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Al igual que el origen, la adquisición del lenguaje es un tema que ha concentrado la atención de todas las

culturas. Filósofos, lingüistas y psicólogos, basados en distintas consideraciones y criterios, han formulado
teorías que pretenden explicar la ontogenia del lenguaje.
Las primeras teorías filosóficas sobre el lenguaje adoptaron una perspectiva NATURALISTA, es decir,
sostenían la existencia de una relación natural entre los objetos y sus nombres. Las palabras serían, en cierto
modo, imitaciones de las cosas (teoría sostenida por Pitágoras y por los estoicos).
Otras teorías, dominantes durante muchos siglos, tuvieron un marcado acento EMPIRISTA: el lenguaje
surgiría de las imitaciones que las personas llevaban a cabo de los sonidos del ambiente (las voces de los
animales, los sonidos provocados por las reacciones instintivas y emocionales, sonidos producidos
espontáneamente por las personas como reacción a los estímulos externos, etc.).
Una grave dificultad de estas últimas teorías es la suposición de que ha habido una evolución en el lenguaje
humano, desde el lenguaje icónico al dígito.1 Si fuera así, debería haber unos idiomas más evolucionados
que otros. En realidad, no existen idiomas más complejos o difíciles de aprender que otros : un niño tarda el
mismo tiempo en aprender cualquiera de los idiomas existentes si se encuentra inmerso en esa comunidad
lingüística.
Además, estas teorías tampoco son capaces de explicar la dimensión sintáctica del lenguaje, es decir, la
existencia de unas leyes que rigen el uso del lenguaje. Este es el problema más complejo a la hora de
abordar el tema del origen del lenguaje.
Por último, está la teoría sostenida por N. Chomsky y por el estructuralismo contemporáneo, teoría de
carácter RACIONALISTA. Para esta teoría, existen unos universales lingüísticos innatos y unas estructuras
básicas que aparecen de golpe. Chomsky afirma que “la adquisición de la lengua es en gran parte asunto de
maduración de una capacidad lingüística innata, maduración que es guiada por factores internos, por una
forma de lenguaje innata que se agudiza, diferencia y alcanza una realización específica a través de la
experiencia.”

Sinteticemos en tres los argumentos de esta teoría:


1. El niño aprende su lengua nativa con extraordinaria facilidad y rapidez, y emite y comprende, de manera
ilimitada, mensajes que nunca antes había escuchado.
2. Existe en el niño, por lo tanto, una “gramática interiorizada”, una estructura profunda que lo habilita para
hacer un uso creativo del lenguaje.
3. Esto explica la existencia de unos universales lingüísticos 2, comunes a todas las lenguas.
Esta teoría ha sido ampliamente discutida. Las críticas filosóficas, psicolingüísticas y estrictamente
lingüísticas se han producido en estrecha relación, tanto que en ocasiones es difícil distinguir unas de otras.
¿Con qué puede compararse el aprendizaje del lenguaje para considerarlo fácil y rápido? ¿Es la experiencia
lingüística del niño tan pobre y escasa como Chomsky pretende? ¿Realmente la adquisición del lenguaje
constituye un modo específico de aprendizaje distinguible de los demás y con requisitos propios? ¿Existen
los universales lingüísticos? Pero el asunto capital lo concentra el siguiente interrogante: ¿Se puede
confirmar empíricamente el modelo chomskiano de adquisición del lenguaje?
En “los procesos de la Comunicación y del lenguaje”, Niño Rojas (1998 :19 - 22) agrupa en tres las más
importantes teorías sobre la adquisición del lenguaje: teorías AMBIENTALISTAS, NATIVISTAS Y
COGNITIVISTAS.

1. TEORÍAS AMBIENTALISTAS:
Estas teorías consideran decisivos los factores externos provenientes del entorno y del medio social. Se
distinguen dos posiciones: la de los lingüistas (Saussure y el estructuralismo) y la de los psicólogos
(Skinner).
1
Recordemos que un sistema de comunicación es icónico si la relación entre el mensaje y la señal es simple y directa.
Cada signo representa uno solo y siempre el mismo mensaje: el grito de dolor, el llanto, etc. pertenecen al lenguaje
icónico. Este lenguaje es común a hombres y a animales y en ambos casos tiene raíces instintivas y transmisión
biológica. El lenguaje propiamente humano es dígito. Un sistema de comunicación es dígito si los mensajes se
construyen a partir de elementos diversos entre sí, las relaciones entre signos y mensajes son arbitrarias,
convencionales. En el ser humano, además de un lenguaje dígito hay también un lenguaje icónico.
2
En su obra The problem of Universals in Language, Charles Hockett suministra una variada lista. Menciona, por
ejemplo, como en todas las lenguas existen los nombres propios, un elemento para denotar al sujeto que habla y otro
que denota al sujeto al cual se habla, elementos cuya denotación depende del contexto extralingüístico (ahora, aquí), etc.
1
Tengamos en cuenta que Saussure consideraba la lengua como la parte social del lenguaje y que, por lo
tanto, el niño la iba asimilando poco a poco, como una apropiación de algo procedente del exterior.
Skinner, el más notable de los psicólogos conductistas, trató de explicar la adquisición del lenguaje como
un mecanismo basado en contingencias de refuerzo que operan sobre el sujeto para propiciar respuestas
positivas. Obviamente cabe señalar contra el conductismo que la adquisición del lenguaje no es sólo
producto de un mecanismo de estímulo - respuesta.

2. TEORÍAS NATIVISTAS:
O teorías innatistas. Estas teorías dan primacía a los factores internos al sujeto, mentales o biológicos.
Suponen estas teorías que los niños nacen con una capacidad innata de desarrollar el lenguaje (en éstas se
inscribiría la teoría racionalista de Chomsky, mencionada anteriormente).

3. TEORÍAS COGNITIVISTAS:
Tanto las teorías ambientalistas como las nativistas le dan una especial primacía al desarrollo lingüístico
frente al cognitivo, al lenguaje frente al pensamiento.
Por el contrario, las teorías cognitivistas le otorgan la primacía al desarrollo de lo cognitivo, subordinan el
lenguaje al pensamiento. La explicación cognitivista de mayor trascendencia corresponde a la posición de
Jean Piaget. Pero también son importantes las teorías de Lev Vygotsky y Jerome Bruner.
Para Piaget, la función simbólica o semiótica 3 está en los orígenes del lenguaje en el niño y se desarrolla
previamente al fenómeno lingüístico. Los juegos simbólicos, la imagen gráfica y la imitación diferida son
ejemplos donde lo lingüístico pasa a ser parte de una capacidad más amplia, la función simbólica. Según
este autor, la inteligencia es anterior al lenguaje, el cual, una vez adquirido, va a servir a lo cognitivo.
Otra tesis típica de Piaget, vinculada con la evolución del lenguaje infantil, es la distinción entre un lenguaje
egocéntrico y un lenguaje socializado.
El lenguaje egocéntrico, que cubre el 75% de la producción hasta los tres años, va disminuyendo y tiende a un
descenso total después de los siente años, para dar paso al lenguaje socializado.
La actitud egocéntrica supone que el niño hasta el período preoperacional (2 a 7 años) es poco sensible a la
función comunicativa del lenguaje, que prescinde de su interlocutor y que más bien habla para sí mismo.
Piaget ha señalado tres tipos de utilizaciones egocéntricas: las repeticiones ecolálicas, los monólogos y
los monólogos colectivos.
Esta tesis, que Piaget expuso en una de sus primeras obras (El lenguaje y el pensamiento en el niño, 1923),
recibió pocos años después una importante crítica por parte de Vygotsky. La posición de Vygotsky es que
no tiene sentido distinguir entre un lenguaje egocéntrico y un lenguaje socializado posterior, porque tanto
en el niño como en el adulto la función primaria del lenguaje es la comunicación, el contacto social, y en
este sentido, las formas más primitivas del lenguaje infantil son también sociales. El discurso egocéntrico
aparece cuando el niño transfiere las formas propias del comportamiento social al ámbito de sus funciones
psíquicas internas. Así pues, la línea de desarrollo no sería desde el lenguaje individual al social, sino
desde el lenguaje social al lenguaje individual.
Vygotsky, además, dio un mayor margen de independencia a la relación lenguaje y pensamiento, ya que,
según él, ambos proceden de raíces genéticas diferentes. De esta manera, el lenguaje verbal humano
sería el resultado de dos raíces distintas, una natural y otra sociocultural. Vygotsky demostró que el niño
en su primera infancia construye en su interacción con el medio físico esquemas representativos, y en su
interacción con el medio social, esquemas comunicativos. El lenguaje propiamente dicho resulta de la
fusión de estas dos líneas de desarrollo, y en el proceso de interiorización, el lenguaje toma el control de
las facultades mentales del hombre para convertirse en pensamiento. 4
Jerome Bruner, a su vez, considera indisoluble el desarrollo de lo lingüístico y de lo cognitivo. No le otorga
importancia a cuál fue primero, puesto que prefiere considerarlos como dos procesos simultáneos,
coincidentes.
Para Bruner, es imposible hablar de un desarrollo cognitivo disociado del desarrollo del lenguaje, así como
tampoco es posible disociar el lenguaje de la influencia que sobre él ejerce el medio.

3
Dice Piaget (1974 :114) : “Existe una función simbólica más amplia que el lenguaje y que incluye, además de los signos
verbales, los símbolos en sentido estricto”.
4
Para mayor información sobre este tema, ver VYGOTSKY, L. S. Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires : La pléyade,
1977.
2
Sin lugar a dudas, podemos concluir que la adquisición del lenguaje involucra diversos factores. Las
destrezas de imitación, un mecanismo general de aprendizaje y los aspectos cognitivos desempeñan un
papel determinante en el curso de esta adquisición. Estudios de psicolingüística y de psicología evolutiva
realizados en las dos últimas décadas demuestran que la adquisición del lenguaje no sólo requiere bases
cognitivas sino sobre todo situaciones comunicativas. Naturalmente, quedan abiertos muchos
interrogantes sobre un tema que aún continúa siendo objeto de investigación.

VYGOSTKI:
Vygostki sigue la teoría sociocultural, según la cual sostiene que la actividad comunicativa se encuentra en la
génesis de la representación y viceversa.
En esta concepción se sostiene que, desde el comienzo de su existencia, los bebés se implican en rutinas
sociales con sus cuidadores, de modo que su actividad no se da en el vacío, sino que se produce en un
contexto que está socialmente organizado por la cultura y las personas del entorno. Este planteamiento
implica que existe un desarrollo comunicativo previo a la aparición del lenguaje, desarrollo que es específico y
que no depende del cognitivo.
Para la tesis no se limita a negar la primacía de lo cognitivo sobre lo lingüístico, sino que afirma la solidaridad
de ambos desarrollos. Desarrollo cognitivo depende del lingüístico y viceversa.
El concepto de andamiaje se relaciona con el concepto de Vygostki de zona de desarrollo próximo.

CHOMSKY:
La perspectiva de Chomsky sobre el lenguaje humano y su proceso de adquisición. En concreto, este autor
proclama que el lenguaje es un “órgano mental” con una determinación cuasi-biológica y que, por tanto, su
aparición responde a la maduración de especificaciones innatas que constituyen la esencia de la especie
humana. Para Chomsky, la cognición no tiene ningún papel en la aparición del lenguaje, controlada, según su
punto de vista, por mecanismos específicos de naturaleza innata.

BRUNER:
Bruner pensaba que la intencionalidad era muy anterior. En concreto, este autor afirma que, desde el
nacimiento, el bebé es capaz de realizar las distintas conductas que subyacen a un acto intencionalmente
comunicativo, pero que es incapaz de secuenciarlas adecuadamente en relación a un objetivo.
Bruner no se arriesga a caracterizar la intencionalidad como innata, pero sí apuesta porque, en definitiva, lo
decisivo en el establecimiento de la intención comunicativa es el hecho de que los adultos tratan las
conductas infantiles como si ya fueran intencionales, de modo que, en poco tiempo, el bebé comienza a
usarlas de acuerdo con su uso en el contexto humano, social y cultural en que se desarrolla.
Hacia los 6 meses, el foco de atención de la díada adulto-niño se diversifica enormemente y, además de la
propia díada, el mundo exterior cobra un gran interés y se incorpora a la relación con los demás en
interacciones yo-tú-objeto del tipo intersubjetividad secundaria: el bebé es capaz de seguir la mirada de la
madre y utilizar la mirada como un índice deíctico para mostrar que comparte un tema. Bruner estudia este
período y utiliza el término de formato para describir las características de este tipo de interacción social.
Inicialmente, Bruner aborda el estudio de estos formatos para comprender su papel en el proceso de
adquisición del lenguaje y, en definitiva, en el proceso de las habilidades comunicativas. Se interesa en estos
formatos porque están en consonancia con los usos del lenguaje en el discurso.
Bruner propone que, a través de los formatos, el bebé construye además una interpretación de la comunidad
cultural a la que pertenece, compartida con las personas adultas, gracias al establecimiento de un “fondo de
conocimiento” común que le habilita para adaptarse y comportarse socialmente.
Bruner se interesa por ambas capacidades (comunicación y representación), considera que la aparición del
lenguaje representa un hito en el desarrollo de ambas.

COMPARACIONES DE LAS TEORÍAS:


La posición de Chomsky tuvo un importante fracaso empírico, por lo que se volvió muchos años atrás hacia
otras posiciones como es la teoría operativa de Piaget.
Chomsky se diferencia de Piaget en que no comparte la idea de la primacía de lo cognitivo sobre el desarrollo
de la comunicación y el lenguaje, la cual Piaget defiende.
Bruner no está de acuerdo con la posición constructivista de Piaget. No está de acuerdo porque Bruner
pensaba que la intencionalidad era muy anterior a la adquisición del lenguaje.
Bruner era un seguidor de gran parte de las ideas e intuiciones de Vygostki.
3
Hay una relación con el concepto de andamiaje de Vygostki y el concepto de formato de Bruner.

ENFOQUE CONDUCTISTA: SKINNER.


Skinner adopta una posición empirista, es decir, considera que el desarrollo del lenguaje depende
exclusivamente de los estímulos externos. El lenguaje son respuestas que el niño aprende por
condicionamientos aparentes, respuestas que son verbales e intraverbales, de manera secundaria.
Estas respuestas intraverbales permitieron a Osgood elaborar una "Teoría mediacional del significado", es
decir, una teoría que sí admitía que en el desarrollo del lenguaje no sólo hay respuestas externas sino que
hay una mediación de estímulos internos.
Skinner clasifica a las repuestas verbales de un modo original y que no tuvo mucha relevancia. Skinner
distingue cuatro tipos de respuesta: los mandos, los tactos, las respuestas ecoicas y las respuestas
autocríticas. Todo esto lo plantea en su libro "Conducta verbal" publicado en 1957.
El conductismo por aquella época estaba en auge y se le planteó que explicase el comportamiento verbal.
Pero Skinner estaba lejos de poder explicar el lenguaje debido a los mediocres instrumentos del conductismo,
fue en este momento cuando comienza el declive de Skinner.

ENFOQUE INNATISTA: CHOMSKY.


Chomsky toma una posición mentalista. La teoría de Chomsky es una teoría formal del lenguaje según la cual
el lenguaje se genera a partir de unas estructuras innatas; por eso su teoría se conoce como "Gramática
generativa".

Chomsky establece dos grandes principios. El principio de autonomía según el cual el lenguaje es
independiente de otras funciones y los procesos del desarrollo del lenguaje también son independientes de
otros procesos de desarrollo. El segundo principio es el principio de innatismo según el cual el lenguaje es un
conjunto de elementos y reglas formales; es decir, es una gramática que no puede aprenderse
asociativamente en virtud de la asociación de estímulo con respuesta, por lo tanto, es innato. Chomsky toma
al conductismo como si fuese toda la Psicología por lo que si no se puede explicar debe ser porque es innato.
Este innatismo del lenguaje se concreta diciendo que todos nacen con un constructo interno, un esquema
innato específicamente humano y genéticamente hereditario que es lo que él llama LAD (Dispositivo de
Adquisición del Lenguaje). Este mecanismo tiene como contenido a un conjunto de principios gramaticales
universales que son la Gramática Universal. Cuando uno nace, con este dispositivo, empieza a recibir unos
estímulos lingüísticos o datos lingüísticos primarios. Una vez que estos datos son procesados en el LAD hay
un output o resultado que es la Gramática de la lengua en cuestión.

Desde Saussure, el fundador de la lingüística moderna, se llama lengua al código y habla al mensaje. El
código es el saber lingüístico, acumulado en la mente del hablante. Y el mensaje es la realización concreta y
real del código limitada a un momento y circunstancia específicos, donde se vuelca parte de su saber o
código. Cada uno de estos aspectos son de índole distinta y están también en un plano diferente pero ambos
se necesitan para existir: no puede haber habla (mensaje) sin el sistema subyacente de la lengua y ésta
solamente se puede manifestar a través del acto concreto del habla.”
Lengua(el sistema): O lo que podemos hacer con nuestro lenguaje.
Habla(el uso del sistema): O lo que de hecho hacemos al hablar.
La definición de signo lingüístico de Sausure incluye solo dos componentes y no es más compleja que la
empleada en la nomenclatura que él mismo criticara debido a su simplismo. En efecto, admite la división del
signo en dos partes, ya que considera que la división propuesta por la nomenclatura era atractiva, sin
embargo, enfatizaba que debía evitarse sobresimplificar los procesos involucrados en el lenguaje.
Saussure, en su definición de signo, reemplazará el vocablo nombre, utilizada en la conceptualización de
nomenclatura, por imagen acústica esto es, la imagen mental de un nombre, que le permite al hablante
decirlo, y luego reemplazará a la cosa por el concepto. Es otras palabras, en su definición, une dos entidades
que pertenecen al lenguaje eliminando el plano de la realidad de los objetos, esto es, los referentes sobre los
cuales se emplea el lenguaje. Porque si tanto el significado como el significante son entidades mentales, es
evidente que su marco teórico propone una ruptura entre el plano lingüístico y el plano del mundo externo a la
mente.
Finalmente, esta definición de signo lingüístico se completará cuando le da el nombre de significante a la
imagen acústica y significado al concepto mental con el que se corresponde dicha imagen acústica.

4
Cabe preguntarnos por qué Saussure eligió términos tan parecidos corriendo riesgo de confusiones
conceptuales, aparentemente, consideró que la mínima diferencia formal entre ambos términos destacaría su
contraste.
Inmutabilidad del signo
Al analizar el signo en relación a sus usuarios, Saussure observa una paradoja: la lengua es libre de
establecer un vínculo entre cualquier sonido o secuencia de sonidos con cualquier idea, pero una vez
establecido este vínculo, ni el hablante individual ni toda la comunidad lingüística es libre para deshacerlo.
Tampoco es posible sustituir un signo por otro.
La lengua castellana podría haber elegido cualquier otra secuencia de sonidos para el significado que se
corresponde con la secuencia C-L-I-M-A, pero una vez que dicho vínculo se ha consolidado, la combinación
ha de perdurar. No es posible legislar sobre el uso de la lengua.
Mutabilidad del signo
Sin embargo, con el tiempo, la lengua y sus signos, cambian. Aparecen así, lentamente, modificaciones en los
vínculos entre significantes y significados. Los significados antiguos se especifican, se agregan nuevos o se
clasifican de modo diferente. Por ejemplo la palabra "ratón" adquiere un significado distinto en relación a las
computadoras, en este caso, dos vínculos entre significado y significante coexisten simultáneamente.
En consecuencia, Saussure afirma que una lengua puede ser estudiada tanto en un momento particular como
a través de su evolución en el tiempo. En este sentido, diferenciará dos modalidades respecto al uso del
lenguaje:
Sincrónica: (syncronos, al mismo tiempo) Examina las relaciones entre los elementos coexistentes de la
lengua con independencia de cualquier factor temporal. Permite describir el estado del sistema lingüístico,
siendo esta descripción abarcativa de la totalidad de los elementos interactuantes en la lengua.

Diacrónica: (diacronos, a través del tiempo) Se enfoca en el proceso evolutivo y se centra en aquellos
fragmentos que se corresponden con ciertos momentos históricos. Con la aparición de la teoría de la
comunicación y la influencia directa de esta teoría sobre las investigaciones lingüísticas, el signo lingüístico
toma una nueva dimensión: se convierte en señal, en constituyente del código de señales que es la lengua,
considerada como un sistema de comunicación.
Los signos de este código lingüístico son los fonemas – señales en número restringido de naturaleza vocal,
cuyas combinaciones (las reglas de combinación) permiten la transmisión de una información máxima y en
último término de toda la experiencia humana –. La teoría de la comunicación y sus métodos de investigación
han sido el punto de partida de nuevas investigaciones en lingüística; comparan las máquinas de
comunicación inventadas por las técnicas modernas y los sistemas de comunicación de los seres vivos,
especialmente el sistema lingüístico; los estudios muestran que estos dos tipos de sistemas funcionan de
idéntica forma; los cálculos de frecuencia y de probabilidad se extienden a los signos lingüísticos y se mide la
cantidad de información que transportan: los métodos estadísticos y matemáticos se hacen usuales en
lingüística”.
10.2 LAS RELACIONES DENTRO DEL SISTEMA: SINTAGMÁTICAS Y PARADIGMÁTICAS Según F. de
Saussure, en el sistema que es la lengua, sólo hay diferencias. Un sistema lingüístico es una serie de
»diferencias de sonidos« combinada con una serie de »diferencias de ideas«. En esta perspectiva, todo el
mecanismo de la lengua se basa en dos tipos de relaciones:
• relaciones sintagmáticas, o relaciones entre sí de los elementos del enunciado realizado, hablado o escrito.
Estos elementos o agrupaciones de elementos, de la cadena hablada o escrita, cuyo valor depende de sus
relaciones con los demás elementos del sistema, reciben el nombre de sintagmas.
• relaciones asociativas o relaciones de los elementos del enunciado con otros elementos, ausentes del
enunciado, suscitando cada elemento lingüístico en el hablante o en el oyente la imagen de otros elementos.
Ejemplo: En la proposición “Todos los hombres deben triunfar” que es producto de una relación sintagmática
el hablante seleccionó esa palabras y no otras porque esa es la idea que quiso transmitir y cada palabra se
relaciona con la que le sucede ya sea concordando en número o género. La relación asociativa, si se da en
ausencia, significa hay otras posibilidades de estructurar un mensaje similar; así: en lugar de “todos” pudo
haber elegido “todas, algunas, ninguna, ninguno, varios, pocos,” etc; de igual forma con el artículo; en lugar de
“hombres” pudo haber elegido “mortales, mujeres, niños, ancianos, animales,” etc. y así sucesivamente.
La palabra enseñanza evoca asociaciones con enseñar, enseñante, y con términos de significación vecina
como educación, aprendizaje. Posteriormente, la lingüística sustituyó el término saussureano asociativo por el
de paradigmático, recibiendo el nombre de paradigma la serie de términos así puestos en relación.

5
Por otra parte, ya sea sobre el eje sintagmático (eje de la cadena hablada o escrita) o sobre el eje
paradigmático (eje de las relaciones in absentia), las relaciones pueden ser de dos tipos:
a) La idea básica de F. de Saussure es que entre dos signos lingüísticos existe oposición. Todo signo
lingüístico se opone a otro, y en virtud de esta oposición recibe su valor y su función. En un sistema de este
tipo, lo que constituye el signo es lo que lo
distingue. Para delimitar el signo, la entidad lingüística, hay que delimitarlo por oposición a lo que le rodea. Un
signo sólo se define como tal dentro de un conjunto de otros signos. Toma su valor, su rendimiento, de las
oposiciones que contrae con ellos. Un signo se define, por tanto, por sus relaciones con los signos que lo
rodean.
b) Cuando no hay oposición, hay identidad. Se excluye un tercer término. Esta concepción saussureana del
signo lingüístico se ha visto sensiblemente reforzada por la teoría moderna de la comunicación, que partiendo
de estudios sobre la economía de los sistemas de comunicación, ha destacado la idea de la importancia del
carácter binario, alternativo, de los signos de un sistema de comunicación. La teoría saussureana del signo,
opuesto o semejante a otros signos, ha permitido el desarrollo de una lingüística que apoya sus
investigaciones sobre las de los teóricos e ingenieros de la comunicación.

Lengua oral y lengua escrita

PALABRAS CLAVE
lengua oral y lengua escrita, deixis, inferencia, formalización, rasgos dialectales
Diferencias entre lengua oral y lengua escrita
Según el medio o canal utilizado en la comunicación tenemos dos variedades funcionales de la lengua muy
definidas el uso oral y el uso escrito.
La variedad oral es la fundamental como vehículo de comunicación en las lenguas naturales, la escritura
sería el sistema sustitutivo de esta lengua oral.
Frente a la perdurabilidad de la lengua escrita, el mensaje trasmitido oralmente es fugaz, si el primero se
suele planificar, el mensaje escrito es más ágil y más lineal en su producción.
Como en la lengua oral el emisor y el receptor comparten el contexto, hay una interacción entre los dos que
hace posible el recurso, muy frecuente, a la deixis y a la inferencia, el mensaje escrito necesita explicitar
verbalmente las circunstancias.
Y por último se diferencian por su grado de formalización, más elevado en la lengua escrita, de la que suelen
estar ausentes los rasgos dialectales que aparecen en la lengua oral, así como la mayor coherencia,
corrección y cohesión del mensaje escrito frente al oral.
Los métodos tradicionales para la lectura y la escritura:

1.- Analítico: aquellos que parten de la palabra para llegar por descomposición o segmentación, hasta las unidades
menores llamados fonemas ( globales analíticos y globales puros).

2.- Sintéticos: los que parten de unidades menores o fonemas, letras, sílabas y palabras, para llegar a la frase
( alfabético, fónico, silábico)

Estos métodos evolucionan por la necesidad de responder a las exigencias internas de la acción
educativa (Braslavsky, 1989, p 157); sus desventajas daban origen a la modificación o creación de un método
nuevo que pudiera cubrir las necesidades o deficiencias del anterior.

En la presente investigación no se pretende estar en favor o en contra de ellos, sino presentar una
postura donde sea el sujeto –aprendíz- el centro, el actor principal. Y como ser humano, ser pensante y
racional, es a la luz de su propia reflexión que se tratará de ver ese proceso de lectura y escritura.

b) La metalingüística: como modelo que se fundamenta en la adopción de una actitud reflexiva ante el
lenguaje y su empleo, y que es definida como la manipulación de las habilidades cognoscitivas y linguísticas
que favorecen el desarrollo y uso del subcódigo escrito (Fraca, 1994).

c) La conciencia fonológica: definida como la habilidad que implica la reflexión sobre los elementos

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fonológicos de la lengua oral, y que a su vez, está relacionada con la adquisición temprana de la lectura y la
escritura (Angela Signorini, 1998). Cabe destacar que Fracca y Pérez (1995), también consideran que los
niños no sólo utilizan estos elementos en el desarrollo de su lengua oral, sino en el posterior aprendizaje de la
lengua escrita.

d) La conciencia ortográfica: conocimiento reflexivo que permite la manipulación de los elementos de la


escritura. Planas (1994), la define como el conocimiento que los niños poseen acerca de la normas que
determinan la forma en que las palabras están bien escritas.

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