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El fisco

El Estado es el recaudador de los impuestos y de los tributos y mantiene un acervo de


recursos y de riqueza que son, finalmente, propiedad de la sociedad. Estas funciones y esos
bienes que son públicos constituyen lo que se conoce como el fisco, cuya administración es
un componente esencial de la manera en que se organiza una comunidad.

En la política fiscal se concentra la gestión de los recursos que inciden en la operación de la


economía y de los mercados, empezando -y eso no debe olvidarse- por el mercado de
trabajo. Pero no se queda ahí, pues repercute de modo directo en las condiciones del
bienestar, no sólo en cuanto al nivel de vida de la gente, sino en lo que concierne a la
igualdad. Estas razones deben ser suficientes para apreciar la relevancia del quehacer del
gobierno en materia fiscal y la atención que amerita el debate sobre la reforma que se
quiere platear por enésima vez.

Este gobierno ya tomó una decisión en materia fiscal de enorme relevancia en términos
financieros y de las condiciones del bienestar: la reforma del ISSSTE. Esta medida es
sumamente controvertida por motivos eminentemente técnicos que deberían exponer de
manera más clara los sindicatos y los partidos de oposición; también lo es por causa del
efecto adverso que tendrá sobre los ingresos y las pensiones de los trabajadores.

El manejo de las cuentas públicas tiene, por supuesto, un alto componente técnico, que sólo
debe quedarse en ese ámbito: el de la técnica. Además, está la cuestión de la transferencia
inevitable de recursos entre los distintos grupos de la sociedad y, por eso, es
invariablemente un asunto de naturaleza política. Quien desde el gobierno y desde
cualquier otro punto de vista eluda considerar explícitamente este rasgo es un inepto, o
bien, se hace el tonto.

Según datos oficiales, 38 por ciento de la deuda pública corresponde a los fondos que se
usan para financiar los compromisos del IPAB y del fondo carretero por la intervención del
Estado desde 1995 para sanear los bancos y del fallido programa de concesión de carreteras
al sector privado. Esa es una muestra clara de dichas transferencias, a las que se suma ahora
el caso del ISSSTE y que se pagan con los impuestos y con la carencia generalizada de
recursos sobrantes para el gasto social.

ONG ES organización no gubernamentales.

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