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Algunas consideraciones acerca de la denuncia del siniestro en el seguro

de responsabilidad civil

Por Mariano Sciaroni [i]

I.- La denuncia en las disposiciones generales.

Ciertamente, la ocurrencia del siniestro y su toma de conocimiento impone una doble carga:
denunciarlo al asegurador, así como reseñar los diversos daños sufridos por su ocurrencia.

La denuncia del siniestro, por ello, tiene por objeto informar al asegurador las diversas
circunstancias del siniestro y sus consecuencias, a los fines que el mismo pueda, entre otras
cosas controlar las circunstancias en que sucediera, establecer si se trata de un riesgo
amparado, comenzar con tareas de salvamento, tomar medidas conservatorias urgentes, etc.

Según el primer párrafo del art. 46, ubicado en la Sección XI del Capítulo I (“Disposiciones
Generales”) de la Ley de Seguros 17.418, existe un plazo de tres días - en principio corridos, y
según lo establecen los arts. 27 y 28 del Código Civil - para realizar esta denuncia.

Art. 46 Ley de Seguros: “El tomador, o derecho habiente en su caso comunicará al asegurador
el acaecimiento del siniestro dentro de los tres días de conocerlo”

La sanción frente al incumplimiento de esta carga surge expresa y claramente del art. 47 de la
Ley de Seguros: la caducidad del derecho a la indemnización.

Art. 47 Ley de Seguros: “El asegurado pierde el derecho a ser indemnizado, en el supuesto de
incumplimiento de la carga prevista en el párrafo 1 del artículo 46, salvo que acredite caso
fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin culpa o negligencia.”

Es decir, esquemáticamente, la normativa en su parte general prevé la realización de la


denuncia al asegurador dentro de los tres días de haberse producido el siniestro, siendo la
sanción del incumplimiento la caducidad de los derechos del asegurado a la indemnización.

II.- La denuncia respecto el seguro de Responsabilidad Civil.

Ahora bien, en el ámbito especifico del Seguro de Responsabilidad Civil (ubicado en el Capítulo
II – “Seguros de Daños Patrimoniales”) de la Ley de Seguros, encontramos el art. 115, el que
establece la obligación de denunciar el hecho amparado por la póliza de responsabilidad civil
en el término de tres días, tanto si es conocido por el asegurado como si debía conocerlo.

Art. 115 Ley de Seguros: “El asegurado debe denunciar el hecho del que nace su eventual
responsabilidad en el término de tres días de producido, si es conocido por él o debía
conocerlo; o desde la reclamación del tercero, si antes no lo conocía.”

Es de destacar, asimismo, que no existe dentro de la regulación específica del Seguro de


Responsabilidad Civil un artículo, como el 47, que regule en forma clara la sanción específica
por incumplimiento de la carga de denunciar.

Es decir, en un seguro de incendio (art. 85 y ss de la Ley de Seguros), por ejemplo, resulta


evidente que la falta de denuncia en tiempo oportuno (o directamente su omisión) permitirá al
asegurador dejar de indemnizar el siniestro cubierto, basándose en lo que expresamente surge
del art. 47.

Sin embargo, en el Seguro de Responsabilidad Civil, no queda enteramente claro que


consecuencias trae al asegurado, así como al tercero (que es quien intenta agredir al
patrimonio del asegurado, debiendo este ser mantenido indemne por el asegurador), la falta de
cumplimiento de dicha carga.
En atención a este tratamiento diferenciado que otorga la normativa a la denuncia siniestral en
su parte general y en lo que hace específicamente al seguro de Responsabilidad Civil (sin dejar
de anotar que el artículo 93 regula la denuncia siniestral para los seguros de la agricultura y el
103 el que corresponde al seguro de animales), surgen diversos interrogantes, resultando
interesante su análisis.

III.- La omisión de la carga de denunciar y el tercero reclamante.

En lo que hace a los derechos del tercero reclamante, según lo que surge de casi unánime
doctrina y jurisprudencia, la falta de denuncia (o denuncia tardía) al asegurador le sería
inoponible.

Ello es así ya que la denuncia tardía o faltante sería, en todos los casos, un hecho posterior al
siniestro, no pudiendo, según el art. 118 de la Ley de Seguros, ser opuestas defensas nacidas
después de ocurrido este, al tercero.

Art. 118 Ley de Seguros: “... el asegurador no podrá oponer las defensas nacidas después del
siniestro.”

Se deja aclarado, sin querer polemizar y en tanto no es el objeto de este trabajo, se


considerará que en los Seguros de Responsabilidad Civil, el “siniestro" se configura con la
ocurrencia del hecho dañoso, en tanto desde dicho momento nace para el asegurado el deber
de reparación.

Es decir, sumariamente, la denuncia tardía o faltante no tendría efectos respecto el tercero


reclamante.

IV.- La omisión de la carga de denunciar y el asegurado.

Ahora bien, la pregunta ahora a realizarse es que sucede respecto al asegurado que fue
remiso o tardío en efectuar la denuncia siniestral, especialmente teniendo en cuenta que, como
se señaló supra, el asegurador no puede eximirse del pago frente al tercero.

Es decir, el asegurador debe pagar siempre al tercero, pero ¿Puede repetir las sumas
abonadas contra su asegurado?

La respuesta parecería ser afirmativa, y existirían, en principio, dos posturas relacionadas con
el posible recupero de las sumas pagadas por el asegurador al tercero, siendo el sujeto pasivo
el asegurado incumplidor de la carga prevista en el art. 115.

a) La primera de ellas indica que el asegurador puede repetir frente al asegurado incumplidor
las sumas que abonara oportunamente al tercero reclamante, meramente invocando la falta de
cumplimiento por este último del mencionado artículo 115 de la Ley de Seguros.

La presente postura presupone aplicable el art. 47 de la normativa a los Seguros de


Responsabilidad Civil.

Ello en tanto, se indica que a falta de una norma especial sobre caducidad, se debe estar a las
Disposiciones Generales de la Ley de Seguros.

Fundamentándose en que la aplicabilidad de los artículos 46 y 47 de la Ley de Seguros no


resulta desplazada por el artículo 115, desde que las primeras son disposiciones de carácter
general, aplicables a toda clase de seguros salvo la existencia de un precepto especial
derogatorio, lo que no ocurriría respecto al invocado artículo 115, que se limitaría a establecer
las particularidades de la denuncia para el seguro de responsabilidad civil.

Pero se indica que nada explicita acerca del régimen general de caducidad establecido por el
mencionado artículo 47, que seguiría por tanto vigente.

Ciertamente el asegurado perdería el derecho a ser indemnizado (es decir, no se mantendría


indemne su patrimonio), ya que sería el mismo asegurador quien procedería a atacarlo, previo
desinteresar al tercero primigéniamente reclamante.

Desde otro punto de vista, la efectivización de la repetición frente a su asegurado moroso sería
la liberación del asegurador.

Finalmente, es dable indicar que la prueba de la culpa del asegurado estaría dada por la falta
de cumplimiento de la carga legal impuesta, debiendo el asegurador meramente acreditar tal
circunstancia. Obviamente, el asegurado podría eximirse de responsabilidad de llegar a probar
el caso fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin culpa que imposibilitó realizar la
denuncia en tiempo oportuno.
Esta primera postura, por supuesto y en tanto la carga probatoria sería mínima, haría poco
dificultosa la acción de recupero por parte del asegurador.

Lo antedicho surge, por ejemplo, de los autos resueltos por la Sala E de la Cámara Nacional
Comercial en fecha 29 de diciembre de 1988, caratulados “Antonio L. GIibaut S.A. C/ Amparo
Cía. Arg. de Seguros” (ED 137-597), así como del fallo de la Suprema Corte de la Pcia. de
Buenos Aires, de fecha 3 de julio de 1990, en autos “Seguros Bernardino Rivadavia
Cooperativa Limitada c/ La Primera de Ciudadela Sociedad Anónima” (en DJBA 1991-140, 24 -
AyS 1990-II-633). Asimismo, esta es la interpretación que recogen prestigiosos juristas del
derecho del seguro como Halperín – Morandi, (Seguros, Depalma, 1983, T. I, Pág 457) y
Barbato (Tratado de Derecho de Seguros, Zeus Editora, 1985, Pag 142 n° 224) .

b) La segunda postura implica la inaplicabilidad del art. 47 de la Ley 17.418 al ámbito de los
Seguros sobre la Responsabilidad Civil. Se señala que el legislador, al crear el art. 115 ha
querido desplazar en los seguros de esta clase a los artículos 46 y 47, no siendo por ello
específicamente aplicable este último. Ahora bien, teniendo en cuenta que el artículo 115 es
huérfano de sanción, se ha buscado la misma en la segunda parte del artículo 36 (que
reglamenta la “caducidad convencional”), a lo que debería sumarse una cláusula en la póliza
(la que establece la relación particular entre asegurador y asegurado), que señale la caducidad
de los derechos del asegurado por falta de denuncia en término. Art. 36 Ley de Seguros:
“Cuando por esta ley no se ha determinado el efecto del incumplimiento de una carga u
obligación impuesta al asegurado, las partes pueden convenir la caducidad de los derechos del
asegurado si el incumplimiento obedece a su culpa o negligencia, de acuerdo al siguiente
régimen... b) Si la carga u obligación debe ejecutarse después del siniestro, el asegurador se
libera por el incumplimiento si el mismo influyó en la extensión de la obligación asumida.” Por
cierto, la cláusula que señala la caducidad por falta de denuncia se presenta comúnmente en
las Condiciones Generales de diversas pólizas de Responsabilidad Civil. Teniendo en cuenta
la redacción del segundo párrafo de dicho artículo, el asegurador solamente se liberaría (y por
ello la acción de recupero sería viable) si la falta de denuncia hubiera influido en la extensión
de la obligación asumida.

Es decir que para que válidamente pueda existir acción de repetición contra el asegurado, el
asegurador debería acreditar, amén del incumplimiento de la denuncia siniestral, la existencia
de una cláusula de la póliza que convenga la caducidad en la especie, así como, y esto
resultaría lo más complicado, probar en forma acabada que la falta de cumplimiento de la carga
influyó en la extensión de la obligación a su cargo.

Vale reseñar que, en la generalidad de los casos, esta falta de denuncia no hace más onerosa
la obligación del asegurador (por ejemplo, en un caso típico de cobertura de R.C. automotores,
la falta de denuncia en término no implicaría per se que el asegurador esté en una situación
desventajosa al momento de contestar la citación en garantía, tampoco haría más grandes a
los daños reclamados, etc.)

Teniendo en cuenta ello, la acción de recupero contra el asegurado incumplidor se torna, en la


práctica y según lo que la experiencia indica, inviable.

Para citar unos ejemplos, la presente postura surge de los autos resueltos por la Sala A de la
Cámara Nacional Comercial en fecha 5 de marzo de 1998, caratulados “Cía. de Seguros Unión
Comerciantes S.A. C/ Talleres Ópticos de Negri S.A.”, así como de la Sala II de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal de Capital Federal, en autos “Ciccia,
Patricia Monica C/ Obra Social De Camiones y otros” de fecha 18 de junio de 1998.

V.- A modo de resúmen.

La denuncia del siniestro en los Seguros de Responsabilidad Civil, así como el incumplimiento
por esta carga de parte del obligado, posee un tratamiento diferenciado en nuestro
ordenamiento legal.

Existen dos posturas en relación a la sanción del asegurado por incumplir la carga del art. 115
de la Ley de Seguros, buscando la primera de ellas respuesta en el texto art. 47 y la segunda
en alguna cláusula de la póliza particular, habilitada a través de lo que indica el art. 36 2do
párrafo.

El tema ciertamente no es menor, en tanto la postura a adoptarse influye en la acción de


recupero ulterior del asegurador frente a su asegurado moroso, respecto la sumas abonadas al
tercero, especialmente en lo que hace a sus posibilidades de éxito.

En lo que hace a tendencias jurisprudenciales, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos


Aires parece haberse pronunciado por la aplicación del art. 47, mientras que la Cámara Civil y
Comercial Federal de la Capital Federal sostendría la posición contraria. A su vez, y teniendo
en cuenta fallos encontrados, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial no parece
tener un criterio único sobre el particular.

Con estas escasas líneas, realizadas a manera de glosa del texto legal, se espera haber
aportado a dilucidar, en tanto existen frecuentes confusiones, que consecuencias trae al
asegurado, así como al tercero, la falta de cumplimiento de la carga específicamente normada
en el artículo 115 de la Ley de Seguros.

[i] Mariano Pablo Sciaroni se recibió de abogado en la Universidad Católica Argentina en 1999,
y cursó durante los dos años siguientes la Maestría en Estrategia y Geopolítica, obteniendo el
grado de Magister, en la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino. Es abogado
asociado de Alchouron, Berisso, Brady Alet, Fernandez Pelayo & Balconi, desempeñándose
en el departamento de litigios y seguros.

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