor
conocido bajo el nombre de Constitución de Apatzingán, los dos últimos
emanados del Supremo Congreso Nacional de América, Congreso de
Anáhuac o de Chilpancingo, y del Acta de Declaración de la
Independencia y Soberanía de México del 6 de noviembre de 1813.

El constituyente tuvo dos preocupaciones fundamentales: por una parte,


la necesidad de organizar funcionalmente un Estado federado; y por la
otra mantener el precepto de la soberanía popular que permitiera el
mantenimiento de una república representativa, con división de poderes,
en donde el pueblo fuera siempre el supremo elector. La Constitución
resuelve no solo el debate entre centralistas y federalistas, sin no que
define el establecimiento de una República con un Poder Legislativo
fuerte, y un Ejecutivo débil, sin ser propiamente una República
Parlamentaria.

El 4 de octubre de 1824, una vez que el Constituyente aprobó la


Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, a eso de las dos
de la tarde, con el repique de campas, y disparos de salvas de artillería
en la baterías de la Capital, se anunció dicho acontecimiento. La
constitución de 1824 es un documento fuertemente ideológico, típico del
liberales de la época, lejos del pragmatismo de la legislación
anglosajona, sin embargo se impira de manera importante en el modelo
de federalismo norteamericano. Este incipiente federalismo tomaba
como antecedente la división política colonial.

La constitución de 1824 consuma para siempre la libertad e


independencia de México; mantiene su pertenencia absoluta al
catolicismo apostólico y romano; adopta un gobierno del tipo de
república representativa popular federal; reconoce como parte de la
federación a 19 Estados y 4 territorios; divide el supremo poder en
legislativo, ejecutivo y judicial, los organiza de manera amplia y
detallada; deposita el poder legislativo en dos cámaras, una de
diputados y otra de senadores; otorga una mayor importancia al poder
legislativo, en ese sentido, en el título tercero denominado Del Poder
Legislativo, se compone, nada mas y nada menos, que de siete
secciones y 76 artículos; establece el gobierno particular de los Estados
libres y soberanos, igualmente dividido en legislativo, ejecutivo y
judicial; y define las restricciones de los poderes de los Estados.

El Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, del 31 de enero de


1824, marca el inicio de la vida jurídico-política de México
independiente, dando origen a la Constitución Federal de los Estados
Unidos Mexicanos del 4 de octubre de 1824, documento en el que ya se
dispone la división de los Poderes en los que se asienta y justifica el
nuevo gobierno, esto es, el Poder Ejecutivo, el Supremo Poder
Ejecutivo; el Poder Legislativo, integrado por una Cámara de Diputados
y una de Senadores, y el Poder Judicial.

También se integran los preceptos constitucionales relativos a la


elección, duración y competencia y solemnes juramentos, a los que
debían someterse los individuos que integrarían esta Institución.
3.- El primer
presidente de
México

Foto: Google
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Guadalupe
Victoria nació en
Tamazula,
Durango, y murió
en Perote,
Veracruz.
Originalmente, su
nombre era José
Miguel Ramón
Adaucto Fernández
y Félix.

Realiza sus estudios en el Seminario de Durango y el Colegio de


San Ildefonso en la Ciudad de México. En 1912 deja la Ciudad
para unirse a la lucha independentista iniciada por Miguel
Hidalgo, combatiendo al lado de Morelos. En ese momento, decide
cambiar de nombre y adoptar el de Guadalupe Victoria (1811).
Combatió en Oaxaca y luego estableció su centro de operaciones en
Veracruz.

Fue miembro del ejército de José María Morelos, donde ascendió


a general (1814); combatió al ejército realista en diversos lugares,
entre éstos Oaxaca, Nautla y el Puerto de Veracruz.

En 1817 es derrotado y tiene que ocultarse hasta el final de la


lucha al proclamarse el Plan de Iguala y consumarse la
Independencia. En desacuerdo con el imperio de Iturbide, se una a
Santa Anna en Veracruz.

En el Plan de Iguala (1821), Agustín de Iturbide declaraba que era


necesario pacificar al país mediante la unión de todos los habitantes:
americanos y europeos, tal unión se basaba en la religión católica, el
ejército y un gobierno monárquico regido por Fernando VII, "para
hallarnos con una monarca ya hecho".

Sin embargo, Victoria propuso modificar dicho plan para llamar al


gobierno mexicano a un excombatiente insurgente y no a un extranjero.
Después de que Iturbide se autonombró emperador,
traicionando el mismo plan, Victoria manifestó sus ideas
republicanas, por lo que la administración imperial lo encarceló.
Pudo escapar y partió nuevamente a Veracruz donde firmó el Acta de
Casa Mata (1823), en que se pedía la reinstalación del Congreso
Constituyente de 1822, que había sido disuelto por Iturbide. Esta acta
fue firmada también por Vicente Guerrero y Santa Anna, entre otros.
Victoria cedió el mando de las tropas veracruzanas a este último.

Al triunfo de los republicanos, facilitó la salida de Iturbide del país. Fue


miembro del triunvirato ejecutivo (1823-1824), con Pedro Celestino
Negrete y Nicolás Bravo, que gobernó después del Imperio. Sin
embargo, no ocupó su puesto el primer año, pues debió enfrentar
un bombardeo en el puerto de Veracruz por españoles
atrincherados en San Juan de Ulúa. Ahí negoció un armisticio para que
los extranjeros salieran del lugar.

Ese mismo año, el Congreso lo nombró primer Presidente de la


República, y con ese cargo centralizó la hacienda pública,
estableció relaciones diplomáticas con diversos países, entre estos
Gran Bretaña y Colombia y constituyó la marina de guerra que
liberó a San Juan de Ulúa de los últimos españoles en el país
(1825). Asimismo, intentó aplicar una política para atraer a los
diferentes bandos independentistas; para ello integró su primer gabinete
con miembros destacados de los mismos. Afrontó la contradicción
entre la libertad de expresión y prensa (garantizada por la
Constitución y que respetó escrupulosamente) y la intolerancia
religiosa.

Joaquín Arena, español, organizó una rebelión para reinstalar el


gobierno hispano que fue financiada por otros peninsulares. Victoria la
sofocó y firmó el decreto de expulsión de los peninsulares (1827).

Al término de su mandato, dejó la presidencia a Vicente Guerrero


en 1829, designado a ese puesto por el Congreso tras el triunfo del
Plan de Perote.

Se retiró a su hacienda "El Jobo", en Veracruz. Murió en 1843 en el


hospital del Castillo de Perote. Fue declarado Benemérito de la
Patria por el Congreso. Sus restos se encuentran en la Columna de la
Independencia.
4.- La muerte de Vicente Guerrero

nsurgente y después presidente de la República. Nació en Tixtla, en lo


que hoy es el estado de Guerrero. De familia campesina pobre, era
mestizo con fuerte porcentaje de sangre negra. Tuvo escasa instrucción
y se dedicó a las actividades agrícolas y a la arriería. Comenzó su
carrera militar a las órdenes de Galeana en 1810.

Como capitán lo comisionó Morelos para atacar Taxco. Se distinguió


en la acción de Izúcar, el 23 de febrero de 1812, donde lo derrotó el
brigadier Llano. Siguió a las órdenes de Morelos y combatió en el sur de
Puebla.

Después de la derrota de Puruarán, se le comisionó para combatir


en el sur, a donde se dirigió con un solo asistente. Se enfrentó al jefe
virreinal José de la Peña, que mandaba 700 hombres, con numerosos
habitantes sureños, a los que armó con garrotes. Lo derrotó, hizo 400
prisioneros y obtuvo gran cantidad de armamento. En todos los
combates en que participó mostró un valor extraordinario; a veces
recibió tiros a quemarropa y peleó con arma blanca.

A partir de 1816, tras la muerte de Morelos, declinó la lucha


insurgente y pocos jefes siguieron combatiendo: Guerrero fue uno de
ellos. Fue derrotado en la Cañada de los Naranjos, pero luego venció a
Zavala y Reguera en Azoyú. Varios jefes independientes comenzaron a
acogerse al indulto. El virrey Apodaca comprometió al padre de Guerrero
para que su hijo dejara la lucha. El insurgente se negó a ello y fue
cuando pronunció la conocida frase: "La Patria es primero".

Con pocas tropas siguió la lucha en la región montañosa ahora


comprendida en el Estado que lleva su nombre. Junto con Pedro
Ascencio mantuvo un foco de insurrección. Por ello, cuando Iturbide
puso en ejecución sus planes para la independencia, marchó al sur a
combatir a Guerrero y Alquisiras. El intento fracasó, pues en los
encuentros que tuvieron, la peor parte la llevaron los realistas.
El 10 de enero de 1821 Guerrero recibió de Iturbide una invitación
para conferenciar sobre la Independencia. Se reunieron en Acatempan y
el jefe insurgente convino en luchar al lado de sus antiguos enemigos,
ocupando un lugar subalterno.

Aunque Guerrero reconoció a Iturbide como emperador pronto lo


combatió, en unión de Bravo. El 23 de enero se batió en Almolonga
contra las fuerzas imperiales mandadas por Epitacio Sánchez, quien
murió en la acción, aunque logró derrotar a sus adversarios.

Desde 1821 Guerrero había alcanzado el grado de general de


división. A la caída de Iturbide, fue, del 1 de abril al 10 de octubre de
1824, miembro suplente del Supremo Poder Ejecutivo, hasta que el
general Guadalupe Victoria asumió el cargo de presidente constitucional.

Vicente Guerrero encabezó al partido yorkino y comenzó a figurar


como bandera del partido popular. Cuando Nicolás Bravo, jefe del
partido escocés, se alzó en armas contra el gobierno de Victoria, en
1828, Guerrero lo batió en Tulancingo.

Ese mismo año figuró como candidato a la presidencia. Aunque


contó con numerosos partidarios, el voto indirecto de las legislaturas
estatales, por 11 votos contra 9, designó a Manuel Gómez Pedraza,
quien desde el Ministerio de Guerra influía en las elecciones. Se produjo
un movimiento subversivo, se saqueó el Parián y se declaró
insubsistente la elección de Gómez Pedraza. Se designó entonces
presidente a Guerrero, quien tomó posesión el 1 de abril de 1829; en la
vicepresidencia se designó al general Anastasio Bustamante.

Ocurrió la invasión del español Isidro Barradas y el gobierno logró


derrotar a los invasores. Anastasio Bustamante, quien vigilaba a
Guerrero desde Jalapa, proclamó el plan de la ciudad de ese nombre y
desconoció al régimen de Guerrero.
Dejó la presidencia el 16 de diciembre de 1829; a su vez, el
Congreso lo declaró imposibilitado para gobernar la República. Entonces
Guerrero se dirigió al sur, y se lanzó en una nueva guerra civil. Armijo
fue enviado para combatirlo, fue derrotado y muerto en Texca.

La guerra se prolongó todo 1830. El gobierno de Anastasio


Bustamante, por medio de su ministro José Antonio Facio, se concertó
con el marino genovés Francisco Picaluga para dar muerte a Guerrero.
En enero de 1831 Vicente Guerrero fue convidado a comer por el
genovés a bordo del bergantín "El Colombo". Una vez a bordo, Picaluga
le prendió, y se dirigió a Huatulco, en la costa oaxaqueña.

Allí entregó su prisionero al capitán Miguel González, quien condujo


a Guerrero a Oaxaca. Un consejo de guerra lo condenó a muerte. Lo
fusilaron en la villa de Cuilapan, la mañana del 14 de febrero de 1831.
En honor de Vicente Guerrero, un Estado de la República Mexicana
ostenta su nombre.

5.- Antonio López de Santa Anna

Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez


de Lebrón (21 de febrero de 1794 – 21 de junio de 1876) fue un
político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones.
A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a
realistas, insurgentes, monárquicos, republicanos, liberales y
conservadores. Santa Anna fue también gobernador de Yucatán en
1824. Su figura es una de las más polémicas en la historia mexicana.

Primeros años

Fue hijo del notario Antonio López de Santa Anna y su esposa Manuela
Pérez de Lebrón. Nació en Xalapa, Veracruz. Ambos padres deseaban
para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un
joven de ascendencia española. Sin embargo, por su carácter
aventurero y sus deseos de sobresalir, consiguió ingresar en el Ejército
Real de la Nueva España a los dieciséis años, el 6 de julio de 1810 como
simple cadete en el Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz. En 1811
su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente
iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo y Costilla pero, debido a
la derrota de Hidalgo en la Batalla de Puente de Calderón, fue enviado
hacia el norte. Las primeras experiencias militares de Santa Anna se
desarrollaron en la provincia de Nuevo Santander y en la de Texas, bajo
el mando del coronel José Joaquín de Arredondo.

En el Ejército Trigarante

Su carrera política empezó en 1821, fecha en el que el Plan de Iguala de


Iturbide consagró la independencia de la Nueva España, siendo su
instructor Joaquín de Arredondo. Iniciaría entonces una larga serie de
imprevisibles adhesiones ideológicas. Enviado por el gobierno colonial a
dar auxilio a la ciudad de Orizaba que estaba sitiada por los rebeldes,
los derrotó y fue condecorado por el virrey y ascendido a teniente
coronel. Fue nombrado comandante del puerto de Veracruz pero horas
después se levantó en armas contra el gobierno realista, uniéndose a los
insurgentes gracias a la persuasión de José Joaquín de Herrera. Fue
derrotado en esa plaza pero se hizo fuerte en Córdoba.

Bajo su mandato en Veracruz, logró obligar a los españoles a retroceder


hasta el fuerte de San Juan de Ulúa, último reducto de éstos.

Como muchos otros militares se unió a Iturbide, sólo como una


estrategia política, para obtener apoyos personales. Iturbide propuso
formar un congreso con una cámara única con la representación
proporcional a la importancia de clases y con elección directa, dando así
predominio a los grupos privilegiados. Santa Anna y los insurgentes
estaban de acuerdo con la independencia, pero no aceptaba que la
dirigiera la clase alta, pues según él no eliminarían los privilegios de los
peninsulares que aún quedaban en México. La Suprema Junta
Provisional Gubernativa pidió una sola cámara sin separación de clases
ni representación proporcional y por medio de elección indirecta. De
esta manera se conformó por abogados, clero bajo y medio.[1]

Rechazo al imperio de Iturbide

La transformacion de Nueva España a México no iba a ser fácil. España


desconoció hasta 1836 la independencia de su colonia y esto hizo que
aumentara el fervor de libertad en las principales ciudades. Luego de
firmar Iturbide los Tratados de Córdoba, en los que México se declaró
independiente, empezó la polarización de políticos y militares
mexicanos. Había en el recién nombrado congreso constituyente
representantes monárquicos o borbonistas, republicanos e iturbidistas.
Iturbide se coronó emperador gracias a un tumulto compuesto por el
ejército y la plebe que pidió la corona para Agustín I el 18 de mayo de
1822, y de esta forma presionó al Congreso para instituir el Imperio
como nueva forma del Estado. La oposición republicana no tardó en
exacerbarse, en Michoacán se descubrió un complot para formar la
República y, en consecuencia, se detuvo a quince diputados, entre ellos
a Servando Teresa de Mier y a Carlos María de Bustamante.[2]

Iturbide disolvió el Congreso el 31 de octubre por considerar que su


ideología liberal y repúblicana era utópica; en su lugar, designó a
cuarenta y cinco diputados partidarios suyos. Los antiguos insurgentes
Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria se sintieron
traicionados, Santa Anna reapareció en la vida pública, emitió el Plan de
Veracruz y poco tiempo después el Plan de Casa Mata, declarando ilegal
la elección del emperador y pronunciándose a favor de los republicanos.
Los borbonistas también se unieron al levantamiento. El general
Echevarri, quien fue designado para combatir la rebelión a Jalapa,
también decidió unirse en contra del imperio. Iturbide sólo fue apoyado
por el clero y decidió abdicar.[2]

Desterrado Iturbide en 1823 y restaurado el Congreso, comienzan las


pugnas entre centralistas y federalistas, a los que Santa Anna se une de
inmediato. En esta ocasión fracasa un levantamiento que surgió en San
Luis Potosí. Santa Anna, como su principal comandante, es enviado a la
ciudad de México para ser juzgado; por influencias que tenía en la
Corte, fue absuelto.

La ambición de la Presidencia

Retrato de Santa Anna.

Durante los primeros años del México independiente,


los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su
imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le
dieron la posibilidad de ponerse del lado del
gobierno de forma sorprendente, puesto que la
participación de su hermano Manuel del lado
rebelde, hacía suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en
Veracruz para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta
a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio
obtenía el gobierno de Veracruz.
Poco más tarde se le brindó una nueva oportunidad. La convocatoria a
las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas
representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los
partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los
españoles restantes en el país. Apenas once días después de que Gómez
Pedraza ganara las elecciones, Santa Anna se rebeló, exigiendo la
sustitución del presidente electo por el general Vicente Guerrero ,
inaugurando con esto el inicio de las interminables guerras civiles en el
país naciente.

La variedad de recursos con los que contaba Santa Anna para financiar
su levantamiento fue amplia. Se cuenta que, necesitado de dinero, se
apoderó del convento de San Francisco de Oaxaca, disfrazó a sus
soldados de frailes y convocó a misa. Una vez en la iglesia, mandó
cerrar las puertas y, por medio del secuestro, exigió a los ricos
presentes un rescate, con lo que consiguió los fondos suficientes.

Nombrado presidente Guerrero, Santa Anna tomó las riendas del


ejército nacional.

En 1829, una expedición española desembarcada en Tampico,


comandada por el brigadier Isidro Barradas que tenía por objetivo la
reconquista de México, fue derrotada por Santa Anna, que desde
entonces se hizo llamar El Héroe de Tampico.

Al ser derrocado el gobierno de Guerrero por Anastasio Bustamante,


Santa Anna hizo un pacto con Gómez Pedraza (el presidente que había
derrocado años atrás), para que éste alcanzara la presidencia de 1830 a
1833 mediante nuevos levantamientos. En 1833, Santa Anna alcanza
por fin la presidencia.

La Guerra de los Pasteles

A su regreso a Veracruz, al ser liberado por los texanos ("texans"),


Santa Anna es destituido como presidente. Cuando los ciudadanos
franceses le exigieron al gobierno mexicano una indemnización por los
daños causados por las tropas de Santa Anna años atrás en sus
negocios, no hubo respuesta por parte del gobierno mexicano, así que
en 1838 mandaron una expedición que bloqueó a Veracruz y ocupó la
plaza hasta que el daño fuera pagado.

Santa Anna tomó de nuevo las riendas del ejército y se dirigió a


Veracruz, donde hizo retroceder a los invasores hasta el muelle, pero en
ese momento los barcos franceses abrieron fuego de artillería contra los
mexicanos, y Santa Anna perdió una pierna. Después de esto, hizo que
se celebrara toda una ceremonia funeraria en honor a su pierna.

La gente se conmovió ante el sacrificio de Santa Anna y lo aclamó como


héroe de la Patria.

Esto le dio una gran publicidad, lo que le permitió ocupar la presidencia


de nuevo en 1839, 1841 y 1844, anunciando ya el estilo totalitario que
distinguiría su último período.

Exiliado

Al ocupar la presidencia de nuevo, Santa Anna sufrió un nuevo revés, al


suscitarse de nuevo la cuestión texana.

Cuando en 1843, Estados Unidos planteó la incorporación de Texas a su


territorio, Santa Anna intentó zafarse de la escena política para no sufrir
descalificaciones de la opinión pública. Puso de pretexto la muerte de su
esposa Inés García para retirarse de la presidencia mientras pasaba el
furor público por la anexión de Texas a los Estados Unidos.

A los cuarenta días de luto por su mujer, Santa Anna volvió a casarse,
escándalo que contribuyó a aumentar su descrédito en un momento en
que se le recordaba su anterior episodio en Texas y se le pedían
responsabilidades. El retiro de la escena política en ese momento lo
pagó con un largo exilio en La Habana.

Pérdida de la mitad del territorio mexicano

En ausencia de Santa Anna, la situación interna en México estaba


repartida entre hostilidades y caos político. Los Estados Unidos
aprovecharon la situación para enviar sus tropas al río Bravo. Aunque el
límite de Texas en ese entonces era el río Nueces, unos kilómetros más
al norte. Este movimiento ofensivo por parte de los Estados Unidos
presionó y orilló al gobierno mexicano a defender la soberanía del
territorio nacional, y dio así inicio la guerra entre estos dos países.

Santa Anna fue llamado a dirigir los esfuerzos nacionales de nuevo pero,
aunque logró reunir y organizar un ejército sorprendente, fue derrotado
por su falta de sensatez en todos los enfrentamientos contra los
estadounidenses.

Casi logró una victoria en la Batalla de la Angostura, pero se retiró


inexplicablemente a un paso de derrotar a Taylor.
Después, en su natal estado de Veracruz, fue derrotado en la Batalla de
Cerro Gordo. Tras evacuar la capital del país, Santa Anna se exilió de
nuevo, esta vez en Colombia. Mediante el Tratado de Guadalupe
Hidalgo, México perdió los estados de Alta California y Nuevo México
(hoy California, Arizona, Nevada, Colorado, Utah y parte de Wyoming) a
favor de los Estados Unidos, que se comprometió a pagar una
indemnización de 15 millones de dólares a México.

Su Alteza Serenísima

Tras la derrota, Santa Anna abandonó el país después de renunciar a la


presidencia que había ocupado durante la guerra. El hambre, el
descontento y las pugnas políticas hicieron caer en crisis al país. Los
conservadores fueron imponiéndose en la mayor parte de los estados y
reclamaron de nuevo el regreso de Santa Anna.

Santa Anna era el único que había demostrado, al menos, tener la


suficiente fuerza para gobernar un país tan ingobernable y que en ese
momento en algunas partes estaba sumido en el caos. Así, en 1853
Santa Anna es nombrado presidente de nuevo. Carente de prejuicios e
inmune a las críticas de sus adversarios, instituye una medida para
obtener dinero, vende un trozo de territorio a Estados Unidos, La
Mesilla.

Hizo volver a los jesuitas expulsados por los españoles en la colonia,


reinstauró la Orden de Guadalupe y se hizo llamar Alteza Serenísima, a
la vez que decretaba una ley para nombrarse dictador vitalicio.

En su empeño por legislar, ningún asunto político escapó de sus


designios: los impuestos afectaban a los perros de compañía y a las
ventanas de las casas, dictaminó el color de uniforme de los empleados
públicos, construyó innumerables monumentos autodedicados por todo
el país y concentró todo el poder en su persona.

Paulatinamente creció el descontento popular y comenzaron a fraguarse


los planes de rebelión.
Un exilio definitivo

Casa-Museo, Hacienda del Lencero, Veracruz.

Era 1855 y el Plan de Ayutla de Juan N. Álvarez había dado resultado


por todo el país. Santa Anna se vio obligado a renunciar y tomar de
nuevo su camino a Colombia.

Acostumbrado a vaivenes políticos, el general se dio cuenta que el


regreso esta vez sería imposible.

En los acontecimientos que siguieron, se dejó oír su voz desde el exilio,


publicó diversos artículos que llegaron a México convocando a una
rebelión contra los liberales, que nunca sucedió.

Estuvo a punto de ser parte de la Corte de Maximiliano, pues ofreció su


apoyo a la monarquía que se estaba preparando desde Europa; pero el
joven archiduque austriaco no lo admitió para participar en el Segundo
Imperio Mexicano.

Muerte

Su última vivienda en la ciudad de México se ubicó en la calle de


Vergara, hoy calle de Bolívar, en el número 14. Falleció la noche del
jueves 21 de junio de 1876 y fue inhumado en el viejo Panteón del
Tepeyac, de la Villa de Guadalupe-Hidalgo.

6.- Separación de Texas

La guerra entre México y los Estados Unidos de America se debió


fundamentalmente a la ambición norteamericana, que aprovechó la
debilidad y las divisiones políticas que en nuestro país se dejaban sentir.
Son muchos los factores que explican esta nueva oleada expansionista
de Estados Unidos, pero uno de los más importantes fue la adopción de
una ideología conocida como ―Destino Manifiesto‖.

El Destino Manifiesto se basaba en la idea de que el destino de Estados


Unidos (determinado por Dios y por la historia)

El primer establecimiento norteamericano en territorio texano fue del ex


súbdito español Moisés Austin, que solicitó permiso para establecerse en
Texas con algunas familias. Al morir Moisés Austin, el permiso, otorgado
en 1821, fue aprovechado por su hijo Esteban Austin. Este permiso
autorizaba el establecimiento de 300 familias libres de pagar derechos
de importación durante siete años. Se otorgaron gratuitamente 640
acres por jefe de familia, 320 por esposa, 100 por hijo y 80 por cada
esclavo.

En tales condiciones,. El general Manuel Mier y Terán presentó durante


la Presidencia de Bustamante un proyecto que pretendía alejar la
amenaza, mediante los siguientes propósitos:

a) Colonizar Texas con mexicanos y europeos.


b) Establecer la navegación de cabotaje entre Texas y el resto de la
costa del Golfo de México.
c) Aplicar estrictamente las leyes de colonización.
d) Establecer aduanas a lo largo de la frontera para evitar el
contrabando.
e) Establecer fortines militares en la frontera con los Estados Unidos.

Las restricciones que habían sido impuestas por el gobierno mexicano


habían sido pasadas por alto hasta por el propio gobierno, y en unos
cuantos años Texas se convirtió en un territorio habitado por gente
totalmente ajena a los mexicanos.

El gobierno mexicano sintiéndose amenazado por los nuevos colonos,


trató de ejercer su control. Promulgó una nueva ley que aumentaba las
facultades del gobierno nacional de México, a expensas de los gobiernos
de los estados, medida que los texanos de Estados Unidos interpretaron
como dirigida concretamente contra ellos. El 2 de marzo de1836 los
ciudadanos estadounidenses en forma desafiante proclamaron su
independencia de México.

Tras las noticias de la insurrección Santa Anna decide salir de su


hacienda Manga de Clavo en Veracruz para calmar a los rebeldes. El
país se encontraba en completa quiebra por lo que Santa Anna tuvo que
ir con los agiotistas para pedir un préstamo a título personal, de 60'000
pesos al 2.5% mensual de interés.

Por medio del reclutamiento consiguió un ejército de 6'000 hombres sin


experiencia en batalla. Cansado, mal alimentado y sin armamento
suficiente, el ejército de México llegó más allá del río Bravo y se dispuso
a combatir.

Santa Anna llega a Béjar el 23 de febrero dándose por enterado de que


Travis junto con algunos colonos y voluntarios se habían resguardados
en el fuerte de El Álamo. La madrugada del 6 de marzo a las tres de la
mañana los sitiadores se situaron pecho a tierra a trescientos pasos del
fuerte enemigo hasta las cinco y media de la mañana, en que sonó el
toque de ataque mandado dar por Santa Anna. Las fuerzas, provistas de
escalas, tablones, barras, y picas, marcharon inmediatamente al asalto,
recibidas a metrallazos por los sitiados, que opusieron tenaz y vigorosa
resistencia. Las cuatro columnas y el cuerpo de reserva, que fue preciso
movilizar también, coronaron a un tiempo los muros enemigos, trepando
a ellos escala, baterías, troneras y hasta unos sobre otros, y se
precipitaron dentro de su recinto: después de tres cuartos de hora de un
horrible fuego siguió una hora de lucha con arma blanca, lastimosa
aunque natural carnicería. Ni uno solo de los defensores del fuerte
quedó con vida.

Santa Anna decide ir tras Samuel Houston el cual huye tratando de


reunir y equipar un ejército, finalmente éste escapa gracias a una
embarcación en Nueva Orleáns en la que cruza el Brazos. Después de
esto Santa Anna resuelve caer sobre Harrisburg donde tenía informes de
que se encontraban Burnett y su equipo pero al llegar a la población se
dio cuenta que estos habían salido rumbo a Galveston.

Cruza Santa Anna el Bayuco de Búfalo el 20 de abril donde es informado


que Houston se encontraba a sus espaldas. Por lo que decide pasar la
noche a orillas del río San Jacinto un lugar poco propicio para la guerra.
Al día siguiente, luego de una noche de vigilia decidió dormir un poco,
cosa que compartieron muchos de los integrantes del ejército, los
centinelas entre ellos y Houston aprovechando la situación atacó con sus
800 hombres a los 1200 mexicanos de los cuales se perdieron 630.
Santa Anna logra escapar pero al día siguiente cuando trataba de huir
vestido de civil fue reconocido y hecho preso.

Tras su aprehensión Santa Anna es conducido a la bahía de Galveston,


en donde es obligado a firmar los Tratado de Velasco -uno público y otro
secreto- el 14 de mayo de 1836.
En el primer tratado, el que todo mundo conoció, el Presidente de
México se comprometía a no tomar nuevamente las armas en contra de
los texanos, suspender las hostilidades y ordenar la retirada del ejército
hasta el río Bravo. En el tratado oculto prometía usar sus influencias
para que el gobierno de México reconociera el acta firmada el 2 de
marzo de ese año.

Santa Anna es conducido a Columbia donde se pide su sentencia pero el


general mexicano aconsejado por Austin escribe una carta al Presidente
Jackson quien lo recibe en Washington donde sostienen pláticas. Entre
los temas discutidos se encontraban las intenciones de los Estados
Unidos en Obtener los territorios del norte de México.

Santa Anna regresa a México el 20 de febrero de 1837 y entre enojo y


desilusión por parte de la población decide refugiarse en Manga de
Clavo.

7.- La guerra de los pasteles

La guerra de los pasteles fue el primer conflicto bélico entre México y


Francia, y formalmente tuvo lugar entre el 16 de abril de 1838 y el 9 de
marzo de 1839.

Las primeras décadas de la historia Independiente de México, fueron de


anarquía y desorden en los aspectos económico, político y demográfico.
La inestabilidad del país se reflejaba en todos los órdenes de la
sociedad, y en particular en las fronteras la migración ilegal y el
contrabando eran comunes por la falta de vigilancia.
Debido a esto y muchos problemas, México estaba en la mira de los
países extranjeros, dispuestos a intervenir cuando lo consideraran
oportuno.

A partir de la consumación de la Independiente en 1821, los fraceses,


que profesaban la misma religión, y además pertenecían a una cultura
que influía grandemente en la mexicana, pudieron radicarse en el país,
consagrandose al comercio, la pequeña industria, el artesanado e
ingresando en el ejército nacional.

En 1827, se había celebrado un convenio con Francia bajo el nombre de


"Declaraciones Provisionales", que sentaban las bases para el futuro
arreglo de las relaciones entre ambos países.

La colonia francesa era próspera y bien vista cuando Francia reconoció


en 1830 la Independencia y en el momento en que se firmaron los
acuerdos comerciales de 1831 y 1832, que otorgaron a la nación
francesa y sus ciudadanos el tratamiento de nación más favorecida.

Las rebeliones y asonadas ocurridas en las primeras décadas afectaron


tanto a los mexicanos y extranjeros, al igual que los préstamos forzosos
que el gobierno impuso a la población para salir de sus apuros
económicos.

De esos hechos, y a través del barón Deffaudis, embajador de francés,


los comerciantes franceses avecinados en México enviaron una serie de
reclamaciones, que fueron recibidas en Paris con alarma.
Entre estas reclamaciones, se encontraba la del señor Remontel, dueño
de un restaurante de Tacubaya, donde algunos oficiales del presidente
Santa Anna en 1832 se habían comido unos pasteles sin pagar la
cuenta, por lo cual exigía ser indemnizado. Ese fue el motivo a que el
pueblo mexicano identificara a esta guerra con Francia con el nombre de
"Guerra de los Pasteles".

Deffaudis, en un comunicado a su gobierno le indicaba que había que


actuar con energía.
Al responder el Ministro de Relaciones a las reclamaciones francesas y
no estar de acuerdo. En consecuencia Deffaudis, pidió sus pasaportes y
abandonó México y regresó a Francia, para volver en marzo
acompañado de diez barcos de guerra que apoyaban las reclamaciones
de su gobierno.

Deffaudis redactó el 21 de ese mes un ultimátum al gobierno


exigiéndole el pago de seiscientos mil pesos para cubrir daños
ocasionados a los franceses. Exigía también, que fueran retirados varios
oficiales del ejército y se exceptuara a los franceses de los préstamos
forzosos expidiendo una ley especial.
Fondearon frente a la Isla Sacrificios, Veracruz, amenazando con invadir
el territorio mexicano si México no cumplía las condiciones de Deffaudis.

Como el gobierno de Anastasio Bustamante se negaba a tratar con


Deffaudis mientras hubiera fuerzas navales francesas frente a Veracruz,
el comandante de éstas, almirante Bazoche, declaró bloqueados todos
los puertos del Golfo, incautó a las naves mercantes mexicanas,
comenzando un bloqueo que duraría ocho meses, desde el 16 de abril
de 1838 que se rompieron las relaciones.

Al ver que México no cedía ante la presión, Francia envió en octubre


veinte barcos más bajo el mando del contraalmirante Charles Baudin y
se reunió en Jalapa con el ministro de relaciones interiores y exteriores
de México don Luis G. Cuevas, quien se negó a exceptuar a los
franceses de préstamos forzosos y de ventajas comerciales. Aceptó
pagar la indemnización de seiscientos mil pesos en un plazo de seis
meses. Inconforme, Baudin amenazó con iniciar las hostilidades el 27 de
noviembre, lo cual realizaron 26 navíos con cuatro mil hombres, que
atacaron San Juan de Ulúa causando graves daños y gran numero de
muertos.

Retirado desde su regreso de Estados Unidos, Santa Anna observó los


movimientos de la escuadra enemiga y decide actuar.
Se entrevistó con Rincón y ante la grave situación aceptó el consejo de
los oficiales de rendir fortaleza. Los franceses obligaron a Rincón a
reducir la guarnición de Veracruz a mil hombres, a recibir a los
expedicionarios e indemnizarlos.
El Congreso desautorizó a Rincón y nombró a Santa Anna defensor de
Veracruz. Éste llamó a Mariano Arista, quien fue hecho prisionero al ser
sorprendidos por los franceses, mientras Santa Anna lográ escapar.

Las tropas francesas atacaron varios puntos fuertes y cuando se


retiraban, Santa Anna, que había recibido refuerzos, intentó atacar en
muelle al contra-almirante Baudin, las cuales contraatacaron utilizando
un cañón que mató al caballo de Santa Anna destrozándole a éste la
pierna izquierda, forzado el ejército nacional a abandonar Veracruz, este
hecho provocó en la capital descontento, culpándose al presidente
Bustamante de esos hechos.

La intervención de Santa Anna en la defensa de Veracruz le sirvió para


recuperar su prestigio, lo que capitalizó muy bien, habiendo logrado que
lo propusieran para ocupar la presidencia en tanto Bustamante salía a
combatir un alzamiento federalista en Tampico.
Como presidente interino, Santa Anna se dio cuenta de que resultaba
conveniente llegar a un arreglo con Francia, ya que Baudin había
levantado el bloqueo de los puertos controlados por los federalistas.
Por otra parte, el ministro inglés Richard Pakenham intervino con el fin
de evitar daños al comercio británico, quien consiguió reunir a los
representantes mexicanos con el contraalmirante Baudin.

El 9 de marzo de 1839 se firmó un tratado de paz, en el cual México se


comprometió a pagar las indemnizaciones exigidas (seiscientos mil
pesos en total), en plazos cómodos y del modo que menos podía
perjudicar el erario nacional.
Francia retiró, a cambio, la flota invasora, desistió de la indemnización a
los gastos de guerra y el desconocimiento de las Declaraciones
Provisionales de 1827 devolviendo además las naves incautadas.

Esta guerra no impidió que Francia siguiera ejerciendo gran influencia en


el desarrollo cultural de México.

8.- la guerra con Estados Unidos

Desde su independencia en 1821, México había tratado


infructuosamente de consolidar un sistema de gobierno acorde a las
necesidades del país. Para 1846 ya habíamos experimentado las más
diversas formas: monarquía constitucional, república federal, república
central y dictadura; pero ninguna había logrado establecer un gobierno
sólido capaz de superar la lucha de facciones políticas y la tremenda
crisis de la economía nacional que llevaba décadas minando las
posibilidades de desarrollo.

La guerra contra Estados Unidos en 1846 puso en evidencia el


hecho de que, después de veinticinco años de vida independiente,
México seguía siendo un país inestable. Sin embargo, a la debilidad
interna hay que agregar el acoso de diversas fuerzas extranjeras
imperialistas que veían nuestro territorio como un espacio de
oportunidad para expandir su poder: tal fue el caso de Estados
Unidos. Así podríamos decir que el enfrentamiento armado entre estas
dos naciones fue producto de dos factores: por un lado el expansionismo
y la ambición estadounidense; y, por otra parte, las luchas entre los
distintos grupos políticos en México, que no lograban agruparse en torno
a un proyecto de país(1).
La cuestión de Texas

A pesar de que Estados Unidos utilizó en ocasiones medios violentos


para apropiarse de territorios ajenos, tenemos que decir que, en el caso
del territorio tejano, mismo que sirvió de pretexto para el inicio de la
guerra, no actuó sola la ambición extrema de nuestro vecino del norte:
la ineficacia y en muchos casos el oportunismo de las autoridades
mexicanas también influyeron. Conscientes de la dificultad que
implicaba poblar ese territorio tan lejano, el gobierno decidió vender sus
tierras a los colonizadores estadounidenses. De esta forma Texas era
sólo nominalmente mexicana, ya que la mayor parte de la población que
habitaba ahí había nacido en Estados Unidos; y sus costumbres, lengua
y religión, se asimilaban más a aquellas profesadas por los habitantes
de ese país. En ese sentido, era comprensible que sus necesidades e
intereses personales estuvieran por encima del beneficio y protección de
la nación mexicana.

Entre los tejanos existía un gran descontento hacia el gobierno


de México. Por un lado, estaban inconformes con el hecho de que la
capital de la provincia a la que pertenecían estaba muy lejos y ello
complicaba cualquier trámite que se quisiera llevar a cabo. Por otra
parte, les molestaba que el ejército estuviera conformado por criminales
convictos que habían permutado su tiempo en prisión por servir en las
fuerzas armadas. Finalmente, resentían que el gobierno les exigiera
convertirse al catolicismo. Estas y otras razones estaban detrás de la
intención de separarse de la República Mexicana.

Por su parte, Estados Unidos había intentado comprar en


diversas ocasiones el territorio de Texas; sin embargo, sus ofertas
habían sido rechazadas. Así, ante la renuencia del gobierno mexicano de
escuchar sus peticiones y la imposibilidad de unirse al país vecino, los
tejanos decidieron levantarse en armas.

En 1836, después de una infructuosa campaña militar del


presidente mexicano Antonio López de Santa Ana para someter a los
colonos, Texas consiguió su independencia de México. Años más tarde
buscaría anexarse a Estados Unidos, lo que provocó el inicio de las
hostilidades entre ambas naciones.

Los intereses esclavistas

Además de obedecer al expansionismo de Estados Unidos, uno de los


factores fundamentales que dio origen a este conflicto armado fue la
esclavitud. Los colonos de Texas decidieron separarse de la República
Mexicana argumentando que la forma de gobierno centralista que había
adoptado México en 1835 iba en contra de sus intereses. Sin embargo,
los estudios sobre este tema han demostrado que uno de los motivos
principales que los llevó a rebelarse fueron las limitaciones a la
esclavitud. Incluso si el sistema federal no hubiera sucumbido, la
independencia de Texas se habría efectuado, ya que lo que estaba en
juego tenía más que ver con las pugnas internas de las facciones
estadounidenses que con el sistema político mexicano.

Como explica el historiador Alfonso Toro: ―La expansión


territorial de los Estados Unidos […] a raíz de su independencia, se había
realizado con asombrosa rapidez […]; pero su hidrópica sed de territorio
no se saciaba, y la lucha del predominio político entre esclavistas y
antiesclavistas, dio por resultado la independencia de Texas.‖(2)

A mediados del siglo XIX, existían en Estados Unidos dos


partidos: el del norte, que era antiesclavista; y el del sur que luchaba
por lo contrario. Cada uno buscaba aumentar su poder y territorio para
ejercer un control más efectivo. Cuando James Polk, representante del
partido demócrata pro-esclavista, fue nombrado presidente, hizo todo lo
posible para que las aspiraciones sureñas ligadas a la esclavitud
doméstica fueran consumadas. Así podría decirse que la anexión de
Texas a la Unión Americana en 1845 fue parte del programa
expansionista y esclavista del Partido Demócrata estadounidense.

Los mexicanos a favor de la guerra

Mientras Estados Unidos consideraba que Texas era un estado soberano


y por ello podía anexárselo, México todavía pensaba que formaba parte
de su territorio, y en ese sentido consideró su incorporación como un
acto de agresión. Aun cuando los mexicanos se percataban de la
imposibilidad de defender ese territorio, tampoco querían vender lo que
consideraban parte importante del patrimonio nacional. A este respecto,
la opinión pública representó un peso muy importante en la toma de
decisiones de las autoridades mexicanas. La asociación del
expansionismo estadounidense con el racismo y la esclavitud motivó el
miedo y el odio de los mexicanos, quienes vinculaban la pérdida de su
territorio con la de su libertad y hasta con la extinción de su civilización
a manos de los vecinos del norte. Por estas razones, el pueblo mexicano
veía con desapruebo cualquier actitud moderada frente a su principal
enemigo, y exigían una respuesta militar para dejar en claro que el país
no aceptaría la expansión estadounidense hacia otras posesiones de
México.

Por su parte, las autoridades estaban conscientes de que no


sería posible realizar una defensa eficaz del territorio; sin embargo,
decidieron enfrentarse con Estados Unidos porque sabían que para
mantener sus posiciones estaban obligados a seguir el clamor popular.
Más aun cuando el pueblo en general argumentaba que la integridad y
la seguridad del país se encontraban en peligro.

Así México entró a la guerra, pero lo hizo sin una declaración


formal de su parte debido a que nadie quería tomar la responsabilidad
política que significaría haberlo hecho.

Para organizar el ejército se propuso llamar al servicio militar a


todos los mexicanos capaces de llevar armas; organizar la guardia
nacional en todos los estados y dictar providencias para proporcionarse
armamento que estuviera en poder de los particulares. La ley que
contenía estos puntos se aprobó en el Congreso por setenta votos
contra dos, lo cual demuestra el consenso que existía por la guerra o,
tal vez, el temor que causaba contravenir la opinión popular.

Sin embargo, la ocupación de Veracruz por los estadounidenses


y sus triunfos militares que culminarían con la ocupación de la ciudad de
México el 14 de septiembre de 1847, modificarían el sentido de
optimismo. Ese mismo día el presidente Santa Anna, que había
comandado a las fuerzas armadas mexicanas, renunció a su cargo y
dividió al ejército. Lo cierto es que Santa Anna había llegado a un
acuerdo con Estados Unidos mediante el cual se comprometía a allanar
el camino a los estadounidenses a cambio del apoyo que requería para
llegar al poder y mantenerse en él por lo menos 10 años:

En medio de tanto barullo ha caído como rayo en almacén de pólvora


una noticia que trae el Heraldo de Nueva York y que ha circulado muy
de secreto. Así se dice, bajo la fe de una carta escrita en esta ciudad,
que Santa Anna ha celebrado un tratado secreto con los Estados Unidos
por lo cual se obligó a abandonarles los Estados invadidos, o parte de
ellos, disponiendo las cosas de manera que nuestras tropas opongan
débiles resistencias, a fin de que después de varios reveses la nación se
preste a celebrar la paz a cualquier manera. En premio de esto
garantizan los Estados Unidos a Santa Anna la presidencia por diez
años, durante los cuales se dispondrán también las divisiones
territoriales de modo que fácilmente vayan agregándose a la
confederación americana, hasta que su pabellón domine el continente.
El Tratado de Paz

El 2 de febrero de 1848 los representantes mexicanos se reunieron con


el comisionado de paz estadounidense para firmar el Tratado de
Guadalupe Hidalgo. Por medio de este documento, Estados Unidos
adquirió más de un millón 200 mil kilómetros cuadrados del territorio
mexicano que incluían la Alta California, así como los estados actuales
de Nuevo México y Arizona. A cambio México recibió una indemnización
de 15 millones de dólares.
Para Estados Unidos, la paz significó la adquisición de nuevas
riquezas que le permitieron consolidarse en una potencia continental.
Sin embargo, la anexión de tan vastos territorios y de la población que
en ellos vivía tuvo consecuencias menos favorables. El debate sobre el
futuro de los nuevos estados entre las distintas facciones políticas fue
uno de los factores que provocaron el enfrentamiento conocido como la
guerra civil estadounidense.
En el caso de México el tratado no sólo implicó la pérdida de
una porción significativa de su territorio, sino también el reconocimiento
de la debilidad de nuestro país frente a Estados Unidos. Este fracaso
militar dejó una cicatriz profunda en la sociedad. Una vez más México se
encontraba en una crisis económica y política, que haría difícil el camino
hacia la construcción de un proyecto nacional sólido.

¿Somos los mismos que antes?

El análisis sobre el periodo que va de 1846 a 1848 y la guerra contra


Estados Unidos pone en claro que la política en México no parece haber
cambiado mucho con el paso del tiempo. Al igual que en aquella época
seguimos siendo testigos de la subordinación de los intereses colectivos
a favor de los beneficios personales, del terrible vacío de poder que da
cuenta de la falta de hombres comprometidos; y, finalmente, de la
inestabilidad política, producto de tensiones y conflictos entre los
diversos grupos que ambicionan llegar al poder para controlar los
recursos de lo que Humboldt definió como el cuerno de la abundancia.

9.- La batalla de Churubusco

Como el avance norteamericano desde Veracruz hacia la capital del país


era inminente, los efectivos nacionales reforzaron su defensa en los
cuatro puntos cardinales sin que ello pudiera evitar que en la ciudad de
México se desarrollaran tres batallas: una en Churubusco, otra en
Molino del Rey y una última en Chapultepec.

Batalla de Churubusco El 28 de mayo, las tropas de Winfield Scott


ocuparon la ciudad de Puebla y permanecieron ahí dos meses en espera
de refuerzos; al obtenerlos, inició el avance hacia la capital con 10 mil
738 hombres.

El 20 de agosto chocaron los bandos en el Convento de Churubusco; el


combate se libró en tres puntos: El Puente, Portales y el Convento de
San Mateo.

El general Pedro María Anaya, al mando de las tropas mexicanas,


combatió contra el General Twiggs y defendió el convento hasta que un
desafortunado accidente provocó que "el parque", o sea las municiones
se incendiaran y provocan una gran explosión que casi deja ciego al
general Anaya.

Sin municiones con que defenderse, fue fácil para las tropas
norteamericanas, saltar las bardas del convento y tomar prisioneros a
todos los soldados mexicanos. Cuando Twiggs le preguntó al general
Anaya, en dónde tenía las municiones, la respuesta fue: "Si hubiera
parque, no estaría usted aquí".

Los invasores norteamericanos toman cientos de prisioneros mexicanos


e irlandeses del Batallón de San Patricio (Contingente de soldados
oriundos de Irlanda). Al estallar la guerra, 200 de estos soldados
deciden que están con el bando equivocado. No les gusta que Estados
Unidos emplee su gran poderío para invadir y conquistar un país mucho
más débil, país que además es católico en su gran mayoría. Desertan
del ejército norteamericano y se unen al de México. Al ser capturados, el
general Scottt y manda ahorcar a 50 de ellos.

Con esta victoria, los invasores lograron avanzar hasta Tacubaya, pero
suspendieron sus operaciones militares por un armisticio que duró hasta
el 7 de septiembre.

10.- Batalla de Molino del Rey El 7 de septiembre, creyendo que las


tropas mexicanas hacían movimientos para defender una fundidora de
cañones en los alrededores de Chapultepec, Scott decidió atacar Molino
del Rey.

El día 8 se lanzó sobre el supuesto arsenal -que en realidad no existía- y


se reanudaron las hostilidades.

El teniente coronel Miguel M. Echegaray, con 700 hombres, se unió a los


generales Antonio León y Francisco Pérez; aunque por ambos bandos se
registraron considerables bajas, la victoria fue para los extranjeros; no
obstante, el arrojo y el valor de los mexicanos siempre estuvo presente.

Después de una junta de guerra realizada el 11 de septiembre, Scott


determinó llevar a cabo el asalto a la capital por Chapultepec, en cuyo
cerro se encontraba el Colegio Militar; a partir de ese momento,
comenzó un intenso bombardeo de artillería, ocasionando graves
estragos al edificio y a la infantería que lo defendía, que poco pudo
hacer ante el alcance de los cañones.

El 13 de septiembre, muy temprano, los atacantes, con sus baterías,


empezaron de nueva cuenta a hostigar el objetivo. A las nueve de la
mañana, el enemigo lanzó sobre el bosque tres columnas de asalto: una
por la parte occidental y las otras por la derecha e izquierda, llevando a
su frente secciones de zapadores con palas, barretas, hachas y escalas.

La defensa de Chapultepec estuvo bajo la responsabilidad del general


Nicolás Bravo, quien disponía de 200 cadetes del Colegio Militar y 632
soldados del Batallón de San Blas, al mando del teniente coronel Felipe
Santiago Xicoténcatl, que trató de contener a los invasores en el
bosque; además, Antonio López de Santa Anna llevó al pie del cerro a
450 hombres, entre las calzadas de La Verónica y Chapultepec.

Aniquilado el batallón de San Blas, los norteamericanos embistieron por


el poniente y el sur del Colegio Militar, donde fueron detenidos durante
algunas horas por los cadetes; pero más tarde las divisiones de Quitman
y Pillow lograron escalar el cerro a costa de muchas bajas mortales. En
el interior del inmueble la lucha fue cuerpo a cuerpo; finalmente, la
heroica resistencia de sus defensores cedió ante la superioridad
numérica y material de los norteamericanos quienes tomaron el edificio
e hicieron prisioneros al general Nicolás Bravo, Mariano Monterde -
director del Colegio- y varios alumnos sobrevivientes.

11.- Tratado de Guadalupe-Hidalgo

Definitivamente uno de los episodios más importantes e interesantes de


nuestra historia es el período de la invasión estadounidense a México en
1846, y su traumático descenlace en 1848 con la pérdida de gran parte
del territorio nacional.

Qué significó eso? Definió para siempre las relaciones con nuestro
vecino y las nuevas fronteras con los problemas que eso traería, lo
encumbró como potencia mundial y nos dejó una gran herida que no ha
podido sanar a pesar de haber sucedido hace más de 160 años.

Fué una invasión. No fué una guerra. Fué la Divina Providencia


disfrazada de rifles y cañones.

Tejas fué anexada a la Unión Americana, depués de haberse declarado


República independiente en el período de John Tyler como presidente de
Estados Unidos (1845). Pero las fronteras no habían quedado
claramente definidas y existía la idea de que la verdadera frontera sur
de Tejas no era el río Nueces sino el Río Grande, aunque eso no fuera
cierto.

Pero la cuestión de las fronteras de Tejas era sólo el pretexto.

Para 1846, James Knox Polk era el presidente de los Estados Unidos y
estaba convencido de que la Divina Providencia estaba de su lado, que
tenía qué llegar al Pacífico para ampliar las rutas comerciales de Estados
Unidos, sólo que los territorios no eran de él.
Oregon pertenecía a Inglaterra y la Alta California y el Nuevo México
pertenecían a México, esa joven nación de la que ya se había tomado un
territorio en el teatro diplomático de la anexión tejana.

Al no obtener los territorios deseados en una compra directa por medio


de emisarios diplomáticos, se decide entonces la invasión, se declara la
guerra, se envían avanzadas a Nuevo México y California, se decide
atacar por Tejas. Llegar al Río Grande en plena provocación.
Ésta fué una guerra desigual, preparada y pactada con anterioridad,
llena de traiciones donde la Iglesia Católica Mexicana se alía al enemigo,
oferta territorios a cambio de conservar sus bienes, niega créditos a
México en plena necesidad, aún siendo esa institución la más rica del
país. Amenza con excomulgar a quien se atreva a lastimar a un
estadounidense durante la invasión y aún así, patrocina un
levantamiento de militares de élite contra el gobierno mexicano, los
llamados Polkos.

Los mexicanos van perdiendo todas las batallas, las ciudades


importantes van cayendo poco a poco, algunas sin oponer resistencia...
finalmente en Agosto de 1847, la Ciudad de México es tomada por el
Gral. Winfield Scott.

México había sido derrotado

El vencedor es quien dicta las condiciones, el vencido regatea y asume


su condición.

En un ―sincero deseo de poner término a las calamidades dela guerra‖,


el Tratado de Paz se firma un 2 de Febrero de 1848 en la Villa de
Guadalupe Hidalgo (cerca de la Ciudad de México).

Un lugar en donde la patrona de los mexicanos había hecho sus


apariciones, tenía que ser un lugar de respeto para ellos, qué mejor que
firmarlo ―En Nombre de Dios Todopoderoso‖... mucho mejor, y
después... una misa para celebrar.

Hay qué señalar que el borrador del tratado hecho en 1847 por el
comisionado de paz estadounidense, Nicholas Trist, proponía la cesión
de la Alta California, la Baja California, el Nuevo México, el Río Grande
como frontera sur de Tejas y el derecho de paso por el Istmo de
Tehuantepec, a cambio de 20 millones de dólares a México.
En las negociaciones siguientes, se eliminaron los deseos sobre la Baja
California y el derecho de paso por el Istmo.

Para Enero de 1848, empezaron las negociaciones finales, por parte de


México estaban los comisionados de paz: Luis G. Cuevas, Bernardo
Couto y Miguel Atristain.
Por parte de Estados Unidos, el representante fué Nicholas Trist.

Al final, el Tratado definía la nuevas fronteras de los dos vecinos.


México cedería los vastos territorios del Nuevo México y la Alta
California, que representaba el 55% del entonces territorio nacional
(1.36 millones de Km²) y marcaba la nueva frontera sur de Tejas en el
Río Grande... a cambio de 15 millones de dólares en compensación por
daños referentes a la guerra.

Otras estipulaciones fueron la protección de bienes y derechos civiles


por parte de EU a los mexicanos viviendo dentro de las nuevos
territorios (muy bonito en el papel, pero no se cumplió), protección y
patrullaje de la nueva frontera del lado estadounidense y además EU
tendría la responsabilidad de controlar los ataques y correrías de los
nómadas que se originaran en su territorio y se adentraban a las nuevas
fronteras con México.

Pero ésto último fué eliminado en 1854 debido a problemas entre los
dos países.

En ambas naciones había oposición a la firma del Tratado. En los


Estados Unidos, los abolicionistas del norte se oponían a la anexión,
porque desestabilizaría la balanza con los esclavistas del sur y en el
Congreso mexicano una minoría estaba a favor de continuar la guerra...
en los días 10 y 14 de Marzo de 1848, el Tratado de Paz había sido
ratificado por ambos Senados.

Un gran robo había sido consumado, firmado en el nombre de Dios...

12.- La venta de la Mesilla

Después de firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de


1848, el gobierno norteamericano, se comprometió a detener las
incursiones de las tribus nómadas a lo largo de las zonas fronterizas de
ambos países; pero en lugar de cumplir con esta obligación, los mismos
ganaderos norteamericanos, armaban a los indígenas, para que estos
desbastaran las haciendas mexicanas y vendieran los productos robados
en la zona norteamericana.

Esto sucedió principalmente en el estado de Chihuahua, donde el


Gobernador de Nuevo México, sostenía una polémica con los
comisionados del estado de Chihuahua, referente a la posesión de los
territorios de la Mesilla, con quienes se esforzaba en demostrar que era
parte de lo cedido por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. Sin embargo, la
razón principal de los norteamericanos para obtener esos territorios, era
que esa zona estaba designada para una línea de ferrocarriles.

La Mesilla se convirtió en territorio en disputa; el gobernador de Nuevo

México envió tropas para defenderlo, por lo que la tensión se agravó.

En agosto de 1853, llegó a territorio mexicano el señor James Gadsden,


representante del gobierno norteamericano, para defender sus
inversiones realizadas en el ferrocarril que pasaría por la Mesilla, por lo
que las presiones para la venta se acentuaron.

El gobierno de Santa Anna no tenía fondos y estaba imposibilitado para


sostener un enfrentamiento armado con los vecinos del norte, por lo que
no hubo otra solución más que la venta de este territorio.

Esta operación se llevó a cabo el 30 de diciembre de 1853; en ese


mismo tratado, los norteamericanos presionaron para que se
suprimieran las incursiones de las tribus nómadas en este territorio,
cláusula asentada en el Tratado de Guadalupe Hidalgo. A pesar de la
firma de este acuerdo, no se evitó que la zona norte y sus habitantes,
quedaran a merced de la violencia y el despojo.
13.- El plan de Ayutla

El Plan de Ayutla fue un pronunciamiento político proclamado por


Florencio Villareal, con apoyo de los liberales Juan N. Álvarez e Ignacio
Comonfort, el 1 de marzo de 1854 en Ayutla, Guerrero. Tuvo como
objeto dar fin a la dictadura de Antonio López de Santa Anna.

Los planteamientos centrales del plan eran el desconocimiento de


Antonio López de Santa Anna como presidente de México, y que de
resultar triunfante el ejército liberal, se convocaría a representantes de
los estados para elegir a un presidente interino quien a quince días de
haber asumido el cargo, haría la convocatoria a un nuevo Congreso
extraordinario el cual elaborara una nueva constitución con el fin de
establecer un gobierno republicano y democrático que reorganizara el
país. A su vez, también se planteaba el desconocimiento del
centralismo.

Otros de los que colaboraron en la redacción de dicho plan fueron Diego


Álvarez y Tomás Moreno. Como resultado del plan, Juan N. Álvarez fue
elegido presidente interino de México.

PLAN
1º. Cesan en el ejercicio del poder público don Antonio López de Santa
Anna y los demás funcionarios que, como él, hayan desmerecido la
confianza de los pueblos, o se opusieran al presente plan.
2º. Cuando éste haya sido adoptado por la mayoría de la Nación, el
general en jefe de las fuerzas que lo sostengan convocará un
representante por cada estado y territorio para que…elijan al presidente
interino de la República.

5º. A los quince días de haber entrado en sus funciones el presidente


interino convocará el Congreso Extraordinario conforme a las bases de
la ley …de 1841, el cual se ocupe exclusivamente de constituir a la
nación bajo la forma de República, representativa popular.

14.-La constitución de 1857

La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857


fue una constitución de ideología liberal redactada por el Congreso
Constituyente de 1857 durante la presidencia de Ignacio Comonfort. Fue
jurada el 5 de febrero de 1857. Estableció las garantías individuales a
los ciudadanos mexicanos, la libertad de expresión, la libertad de
asamblea, la libertad de portar armas. Reafirmó la abolición de la
esclavitud, eliminó la prisión por deudas civiles, las formas de castigo
por tormento incluyendo la pena de muerte, las alcabalas y aduanas
internas. Prohibió los títulos de nobleza, honores hereditarios y
monopolios.

Ciertos artículos fueron contrarios a los intereses de la Iglesia Católica,


como la enseñanza libre de dogma, la supresión de fueros
institucionales, y la enajenación de bienes raíces por parte de la misma.
El Partido Conservador se opuso a la promulgación de la nueva Carta
Magna polarizando así a la sociedad mexicana. A consecuencia, se inició
la Guerra de Reforma, las pugnas entre liberales y conservadores se
prolongaron por la Segunda Intervención francesa y por el
establecimiento del Segundo Imperio Mexicano. Diez años más tarde,
con la república restaurada, la Constitución tuvo vigencia en todo el
territorio nacional.

Antecedentes

Una vez derrocada la dictadura de Antonio López de Santa Anna en


1855, Juan Nepomuceno Álvarez Hurtado ocupó la presidencia por un
corto período. De acuerdo a lo establecido en el Plan de Ayutla convocó
al Congreso Constituyente el 16 de octubre del mismo año, con la
finalidad de establecer una sede en Dolores Hidalgo para redactar una
nueva constitución de ideología liberal. Al año siguiente el presidente en
turno, Ignacio Comonfort, ratificó la convocatoria trasladando la sede a
la Ciudad de México.[1]

El Congreso se encontraba dividido entre dos facciones principales. Por


un lado los liberales moderados que eran mayoría, su plan era
restablecer la Constitución de 1824 con algunos cambios, entre ellos
destacaron Mariano Arizcorreta, Marcelino Castañeda, Joaquín Cardoso y
Pedro Escudero y Echánove. Por otra parte, los liberales puros[2] que
pretendían realizar una nueva redacción de la Carta Magna, entre ellos
destacaron Ponciano Arriaga, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, José
María Mata y Santos Degollado. Las discusiones fueron acaloradas y se
prolongaron a lo largo de un año.[1]

El presidente Comonfort tuvo injerencia a través de sus ministros a


favor de la facción moderada, pues esta era la ideología con la que él
mismo simpatizaba. A pesar de la oposición del Poder Ejecutivo y de ser
minoría, los puros lograron imponer sus propuestas. Las reformas más
discutidas eran: la que prohibía la adquisición de propiedades a las
corporaciones eclesiásticas, la exclusión de los eclesiásticos en puestos
públicos, la abolición de los fueros eclesiástico y militar (Ley Juárez), y
la libertad de cultos.

Estas reformas eran contrarias a los intereses de la Iglesia Católica.


Durante el transcurso de las sesiones del Congreso, una insurrección a
favor del clero, apoyada por los conservadores —acérrimos rivales de los
liberales— tomó fuerza en Zacapoaxtla y Puebla. El presidente
Comonfort envió a las tropas federales y sometió a los rebeldes.[3]

Contenido

La Constitución de 1857 estaba conformada por 8 títulos y 128 artículos,


fue similar a la de carta magna de 1824, implantó de nueva cuenta el
federalismo y la república representativa, la cual constaba de veinticinco
estados, un territorio y el distrito federal. Apoyó la autonomía de los
municipios en los que se divide políticamente cada estado. Los artículos
más relevantes consistían en:

2. Abolición de la esclavitud.

3. Enseñanza libre (ninguna limitación en favor del dogma).

5. Libertad de vocación, prohibición de contratos con pérdida de


libertad por causa de trabajo, educación o voto religioso.

7. Libertad de expresión.
10. Libertad de portar armas.

13. Prohibición de fueros a personas o instituciones, supresión de


tribunales especiales (Ley Juárez).

12. No se reconocen títulos nobiliarios.

22. Prohibición de penas por mutilación, azotes, y tormento de


cualquier especie.

23. Abolición de pena de muerte, reservada solo al traidor a la


patria, salteadores de caminos, incendiarios, parricidas, y
homicidas con el agravante de alevosía, premeditación o ventaja.
Así como delitos del orden militar o piratería.

27. Ninguna corporación civil o eclesiástica tiene capacidad para


adquirir o administrar bienes raíces, a excepción de los edificios al
servicio u objeto de la institución (antecedente de la Ley Lerdo).

30. Definición de nacionalidad mexicana.

31. Obligaciones de los mexicanos.

36. Obligaciones de los ciudadanos.

39. La soberanía de la nación dinama del pueblo.

50. División de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

124. Prohibición de alcabalas y aduanas internas.

128. Inviolabilidad de la Constitución.

Entre otras cosas, incluía un capítulo dedicado a las garantías


individuales, y un procedimiento judicial para proteger esos derechos
conocido como amparo. También apoyaba la autonomía de los
municipios, en que se dividen los estados desde un punto de vista
político.

El artículo 15, que no fue aprobado, permitía la tolerancia de cultos,


protegiendo y cuidando a la religión católica, siempre y cuando no se
perjudicaran los intereses del pueblo y la soberanía de la nación. Su
discusión fue la más controvertida, los moderados defendían la unidad
religiosa para así mantener la unidad nacional. Los puros consideraron
que el país requería de colonizar el territorio con extranjeros, y por
tanto se debía admitir libertad religiosa. El poder Ejecutivo se pronunció
en contra del artículo arguyendo que era contrario a la voluntad de la
mayoría de la nación. No obstante, la mayor parte las propuestas de los
puros fueron aprobadas.

16.- La guerra de reforma

Una vez que el Congreso Constituyente había cumplido con su tarea de elaborar
una nueva constitución, se hizo la convocatoria para realizar elecciones tanto de
los poderes generales como de los estados; tocó entonces a las legislaturas
estatales el arreglo de las constituciones particulares de cada estado, de acuerdo
con la constitución general. Se reunió así el primer Congreso Constitucional que
trabajaría ya bajo los principios de la carta magna del 57.
En 1857, la situación llegó a ser delicada,
tanto que este primer Congreso
Constitucional, que había elegido a
Comonfort presidente de la República y a
Benito Juárez presidente de la Suprema
Corte de Justicia, confirió al Ejecutivo
facultades extraordinarias para gobernar.
El tenor de los hechos impidió incluso que
se respetaran los artículos
constitucionales relativos a las garantías
individuales en tanto continuara la
inestabilidad, la cual más que disminuir
aumentó en una de las guerras más
cruentas del país
La Constitución de 1857 abrió el camino para romper con algunos de los resabios
del orden colonial, pero la Guerra de Reforma fue el trámite necesario para
imponer el concepto de modernidad de los liberales. La amenaza de golpe de
Estado en el país y la debilidad del presidente para actuar firme y decididamente,
precipitó el estallamiento franco de la lucha. En diciembre de 1857, Félix Zuloaga
proclamó el Plan de Tacubaya en el que se estipulaba que cesaba de regir la
Constitución y que Comonfort seguiría al frente del Ejecutivo, gobernando con
amplias facultades; convocaba a un congreso extraordinario que redactaría una
nueva constitución de acuerdo con la voluntad nacional, cesando entre tanto a
todas aquellas autoridades que no secundasen este plan.

Presionado por las circunstancias, Comonfort decidió unirse a los sublevados.


Parte de su equipo de colaboradores renunció a sus puestos mientras que Benito
Juárez, presidente de la Suprema Corte, Isidoro Olvera, presidente del Congreso y
algunos diputados fueron conducidos a prisión. Los estados de la República se
dividieron en aquellos que apoyaban al Plan de Tacubaya y los que defendían el
orden constitucional.
Los conservadores, por su parte, presionaron a Comonfort para que derogara las
reformas liberales, a lo cual él se negó. Luego, trató de buscar una reconciliación
con el ala liberal; excarceló a Juárez y llevó a cabo enfrentamientos armados
contra los conservadores, en los cuales saldría mal librado. Ante lo inútil de su
resistencia decidió no continuar en la lucha y abandonó el país dejándolo inmerso
en una guerra civil.

En consecuencia se dan dos gobiernos paralelos. Uno encabezado por Benito


Juárez que en su calidad de presidente de la Suprema Corte debía ocupar el
Ejecutivo en caso de que el presidente se ausentara; y el otro presidido por Félix
Zuloaga, a quien una junta de representantes había electo presidente. El primero
defendería el orden constitucional, mientras el segundo se encaminaría a su
destrucción. Juárez estableció su gobierno, en un primer momento, en
Guanajuato, mientras Zuloaga en la capital gobernaba con las llamadas Cinco
Leyes, que de hecho derogaban algunas de las reformas liberales como la Ley
Lerdo, la Ley Iglesias y la Ley Juárez entre otras. Las diversas entidades del país
tomarían una posición y defenderían a uno de estos dos gobiernos.

El ejército y el gobierno liberal irían sufriendo severas derrotas que lo llevaron a


convertir su mandato en itinerante. Con todo y las penalidades a que se vieron
sujetos continuaron dictando una serie de disposiciones legislativas que
simbolizaron una postura aún más radical que la manejada en el congreso
constituyente de 1857. La legislación dictada en Veracruz contempló diversos
aspectos de la vida nacional y de sus habitantes.

Las leyes decretadas en ese estado, conocidas como Leyes de Reforma,


establecieron al fin la separación de la Iglesia y del Estado. El 12 de julio de 1859
se promulgó la Ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos; el 23, la Ley del
matrimonio civil; el 28 la Ley orgánica del Registro Civil y la Ley sobre el estado
civil de las personas; el 31, el decreto que declaraba que cesaba toda intervención
del clero en cementerios y camposantos. El 11 de agosto se reglamentaron los
días festivos y se prohibió la asistencia oficial a las funciones de la Iglesia. Un año
más tarde, el 4 de diciembre de 1860, se expidió la Ley sobre libertad de cultos.
Este conjunto de leyes fueron el inicio de una nueva era en la política, la economía
y la cultura.

Pero mientras ello se hacía realidad, la guerra civil y los enfrentamientos


constantes agotaron poco a poco a los habitantes del país, cansados de esta
lucha fratricida, que en las últimas batallas había dado los triunfos a los liberales.
Un hecho daría un giro radical a los acontecimientos: en 1859, el gobierno de
Washington reconoció al de Juárez, y con ello, el jefe conservador Miguel Miramón
promovió una conciliación entre ambos bandos.

Después de tres años de guerra civil, las fuerzas liberales encabezadas por el
general Manuel González Ortega, enfrentaron la que sería la última batalla contra
las fuerzas conservadoras dirigidas por Miramón en diciembre de 1860. Los
liberales vencieron en la batalla de Calpulalpan en el valle de México, y finalmente
el 1 de enero de 1861, Juárez hizo su entrada triunfal a la capital de la República.

Poco tiempo antes de que esto sucediera, pero


convencido ya de la victoria de las fuerzas
constitucionalistas sobre las reaccionarias, Juárez
expidió el 6 de noviembre de 1860, una
convocatoria para las elecciones de diputados al
Congreso de la Unión y para Presidente
constitucional de la República en un plazo de dos
meses. El presidente había venido gobernando
con facultades extraordinarias, por lo cual le era
apremiante restablecer la legalidad del gobierno a
través del Congreso. Para este momento, el poder
legislativo había inclinado el peso de la balanza a
su favor constituyéndose sin duda en la fuerza
política más importante del momento, por encima
incluso del Ejecutivo. Este, por su parte,
necesitaba triunfar en las elecciones para poder
gobernar dentro del orden constitucional.

Tras una votación muy cerrada, el gobierno juarista


apenas pudo triunfar con unos votos de diferencia.
El Congreso declaró presidente constitucional a
Benito Juárez y a González Ortega presidente de
la Suprema Corte de Justicia, cargo que llevaba
implícito ser el sustituto legal del presidente
Las sesiones en la cámara transcurrieron en medio de una gran tensión política, la
cual obligó al presidente a suspender algunas de las garantías individuales
consignadas en la Constitución. Una vez que se restableció el orden constitucional
a nivel nacional, se buscó la manera de sostener las leyes dictadas en Veracruz y
se expidieron algunas nuevas, como el decreto por el que quedaron secularizados
los hospitales y los establecimientos de beneficencia, emitido en diciembre de
1861.

Estos nuevos ataques a los intereses conservadores provocaron levantamientos


por parte del ejército reaccionario. A pesar de haber sido derrotado por los
liberales, Zuloaga hizo un nuevo pronunciamiento declarándose presidente de la
República. La inquietud política se volvió a desatar y produjo fuertes
enfrentamientos partidistas, incluso contra el presidente Juárez, que se esforzaba
por mantenerse dentro del orden constitucional.

Sin embargo, los asesinatos de Melchor Ocampo y de Santos Degollado, en 1861


llevados a cabo por la reacción, hicieron que la situación política, económica y
social se tornara crítica. El gobierno juarista decidió suspender pagos, buscar la
forma de allegarse recursos por cualquier medio y mantener la suspensión de
garantías. Estas medidas resultarían insuficientes para frenar los problemas con el
ala reaccionaria y lograr la pacificación del país.

Con el fin de conseguir más recursos para frenar la guerra y arreglar la Hacienda
Pública, el Ejecutivo tuvo que tomar medidas drásticas. La presentación ante el
Congreso de una iniciativa de ley para suspender los pagos de deudas y
obligaciones extranjeras durante dos años, fue el corolario a la angustiosa
situación. Discutida en el seno de la Asamblea Legislativa, la iniciativa fue
aprobada y se publicó en julio de 1861. La respuesta de las potencias afectadas
fue inmediata y aunque la disposición se derogó en noviembre de ese mismo año,
fue demasiado tarde pues la actitud asumida por los gobiernos extranjeros
presagiaba el inicio de la intervención.

A raíz de la suspensión de pagos España, Francia e Inglaterra encontraron el


pretexto idóneo para intervenir en los asuntos mexicanos. El 31 de octubre de
1861, en Londres, las tres naciones suscribieron un convenio, por el cual
adoptaron las medidas necesarias para enviar a las costas de México fuerzas
combinadas de mar y tierra. La intervención tenía el objetivo de cobrar deudas
acumuladas desde tiempo atrás y si bien las demandas no resultaban extrañas, su
cumplimiento era difícil en las circunstancias de la República. Sin embargo, el
gobierno juarista se vio obligado a dar una respuesta. Reconoció la situación
ruinosa del erario y, al mismo tiempo, advirtió los esfuerzos que mantendría para
enfrentar dignamente los reclamos.

A pesar de la buena voluntad mostrada, algunas tropas españolas arribaron, en


diciembre, al puerto de Veracruz, y para enero de 1862 ejércitos de las tres
potencias europeas desembarcaron en nuestro territorio. Al menos una de ellas
arribó con planes imperialistas promovidos por mexicanos, quienes ante el virtual
fracaso del partido reaccionario, volcaron los ojos hacia Europa en un afán último
por conservar sus privilegios e imponer un gobierno netamente conservador. Para
1860-1861, una comisión encabezada por José María Gutiérrez Estrada, José
Manuel Hidalgo y Esnaurrízar y Juan N. Almonte persuadiría al gobierno de
Napoleón III de apoyar una nueva intervención en México que llevara a implantar
una monarquía. Una vez que se contó con su apoyo se decidió que el candidato
ideal era Maximiliano de Habsburgo quien, después de renunciar a sus derechos
al trono de Austria, aceptó el ofrecimiento que se le hacía.

Ante tal panorama, el presidente se vio en la necesidad de llamar a los mexicanos


a unirse en contra de los invasores, pero el congreso, que se distinguió por una
actitud antijuarista, frenó muchas de las iniciativas presidenciales. Tan fuerte era la
oposición en la Cámara que 51 diputados suscribieron una petición formal para
destituir a Juárez por incapaz; sin embargo, 52 diputados votaron a su favor,
salvando su estancia en el poder por un solo voto.

El presidente se esforzó por llevar a cabo un arreglo de corte diplomático luego del
ultimátum de la alianza tripartita. El ministro de Relaciones Exteriores, Manuel
Doblado, inició un intercambio de notas con los gobiernos demandantes. Ante lo
apremiante de la situación, el Congreso debió facultar al gobierno para tomar
todas las providencias convenientes con el fin de salvar la independencia,
defender la integridad del territorio así como la forma de gobierno prescrita en la
Constitución y las Leyes de Reforma.

El gobierno mexicano logró llegar a un acuerdo con el representante español y


suscribir el texto conocido como Los Preliminares de La Soledad. Dicho
documento fue avalado por los británicos pero no así por los franceses, quienes,
con este hecho, demostraron sus intereses intervencionistas.

El 9 de abril de 1862, las potencias suspendieron las negociaciones de la


Convención de Londres, por lo que las tropas españolas e inglesas se retiraron del
país. Mientras tanto, Almonte, que al amparo de las fuerzas francesas, había
llegado a México, tomó el mando del gobierno que defendía la intervención y
organizó un gabinete con miembros del partido conservador, al tiempo que el
ejército invasor emprendía la marcha hacia el altiplano con el fin de apoderarse de
la capital e impresionar a los mexicanos con las fuerzas que mandaba. Si bien es
cierto que la primera sorpresa se la llevarían ellos al ser derrotados por el ejército
mexicano encabezado por Ignacio Zaragoza en la célebre batalla de Puebla del 5
de mayo de 1862, la llegada de refuerzos y de un nuevo dirigente francés para la
lucha, el general Forey, daría a la larga la posibilidad al ejército invasor de llegar
hasta la capital en 1863.

El 31 de mayo, ante la inminencia de la llegada de las tropas francesas, Juárez y


su gabinete abandonaron la capital. Ese mismo día el Congreso le dio al
presidente un nuevo voto de confianza, cerró sus sesiones y se disolvió. Sin
embargo, varios diputados, entre ellos el presidente en turno de la Cámara,
Sebastián Lerdo de Tejada, decidieron acompañar al presidente en su
peregrinación hacía el norte. En primera instancia, Juárez, su gabinete y la
diputación permanente, se dirigieron a San Luis Potosí donde se establecieron los
poderes de la nación; después, el gobierno de la República itinerante iniciaría su
largo andar por diversas partes del país, manteniéndose a pesar de mil vicisitudes
como el máximo órgano de representación mexicano durante todo el tiempo que
duraría la intervención francesa y el imperio de Maximiliano.

Las facultades extraordinarias concedidas a Juárez por el Congreso, al inicio de la


contienda, le permitieron mantenerse en el ejecutivo incluso después de haber
terminado su periodo legal, en noviembre de 1865. Decidió prolongar su mandato
más allá de esta fecha aduciendo las graves circunstancias por las que atravesaba
la nación y con el fin de evitar el desmembramiento del grupo liberal en un
momento tan crítico.

Las primeras disposiciones del general Forey al entrar a la ciudad se encaminaron


a tratar de dar a la invasión que se estaba llevando a cabo un tinte de legalidad.
Propuso la formación de una Junta Superior de Gobierno que a su vez elegiría a
tres personas que ejercerían el poder ejecutivo. Esta Junta, apoyada por
doscientos quince individuos formarían la Asamblea de Notables que de inmediato
signó un documento encaminado a dar forma al gobierno intervencionista. En él se
disponía que la nación adoptaba una monarquía moderada y hereditaria con un
príncipe extranjero, el cual tendría el título de Emperador de México. Este título
según se estipulaba, sería ofrecido al archiduque de Austria Fernando
Maximiliano. Posteriormente se declaró que un Poder Ejecutivo provisional llevaría
el nombre de Regencia.

A pesar de las críticas a su presencia invasora, desde sus primeras disposiciones


Maximiliano dio muestra clara de su posición liberal con respecto a ciertos asuntos
como la clausura de la Universidad, por considerarla reaccionaria. Durante el
Imperio, por ejemplo, no se habló nunca de arrebatar a los nuevos dueños los
bienes nacionalizados del clero. Más aún, una de las primeras disposiciones del
emperador fue conceder la total libertad de prensa para que todos fueran libres de
emitir opiniones. Posteriormente el gobierno imperial dispuso que los curas debían
aplicar los sacramentos sin exigir remuneración; las rentas que se percibían por la
nacionalización de los bienes eclesiásticos serian entregadas al gobierno; el
emperador y sus herederos gozarían, con relación a la Iglesia, de los mismos
derechos que gozarían los reyes de España en sus colonias, habría un control civil
sobre los matrimonios nacimientos y defunciones, así como sobre los cementerios
y, en fin, una serie de medidas encaminadas a sostener algunas de las leyes
reformistas que se habían dado ya en nuestro país con el gobierno liberal. El tenor
de las disposiciones emitidas por el gobierno imperial no gustó a los
conservadores y mucho menos a la Iglesia que de inmediato presionó al
emperador para que eliminara todas las leyes reformistas.

Maximiliano encontró en los conservadores gran renuencia a su política liberal y


en los liberales una oposición férrea por representar a los invasores y, por ende, el
ataque a la soberanía y a las instituciones. Y si bien el ejército francés había
logrado que la Regencia gobernara en varios estados, nunca logró tener control
absoluto sobre todo el país. Cuando el ejército desocupaba alguna ciudad, grupos
liberales la recuperaban de inmediato para su causa. Para su desgracia, al término
de la guerra civil en Estados Unidos, en 1866, Maximiliano supo que Napoleón
había decidido retirarle su apoyo militar por así convenir a sus intereses amén de
que en su propio país se ponía en tela de juicio la intervención no sólo por el
hecho mismo, sino por el costo tan oneroso que representaba para Francia.

Hacia 1867 Juárez había recuperado para la causa liberal varias de las plazas
ocupadas por los imperialistas, llegando incluso hasta San Luis Potosí donde
esperó para recuperar el centro del país. Si la república itinerante había perdido
hombres durante la lucha, en este momento destacaba en sus filas políticos de la
talla coronel Porfirio Díaz cuya labor durante la guerra contra Francia sería
fundamental, sobre todo, en el sitio y toma de la ciudad de Puebla, que lo convirtió
en el famoso " héroe del 2 de abril. ''

Gradualmente los jefes militares ganaron terreno y, al capitular Querétaro,


Maximiliano fue aprendido y, luego de un juicio sumario, fue encontrado culpable
de traición y sentenciado a morir fusilado. Con su muerte se puso fin a una de las
etapas más penosas de nuestra historia, pero también a una de las más gloriosas.
Significó el triunfo de la República, el reforzamiento de; unión y el sentimiento
nacional así como la capacidad de los mexicanos para salvaguardar su integridad.

16.- La leyes de Reforma

1) Antecediendo a estas leyes se encuentra la reforma de Valentín Gómez Farías, de 1833.

2) La segunda reforma, que consta de las siguientes leyes:

 Ley Lerdo. Obligaba a las corporaciones civiles y eclesiásticas a vender las casas y
terrenos que no estuvieran ocupando a quienes los arrendaban, para que esos bienes
produjeran mayores riquezas, en beneficio de más personas. Firmada por el
Presidente Comonfort y Lerdo de Tejada.
 Ley Juárez. Aprobada por Benito Juárez, trató de suprimir los fueros militares y
eclesiásticos en los negocios civiles, por lo tanto los tribunales de las dos
corporaciones, Iglesia y Ejército, se debían concretar a intervenir en los asuntos de
su competencias y no los asuntos civiles.
 Ley Iglesias. Se prohibió el cobro de derechos y obvenciones parroquiales, que
hasta entonces exigían los sacerdotes a los pobres, considerándose pobres aquéllas
personas que no obtuvieron a través de su trabajo personal más de la cantidad diaria
indispensable para la subsistencia. Autor: José María Iglesias.

3) La Constitución de 1857, en que triunfaron los liberales moderados.

El clero y una parte importante del pueblo obviamente estuvieron en contra de estas leyes,
ya que afirmaban que atacaban a la religión y comenzaron a brotar conspiraciones por parte
del clero.

El conservador Felix Zuloaga, dio a conocer el Plan de Tacubaya, el cual demandaba la


anulacion de la Constitución de 1857, la permanencia de Ignacio Comonfort, y la
convocatoria de un Congreso extraordinario, el cual se encargaria de elaborar otra carta
constitucional que, segun los conservadores, "garantizara los verdaderos intereses del
pueblo".

El Presidente Comonfort se une al Plan de Tacubaya y da un golpe de estado y desconoce


la constitución, quedando las leyes sin efecto. Surgen problamas por todo el País, y ante su
incapacidad, Comonfort abandona México. Siendo Juárez el Ministro de la Suprema Corte
de Justicia, asume por derecho la presidencia del País en 1858. Pero los conservadores
habían elegido otro Presidente, Felix Zuloaga.

4) Las Leyes de Reforma o de guerra de contenido radical. Durante la Guerra, Juarez es


obligado a trasladar su gobierno a varias ciudades del Pais. Incluso sale de México hacia
Panamá, y regresa por Veracruz en 1859, donde expide las siguientes leyes de reforma:
 Nacionalización de Bienes Eclesiásticos (1859)
 Matrimonio Civil (1859)
 Registro civil (1859)
 Secularización de Cementerios (1859)
 Días Festivos (1859)
 Libertad de cultos (1860)

La guerra de reforma dura tres años, y en 1861 por fin logran vencer a los conservadores,
regresando Juárez a la Ciudad de México en enero de ese año. Durante su gobierno
adiciona las siguientes leyes:

 Hospitales y Beneficencia (1861)


 Extinción de Comunidades Religiosas (1863)

17.- La intervención francesa

Una de las causas de la intervención francesa en México fue la


suspensión del pago de la deuda externa de México. Las potencias
acreedoras, España e Inglaterra además de Francia, apoyadas por los
acreedores internos del gobierno mexicano, decidieron ocupar el
territorio nacional, aunque las dos primeras finalmente desistieron del
propósito.

Los conservadores mexicanos apostaron a que con un monarca


extranjero recuperarían su influencia y el clero sus bienes confiscados,
pronóstico que resultó equivocado, pues el emperador Maximiliano
conservó vigentes las Leyes de Reforma.

Las escisiones entre los liberales imposibilitaron una adecuada defensa


de la nación. Particularmente enconada fue la disputa entre González
Ortega, entonces presidente de la Suprema Corte, y Juárez, quien había
decidido prolongar su mandato presidencial, violando la Constitución. El
general zacatecano quiso evitar una división más profunda del partido
liberal y marchó a los Estados Unidos, desde donde convocó a un
gobierno en el exilio; el hecho provocó que Juárez lo sometiera a
proceso.

Los liberales organizaron la resistencia contra los franceses y


conservaron el control del estado hasta febrero de 1864, cuando éstos
ocuparon la capital. Franceses y conservadores se aliaron contra los
liberales —dirigidos por González Ortega— quienes fueron obligados a
huir a Fresnillo y luego del estado.

Entre las medidas de gobierno impuestas por Maximiliano estuvieron la


creación de un Estado centralizado y la transformación de los estados en
departamentos, ambas contrarias a los añejos anhelos de los liberales
mexicanos. Zacatecas se partió en dos departamentos: el del mismo
nombre y el de Fresnillo, y se suprimieron ayuntamientos. La medida
afectó la economía y avivó el repudio a los franceses; mientras, los
ayuntamientos reaparecían, una vez más, como voceros de los intereses
locales.

La contraofensiva liberal inició en 1866, bajo la dirección de Miguel Auza


en el norte, y Trinidad García de la Cadena junto con los hermanos
Sánchez Román en el sur. Después del triunfo de Mariano Escobedo en
Coahuila sobre los franceses, Juárez ordenó a Auza recuperar Zacatecas,
establecer un gobierno provisional, reorganizar el ejército y fabricar
armamento. Funcionarios y ejército imperiales huyeron a
Aguascalientes.

El triunfo del ejército liberal sobre los franceses significó la derrota del
proyecto de nación enarbolado por los conservadores, quienes —aliados
con Maximiliano— realizaron el último intento por alcanzar el poder. El
significado de esta derrota fue aún más profundo: representó el
autorreconocimiento de los mexicanos frente al enemigo y como
integrantes de una nación única y distinta a otras; parecía que por fin
México había nacido luego de un alumbramiento difícil, lleno de
obstáculos.

18.- La batalla de 5 de mayo

Siendo Benito Juárez Presidente, y por propuesta de éste, el Congreso


declaró, por Ley del 17 de julio de 1861, la cesación de pagos de la
deuda internacional, por el término de dos años, debido a la bancarrota
en que se hallaba el gobierno de México. Los principales acreedores eran
Francia, Inglaterra y España. Estos países se reunieron en la Convención
de Londres en octubre de 1861 y firmaron un acuerdo de intervención
en México, en defensa de los intereses. Los españoles desembarcaron
en Veracruz, al mando del General Prim, en diciembre de 1861, y en
enero de 1962 lo hicieron los
franceses e ingleses.

En febrero de 1862, en el poblado de


Soledad se firmó un convenio
preliminar en el que Inglaterra y
España se retiraban de la alianza con
Francia. El 9 de abril de 1862 se
disolvió definitivamente la alianza
tripartita de estas tres potencias
europeas, para la intervención militar en México, que había mantenido
bloqueado el Puerto de Veracruz.

Inglaterra y España acordaron la forma y las condiciones en que se


realizarían los pagos, pasado ese plazo, después de numerosas
negociaciones diplomáticas. Sólo quedaron en territorio mexicano las
tropas francesas.

Francia, gobernada en ese tiempo por Napoleón III, decidió invadir


México, deponer al Presidente Juárez, e instalar una Monarquía que
respondiera a los intereses franceses, por lo que eligió para esto a
Maximiliano de Habsburgo.

Los franceses, desde Veracruz, con sus fuerzas militares se dirigieron


hacia el centro del país.

El primer enfrentamiento importante fue en Acultzingo, en la zona


limítrofe entre Veracruz y Puebla.

El 5 de Mayo tuvo lugar la Batalla de Puebla, en la que las tropas


francesas de intervención en México, fueron rechazadas por el ejército
mexicano. Fue la primera vez en que un grupo en desventaja militar y
numérica logró vencer a las tropas imperiales
de Napoleón III.

El Presidente Benito Juárez insistía en su


esfuerzo por derrotar a la monarquía. La
política internacional también repercutió en
México. Los Estados Unidos ya habían
conseguido la paz interna, y apoyaban al
gobierno de Juárez. Por su parte, Napoleón III
debía atender a serias amenazas en Europa,
por lo que requería de todas sus tropas.

Maximiliano, no pudiendo mantenerse como Emperador, abdicó con sus


tropas ante el presidente Benito Juárez.

Se realizó un juicio en ausencia, llevado a cabo en el teatro municipal


por un coronel y seis capitanes, sin derecho a apelaciones y sobre la
base de un interrogatorio que en su mayor parte el Emperador se negó
a contestar, se lo condenó a muerte. Murió fusilado en el Cerro de las
Campanas de la ciudad de Querétaro, el 19 de junio de 1867. Sus restos
fueron depositados al año siguiente en la Cripta Imperial de la Iglesia de
los Capuchinos, en Viena.
19.- La ocupación de la capital por los franceses

Los franceses entran a la capital en junio de 1863, desconocen al


gobierno de Juárez, pero respetan las Leyes de Reforma. Los invasores
forman un gobierno con las siguientes características:

Nombran una junta de gobierno de 35 miembros que designarían a: 215


personas para integrar una junta de notables y un ejecutivo que regiría
a la nación de manera provisional. Una junta de Notables escogió una
forma de gobierno monárquica de tendencia moderada, hereditaria y
con un emperador que tendría que ser un príncipe católico. Sé él ofreció
la corona al archiduque de Austria, Fernando Maximiliano de Habsburgo,
quien aceptó el cargo de común acuerdo con su esposa Carlota Amalia
de Bélgica. Los monárquicos mexicanos, les hicieron creer que el pueblo
los esperaba con los brazos abiertos.

El militar francés Achille Bazaien, veterano de las guerras de Argelis y


Crimea reemplazan al mariscal Forey en octubre de 1863, con la misión
de controlar al país. Contaba con más de 40,000 hombres que en pocos
meses ocuparon gran parte de la República; centro, occidente, oriente y
parte estratégicas del Norte y el Sur. El control que ejercen las tropas
invasoras sobre gran parte del país resultaba negativo para ello, pues
tenían que dispersarse sobre un vasto territorio. Las tropas juristas se
reagruparon y con la ayuda del pueblo apoyaron la batalla. En abril de
1864, Maximiliano acepta la corona de México. Se embarca y llega a
Veracruz en mayo y el 12 de junio entra a la Ciudad de México.

20.- El emperador Maximiliano

El gobierno de Maximiliano respeta las Leyes de Reforma; él mismo era


un hombre liberal, lo cual le causó los primero problemas con los
sectores que le habían ofrecido la corona: los conservadores, los
monárquicos y el clero. Su gabinete lo integró con liberales moderados.

Las medidas liberales que sostuvo durante su gobierno fue la tolerancia


de cultos, la desamortización de los bienes de la Iglesia, la
secularización de los cementerios y, mediante un decreto, declaró
abolidas las deudas de los peones con los hacendados. Les parte
negativa de su proceder fue, sin embargo, él haber ocupado un puesto,
que el pueblo no le había otorgado, así como él haberse rodeado de una
corte falsa formada por arribistas ricos que creían estar en Europa y
entre quienes resurtió órdenes en nobleza, cargos y condecoraciones.
Negoció préstamos onerosos para la nación, despilfarró mucho dinero en
los gastos de la corte. Destinó, además, un alto presupuesto para el
sostenimiento de las tropas de ocupación; los funcionarios mexicanos se
quejaban de que supeditaba sus acciones a las opiniones de sus
consejeros europeos.

21.- Fusilamiento de Maximiliano

El emperador perdió, poco a poco, todo apoyo. Intentó mejorar el


gobierno, alentó el estudio de los monumentos arqueológicos e
históricos mexicanos, embelleció la ciudad de México y abrió la Calzada
del Emperador, ahora conocida como Paseo de la Reforma. Pero nada
impidió la caída del Imperio. Pronto, sólo quedaron leales al emperador
los generales mexicanos Miguel Miramón, Tomás Mejía y Leonardo
Márquez. Con ellos se estableció en Querétaro al mando del ejército
imperial. El ejército liberal atacó y derrotó a sus tropas. El emperador y
los que lo rodeaban cayeron en manos del ejército liberal.

Miramón, Maximiliano y Mejía fueron fusilados al pie del Cerro de las


Campanas a las siete de la mañana del 19 de junio de 1867. Volvía a
triunfar la República liberal.

22.- El plan de Tuxtepec

Fue bosquejado cerca Porfirio Díaz en 1876 y proclamado encendido 10


de enero, 1876 en el municipio de de Ojitlán de la localidad de San
Lucas Ojitlán, Tuxtepec distrito, Oaxaca. Fue firmado por un grupo de
oficiales militares conducidos por coronel Hermenegildo Sarmiento y
bosquejados por porfiristas Vicente Riva Palacio, Irineo Paz y Protasio
Tagle que fueron instigados por general Porfirio Díaz. Díaz firmó la
versión anterior del plan en diciembre de 1875 que no incluyó tres
artículos los sus que eran los más importantes del plan que designaba a
Diaz como presidente. Rechazó Sebastián Lerdo de Tejada como
presidente, mientras que reconoce a la constitución, a los leyes y a
general proclamado Porfirio Díaz de la reforma como el líder del
movimiento. Díaz llegó a ser más adelante presidente de México.
Contenido

 1 Fondo
 2 Participantes
o 2.1 Sebastián Lerdo de Tejada
o 2.2 Porfirio Díaz
o 2.3 General Donato Guerra
o 2.4 Jose Maria Iglesias
 3 Partidarios
 4 Contenido
 5 Artículos
 6 Consecuencias
o 6.1 Batalla de Icamole, NL
o 6.2 Batalla de Tecoac, Puebla.
 7 Acoplamientos externos
 8 Referencias

Fondo

Después de la muerte del presidente Benito Juárez en 1872, el primer


magistrado del país fue ocupado por el vice presidente Sebastián Lerdo
de Tejada, que llama para las nuevas elecciones. Colocaron a dos
candidatos: sí mismo, Lerdo de Tejada, y el general Porfirio Díaz, uno de
los héroes del Batalla de Puebla cuál había ocurrido encendido 5 de
mayo 1862, y quién había ocupado varias posiciones públicas. Díaz
había desafiado Juárez con su plan del La Noria, en el cual él indicó que
su desacuerdo con la reelección presidencial y él llame para un congreso
constitucional. La pérdida de prestigio que Díaz sufrió con su plan,
hecha le pierde las elecciones de 1872. Hacia el final de su gobierno,
Lerdo, que había incorporado ya los ―leyes de la reforma‖ a Constitución
de México, intentado conseguir reelegido, haciéndolo perder renombre.
En 21 de marzo, 1876, Ponga Porfirio Díaz rebeló contra presidente
Sebastian Lerdo de Tejada. El plan de Tuxtepec defendió el principio de
―ninguna reelección‖ y emergió como la bandera del general Porfirio
Díaz. La victoria del plan de Tuxtepec, dio la presidencia del interino a
Jose Maria Iglesias y más adelante, como el único candidato, el general
Porfirio Díaz asumió la presidencia encendido 5 de mayo, 1877.
Participantes

Sebastián Lerdo de Tejada

Sebastián Lerdo de Tejada era político mexicano. En julio de 1872,


cuando Benito Juarez muerto, Lerdo, que era el presidente del Tribunal
Supremo, asumido la presidencia del interino. Luego, el congreso eligió
Lerdo como presidente. Durante este período, el país llegó a ser pacífico
después de muchas guerras. Él declaró los leyes de Reforma como parte
de la constitución. En 1876, él intentó hacer modificaciones a la ley para
promover su reelección que hacía Porfirio Díaz declarar el plan de
Tuxtepec

Porfirio Díaz

Él era oficial y presidente militares mexicanos tres veces de 29 de


noviembre de 1976 a 6 de diciembre de 1876, a partir del febrero de
1877 a 30 de noviembre de 1880 y finalmente de 1 de diciembre, 1884
a 25 de mayo, 1911. Díaz desempeñó un papel importante en el plan de
Tuxtepec. Cuando derrotaron a las tropas de la élite de Sebastian Lerdo
de Tejada en Tecoac él no tenía ninguna opción pero renunciar de la
presidencia, que Díaz tomó encendido 28 de noviembre, 1876, que
había entrado triunfante al capital en 21 del mismo mes.

General Donato Guerra

Él era el líder del ejército mexicano en ese entonces. Él participó en


Guerra de Reforma y en la intervención francesa. Él ensambló el plan de
la Noria y Tuxtepec. Lo asesinaron en Avalos, Chihuahua por ―lerdistas‖.

Jose Maria Iglesias

Él era el presidente del Tribunal Supremo durante la presidencia de


Lerdo. Lo nombraron presidente del interino hasta que ocurrieron las
elecciones adentro Ciudad de México.

Partidarios

Jefes allí militares que ayudaron al movimiento en Jalisco encendido 8


de febrero, 1876. En los municipios el alto del EL de Lagos, de
Teocaltiche, de Jalostotitlán y de San Miguel, los generales Donato
Guerra y Rosendo Márquez atacaron la guarnición de San Juan de la
Lagos, que dio para arriba sí mismo sin pasos importantes. Otro Pedro
general importante A. Galván y Florentino Cuervo que tomaron la ciudad
de Ameca. El coronel Félix Vélez Galván se levantó para arriba en brazos
en Sayula 12 del mismo mes.

Contenido

Artículos

 Arte. 1. - Los leyes supremos de la república son: Constitución de


1857, los leyes de la reforma decretados en el 25 de septiembre
de 1873 y el acto del 14 de diciembre de 1874.

 Arte. 2. - Prihibition de la reelección de los gobernadores del


presidente y del estado tiene la misma validez que los leyes
supremos.

 Arte. 3. - Ponga a Sebastian Lerdo de Tejada se rechaza como


presidente de la república, así como todos los funcionarios y
empleados de su gobierno.

 Arte. 4. - Los gobiernos de todos los estados serán reconocidos si


adhieren a este plan. Si no sucede esto, la cabeza del ejército de
cada estado será reconocida como gobernador.

 Arte. 5. - Habrá elecciones para las energías supremas de la


unión, los dos meses después de la ocupación del capital de la
república, y sin la reconvocatoria. Las elecciones del congreso
serán celebradas de acuerdo con los leyes del 12 de febrero de
1857 y 23 de octubre de 1872, con primeros el primer domingo
que sigue dos meses después de la ocupación del capital.

 Arte. 6. - La energía ejecutiva colocará, mientras que se hacen las


elecciones, en la ciudad que obtiene a mayoría de los votos de los
gobernadores de los estados, y no tendrá más atribuciones que las
simplemente administrativas.

 Arte. 7. - La voluntad montada sea el congreso constitucional 8°,


sus primeros trabajos será: la reforma constitucional del artículo
2, que garantiza la independencia de los municipios, y de la ley
que la organización política da al districto y al territorio federales
de California.

 Arte. 8. - Sea responsable, culpable y la moralidad toda de la cual


directa o coopera indirectamente al mantenimiento del gobierno
pone a Sebastian Lerdo de Tejada, haciendo eficaz a partir del
momento en el cual el culpables se sitúan en la energía de
cualquier persona fuerza que pertenece al ejército del
regenerador.

 Arte. 9. - Reconocerán a los generales, a los jefes y a los


funcionarios que con oportunidad ayudan al actual plan, en sus
assignements, fila y decoraciones.

 Arte. 10. - Porfirio Diaz será reconocido como general en el jefe


del ejército.

 Arte. 11. - Oportunamente nombrarán al general, que jefe gozará


de energías extraordinarias en la administración y la guerra.

 Arte. 12. - Para ningún motivo será posible incorpora los acuerdos
con el enemigo, bajo amenaza de la vida a la que lo hacen.

Consecuencias

Batalla de Icamole, NL

En 20 de mayo, 1876 en Icamole, el general Carlos Fuero, leal al


gobierno de Lerdo de Tejada, infligió una derrota terrible en los rebeldes
conducidos por Gral. Porfirio Diaz, que fue forzado para retirarse al sur
de la república.

Batalla de Tecoac, Puebla.

A pesar de su derrota en Icamole, el general Porfirio Díaz continuó


luchando los ―lerdistas‖. En 16 de noviembre, 1876, en la batalla de
Tecoac, Diaz hizo frente a Gral. Ignacio R. Alatorre; durante luchar,
ambos lados estaban cerca de la victoria, pero con la llegada de los
refuerzos de los porfiristas bajo comando del generador. Manuel
González, provocated la derrota de Alatorre.

Entonces siga una serie de batallas, la gente que defendió el plan


Tuxtepec triunfó. Diaz entra en victorioso en Puebla en noviembre.

En 26 de octubre, el congreso afirmó a la reelección de Lerdo de Tejada,


pero a presidente del Tribunal de Justicia supremo,José María Iglesias,
declarado le ilegal. En su papel como vice presidente, Iglesias persiguió
la presidencia del interino. Las fuerzas militares de Lerdo, que
intentaron tratar de los opositores, fueron derrotadas por las tropas de
general Manuel González, en la batalla de Tecoac, Puebla. Por esta falta
forzaron a Sebastián Lerdo de Tejada dejar energía. General Porfirio
Díaz alcanzó la presidencia en las elecciones de 12 de febrero 1877.
Entonces, apoyado por el plan de Tuxtepec, él promovió en 1878 dos
reformas importantes a la constitución. Primer: él quitó la función del
vice presidente del presidente del Tribunal de Justicia supremo.
Segundo: él prohibió la reelección con una pequeña declaración que
dijo: ―Excepto después de un período de cuatro años‖, con los cuales él
comenzó su período y dictadura a largo plazo.

El plan de Tuxtepec colocó a general Porfirio Díaz como presidente de la


república. Del gobierno de Diaz comenzó el período llamado Porfiriato.

23.- El porfiriato

Luego que Laredo abandonó la presidencia, Porfirio Díaz se hizo del


poder y, para darle legalidad a su Gobierno, dejó el mando a Juan N.
Méndez que convoco a Elecciones. Porfirio Díaz resulto triunfante a en
los comicios y, a partir del 5 de Mayo de 1877, empezó a dominar
paulatinamente el escenario político mexicano. Para tal efecto:

1. Reformó la Constitución para prohibir la reelección inmediata.


2. Utilizo contra gavilleros y ladrones la ya famosa "ley fuga" y a sus
enemigos políticos les aplicó el sistema de "mátalos en caliente".
3. Logró el reconocimiento de su gobierno por parte de los Estados
Unidos y reanudo relaciones oficiales con Belga, Alemania, Italia,
Francia, España e Inglaterra.
4. Estableció un sistema centralista con apariencia de Federal.

Para el gobierno el periodo 1880-84, Porfirio Díaz apoyó la candidatura a


la presidencia de su compadre Manuel González. Éste, que resultó
triunfador en las elecciones, continuo la obra iniciada por aquel,
consolidando su política ferroviaria hasta comunicar la cuidad de México
con los Estados Unidos y establecer la primera institución de crédito
oficial: El Banco Nacional Mexicano.

No obstante los logros alcanzados en su administración, a González se le


acuso de corrupción de haber puesto en circulación las monedas de
níquel y de reconocer la deuda Inglesa tan desventajosa para México.
Esto acarreo un enorme desprestigio al final de su mandato, en que
también se promulgo la Ley de Deslinde y Colonización de terrenos
Baldíos.

La segunda administración de Porfirio Díaz (1884-88) se inicio en


momentos difíciles, no solo desde el punto de vista económico, sino que
también en el aspecto político. Para afrontar lo anterior, se suspendió el
pago de la deuda interna y se reconoció la duda inglesa, al mismo
tiempo que se establecía una política de conciliación con destacados
miembros de diferentes grupos sociales, al igual que con los altos
jerarcas eclesiásticos.

También en este periodo se origino la Guerra de Yaqui (1885-1909) en


la que los habitantes de la región lucharon por mantenerse
independientes de gobierno de centro; murió en prisión el ladrón
generoso Chucho El Roto (1885); el general Trinidad García de la
Cadena, opositor político de Porfirio Díaz, fue asesinado (1886); se
reformo la constitución para permitir la reelección inmediata (1887);se
empezó a celebrando el año nuevo (1887-88) y perdió la vida el Celebre
bandolero Heraclito Bernal (1888).

En el tercer periodo presidencial (1888-92), Díaz consolido su poder con


base a los éxitos alcanzados en el segundo: la conservación de la paz
(paz del sepulcro, decían sus opositores) y la conquista de prosperidad,
sin embargo, el los últimos años de este cuatrienio la popularidad del
presiente se vio amenazada por una crisis financiera que puso en peligro
la tan ponderada prosperidad: la pérdida general de las cosechas
ocasionadas por las terribles sequías y la depreciación de la plata en los
mercados mundiales, factores que a su vez generaron la devaluación del
peso mexicano (En 1870 el peso y el dólar se intercambiaba a la par, el
1890 un peso por .87 dólar y el 1894 un peso por.51 dólar).

Como consecuencia de los anteriores, el cuarto periodo de Porfirio Díaz


(1892-96) se inicio en condiciones de aguda crisis económica que
afectaba directamente a lo social y repercutía en el ámbito político. Por
fortuna, en 1893 José Ives Limantour se hizo cargo de la Secretaría de
Hacienda y logro superar la crisis, circunstancias que favoreció la
reelección de Porfirio Díaz para su quinto periodo presidencial (1896-
1900). Limantour organizaría también el sistema bancario mediante la
Ley General de Instituciones de Crédito 1897.

A partir de 1896, la reelección de Díaz fue indefinida; cada cuatro años


hubo elecciones y en cada una de ellas resulto electo "El Caudillo
Necesario".

Con el porfirismo, la economía mexicana entro en la fase capitalista y


sus diferentes áreas de producción fueron incorporadas, en mayor o
menor medida, al sistema económico de los países industrializados.

El comercio y la industria
Comercio las potencias mundiales de la etapa del porfiriato habían
llegado a una nueva etapa del capitalismo: el imperialismo. La llamada
segunda revolución industrial generó un aumento importante en la
siderurgia, los transportes y la electrificación, haciendo más agudas las
necesidades de materias primas industriales, alimentos, carbón y
petróleo, mercados para los nuevos y numerosos productos, así como la
salida para los fuertes capitales. Eso condujo a una nueva división
internacional del trabajo. El desarrollo de las exportaciones mexicanas y
el de un mercado interno mexicano estuvieron ligados estrechamente.
Conforme crecían las exportaciones, aumentaba la demanda de los
productos.

Con el progreso del sistema ferroviario se abarataban los costos del


transporte, y esto fue positivo para el crecimiento de las transacciones
interiores. Industria el desarrollo industrial durante el porfiriato se vio
favorecido por varios factores: la construcción de las vías de ferrocarril,
la creación de un mercado interno más amplio e integrado, el aumento
de la población y la inversión extranjera. Hasta 1890 la presencia de
grandes compañías extranjeras dotadas de maquinaria y técnicas de
producción y administración modernas le dieron un vigoroso impulso a
la industria. Crecieron en forma importante las industrias textiles, de
calzado, peletera, bebidas, papel, vitivinícola, productora de azúcar y
alimenticia. Experimentaron también un avance importante las
industrias fabricantes de cemento, siderurgia, y química. Debido al
crecimiento industrial en ciudades como México, puebla, Orizaba,
monterrey, Guadalajara, se inició consecuentemente la aparición del
proletariado industrial; se integraba por peones cuya situación era mala:
castigos, descuentos, largas jornadas, no tenían sindicatos, prestaciones
ni derechos laborales; al igual que en las haciendas, existían tiendas de
raya en las fábricas. La mayor parte del capital extranjero invertido en
la industria era francés: 53.2% colocado sobre todo en textiles; le
seguían Alemania, los estados unidos e Inglaterra; sin embargo 0no
puede hacerse a un lado la importancia del capital nacional en la
industria.

DECADENCIA DEL PORFIRIATO

En su sexto periodo de gobierno (1900-04), Porfirio Díaz manifestó su


apoyo al Secretario de Hacienda José Ives Limantour para sucederlo en
la presidencia, al mismo tiempo que alentaba las aspiraciones de
Secretario de Guerra Bernardo Reyes con la misma finalidad. Sin
embargo, la rivalidad que se genero entre ambos candidatos fue tan
escandalosa y el desprestigio que se causaron tan grave, que sus
ambiciones políticas cayeron por su propio peso.
Ante la falta de un digno sucesor del dictador, los diferentes grupos
políticos se conciliaron con el fin de preparar una nueva reelección y
propusieron la creación de la Vice-Presidencia y la ampliación del
periodo de gobierno a seis años, de tal suerte que, en las elecciones de
1904 triunfo la formula Porfirio Díaz, Ramón Corral para dirigir al país en
el sexenio 1904-10.

En este periodo se intensificaron los conflictos políticos a causa de la


obstinada permanecía de Díaz en el poder personalista de su gobierno.
También ocurrieron lo más graves conflictos sociales debido al alto costo
que el régimen tenía que pagar el haber sacrificado al alto costo que el
régimen tenia que pagar al haber sacrificado la justicia social en aras del
progreso material.

Tras varios años de persecuciones, encarcelamientos y clausuras, los


colaboradores del diario Regeneración constituyeron en 1905 el partido
Liberal Mexicano presidido por Ricardo Flores Magon, cuyo objetivo
central era combatir la dictadura de Días luego de la huelga de Cananea,
son. En junio de 1906, al mes siguiente el partido, dio a conocer su
programa en el cual, entre otras cosas, demandaba para los
trabajadores:

Jornada laboral de 8 horas, salario mínimo de un peso pagado en


moneda de curso legal, higiene en fabricas y talleres, descanso
dominical indemnización por accidentes y pensión por retiro, prohibición
del trabajo infantil, etc.

También en 1906, grupos floresmagonistas se levantaron en armas en


Coahuila, Veracruz y Chihuahua, pero fueron reprimidos con crueldad
por el ejercito porfirista, al igual que quienes participaron el la huelga de
río blanco. A principios de 1907. Lo mismo ocurrió con las incontables
rebeliones de campesinos mexicanos que siempre protestaron por el
despojo de sus tierras.

El hecho de que en febrero de 1908 Díaz haya declarado a un periodista


estadounidense que ya no deseaba continuar en el poder y que vería
con gusto la formación de partidos políticos de oposición, motivó a
Francisco I. Madero a publicar su libro "La sucesión presidencial de
1910" en el que invitaba al pueblo a formar partidos independientes.

Surgieron así varios partidos políticos de efímera duración, y el 1909 se


formo el antirreleccionista que contaba entre sus miembros a Francisco
I. Madero, Emilio Vázquez Gómez, Toribio Esquibel Obregón, José
Vasconselos, Roque Estrada, Luis Cabrera, Félix Palavicini y otros.
En 1910 en el antirreleccionista, aleado del nacional democrático, lanzo
como candidatos a la presidencia y Vicepresidencia respectivamente, a
Madero y Francisco Vásquez Gómez. En plena campaña electoral,
Madero fue detenido en Monterrey el 7 de junio y trasladado a San Luis
Potosí donde permaneció en prisión mientras se celebraban las
elecciones en las que la formula Díaz-Corral Triunfo de Nuevo, ahora
para el periodo 1910-16.

Luego de la gran celebración del centenario del inicio de la


Independencia Mexicana en al que, entre otras cosas, se inauguró la
Capital Mexicana la Columna de las Independencia, Madero se fugo
hasta San Antonio Texas, donde redacto el plan de San Luis (5-
oct.1910) en el que, esencialmente: declaraba nula la reelección de
Díaz, asumía provisionalmente la presidencia, llamaba al pueblo a
levantarse en armas a partir del 20 de noviembre de 1910, prometía a
los campesinos la restitución de sus tierras o la indemnización
correspondientes y proclamaba los principios de sufragio efectivo y no
reelección.

El plan de San Luis se difundió rápidamente y por todo el amito


nacional, aparecieron grupos armados que apoyaron el movimiento de
Madero. Caudillos como Adrián González, Pascual Orozco, entre otros.

Iniciándose así la primera etapa de la Revolución Mexicana y, tan solo 6


meses de lucha, lograron que se firmaran los convenios de Cuidad
Juárez (21 de mayo 1911) en los que se estipulaba:

1. La renuncia de Porfirio Díaz a la presidencia.


2. La renuncia de Madero al poder que le conferían el plan de San
Luis.
3. El gobierno Interno de Francisco León de la Barra.
4. La convocatoria a nuevas elecciones.
5. El licenciamiento de las fuerzas revolucionarias de Madero.

Luego de la renuncia de Díaz (25 de mayo de 1911), de la Barra inicio


su interinato en el Cual surgieron conflictos políticos que obedecían a
dos factores:

Por un lado la imposibilidad de conciliación entre revolucionario y


porfiristas en un mismo Gobierno, y por el otro, la profunda división que
la actitud inconsistente de Madero causara en el grupo revolucionario al
no cumplir promesas agrarias. En medio de estos conflictos se
celebraron elecciones en alas que la formula Francisco I. Madero y José
Ma. Pino Suárez como candidatos a la presidencia de la republica, y el
partido constitucional progresista, resulto triunfadora por una inmensa
mayoría.

Renuncia de Porfirio Díaz

A los C.C. secretarios de la H. Cámara de Diputados

Presente.

El pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosa, mente me ha


colmado de honores, que me proclama su Caudillo de intervención, que
me secundo patrióticamente todas las obras emprendidas para impulsar
la industria de la republica, ese pueblo, señores diputados, se ha
insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi
presencia en el ejercito del suprema poder ejecutivo, es causa de su
insurrección.

No conozco hecho alguno imputable a mi que me motivara ese


fenómeno social; pero permitiendo, sin conceder, que pueda ser
culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mi persona la menos
apropósito para raciocinar y decir sobre mi propia culpabilidad.

En tal concepto, respetando, como siempre he respetado la voluntad del


pueblo, y de conformidad con el Art. 82 de la Constitución Federal vengo
ante la suprema representación de la nación a dimitir sin reserva el
encargo de presidente constitucional de la Republica, con que me honró
el pueblo nacional; y lo hago con tanta mas razón cuando que para
retenerlo seria necesario seguir derramando sangre mexicana,
abatiendo el crédito de la nación, derrochando sus riquezas, segando
sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales.

Espero, señores diputado, que calmadas las pasiones que acompañaban


a toda revolución, un estudio mas concienzudo y comprobado haga
surgir en la conciencia nacional un juicio correcto que me permita morir,
llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la
estimulación que en toda mi vida he consagrado y consagrare a mis
patriotas. Con todo respeto.

México, Mayo 25 de 1911.

Porfirio Díaz

(Rúbrica)
24.- la huelga de cananea y Rio Blanco

Antecedentes

Al comenzar el siglo XX, la industria [[minería|minerLos propietarios de


las zonas mineras era inversionistas extranjeros beneficiados por las
políticas impulsadas por el régimen de Porfirio Díaz; por el contrario, los
obreros mexicanos que operaban las minas vivían en condiciones de
explotación y pobreza, con escasos derechos laborales.

Durante más de dos décadas, cualquier oposición al progreso y la paz


del porfiriato era reprimida severamente, no obstante, al iniciar el nuevo
siglo un grupo de opositores agrupados entorno al Club Liberal
"Ponciano Arriaga" impulsado por Camilo Arriaga en San Luis Potosí y al
periódico Regeneración impulsado por los hermanos Flores Magón en la
Ciudad de México, no descansarían hasta derrocar la dictadura de
Porfirio Díaz.

Ese grupo opositor,principalmente integrado por intelectuales y


periodistas , se había exiliado en los Estados Unidos a finales del año
1903 a causa de la persecución política y la supresión de la libertad de
prensa en México. En noviembre del año 1904 reapareció el periódico
Regeneración, primero en San Antonio, Texas, y luego se trasladó a San
Luis, Misuri. Agrupados por Junta Organizadora del Partido Liberal
Mexicano, los opositores a Díaz comenzaron a preparar la insurrección
armada, tras considerar que ya no era posible transformar el sistema
político mexicano por la vía legal como creían en el año 1901.

En ese contexto llegaron al mineral de Cananea Enrique Bermúdez, Jośe


López y Antonio de Pío Araujo, con el fin de reforzar la agitación en la
organización de los obreros, ya que no bastaría con mejorar las
condiciones laborales si persistía la dictadura. Con los obreros formaron
un seminario llamado "El Centenario" pero cuando los "revoltosos"
magonistas fueron detectados por los guardias de la mina y tuvieron
que escapar, estos ya habían establecido contacto con Esteban Baca
Calderón, Manuel M. Dieguez y Lázaro Gutiérrez de Lara que
conformaron la organización secreta "Club Liberal de Cananea" ligada al
PLM para preparar la revolución contra Porfirio Díaz.[1]

Rebelión minera

El 1° de junio de 1906, más de 2000 trabajadores de origen mexicano


en demanda de un salario equitativo al de sus compañeros mineros
norteamericanos que también laboraban en la CCCC "Cananea
Consolidated Copper Company" , jornadas de trabajo más justas,
presentaron las demandas. Entonces los mineros decidieron llamar a
Huelga, un acto nunca visto en la historia de México y que vendría a
marcar un hito en la época Porfiriana. Los huelguistas portaban como
símbolos la bandera de México y un estandarte con un billete de cinco
pesos, cantidad demandada como salario mínimo.

El movimiento estaría encabezado por los trabajadores Juan José Ríos,


Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón, quienes llamarían a sus
compañeros mineros al cese de actividades laborales justo al momento
de salir de las oficinas de negociación con la negativa de Greene.

Una vez iniciado el movimiento de huelga la masa de trabajadores se


dirigía a protestar cuando al pasar a un costado de la maderería de la
compañía se empezaron a oír las descargas de fusiles, los trabajadores
norteamericanos tomaron armas y atentaron en contra de los
huelguistas, en este acto murieron dos de los huelguistas y varios más
resultarían heridos. En respuesta a esta agresión los mineros mexicanos
atacaron con lo que disponían en el momento y a pedradas matarían a
varios mineros estadounidenses, lo que desataría por completo la batalla
entre mineros de las dos nacionalidades. Los trabajadores
estadounidenses persiguieron a los mexicanos a lo largo del pueblo
expulsándolos hacía la serranía de los alrededores, sin embargo en su
camino los mexicanos lograron quemar cinco depósitos de madera, un
depósito de semillas, otro de forrages y el edificio de la maderería donde
aquellos laboraban.

Tienda de raya custodiada por soldados norteamericanos durante la


Huelga de Cananea en 1906.

En protesta por estos actos, Greene acudió al cónsul estadounidense,


quien pidió apoyo al gobierno del vecino estado de Arizona, en
respuesta a su petición se envió un grupo de rangers para controlar la
situación, así el 2 de junio estos entrarían armados a territorio mexicano
para custodiar la tienda de raya y las instalaciones de la minera,
perseguir y asesinar con el apoyo de la policía rural porfirista, a todo
huelguista que opusiera resistencia. Los mineros acudieron al
gobernador de Sonora para exponer sus demandas, pero en el trayecto
fueron agredidos por los rangers y se extendió el combate en el
poblado; por la noche las tropas estadounidenses tuvieron que ser
reembarcadas a su país. El 3 de junio se declaró Ley marcial en
Cananea y el movimiento quedó casi controlado, los líderes mineros
como Baca Calderón y otros integrantes del Partido Liberal Mexicano
fueron aprehendidos y enviados a prisión política de San Juan de Ulúa,
el saldo que arrojaron las dos jornadas de lucha fue de 23 muertos y 22
heridos, más de 50 personas detenidas y cientos que huyeron por
temor.

El 6 de junio las actividades mineras regresarían a su normalidad, los


trabajadores fueron sometidos y la incompetencia del entonces
gobernador de Sonora Rafael Izábal se dejó ver, sin embargo el primer
destello de luz de la Revolución se había dado en un pequeño poblado al
norte del Estado de Sonora.

A la Huelga de Cananea la seguirían las insurrecciones que se


prepararon para iniciar una Revolución social en México el 18 de
septiembre de 1906, que fue descubierta y desactivada por la policía de
Porfirio Díaz y detectives estadounidenses. El plan subversivo de Partido
Liberal Mexicano, que incluía regresar a Cananea y unirse a los indios
yaquis fue postergado.

Pliego petitorio de la Huelga de Cananea

1. Queda el pueblo obrero declarado en manifestación


2. El pueblo obrero se obliga a trabajar bajo las condiciones
siguientes:
1. La destitución del empleo del mayordomo Luis (nivel 19)
2. El mínimo sueldo del obrero será de cinco pesos, con ocho
horas de trabajo.
3. En todos los trabajos de "Cananea Consolidated Copper
Company.", se emplearán el 75% de mexicanos y el 25% de
extranjeros, teniendo los primeros las mismas aptitudes que
los segundos.
4. Poner hombres al cuidado de las jaulas que tengan nobles
sentimientos para evitar toda clase de irritación.
5. Todo mexicano, en los trabajos de esta negociación, tendrá
derecho al ascenso, según se lo permitan sus aptitudes".

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