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HAITI
Histricamente en el da a da de la vida de este pas, lideres imponan sus intereses, grupos divididos por el color (mulatos, y negros), las ambiciones, las necesidades insatisfechas, la interpretacin del proyecto de nacin a partir del provecho individual, o grupal, han contribuido a la mala circulacin de las riquezas, al mal uso de los recursos, a la incorrecta utilizacin de su suelo, y a crear un patrn generalizado de desconfiar, no creer, y de imponer de forma generalizada el criterio coercin como nica alternativa a la preservacin de un entendimiento someramente coherente, o estable.
Ante tanto dolor, el pueblo japons ha dado muestra de un carcter, organizacin y solidaridad que raya en el estoicismo, corroborando la admiracin, el cario y el reconocimiento del mundo entero.
Ms de quince mil muertos, cuatrocientos mil personas sin hogar, la cada de la bolsa y una creciente alarma nuclear amenazan con herir de muerte a uno de los pases ms avanzados del mundo, pero Japn afronta este desafo soportando el dolor y aferrndose a la esperanza de una manera loable.
La actitud de los japoneses frente a la tragedia ha sido un tema comentado, y en ocasiones criticado, por muchos. Se ha dicho que el pueblo japones es fro, que no ha demostrado pena o dolor, que en las imgenes y grabaciones aparecan con la misma cara que en un da cualquiera. Quizs desconocen una parte importante de la cultura japonesa. Los Japoneses s lloran, como todos, pero lloran en silencio, por dentro. En Japn es casi una doctrina no llorar en pblico, se les ensea desde pequeos a no exteriorizar demasiado sus sentimientos, al menos los negativos, para no cargar de energa negativa a los que les rodean. La procesin va por dentro, como solemos decir.
Los japoneses an no pueden dormir tranquilos, pero tienen esperanza, y estamos seguros de que saldrn adelante. As lo deseamos, de todo corazn.