Вы находитесь на странице: 1из 4

¿Por qué pescas?

No diré mentiras que


luego pasa lo que pasa

Esta es la pregunta que me hacen amigos y extraños cuando les


comento que suelto todo lo que pesco.

Texto y Fotos: Javier de Cabo

Esta es la cuestión que se plantean todas aquellas personas que saben de


mi devoción por la pesca y que, con la confianza que da una buena
relación de amistad, te formulan abiertamente. ¿Para qué vas a pescar si
no te comes lo que pescas?
Ciertamente, esta cuestión que
me platean muchas personas,
como pescador de río que soy,
siempre tiene una respuesta
clara por mi parte sin la más
mínima vacilación. Ahora bien,
cuando se ha tratado de un pez
de mar… sí, ha existido algún
atisbo de duda por mi parte,
aunque también es verdad que
se disipó casi inmediatamente.
Navegando con algunos amigos
el pasado fin de semana por la
Nuestro patrón y marinero “Chicolero”
costa mallorquina, a bordo del
velero “Por Tutatis”, de mi buen
amigo “Chicolero”, se me planteo la pregunta: ¿sería capaz de soltar un
gran atún? Como no podía ser menos, ya que navegar no sé, aunque
ciertamente me guste, nada más salir a mar abierto colocaba las moscas
animado por los colegas de navegación, que saben que de pesca sí
entiendo, y tienen una fe ciega en mi buen hacer, a pesar de que,
ciertamente, la pesca en el mar no sea mi fuerte. Yo, por mi parte, con una
devoción absoluta por las moscas que mi buen amigo Paco Redondo me
había confeccionado para la ocasión, colocaba la
que más me atraía en función de su vistosidad y
tamaño teniendo en cuenta únicamente la
velocidad del barco, ya que pescábamos al
curricán, con el inconveniente de que, al
tratarse de un barco de vela, dicha velocidad
variaba dependiendo del viento. La cuestión es
si un gran pez, que nos rompió el aparejo
desmontando la mosca por completo,
rompiendo por la gaza, no calculada por mi gran
amigo Paco para semejante monstruo al que no
logramos ni ver (posiblemente un gran atún), si
lo hubiera logrado cargar al barco, ¿lo habría
soltado? Esta pregunta, que para mi tiene una

Haciendo de piloto
respuesta afirmativa indudable,
¿la habrían entendido mis amigos
de navegación? O, por el
contrario, ¿me tirarían a mí
por la borda tras el pez, si
después de lograr la hazaña de
subirlo a bordo lo hubiese
soltado?.

Lo cierto es que esta cuestión no


El patrón Cosiendo la vela se daría si sintiésemos
únicamente la satisfacción de la
pesca como tal y no como medio de vida o supervivencia, porque es una
gran satisfacción poder soltar, en este caso, un poderosísimo atún
mediterráneo. Hay gente que no entiende que se pesque por deporte, por la
inmensa emoción que se siente cuando con una imitación confeccionada
con cuatro plumas por uno mismo o por algún buen amigo se logra engañar
a un pez. La enorme satisfacción que se siente dándole de nuevo la vida no
tiene precio. El triunfo no está en matar el pez y comértelo sino en ser
capaz de vencerlo soltándolo posteriormente.

Si los peces no se ceban… “POR TUTATIS” que la tripulación si


Así ponemos fin a una forma de
ver la pesca, a un pensamiento, sin
saber que hubiera ocurrido de subir a
bordo al invitado desconocido que por
no querer ni siquiera quiso salir en
foto.

Por si las moscas hizo bien en zafarse


del engaño.

“Chicolero” el próximo año más. Un


servidor se apunta.

.-G R A C I A S.-

Вам также может понравиться