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COMO TU MADRE NADIE

Quién, como una madre, discierne las situaciones, analiza las emociones, capta
los sueños, percibe las debilidades, alienta las virtudes y aptitudes, y siembra la
esperanza amorosa de un hijo o una hija? El amor de una madre es algo
extraordinario y sobrepasa el uso de la razón y va más allá de las simples leyes
de la naturaleza.

La madre tiene la capacidad de anticipar el peligro y hasta sabe predecir cuales


son las situaciones y relaciones peligrosas para un hijo. Es de allí que sale la
famosa frase: “Te lo dije”. “Te dije que no te casaras con ese hombre o te dije
que evitaras salir de fiestas con esa mujer.” “Te lo dije” es más que una frase, es
una confirmación de que el consejo de una madre es profético y además expresa
los conocimientos que tiene de su propio vástago, abunda este consejo con la
sabiduría de toda una vida en la que ha visto situaciones similares de lastimar,
herir o destruir vidas que no se quisieron llevar de ese mismo consejo.

El amor de una madre es así porque reconoce que llevó a esa criatura en su
propio vientre por nueve meses y luego la amamantó por unos años más. La
madre vio a su hijo/a crecer y conoce sus defectos y aptitudes. La madre lee las
emociones en los ojos de su hijo/a y tiene percepciones que van más allá de los
cinco sentidos. Ese sexto sentido capta la espiritualidad del hijo/a, su inteligencia
emocional, y también su inteligencia social. Acaso no conoce la madre al hijo
travieso, al haragán, al juguetón, al perverso, y hasta al enamorado y
parrandero, o al religioso y caritativo.

Allí es donde la madre sobrepasa a cualquier otra persona, ya que al conocer de


una forma tan íntima y profunda a ese hijo/a, llega a través de su poder analítico,
aumentado por ese amor profundo, a dar recomendaciones y consejos que
sobrepasan a los que otorga un profesional. De ahí el dicho: “las madres saben lo
que es mejor para ti,” o en inglés, “Mothers Know Best”. No es que el Señor les
ha dado más inteligencia o sabiduría, es que sus conocimientos de la vida de su
hijo/a le dan una perspectiva muy distinta a lo que pueda tener otro ser humano
de ese mismo hijo/a.

Es tan fuerte este vínculo entre la madre y los hijos, que en ocasiones una simple
mirada o gesto de aprobación basta para que se pueda comunicar lo que ocuparía
tres paginas escritas de los dos lados. El Señor no se equivoca cuando establece
el vínculo entre la madre y sus hijos. No se equivoca cuando coloca como un
mandamiento el respeto y la obediencia que le debemos tener. Aún puede ser
que la madre tenga una educación mucho más escueta y limitada que sus hijos,
la escuela de la vida le otorga un Doctorado Honoris Causa en lo que concierne a
las actitudes y pensamientos del vástago. Esta sabiduría de la madre se basa en
que ella simplemente quiere lo mejor para sus hijos. La mejor educación, la
mejor apariencia, el mejor trabajo, la mejor pareja, la mejor salud y toda la
felicidad. Teniendo esto en mente, no puede ser que una madre actúe jamás sin
tener estos objetivos como la meta principal.

Muchos piensan que los mimos y las caricias no son necesarios y conozco otras
culturas donde esas interacciones no son fomentadas. Sin embargo, está
científicamente demostrado que ese contacto físico, esas palabras de exhortación
cuidadosamente expresadas, y que hasta el aliento, sudor, y lágrimas que
emanan de una madre, son esenciales en el desarrollo de una persona. Por eso
exclaman con tanta facilidad las personas asustadas “Ay mi madre” o les piden
favores a otros “Por tu Madre”. La madre es algo esencial en el desarrollo
psicológico y social de todo ser humano.

Por eso pienso que debemos agradecer tanto a nuestras madres, aquellas que
nos dieron calor cuando nuestro cuerpo tenía frío, aquellas que nos dieron
alimento cuando teníamos hambre, agua cuando teníamos sed, aquellas que nos
enseñaron a caminar y hablar, aquellas que nos dieron sus consejos, y las que
dan a diario su vida por nosotros. Esas son madres y si puedes todavía
agradecerles a la tuya con un beso y un abrazo, hazlo, y si no puedes se los das a
tus hijos, ya que ellos te lo agradecerán en su memoria. COMO YO
FELICITACIONES A LUCY RIVERA ES UNA MADRE EJEMPLAR, CRIO A SUS
HIJOS CASI SOLA LOS TRES SON PROFESIONALES QUE MARAVILLA Y A
TODAS LAS MADRES DEL MUNDO QUE HAN SABIDO REPONERSE Y
PROGRESAR SIN EL YUGO DEL HOMBRE MACHISTA.

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