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XLIII Esta cabeza, cuando viva, tuvo sobre la arquitectura destos huesos carne y cabellos, por quien fueron

presos los ojos que mirndola detuvo. Aqu la rosa de la boca estuvo, marchita ya con tan helados besos, aqu los ojos de esmeralda impresos, color que tantas almas entretuvo. Aqu la estimativa en que tena el principio de todo el movimiento, aqu de las potencias la armona. Oh hermosura mortal, cometa al viento!, dnde tan alta presuncin viva, desprecian los gusanos aposento?

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