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FRACTURAS C
I
N
ASIGNATURA : IMAGENOLOGÍA
A
DOCENTE : DR. HUMBERTO ROSAS LAVADO.
CONCEPTO:
La definición clásica de fractura: "solución de continuidad, parcial o total de un hueso",
aun cuando corresponda a la realidad, por su misma simplicidad, no logra dar toda la
significación patológica de lo que realmente ocurre en una fractura. Cuando ello sucede,
todos los otros elementos del aparato locomotor resultan o pueden resultar igualmente
dañados; se lesionan en mayor o menor grado articulaciones, músculos, vasos, nervios,
etc., sea en forma directa por acción del traumatismo o indirecta como consecuencia de
las acciones terapéuticas. Tal es así, que no es infrecuente que el origen de las
complicaciones o de las secuelas, a veces invalidantes, no nacen directamente del daño
óseo en sí mismo, sino del compromiso de las partes blandas directa o indirectamente
involucradas en el traumatismo.
La fractura pelviana, con rasgo cotiloídeo, como fractura de pelvis propiamente tal, no
implica problemas; la complicación grave, tanto terapéutica como en sus secuelas, deriva
del compromiso de la articulación de la cadera. La fractura del calcáneo, de los cuerpos
vertebrales, de la base del cráneo, etc., son otros tantos ejemplos pertinentes.
Una definición conceptual de fractura sería: "un violento traumatismo de todos los
elementos del aparato locomotor y órganos vecinos, donde uno de ellos, el hueso, resulta
interrumpido en su continuidad".
CAUSAS:
Las fracturas ocurren cuando se ejerce sobre el hueso una fuerza mayor de la que éste
puede absorber. Los huesos son más débiles cuando se tuercen. Las rupturas de los
huesos pueden ser producto de caídas, traumatismos, golpes o patadas al cuerpo. El
hueso de un niño difiere del hueso de un adulto en una variedad de formas:
• El hueso de un niño sana mucho más rápido que el hueso de un adulto. Cuanto
más joven sea el niño, más rápido se cura.
• Los huesos son más frágiles en los niños y tienden a curvarse o doblarse más que
a romperse completamente.
• Los niños tienen abiertos los cartílagos de crecimiento, también denominados
epífisis, localizados en el extremo de los huesos largos. Ésta es una zona donde
crece el hueso. Una lesión en el cartílago de crecimiento puede tener como
resultado discrepancias de longitud en la extremidad o deformidades angulares.
SÍNTOMAS:
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de una fractura. Sin embargo,
cada quien puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
• Dolor en la zona lesionada.
• Hinchazón en la zona lesionada.
• Deformación evidente de la zona lesionada.
• Dificultad para utilizar o mover la zona lesionada de forma normal.
• Calor, moretones o enrojecimiento en la zona lesionada.
Los síntomas de un hueso roto pueden parecerse a otras condiciones.
• Tomografía
b) Fase reparativa
c) Fase de remodelación
A. Fase inflamatoria:
B. Fase reparativa:
Se inicia con la reorganización del coagulo y la vez existe una gran proliferación de
células en la capa profunda del tejido perióstico cercano a la fractura. Estas
células precursoras de los osteoblastos rodean cada fragmento y crecen hacia el
otro fragmento. Hay también actividad celular en el canal medular, aparentemente
a partir del endostio y de la medula ósea, que también crece hacia el otro
fragmento. Los osteoblastos van a producir sustancia oteoide que se deposita
sobre el hueso subyacente. En la parte más central de la fractura el hamatoma se
ha transformado en tejido de granulación, sufriendo los fibroblastos metaplasia y
transformándose en condroblastos. Según avanza la fase proliferativa, el cartílago
sufre transformación en hueso. En este momento el callo está constituido por un
hueso primario, es decir, por hueso en el que no existe una ordenación precisa
entre sus componentes.
C. Fase de remodelación:
La arquitectura del esqueleto se corresponde bien las necesidades mecánicas del
sistema. Por ello, cuando la unión es completa, el hueso nuevo forma una especie
de collarete redondeado, alrededor de la fractura, que va gradualmente
alargándose siguiendo las líneas de stress del hueso de forma muy lenta. Este
proceso es muy llamativo en los niños en los que la remodelación de una fractura
llega a hacerla desaparecer, pese a que hubiera una mala aposición inicial, al ir
desapareciendo lentamente el callo primario.
Figura: Curación de las fracturas. A la izquierda, callo fibroso: tejido granulatorio, sangre
(puntos negros) y material necrótico (óvalos negros). A la derecha, callo óseo (interno) y
cartilaginoso (externo), ambos transitorios. (Modificado).
1. Edad: Las fracturas curan tanto más rápido cuanto más joven es el individuo
afectado.
2. Grado del traumatismo local: Cuanto mayor sea la conminucion del hueso y
la afectación de los tejidos blandos, mayor será el tiempo necesario para la
curación.
Según su localización
Los huesos largos se pueden dividir anatómicamente en tres partes principales: la diáfisis,
las epífisis y las metáfisis.
La diáfisis es la parte más extensa del hueso, que corresponde a su zona media.
Las epífisis son los dos extremos, más gruesos, en los que se encuentran las superficies
articulares del hueso. En ellas se insertan gran cantidad de ligamentos y tendones, que
refuerzan la articulación.Las metáfisis son unas pequeñas zonas rectangulares
comprendidas entre las epífisis y la diáfisis. Sobre ellas se encuentra el cartílago de
crecimiento de los niños.
• Por compresión - el hueso se aplasta, provocando que éste se vuelva más ancho
o más plano.
Probablemente sea una de las más frecuentes, constituyendo no menos de 10% de todas
las fracturas que consultan en la práctica diaria.
Definición
Es una fractura de rasgo transversal de la epífisis inferior del radio y que presenta
notoriamente tres desviaciones que son típicas:
Etiopatogenia
La caída sobre el talón de la mano genera una fuerza axial que se transmite desde los
huesos del carpo contra la epífisis radial; el peso del cuerpo genera además un
movimiento de flexión dorsal violento a nivel de la región carpiana, cuando ésta choca
contra el suelo.
Sintomatología
• Enfermo generalmente de más de 40 años.
• Antecedente de caída de bruces apoyando la mano extendida contra el
suelo.
• Dolor intenso.
• Deformación característica
• En la proyección lateral, ascenso de la región epifisiaria, carpiana y mano,
deformación dorsal que da la imagen "en dorso de tenedor".
• En la proyección antero-posterior, desviación radial de región epifisiaria,
carpo y mano, clásicamente descrita como desviación "en bayoneta". El eje
longitudinal y medial del antebrazo no coincide con el eje central de la
mano (III metacarpiano) y dedo medio, cae sobre el eje del IV
metacarpiano y anular.
• Prominencia anormal del extremo distal del cúbito por acortamiento relativo
de la longitud del radio, por el impacto de la epífisis radial en la metáfisis.
La apófisis estiloides del radio se encuentra en el mismo nivel que la
apófisis estiloides del cúbito.
• Equímosis palmar.
• Aumento de volumen de la muñeca y mano.
• Impotencia funcional por dolor.
FRACTURA DE CLAVICULA
La clavícula es un hueso largo, que presenta una doble incurvación; colocada entre el
mango del esternón por una parte y el acromion por otra, funciona como una viga
transversal que mantiene la separación entre el muñón del hombro y el tórax,
oponiéndose así a las fuerzas contracturantes de los músculos y dorsal ancho. Cuando la
clavícula se fractura, los músculos señalados, sin que la clavícula lo impida, atraen hacia
el tórax al muñón del hombro; de allí el acabalgamiento de los segmentos fracturados y la
propulsión anterior del hombro.
El vértice pleural se encuentra en un plano más posterior, pero también debe ser
recordado en fracturas con acentuado desplazamiento de los fragmentos.
Clinica
Más raro es el mecanismo por un golpe directo sobre el cuerpo del hueso.
En ambos casos, la fractura compromete el 1/3 medio de la clavícula.
Bastante más raras son las fracturas que comprometen el 1/3 distal, generalmente
provocadas por un golpe directamente aplicado en dicho sitio; también son raras las
fracturas que comprometen el 1/3 proximal, producidas por una caída directa sobre el
muñón del hombro.
Son actividades deportivas, atléticas o recreativas las que provocan con frecuencia este
tipo de lesiones: ciclistas, motociclistas, jinetes, patinadores, etc.
Sintomatología
Pronóstico
En la inmensa mayoría de los casos es muy bueno; quizás debiera considerarse que el
único peligro que amenaza a un fracturado de clavícula, es de un hombro, codo y dedos
rígidos; así se puede encontrar enfermos de este tipo, convertidos en semi-inválidos por la
existencia de estas rigideces.
Sin embargo, hay circunstancias que pueden transformar a una fractura de clavícula en
una lesión grave:
Los fragmentos de fractura pueden haber quedado tan separados uno del otro, que sea
imposible su reducción y así el riesgo de una pseudo-artrosis debe ser considerado.
Definición
Una fractura de cadera es una ruptura del hueso del muslo justo debajo de la articulación
de la cadera. La articulación de la cadera consiste en una bola en la parte superior del
hueso del muslo (fémur) y un soporte redondeado (acetábulo) en la pelvis. La mayoría de
las fracturas de cadera ocurren en el fémur, una o dos pulgadas debajo de la porción
esférica de la cadera.
Tipos
Una fractura es una ruptura parcial o total del hueso. Puede tratarse de una sola o de
múltiples rupturas en un hueso. La fractura de cadera se clasifica según el área específica
de la ruptura y el tipo de ruptura(s) en el hueso.
Los tipos de fracturas de cadera más comunes son:
Causas
Síntomas
• Dolor de cadera
• Dificultad o incapacidad para permanecer de pie, caminar o mover la
cadera
• Apariencia anormal de una pierna fracturada:
• Parece más corta
• Se da vuelta hacia fuera
Diagnóstico
Radiografía
Después de la fractura de Colles, es la lesión traumática del carpo más conocida; sin
embargo, con frecuencia no es diagnosticada oportunamente y el especialista debe
enfrentarse por ello con algunas de sus secuelas, la mayoría muy invalidantes y que
obligan a tratamientos muy complejos, de alto riesgo, y de muy larga evolución, como son
el retardo en la consolidación, la pseudoartrosis, necrosis avascular del escafoides y la
secuela inevitable, aunque tardía, de la artrosis radio-carpiana.
Como casi todos los huesos del carpo, presenta una irrigación deficiente; casi las 4/5
partes de la superficie del escafoides está cubierta por cartílago articular, de modo que la
vascularización penetra en el hueso a través de dos pequeñas áreas libres, una dorsal y
otra palmar; en los 2/3 de los casos los vasos arteriales discurren por dentro del hueso, de
un extremo al otro, dejando al polo proximal con régimen vascular precario,
constituyéndose en vasos terminales.
Este sistema vascular del escafoides ayuda a explicar su conducta biológica frente a la
fractura: consolidación lenta, gran tendencia a la pseudoartrosis y a la necrosis avascular,
sobre todo del polo proximal.
Mecanismos de produccion
Caída contra el suelo, apoyando la mano en flexión dorsal forzada; a veces suele bastar
un movimiento violento que lleva la mano en dorsi-flexión violenta para provocar la
fractura, sin necesidad de caída contra el suelo. No es raro observar que el antecedente
traumático tenga una magnitud muy discreta; ello es la causa que hace que el enfermo y
aun el médico ni siquiera sospechen la existencia de la fractura, rotulando el cuadro como
un simple esguince de la muñeca.
Cuadro Clinico
Casi siempre se trata de un adulto joven, que relata una caída apoyando la mano contra
el plano del suelo; prácticamente es el mismo mecanismo que en el anciano lleva a la
fractura de Colles. No es raro que la mano apoye en flexión palmar forzada o haya sido
violentada en un fuerte movimiento de dorsi-flexión sin antecedente de una caída.
Los síntomas y signos son muy claros:
Todos los signos descritos pueden ser engañosamente discretos, poco relevantes y
pueden pasar fácilmente inadvertidos, tanto para el enfermo como para el médico.
Estudio Radiografico
Proyección oblícua: la mano formando un ángulo de 45º con respecto a la placa, en dorsi-
flexión con el pulgar en oposición respecto al índice. En esta especial proyección, el
escafoides se ubica en un plano que es paralelo a la placa y se desproyecta con respecto
a los demás huesos del carpo.
Rasgos de fractura
En la medida que el rasgo de fractura sea más distal, el compromiso vascular del hueso
va siendo progresivamente menor.
Diagnóstico
Debe sospecharse fractura de escafoides a todo paciente con trauma de muñeca y que
acuda con dolor a nivel de la tabaquera anatómica.
Ante la ausencia de estos métodos se debe manejar al paciente como si tuviera una
fractura de escafoides inmovilizándolo y repitiendo el estudio radiológico a los 15 días ya
que en algunos casos se observa la líneas de fractura luego de este período de tiempo
debido a la reabsorción de hueso que se produce a nivel del foco ampliando así la brecha.
FRACTURA SUPRACONDILEA
El niño puede experimentar una fractura en varios lugares cercanos al codo. Entre ellas,
se incluyen:
Parte superior del codo (supra-condilea): El hueso de la parte superior del brazo (húmero)
se rompe ligeramente por encima del codo. Regularmente, esta fractura ocurre en niños
menores de 8 años de edad, siendo la más común y una de las más serias porque puede
resultar en daños al nervio, comprometiendo tambien la circulación en dicha area.
En el borde externo del húmero (condilea): Esta clase de fractura ocurre a través de la
cabeza del húmero (cóndilo) en el extremo de este hueso de la parte superior del brazo.
La mayoría ocurre en la cabeza (parte lateral). Estas fracturas requieren un tratamiento
cuidadoso porque pueden dañar la placa de crecimiento (epifisiaria) y la superficie de la
articulación.
En el cóndilo interno (epicondilea): En la cima de cada cóndilo hay una parte llamada
epicóndilo. Las fracturas en este punto por lo general ocurren en el epicóndilo interior
(medial) en niños entre 9 y 14 años de edad.
Placa epifisiaria: El hueso de la parte superor del brazo y los dos huesos inferiores del
brazo tienen placas epifisiarias ubicadas cerca del extremo del hueso. Si no es tratada a
tiempo, una fractura que dañe esta placa puede resultar en una interrupción del
crecimeinto y/o deformidad.
Antebrazo: Una dislocación del codo puede romper la cabeza del hueso interior del
antebrazo (radio), y una fuerza excesiva también puede provocar en este hueso una
fractura de compresión. Las fracturas del extremo (olécranon) de el otro hueso de la parte
inferior del brazo (ulnar) son muy raras.
Diagnóstico y Tratamiento
Si la fractura sacó a los huesos de su alineación, el doctor tendrá que volverlos a poner en
su lugar. En ocasiones, esto puede hacerse sin necesidad de cirugía. Sin embargo, con
mayor frecuencia la cirugía será necesaria. Para sujetar los huesos en su lugar se utilizan
clavos, tornillos o alambres. El niño tendrá que ponerse un yeso durante varias semanas
antes de que estos sean eliminados. Los ejercicios de rango de movimiento pueden
comenzar aproximadamente un mes después de la cirugía.
A pesar de que el manejo sobre estas fracturas es muy diverso, desde la reducción
cerrada mediante la inmovilización con yeso, la tracción esquelética con clavo transversal
o con tornillo olecraneano y la reducción abierta; las fracturas tipo III según la clasificación
de Gartland, frecuentemente requieren de manejo quirúrgico.
Entre las complicaciones que más se reportaron en el estudio fue el cúbito varo en 7
pacientes (20,5 %), de los cuales solo 3 presentaron limitación funcional importante. Hubo
3 casos (8,8 %) que después de realizar la reducción de la fractura se desplazó
secundariamente, por lo que se efectuó la reducción abierta y la fijación con Kirschner en
cruz (fig.3).
Es una de las fracturas más frecuentes, después de las fracturas de fémur y de Colles.
Estas fracturas se producen en accidentes de tránsito, en caídas de altura de pie o
sentado (accidente del trabajo), en aplastamiento (caída de murallas en terremotos). En
politraumatizados, al igual que en pacientes que quedan inconscientes en accidentes de
alta energía, la posibilidad de fractura de la columna debe ser cuidadosamente
investigada.
Signos y Síntomas
Hay que sospechar lesión vertebral cuando el mecanismo del accidente es alguno de los
ya mencionados o cuando éste no es claro y espontáneo.
Existen también fracturas de columna sin que haya un mecanismo de gran energía en
pacientes osteoporóticos, en que basta una pequeña fuerza en flexión para producir un
acuñamiento del cuerpo vertebral.
Clasificación
Muchas han sido las clasificaciones con las cuales se ha pretendido aclarar los conceptos
referidos, patogenia, anatomía patológica, clasificación de los daños óseos, etc., en un
intento de entregar al traumatólogo una guía confiable de los daños vertebrales
producidos y que lo orienten en la proyección pronóstica y en la determinación
terapéutica.
FRACTURAS DEL EXTREMO PROXIMAL DEL FEMUR
Son aquellas que ocurren entre la epífisis proximal del fémur y un plano ubicado por
debajo del trocánter menor. De acuerdo con el nivel de la fractura, se clasifican en:
Fracturas de la cabeza o epífisis superior del fémur: son aquéllas ubicadas entre la
superficie articular y el plano coincidente con el reborde del cartílago de crecimiento. Son
de ocurrencia excepcional.
Fracturas del cuello del fémur: aquéllas ubicadas entre un plano inmediatamente por
debajo del límite del cartílago de crecimiento y el plano en que el cuello se confunde con
la cara interna del macizo trocantereano.
Varias son las circunstancias que obligan a que esta fractura deba ser conocida en todos
sus aspectos, por todo médico que tenga la responsabilidad de la salud de una
comunidad:
Con elevada frecuencia, del proceder del médico en estos primeros días después del
accidente, depende el futuro y aun la vida del enfermo.
Clasificación
Han sido varios los puntos de vista que han determinado tantas clasificaciones.
1. Clasificación anatómica: está determinada por el nivel de la línea de fractura. Así
se las clasifica en:
Fractura transcervical (o medio cervical): el rasgo compromete la parte media del cuerpo
del cuello femoral.
Fractura basi-cervical: el rasgo de fractura coincide con el plano de fusión de la base del
cuello en la cara interna del macizo trocantereano
FRACTURA DE TOBILLO
La fractura de tobillo es una fractura en uno o más de los tres huesos que conforman la
articulación del tobillo. Los tres huesos del tobillo son:
La tibia (el hueso de la espinilla) - el mayor hueso de la parte baja de la pierna y que
cubre todo el interior
Peroné - un hueso más pequeño de la parte baja de la pierna y que corre a lo largo del
exterior
Talus - el hueso que proporciona la conexión entre la pierna y el pie y se fractura con
mucha menos frecuencia que los demás huesos
La articulación del tobillo es sostenida por tres grupos de ligamentos, lo que proporciona
estabilidad a la articulación. Una lesión que provoque una fractura también dañará uno o
más de estos ligamentos.
.
Causas
Una fractura de tobillo puede ocurrir cuando la articulación es forzada hasta el límite de su
movimiento o hay un golpe directo sobre el mismo hueso. Cualquier forma de trauma de
tobillo causa lesión, incluyendo:
• Caídas
• Torceduras
• Golpes
• Choques
Factores de riesgo
Síntomas
• Dolor inmediato (puede ser muy severo, pero algunas veces, con lesiones
del peroné, es sorprendentemente menor)
• Hinchazón
• Moretones alrededor del área lastimada
• Sensibilidad al tocar el hueso lesionado en el área del tobillo
• Incapacidad para recargar o poner peso sobre el pie lastimado sin sentir
dolor
Diagnóstico
El doctor le interrogará sobre sus síntomas, actividad física, y cómo sucedió la lesión y
examinará el área lesionada.
Rayos X - un examen que utiliza radiación para sacar placas de las estructuras del interior
del cuerpo, especialmente de los huesos. Se utiliza para buscar fracturas en los huesos.
Para la fractura de tobillo generalmente no son necesarias otras pruebas.
COMPLICACIONES DE LAS FRACTURAS
Las complicaciones en un sujeto fracturado pueden ser de muy diversa índole.
Inicialmente debemos distinguir las complicaciones inmediatas, es decir, el daño que
pueden haber sufrido los tejidos circundantes a la fractura, y las repercusiones que éstas
puede tener para el paciente. Podemos encontrarnos una hemorragia importante que
ponga en peligro la vida del individuo, en cuyo caso el tratamiento de la fractura pasará a
un segundo término. Puede aparecer una infección, en el caso de fractura abierta, etc.
Pueden existir complicaciones derivadas del reposo prolongado (neumonía, trombosis,
etc.) o de la propia intervención quirúrgica.
Todas ellas implican un elevado riesgo, en que están en juego valores tan altos como
pérdida de función de la extremidad o de la vida, sin contar con los sufrimientos físicos,
psíquicos y de tiempo a que obligan, hasta su recuperación.
Complicaciones inmediatas
a. Shock traumático
b. Lesiones neurológicas
Por compromiso de troncos nerviosos, sea por la contusión que provocó la fractura o
directamente por los extremos óseos desplazados que comprimen, contusionan, elongan
o seccionan el nervio.
c. Lesiones vasculares
Una arteria puede sufrir lesiones de diversa naturaleza. Cualquiera que sea, el
compromiso vascular debe ser detectado precozmente y resuelto de inmediato.
• Espasmo arterial traumático: sea por la contusión que provocó la fractura, por los extremos
óseos desplazados o por un tercer fragmento proyectado sobre la arteria.
• Contusión arterial: con trombosis por ruptura de la íntima, que genera además un espasmo
que agrava aún más el problema circulatorio.
• Compresión, desgarro o sección de la pared de la arterial que determina déficit vascular
distal con gangrena de la extremidad.
• Pseudo-aneurisma (hematoma pulsátil), fístula arteriovenosa.
• Son clásicos ejemplos de lesiones arteriales:
• Lesión del tronco femoral por fractura de la metáfisis distal del fémur, desplazando hacia
dorsal por acción de los gemelos.
• Lesión de la arteria tibial posterior por fractura de la metáfisis superior de la tibia,
desplazada hacia dorsal.
• Lesión de la arteria humeral por fractura supra-condílea del húmero.
d. Fractura expuesta
Complicaciones tardías
Son las gotas de grasa provenientes de la médula ósea de la zona fracturada que
ingresan al torrente venoso, las cuales al llegar a los capilares finos, taponan la
circulación distal, ocasionando un cuadro bien definido según la zona que es afectada.
Cuando se trata de los pulmones, existe agitación súbita, disnea, tos con espectoración
sanguinolenta y cianosis. Afortunadamente es poco frecuente.
En ciertas fracturas:
Producida generalmente por daño de la arteria humeral, sea por espasmo, contusión,
desgarro, compresión por el hematoma de fractura (síndrome del compartimiento), o por
presión de los fragmentos óseos sobre la arteria. En todos estos casos la isquemia suele
no ser completa ni de larga duración; es insuficiente para provocar una gangrena, pero es
suficiente para provocar una necrosis de las masas musculares del antebrazo,
especialmente de los flexores de la mano y los dedos. El músculo necrótico es
reemplazado por una cicatriz fibrosa, extensa, retráctil, irreversible y definitiva. Deja una
mano en garra típica; contractura en extensión o hiperextensión de las
metacarpofalángicas y contractura en flexión de las articulaciones interfalángicas.
El cuadro puede iniciarse aún con un traumatismo leve, o una fractura de pequeña
magnitud, mal inmovilizada o abandonada a si mismo. Muy frecuente como complicación
de la fractura de Colles.
Cualquier fractura puede ser complicada por la necrosis de sus segmentos óseos,
determinando largos períodos de evolución, de meses o aun años para poder llegar a la
consolidación, generando con frecuencia graves secuelas por rigideces, atrofias
musculares irreversibles, etc. No son infrecuentes las pseudoartrosis que agravan aún
más la evolución de la fractura.
El tejido óseo pierde su vascularización, con muerte celular y necrosis del hueso. Durante
un largo tiempo, la estructura ósea permanece inalterada y nada hace sospechar todavía
el desarrollo de la complicación.
Resulta útil por lo tanto, en aquellas fracturas que pueden ser afectadas por daño vascular
de los segmentos óseos, practicar radiografías con intervalos no superiores a los 30 días;
la aparición de segmentos óseos de densidad cálcica más elevada que los segmentos
óseos vecinos, debe constituirse en un signo de alarma, que no debe pasar inadvertido.
La cintigrafía ósea debe ser considerada, cuando sea posible realizarla, como un método
semiológico útil.
Fracturas que con frecuencia se complican con necrosis ósea: cualquier fractura puede
ser afectada por esta complicación, sea que los extremos óseos queden
desvascularizados o fragmentos de hueso, aislados en fracturas multifragmentarias. Pero,
en fracturas de segmentos óseos irrigados por vasos arteriales terminales o de huesos
reconocidamente mal irrigados, la complicación descrita debe ser considerada como muy
posible. En estas fracturas deben extremarse las medidas para obtener un diagnóstico
precoz de la necrosis avascular:
El pronóstico de una fractura complicada por una necrosis avascular de los segmentos
óseos, es grave; su porvenir es incierto, el retardo de consolidación o pseudoartrosis es
inminente, el período de reparación es prolongado, la inmovilización también lo es, y el
desarrollo de secuelas, como rigideces articulares, atrofia muscular, etc., deben ser
considerados como inevitables.
Alteraciones de la consolidación
Son dos los estados que pueden entorpecer la evolución del proceso reparativo de una
fractura: el retardo de la consolidación y la pseudoartrosis. Son dos procesos diferentes,
tanto en su fisiopatología, evolución, pronóstico y tratamiento.
Retardo de la consolidación
Existen factores que disminuyen la velocidad del proceso, pero éste prosigue su marcha
hacia la consolidación en forma normal; de tal modo que si se permite su evolución
natural, si no concurren circunstancias especialmente entorpecedoras del proceso
fisiopatológico reparativo, la consolidación llegará a establecerse en forma definitiva y
normal. Es por ello que el retraso en el desarrollo del proceso de consolidación, de
ninguna manera debe ser considerado como un fracaso biológico; el considerarlo así, en
forma precipitada, puede llevar a adoptar conductas terapéuticas agresivas que con
frecuencia desembocan en un desastre.
• Inmovilización inadecuada: yesos cortos: por ejemplo: antebraquio palmar para fractura del
1/3 distal del cúbito (no impide el movimiento de pronosupinación), yeso suelto, etc.
• Inmovilización interrumpida por cambios repetidos de yesos, a menudo innecesarios.
• Infección del foco de fractura: fracturas expuestas (accidentales o quirúrgicas).
• Importante pérdida de sustancia ósea.
• Irrigación sanguínea insuficiente (fractura del 1/3 inferior de la tibia, del 1/3 inferior del
cúbito, del escafoides carpiano).
• Tracción continua excesiva y prolongada.
• Edad avanzada.
• Intervenciones quirúrgicas sobre el foco de fractura (desperiostización y osteosíntesis).
• Cuerpos extraños en el foco de fractura (placas, tornillos, alambres, secuestros, etc.).
Pero si, por el contrario, en estas circunstancias, en que el foco de fractura está
evolucionando con un retardo de consolidación, hay abandono de la inmovilización (retiro
precoz del yeso por ejemplo) o ésta se mantiene en forma deficiente (yeso quebrado) o
poco continente, o se interrumpe una y otra vez (cambios de yesos), etc., el proceso de
reparación se detiene, el tejido osteoide de neo-formación involuciona a tejido fibroso y el
proceso desembocará con seguridad en una pseudoartrosis.
Pseudoartrosis
Causas de pseudoartrosis:
En resumen, las causas que son capaces de generar un retardo en la consolidación o una
pseudoartrosis son, en general perfectamente detectables y muchas de ellas susceptibles
de ser previstas y evitadas; debe insistirse, sin embargo, que en la mayoría de los casos
está presente e influyendo de manera decisiva la movilidad anormal del foco de fractura;
el resto de las causas, con algunas excepciones de casos extremos, sólo agravan las
condiciones clínicas adversas determinas por la ausencia de una inmovilidad perfecta e
ininterrumpida.
Síntomas de la pseudoartrosis
Radiológicamente
• http://www.monografias.com/trabajos11/fractu/fractu.shtml
• http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/TextoTraumatologia/Trau_Secc01/
Trau_Sec01_02a.html
• http://tratado.uninet.edu/c1107f07.html
• http://bvs.sld.cu/revistas/mil/vol35_1_06/mil08106.htm
• http://scielo.isciii.es/img/revistas/neuro/v17n5/1_figura_3.htm
• http://www.healthsystem.virginia.edu/uvahealth/adult_orthopaedics_sp/fracture.cfm
• http://www.efisioterapia.net/articulos/leer.php?id_texto=85#7
• http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/TextoTraumatologia/Trau_Secc01/
Trau_Sec01_19.html
• http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/Medicina/cirugia/Tomo_II/compli_fractur
a.htm
• http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/Medicina/cirugia/Tomo_II/compli_fractur
a.htm