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Tensión del
TENSIÓN DEL ARTE (*) arte, vivida entre la desesperanza y la
esperanza del hombre –lucha tan
dramática como el develamiento de lo
Emmanuel Lévinas Verdadero y como la exigencia
imperativa del Bien. Más, así se anuda
probablemente la intriga misma de lo
humano.
En una carta dirigida a una
revista japonesa -Geijutsu Shincho- en Es evidente que Jean Atlan no
noviembre de 1959, Jean Atlan podría tolerar la reducción de la
reflexiona acerca de su vocación de pintura –de la que conoce sus
pintor y la significación de su arte. dimensiones antropológica y
ontológica- a algunas fórmulas o
recetas técnicas del oficio, sometidas a
la sanción de agradar o desagradar. Con
ironía evoca el problema planteado por
la alternativa entre lo figurativo y lo no-
figurativo donde tendría que decidirse el
porvenir de los colores y las formas.
“Ritmos de vida”, “corazón que bate un
gran ritmo como todo lo que vive”,
“ritmo animando la materia del lienzo”,
“ritmos esenciales”- He aquí las
palabras que vienen a Atlan para hablar
de su obra o de lo que espera de ella. ¿Y
no se propone acaso arrancar por el
pincel –a la simultaneidad de las formas
continuas, a la coexistencia primordial
que se consuma sobre la tela, a la
espacialidad original del espacio que el
pincel mismo afirma o consagra- la
diacronía del ritmo o el latir de la
temporalidad, la duración o la vida
renegadora de este espacio de reunión y
de síntesis que recubre y disimula esta
vida? ¿Y no da un modo de existencia
“Aventura que deja expuesto al hombre
nuevo, metabiológico y metafísico, a
a las fuerzas irreductibles que están en
esta vida más viviente que la vida que
él y fuera de él, el destino y la
atiende a sus propios reflejos en lo
naturaleza”.
pintado?
Consciencia auténtica de la actividad
creadora verdadera y de sus referencias
Ciertamente es el arte mismo de Jean
a lo absoluto, a lo último, consciencia
Atlan y los movimientos de su mano
de su esencia trágica y escatológica.
creadora -donde confiesa la contracción
¿No se abre aquí, en virtud del
de todos sus miembros y la danza de
compromiso artístico, uno de los modos
toda su humanidad- lo que esclarece
privilegiados para el hombre de hacer
aquello que sus palabras sugieren y
irrupción en la suficiencia pretenciosa
confidencian. Y es necesario, tal vez, no
del ser que se quiere ya cumplimiento y
de trastornar allí los pesados espesores y
comentar sus obras cuando parecen artistas, libra a las cosas sólo de
tener, mostrándose, la última palabra. nuestros hábitos. No las desnuda para,
en la belleza, ofrecerlas a una ternura
Sin embargo, ¿acaso esta estética que se puede denominar
prohibido preguntarse si el análisis de erotismo casto. ¡Erotismo sin
esta consciencia del ritmo -que bate concupiscencia donde la interioridad del
bajo la exposición de las superficies ser se ofrece como belleza! Identidad
pintadas y de esta vida misteriosa- no más profunda que aquélla de lo
puede incluso sugerir a la reflexión conocido develado en la verdad. La
filosófica la idea de un acceso al ser pintura informal es, tal vez, eso.
yendo a las cosas mismas? Movimiento Erotismo casto, ternura, compasión
que atraviesa sus formas percibidas, las y tal vez misericordia que hacen pensar
que sirven también de pantallas y que en la Biblia.
obstruyen la mirada misma que colman.
Ambigüedad de formas que figuran y
recubren lo real, de lo cual el sabio no
espera, ciertamente, sino el
develamiento. ¡Ambigüedad a la que el
saber racional se acomoda, pero que, en
la “locura” del arte, disimula las cosas
mismas!