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Ensayos sobre la locura

CONCEPCIÓN CEJUDO MIRANDA 22-05-2011


Retrato de la realidad de algunos de los 450 millones de enfermos
mentales que viven en el mundo.

Uno de los enfermos del Centro de la Asociación Saint Camille de Lellis-

Manuel Gómez Pereira, en "Desconectados" y Carles Caparrós, en


"Los olvidados de los olvidados", realizan un viaje a la locura que viven
miles de personas en lugares tan distantes como Avilés y Costa de
Marfil.
Desconectados

La primera parada es en el Hospital San Agustín de Avilés. Allí, existe


desde el año 1999, un modelo de atención sanitaria que ha
revolucionado la vida de los enfermos de esquizofrenia con
diagnóstico grave. Se llama Tratamiento Asertivo Comunitario y, su
éxito, es el resultado de un cambio de mentalidad en la comunidad
médica: no son los pacientes quienes se desplazan a los centros de
salud, sino los psiquiatras, enfermeros, auxiliares de enfermería y
trabajadores sociales, quienes se trasladan a sus casas. El objetivo es
normalizar sus vidas y conseguir que se integren en la comunidad.

Más de diez años de experiencia avalan el trabajo del Equipo de


Juanjo Martínez Jambrina, coordinador de Área de Gestión Clínica de
Salud Mental del Hospital San Agustín de la ciudad de Avilés. Afirma
que "el tratamiento que utilizan no solo ha transformado la vida de los
enfermos. Ha conseguido un cambio de mentalidad en sus propias
familias, en la comunidad en la que viven y en los profesionales que
trabajan con ellos".

Los olvidados de los olvidados

Y del norte, viajamos hacia el sur. Allí, en Costa de Marfil, es donde el


beninés Grégoire Ahongbonon, se ha convertido en un "loco" rodeado
de miles de enfermos mentales. Su lucha consiste en romper las
cadenas de los miles de hombres, mujeres y niños que son
encadenados a los árboles en algunos países de África. La vergüenza,
la creencia de que sufren enfermedades contagiosas y las
supersticiones provocan que sean sus propias familias quienes les
abandonen llegando incluso a privarles de agua y comida y
maltratarles.

En un primer momento, decide llevar a los enfermos que recoge en la


calle a su propia casa pero, gracias a la ayuda de algunas
organizaciones locales, consigue crear en Bouaké, la Asociación Saint
Camille de Lellis. Hoy tiene presencia en Benin y Costa de Marfil y
planea abrir nuevos centros en Burkina Faso y Togo.

A pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, hay un nexo


común en estas dos historias: "el amor y la confianza son la clave para
conseguir transformar la vida de los enfermos mentales".

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