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CRÓNICAS

CARNÍVORAS

LOS GOLPES
DE UGUETH URBINA
Un hombre generoso con sus amigos, taciturno y estudioso, unas veces.
Un sujeto agresivo e impredecible, dominado por un carácter endemoniado,
otras tantas. Urbina, uno de los peloteros más talentosos de su generación,
es el involuntario protagonista de uno de los escándalos judiciales más
sonoros de la historia deportiva del país. Un turbio episodio del cual sus
amigos más cercanos, incluso ahora, dudan que haya participado

Eduardo Febres

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El 17 de octubre de 2005 apareció por primera vez en los medios una piscina, le exigieron que se agachara y Urbina, que tenía un machete
noticia que instaló el nombre de Ugueth Urbina en las páginas de en la mano, le empezó a preguntar por una pistola (pistola que, al
sucesos, hasta el martes 27 de marzo de este año, cuando fue sen- parecer, faltaba ente varias pertenencias personales del pelotero,
tenciado a 14 años y 4 meses de prisión. revueltas por manos desconocidas, irrupción que se considera el de-
Un día antes había sido señalado como uno de los agresores de tonante de la ira de Urbina).
Winkler Gallegos, Ricardo Osal, Tony Rodríguez y Bernardo Navarro, El testigo cuenta que negó saber sobre la pistola y que sugirió que
quienes llegaron ese día al CICPC de Ocumare del Tuy con quemadu- formulara una denuncia, cuando Urbina pidió que buscaran gasolina.
ras, heridas, hematomas, perforación de tímpano, coagulación en los Dice que cuando se lanzaron a la piscina para apagar las llamas, los
oculares, contusiones, fracturas y cortadas de machete. obligaron a salir bajo amenaza de muerte, incendiándolos dos veces
Poco se ha dicho o escrito desde esa fecha sobre su carrera como más, y que fue el propio Urbina quien le pegó un machetazo. El que
pelotero en el béisbol estadounidense y local. Eso aunque, antes que tiene marcas de quemaduras en el 50% de su cuerpo cuenta que
cualquier otra cosa, a Ugueth Urbina se le conoce por ser uno de los cuando llegó Urbina con sus acompañantes, éstos les exigieron que
pitchers venezolanos que han llegado más lejos en las Grandes Ligas, salieran de la piscina. A continuación, Urbina se quedó solo con él y
en algún momento uno de los mejores cerradores en el mundo. le preguntó, con el machete en la mano: «¿qué prefieres, tu cabeza,
Desde la primera noticia sobre lo ocurrido el 16 de octubre, no faltó o la de tu hermano?» Después de prenderle fuego, le habría dicho
entre las notas de prensa y los reportajes (ni en la opinión personal «si te mueves, te quito la cabeza».
que emitió el Fiscal General de la República sobre el caso) la mención
de dos episodios que tuvo antes Urbina con la justicia, e incluso la SICARIATO DE LOMITA
consideración de éstos como precedente de las atrocidades que se El rol del cerrador consiste en sacar de combate a los tres últimos
cometieron la madrugada entre el 15 y el 16 de octubre en su finca, bateadores del equipo contrario, que casi siempre llegan debilitados
Criadero El Alto, en Ocumare del Tuy. después de ocho innings de juego. El cerrador, o salvador de juegos,
Pero todavía parece forzado emparentar la noqueada de la que lo lanza las pelotas con una velocidad endemoniada: puede decirse que
acusó Wilfredo Ledesma en 1999, por una pelea de bar en Montreal, agota en uno o dos innings lo que a un pitcher normal le toma seis o
o los disparos al aire que hizo en la avenida Francisco de Miranda en siete. Su responsabilidad es llevar a su equipo a la victoria en el últi-
2003 por los que lo detuvo la Policía de Chacao, con el holocausto mo tramo del juego, sea con ventajas altas o en situaciones altamen-
descrito en la versión de los lesionados el 16 de octubre de 2005. te comprometidas.
Varios de los entrevistados, periodistas incluidos, todavía deslizan un Ugueth Urbina redundaba el carácter de verdugo que de por sí tie-
«si es que lo hizo» cuando mencionan aquello que, según la decisión nen los cerradores. Salía a pitchar con la misma circunspección que
del Tribunal Segundo de Juicio de los Valles del Tuy, hizo Ugueth. mostraba durante el juego en la cueva; silente, observador, con la
En los testimonios de las cuatro víctimas acusadoras, presentadas gorra casi a la altura de las cejas. En la lomita, con una pelota de hilo
como pruebas por la fiscalía, uno de los lesionados relata que cerca en su mano, y su gorra más abajo aún, daba inicio a un espectáculo
de la una de la mañana llegaron dos sujetos a la habitación donde él que desataba en el público una bulla morbosa. Se revelaba un sujeto
estaba y lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente, lo llevaron a la agresivo e intimidador. La pelota hacía sobre el mascotín del receptor
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Su relación con los medios no fue la mejor


Foto Alex Delgado/Archivo El Nacional

un sonido perturbador que evidenciaba las hasta 98 millas por hora gremio Urbina no tuvo las mejores relaciones: muy rápidamente em-
con que llegaba la pelota a la goma, sin necesidad de un medidor. pezó a dar señales de que no le gustaba dar declaraciones a la pren-
Rara vez un ponchado por Ugueth se salvó de un gesto que redun- sa, especialmente a la prensa escrita, y aunque varias veces se le oyó
dara la humillación de irse a la cueva sin haber bateado. Como mí- decir «no hablo con periodistas venezolanos», su aversión iba más
nimo, Ugueth se agachaba y subía y bajaba el puño, y a veces decía allá. Stephanye Miles, del Montreal Gazette escribió, cuando Urbi-
unas palabras, sin mover mucho la boca, que pocos periodistas y na se fue a los Red Sox: «Sus respuestas fueron desde las miradas
fanáticos llegaron a escuchar («tas ponchao, mamagüevo», cree desdeñosas, pasando por los gruñidos, a voltear la vista sonriendo o
haber oído alguna vez Humberto Acosta). Pero sobre todo había un pasar caminando al lado mío, pretendiendo que yo no estaba allí, o
mensaje tácito desde el primer lanzamiento de Ugueth, que por lo en un buen día fijar sus ojos en los míos y decirme: buen intento».
general iba pegado del cuerpo del bateador: compórtate o te doy. Serrano considera que, aunque siempre han existido los peloteros
La amenaza varias veces se materializó, y más de una vez, los pelo- que no quieren ningún tipo de relación oficial con la prensa –algunos
tazos se tradujeron en trifulcas, o cuando menos en conato de ellas. peloteros les dicen «cuchilleros» a los diaristas–, Ugueth era particu-
Fueron muy frecuentes los pelotazos propinados intencionadamente larmente enfático y recurrente en eso de negarse, y aunque no los
a bateadores adversarios, una provocación que a menudo desembo- insultaba era muy «fuerte verbalmente» y sí insultaba el oficio.
ca en golpizas extendidas. Varias veces, trabajadores de los medios impresos optaban por guar-
Hubo una memorable, el episodio con que se estampó sobre U­gueth dar la libreta o el grabador y acercársele como un fanático o como
la etiqueta de pitcher violento. Fue en la temporada 1997-1998. un conocido. Con esa coartada, y en algunas entrevistas formales
Los Leones del Caracas enfrentaban a los Cardenales de Lara, que o ruedas de prensa, la actitud de Ugueth variaba abismalmente.
ganaban el quinto juego de la final, y el receptor de los Cardenales, Se revelaba un Urbina que algunos reconocen como un «excelente
Álex Delgado, recibió un pelotazo que se consideró intencional. Éste entrevistado».
descargó contra el receptor del Caracas, Winkelman González, mien- Una de esas ocasiones en las que Urbina desconcertó a la prensa
tras Robert Pérez estaba llegando a la lomita. Según recuerda Ignacio con un derroche de amabilidad fue en una subasta de Oswaldo
Serrano, Pérez sólo logró estamparle un golpe a Urbina, pues los Guillén, en la que Ugueth, uno de los invitados, no sólo concedió y
demás éste los logró esquivar, «trastabillando hacia atrás». se desenvolvió en una rueda de prensa sin hostilidad, sino que fue
él mismo quien la pidió.
«NO HABLO CON PERIODISTAS VENEZOLANOS» Pero horas más tarde, cuando Carlos Valmore Rodríguez (un perio-
Humberto Acosta considera que Ugueth canalizaba su actitud vio- dista que estaba en la rueda de prensa) coincidió con Urbina en el
lenta a través de su trabajo en el montículo; que puso, no sabe si aeropuerto, ambos esperando al pitcher dominicano Pedro Martí-
consciente o inconscientemente, la agresividad al servicio del juego. nez, el cerrador decretó que Martínez no iba a hablar con él, varias
Esta opinión la comparten –prudencia más, prudencia menos–, veces y con la «fuerza verbal» de la que habla Serrano. Y cuando en
varios periodistas deportivos que han cubierto béisbol. Con este un descuido de Urbina Rodríguez habló con Martínez, el periodista
CRÓNICAS
CARNÍVORAS

preguntó,
Urbina se quedó solo con él y le ieres, tu cabeza,
ac he te en la m an o: «¿ qu é pr ef
con el m
prenderle fuego,
o la de tu hermano?» Después de
quito la cabeza»
le habría dicho: «si te mueves te
cuenta que Ugueth se pasó un dedo por el cuello, mirándolo fijo, empujó». «Él siempre decía que tenía que llegar a Grandes Ligas,
«como diciéndome “te voy a matar”». por su papá», dice.
Quizá la relación que estableció Urbina con distintos periodistas En el perfil que Tony esboza de Ugueth no habla de ningún cam-
estuvo marcada por determinados episodios, y por el tacto de bio importante. Habla de un hombre siempre reservado, de pocas
aquellos a la hora de insistir. Acosta, Serrano y Carlos Daniel Avilán palabras, que prefiere observar y estudiar a las personas, y que en
reconocen que cuando Urbina accedía a dar las entrevistas, aunque las situaciones más difíciles (incluso ahora) evita a toda costa hablar
lacónico, era profesional, asertivo y daba muestras de agudeza e con sus amigos de sus problemas, y mucho más que lo vean llorar.
inteligencia. Mientras Cándido Pérez, otro experimentado reportero Un pelotero que en los entrenamientos primaverales prefería inter-
de la fuente, y Valmore Rodríguez, aseguran sin reservas que la narse a ver películas, y que siempre prefirió estar en una casa o un
resistencia de Urbina ante la prensa escrita era para ocultar un «vo- apartamento escuchando salsa vieja y tomando que salir a los loca-
cabulario muy limitado» y una «falta de formación educacional». les. Alguien a quien le gustaba estudiar, sobre todo matemáticas, y
De hecho, el último asegura que «Ugueth Urbina no es un tipo de que, a diferencia de Tony (que dice que no agarra un libro porque
sutilezas». «Ugueth Urbina es un tipo brutal», dice. «Siempre fue no le gusta, y que siempre le hizo chistes a Ugueth al respecto), le
un tipo brutal.» gusta leer y tiene toda la colección de Paulo Coelho. Una persona
más bien tranquila, que se sale de quicio ante la mentira.
LAS FACTURAS QUE PASÓ EL ÉXITO Sin embargo, refiere Ignacio Serrano que, según Oscar Prieto
Ocumare del Tuy tiene en común con el infierno el calor que hace, Párraga (Gerente General y antiguo dueño de los Leones del Ca-
y aquello que se dice sobre los pueblos pequeños: aunque muchos racas, quien prefirió no declarar a este cronista «para evitar malas

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tienen en buena estima a los Urbina, y se refieren a ellos como unos interpretaciones»), Ugueth Urbina era una persona completamente
«jodedores» simpáticos y buenos vecinos, hay quienes, sólo cono- distinta antes de la muerte de su padre.
ciéndolos de vista, y hasta de oídas, dicen a la ligera que esa es una
familia de malandros, e incluso que manejan uno de los cárteles de MÁS GOLPES
droga más grandes de los Valles del Tuy. En 1997 Urbina comenzó a viajar con su amigo Carlos Batista a
Estas infamias son quizá el precio que paga Ugueth por haberse Miami. En el 98, Tony se unió al campamento, y viajaron juntos los
mantenido apegado al lugar donde llegó a los once años, junto a años siguientes. Eso hasta el año 2000, cuando Carlos Batista se
sus padres y sus cinco hermanos, después de vivir en un aparta- mató saliendo del túnel de Los Ocumitos, regresando solo de una
mento de su abuela, en el sector El Mirador del 23 de Enero. fiesta.
Varios vecinos evocan el furor que despertaba todos los años la lle- Los años siguientes transcurrieron sin grandes percances y con
gada de Urbina a Ocumare después de la temporada, con la camio- glorias profesionales. Tony todavía conserva el «dije» que lleva en-
neta llena de regalos, y las emblemáticas caimaneras de béisbol que cima el anillo de Serie Mundial, un regalo de Ugueth. Vivió con él
Ugueth organizaba todos los 24 y 31 de diciembre en el estadio de la fiesta masiva en Miami, mientras en Ocumare, la noche que los
Parosca, con amigos de las Grandes Ligas y gente de Ocumare. Marlins le ganaron a los Yankees en Nueva York, el cielo estalló en
Cuando llegó al pueblo en 1985, José Antonio «Tony» Antón y fuegos artificiales, y la calle se llenó de música y cerveza, en una
Carlos Batista se hicieron sus amigos más cercanos, de entre una celebración que se reanudó cuando Ugueth llegó a Venezuela y se
patota que se extendía a todos los que jugaban después de clases armó la rumba más grande recordada por los vecinos, de las que
en el estadio de Parosca, mantenido por Ugueth desde que llegó a se hacían cuando llegaba Ugueth con la acostumbrada camioneta
las Grandes Ligas, y hoy derruido y con el monte crecido. Todos en llena de regalos.
ese grupo jugaban béisbol, aunque Ugueth siempre destacó, por su Pero esa euforia no duró ni un año. El miércoles 1 de septiembre
tamaño, y porque además de jugar en caimaneras ya se uniformaba de 2004, Maura Josefina Villarroel, la madre de Ugueth, fue se-
en pre-infantil, en el estadio de Corocito. cuestrada en la misma finca Criadero El Alto, donde un año, un
En ese tiempo, los tres amigos prometieron que si alguno de ellos mes y quince días más tarde, ocurrió el desborde de violencia por
era firmado por un equipo grande, se llevaría a los otros dos con él, el que hoy Ugueth Urbina está sentenciado. La señora Maura no
y el 2 de julio de 1990 el compromiso cayó sobre Ugueth, cuando fue rescatada hasta el 18 de febrero de 2005, y los vecinos cuentan
a los 16 años fue firmado por los Expos de Montreal. Pero antes que durante el secuestro Ugueth «se escondió» en el edificio de su
de cumplir con su palabra, en 1994 (un año antes de que llegara infancia, en Parosca, donde tiene un apartamento en planta baja.
a las Grandes Ligas), su padre, Juan Manuel Urbina, fue asesinado El 15 de octubre, el día anterior a la reyerta en la finca de Urbina,
durante un asalto en el que le quitaron una camioneta que Ugueth Tony recuerda haber visto a Ugueth particularmente contento. Esta-
le había regalado. ba de paso por tres días, pero al día siguiente de llegar lo acusaron,
El padre de Ugueth había sido su acompañante más cercano en su y se quedó.
carrera, y quien le había dado más estímulos para llegar a las ligas Esa es una de las cosas que comentan varios periodistas que relata-
mayores. Después de esa muerte Ugueth quiso renunciar a su ca- ron el caso: Ugueth Urbina no salió del país cuando tuvo chance de
rrera. Una vez disuadido, cree Tony que la memoria de su padre «lo hacerlo, pues la orden de detención se levantó casi un mes después
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De izquierda a derecha: José Antón, “Tony”, su mejor amigo // Su edificio de la infancia // Una de las quintas de los Urbina en Parque Tuy
(Fotos Garcilaso Pumar) // Con los Expos de Montreal (Foto Henry Delgado/Archivo El Nacional)

An tó n, he rm an a de To ny [.. .] piensa, como otros, que


Itamar
ad o co n es pe ci al én fa si s po r ser rico y famoso, pero
fue juzg
e lo m ás de te rm in an te pa ra el trato que recibió Ugueth
cree qu
nc ul ac ió n fa m ili ar de un o de los agredidos con
fue la vi
un funcionario del CICPC
de que la denuncia entrara en el CICPC. También le resulta curioso sentencia, descartó su argumento original (que primero fue negar
a varios entrevistados lo rápido que funcionó la justicia, y lo dura la presencia de Ugueth esa noche en la finca, y después negar su
que fue la sentencia. Eso, aunque incluso el fiscal Isaías Rodríguez participación en la reyerta), y se limitó a decir que consideraba la
sospechó que la posición de Ugueth lo iba a hacer escurridizo para pena excesiva.
la justicia venezolana, cuando dijo: «En el caso de Ugueth Urbina En lo que sí coinciden varios es en considerar probable que, como
ha habido antecedentes, que pueden ser indicios de que, efectiva- dice Itamar Antón, hermana de Tony, «se montaron fuerte» sobre
mente, en esta oportunidad los hechos fueron desproporcionados, Ugueth. Ella piensa, como otros, que fue juzgado con especial én-
y realmente no quisiera creer que un fiscal del Ministerio Público de fasis por ser rico y famoso, pero cree que lo más determinante para
mi gestión se comprometa con otros intereses distintos a los de la el trato que recibió Ugueth fue la vinculación familiar de uno de los
verdadera justicia». agredidos con un funcionario del CICPC.
Ninguno de los entrevistados niega de plano que Ugueth cometió Itamar, como ex funcionaria de la otrora PTJ que es, sabe que,
la madrugada del 16 de octubre de 2005 «un error», probable- «cuando a uno le tocan a un familiar tú no miras pa’ tras, tú tienes
mente el más grande de su vida. Incluso la defensa, cuando salió la todos los contactos arriba, y te dices “vamos a cortar cabezas”».

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