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Hoy mi mensaje se titula, “El Poder de la Gratitud.” La Sagrada Escritura nos dice en
Efesios 5:20, “dando siempre gracias al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.” Debemos siempre dar gracias. Debemos siempre mantener y guardar un
corazón agradecido. Esto es de mucho interés, porque en 2 Timoteo 3:1, San Pablo
escribe y hace notar que una de las señales que estamos en los últimos días será que la
gente en general será malagradecida y habrá una disposición de ingratitud que satura la
sociedad. Sin embargo, nosotros que somos hijos de Dios deberíamos estar en una
posición de contraste total a esa actitud. Todos deberíamos ser personas con corazones
agradecidas.
Hoy, les quiero hablar sobre dos cosas: La primera que trataremos será como podemos
expresar la gratitud, y la seguna será sobre la importancia de mantener un espíritu
agradecido y porque es importante que expresemos gratitud.
13 cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar
gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y
otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es
bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una
nube, la casa de Jehová.
14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube;
porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.
Para Dios, había algo muy atractivo en la forma en que los Israelitas le estaban alabando,
y además, estaba complacido con el agradecimiento que estaban expresando de corazón.
A causa de todo esto, Dios decidió aparecer de forma muy inusual. Yo me alegro mucho
al poder decirles que la Biblia nos cuenta que tú y yo tenemos un mejor pacto, uno
establecido sobre mejores promesas. Como creyentes del Nuevo Testamento, nosotros
tenemos el derecho de experimentar aun más de la presencia de Dios en nuestras vidas.
Pero tomemos nota de lo escrito: Nos dice que estando en ese espíritu de gratitud, dando
gracias a Dios, estaban unánimes, y cantaron y alabaron a Dios a una voz. La gratitud
debería ser algo que se escucha! Deberíamos de elevar nuestras voces a Dios tal como
nos instruye las Escrituras. Ya sea si lo cantas, o lo gritas, debería ser algo que se puede
escuchar. Como es de esperar, alguna gente dice, “Bueno, yo tengo alabanza en mi
corazón. Estoy agradecido para con Dios en mi corazón y no hace falta que lo diga en voz
alta.” Sin embargo Jesucristo dijo que de la abundancia del corazón, la boca habla. Si en
verdad tienes un corazón lleno de gratitud, entonces esa gratitud debería encontrar su
expresión en algo vocal, algo que sale de tu boca. Si no está saliendo de tu boca, mas te
vale que averígües la fuente de esa gratitud. Debemos de expresar nuestra alabanza tanto
verticalmente a Dios como horizontalmente los unos a los otros. Es de suma importancia
que verbalicemos nuestra alabanza.
Por ejemplo, puede que tengas unos sentimientos fuertes y cálidos hacia tu familia. En tu
corazón aprecias a tu esposa y todas las cosas que ella hace y su labor de amor hacia su
familia. O si eres la esposa, puede que aprecies de corazón y tu esposo, o estás agradecida
por algo que tus hijos hayan hecho por tí. Sin embargo, si nunca se los dices, si nunca
verbalizas esa gratitud, ellos nunca podrán sacar el beneficio de tu agradecimiento.
De hecho, nadie saca un beneficio en lo más minimo, ni reciben el ánimo que podrían
recibir. Quizá te veas como una persona que aprecia a otros, pero si tu gratitud no se
expresa, entonces no es una gratitud verdadera.
Digamos que eres un supervisor y tienes un equipo de personas que trabajan para ti.
Ves a uno de tu equipo y piensas, “¡vaya, no se que haría si ella no estuviese en mi
equipo!” Pues ¿que esperas para decírsela? No es suficiente que sólo lo pienses en tu
corazón. La gratitud no es una gratitud verdadera hasta que se exprese. La razón de esto
es que la gratitud es algo que se usa para bendecir a otros. Además de esto, necesitamos
aprender a verbalizar nuestra gratitud para con Dios, como también el uno al otro. Cada
uno de nosotros tenemos una lista muy larga de personas a la cuales necesitamos expresar
nuestra gratitud, y una larga, pero muy larga, de cosas por las cuales deberiamos expresar
nuestra gratitud a Dios.
Pienso en mi mismo. Esta mañana desperte en mi sano juicio. En mi caso, no siempre fue
así. Tengo muchísimas cosas por las cuales estoy agradecido, y es mi deber comunicar
ese agradecimiento a otros. La gratitud, no es una gratitud verdadera hasta que se
exprese.
El día en que Jesús sano a Bartimeo de su ceguera, la Sagrada Escritura nos dice que él
siguió a Jesús en el camino. Dios le dijo al Faraón, “Pon en libertad a mi pueblo para que
me sirvan.” La expresión natural de un corazón que ha sido liberado, es el querer servir a
Dios.
¿Estás agradecido por lo que Dios ha hecho en tu vida? Si lo estás, entonces sírvele. Sirve
a su familia. Sirve a la iglesia. Sirve a los necesitados, tanto los que están en la iglesia
como los que están fuera de la iglesia. Jesucristo dijo, “si lo has hecho al menor de estos
mis hermanos, me lo has hecho a mí.” La eternidad no será lo suficientemente larga para
que yo derrame mi vida en servicio ante Él en gratitud por todo lo que Él ha hecho por
mi. Algunos de ustedes han oido parte de mi testimonio, pero no se imaginan lo mal que
realmente estaban las cosas. Yo tengo muchísimo por el cual estar agradecido. Y una de
las maneras que yo expreso esa gratitud, es en decirle, “Señor, aquí me tienes.” Cada uno
de nosotros tenemos ciertos dones y habilidades. Cada uno de nosotros tenemos cosas
que Dios ha depositado en nuestras vidas. Deberíamos de encontar el camino para servir
a otros y a Dios, usando los dones que hemos recibido. La gratitud es algo que se expresa
por medio de un servicio de amor. Mucha gente quiere servir a Dios, pero solamente en
una capacidad de consejero, diciéndole lo que debería hacer. Dios no necesita consejeros.
Hace ya tiempo que leí una historia sobre un acueducto que los romanos contruyeron en
el año 109 A.D. Este acueducto suministraba agua a la ciudad de Segóvia, España.
Durante un período de 1,800 años, ese acueducto romano bajaba agua fresca de las
montañas a la ciudad calurosa de Segóvia. Más de 50 generaciones de hombres bebieron
agua de ese acueducto. Pues una generacion reciente dijo, “¡Pero si esto es una maravilla!
Tenemos que preservar la integridad del acueducto para nuestros hijos y las generaciones
venideras, para que todos puedan disfrutar de esta maravilla.” Y fue así que cortaron el
flujo de agua que corría por el acueducto, dándole un descanso de los miles de años de
labor que había hecho. Enterraron tuberías modernas y empezaron a suministrar el agua a
la ciudad por medio de estas tuberías, en vez de usar el acueducto.
Para sorpresa de todos, en muy poco tiempo el acueducto empezo a desmoronarse y
deteriorarse. Después de 1,800 años de servicio, empezo a caerse. Porque sin el fluir de
agua a través de sus canales, el mortero expuesto al sol se calentó y se secó.
Subsecuentemente, empezó a derrumbarse.
Algunos de ustedes han perdido la vitalidad de la vida. Han perdido esa chispa que aviva
la vida. Yo quiero sugerir que puede ser a causa de que han dejado de servir. Yo creo que
la vitalidad y la salud espiritual se mantiene por medio del servicio. Conforme dejamos
que la vida de Dios fluya a través de nosotros a otros, es entonces cuando mantenemos la
vitalidad, el celo y esa frescura que viene con el servicio. Pero en el momento que
dejamos de servir, nuestras vidas espirituales se empiezan a desmoronar. Eso es lo que les
ha sucedido a muchos cristianos. Te has secado espiritualmente y es a causa de que ya no
estás sirviendo. Sirve a Dios y sirve a otros como una expresión de tu gratitud por todo lo
que Dios ha hecho en tu vida.
Número tres: La gratitud se puede, y debería ser expresado por medio del dar
regalos y apoyo material.
Esto lo podemos aplicar al pago de nuestros diezmos, que es el honrar a Dios con la
décima parte de tus entradas. Esto es muy interesante, porque la primera mención que
tenemos de diezmos en la Biblia, es en la historia de Abraham, cuando el trajo los
diezmos a Melquisedec. Es muy obvio en la historia que Abraham no estaba saldando un
deuda, ni estaba cumplienda de mala gana con una obligación. Mas que nada, era
sencillamente una expresión de gratitud por parte de Abraham a Dios, por todo lo que
Dios había hecho por él.
Hay una cosa que los catedráticos de la Biblia llaman, “La Ley de la Primera Mención.”
Al presentarse un tema en las Sagradas Escrituras por primera vez, se establece un patrón
por medio del cual se debe interpretar esa escritura y esa verdad. Ese patron debe ser
usado para interpretar esa verdad cada vez que aparece o se menciona en versículos
subsecuentes. Por favor tomen nota de esto. La primera vez que se menciona el diezmo,
se menciona como una expresión de gratitud. La segunda vez que se menciona sigue
siendo en el libro de Genesis, pero ahora es en conexión con Jacob, el nieto de Abraham.
Aquí tenemos un hecho del mismo sentimiento. El diezmo se usó como una expresión de
gratitud hacia Dios por las bendiciones que había traido a su vida, y así debería ser con
nosotros también.
Vamos a mirar un pasaje en el libro de Números 31:48. Esta es una historia muy
intrigante. Los Israelitas habían librado una gran batalla contra los Madianitas. Los
Israelitas habían enviado a 1,000 guerreros de cada tribu, así que su ejercito se componía
de 12,000 guerreros valientes acometidos en una batalla feroz. Despues de haber ganado
la victoria, los capitanes de Israel y los líderes empezaron tomar un censo y a contar las
tropas para ver quien quedaba después de la batalla. Quedaron atónitos ante los
resultados. Empezamos la lectura en Números 31:48 y leemos:
48 “vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de
millares y de centenas,
49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra
que están en nuestro póder, y ninguno ha faltado de nosotros.
50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado,
alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos, y cadenas, para hacer
expiación por nuestras almas delante de Jehová.”
¡Estos jefes y líderes estaban bastante conmovidos por lo que Dios había hecho,
protejiéndoles a todos! Al empezar la recuenta de sus tropas, se empezaron a dar cuenta
que no habían perdido ni un solo soldado de ninguna de las 12 tribus. Se dieron cuenta
que Dios los había protejido de forma sobrenatural. Quedaron tan conmovidos, que en
respuesta, le trajeron una ofrenda generosa a Dios. Fue una expresión de gratitud que
salía de sus corazónes.
¿Hay alquien aquí presente que en algún momento de sus vidas, salieron ilesos de un
accidente automovilístico? ¿Te ha protejido alguna vez la mano de Dios de forma
milagrosa?
¿Has sufrido una enfermedad grave, solo para recuperarte sin consecuencias? ¿Ha
protegido Dios a un ser querido tuyo? Pues si alguna de estas cosas es ciertas en tu vida,
una de la formas que puedes expresar gratitud hacia Dios es en darles una ofrenda.
No estamos hablando de pagarle a Dios por su misericordia y sus bendiciones. Esas cosas
no se pueden comprar. Es meramente una expresión de un corazón lleno de gratitud.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 28, tenemos la historia del naufrágio
de San Pablo y sus compañeros en la Isla de Malta. Al quedar náufragos en la isla, los
naturales de aquella isla les demostraron mucha gentileza, cuidando de ellos. El jefe de la
isla era un hombre llamado Publio, y aconteció que el padre de Publio estaba en cama,
enfermo de fierbre y de disentería. La Biblia nos dice, “ y entró Pablo a verle, y después
de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. Hecho esto, también los otros que en la
isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados.” El siguiente versículo dice, “los
cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron
de la cosas necesarias.” Les trajeron regalos y presentes como expresión de su gratitud
por lo que había acontecido. No fue un pago por las sanidades, sino ellos simplemente
querían expresar su gratitud.
Ahora, bien, sé que han habido algunos que se han hecho expertos en la manipulación de
de las emociones de otros, usando algo que Dios hizo por ellos como un movil para
sacarles una ofrenda. Sin embargo, no podemos permitir que el payaso eche a perder todo
el desfile. Simplemente porque alguien haya manipulado, empujado, obligado, engañado
a la gente, malusando algo que Dios hizo para sacarles una ofrenda, no podemos permitir
que eso nos aparte de un principio real que vemos en las Sagradas Escrituras.
Habrá aquellos momentos en que sea apropiado, y puede que Dios te lo ponga sobre el
corazón como expresión de agradecimiento y gratitud, el responder de esta forma.
Podemos leer más de este tema en Gálatas 6:6, donde dice, “El que es enseñado en la
palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.” Una vez más, lo que Dios
está diciendo es “Expresa tu gratitud a cualquiera que te ayuda.” Es algo normal, el
querer expresar la gratitud.
Por ejemplo, hubo un niño que fue el primero en compartir el evangelio de Cristo
conmigo. Él y su familia fueron muy instrumentales en ayudarme encontrar al Salvador.
No faltaba semana en que yo no iba a visitarles. ¿Y sabes que? Nunca falté en ir primero
al supermercado antes de ir a su casa. En esa época, yo no tenía mucho dinero, pero
siempre aparecía con algo en la mano, si solo un queso o una botella de leche. Mi
corazón quería bendecirles, y me parecía la cosa natural que debería hacer. Como ellos
fueron el movil que me llevó a la salvación, yo quería, de alguna manera, el devolver el
favor. Era sencillamente una expresión de gratitud de mi parte.
Mira el pasaje de 2 Timoteo 1:16. Aquí vamos a leer una oración que está subiendo a la
superficie en el corazón de Pablo al estar hablando con Timoteo:
Ahora bien, la casa de Onesíforo había traido gran bendición a Pablo. Al estar otros
avergonzados de sus cadenas, Onesíforo no lo estaba. Alguna gente no quería asociarse
con un hombre que se encontraba en cadenas. Y cuando ellos vinieron a Roma, nos dice,
“me buscó solícitamente y me halló.” No sé si lo sabes o no, pero en aquel día, Roma era
una ciudad muy grande. El encontrar a un hombre solitario, era un acontecimiento en si.
Pero lo hicieron. Pablo dijo, “porque muchas veces me confortó.” Aquí Pablo está
diciendo, “Hombre, fueron muy bondadosos conmigo. ¡Que Dios les bengida! Dios
concédeles Tu bondad. ¡O Dios, demuestra Tu misericordia a esa casa.”
Fue una expresión natural del corazón de Pablo hacia la casa de Onesíforo.
Escucha lo que Pablo dijo en Efesios 1:16. “no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo
memoria de vosotros en mis oraciones.” Una persona con un corazón agradecido, no
facilmente se olvida de las misericordias y las bondades que le han sido demostradas.
Una forma que nosotros podemos expresar esa gratitud hacia alguien quien nos ha
demostrado bondad, es por medio de nuestras oraciones. Ora lo siguiente, “¡Dios, yo pido
que bendigas a fulano hasta no poder aguantar la bendición! Dios, bendice a sus hijos.
Dales victorias en sus vidas. Haz algo sobresaliente en sus vidas. Señor, demuestrales
misericordia. Ayúdales y guíales en todo.” Es una expresión de gratitud cuando oras por
aquellas personas que te han ayudado.
Razón número uno: Te mantendrá con un corazón tierno y sensible hacia Dios.
No solo fortalece nuestra relación con Dios, sino que es una fuente de fortaleza en
nuestras relaciones con otros. Es muy dificil estar al lado de una persona desagradecida.
Nadie quiere ser amigo de aquel que es ingrato.
Yo tengo unos amigos que abrieron su casa a una persona para que se quedase con ellos
un par de semanas. La razón por la cual hicieron esto, es que el hombre estaba pasando
por una mala racha, y el quisieron ayudar. Al finalizar el tiempo de su visita, yo hablé
con mis amigos y me dijeron, “¡Bayless, no podemos esperar hasta que se vaya este
tipo!” Al preguntarles el por qué, ellos respondieron, “ Él es una persona totalmente
desagradecida. No da las gracias por nada que le hagas ni le des. Nos trata como si nos
estuviera haciendo un favor al quedarse con nosotros. Demanda cosas continuamente. Él
espera que le demos todo, y no aguantamos más. No podemos esparar hasta que se largue
este señor.”
La gratitud atrae. La ingratitud repela. Esto es verdad de Dios como también es verdad de
la gente. El demostrar gratitud en nuestras vidas, atrae a Dios. Si regresamos a una
lectura que encontramos en 2 Crónicas 5, dice que al levantar sus voces la gente, y a
verbalizar su gratitud para con Dios, de repente Dios apareció de forma inusual.
En el Salmo 22, Dios establece su trono sobre las alabanzas de su pueblo. Al demostrar
nosotros una gratitud verdadera hacia Dios, Él se acercará a nosotros. Pero si no sabemos
demostrar gratitud y somos ingratos en nuestra respuesta a Él, eso lo repelará de nosotros.
Es verdad de Dios como tambien es la verdad en cuanto a otra gente. La razón por esto es
que la gratitud es una expresión de dependencia y de humildad. Mientras que la ingratitud
es una expresión de auto-suficiencia y egoismo. En el Salmo 138:6 nos dice, “Porque
Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.”
Dios conoce al altivo, pero lo conoce de lejos. El egoismo no es más que una expresión o
el resultado de un corazón desagradecido, y eso repelará a Dios de tí. Las personas
tambíen sienten lo mismo al enfrentarse con la ingratitud. Sin embargo, son atraidos por
una persona que tiene un corazón agradecido. Hay algo divinamente atractivo en un
corazón agradecido. La gratitud fortalece las relaciones.
Razón número tres: La gratitud es una de las formas en que podemos expresar
nuestra fe.
Al estar Cristo delante de la tumba de Lázaro en el capítulo 11 del Evangelio según San
Juan, Lázaro se encontraba muerte y sepultado en la tumba. Jesús tuvo en ese momento la
osadía de decir en el verso 41, “...Padre, gracias te doy por haberme oído.”
Nosotros debemos aprender el secreto de dar las gracias, de gritar nuestra alabanza y de
cantar nuestros cánticos, aún cuando los muros de Jericó siguen de pie. Debemos
aprender como decir, “Padre, te doy las gracias por haberme escuchado”, aún cuando
nuestro Lázaro sigue sepultado en la tumba.
Al estar enseñando sobre la fe en Marcos 11:22, Jesús dijo “Ten fe en Dios.” Luego, en
el versículo 23, habló sobre como la fe funciona en conjunto con las palabras que salen
de nuestra boca. El habló sobre el “decir a esta montaña.” En el verso 24, el siguió su
enseñanza con la verdad de como la fe funciona en relación con nuestras oraciones: “Por
tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”
La Biblia en la traducción Amplificada dice, “Cree que se te ha concedido, y lo
recibirás.” Al orar, necesitas creer que ya se ta sido concedido. Al orar...no cuando las
cosas cambian de parecer, no cuando los sentimientos cambian. Al orar...cree que Dios te
ha escuchado y que te ha concedido lo que has pedido, y lo recibirás. Ahora mucha gente,
prefiere recibirlo primeramente y luego creer que lo han recibido. Pero eso está al revés.
Tienes que creer primeramente para poder recibir. Tienes que creer que se te ha
concedido, antes de poder tenerlo. La fe pone todo en el tiempo pasado. ¿Y sabes que? Si
ya crees que Dios te lo ha concedido, la respuesta apropiada de tu parte es el decir,
“Señor, Gracias.”
No hace mucho tiempo, mi hijo Spencer, recibió su cinturón negro. Él había estado
practicando el kárate por mucho tiempo. Pues yo le había dicho antes de que recibiera su
cinturón negro, “Hijo, has trabajado tan duro en esto, y tu mamá y yo queremos que sepas
cuan orgullosos estamos de tí. Al recibir tu cinturón negro, tú y yo vamos a ir a la tienda,
“The Guitar Center”, y yo te voy a comprar una guitara nueva. ¿Que marca de guitarra
quieres?” él contestó, “ Papá, yo quiero una Schecter.” “Muy bien” le dije, “te voy a
llevar a comprar una Schecter nueva. Trato hecho.” ¿Sabes lo que él contestó? “Gracias
papá.”
4 Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David pór rey sobre la casa de
Judá. Y dieron aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que
sepultaron a Saul, dándole sepultura.
5 Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles:
Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro
señor, con Saúl, dándole sepultura.
6 Ahora, pues, Jehová haga con vosotros misericordia y verdad; y yo también os
haré bien por esto que habéis hecho.
Para poder entender el impacto de todo esto, tenemos que regresar aún más en la historia.
Los hombres de Jabes de Galaad se encontraron sitiados en su ciudad por el rey
Amonita, y se dieron cuenta de que realmente no tenían ninguna defensa contra los
Amonitas.
Entonces le preguntaron al Rey Amonita, “¿Que podemos hacer nosotros en cuanto a una
tregua con ustedes, para que no nos maten?” A eso respondió el Rey Amonita, “Voy a
sacar el ojo derecho de cada hombre de la ciudad, y luego os dejaré en paz.” Bueno, ¡esa
opción realmente no era una buena opción! Los hombres de Jabes de Galaad entonces
enviaron mensajeros a Saul. El Rey Saul respondió con un ejército de hombres y así
liberó a los de Jabes de Galaad de las manos del Rey Amonita. Los hombres de Jabes de
Galaad estaban muy agradecidos por este acto bondadoso.
Más tarde en la historia, el Rey Saul y su hijo Jonatán, fueron muertos a manos de los
Filisteos. Los Filisteos les cortaron la cabeza a Saul y Jonatán y luego clavaron sus
cuerpos a uno de los muros de su ciudad. Los hombres de Jabes de Galaad estaban tan
agradecidos por lo que Saul había hecho por ellos, que un grupo de ellos entró en la
ciudad filistea y tomaron los cuerpos de la pared. Luego, los llevaron a Israel de nuevo y
les dieron un entierro digno de su posición. Todo esto lo hicieron porque estaban
agradecidos. Entonces les dijo David, “Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis
hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura. Ahora, pues,
Jehová haga con vosotrso misericordia y verdad; y yo también os haré bien por esto que
habéis hecho.” David estaba agradecido por lo que ellos habían hecho. Aquí ocurrió un
efecto de dominó, poniendo en acción una ley. Los hombres de Jabes de Galaad hicieron
algo porque estaban agradecidos. David vió lo que habían hecho y propuso el bendecirles
por su espíritu dador. Y ahora, la persona que estaba en fila para recibir la bendición era
David.
La misma ley puede funcionar en tu vida, como también puede funcionar en la mía.
Nosotros desatamos los engranajes que mueven esta ley. Yo sé que algunas pesonas
sienten como si nadie les apreciara. ¿Aprecias tú a otra gente? ¿Puedes expresar ese
aprecio? ¿Eres una persona que sabe y puede expresar gratitud? Si lo haces, es una ley
inalterable. Siempre recibirás la recompensa devuelta. Y cuando la bendición te cae a tí,
te caerá en cantidades mucho más grandes de lo que diste tú. Sin embargo, tú eres el que
tienes que iniciarlo.
Razón número cinco: Te ayuda a guardar lo que ya tienes, y abre la puerta para
que recibas más todavía.
¿Hay algunos padres aquí en la reunión? ¿No es esto verdad? ¿Si tu hijo o hija es
agradecido y demuestra esa gratitud por lo que le has dado o por lo que has hecho por él,
¿no te da aun más ganas el querer darle más? Pero si ellos son unos malagradecidos,
dándote el entender que se los debes, entonces esa actitud te causa el querer cortar el
suministro de bienes y bendiciones, ¿no es así? Creo que Shakespeare lo dijo muy bien:
“Más agudo que el colmillo de una serpiente, es el tener un hijo desagradecido.”
Quiero leerles algo. Esto viene de la traducción de la Biblia que se titula, “La Biblia al
Día”. Es la historia de Ezequías, empezando en el 2 Crónicas 32:24. Dice así, “Pero en
ese tiempo se enfermó Ezequías a muerte, y el oró al Señor, y el Señor le respondión con
un milagro.” Sin embargo, Ezquías no respondió con una gratitud verdadera y con
alabanza, dado el hecho que era soberbio, y así vino la ira de Dios sobre él y sobre todos
los de Jerusalén y Judá. Pero después de un tiempo, tanto Ezequías como el pueblo de
Israel se humillaron, y así no cayó la ira de Dios sobre ellos durante la vida de Ezequías.”
Dios hizo algo milagroso a favor de Ezequías; pero Ezequías, a causa de su soberbia, no
respondió a la bondad de Dios con agradecimiento y gratitud. ¿Y saben que? Él perdió la
bendición que podría haber recibido. Necesitamos ser personas de corazónes agradecidos.
El Salmo 100:4, “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con
alabanza.” Sin la gratitud, ¡ni podrás pasar por las puertas!
Recientemente, yo fuí a jugar al golf con un amigo que vive en una comunidad cerrada
que tiene un campo de golf privado. El me dijo, “Bayless, cuando llegues a la entrada de
la comunidad, habrá una caseta de guardia. Al salir el guardia, sólo tienes que darle mi
nombre. “ Así que llego a la caseta y sale el guardia y le digo, “Yo soy el invitado de
fulano.” El guarda entonces respondió, “¡Está bien!” La puerta se abrió, yo sonrié y pasé
con mi coche a la comunidad.
Bueno, ¿pues sabes qué? Dios tiene una puerta. Y va a salir un guardia de la caseta y te
va a decir, “¿sabes la contraseña?” Y te hago la misma pregunta, ¿sabes la contraseña? La
contraseña es “¡GRACIAS!” ¡Nosotros entramos por sus puertas con acción de gracias, y
as sus atrios con alabanza! Si quieres ver más de la presencia de Dios en tu vida, entonces
empieza a demostrar más gratitud hacia Dios.
Razón nùmero siete: La gratitud es la expresión normal del corazón que ha sido
perdonado.
El que ha sido perdonado mucho, ama mucho. Ella que ha sido perdonada mucho,
demuestra mucha gratitud.
Cada uno de nosotros tenemos antecedentes. Cada uno de nosotros tenemos una historia.
La historia de mi esposa es muy distinta a la mía; tu historia será muy distinta a la de tu
vecino. La gracia de Dios se ha cruzado con nuestras vidas, y Él ha hecho algo
verdaderamente maravilloso. Yo llevo casi 30 años caminando con mi precioso Salvador,
y aun así, sigo atónito cada vez que pienso en Él, en lo que es, y en lo que ha hecho por
mí. No se porque, pero no me entra del todo el hecho de que yo conozco al Creador. A
mí me toca el poder caminar y hablar con el Creador de universo. ¡aleluya! ¡Es una cosa
muy buena!