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1.
Hay una Crisis en Educación en EEUU. Se trata de una crisis política. No se trata de
problemas de individuos aislados: “Juan no sabe escribir”. Es un problema político que
puede afectar a todos los países.
Frente a esta crisis todos opinan, los especialistas y la gente común. Eso quiere decir que
las viejas respuestas ya no funcionan. Se han hecho cuestionables. Se muestran como
prejuicios de otra época.
A partir del S. XVIII, con autores como Rousseau, aparece la idea de los niños (los griegos
los llamaban “los nuevos”) como objeto de la política: la educación de los niños se
transforma en objetivo político: La educación se convirtió en instrumento de la política y la
política se convirtió en una forma de educación.
La utopía siempre empieza con la educación. Esta idea fue tomada por los regímenes
revolucionarios y totalitarios: arrebatar a los niños a sus padres para adoctrinarlos en la
nueva ideología. Los que quieren imponer un modelo educativo distinto en política
pretenden imponer su ideología, dominar a los demás. La Educación puede funcionar como
herramienta de manipulación política. Así entendido, el educador impone un mundo nuevo
a los niños y los priva de apropiarse de su mundo. El niño siempre llega a un mundo viejo.
La Educación en América tenía el objetivo de abrir un mundo que permitiera, a los niños y
a sus padres, superar la pobreza y la opresión.
En EEUU el sistema educativo público avanzó en contra del sentido común. En EEUU se
pusieron en práctica todas las teorías pedagógicas modernas.
Estas dificultades tienen que ver, entonces, con la posición política de fondo: democracia,
igualdad de oportunidades, etc.
2.
La crisis está relacionada con tres supuestos:
1) Que los chicos son autónomos y ellos son los que deciden. Así un niño está
sometido a la crueldad de la mayoría de sus pares. Eso no lo aguanta ni un adulto.
Manda el grupo, manda la mayoría. El niño no puede refugiarse en el mundo adulto.
Se puede correr hacia el conformismo o hacia la delincuencia juvenil.
2) La pedagogía moderna fortaleció las cuestiones pedagógicas generales (docentes
generalistas) en detrimento del conocimiento específico de los contenidos de cada
disciplina.
3) Se privilegia el hacer o producir, por encima del conocimiento meramente
expositivo. Un cierto pragmatismo que privilegió la promoción de habilidades por
encima de la adquisición de conocimientos. Además, la actividad propia del niño es
el juego; se privilegió el juego por encima del trabajo.
Esta actitud infantiliza a los alumnos, promueve una actitud exclusivamente lúdica. La
autonomía infantil aleja al niño de una actitud adulta y de la responsabilidad del trabajo.
Autonomiza una etapa que debería ser pasajera y la extiende en el tiempo; la infancia se
prolonga.
La Crisis de la Educación en EEUU tiene que ver con el intento de corregir estos defectos o
estas desviaciones.
3.
Las consecuencias de esta crisis nos hacen tomar conciencia de que la Educación es una
actividad esencial para la sociedad, porque todo el tiempo están llegando al mundo jóvenes
generaciones. Otra idea que salió fortalecida de la crisis es la idea que el niño es un sujeto
en formación; su situación es transitoria, está en tránsito y es incompleta, se está formando
para.
La educación no es sólo un proceso por el cual el niño se adapta a la vida en un mundo
nuevo; eso lo hacen todos los animales. Además, el niño debe hacerse cargo de preservar el
mundo y los valores heredados. No sólo se trata de aprender a sobrevivir en el mundo y
dominar a la naturaleza, también hay que proteger a la naturaleza de los niños y de las
acciones de los futuros hombres.
La vida del niño se protege de los peligros del mundo refugiándose en la familia. En el
mundo, la vida no está protegida, lo que vale es el trabajo y no la vida en formación. El
crecimiento y la maduración necesitan intimidad y refugio. La alta exposición pública es un
peligro para la vida en formación.
No puede investirse el mundo infantil con la validez y la autonomía del mundo adulto
porque, entonces, ese mundo se torna hostil y peligroso para los niños. El mundo infantil no
puede ser autorregulado por ellos. Algunas teorías de Educación Moderna cometieron este
error: quisieron liberar al niño y le dieron una autonomía que les impide desarrollarse. Se
criticó a los antiguos por creer que los niños eran adultos pequeños y se expuso a los niños
a los peligros de una vida adulta para la que no estaban preparados.
Los adultos asumen responsabilidad de introducir a los jóvenes en un mundo que está
cambiando y que no es un mundo ideal. Pero, esta es la carga y la responsabilidad de los
adultos frente a los más chicos (hijos, alumnos).
La autoridad del adulto frente al niño proviene de que el adulto es un representante del
mundo que el niño no conoce. El adulto se hace cargo de presentar ese mundo y es
conciente de sus peligros. Su autoridad proviene de que se hace responsable de esos niños
ante los peligros del mundo. La calificación no da autoridad.
Si no hubiera autoridad no habría orden y cada uno debería defenderse por su cuenta. Pero,
ejercer la autoridad requiere ejercer la responsabilidad de presentar el mundo, introducir
progresivamente al niño en él, protegerlo de sus peligros y dar herramientas eficaces para
manejarse en él.
La crisis de autoridad en educación tiene que ver con la crítica al concepto de autoridad
política de los antiguos que creían que los hombres eran como niños y unos pocos elegidos
debían mandar porque ellos eran superiores. Este dominio despótico estaba fundado sobre
la idea errónea de que algunos hombres son superiores por naturaleza a otros. Sin embargo
se extrapoló esta situación a la educación de los niños, que son transitoriamente inferiores,
y se atacó la autoridad. Esta traspolación del mundo político a la Escuela provocó una crisis
en la educación.
Si los adultos no asumen su responsabilidad ante los niños en cuanto a darles herramientas
para manejarse en el mundo, ellos, los adultos, debilitan la autoridad.
Para conservar la esperanza es necesario conservar ciertos valores del pasado: la idea de
que la sociedad siempre puede ser mejor.
4.
El educador enfrenta un desafío: debe ser, en parte, conservador (de los valores y la
información del pasado) y, en parte, renovador y debe tener la vista puesta en el futuro y en
las posibilidades de los alumnos.
Para los antiguos romanos la edad de oro estaba en el pasado. Conservar los valores del
pasado era fundamental y los educadores no necesitaban justificar esta actitud. En la
actualidad tenemos otra actitud hacia el pasado. La idea moderna del Progreso postula que
es hacia el futuro hacia donde debemos dirigir la mirada para buscar lo mejor.
Frente a la crisis, no hay más remedio que buscar nuevas soluciones. El maestro debe
buscar un rescate creativo de la tradición y de la autoridad. Debemos distinguir el concepto
de autoridad en lo político del concepto de autoridad en lo educativo.
El docente debe transmitir contenidos. Pero, el docente debe tanto enseñar como educar.
* * *