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Introducción
*
Con estudios de Maestría en Derecho con mención en Ciencias Penales por la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Asistente en Función Fiscal de la Fiscalía Suprema de Control Interno.
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GUZMÁN DALBORA, José Luis. “La Administración de Justicia como Objeto de Protección
Jurídica (Observaciones Preliminares a los Delitos que la Ofenden”. En: La Administración de
Justicia en los Albores del Tercer Milenio. Buenos Aires: Editorial Universidad, 2001, p. 114.
3
GUZMÁN DALBORA, José Luis, Ob. Cit. p. 137.
4
SERRANO BUTRAGUEÑO, Ignacio. “Introducción a los Delitos Contra la Realización de la
Justicia”. En: Delitos Contra la Administración de Justicia. Granada, Editorial Comares, 1995, p. 26.
1
En realidad, la nota común de la diversidad de delitos contra la Administración
de Justicia que contempla nuestro Código, es el de la realización de la justicia, a pesar
que en la doctrina actual, se suele denominar al bien jurídico teniendo en cuenta los
diversos tipos protegidos por ella, llámese: normal desenvolvimiento de la función
judicial, buena administración de justicia, el interés del Estado en el buen
funcionamiento de la Administración de Justicia, entres otras; pero que al final de
cuentas todas convergen en un mismo objetivo, cual es, la realización de la justicia.
5
FONTAN BALESTRA, Carlos, Carlos: “Derecho Penal- Parte Especial”. Buenos Aires, Abelledo- Perrot,
1969, p. 897.
6
LLORENTE FERNÁNDEZ DE LA REGUERA, J: “Delitos Contra la Administración Pública;
Contra la Administración de Justicia y Contra la Constitución”. Barcelona, Bosch,
1998, p. 139.
7
RAMOS TAPIA, María Inmaculada: “El Delito de Prevaricación Judicial”. Valencia, Tirant Lo
Blanch, 2000, p. 89. En la legislación penal Española de 1995, regula este delito en su Artículo 446°,
estableciendo un prevaricato para Juez o Magistrado, en dos modalidades: En primer término, para
aquella sentencia injusta dictada en causa criminal por delito; y en segundo lugar, para aquella
sentencia injusta dictada en proceso por faltas. Por su parte, la legislación penal Argentina, regula el
delito de prevaricato en su artículo 269°, de manera más genérica, estableciendo una agravante:
cuando la sentencia fuere condenatoria
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Efectivamente, de lo que se trata es de una “aplicación torcida del derecho”,
cuando de manera maliciosa se falta a los deberes que la norma impone, es decir,
dictando resoluciones o emitiendo dictámenes contrarios al texto expreso de la ley, o
citando hechos falsos o apoyándose en leyes supuestas o derogadas.
ART. 418°.- “El Juez o Fiscal que dicta resolución o emite dictamen,
manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley o cita pruebas inexistentes
o hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de cinco años”.
8
CREUS, Carlos: “Delitos Contra la Administración Pública”. Buenos Aires, Astrea, 1981, p. 429.
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Así en la doctrina penal Española, suelen concebir como objeto de protección, para este delito, a la
Administración de Justicia en sus diversas acepciones, es decir, como: Poder Judicial del Estado;
como bien institucional; como servicio público específico dentro de la Administración Pública del
Estado; y como potestad jurisdiccional o realización del derecho. Es más, se llega incluso a afirmar la
existencia de otros bienes jurídicos mediatamente protegidos, tal es el caso de los derechos e intereses
de las partes en el proceso, así como el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.
10
VIVES ANTÓN, T. S., Ob. Cit. p. 782.
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3.- Sujeto Activo y Pasivo.
Se trata de un delito especial propio, en tanto agente del delito, sólo pueden serlo
los jueces y fiscales, por lo cual este delito únicamente puede ser cometido por sujetos
que reúnen cierta cualidad especial.
También es agente del delito el Fiscal, es decir, los miembros del Ministerio
Público, cualquiera sea su rango, esto es, Fiscales Supremos, Fiscales Adjuntos
Supremos, Fiscales Superiores, Fiscales Adjuntos Superiores, Fiscales Provinciales y
Fiscales Adjunto Provinciales, siempre que tengan competencia para emitir dictamen o
resolución; en el caso de los Fiscales Adjuntos, por ejemplo cuando asumen el
11
GARCÍA ARÁN, Mercedes: “La Prevaricación Judicial”. Madrid, Tecnos, 1990, p. 97.
4
Despacho Fiscal por licencia o vacaciones del titular o por conocer una determinada
investigación, ante el impedimento del titular.
Sujeto pasivo del delito, es el Estado, como titular del bien jurídico
Administración de Justicia.
Para que sea susceptible de Prevaricato, la resolución judicial debe decidir sobre
una cuestión sometida a juicio y tener la posibilidad de ocasionar un perjuicio o
provecho para alguna de las partes aunque se tratare de un perjuicio que pudiera ser
reparado en una instancia ulterior, pues en tal caso siempre existe un acto ilegal y hay
una conducta delictiva que no puede quedar impune porque otra autoridad repare la
ilegalidad de la decisión14.
12
LLORENTE FERNÁNDEZ DE LA REGUERA, J., Ob. Cit. p. 174.
13
VIVES ANTON, T. S., Ob. Cit. p. 783.
14
FRISANCHO APARICIO, Manuel: “Delitos Contra la Administración de Justicia”. Lima, Jurista
Editores, 2000, p. 184.
15
NÚÑEZ, Ricardo: Ob. Cit. p. 460.
5
La norma de remisión debe tratarse, no de cualquier tipo de norma jurídica, sino
de una ley o una norma del mismo rango, esto es, puede ser un Decreto Legislativo, un
Tratado o su norma aprobatoria que es la Resolución Legislativa, e inclusive, en casos
excepcionales, podrá tratarse de un Decreto Ley. En el caso de las Ordenanzas
Municipales, el Reglamento del Congreso y el Decreto de Urgencia, si bien es cierto a
través de éstos no se puede criminalizar propiamente una conducta, sí se podrían
establecer a través de éstos, determinados elementos normativos del tipo penal, sin
contrariar el principio de legalidad, por ser normas con rango de ley (art. 2001 inciso 4
de la Constitución Política del Estado), esto es, en este caso no es la Ordenanza, el
Reglamento del Congreso o Decreto de Urgencia los que criminalizan la conducta, sino
su contrariedad por el Juez o Fiscal al momento de dictar resoluciones o dictámenes. No
habrá prevaricato si el Juez contradice una norma jurídica de menor jerarquía, a lo sumo
dicha inconducta podría acarrear la comisión de una infracción administrativa16.
El Juez también puede citar pruebas inexistentes, para de manera ulterior aplicar
la ley y fundamentar su fallo, cometiendo prevaricato. De lo que se vale aquí el Juez, es
de la malicia o la forma fraudulenta que utiliza para citar pruebas inexistentes. En este
caso, lo que riñe con el Derecho, no es, necesariamente, la resolución, que bien puede
corresponder a una estricta aplicación del derecho, sino la forma en la que el Juez
infringe el normal curso de la Administración de Justicia al pretender introducir, de
manera ilegal, pruebas inexistentes17.
16
En este sentido, el Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control
Interno, aprobado por Resolución de la Junta de Fiscales Supremos Nº 071-2005, prevé como
infracción administrativa: “incumplir disposiciones legales, normas complementarias y de carácter
interno emitidas por la Fiscalía de la Nación o la Junta de Fiscales Supremos del Ministerio Público
y por sus superiores jerárquicos” (art. 23º, inciso d).
17
FRISANCHO APARICIO: Ob. Cit., p. 186.
18
Resolución de la Fiscalía Suprema de Control Interno Nº 1709-2010, de fecha 12 de octubre de 2010.
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Así, en un caso sometido a conocimiento de la Fiscalía Suprema de Control Interno, órgano
competente para realizar investigaciones preliminares contra jueces o fiscales por delitos de función,
en la que se imputaba el delito de Prevaricato a un magistrado por aplicar el plazo extraordinario de
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basa en el criterio discresional del juzgador, el que puede ser materia de discusión en el
propio proceso, a través de la interposición de los recursos que la norma procesal prevé.
De otro lado, para que exista Prevaricato, la resolución debe implicar un acto
arbitrario20, de forma que no habrá delito cuando el hecho falso imputado se ha
consignado erróneamente o cuando no tiene incidencia alguna en el resultado del
proceso. En este caso, puede alegarse la falta de tipicidad de la conducta por la
existencia de un riesgo insignificante, como criterio de imputación objetiva21.
prescripción en un proceso por faltas, se señaló: “En el caso de las faltas, la recurrente sostiene la
inaplicabilidad del plazo extraordinario de prescripción, por lo que según su criterio sólo sería
aplicable el plazo previsto en el art. 440º C.P. Al respecto, cabe sostener que no existe ningún
fundamento para sostener la imposibilidad de aplicar el último párrafo del art. 83º C.P., puesto que
el propio art. 440º C.P. prevé que: “son aplicables a las faltas las disposiciones contenidas en el
Libro Primero” del Código Penal, que contiene la parte general y por ende, las normas sobre
prescripción. Si bien, podría sostenerse que el legislador ha efectuado un tratamiento particularizado
de ciertos institutos en el ámbito regulatorio de las faltas, sin embargo esto debe entenderse –en el
caso de la prescripción- sólo para efectos de fijar un plazo ordinario de prescripción especial,
previsto en un año –y dos, en casos de reincidencia-, el que guarda proporcionalidad con el menor
grado de reproche penal de este tipo de infracciones, mas no para desconocer el plazo extraordinario
de prescripción, cuya aplicación se encuentra prevista en el propio art. 440º C.P.; asumir una
posición contraria, implicaría tanto como defraudar la norma penal y posibilitar la impunidad, así
como desconocer las posibilidades de persecución penal en los supuestos de interrupción del plazo de
prescripción y por ende imposibilitar el ejercicio del ius puniendi estatal. Siendo así, la magistrada
cuestionada no habría incurrido en delito de Prevaricato, por no haber contrariado ninguna norma
legal; a lo sumo, si bien podría considerarse que en la doctrina y jurisprudencia pueden existir
diferentes posiciones sobre el tema antes referido, esto en modo alguno implica la comisión del
referido delito”. Resolución Nº 132-2010-MP-F.SUPR.C.I., de fecha 25 de enero de 2010. Caso 596-
2008.
20
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional en la STC 090-2004-AA/TC, fundamento jurídico 12,
ha señalado que un acto arbitrario: “…aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo
incongruente y contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es decir,
como aquello desprendido o ajeno a toda razón de explicarlo. En consecuencia, lo arbitrario será
todo aquello carente de vínculo natural con la realidad”.
21
“Existen supuestos en los que ex ante no se da un riesgo suficiente o significante. Este principio
implica la falta de significación social de la conducta y la no punibilidad surge desde el bien jurídico
protegido y se extiende a la estructura de los tipos penales. Siendo el bien jurídico encargado de
darle significación a la realización típica, creemos que también no son imputables las conductas que
le suponen una insignificante afectación”. VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe: “Derecho Penal.
Parte General”. Grijley, Lima, 2006, p. 327.
22
FRISANCHO APARICIO, Manuel, Ob. Cit. p. 188.
7
Ahora bien, el Fiscal comete delito de Prevaricato, cuando emite dictamen
contrario al texto expreso y claro de la ley, citando pruebas inexistentes o hechos falsos
o apoyándose en leyes supuestas o derogadas.
23
FRISANCHO APARICIO, Manuel, Ob. Cit. p. 190.
24
Conforme a lo previsto en el art. 122º del Nuevo Código Procesal Penal: “1. El Ministerio Público, en
el ámbito de su intervención en el proceso, dicta Disposiciones y Providencias, y formula
Requerimientos. 2. Las Disposiciones se dictan para decidir: a) el inicio, la continuación o el archivo
de las actuaciones; b) la conducción compulsiva de un imputado, testigo o perito, cuando pese a ser
emplazado debidamente durante la investigación no cumple con asistir a las diligencias de
investigación; c) la intervención de la Policía a fin de que realice actos de investigación; d) la
aplicación del principio de oportunidad; y, e) toda otra actuación que requiera expresa motivación
dispuesta por la Ley. 3. Las Providencias se dictan para ordenar materialmente la etapa de
investigación. 4. Los Requerimientos se formulan para dirigirse a la autoridad judicial solicitando la
realización de un acto procesal. 5. Las Disposiciones y los Requerimientos deben estar motivados. En
el caso de los requerimientos, de ser el caso, estarán acompañados de los elementos de convicción
que lo justifiquen. 6. Rige, en lo pertinente, el artículo 127”.
8
dogmática de excluir el dolo eventual, o bien, habrá que afirmar que no cumple función
dogmática alguna, pues en un sistema de numerus clausus para la tipificación de la
imprudencia no tiene sentido justificar la expresión en la exclusión de la comisión
imprudente, pues ésta ya está excluida en cuanto no esté expresamente prevista25. Por
nuestra parte, consideramos que a pesar de que el tipo penal vigente no prevé dicha
expresión, en el Prevaricato se requiere por parte del agente un conocimiento claro de lo
que realiza, pues, esto implica la exclusión del dolo eventual en esta figura delictiva26.
7.- ¿Comete Prevaricato el Juez o Fiscal que contraviene una sentencia emitida
por el Tribunal Constitucional?
De otro lado, conforme a lo previsto en el art. VII del referido Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional: “las sentencias del Tribunal Constitucional que
adquieren la calidad de Cosa Juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo
exprese la sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo”.
25
RAMOS TAPIA, María Inmaculada, Ob. Cit. p. 390.
26
En esta línea, la Fiscalía Suprema de Control Interno, en la Resolución Nº 1710-2009-MPF-
F.SUPR.C.I, de fecha 21 de agosto de 2009, Caso 1200-2008-HUAURA, ha sostenido que: “dadas las
exigencias típicas del delito de prevaricato, se puede sostener que este es –necesariamente.- un delito
doloso, en el que se exige dolo directo, excluyéndose por ende cualquier supuesto de dolo eventual o
de imprudencia”.
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El problema se presenta en los tribunales colegiados, pues, para cierto sector doctrinal, más difícil de
resolver es la calificación del Magistrado que en el proceso de conformación de la voluntad del
Tribunal ha votado a favor de una resolución, con los matices exigidos por la norma, para ser
susceptible de prevaricación, aunque sin lograr que su criterio fuera compartido por el resto de los
miembros del tribunal, dictándose al final una resolución que si se ajusta a ley. Aparentemente este
hecho, daría lugar a la tentativa del delito de prevaricato, opinión que por supuesto no compartimos.
9
preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que
resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de
procesos, bajo responsabilidad”.
27
STC 001-2010-CC/TC, de fecha 12 de agosto de 2010, fundamento jurídico 21.
28
En esta línea, el Tribunal Constitucional en la STC 001-2010-CC/TC, ha establecido como precedente
vinculante que: a) Las resoluciones judiciales que dispongan la inaplicación del Decreto Legislativo
N.º 843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-
2006-MTC o de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, o que
resuelvan en contravención, apartándose o inobservando las reglas establecidas como precedente
vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC, son nulas de pleno derecho por ser inconstitucionales; b)
Los jueces que hayan emitido resoluciones judiciales, disponiendo la inaplicación del Decreto
Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-
MTC y 042-2006-MTC o de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-
2008, o que resuelvan en contravención, apartándose o inobservando las reglas establecidas como
precedente vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC, deben ser procesados y sancionados por el
Consejo Nacional de la Magistratura y la Oficina de Control de la Magistratura; c) Las entidades de la
Administración Pública se encuentran impedidas de acatar cualquier resolución judicial emitida a
partir del 18 de junio de 2010 que inaplique el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos
N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008 o que contravenga o inobserve las reglas establecidas
como precedente vinculante en la STC 05961-2009-PA/TC; d) Los jueces que hayan emitido
10
sino por contradecir lo previsto en el art. VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional29. A la afirmación antes reseñada, debe formularse una precisión, y es
que como se sabe un Juez no puede apartarse de un precedente vinculante, pero si
sustenta y fundamenta que el hecho que juzga es distinto al contemplado en el
Precedente Vinculante puede inaplicarlo, por lo que en este caso, no cabe apreciar la
existencia del delito de Prevaricato
resoluciones judiciales que dispongan la inaplicación del Decreto Legislativo N.º 843, o de los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, o que resuelvan en
contravención, apartándose o inobservando las reglas establecidas como precedente vinculante en la
STC 05961-2009-PA/TC, deben ser denunciados penalmente por el Ministerio Público por el delito de
prevaricato; e) Las medidas cautelares que dispongan la inaplicación del Decreto Legislativo N.º 843,
o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC
o de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, además de ser nulas de
pleno derecho por ser inconstitucionales, generan que se promueva la declaración de responsabilidad
civil tanto de jueces, abogados y demandantes.
29
En este sentido, la Fiscalía Suprema de Control Interno, en el Caso 1220-2008-ANCASH, Resolución
Nº 2116, de fecha 02 de noviembre de 2009 estimó la existencia de Prevaricato cuando se emite
dictámenes o resoluciones mediante las cuales se concede un beneficio penitenciario, a pesar que el
texto expreso y claro de la ley, vigente al momento de iniciarse el procedimiento a obtener el
beneficio lo prohíbe, en mérito a la interpretación formulada por el Tribunal Constitucional. En tal
sentido, se señaló: “Sobre la aplicación de las normas procesales en el tiempo, como es el caso de las
normas que establecen los presupuestos, prohibiciones y recepción de de los beneficios
penitenciarios, el Tribunal Constitucional, en las causas Nº 2196-2002-HC/TC –de 10 de diciembre
de 2003- 1593-2003-HC/TC –del 30 de Enero del 2004-, 1594-2003-HC/TC –del 21 de Abril del
2004- y 1442-2004-HC/TC –del 23 de Junio del 2004- ha señalado, en jurisprudencia vinculante, que
la legislación aplicable para resolver un determinado acto procesal, como el que atañe a los
beneficios penitenciarios, está representado por la fecha en la cual se inicia el procedimiento
destinado a obtener el beneficio, esto es, al momento de presentar la solicitud de acogimiento al
mismo (…) En tal sentido, la legislación aplicable para resolver el otorgamiento de un beneficio
penitenciario es la que se encuentra vigente al momento en el que se presenta la solicitud para
acogerse a un beneficio penitenciario, conforme se desprende de la jurisprudencia vinculante del
Tribunal Constitucional”.
Así también, la Fiscalía de la Nación, autorizó el ejercicio de la acción penal contra un Juez por
inaplicar una ley cuya inconstitucionalidad había sido confirmada por el Tribunal Constitucional; en
tal sentido, se señaló: “El investigado aduce en su defensa que no cabe imputársele el delito de
Prevaricato por haber contravenido un precedente vinculante, pues ello implicaría una aplicación
analógica de la ley penal, que únicamente tipifica la contravención de la ley y no la del precedente.
Sin embargo, en el caso analizado debe advertirse que el investigado, con sus decisiones, ha
contravenido las disposiciones de la Ley Nº 27796, cuya constitucionalidad había sido declarada en
el precedente vinculante del Tribunal Constitucional establecido en la STC Nº 4227-2005-PA/TC;
además de contrariar el texto expreso y claro del artículo VI del Código Procesal Constitucional y de
la Primera Disposición Final de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que establecen la
vinculación de los jueces a la interpretación que de las normas haga el Tribunal Constitucional en
todo tipo de procesos, en tanto éste es el máximo intérprete de la Constitución”. (Resolución de la
Fiscalía de la Nación Nº 041-2010-MP-FN, de fecha 08 de enero de 2010, publicada en el diario
Oficial El Peruano el 13 de enero de 2010)
11
embargo, en este supuesto al igual que el anterior habrá que preguntar si también
incurrirá en delito de Prevaricato el Juez o Fiscal que contradice la norma antes citada,
interpretando una ley en discrepancia con la interpretación formulada por el Tribunal
Constitucional en una sentencia que constituye Precedente Vinculante o Jurisprudencia
Obligatoria, cuando éstas son manifiestamente fraudulentas o son efecto de un delito,
por ejemplo, corrupción de funcionarios, avocamiento indebido, abuso de autoridad o
incluso prevaricato; obviamente, de presentarse un supuesto como el propuesto no cabe
imputar al Juez o Fiscal delito de Prevaricato, pues dicha sentencia no puede tener
efecto vinculante alguno. Obviamente, esta primera reflexión merece un mayor análisis,
puesto que implica cuestionar de un lado los fundamentos por los cuales todas las
sentencias del Tribunal Constitucional debe ser seguidas per se, sin cuestionamiento
alguno, contraviniendo en muchos casos la autonomía e independencia judicial y las
competencias que la Constitución asigna a dicho Poder del Estado.
A modo de conclusión
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