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UNIDAD 4.

LA FAMILIA CONTEMPORÁNEA: ¿INVOLUCIÓN EN LA NUEVA


SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN? Por: Bruno Vera Hernández.

¿Se puede hablar de la palabra familia en los tiempos en que vivimos?


La respuesta sería no en el caso de que quisiéramos relacionar el concepto a
aquella definición que la concibe como el núcleo formado por padres e hijos.
Pero la réplica sería positiva en el caso de que definiéramos el término como
el conjunto de personas que comparten cierta historia y ciertas costumbres o
intereses y que, por ende, son identificadas en un determinado contexto
cultural. Y es que, actualmente, lo que identifica a la familia contemporánea
es el uso de las nuevas tecnologías como medio de comunicación o lenguaje
de convivencia. Esa es su historia comunitaria o compartida. Sin lugar a
dudas la forma de cohabitar se ha visto modificada y los factores étnicos que
determinan el desarrollo social también han hecho lo mismo.

Pero, una vez aclarado el significado de familia que se pretende


manejar dentro del presente ensayo, surge una pregunta de mayor interés:
¿Las tecnologías de la información con las que contamos hoy en día hacen
que la presente sociedad sea una civilización más avanzada o de mayor
progreso social? Para responder dicha pregunta es necesario citar, en primer
lugar, una de las nociones que se nos plantea en la plataforma institucional
de la BUAP: “El desarrollo social se refiere al desarrollo del capital humano y
capital social en una sociedad. Implica una evolución o cambio positivo en
las relaciones de individuos, grupos e instituciones en una sociedad. Implica
principalmente Desarrollo Económico y Humano. Su proyecto de futuro es el
bienestar social” (WEBCT, FCC BUAP, ANTROPOLOGÍA CULTURAL, P.1)

Al hablar de que el progreso social implica principalmente el desarrollo


económico entonces ya estamos hablando de una visión materialista de la
evolución y, en dicho sentido, solo nos iríamos por satisfacer uno de los
criterios establecidos por la cultura occidental moderna. En mi opinión, una
verdadera evolución social implica o tiene por objetivo el bienestar de la
comunidad. Pero dicho bienestar no sólo está dado por el aumento del
capital o de los medios de producción sino también se genera por el aumento
de conocimientos. Y es allí en donde radica el principal síntoma de agonía de
la eficiencia de las actuales tecnologías de información como sinónimo de
progreso. Las tecnologías otorgan rapidez pero muchas veces disminuyen la
precisión.
La tecnología es vista, por muchas personas, como una extensión de
la prosperidad del saber humano. Sin embargo, en numerosas ocasiones,
esta afirmación no suele ser cierta ya que la evolución tecnológica no es
precisamente sinónimo de un avance o de un aumento en las capacidades
cognoscitivas del individuo. En la era del Internet, el fácil acceso a una
infinidad de artículos académicos y foros de opinión, sobre diversos temas,
genera que habilidades de investigación del estudiante (como análisis y
síntesis) sean mermadas por el mal hábito de copiar y pegar datos para bajar
información y, de esta manera, cumplir con las actividades escolares que se
le piden. Es decir, vivimos inmersos dentro una cultura en la que se han
ampliado los medios de expresión y en los que se han diversificado los
canales de comunicación pero en los que también se ha regulado la
transmisión de conocimientos a través del aislamiento humano y de la
estatización de la cultura. Cabe recordar que la cultura no es un evento o
fenómeno que se puede dar de manera estática sino se trata de un suceso
que cambia día tras día: “Los rasgos culturales de adaptación e innovación
son parte del juego de mantener la identidad viable y unida en un mundo
cambiante.” (Adams, 1995: 215).

Con esto se puede decir que la influencia de las nuevas tecnologías


hacia la sociedad contemporánea puede llegar a seguir generando cierta
polémica dependiendo de la percepción que se tenga sobre el tema en
cuestión. Para algunos, los nuevos medios de comunicación representan un
progreso debido a que permiten el acceso a miles de páginas de información
en todo el mundo y sobre todos los temas posibles. Sin embargo, existen
estudiosos e investigadores del tópico para los que la nueva tecnología
solamente es sinónimo de información más no así de conocimiento:

…Información y conocimiento no son sinónimos. El simple acceso


a la información no acredita el conocimiento, éste último requiere
siempre de una labor individual, íntima, perseverante y, sobre
todo, activa... 1 …En resumen, la “sociedad del conocimiento”
neoliberal refiere a una sociedad que despliega frente a sus
integrantes una infinitud de conocimientos disponibles en forma de
información, pero no dota a los individuos de un aparato crítico
para clasificar y procesar esa información. En palabras de Vattimo,
se está construyendo una sociedad de información, no una
sociedad del pensar. El modelo hegemónico de la “sociedad del
conocimiento” constituye el dispositivo más acabado y refinado
hasta ahora para exorcizar el fantasma del intelectual crítico que

1
Lamarca, María Jesús L. “Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la
cultura de la imagen”, Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias
de la Información. Dpto. de Biblioteconomía y Documentación. 2007.
tanto les atemoriza a los sectores dominantes desde que surgió la
sociología… 2

Ahora bien, partiendo de los anteriores comentarios y enfocándonos a


nuestro problema de estudio, podemos decir que la verdadera evolución se
da cuando se adquiere la habilidad de obtener nuevas capacidades de
cualquier tipo, basándose en dos elementos fundamentales: la memoria y la
retroalimentación. Sin memoria no puede existir la cultura y sin
retroalimentación no puede llegar a darse la convivencia humana, actividad
primordial de una familia comunitaria.

Afortunada o desafortunadamente, Internet ha condicionado las


nuevas formas de enseñanza en las actuales generaciones de estudiantes,
rompiendo con el esquema de la vieja transmisión de información. Sin
embargo, el uso que se le otorgue puede seguir generando una capacidad
de crítica y análisis en aquellas personas que no estén dispuestas a basar
todo lo que saben en esa única fuente, que a pesar de economizar tiempo y
esfuerzo en la vida de cientos de personas, no nutre de la misma manera
que el valiosísimo aprendizaje significativo más no memorístico. Esto último
debería ser la base y sustento de la actual familia contemporánea como
factor indispensable para su desarrollo social.

BIBLIOGRAFÍA.

Lamarca, María Jesús L. “Hipertexto: El nuevo concepto de documento en la


cultura de la imagen”, Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias
de la Información. Dpto. de Biblioteconomía y Documentación. 2007.

López y Rivas, Gilberto, Reseña de "Etnias en Evolución Social. Estudios de


Guatemala y Centroamérica" en REDALYC, Alteridades, Vol. 6, Núm. 12, México,
UAM, 1996, pp. 123-126.

Rojo Villada, Pedro A., “Analfabetismo tecnológico en la sociedad de la


información” en Revista Latinoamericana de Comunicación CHASQUI, marzo,
número 081, Ecuador, 2003, pp. 48- 55.

Sieglin, Verónika, “Sociedad del conocimiento y ciencias sociales”, Revista


Ciencia UANL, abril- junio Vol. X, número 002, Monterrey, México, pp. 127- 131.

2
Sieglin, Verónika. “Sociedad del conocimiento y ciencias sociales”. Revista
Ciencia UANL, abril- junio Vol. X, número 002, Monterrey, México, pp. 127- 131

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