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Allá por el año 1933, en el mes de Abril, al iniciarse las clases en el Colegio Nacional de San Juan de Trujillo, el Profesor Diego Camacho, llegó a dictar la suya en una de las aulas del V° Año de Media. Desde el primer momento notó una cosa extraña: los alumnos habían tomado asiento en las filas posteriores, alejados del pupitre del maestro, a pesar de haber,
en las primeras filas varios asientos vacíos.
—¡Acérquense más, acérquense... —dijo el Profesor— Aquí veo varios asientos desocupados.
Nadie se movió de su sitio. Nadie respondió.
Diego Camacho insistió con cierta cordial energía:
—Pero... no me explico... ¿Por qué habiendo sitios disponibles en las primeras filas, ustedes prefieren las de atrás?-...
Un alumno rompió el mutismo inexplicado, se puso de pie y dijo:
—Señor Profesor: No ocupamos esos asientos vacíos, porque pertenecieron a compañeros nuestros que han muerto en la Revolución, con las armas en la mano. Hemos resuelto, por
eso rendirles este homenaje hasta fin de año...
Efectivamente. Es histórico que en la Revolución de Trujillo, de 1932, varios muchachos del Colegio Nacional de San Juan, se batieron heroicamente y murieron en los combates de
La Floresta, Portada de la Sierra y Portada de Mansiche.
Camacho respetó tan noble decisión. Y agregó solemnemente, con voz emocionada:
—Está bien, mis queridos alumnos. Ellos merecen este significativo homenaje. ¡Murieron defendiendo un ideal...!
Fuente:
REBAZA ACOSTA, Alfredo. Anecdotario histórico del Perú, Editorial e Imprenta Desa, Lima, Breña, Perú
Оригинальное название
Del Anecdotario histórico del Perú de Alfredo Rebaza Acosta
Allá por el año 1933, en el mes de Abril, al iniciarse las clases en el Colegio Nacional de San Juan de Trujillo, el Profesor Diego Camacho, llegó a dictar la suya en una de las aulas del V° Año de Media. Desde el primer momento notó una cosa extraña: los alumnos habían tomado asiento en las filas posteriores, alejados del pupitre del maestro, a pesar de haber,
en las primeras filas varios asientos vacíos.
—¡Acérquense más, acérquense... —dijo el Profesor— Aquí veo varios asientos desocupados.
Nadie se movió de su sitio. Nadie respondió.
Diego Camacho insistió con cierta cordial energía:
—Pero... no me explico... ¿Por qué habiendo sitios disponibles en las primeras filas, ustedes prefieren las de atrás?-...
Un alumno rompió el mutismo inexplicado, se puso de pie y dijo:
—Señor Profesor: No ocupamos esos asientos vacíos, porque pertenecieron a compañeros nuestros que han muerto en la Revolución, con las armas en la mano. Hemos resuelto, por
eso rendirles este homenaje hasta fin de año...
Efectivamente. Es histórico que en la Revolución de Trujillo, de 1932, varios muchachos del Colegio Nacional de San Juan, se batieron heroicamente y murieron en los combates de
La Floresta, Portada de la Sierra y Portada de Mansiche.
Camacho respetó tan noble decisión. Y agregó solemnemente, con voz emocionada:
—Está bien, mis queridos alumnos. Ellos merecen este significativo homenaje. ¡Murieron defendiendo un ideal...!
Fuente:
REBAZA ACOSTA, Alfredo. Anecdotario histórico del Perú, Editorial e Imprenta Desa, Lima, Breña, Perú
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Allá por el año 1933, en el mes de Abril, al iniciarse las clases en el Colegio Nacional de San Juan de Trujillo, el Profesor Diego Camacho, llegó a dictar la suya en una de las aulas del V° Año de Media. Desde el primer momento notó una cosa extraña: los alumnos habían tomado asiento en las filas posteriores, alejados del pupitre del maestro, a pesar de haber,
en las primeras filas varios asientos vacíos.
—¡Acérquense más, acérquense... —dijo el Profesor— Aquí veo varios asientos desocupados.
Nadie se movió de su sitio. Nadie respondió.
Diego Camacho insistió con cierta cordial energía:
—Pero... no me explico... ¿Por qué habiendo sitios disponibles en las primeras filas, ustedes prefieren las de atrás?-...
Un alumno rompió el mutismo inexplicado, se puso de pie y dijo:
—Señor Profesor: No ocupamos esos asientos vacíos, porque pertenecieron a compañeros nuestros que han muerto en la Revolución, con las armas en la mano. Hemos resuelto, por
eso rendirles este homenaje hasta fin de año...
Efectivamente. Es histórico que en la Revolución de Trujillo, de 1932, varios muchachos del Colegio Nacional de San Juan, se batieron heroicamente y murieron en los combates de
La Floresta, Portada de la Sierra y Portada de Mansiche.
Camacho respetó tan noble decisión. Y agregó solemnemente, con voz emocionada:
—Está bien, mis queridos alumnos. Ellos merecen este significativo homenaje. ¡Murieron defendiendo un ideal...!
Fuente:
REBAZA ACOSTA, Alfredo. Anecdotario histórico del Perú, Editorial e Imprenta Desa, Lima, Breña, Perú
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