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“La mejor hoja de sable es la que permanece en su funda"

(Proverbio japonés)

"El samurái aún vive"

Durante 2003, Japón celebró con festivales y exhibiciones, el 400 aniversario del
comienzo del período denominado "Edo" (1603 - 1867), en el cual los samurái
alcanzaron el máximo poder y gozaron de ciertos privilegios como nunca.
Películas clásicas como "Los 7 samurái" o "Trueno de sangre" de Kurosawa y sin ir más
lejos cronológicamente, hace poco más de dos años al presente, "El último samurái" o
"Zatoichi", han inmortalizado la figura de éstos valientes guerreros, típicos de la época
feudal del Japón.
Pero más allá de la imaginación que despertaron estas escenas del cine ... ¿qué significa
ser un samurái?.
La clase guerrera dominó la historia del Japón feudal durante 700 años, desde 1185 a
1867, reino catalogado como despiadado y violento, pero tan rico culturalmente, tanto o
más que los antiguos caballeros de Roma o Europa medieval.
Los samurái (el término significa "el que sirve"), formaron una élite guerrera que estaba
constituída por líderes de clanes o jefes militares y soldados que luchaban bajo sus
órdenes. Incluso el emperador de turno, vió oscurecer su figura ante el reino de estos
valientes guerreros (bushi), que obedecían a un dictador militar (shogun).
Eran caballeros que portaban armaduras (yoroi), atacaban a caballo con arco y flecha,
con lanzas y espadas y vivían según los principios del Bushido (literalmente significa
"militar-caballero-camino o vía") resumidos en un código de honor o Código de
Bushido.
Este código contiene 7 principos fundamentales o valores, que los caballeros debían
cumplir y observar, tanto en la vida diaria como en su profesión.
Tales principios eran: rectitud o justicia (Gi), veracidad (Makoto), honor (Meyo),
lealtad (Chugi), valor o coraje (Yuki), benevolencia o compasión (Jin) y cortesía (Rei).
El Bushido no permitía el uso indebido de la espada y denunciaba y condenaba su
abuso. El hombre sereno conocía el momento justo en que debía esgrimir su espada.
Estos principios penetraron profundamente en la vida del pueblo japonés e impregnaron
las expresiones cotidianas y costumbres: la ceremonia del té (Cha no yu), el teatro
tradicional (Noh), el arreglo floral (Ikebana), la escultura y arquitectura reflejadas en sus
templos y sobretodo en deportes de lucha tales como el "kendo" (esgrima), el "kyudo"
(tiro con arco) y el "Jujitsu" (que dará el origen al Aikido).
Kendo
Por el hecho de que los practicantes llevan protecciones (Bogu) el Kendo permite
encuentros libres, sin miedo de herir a un compañero, lo que da como consecuencia la
armonización del propio espíritu al del adversario y la anticipación a sus ataques. Estos
enfrentamientos rápidos y potentes son siempre seguidos de Kiai, grito que permite la
liberación del Ki durante un ataque donde todas las fuerzas mentales y psíquicas son
requeridas en la acción. La velocidad de los asaltos no deja casi tiempo al razonamiento,
por ello conviene únicamente presentir el instante en el que el adversario ofrece una
apertura posible, sea esta técnica o mental. Es en este instante donde reside la esencia
del Do, que permite al practicante, por una experiencia directa, llegar a la realidad de la
vacuidad, más allá de la forma y de la apariencia, y realizar esa extraordinaria
percepción interior conocida por los maestros del Budo como Muga. Solo llegan a ello
aquellos que saben aliar en un todo armonioso la técnica del sable a la meditación: es de
esa unión del cuerpo y del espíritu donde se llega a la realidad absoluta.

Iaido - Concepto
Iaido, la vía del sable, donde se aprende a utilizar el verdadero katana. El entrenamiento
es casi siempre en solitario. Se trata de adquirir un perfecto dominio de sus emociones y
de la mente. Otros sentidos son desarrollados paralelamente, como el estatismo, la
intuición, la vitalidad. La práctica mental intenta llegar a ese estado de conciencia
llamado Numen Mushin, es decir, el vacío mental. Se llega a este estado practicando
una decena de movimientos sentados y de pié. El estudiante, entrenándose solo, debe
visualizar condiciones de ataque de tal forma que sus paradas y contraataques se
convierten en realidades, y que en algunos instantes de concentración todas las
sensaciones provenientes del Dojo (estudiantes, instructores, ruidos, calor, etc.)
desaparezcan. El arte del Iai-do es siempre precedido de un ritual cuya finalidad es
poner la mente en una condición de pasividad y de receptividad por la sensación de Ser
para finalmente esperar el vacío absoluto (mushin). Es cuando la razón, ya no razona y
todo pensamiento es puesto en silencio, que se manifiesta la vacuidad. Iai por ello,
puede ser descrito como el arte de la Unidad con el ser.

Iaido – Historia
El origen del Iai, se dice se inicia en la época de Nara (710-794) profundizándose en su
consecutivo periodo, Heian (794-1192). El final de esta era vio constituirse una nueva
clase aristocrática, la de los Samurai. La constante utilización del sable derivo en el
desarrolló como una técnica para uso mismo en el periodo Sengoku (siglo 15) período
de guerras internas.
Durante estas batallas se fue consolidando como una técnica y después de muchos
estudios se formó como un Bu-Jutsu (técnica de guerra).
El fundador de IAI es Hayashizaki Jinsuke Shigenobu. La historia relata que a la edad
de 6 años su padre fue asesinado, a partir de ese momento comenzó a estudiar y
entrenarse con gran intensidad en las técnicas de sable, concurría a meditar todos los
días al templo shintoista de Hayashizaki, pués con enorme pasión deseaba encontrar la
manera de vengar la muerte de su padre. La increíble pericia forjada a través de arduo
entrenamiento lo lleva a crear las técnicas de Iai Batto Jutsu.
A la edad de 18 años logró llevar a cabo su venganza y posteriormente difundió las
técnicas de su escuela.
Iai es una técnica de sable. En el campo de las antiguas prácticas de esgrima no estaba
separado claramente hasta donde era Iai y desde donde era Kenjutsu debido al hecho de
que entre otras características se utilizaba la espada real o el boken. No fue sino en
periodos más tardíos en los que estas diferencias se hicieron más notorias. Como por
ejemplo el shinai, espada de bambu para Kendo, sable real para Iai.

El objetivo de la práctica del kendo es:

Modelar la mente y el cuerpo


Cultivar un espíritu vigoroso, y a través de un entrenamiento rígido y correcto.
Luchar por conseguir la mejora del arte del kendo.
Estimar la cortesía y el honor.
Relacionarse con los demás con honestidad y perseguir siempre el perfeccionamiento de
uno mismo.
Así podrá ser uno capaz de contribuir al desarrollo de la cultura,
de amar a su país y sociedad y promover la paz y prosperidad entre los pueblos.

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