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1. Análisis de la realidad.
2. Descubrir los elementos de la misión: aquellos ideales, objetivos, prioridades a corto o medio plazo que
se ven con urgencia.
3. Mirar al futuro: perfilar los rasgos de la escuela de futuro en los ámbitos pedagógico, de gestión y
pastoral.
4. Poder establecer las líneas de trabajo, las estrategias para llegar desde el hoy a la escuela del mañana que
se desea.
Este puede ser el esqueleto a tener en cuenta permanentemente:
1. El análisis de la realidad nos permite tener los pies en la tierra y reconocer los pasos que se van dando.
2. La misión nos permite analizar el objetivo para el que ha sido fundada la escuela cristiana y en concreto
la escuela corazonista:
Educación cristiana, compromiso con un estilo de vida, tal vez pasado de moda, pero rompedor como
es el estilo de Jesús de Nazaret.
Instrucción, preparándoles para insertarse útilmente en la sociedad.
Rasgos peculiares de esa educación: cercanía, individualización, presencia.
3. Los rasgos de la escuela de futuro podrían establecerse en las siguientes líneas:
Ambito pedagógico:
Paso de la enseñanza al aprendizaje: ya no se habla de enseñanza, ha dejado o debe dejar de ser el
protagonista el enseñante para dar paso al protagonismo del aprendiz.
Rasgos del aprendizaje: significativo (motivador, útil) y autónomo.
Individualización y especialización crecientes.
Atención a las diferencias.
Ambito de gestión:
Establecer adecuadas vías de participación.
Mejora de los canales de comunicación.
Esfuerzo por el trabajo en equipo.
Dejar las labores administrativas en manos de especialistas, ajenos a la dirección tanto titular
como pedagógica.
Creciente presencia de los seglares en el colegio en cargos de responsabilidad.
Ambito pastoral:
Desde la comunidad religiosa.
Desde la comunidad educativa.
Para la coherencia y maduración personal.
Para el compromiso social.
Ambito innovador: cada vez se hace más necesario, dada la competencia y el descenso de la
natalidad, de elementos específicos e innovadores que hagan de la escuela corazonista, una escuela
distinta y con públicos objetivos interesados. En este sentido, las autoridades educativas corazonistas
debieran elegir, según la realidad de los centros alguna línea innovadora, entre ellas se podría pensar
en:
Plurilingüismo.
Atención a la diversidad.
Programas innovadores de aprendizaje.
Diseños modernos de gestión: cooperativas con otros centros, intercambios internacionales...
Nuevas tecnologías.
4. En todo caso la apuesta por la elaboración de un plan genérico de formación, debiera tener presente la
implicación de todos los sectores de la comunidad educativa y dado el estilo que hasta ahora se ha
mostrado parece lógico que se siga con una dinámica inductiva. Búsqueda de estrategias